-   En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los doce días del mes de septiembre de 2019, a la hora 12 y 15:

 

 

                                                                                                                  - 1 -            

izamiento de la bandera nacional

Sr. Presidente (Monzó).- Con la presencia de 135 señores diputados, queda abierta la sesión especial convocada conforme al requerimiento efectuado por varios señores diputados en número reglamentario.

          Invito a la señora diputada por el distrito electoral de Río Negro doña Lorena Matzen y al señor diputado por el distrito electoral de Buenos Aires don Leonardo Grosso a izar la bandera nacional en el mástil del recinto.

-   Puestos de pie los señores diputados y el público presente, la señora diputada doña Lorena Matzen y el señor diputado don Leonardo Grosso proceden a izar la bandera nacional en el mástil del recinto. (Aplausos.)

 

                                                                                                            - 2 -         

HIMNO NACIONAL ARGENTINO

Sr. Presidente (Monzó).- Invito a los señores diputados y al público presente a entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino, que será interpretado por un cuarteto de la Orquesta de Cámara del Congreso de la Nación.

-   Puestos de pie, los señores diputados y el público presente entonan las estrofas del Himno Nacional Argentino. (Aplausos.)

 

                                                                                                                  - 3 -            

CONVOCATORIA A SESIÓN ESPECIAL

Sr. Presidente (Monzó).- Por Secretaría se dará lectura de la resolución dictada por la Presidencia, mediante la que se convoca a sesión especial.

 

Sr. Secretario (Inchausti).- Dice así:

 

Buenos Aires, 10 de septiembre de 2019

         

          Visto la presentación efectuada por el señor diputado Leonardo Grosso y otros señores diputados y señoras diputadas, por la que se solicita la realización de una sesión especial para el día 12 de septiembre de 2019, a la hora 11 y 30, y;

          Considerando los artículos 35 y 36 del Reglamento de la Honorable Cámara;

 

El señor presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación

 

RESUELVE

 

Artículo 1°.- Citar a los señores diputados y a las señoras diputadas para el día 12 de septiembre de 2019, a la hora 11 y 30, a fin de considerar los siguientes proyectos:

 

          Expediente 4.259-D.-2019. Proyecto de ley por el que se prorroga la emergencia alimentaria.

          Expediente 6.643-D.-2018. Proyecto de ley por el que se prorroga la emergencia alimentaria hasta el año 2021.

          Expediente 3.618-D.-2019. Proyecto de ley por el que se crea el fondo federal para la emergencia alimentaria y nutricional.

          Expediente 4.171-D.-2019. Proyecto de ley por el que se prorroga hasta el 31 de diciembre de 2021 la vigencia de la emergencia alimentaria.

          Expediente 3.937-D.-2019. Proyecto de ley por el que se prorroga hasta el 31 de diciembre de 2022 la vigencia de las emergencias alimentaria y social.

          Expediente 1.545-D.-2019. Proyecto de ley por el que se modifica el artículo 2°, eliminando la restricción a los catorce años, del Programa Nacional de Nutrición y Alimentación, Ley 25.724.

          Expediente 2.509-D.-2019. Proyecto de ley por el que se declara la emergencia social, económica, habitacional, alimentaria, de salud, crediticia y como usuarios de servicios públicos del grupo etario llamado “personas mayores”, por el plazo de doce meses. Modificación de las leyes 20.628 y 24.241.

          Expediente 3.077-D.-2018. Proyecto de ley por el que se declara el estado de emergencia alimentaria y nutricional en la República Argentina por el término de un año, prorrogable por seis meses.

          Expediente 4.221-D.-2019. Proyecto de ley por el que se prorroga la emergencia alimentaria hasta el 31 de diciembre de 2021.

          Expediente 4.258-D.-2019. Proyecto de ley de emergencia alimentaria y nutricional.

          Expediente 2.103-D.-2019. Proyecto de ley de emergencia alimentaria y nutricional.

          Expediente 4.163-D.-2019. Proyecto de ley por el que se prorroga hasta el 31 de diciembre de 2020 la vigencia de las emergencias alimentaria y social.

 

Artículo 2°.- Comuníquese y archívese.

 

EMILIO MONZÓ

Eugenio Inchausti

Secretario de la H.C.D.D

 

 

Sr. Presidente (Monzó).- La Presidencia pone en conocimiento de la Honorable Cámara que se han mantenido conversaciones con los jefes de los bloques mayoritarios a fin de ordenar el desarrollo de esta sesión especial.

          En tal sentido, se acordó que el debate sea lo más breve posible dada la sensibilidad de los temas en consideración. Asimismo, se propuso la intervención de solo un señor diputado por bloque, quien contará con cinco minutos para exponer. Se acordó que no se realizarán homenajes y en cuanto a las cuestiones de privilegio, que no se pueden impedir, se solicita que solo se planteen las que contemplen situaciones especiales.

          La Honorable Cámara debe expresar si presta conformidad al procedimiento propuesto.

          Se va a votar.

-   Resulta afirmativa.

 

                                                                                                            - 4 -         

moción de orden

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado del Caño, por Buenos Aires.

 

Sr. Del Caño.- Señor presidente: solicito que la Cámara se aparte de las prescripciones del reglamento con el objeto de considerar sobre tablas el proyecto de ley contenido en el expediente 3956-D.-2019.

          Hace tres meses que la Cámara está cerrada y, como todos sabemos ‑de hecho el proyecto por el cual ha sido convocada esta sesión habla de ello-, los sectores populares están en emergencia.

          Solicito plantear un apartamiento del reglamento y que se vote nominalmente el proyecto que propone un aumento salarial de emergencia del 30 por ciento, también de las jubilaciones y de la Asignación Universal por Hijo.

          No podemos estar tres meses sin sesionar…

 

Sr. Presidente (Monzó).- Señor diputado Del Caño: luego desarrollará los fundamentos, ahora pasamos a votar el apartamiento del reglamento.

 

Sr. Del Caño.- Señor presidente: estoy de acuerdo, pero solicito la votación nominal del asunto.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Nominalmente no, señor diputado.

          Se va a votar la moción de apartamiento del reglamento formulada por el señor diputado por Buenos Aires. Se requieren las tres cuartas partes de los votos que se emitan.

-   Resulta negativa.

Sr. Presidente (Monzó).- Queda rechazada la moción

 

                                                                                                            - 5 -         

proposicion

Sr. Presidente (Monzó).- Corresponde considerar el proyecto de ley del señor diputado Arroyo y otros por el que se solicita la prórroga de la emergencia alimentaria. (Expediente 4259-D.-2019)

 

 

AQUÍ PROYECTO DE LEY contenido en el expediente 4259‑D.-2019

 

Sr. Presidente (Monzó).- En atención a que el presente asunto fue girado, entre otras comisiones, a la de Presupuesto y Hacienda, pero no cuenta con dictamen, se va a votar si la Honorable Cámara se constituye en comisión para producir el respectivo despacho. Se requieren dos tercios de los votos.

-   Resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Monzó).- Queda aprobada la constitución de la Cámara en comisión.

 

                                                                                                            - 6 -         

CONFERENCIA – PRórrOGA DE LA EMERGENCIA ALIMENTARIA 

Sr. Presidente (Monzó).- Queda abierta la conferencia.

          Se va a votar si se mantiene la unidad del debate.

-   Resulta afirmativa.

 

Sr. Presidente (Monzó).- En consideración.

          Tiene la palabra el señor diputado Laspina, por Santa Fe.

 

Sr. Laspina.- Señor presidente: solicito que se dé inicio al tratamiento del proyecto.

 

Sr. Presidente (Monzó).-  Tiene la palabra el señor diputado Arroyo, por Buenos Aires.

 

Sr. Arroyo.- Señor presidente: vamos a tratar –y espero que se apruebe- un proyecto de ley que es muy importante para nuestro país, referido a la emergencia alimentaria nacional, que puede ayudar a poner un piso a la caída social.

          Es evidente que hay una emergencia y un problema de hambre en la Argentina. Tener hambre es comer salteado y estar malnutrido. Hay más cantidad de gente en los comedores comunitarios, más chicos que se quedan a comer en las escuelas y más presencia en los merenderos donde se termina consumiendo fideos, harina y arroz.

          Está claro que no es lo mismo comer que no comer y está claro que hoy objetivamente hay una mayor demanda sobre los comedores existentes porque se han creado nuevos comedores y nuevos merenderos en la Argentina. Me parece que en los últimos veinte días se ha complicado más la situación debido al nuevo aumento del costo de los alimentos y a la caída de gran parte de la actividad económica. Entonces, a las familias le entran menos ingresos, le salen más caros los alimentos y hay más gente en los comedores. Todos vemos esta situación: más chicos se quedan a comer en las escuelas, más presión y más tensión. Como existen las partidas que existen, finalmente las cosas se complican, se genera tensión y muchas dificultades para los que son asistidos alimentariamente en nuestro país.

          Estamos ante una situación compleja y delicada, lo que era un centro comunitario pasó a ser un merendero, lo que era un merendero pasó a ser un comedor porque se sirve comida al mediodía y en algunos casos a la noche. En los comedores ahora también se dan viandas porque hay mucha gente grande que no quiere ir a esos lugares y por lo tanto los chicos van a comer y llevan las viandas a sus casas. Claramente podemos decir que se ha ido corriendo la frontera.

          En condiciones normales la Argentina debería ir achicando comedores y fortaleciendo que la gente coma en su casa. La política social debería ir hacia un esquema de comensalidad en el hogar y no es eso lo que está pasando. Objetivamente hemos bajado cinco pasos y hemos retrocedido cinco escalones y por eso tenemos que generar y atender lo básico, es decir, que haya alimentos en los comedores, en los merenderos y en los comedores escolares. Estamos frente a una emergencia que exige lo básico a fin de que, efectivamente, la gente necesitada hoy pueda ser asistida.

          Este proyecto de ley que entiendo vamos a aprobar tiene dos partes fundamentales. La primera tiene que ver con reasignar partidas presupuestarias, está planteando reasignar partidas presupuestarias, tomar partidas presupuestarias que están en otras áreas y, en esencia, volcarlas a la asistencia alimentaria. Esto permite acelerar los procesos de compra de alimentos al Estado para que pueda hacer lo mismo y efectivamente donde se provee asistencia alimentaria hoy haya alimentos reales y concretos, en escala de la demanda que tenemos a fin de que existan refuerzos de partidas presupuestarias.

          Estamos incorporando una modificación en el artículo 4° del proyecto de ley que va a ser aprobado hoy que tiene exactamente ese objetivo y que plantea claramente el incremento de emergencia del 50 por ciento de las partidas presupuestarias de créditos vigentes al momento de la promulgación de la ley, correspondientes al programa número 26, políticas alimentarias, y al Plan Nacional de Protección Social, ambos pertenecientes al Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación, como así también del programa Probienestar del PAMI, Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.

          Estamos ante un proyecto de ley que trata de poner un piso a la caída social incrementando las partidas que se transfieren a las provincias, donde se asiste directamente, logrando acelerar los procesos de compra.

          Estamos ante una situación difícil de verdad, nadie tiene que encender la mecha, nadie tiene que tirar piedras, todos tenemos que ayudar en serio en un contexto complicado donde hay mucha gente que la pasa muy mal de verdad.

          Estamos hoy aprobando un proyecto de ley que constituye un acto administrativo que acelera y ayuda. En el medio de una crisis debemos asistir y volcar más dinero hacia los comedores y merenderos, acelerar los procesos de licitación de alimentos, lograr efectivamente que haya más atención alimentaria en un país donde se ha incrementado la demanda es lo básico.

          Para finalizar mi exposición deseo decir que vamos a aprobar un proyecto de ley que claramente es lo que hoy, como mínimo, necesita nuestro país. La política social debería ir hacia otro lado, reorientar un gran plan de asistencia alimentaria y rediscutir muchas cuestiones, pero en el medio de un problema de hambre, de malnutrición, de caída fuerte de los ingresos y de demandas sobre los comedores, merenderos y comedores escolares, corresponde a esta Cámara aprobar una ley que inmediatamente vuelque más recursos y que trimestralmente actualice esos recursos de acuerdo con las pautas inflacionarias a fin de que logremos lo básico.

          Quien va a un comedor vive la peor situación en la Argentina y la más complicada, quien se queda a comer en el comedor de una escuela y quien va a un merendero debe saber que va a ser asistido, que va a acceder a lo mínimo de los alimentos.

          Este es el proyecto de ley, esperamos que se pueda aprobar y que en la Argentina por lo menos garanticemos un piso mínimo en una situación de catástrofe y de conflicto social muy grande. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Monzó).-  Tiene la palabra el señor diputado Héctor Flores, por Buenos Aires.

 

Sr. Flores.- Señor presidente: a pesar de que no coincidimos con la apreciación en cuanto la magnitud de esta situación que estamos viviendo, hemos decidido apoyar el tratamiento del proyecto porque nos parece que es necesario acompañar a la gente que está sufriendo, fundamentalmente luego de la crisis cambiaria del año pasado que se ha profundizado luego de las PASO.

          Por lo tanto, considero necesario aclarar nuestra postura con relación a esta cuestión. Debemos desandar el camino recorrido desde 2015, cuando decían que la gestión de Cambiemos venía a quitar todos los programas sociales porque gobernaban solamente para los ricos. Sin embargo, debemos señalar que ha sido este gobierno el que ha incrementado la asignación por hijo, que llega a casi nueve millones de personas, alcanzando también a los monotributistas. También este gobierno ha desarrollado políticas para sumar a dicho beneficio a doscientos niños que no estaban registrados.

          Asimismo, hay que tener en cuenta otras medidas que se han tomado para paliar la actual situación, como el aumento del salario mínimo que se empezará a verificar ahora, el incremento de la asignación universal por hijo en septiembre y octubre, y la implementación del IVA cero para algunos alimentos.

          Todas estas políticas que hemos implementado tienen como finalidad ayudar y aliviar a aquellos sectores que están sufriendo las consecuencias de la inflación surgida luego de las devaluaciones.

          También debemos decir que en materia de políticas sociales esta ha sido la gestión que más ha avanzado en la búsqueda de soluciones a este problema central que tenemos desde el año 2002, cuando se aprobó la emergencia social que luego se fue prorrogando. Eso se realizó como política de Estado.

          En la Argentina pasaron dieciocho años y varios gobiernos sin que se resolviera el problema de la pobreza estructural. Este gobierno, sobre todo durante los dos primeros años de su gestión, realizó obras en los barrios ‑fundamentalmente en materia de asfalto y cloacas‑ para dar solución a los problemas estructurales de la pobreza.

          Por lo tanto, hoy debemos ser sensibles a este planteo que realiza la oposición y por eso entendemos que corresponde dar tratamiento a este proyecto.

          Pero también debemos decir, señor presidente, que hay que empezar a pensar en cómo salimos de esta situación, porque acá hubo emergencia social cuando la economía no crecía, pero también cuando la economía crecía a tasas chinas y la soja estaba a 600 dólares. Es decir que debemos tener una política de Estado para encontrar una salida a la pobreza. ¿Por qué? Porque es necesario llevar tranquilidad a la sociedad. Hoy existe la posibilidad de que haya convulsiones sociales a partir de la situación que está describiendo la oposición.

          Es necesario llamar a la reflexión y salir de la Argentina del conflicto y de la confrontación para encontrar un camino de paz. Es necesario dialogar entre nosotros para encontrar esa solución camino que hoy la gente está necesitando.

          Por eso celebro esta convocatoria y también la posición de nuestro bloque para dar tratamiento a este proyecto.

          Sin embargo, sabemos que con esto no alcanza. Es necesario generar políticas para el crecimiento y tener tranquilidad para atraer inversiones que vengan a dar trabajo. Entendemos que alguna vez se debe terminar esta repetición de ciclos de conflictos sociales que nos llevan a leyes como esta, porque la sociedad está harta del conflicto, está harta de no poder llegar a tiempo a sus trabajos y de pensar permanentemente en cuándo va a terminar la inestabilidad y se van a empezar a resolver los problemas que tenemos como sociedad.

          Este es un momento muy importante, un punto de inflexión. Pero así como digo que es necesaria la paz y terminar con los conflictos, no soy ingenuo y sé que hay intereses contrapuestos. En tal sentido, se debe encontrar un marco de previsibilidad para la discusión.

          Nuestro país solamente va a salir de esta situación de crisis recurrentes a partir del consenso y del trabajo.

          Voy a repetir algo que siempre decía un dirigente sindical, a quien no se puede acusar de no haber luchado por la justicia social. El “Momo” Venegas decía: “La Argentina sale de la decadencia trabajando.” Por lo tanto, luego de aprobar este proyecto, ojalá podamos lograr el consenso para que aquellos que están acampando y cortando calles se vayan a sus casas y puedan disfrutar con sus familias la sanción de esta iniciativa que seguramente va a beneficiar a todos.

          La salida de la Argentina es trabajar, trabajar y trabajar. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Castagneto, por Buenos Aires.

 

Sr. Castagneto.- Señor presidente: estamos debatiendo esta prórroga de la emergencia alimentaria hasta el año 2022 que surgió en el año 2002 mediante el decreto N° 108 luego del “Operativo Rescate” en Tucumán. En aquel momento las políticas económicas habían llevado a que la provincia de Tucumán tuviese el índice de desnutrición más grande de la Argentina. Cuando uno recorría las casas, las familias trataban de esconder al desnutrido porque les daba vergüenza.

          Después de tantos años se vuelve a tratar un proyecto de esta naturaleza. En el año 2003 se empezó a prorrogar la emergencia alimentaria, social, educativa y en salud. Me parece que hubiese sido una decisión política incrementar las partidas presupuestarias del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, porque el Programa 26 existe. Nosotros aprobamos un presupuesto que en su Decisión Administrativa 1 conferimos al jefe de Gabinete las facultades para la distribución de los recursos y gastos del presupuesto nacional y también le damos la potestad de readecuar las partidas presupuestarias en función de las necesidades de cada uno de los ministerios.

          Llegamos a esta situación por diversas circunstancias respecto de las cuales el gobierno no quiere tomar una decisión. Este proyecto de ley surge porque el gobierno no quiere ver la realidad que hoy vive la Argentina con respecto al incremento de los comedores comunitarios y los bajos montos que están dando para cada ración de alimentos en el servicio alimentario escolar.

          El Programa 26 del Ministerio de Salud y Desarrollo Social tiene tres ejes, uno de los cuales es el fortalecimiento de comedores comunitarios mediante la entrega de víveres frescos. Otro eje tiene que ver con la emergencia sobre catástrofes en sí. En ese sentido, ustedes saben bien que todos los años se producen catástrofes en la Argentina y en el mundo. Podemos remontarnos a la crítica situación que vivió Santa Fe en los años 2003 y 2006, donde hubo más de 100.000 evacuados, o la que vivió la ciudad de La Plata en 2013. Para eso es el Programa 26, así como también para mantener un convenio con todas las provincias para el servicio alimentario escolar.

          Este año hemos visto que en los convenios con las provincias estas ponen mucho más dinero que el gobierno nacional. Entonces, la prestación del servicio alimentario escolar es deficitaria, al menos en la provincia de Buenos Aires, ya que no pone los recursos que debe destinar. Además, la provincia de Buenos Aires no está teniendo en cuenta la matrícula que tiene, porque la Nación le debe transferir en función de la matrícula que tiene y de los chicos que comen en los comedores escolares.

          En este punto quiero hacer una acotación. En primer lugar, cabe resaltar que este proyecto llegó con un consenso, pero también tendríamos que tener en cuenta que coman todas las personas que se encuentran por debajo de la línea de pobreza y de indigencia sin importar la edad, siempre y cuando estén matriculados en un colegio primario o secundario.

          Ahora bien, nosotros consideramos que es muy importante la tarjeta alimentaria, algo que habíamos instalado en distintas provincias. Los dos ejes de las políticas sociales están dados por la posibilidad de comer en casa y de trabajar. En ese sentido la tarjeta alimentaria permite que uno pueda comprar los alimentos donde quiera, incluyendo en ella los productos que integran la canasta básica, en lugar de que ellos puedan ser canjeados por otros bienes.

          Esa naturaleza hace que los comedores comunitarios se cierren y pasen a ser centros culturales, al tiempo que las personas pueden volver a comer con sus familias. Ese es el eje de las políticas sociales, porque alguien puede comer en un comedor –y en este sentido quiero expresar mi agradecimiento a todas las personas que hoy abren sus casas para alimentar a los más desprotegidos-, pero lo más importante es poder hacerlo en familia, escuchando a los padres y viendo la problemática que pueden tener los hijos. Al mismo tiempo se debe obtener el pan de cada día a partir del trabajo digno.

          Por eso insisto en que los dos ejes de las políticas sociales están dados por la posibilidad de comer en el ámbito familiar y de trabajar. (Aplausos.)

          ¿A qué nos ha conducido la política económica de este gobierno? A un problema que quizás hoy no se ve pero que seguramente tendrá consecuencias en el futuro: el de la discapacidad. En este sentido deseo señalar que en 2005 llevamos a cabo la Primera Encuesta Nacional de Personas con Discapacidad. Dicho relevamiento arrojó como resultado que el 8 por ciento de la población sufría una discapacidad. En ese momento dijimos que eso estaba mal y se debía a la crisis económica por la que había atravesado nuestro país.

          En 2008 volvimos a realizar una nueva encuesta, que arrojó como resultado que el 13 por ciento de la población sufría una discapacidad. ¿Por qué? Porque detectábamos la existencia de una discapacidad cuando un niño se escolarizaba, si es que lo hacía. Entonces, se implementaron dos programas. El primero fue el de la Asignación Universal por Embarazo, y el segundo el Programa Nacional de Desarrollo Infantil “Primeros Años”. Este último interactúa entre todos los ministerios a fin de ejercer un contralor sobre los niños recién nacidos.

          Por eso digo que es importante el proyecto de ley en consideración, agradeciendo en este sentido al bloque del oficialismo su acompañamiento en esta sesión a fin de que dicha iniciativa pueda obtener la correspondiente sanción de esta Honorable Cámara.

          Pero al mismo tiempo quiero aclarar que este proyecto no es tirado al azar. El otro día me preguntaron en un medio si nosotros asignamos al Ministerio de Desarrollo Social un determinado presupuesto para que haga con él lo que quiere. Respondí que no y que en primer término lo que hacemos es exigir al jefe de Gabinete de Ministros, cuando viene al Congreso Nacional, que exponga acerca de la evolución del presupuesto nacional y su ejecución, mientras que mediante otro artículo establecemos la obligación de la Sindicatura General de la Nación de administrar concomitantemente la ejecución del programa alimentario. Me parece que estas son dos premisas importantes.

          El otro tema sobre el que nos preguntaron está relacionado con la forma en que debe abordarse este problema. Al respecto señalé que se podía hacer de manera inmediata mediante una decisión administrativa, incrementando los créditos. Pero como eso no se logró se debe buscar otra forma de hacerlo. En este sentido, quiero señalar que el decreto 687/2002, que se utilizó para la emergencia social, otorgó al Ministerio de Desarrollo Social la facultad de contratar la compra de alimentos en forma abreviada y con participación previa de la Sindicatura General de la Nación, sin necesidad de cumplir con todos los trámites que establece el decreto que establece el régimen de contrataciones del Estado. Por eso lo incluimos en el proyecto de ley en tratamiento.

          Para finalizar, deseo expresar mi agradecimiento a los gremios, las iglesias, las organizaciones sociales y de otra índole y los curas de la Opción de los Pobres que nos acompañaron y dieron fuerza en todo esto. Insisto: ojalá que dentro de unos años esta ley no se utilice y podamos decir que tenemos una Argentina con trabajo, en la que podemos comer en nuestras casas y en la que las políticas alimentarias solamente se utilicen en los casos de catástrofes y emergencias. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Bahillo, por Entre Ríos.

 

Sr. Bahillo.- Señor presidente: estamos considerando un proyecto de ley que establece la prórroga de la emergencia alimentaria. En realidad, nos gustaría estar debatiendo otras cuestiones vinculadas con el desarrollo, el crecimiento, la inclusión y la generación de un país más justo, pero lo cierto es que nos encontramos ante una situación de vulnerabilidad social e incremento de la pobreza, lo que determina la necesidad de incluir este tema en la agenda en forma prioritaria para quienes somos funcionarios públicos.

          ¿Por qué llegamos acá? Indudablemente, por el programa económico llevado a cabo por el gobierno nacional. Desde la oposición y otros ámbitos de la sociedad se advirtió al oficialismo acerca de la problemática que estaba generando este modelo económico. También lo hizo la central de los trabajadores respecto del perjuicio que estaba ocasionando en los trabajadores la pérdida del poder adquisitivo del salario a raíz del incremento del índice de inflación. Me refiero a la problemática que comúnmente conocemos, en el sentido de llegar a fin de mes, que estaba complicando a las economías familiares. A esto debe agregarse la pérdida de millones de puestos de trabajo registrada en los últimos años, tanto en la industria como en el comercio, en las economías regionales y en los distintos sectores productivos.

          También efectuaron advertencias al oficialismo sobre esta problemática las instituciones de la producción, que representan a los sectores comerciales e industriales, señalándole que este modelo económico no era viable, ya que se estaba deteriorando fuertemente el mercado interno y que la capacidad de compra de los salarios determinaba un deterioro de la economía, al tiempo que se producía un importante incremento de los costos de funcionamiento a raíz del aumento de las tarifas de los servicios y la dolarización del precio de los combustibles, lo que perjudicaba notablemente la ecuación de los sectores productivos.

          Asimismo, realizaron advertencias los movimientos sociales, la Iglesia y los distintos credos. Pero lo cierto es que el gobierno no supo o no quiso ver el problema. Ya no importa, estamos acá tratando este proyecto de ley a fin de otorgar prioridad a un tema que siempre debería tener ese carácter y que está determinado por el hambre de la gente.

          Como señaló el señor diputado Castagneto, nos hubiera gustado que esto se hiciera mediante una decisión administrativa, ya que el Poder Ejecutivo tiene la facultad para ello. La verdad es que de esa forma esto se hubiera implementando de manera mucho más rápida y efectiva porque el hambre –y aquí no quiero recurrir a eslóganes o frases comunes- en verdad no espera y debería constituir una cuestión prioritaria para todos nosotros.

          Quiero explicitar claramente la solicitud de las distintas provincias. Nuestro deseo es que este incremento de las partidas presupuestarias asignadas a los distintos programas que promueve el proyecto de ley en consideración llegue a las provincias. ¿Por qué pedimos esto? Porque en los últimos cuatro años se registró una inmovilización de los fondos que el gobierno nacional asigna a las provincias para los programas que son cofinanciados entre ellas y la Nación. En este sentido deseo señalar que las únicas que llevaron a cabo un aumento de las partidas presupuestarias fueron las provincias. He recibido reclamos de diputados de La Pampa, de Córdoba y de otras provincias, quienes me solicitaron que por favor plantee esto. Quiero hacerlo suministrando números a fin de que no sea solamente una expresión de deseos.

          En 2015, en el Convenio de Abordaje Federal por el que se llega a los grupos familiares de mayor vulnerabilidad social a través de una tarjeta de débito que permite la compra de alimentos, que es un programa cofinanciado entre la Nación y las provincias, el gobierno nacional aportaba 70.560.000 pesos, mientras que la provincia aportaba 26.000.040 pesos. Es decir que la contribución de la Nación representaba el 73 por ciento y la de las provincias ascendía al 27 por ciento.

          ¿Cómo llegamos a 2019? La Nación está aportando 91.728.000 pesos –o sea que solamente incrementó su participación en el financiamiento de este programa en un 30 por ciento- y la provincia de Entre Ríos 279.072.000 pesos. Es decir que la provincia incrementó el aporte a este programa en un 971 por ciento, mientras que la Nación solo lo hizo en un 30 por ciento.

          Por lo tanto, la ecuación se dio vuelta. Quiero mostrar esto a partir de un gráfico que tengo en mi poder. En la parte verde del gráfico que ahora estoy mostrando podemos observar el aporte que en 2015 hacía el gobierno nacional, mientras que en otro color se refleja el aporte que hacía el gobierno provincial. ¿Cómo es la situación en 2019? El 75,26 por ciento lo aporta el gobierno provincial, mientras que el 24,70 por ciento lo aporta el gobierno nacional.

          Indudablemente este incremento -mínimamente del 50 por ciento- debe llegar a las provincias, porque son éstas las que junto con los municipios están atendiendo esta cuestión y tienen la cercanía con los distintos sectores de la sociedad para abordarla de manera más rápida, efectiva y transparente.

          Por eso es que pedimos en forma contundente, clara y firme que se acepte la incorporación de un artículo por medio del cual se disponga que estos fondos deben coparticiparse a las provincias en el marco del artículo 6º del decreto 108/2002.

          Lo mismo ocurre con el programa de copa de leche reforzada, comúnmente conocido como RAN. No me quiero extender, pero la verdad es que la ecuación también se dio vuelta. Antes el gobierno nacional aportaba el 76 por ciento y la provincia el 24, y ahora es exactamente al revés. Por eso es que insistimos en pedir que estos fondos sean coparticipables.

          Por último, quedará para el próximo gobierno que voten los argentinos dar vuelta este modelo económico y empezar a generar un modelo de crecimiento, de inclusión y de desarrollo, con políticas que creen empleo y que devuelvan la dignidad a la gente.

          Absolutamente nadie quiere vivir de un plan o del asistencialismo. Si les damos la oportunidad de tener trabajo y posibilidades de crecimiento y de inclusión, todos los argentinos querrán ir por ese proyecto de vida y de país, pero no por uno que excluya a la mayoría en beneficio de unos pocos. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra la señora diputada Moreau, por Buenos Aires.

 

Sra. Moreau.- Señor presidente: en realidad iba a hacer otro discurso, pero tiene razón el señor diputado Flores, porque hay que poner las cosas en su lugar y en contexto. De lo contrario, da la sensación de que algunos viven en Suiza y otros vivimos en la Argentina, y particularmente en la provincia de Buenos Aires.

          Nos gustaría estar hablando de otros temas en esta sesión, como el crecimiento o el desarrollo. Pero lo cierto es que el hambre en la Argentina, que se arraiga de la mano de una situación de pobreza estructural, se ha agravado como nunca en estos tres años y medio. Hay más pobres, hay más indigentes y cada vez hay más desigualdad entre las distintas franjas sociales, pero a mi entender hay algo que es lo más grave y que se vincula no solo con el aumento de la pobreza, sino con que hay muy poquititos ‑en realidad, casi siempre son los mismos- que cada vez tienen más y muchísimos que ya no tienen casi nada.

          El número de familias que viven en situación de calle creció no solo en la Capital Federal. Todos los días se multiplica la concurrencia a comedores y a merenderos, y en muchos casos vemos un Estado ausente e ineficiente.

          Pero también debemos decir que vemos con esperanza y con mucho orgullo no solo el trabajo de las organizaciones sociales sino también el de muchos voluntarios, ciudadanos y ciudadanas, que vuelcan su tiempo a ayudar a otros en momentos de crisis extrema. Un ejemplo claro fue lo que pasó hace pocos meses con Juan Carr y la campaña de frío cero. Seguramente no recibió ninguna llamada del gobierno para ponerse a disposición; sí recibió, por parte de muchos, una catarata de agresiones y un ejército de trolls, comandado por Marcos Peña, descalificándolo por las redes sociales.

          ¿Sabe por qué creo que se profundizó la desigualdad, señor presidente? Porque el modelo de concentración económica que este gobierno implementó no fue producto de una sucesión de errores, sino que fue un plan de aniquilamiento de los sectores medios y de los sectores más vulnerables de la Argentina. Hoy, en la Argentina, hay niños y niñas que se acuestan sin comer las cuatro comidas diarias.

          ¿Saben lo que significa para un chico, en la edad de crecimiento, no estar bien nutrido, no poder acceder a la leche y que ella sea reemplazada por mate cocido o por bebidas lácteas que contienen leche? Ese chico entra al mercado laboral o al sistema educativo en condiciones de desigualdad respecto de otro que está bien nutrido, y eso no se recupera nunca más.

          Ni hablar si a eso le sumamos la falta de vacunas, la falta de medicamentos, las condiciones de vivienda precaria y tantos otros aspectos que este gobierno profundizó.

          Los estamos condenando, señor presidente; los están condenando. Es necesario ponernos a trabajar para revertir esta situación.

          La ausencia de políticas públicas y la insensibilidad nos han llevado a una situación extrema. Esto no se resuelve con beneficencia ni con bonos navideños; como dice Luis en la canción de León Gieco, la pobreza no se resuelve comiendo pan en Navidad. Se resuelve con políticas estructurales a corto, mediano y largo plazo.

          Si la ciudadanía nos acompaña –y si no, también lo haremos, porque es lo que venimos intentando hacer-, en los próximos años sin duda trabajaremos por la reconstrucción del tejido social que este gobierno destruyó.

          Ninguno de nosotros vive en situación de pobreza, señor presidente. A nuestros hijos no les falta un plato de comida. ¿Saben dónde está la diferencia? En lo que decidimos hacer, en lo que hacemos y en lo que sentimos. A la mayoría de este gobierno no le pasa nada; le es indiferente el dolor ajeno y le es indiferente la pobreza en la Argentina.

          Como para ustedes no es tan grave, sepan que solo este año hubo dos millones de personas que cayeron bajo la línea de pobreza y otras 500.000 bajo la línea de indigencia.

          Está muy bien que haya números, pero con ellos no alcanza. Lo que hace falta -y que hoy no hicieron- es poner el cuerpo. Lo que hace falta es sentir; lo que hace falta son políticas públicas eficientes, que lleguen a quienes las requieren, y sobre todo, que sean capaces de transformar la realidad.

          En el conurbano de mi provincia, Buenos Aires, cuatro de cada diez niños se alimentan en comedores. ¿Por qué tiene que ocurrir esto? ¿Por qué no tienen el derecho a comer como lo hacen otros, con sus padres, en la mesa familiar?

          La gobernadora Vidal incrementó estas cifras y no tuvieron ningún problema en seguir haciéndolo porque nunca se les ocurrió frenar. ¿Les costaba mucho hacerlo? Sí, les costaba mucho. ¿Saben por qué, entre otras cosas, nunca se sentaron con los empresarios o con los supermercadistas a regular en serio la canasta básica de alimentos? Peña Braun. ¿Le suena, señor presidente? Es para poner un ejemplo, nada más.

          Existe un deber indelegable por parte del Estado, que es el de garantizar el derecho a la alimentación y a la sana nutrición de la ciudadanía. Para este gobierno, el Estado fue una herramienta para seguir enriqueciéndose.

          Hoy hay hambre en la Argentina, pero no porque falten alimentos sino porque sobra inmoralidad y falta humanidad. Es inhumano lo que hicieron: beneficiaron a las petroleras, beneficiaron a los bancos, beneficiaron a la timba financiera, e hicieron que un docente o un jubilado se tengan que endeudar para poder pagar la luz o los medicamentos.

          Es inhumano endeudar al pueblo argentino como lo hicieron, para permitir la fuga de capitales. Es inhumano que no compren vacunas. Pero el presidente firma un decreto para beneficiar a sus familiares con el blanqueo, a lo que este Congreso le dijo que no.

          Es inhumano que un jubilado tenga que elegir entre comer o pagar sus medicamentos, mientras que el presidente se ocupa de qué pasa con el Correo o con las autopistas.

          Estoy segura de que a partir del 10 de diciembre, con muchos de ustedes, vamos a sentarnos a construir un nuevo orden, un nuevo contrato social, donde las prioridades se inviertan 180 grados. Pero también estoy segura de que hay muchos que no se van a sacar las anteojeras, porque es mejor no ver lo que pasa para no hacerse cargo. (Aplausos.)

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Grosso, por Buenos Aires.

 

Sr. Grosso.- Señor presidente: voy a compartir el último minuto con mi compañera de bancada la diputada Donda.

          Nos encontramos en esta sesión para declarar la emergencia alimentaria. Sentimos algún grado de satisfacción porque con estas medidas brindaremos una respuesta institucional a un problema acuciante. Hace más de un año estamos manifestando esto junto a organizaciones sociales en el Congreso.

          Estamos planteando la emergencia alimentaria por la situación que vive este país. En este momento, al mediodía, hay gente que tiene problemas para almorzar y esta noche habrá muchas personas que tendrán problemas para cenar. Hay 3.600.000 personas en el país que están bajo la línea de indigencia en el país. La mitad de los niños, tal como se dijo acá, son pobres; uno de cada tres niños, niñas o adolescentes, para cumplir con su canasta básica alimentaria tiene que asistir a un comedor comunitario de las organizaciones sociales, de las iglesias o de las escuelas.

          Estamos declarando la emergencia alimentaria porque debemos reconocer que estamos en un país en emergencia. Por definición, cualquier política pública que se defina o lleve adelante para combatir el hambre llega tarde. Esto también lo digo porque algunos se han jactado de abrir el debate, dar quórum o sumarse para llegar a los dos tercios de los miembros de la Cámara. Llegamos tarde con este proyecto de ley porque hay gente que no come.

          El hambre es un problema de todos. Durante este debate y la semana en curso se han presentado chicanas políticas, metieron al hambre en medio de la grieta y esbozaron que hay un problema fiscal para implementar la iniciativa en tratamiento. El hambre no es un problema político-partidario, no es parte de la grieta, no es tampoco un problema fiscal; el hambre en el país es un problema moral. Somos un país que produce alimentos para diez veces su población y no podemos garantizar que la población coma bien y barato. Tenemos que construir políticas que permitan solucionar este problema de fondo.

          Llegamos a este recinto a través de la unidad de la oposición y luego de recibir el reclamo de las organizaciones sociales, la Iglesia y la CGT. Todas las bancadas opositoras recibieron a esas organizaciones. De esta manera, logramos unificar las iniciativas en el proyecto en consideración y solicitar el llamado a esta sesión.

          Debemos aprovechar esta discusión para construir un “Nunca más” del hambre y para subir un piso en la escalera de derechos en la Argentina. El derecho en la Argentina a la jubilación y a la cobertura social son parte del pacto social. Debemos establecer que en la Argentina el hambre no puede ser la variable de ajuste que pagan los pobres.

          Quiero agradecer a las organizaciones sociales, a todos los que hicieron el esfuerzo para que estemos debatiendo este proyecto, pero sobre todo a las compañeras que abren los patios de sus casas para darle de comer a los pibes que deja afuera este modelo económico.

          Quiero dar la razón al senador Pichetto en el sentido de que no vivimos en Biafra, sino en la Argentina de Mauricio Macri y de Cambiemos. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra la señora diputada Donda Pérez, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

Sra. Donda Pérez.- Señor presidente: seré breve dado que todas y todos queremos sancionar este proyecto porque queremos que la gente que hoy se encuentra en la calle reclamando un Estado presente y una respuesta que llegará tarde, vuelva a su casa con paz.

          Uno de los diputados preopinantes de la bancada oficialista hacía mención sobre la necesidad de empezar a pensar cómo salimos de la pobreza. Esta mención hecha por un integrante del oficialismo luego de cuatro años de gobierno, es toda una contradicción. Este diputado decía que hay que pensar en una política de Estado para salir de la pobreza y no seguir hablando del tema. Esto es lo que queremos hacer nosotros; evidentemente perdimos los años de gobierno del macrismo porque la pobreza no se redujo sino que se incrementó. Estamos frente a una pobreza que arroja cada vez más gente a la marginalidad. Quiero rescatar que la pobreza en este país mayoritariamente la pagamos las mujeres. Cada vez hay más pobres, pero dentro del sector que sufre el hambre al que nos lleva este gobierno, las mujeres somos las que terminamos pagando la crisis con nuestro cuerpo, las que tenemos los trabajos más precarizados, y además nos terminamos haciendo cargo –como decía el diputado Grosso‑ del hambre de nuestros pibes.

          A esas mujeres, a esas compañeras de cada uno de los barrios, a esas jubiladas que hoy les niegan la jubilación, a esas adultas mayores que deberían jubilarse y no pueden porque la moratoria que ha extendido el oficialismo termina siendo impagable, nosotros le decimos que seguiremos peleando para poner un frente a este gobierno y para pensar políticas que ataquen la pobreza.

          Un funcionario de este gobierno decía que la emergencia alimentaria era un eslogan. Quiero enseñarle lo que es un eslogan: “El hambre cero” que prometió Macri cuando asumió el gobierno. Este es el verdadero eslogan. La emergencia alimentaria es una crisis social que tiene un responsable: Mauricio Macri.

          Comencé mi discurso diciendo que queremos paz, pero no la paz de los cementerios sino la de la justicia social. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra la señora diputada Neder, por Santiago del Estero.

 

Sra. Neder.- Señor presidente: estamos considerando el proyecto que establecerá la prórroga de la emergencia alimentaria. No quiero ahondar en lo han dicho quienes me precedieron en el uso de la palabra sobre lo que vivimos día a día cuando recorremos las calles, la tristeza de la gente, la angustia y, por supuesto, esta emergencia alimentaria que nos convoca.

          Esa situación se ha ido agravando durante estas últimas semanas, se ha tornado cada vez más dificultoso para las familias acceder a los alimentos indispensables para alimentar a su familia. Como decíamos recién, cada vez concurren más niños, jóvenes y adultos a los comedores barriales y a las iglesias.

          Como profesional de la salud, específicamente en materia nutricional, me angustia y preocupa la situación. Mi experiencia indica que debemos pensar cómo se alimentan los que más necesitan. La realidad es que la alimentación parece que para ellos solo cumple la función de saciar el hambre, pero no de alimentarse nutricionalmente. Esto ocurre porque solo sacian el hambre y no comen cantidad ni calidad y no hay adecuación ni armonía.

          Todos sabemos que para formar hombres y mujeres a futuro tenemos que contar con todas las herramientas nutricionales para que puedan crecer y desarrollarse los niños ‑el futuro del país‑, porque constituyen una nueva generación y las debemos tener en las mejores condiciones físicas y mentales para se puedan insertar en el mundo en el que les tocará vivir que, sin lugar a dudas, será muy competitivo. Por lo tanto, deben estar preparados en todo sentido: nutricional, física, educacionalmente. En una palabra, en todo lo que haga a una mejor calidad de vida.

          En consecuencia, estoy convencida de que sin lugar a dudas tenemos que profundizar las herramientas necesarias para que el Poder Ejecutivo ayude a los sectores más vulnerables.

          Reitero que este proyecto se dirige principalmente a nuestros niños, niñas, adolescentes y adultos mayores que están padeciendo esta crisis económica.

          No tenemos que perder de vista que esto lo debemos hacer a partir de un trabajo conjunto que debe ser compartido por todos los actores políticos a nivel nacional, provincial y municipal.

          Voy a contar algo interesante que pasó en nuestra provincia. El martes pasado, el doctor Gerardo Zamora, que lleva adelante una gestión con sensibilidad y una impronta social muy fuerte, anunció una serie de medidas tendiente a paliar la situación que viven mis comprovincianos. Esto es fruto de una crisis económica importante, no por decisión de nuestra provincia sino por las malas decisiones políticas-nacionales que nos han afectado a lo largo y a lo ancho del país.

          Las acciones emprendidas por el gobierno de la provincia llevaron un alivio a favor de la sociedad santiagueña. Esto es fruto de una administración ordenada de las finanzas públicas. La nuestra es una provincia sin endeudamiento.

          Las provincias hemos venido viviendo la reducción de los ingresos tributarios por la caída de la actividad económica.

          Santiago del Estero ha sido una de las primeras provincias en dar respuesta a estos reclamos. Eso se traduce en la paz social que vivimos los santiagueños, porque el Estado está presente, acompañándonos.

          En virtud de ello, considero que siempre tenemos que estar cerca de los más vulnerables. Debemos pensar en el futuro de nuestro país.

          Estoy convencida que este no es un proyecto en contra del gobierno nacional. Por el contrario, es una iniciativa tendiente a generar las herramientas para que el Poder Ejecutivo nacional, a partir de los aumentos y las reasignaciones presupuestarias, pueda en forma urgente implementar medidas para aliviar esta crisis social y alimentaria que sufre gran parte del país.

          Por esto, señor presidente, el Bloque Cívico de Santiago acompaña el proyecto en consideración, y pido autorización para insertar el resto de mi discurso en el Diario de Sesiones.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Vallone, por San Luis.

 

Sr. Vallone.- Señor presidente: en primer lugar, quiero agradecer a los compañeros que, de acuerdo con la metodología acordada, me hayan permitido hablar en representación del bloque Unidad Justicialista de San Luis.

          Escuchaba recién al diputado del oficialismo decir que era momento de llevar tranquilidad a la sociedad. Lo compartimos, estamos de acuerdo; pero también debemos asumir la realidad, que indica que un sector importante de la sociedad argentina hoy no está tranquila porque pasa hambre, no tiene trabajo ni acceso a la vivienda. También es violencia que un chico en la Argentina se vaya a dormir sin haber comido, con la panza vacía.

          Debemos asumir la realidad porque es grave creer que la discusión de la emergencia alimentaria hoy, en este recinto, tiene algún tipo de relación con lo electoral. Está absolutamente alejado de la realidad creer que el hambre que pasa hoy el pueblo argentino solo es el que se refleja en los medios nacionales, en la Capital Federal. No se resuelve el hambre de la Argentina solucionando los piquetes de la avenida 9 de Julio. Eso es parte del hambre de la Argentina, pero hay que mirar mucho más allá de la General Paz.

          Los diputados del oficialismo que viven en el interior deberían contar al presidente lo que pasa en cada pueblo y provincia argentina. Deberían contarle que hoy los gobiernos provinciales y los municipios están bancando la crisis social y el hambre en el interior del país, porque hoy la Argentina vive una profunda crisis económica, política pero, fundamentalmente, social.

          De un tiempo a esta parte, este gobierno está mostrando que genera algunas políticas para tratar de salir de la emergencia financiera y económica, pero también nos muestra que no ha generado ninguna política destinada a sacarnos de esta profunda crisis social.

          Necesitamos que en este proyecto de ley también se contemplen fondos federales para que los gobiernos y los municipios puedan ayudar a salir de la emergencia alimentaria y social a todas las localidades del interior del país.

          En este momento de emergencia se requiere de decisiones políticas. Lamentablemente, este gobierno hoy no tiene liderazgo político. No está tomando las decisiones políticas para sacarnos de esta difícil situación con la urgencia que requiere.

          Durante esta semana, todos hemos leído un informe de la Organización de las Naciones Unidas que indica que en la Argentina, desde 2014 a esta parte, se ha ido ampliando el porcentaje de personas en situación de pobreza, de indigencia pero, fundamentalmente, de hambre. Somos el país de Sudamérica donde más creció el hambre desde 2014 hasta la actualidad. Esto nos debe doler a todos, también a los que tenemos responsabilidades políticas.

          Hoy estamos dando un gran primer paso, que es una obligación del Estado. Me refiero a garantizar la nutrición y el acceso a los alimentos en la Argentina. La seguridad alimentaria y nutricional se debe transformar en un primer paso básico de consenso. Todos tenemos la obligación de poner nuestro granito de arena.

          Asimismo, se debe transformar en una política de Estado prioritaria de una nueva etapa, que debe ser de unidad nacional en la República Argentina. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Saadi, por Catamarca.

 

Sr. Saadi.- Señor presidente: nuestro bloque acompaña la aprobación del presente proyecto de ley. Consideramos que la realidad que vive nuestro país exige la emergencia alimentaria con carácter urgente.

          Los datos que arrojan las estadísticas del INDEC y de la UCA son contundentes; más que contundentes, diría dramáticos. Hoy el 34 por ciento de la población argentina es pobre; 14 millones de personas han caído bajo la línea de pobreza. En estos últimos doce meses se incorporaron 4 millones de pobres nuevos. La indigencia alcanza casi al 7 por ciento: 3 millones de personas bajo la línea de la indigencia. Uno de cada dos niños es pobre en la República Argentina; uno de cada tres niños comen en alguna escuela, club o centro vecinal. El informe de la Universidad Católica Argentina indica que el 13 por ciento de esos niños están pasando hambre.

-   Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente 1° de la Honorable Cámara, ingeniero José Luis Gioja.

 

Sr. Saadi.- Evidentemente, cuando hablamos de pobreza, pero sobre todo de indigencia, estamos hablando de hambre. Las causas y las responsabilidades seguramente podríamos discutirlas todo el día, pero es evidente que la política del gobierno nacional ha provocado una pérdida del valor adquisitivo del salario, una gran devaluación, una crisis cambiaria y una aceleración de la inflación ‑sobre todo, en el tema de los alimentos‑, que produjo una fuerte recesión y, por consiguiente, una fuerte caída del empleo.

          Creo que es incuestionable que el camino que planteaba el jefe de Gabinete de Ministros, cada vez que venía a esta Cámara, o el que planteaba el propio presidente Macri, no era el correcto. No puede ser que en este país, en el que habitan 40 millones de personas y donde se producen alimentos para más de 300 millones de personas, haya millones de argentinos que hoy estén sufriendo hambre. Pero esta es la realidad, y ante esta situación tiene que haber una respuesta contundente del Estado; no solamente por una cuestión legal o constitucional ‑porque el Pacto de San José de Costa Rica y la Convención sobre los Derechos del Niño garantizan derecho a una alimentación adecuada‑, sino, fundamentalmente, por una cuestión humanitaria. 

          No deja de preocupar cuando uno escucha con asombro ‑hoy debería haber muchísima prudencia de la clase política‑ a algún ministro del Poder Ejecutivo nacional decir que no hay hambre en la Argentina, sino que la gente solamente no puede cubrir algunas necesidades y aquellos que pasan hambre tengan que ir a los comedores. Hay que tener prudencia. Es muy doloroso para un padre o madre de familia, no poder llevar el sustento a su casa; no poder dar de comer a sus hijos en su hogar y tener que enviarlos a un comedor.

          Quiero decir que hoy los comedores también son insuficientes, producto de que el gobierno nacional, en varias provincias, ha restringido los fondos para ayuda alimentaria. En la provincia de Catamarca se financian dos programas, uno es “Tarjeta Familia”, que asiste a más de 20 mil familias y hasta 2015 el gobierno nacional se hacía cargo del 51 por ciento, y luego, cuando se fueron actualizando los convenios, llegamos a la realidad de que esos aportes se restringieron solamente al 22 por ciento. Hoy es la provincia de Catamarca la que se hace cargo del 78 por ciento, con dinero de los catamarqueños.

          Lo mismo pasa con el aporte a los comedores escolares. Hasta 2018 la Nación aportaba el 51 por ciento y luego de la actualización de los convenios solamente asiste con el 29,22 por ciento, y la provincia de Catamarca se hace cargo del 70 por ciento restante. Quiero aclarar que la provincia de Catamarca tiene otros programas de asistencia alimentaria, que ya fueron reestructurando su partida para hacerse cargo de la situación de vulnerabilidad.

          Por eso, vamos a acompañar este proyecto, porque entendemos que es correcto que se incrementen los aportes para paliar el hambre de millones de argentinos, que se actualicen por inflación, y también queremos pedir que cuando se realicen esas reestructuraciones presupuestarias no se toque el dinero de las jurisdicciones. Las provincias ya están haciéndose cargo del subsidio a la energía, al trasporte, del tema alimentario, del fomento al consumo, de la construcción, con fondos propios. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Gioja).- Tiene la palabra el señor diputado Del Caño, por Buenos Aires.

 

Sr. Del Caño.- Señor presidente: esta sesión, como dije al comienzo ‑cuando intentamos que se pueda tratar el proyecto para aumentar la emergencia en materia de jubilaciones, salarios y Asignación Universal por Hijo‑, se da en un momento de muchísima crisis en el país, que afecta, fundamentalmente, a las grandes mayorías populares.

          Estamos ante una crisis que quizás sea la más grave desde 2001, pero para esta Cámara eso no significó nada. Hace tres meses que está cerrado el Congreso y ‑como sostuvieron varios señores diputados recién diciendo que la Argentina es un país que produce alimentos para 400 millones de personas‑ hoy tenemos niños, niñas, personas que sufren hambre. Eso no se debe a una catástrofe natural, se debe a un sistema social irracional, criminal, organizado para beneficiar a un pequeño puñado de banqueros, terratenientes y grandes empresarios.

          Estas políticas que llevó adelante el gobierno de Mauricio Macri para beneficiar a los grandes grupos económicos contó con el apoyo, durante gran parte de su gobierno, de leyes fundamentales para aplicar el ajuste, para endeudar el país; tuvo el apoyo cómplice de sectores del Partido Justicialista, de los gobernadores que aquí dieron el quórum y los votos para robar a los jubilados en diciembre de 2017, y de la CGT que dejó pasar el ajuste brutal que se llevó adelante en estos años. Escuchamos ahora a muchos que se rasgan las vestiduras por esa responsabilidad del gobierno de Macri y también de sectores que permitieron que se llegara hasta aquí.

          Nosotros acompañaremos cualquier paliativo para millones que hoy están sufriendo hambre y las consecuencias de las políticas de este gobierno; pero no nos engañemos. Ahora estamos discutiendo este proyecto de ley, pero desde la última elección de las PASO ‑que tuvieron lugar hace un mes‑, hasta el día de hoy, los especuladores fugaron el equivalente a cien leyes de emergencia, que deberían beneficiar a millones y millones que hoy pasan hambre; es decir que los especuladores se la están llevando con pala y nosotros estamos discutiendo un proyecto de ley que es un paliativo, pero que no resuelve los problemas estructurales como el hambre, la desocupación y la pulverización de los ingresos de los jubilados, trabajadores y trabajadoras.

          Por eso, venimos planteando la necesidad de discutir muchos otros puntos, como el que mencionamos al comienzo, y por el acuerdo cerrado que hay en este Congreso para esta sesión, ninguno de los bloques mayoritarios quiso que se discuta la emergencia salarial de los jubilados y de los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo.

          Creo que hay que discutir medidas de fondo, porque se nos dice que hay que pagar hasta el último centavo de la deuda a nuestros acreedores y al Fondo Monetario Internacional y que eso puede hacerse al mismo tiempo que se beneficia a las mayorías populares. Es absolutamente irreconciliable el interés de los grandes banqueros y empresarios, con el de las mayorías populares.

          Por eso, decimos que hay que dejar de pagar esa deuda. No solamente dijimos que era ilegal e ilegítima, porque el acuerdo con el Fondo Monetario ni siquiera pasó por el Congreso, también planteábamos que era impagable, y nos decían que la izquierda tenía una postura ideológica y que eso no era así. Recordemos que el propio gobierno de Macri declaró el default técnico de su propia deuda.

          Por supuesto, mintieron, como mintieron en la campaña, como mienten siempre, pero –insisto‑ no nos engañemos, lo que se va a pagar este año de intereses de la deuda equivale a cuarenta veces las políticas alimentarias que hay en la Argentina. Entonces, hay que sacársela a quienes se la están llevando en pala. En estos días, los amigos del presidente Macri –Mindlin y Caputo, vinculados con empresas energéticas- recibieron el pago de una deuda histórica equivalente al monto que hoy estamos discutiendo aquí para paliar el hambre de millones de argentinos. Evidentemente, hay algo que no cierra para las mayorías populares.

          Por ello, quiero reivindicar a los movimientos de desocupados y a las organizaciones sociales. El candidato del Frente de Todos dijo que hay que evitar las calles; todo lo contrario. El único método con que cuentan los desocupados, los trabajadores ocupados, el movimiento de lucha de las mujeres y la juventud para conquistar sus demandas, consiste en la movilización, las huelgas, los piquetes, los acampes y cada una de las medidas de lucha que llevan a cabo con mucha fuerza millones y millones de compatriotas, con el fin de hacer oír sus demandas.

          Además, nos quieren engañar diciendo que ahora hay que quedarse tranquilos, que debemos evitar salir a las calles y aceptar la situación a la que nos ha llevado este gobierno y sus cómplices; no es así, apelamos a esa movilización popular. Por eso, venimos denunciando a la CGT que no movió un dedo, durante estos cuatro años, y ahora sostiene que el salario mínimo debería ser de 31.000 pesos. Sin embargo, cuando lo consultan a Daer -su secretario general- acerca de si va a tomar alguna medida de fuerza, él dice que no. Esto no nos sorprende. Tenemos que plantear que el único camino para dar vuelta esta situación con el fin de que se beneficien las grandes mayorías es con empleo y un salario igual a la canasta familiar. Debemos terminar con este saqueo histórico que está llevando adelante el gobierno de Macri, de la mano del Fondo Monetario Internacional.

          Señor presidente: Macri se va a ir, pero nos deja la crisis y, con ello, al Fondo Monetario Internacional. Deja a millones de personas sumidas en la miseria y el hambre. Para salir de esa situación hay que levantar un planteo como el que estamos haciendo desde el Frente de Izquierda. Me refiero a la implementación de una serie de medidas de fondo tales como la nacionalización de la banca, el monopolio estatal del comercio exterior y otras tantas tendientes a que esta crisis no la pague el pueblo trabajador sino los que la generaron, o sea, los grandes grupos económicos, los banqueros y los terratenientes. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Gioja).- Tiene la palabra la señora diputada del Plá, por Buenos Aires.

 

Sra. del Plá.- Señor presidente: no puedo empezar mi exposición sin dejar de saludar a mis compañeros del Polo Obrero y de las organizaciones sociales que están acampando en la avenida 9 de Julio, situación que se repite en trece provincias, con la realización de diversas acciones que abarcan siete jurisdicciones más.

          Asimismo, quiero expresar mi repudio por la represión sufrida por los trabajadores de la mano del gobierno de Larreta, con el aval de la ministra Bullrich y del presidente Macri, que se ha convertido en un clásico en las movilizaciones que se vienen desarrollando en la ciudad de Buenos Aires.

          Aquí vemos la “parlamentarización” de un discurso, porque el gobierno tenía todos los instrumentos para resolver los puntos que forman parte del reclamo de los compañeros desocupados, que están acampando en estos momentos. Sin embargo, en el marco de una medida para ganar tiempo, dilatar y tratar de no llevar adelante rápidamente el aumento de las partidas para los comedores populares, se llegó a este debate en el Congreso.

          El gobierno de Macri no es el único responsable de llevar a nuestro país al quebranto. No podemos dejar de decir que dicho quebranto también viene de la mano de los gobernadores de todas las provincias, que pertenecen a diversos signos políticos –sumando a los distintos bloques‑, que se rasgan las vestiduras, haciéndose los opositores, pero finalmente han garantizado al gobierno macrista cada una de las leyes sancionadas durante estos cuatro años.

          Por ello, considero que debemos ser claros. El gobierno no tiene que dilatar nada sino que debe atender los reclamos que son muy precisos. De ninguna manera podemos dejar pasar lo afirmado en el día de ayer por Alberto Fernández -acompañado por la burocracia de la CGT- respecto de que hay que abandonar las calles. Es una caradurez decir que dejen las calles a los estatales y docentes de Chubut, que no cobran sus salarios. Ese es el aval a la burocracia del gremio petrolero que utilizó una patota para sacarlos de la ruta. ¿Será el anticipo de que se avalará la tercerización de la represión, como ya hemos vivido en el pasado? Es un llamado de atención. Hay que atender los reclamos de los compañeros que están acampando, pues son muy precisos. Entre esos pedidos se encuentra la duplicación de los montos de los planes. Concretamente, con 7.500 pesos nadie puede alimentarse y hacer lo propio con su familia. También solicitamos la reapertura de la inscripción de los planes, porque hoy hay solo 450.000 de ellos en vigencia. Hay millones de personas desocupadas bajo la línea de pobreza. Además, se han sumado miles y miles de desocupados, a raíz de los despidos sucedidos en los últimos meses. Se debe garantizar el acceso a una asistencia social. Asimismo, considero que hay que aumentar de inmediato las partidas de los comedores escolares.

-   Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, doctor Emilio Monzó.

 

Del Plá.- Por ello, de ninguna manera podemos aceptar que aquí basta con ir a pedir un trabajo para tenerlo, tal como dijo un señor diputado. ¡Caraduras! ¡Vienen avalando los despidos, las suspensiones y los recursos preventivos truchos de crisis! Ojo, vuelvo a reiterar: no son los únicos.

          Desde mi banca quiero alertar a los trabajadores

-ocupados y desocupados de nuestro país- que estos cantos de pacto social vienen a tratar de imponer una calma a los reclamos de los trabajadores, porque los que gobiernan y los que se aprestan a gobernar seguirán el libreto del Fondo Monetario Internacional. Ya conocemos los antecedentes de los pactos sociales, sumado al congelamiento de precios y salarios. ¿Qué es lo único que se congela? Los salarios. Sin embargo, los banqueros, las patronales, el FMI y los capitales especulativos siguen haciendo sus negocios.

          Por esta razón, hemos dado la forma de proyecto de ley a este programa de emergencia y salida de la crisis. Concretamente, presentamos una iniciativa mediante la cual se colocan los tres reclamos solicitados por los movimientos sociales que están acampando. En este sentido, propiciamos un proyecto de ley vinculado con el aumento inmediato de jubilaciones y pensiones. No podemos permitir que los jubilados y pensionados sigan viviendo en la indigencia. Asimismo, solicitamos la prohibición de suspensiones y despidos, porque hay que frenar el engrosamiento de la lista de desocupados. También requerimos el aumento inmediato del salario mínimo, vital y móvil, con el fin de llevar el monto a 35.000 pesos, equivalente a la canasta de pobreza.

          Estos son los reclamos más urgentes. En lugar de llamar a la calma y a no ocupar las calles, propiciamos la participación masiva en el plenario de trabajadores, ocupados y desocupados, que se hará el próximo sábado en el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático, sede Pilar. Allí nos reuniremos los trabajadores y dirigentes sindicales, que no somos parte de la tregua, para discutir cómo desarrollamos un plan de lucha en función de los reclamos urgentes que no pueden esperar. 

          En este camino, no podemos dejar de apoyar un proyecto que, en forma muy limitada y con muchas vueltas, plantea el aumento de 10.000 millones en la partida destinada a los comedores comunitarios. En simultáneo, debemos marcar los límites insalvables que tiene el proyecto; por ejemplo, las partidas que se van a reasignar y la potestad del Poder Ejecutivo para llevar a cabo dicha aplicación. Esto no puede demorarse.

          Hemos visto que muchos se rasgan las vestiduras hablando de emergencia alimentaria. Concretamente, escuchamos a un gobernador –candidato a vicepresidente- referirse a la emergencia alimentaria. ¡Caradura! Las comunidades originarias y la niñez de su provincia están sumidas en la desnutrición desde hace años, y no ha dado un solo paso para resolver el problema. Entonces, la hipocresía es muy grande y por eso tenemos que decir cuáles son las verdaderas salidas.

          La verdadera salida es romper con el régimen del FMI, desconocer el pago de una deuda usuraria y fraudulenta, y poner en pie un plan al servicio de las necesidades de la población trabajadora que dé una verdadera salida a las necesidades de la gente.

          Eso solo puede lograrse imponiendo que la crisis la paguen quienes la crearon, los capitalistas, y no los trabajadores. En eso estamos unidos los integrantes del Partido Obrero y del Frente de Izquierda de los Trabajadores.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Contigiani, por Santa Fe.

 

Sr. Contigiani.- Señor presidente: soy de los que creen que no hay democracia posible si no aseguramos la dignidad humana de las personas y de los pueblos, y hoy esto en la Argentina no está garantizado. También creo que este debate es una forma de mostrar la derrota de la política, porque a treinta y seis años de democracia estamos hablando de emergencia alimentaria.

          Claramente fui muy crítico de la política económica del gobierno nacional; lo he sido tanto en su momento desde mi lugar como ministro de la Producción de mi provincia, Santa Fe, como ahora desde mi rol como diputado nacional. Pienso que este gobierno es responsable de aplicar un conjunto de políticas económicas con las peores consecuencias conocidas en una etapa de cuarenta años de estancamiento y desigualdad en la Argentina.

          Es por ello que tenemos que hacernos cargo de esto desde la política. Quienes tratamos de honrarla, debemos intentar revertir este modelo económico de desigualdad y de concentración económica, además de la causa estructural del estancamiento en la Argentina, que es fruto y causa de la pobreza y la indigencia en nuestro país, por lo menos desde 1976 a la fecha. Eso es lo que debemos revertir en la etapa política que viene. En este sentido, tengo la esperanza de que todos nos hagamos cargo de esto, porque humildemente creo que todos somos responsables, en mayor o menor medida.

          Quiero citar un antecedente parlamentario de esta sesión. Me refiero a un proyecto de ley sobre el que hemos trabajado con el señor diputado Juan Brügge, de la provincia de Córdoba, sobre emergencia alimentaria, por el que se dispone su prórroga hasta diciembre de 2021. Existe otra iniciativa que crea una unidad de coordinación territorial para los grandes barrios de las distintas ciudades del país a fin de que sea más efectiva la ayuda a los sectores y personas que lo necesitan.

          Con el señor diputado Brügge también solicitamos la realización de una sesión especial hace unas semanas –y estamos muy contentos de que hoy se dé esta sesión- porque creemos que el Parlamento no puede estar ausente ante la actual coyuntura; por el contrario, deberían estar dándose debates trascendentales.

          Asimismo, creemos que hay herramientas que podemos aportar ante la situación que se vive en el país. Consideramos que se debe sancionar el proyecto sobre emergencia alimentaria para poner un piso mínimo de dignidad humana en la Argentina. A partir de allí, podríamos discutir iniciativas como la ley de góndolas, que hoy sería un instrumento clave para combatir la inflación o el abuso de algunos sectores económicos que hacen darwinismo con los precios de los alimentos en la Argentina. También quisiéramos debatir la declaración de la emergencia laboral privada y pública por lo menos por seis meses. Es decir que desde este Parlamento y la política podamos dar señales, en este sentido.

          No obstante lo dicho, el gobierno nacional también tiene herramientas concretas que podría utilizar independientemente de la norma que sancionemos. Por ejemplo, el hecho de subejecutar partidas del presupuesto alimentario que hemos votado en este Congreso, es de una irresponsabilidad política mayúscula cuando hay hambre, desesperación y creciente demanda de los sectores de pobreza e indigencia en la Argentina.

          En este sentido, voy a dar un ejemplo concreto. En la provincia de Santa Fe están debiendo a comedores escolares 196 millones de pesos por subejecución presupuestaria. En programa “Tarjeta Alimentaria”, la Nación todavía no giró 97 millones de pesos.

          En el caso de Córdoba, de lo presupuestado todavía no mandaron a la provincia casi 50 millones de pesos para comedores escolares; en concepto de “Tarjeta Alimentaria”, esa cifra asciende a 91 millones de pesos.

          Podría hablar también de la provincia de Entre Ríos, donde no se giraron 91 millones para comedores escolares ni 64 millones para la “Tarjeta Alimentaria”. O sea que se están subejecutando esas partidas presupuestarias en un momento en que necesitamos pacificar a la Argentina y responder a las necesidades más fundamentales de justicia y respeto por la dignidad humana.

          Quiero decir al oficialismo –porque no hago nunca una lectura en blanco y negro- y a los que creen en la política, que es momento de dar el salto y debatir; es el momento de poner en la agenda algunos temas para cambiar esta historia. Por ejemplo, podrían en este momento actualizar los convenios de seguridad alimentaria suscritos entre el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación y las provincias. ¿Por qué digo que podrían actualizarse? Por ejemplo, la partida destinada a la copa de leche, en mi provincia –Santa Fe-, desde junio de 2016 solo recibió un incremento del 10 por ciento, cuando hemos tenido una inflación del 39,9 en 2016; del 24,9 en 2017; del 47,6 en 2018, y quizás vamos hacia un índice inflacionario de entre el 45 y el 50 por ciento para este año.

          Mientras esto ocurre, como dije, las partidas para la copa de leche se incrementaron desde junio de 2016 a la fecha solo un 10 por ciento, a la vez que ha ido creciendo la demanda de contención social. Es por eso que reclamamos medidas concretas al gobierno, que debe lograr un despertar en las políticas y un compromiso social en serio.

          Se puede pensar de derecha, de izquierda o como sea en la Argentina, pero no se puede no contar con una política social en favor de la dignidad humana. Es necesario aferrarse a las contenciones sociales, barriales y territoriales para asegurar en democracia un piso mínimo de derechos a partir del cual podamos discutir las políticas entre todos.

          Quiero remarcar que para mí este es un debate nada altruista, nada audaz, y hasta diría con cierta intimidad que es vergonzoso en nuestra condición de militantes. Digo esto porque la Argentina está estancada en este punto. Estamos dando debates y argumentos para asegurar uno de los derechos básicos de la dignidad humana, pero es hora de que alguna vez demos un paso adelante y nos animemos a debatir un modelo de desarrollo en la Argentina para que nunca más tengamos que tratar la emergencia alimentaria.

          Debemos hacernos cargo de la desigualdad en una Argentina que desde 1974, desde aquel modelo de sustitución de importaciones, no crece. La industria manufacturera no genera empleo y vivimos de endeudamientos o de momentos gloriosos de los commodities. Es hora de que la política se haga cargo de esto.

          Por lo pronto, guardo la esperanza de responder esta urgencia en lo inmediato, de garantizar este piso mínimo y en la etapa política que viene poder establecer un objetivo en el horizonte que nos permita alguna vez dejar de hablar y dictaminar sobre emergencia alimentaria. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Ramos, por Santa Fe.

 

Sr. Ramos.- Señor presidente: escuchando aquí al resto de los compañeros, y por supuesto ratificando la voluntad de la mayoría, es mi intención acompañar este proyecto. Sin embargo, también tengo que ser sincero: hemos votado muchas cosas acá, y la verdad es que este gobierno no se ha caracterizado por cumplir con las leyes que son favorables al pueblo.

          Hablamos aquí de una necesidad, pero no estaríamos hoy discutiéndola si tuviéramos un gobierno con las cualidades necesarias para poder cubrirla. Hay cosas muy sencillas, nosotros discutimos la emergencia alimentaria, pero les muestro una publicidad que aparece en La Capital, el 30 de junio, que dice que si usted quiere comprar un Mercedes Benz CLA-200 Urban, por plan gobierno se le descuenta el 10 por ciento. El auto cuesta 46.500 dólares, y si hay alguien que quiere aprovechar, con una bonificación del gobierno nacional, con miras de insertarnos en el mundo y fomentar la industria alemana –algo muy importante‑, le descuentan 5.000 dólares, casi el 10 por ciento de bonificación.

          Algunos hablaban de Suiza, pero yo vengo de otra realidad: Granadero Baigorria, Santa Fe, Gran Rosario, con una situación compleja, como dijimos desde un primer momento, cuando advertimos que se venían planificando y ejecutando las políticas que esta Cámara aprobó, gracias al acompañamiento de la mayoría.

          Hoy la UCA dice que hay 3 millones de pobres, y la FAO, un millón y medio; recordemos también que, según este organismo, en 2014, en la Argentina había hambre cero, lo cual no es un dato menor.

          Para no quedarnos solo con un diagnóstico, en su momento presentamos con la diputada Rodenas un proyecto que tenía por objeto la creación de una Agencia de Seguridad Alimentaria y de Fomento a la Producción Local. En definitiva, planteamos que la industria alimenticia tiene que ser tratada como un sector estratégico, en un país en el que gran parte de los ciudadanos nos jactamos de producir alimentos para 400 millones de personas. La verdad es que no producimos alimentos para 400 millones, sino materia prima cruda, en su gran mayoría, que luego es transformada y después comprada; sin embargo, tenemos industria cero.

          Este era el rol que en su momento habíamos planteado con la diputada Rodenas, en el sentido de crear una agencia con el objetivo de trabajar en los territorios, para que el gobierno nacional defina claramente una política y haga que las provincias, municipios y comunas se metan en la producción local a fin de satisfacer lo más básico. El Estado debe asegurar alimentos en calidad y cantidad para su gente, y fomentar el desarrollo de las agroindustrias locales; de allí, la consiguiente aplicación de innovación y tecnología. Por supuesto que este proyecto duerme –no es que ha sido rechazado‑ en la Comisión de Acción Social y Salud Pública, que preside el bloque Cambiemos.

          Obviamente que este no es un tema prioritario, pero ahora sí estamos considerando la emergencia económica. En este sentido, es importante que la dirigencia política se haga cargo alguna vez. No podemos seguir tratando los alimentos como un bien más, como si fuera un televisor o un bien consumible, que tenemos la posibilidad de cambiar, y que el resto que no come, se embrome, por decirlo de alguna manera. Entonces, creo que esto requiere de una mirada y una definición de un Estado presente en un sector estratégico; la producción de alimentos no puede ser vista como un fragmento librado y regulado por el mercado, sobre todo, teniendo en cuenta la potencialidad de nuestro país. Desde ese contexto, habíamos presentado ese proyecto, porque creemos en un Estado distinto y presente, en la producción y el empleo.

          Por lo expuesto, acompañaremos este proyecto, pero está lejos de cumplir lo que uno quiere, que es que nuestro pueblo crezca con trabajo, industrialización y desarrollo. Esa es la única manera que nosotros entendemos, porque como nos enseñaron en el peronismo, gobernar es generar trabajo. En ese sentido, planteamos ese proyecto de ley y creo que es fundamental que el Estado defina algunos sectores estratégicos, y no que siga tratando algunas industrias de manera desigual, como las de la producción de alimentos, la farmacéutica, la del software, la de la defensa e incluso, la vinculada con la vivienda. Es fundamental que se definan objetivos claros en los próximos gobiernos; hablo de “próximos” porque de este no espero más que endeudamiento y entrega.

          Me parece importante decir que creo que los que estamos acá tenemos hasta diciembre para tratar un proyecto más profundo que tienda a modificar la matriz productiva de los argentinos, para dejar de ver la exportación de alimentos o de materia prima como un commodity, y asegurarnos, desde el Estado nacional, que nuestra gente coma en cantidad y calidad, y ello sirva de estímulo al desarrollo de nuestras provincias y ciudades de todo el país. Para esto, se requiere una mirada distinta de los alimentos y de la producción, no como un bien más, sino como algo fundamental que el Estado debe asegurar.

          En este sentido, el proyecto de creación de la Agencia de Seguridad Alimentaria, en el país que uno desea para nuestras familias e hijos, requeriría también de una agencia de Vivienda. Que nadie se asuste, pero así como tenemos en el Estado a YPF, fundamental para el desarrollo de nuestro país, necesitamos participar, de alguna manera –no digo como monopolio‑, de una sociedad agroexportadora, ya que lo único que hacemos es exportar materia prima, pero todo está en manos del sector privado. Por supuesto, también necesitamos que el Estado genere una empresa estatal de logística naviera para que, con nuestra producción, podamos trabajar en el desarrollo de nuestras industrias a través de la carga que nuestro país genera y produce.

          Esto es lo que uno anhela, para lo que uno trabaja y no vamos a claudicar, más allá de la política “rivadaviana” que este gobierno planteó ‑como siempre digo‑ desde el primer día con entrega, subordinación y hambre de nuestro país. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Ramón, por Mendoza.

 

Sr. Ramón.- Señor presidente: hay un diagnóstico que no podemos evitar. El 50 por ciento de los empleados públicos y privados en nuestro país, en nuestra provincia de Mendoza, está en negro; el 12 por ciento de las familias en la provincia de Mendoza vive en villas de emergencia; el 13,2 por ciento –más de 200.000 mendocinos‑ está en una situación que no alcanza a parar la olla, llegar a fin de mes y alimentar a su familia. Como dicen algunos en mi pueblo: “Muchachos, nos llegó el agua al cogote”.

          Por eso, estamos tratando este tema, que es un proyecto que, mirado desde la visión de cualquiera de las provincias que formamos parte de la Argentina, está hecho solo para conciliar y que la sociedad sienta que estamos haciendo algo con la emergencia alimentaria que sufre la Argentina.

          Pero tenemos un problema, porque este proyecto sigue mirando solamente uno de los aspectos orientado a mitigar el conflicto en el que estamos y los piquetes que se producen en la Capital Federal. Yo quiero hablar de Mendoza. En mi provincia no están esos piquetes que molestan a algunos de los argentinos que viven en la Capital Federal.

          Quiero dar algunos ejemplos concretos de mi provincia. Hace muy poco, recorrimos treinta y dos escuelas para verificar la situación real en Mendoza en el sentido de que el 80 por ciento de los alumnos de las escuelas secundarias públicas y el 77 por ciento de los chicos de las escuelas primarias públicas ‑sobre todo, en los lugares marginados del centro de la capital‑, reciben del gobierno de la provincia solamente un alimento a base de leche, los días miércoles. El resto de los días de la semana les dan mate cocido, té con una tortita y un poquito de pan para soparlo en el té. Esa es la situación de todas las escuelas públicas de la provincia de Mendoza a las que van chicos con problemas alimentarios. ¡Qué lejos estamos de esa alimentación saludable que tanto se pretende en algunos lugares!

          Otra situación es lo depravado de considerar que está por debajo de la línea de pobreza cualquier persona que tenga menos de 34.000 pesos de ingreso en su familia, como es el caso de los jubilados. Hace pocos días, el ministro de Producción y Trabajo, de manera unilateral, resolvió que el salario mínimo vital y móvil estaba casi a la mitad. Eso da vergüenza; lo peor es que desde hace muchas décadas, los dos partidos mayoritarios –ninguno debe sacarse el collar del cogote‑, cada uno con el látigo que da la posibilidad de gobernar con mayoría de votos en las Cámaras legislativas, resuelven sin equidad.

          ¿Y qué hablamos en el sentido de que se resuelve sin equidad? Lo mismo que está ocurriendo en este proyecto de ley, que desde ya adelanto que lo vamos a apoyar porque es lo único en danza que va a permitir mitigar esta situación que ahora estamos tratando de solucionar.

          ¿Qué quiero decir con esto? En 2002, cuando se dictó la ley de emergencia, se creó un consejo que tenía dos representantes. En este sentido, hemos presentado un proyecto para tratar en este recinto, pero no logramos que pudiera ser unificado en esta iniciativa que vamos a votar. Es decir, tiene que existir un consejo del que participen las provincias.

          La ejecución presupuestaria de los fondos que se prevén en este proyecto apunta a duplicar lo que se estableció en el presupuesto. Esto aplica a los municipios y a las provincias, que es donde están las trincheras y está ocurriendo esta verdadera y severa situación alimentaria.

          Quiero aclarar que en este proyecto que vamos a votar hoy esto no está contemplado. Lo único que hemos logrado acordar con estos señores a los que hoy les está tocando gobernar es que la ministra de Desarrollo Social duplique y pueda reasignar partidas, pero a gusto y piacere de aquello que sucede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que está muy lejos de lo que está ocurriendo en nuestras provincias. 

          Por eso, cuando en el artículo 4° de nuestro proyecto proponemos la creación de un consejo, hay algo que es político, porque es hora de que los dos partidos mayoritarios –más allá de quien gane‑ no gobiernen con el garrote. Necesitamos tener una mesa en la que todas las fuerzas nos pongamos de acuerdo -por lo menos, en cuatro políticas de Estado- para consensuarlas entre todos. Esa es la propuesta.

          No tenemos que sacar un proyecto hoy para decir: “Somos diputados, somos senadores, somos funcionarios del Estado”, sino que nos ha llegado el agua hasta el cogote y algo queremos hacer por nuestra sociedad. Si lo queremos hacer de verdad, nos tenemos que sentar todos en la misma mesa y establecer cuatro políticas de Estado -tan solo cuatro‑ para que no haya uno que tenga el garrote ni que, en función del proyecto que vamos a aprobar hoy, solamente tenga el poder de decisión quien esté a cargo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los representantes de las provincias necesitamos volver a recuperar esa soberanía que hemos perdido.

          Este proyecto me da vergüenza. Lo apoyamos porque sabemos que hay una emergencia y que de alguna manera tiene que haber alguna herramienta que trate de solucionar este problema, pero sepamos todos –y quiero que quede claro‑ que la Argentina no se gobierna solamente desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

          Las provincias tenemos nuestras propias herramientas, pero las tenemos que tener en una ley como esta y, tal como ocurrió en el año 2002, debemos contar con un consejo en el que están representados los funcionarios del Estado nacional, de las provincias y de las intendencias, y que además haya información para que sepamos cómo avanza la asignación de esas partidas. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra la señora diputada Muñoz, por Chubut.

 

Sra. Muñoz.- Señor presidente: estar hablando de la ley de emergencia alimentaria mientras ella está en vigencia nos hace pensar que estamos en una situación muy difícil.

          Quiero comenzar mi exposición recordando que cada vez que recibíamos al jefe de Gabinete en este recinto nos decía que este era el camino, que íbamos por el mejor camino y que las opiniones de los diputados de la oposición eran de la oposición. Esto fue dicho en diciembre de 2018.

          Así, en abril de 2019, en ocasión de una nueva visita del jefe de Gabinete, le dije textualmente lo siguiente: “Nuestra mirada de la Argentina es diferente. Hoy el país tiene hambre, miedo, incertidumbre y dolor porque no sabe qué va a pasar mañana. Hoy los jubilados hacen tatetí para saber qué remedio compran y si toman la mitad o un cuarto de la dosis para que no se les acabe. Las familias hacen tatetí para ver cuál de las cuatro comidas diarias fortalecerán, porque no les alcanza el dinero. Las familias hacen tatetí para ver qué servicio pagarán o si podrán pagar el crédito que sacaron o el alquiler”.

          En ese momento, también enumeré otra serie de situaciones y el jefe de Gabinete compartía el hecho de que había incertidumbre. Realmente, con una ley de emergencia en vigencia y con la situación que está viviendo nuestra Argentina, la realidad nos supera. Entre todos tenemos que sacar a nuestro país de esta situación.

          Señor presidente: los que trabajan no comen porque no les alcanza. Por primera vez en la historia están bajo la línea de la pobreza. Todos los jubilados están bajo la línea de pobreza. Además, hoy los trabajadores no tienen trabajo debido a la cantidad de despedidos que ha habido durante este gobierno. Tampoco se ha generado trabajo.

          Los niños no toman leche. ¿Cómo se puede decir a un chico que no tiene leche? Hay algo que hoy existe debido a que en las góndolas no hay leche sino un producto similar.

          Los chicos no comen pan, que es el alimento de los pobres. Muchas familias les daban un pedazo de pan y un mate cocido, pero hoy no tienen ni eso.

          Entonces me pregunto: ¿qué Argentina estamos dejando cuando el jefe de Gabinete nos decía acá que íbamos por el buen camino? Y yo le decía que íbamos tan bien por ese camino que terminamos en el Fondo Monetario Internacional generando una deuda impagable. Ya nos gastamos todos los dólares, pero no pusimos ninguno para los pobres.

          Hoy vi a toda la gente en la calle. Se puede decir que eso se debe a política partidaria o electoral, pero la gente tiene hambre. Anoche estaban con los bebés, con los nenes. Alguien que tiene para comer no va a sufrir frío y hambre en la calle.

          Entonces, hoy, trabajando para mejorar esta ley de emergencia, simplemente pido que no quede acá este dinero sino que vaya a todo el país, porque hay hambre a lo largo y a lo ancho de la Argentina.

          Las provincias y los municipios son los que dan la cara, los que se tienen que hacer cargo de esta situación. ¿Y sabe qué, señor presidente? Ya no dan más.

          Vengo de una provincia que tiene una situación muy difícil. Allí han ido los ministros, pero ni siquiera han pasado a hablar con el gobernador para ver en qué pueden ayudar. Solamente han ido a hacer proselitismo y llevar el canal de televisión para que después vuelva a mentir.

          Ya no podemos hablar de la pesada herencia, señor presidente, porque ya pasaron cuatro años. ¿Qué decimos ahora a la gente que está en la calle? Ya no le podemos decir que no nos alcanzó.     Dicen que la ministra de Desarrollo Social tiene más de 3 mil millones que no ha ejecutado. ¿Y qué hace dejando a la gente ahí, con el frío, en la calle? ¡Son argentinos! Son argentinos que deben ser dignificados por quienes nos toca gobernar.

 Se gobierna para todos y no como en mi provincia, donde todo lo que se distribuye forma parte de un desarrollo social paralelo. Digo esto porque en la época de la campaña llegaron seis camiones a la provincia, con heladeras y muchas otras cosas, pero quedó todo en el control para ser repartido por los movimientos sociales.

          ¿Qué le pasó a quien nos dijo que habría pobreza cero? ¿Se le perdió el papelito donde lo había escrito? Yo pido que se acuerden que los que dan la cara son los municipios y, por ello, solicito fondos federales para que puedan paliar esta situación.

          Además, es necesario que se abra el Congreso porque muchos integrantes de la oposición, más allá de ser oposición, tienen experiencia y han sabido llevar a la Argentina adelante. Queremos seguir trabajando y discutiendo qué podemos hacer entre todos porque una vez que se termina la campaña, se acabó el proselitismo. Acá somos todos argentinos y nuestra responsabilidad como diputados nacionales es buscar todas las soluciones posibles mediante la sanción de las leyes. En este sentido, tenemos aquí muchas leyes interesantes y diputados con mucha historia y trayectoria. Tal como dije en el mes de diciembre del año pasado, no pensemos en nosotros mismos sino en los argentinos y unámonos para tratar de sacar a nuestra Argentina adelante, para que toda esa gente que está en la calle –y seguirá estando‑ pueda irse tranquila a su casa. Pero no con una bolsita de comida...

 

Sr. Presidente (Monzó).- Le pido que redondee, señora diputada.

 

Sra. Muñoz.- ...sino con trabajo digno. El hambre es muerte; ¿qué le damos al que no come luego de un tiempo? ¿Dignidad? Es un ser humano, debemos tratar a las personas como seres humanos y no como cosas. No son cosas, son seres humanos, son argentinos que necesitan comer, trabajar y ser dignos. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra la señora diputada Schlotthauer, por Buenos Aires.

 

Sra. Schlotthauer.- Señor presidente: la verdad es que quiero transmitir la molestia que siento porque estamos hablando de la emergencia alimentaria y más de la mitad de los integrantes de este recinto ya está comiendo, tan solo a dos horas de haber comenzado la sesión. Si los diputados no aguantan dos horas sin comer, imagínense cómo está nuestro país cuyos habitantes, desde la última devaluación a esta, no tienen plata, no tienen trabajo y perciben salarios que en su mayoría los hacen estar por debajo de la indigencia.

          Debemos decir que no solo están en la indigencia las organizaciones sociales, sino que también están en ella ‑como bien se dijo acá‑ los trabajadores en negro, que son el 40 por ciento de la población. También están en la indigencia los trabajadores de Santiago del Estero, donde ganan 1.000 pesos, y los de otras provincias del interior. La Argentina está en la indigencia y a punto de un colapso que terminaría en la quiebra de los hospitales y de un montón de pymes. No voy a repetir todo lo que ya se dijo acá porque no quiero gastar mis minutos. Solo voy a referirme a lo que parece que solo a la izquierda le toca decir.

          Hace diecisiete años que esta ley está vigente, y si la emergencia está vigente desde hace tanto tiempo es porque quienes gobernaron todos estos años no lo hicieron para terminar con el hambre del pueblo; gobernaron para llenar las arcas de todos los exportadores, de todas las multinacionales y de todos los bancos extranjeros. En nuestro país hay un montón de gente que no come y un montón de gente que se la lleva en pala, como se dice.

          Quiero decir lo que no se ha dicho: es una mentira más grande que todo el universo que con esta ley se termina con la emergencia alimentaria. El 50 por ciento de la partida para los comedores representa nada más que 45 pesos. Les pido a aquellos que dicen que esta ley trae paz que expliquen cuántas comidas diarias pueden hacerse con 45 pesos. Van a destinar 8.000 millones de pesos por tres meses para los indigentes –actuales y los que se sumen‑, pero el gobierno mismo y las leyes que se votan en este Congreso hacen que se vayan 80.000 millones de pesos para los intereses de una deuda que no es más que una deuda corrupta. Con el culto de quienes adoran el dólar estamos pagando 60.000 millones de pesos por tener los dólares en nuestros bancos.

          ¡Por favor! No nos digan que con esta ley vamos a paliar el hambre en nuestro país. Acá hay que dar vuelta la tortilla. La única forma de parar el hambre es frenar y cambiar el modelo.

          Estuve buscando algunos números. Se exportaron 600.000 toneladas de carne vacuna; ahí está la carne que falta en nuestros hogares. La exportación de carne vacuna creció lo que no creció en diez años. Se exportó un 44 por ciento más de carne bovina; 65.000 toneladas de carne de chancho. Con estas exportaciones, se recaudaron y ganaron 323 millones de dólares. En lo que se refiere a las aves, los pollitos, se exportaron 33.000 toneladas. Esta es la carne que falta en nuestros hogares. Los exportadores se embolsaron 63 millones de dólares solo con esos pajaritos flaquitos.

          En cuanto a la leche –para información de todos aquellos que acá hablan de la leche para los comedores‑, se exportan 23.000 toneladas y se ganan 60 millones de dólares; la exportación creció un 32 por ciento. Hay cinco empresas exportadoras multinacionales –que dicen que tenemos que abrir al mundo‑ que se están cargando la comida de los hogares, de quienes trabajamos y de los que no trabajan también.

          Acá lo que tenemos que hacer, después de muchos años, es nacionalizar el comercio exterior. No puede ser que nos sigan llevando la comida de nuestro país. La Argentina es el décimo tercer productor de alimentos y el quinto exportador de carne en todo el mundo. Sin embargo, nosotros no podemos comer y estamos hablando de la emergencia alimentaria. Esta emergencia no va a parar con esta ley. La única manera de que pare es aumentando los salarios de los que trabajamos y las jubilaciones, generando un seguro para todos los que se están quedando en la calle y prohibiendo los despidos y cierres de fábricas.

          Mientras acá estamos hablando de la emergencia de los comedores, en La Matanza hay cien mujeres que resisten en una fábrica de alfajores y galletitas, donde se producía las Mielcitas. Esta fábrica debe mantenerse abierta para alimentar a todas las escuelas de La Matanza, y por qué no, a las de toda la provincia.

          Estamos hablando de migajas; esta ley debería llamarse “de la distribución de las migajas” o “de que el pueblo se la banque”, porque los empresarios y los funcionarios políticos se la llevan en pala. Les estamos haciendo el juego con estas leyes que nos piden, así como también cada vez que se pone plata en las campañas.

          Para terminar, hay que anular los tarifazos para no tener que elegir entre comprar carne o pagar las tarifas.

          Tenemos que romper con el Fondo Monetario para que de este país no se vaya ni un kilo de carne más, ni un litro de leche más, ni un peso más para la usura internacional.

          Finalmente, pido tres minutos más para formular un desagravio.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Puede continuar con el uso de la palabra, señora diputada.

 

Sra. Schlotthauer.- Señor presidente: el 22 de agosto, unos días después de las PASO y de la devaluación, el Encuentro Sindical Combativo marchaba en la Capital Federal hacia el Ministerio de Trabajo para reclamar ante el Consejo del Salario Mínimo por el aumento de los salarios. La policía, ordenada por Macri, Larreta y la ministra innombrable –esa que no conoce lo que es el hambre‑, reprimió sin siquiera permitirnos hablar a los diputados presentes con el comisario o con el jefe de seguridad de la provincia.

          Quiero aprovechar este espacio para denunciar que esta no es solo una política amarilla del gobierno nacional, sino de todos los gobernadores. Macri y el Frente de Todos gobiernan contra todos. Si no, pregunten en Chubut, donde se robaron todo. La verdad es que el único preso chubutense que tenemos es Daniel Ruiz, un trabajador que ahora empezó una huelga de hambre en la cárcel y que fue apresado injustamente por reclamar contra la entrega de las jubilaciones, cuando debería estar preso Arcioni y todos los funcionarios por robar la plata de los estatales.

          La gente está en la calle y es reprimida por pedir pan, reclama por lo que trabajó y no se lo pagan. En Córdoba también reprimen mientras que las empresas y los funcionarios se la pasan judicializando la protesta y persiguiendo a los trabajadores.

          Para finalizar mi exposición quiero decir que los que nos proponen la paz social son los mismos que nos mandan a pelear para reclamar lo que por ley nos corresponde. No va a haber paz social en este gobierno ni en el otro, aunque le pongan un bozal a toda la dirigencia de las organizaciones sociales y a los dirigentes sindicales, porque en este país ‑más temprano que tarde- va a terminar sonando: “Que se vayan todos.” Plata hay y es la que necesitamos para que no se la lleve más el Fondo.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Lavagna, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

Sr. Lavagna.- Señor presidente: en primer lugar hay algo que creo que tenemos que aclarar. No estamos acá sentados para ver cómo suavizamos las protestas sociales que se están dando afuera. Estamos sentados acá porque hay una situación social muy compleja, que venía complicada y que después de la devaluación que tuvimos, con el fuerte aumento de precios, claramente se ve que va a seguir complicándose. De allí la necesidad, si se quiere, de avanzar en medidas específicas sobre lo que consideramos la emergencia alimentaria.

          Cuando uno mira la actuación del Congreso en los últimos años la verdad es que no podría decirse que está en deuda en cuanto a la sanción de leyes o normas para tratar de paliar la situación. Voy a hacer un racconto de algunas de esas leyes que hoy están vigentes. Primero, la ley 25.724, sobre nutrición y alimentación nacional, que dicho sea de paso es una excelente norma y muchas de las herramientas que estamos discutiendo están allí, pero el problema es que no se utiliza. Votamos leyes y esta no es la primera vez que pasa que después quedan olvidadas en un cajón. En esas normas hay un montón de herramientas, como por ejemplo un consejo de nutrición y alimentación. ¿Alguien sabe que ese consejo existe? ¿Alguien convocó a ese consejo en los últimos dos o tres años? ¿Está funcionando? Lamentablemente no.

          También votamos la ley sobre banco de alimentos y tenemos la AUH, es decir que hay una cantidad de leyes que son muy importantes, pero a veces no se las toma en serio. Por lo tanto, el problema que tenemos ya no es de coyuntura sino estructural y a lo largo de los años se va complejizando, se va haciendo cada vez más estructural y pasamos a tener ‑cada vez más- una pobreza que vamos naturalizando.

          Primero decíamos que la pobreza estructural era de 14 por ciento, después de unos años dijimos que era del 20 por ciento y hoy estamos hablando de una pobreza estructural que está un poco más arriba del 30 por ciento. Cuando uno mira para adelante ve que el 50 por ciento de los chicos que nace en la Argentina proviene de hogares pobres, con lo cual para el futuro la pobreza estructural va a seguir creciendo si no hacemos algo, y parte de lo que hay que hacer es aplicar las normas que ya votamos; hay que ejecutarlas.

          Hace un tiempo hablamos de la necesidad de la emergencia alimentaria y nos referimos a medidas muy específicas que creo que hay que incorporar en el proyecto que hoy estamos tratando, porque lamentablemente le estamos dando más atribuciones y más fondos al Poder Ejecutivo pero luego el jefe de Gabinete ‑o quien se asigne- termina distribuyéndolos como se le da la gana. En algunos programas hay presupuestos que no tienen la correcta ejecución. En muchos aspectos, si nosotros autorizamos un aumento sin decir para qué se hace, lo que termina pasando es que cae en saco roto; le damos más presupuesto, se ejecuta mal y no se ejecuta. Consideramos que hay que hacer cosas muy específicas y por eso veníamos pidiendo la emergencia.

          En primer lugar, hay algo que es obvio: el aumento del presupuesto. Nosotros lo tratamos –pongo el ejemplo de la provincia de Buenos Aires- y en la gran cantidad de las provincias es más o menos lo mismo. Entonces, pasar la ración alimentaria de 27 a 50 pesos es una propuesta muy específica porque va directo a los comedores y a los niños que allí se alimentan. No queremos que los recursos queden en el camino sino que vayan adonde corresponda.

          Otra de las medidas que proponemos es la apertura de los colegios los siete días de la semana. Esta situación de emergencia requiere que el Estado mantenga abiertos todos los días las escuelas, comedores y distintas instituciones porque los chicos comen todos los días; mejor dicho, deberían comer todos los días, y por eso hace falta que el Estado ponga todos los recursos y la logística a disposición de esta emergencia. Para esto obviamente también tenemos que invitar a las provincias para que se unan a este proyecto; no podemos dejarlas afuera de esta situación. Muchos de los colegios, la gran mayoría, dependen de las provincias. Por lo tanto, hay que dejar abiertos los colegios y dar de comer a los chicos todos los días.

          Al momento de repartir los fondos se debe reconocer dónde están los problemas del país y para eso hay que tener en cuenta la coparticipación, las necesidades básicas insatisfechas y la población vulnerable de cada territorio. Es así donde nosotros realmente empezamos a tratar los problemas de la alimentación en todo el país.

          Como decía antes, la ley 25.724 creó lo que se llama el Consejo Nacional de Nutrición y Alimentación. Nosotros creemos que a ese consejo hay que hacerle dos modificaciones. La primera de ellas se trata de incorporarlo al Ministerio de Agricultura porque es el que también se tiene que encargar de coordinar los programas de alimentación. Por ejemplo, saber dónde se producen los alimentos, cómo llegar a los distintos lugares con los programas ProHuerta y de qué forma utilizarlos en función de la emergencia alimentaria.

          Cuando yo digo esto no estoy refiriéndome a algo que el mundo entero no haga. Estados Unidos tiene un ministerio de agricultura con un presupuesto de 170.000 millones y el 70 por ciento está orientado a programas de nutrición. Hay más de 50 millones de casos en programas de asistencia en los Estados Unidos, entonces no es algo nuevo ni que estamos inventando o sacando de la galera cuando decimos que debemos decretar la emergencia alimentaria y preocuparnos por la alimentación. Esto ya está hace mucho tiempo en la Argentina, la discusión está dada, pero el problema es que sigue siendo una de las grandes deudas de la democracia que no se termina enfrentando de una forma eficiente. Terminamos naturalizando la entrega de planes y la solución no es simplemente la entrega de planes; la solución es trabajar sobre la inclusión social, la nutrición, la educación; la solución es trabajar sobre la creación de puestos de trabajo. Esa es la única forma en la que realmente vamos a poder hablar de que la Argentina está trabajando en la inclusión social. De otra forma vamos a seguir naturalizando que los planes cada vez sean mayores y más necesarios.

          Por otra parte, el inciso g) del artículo 4°, contenido en el Título II de la ley 25.724, establece que hay que hacer un mapa de riesgo alimentario. El mapa no existe. Hay que hacerlo y de forma georreferenciada porque eso nos va a permitir llegar adonde realmente está el problema, y para esto los municipios, las provincias y la Nación tienen que trabajar en conjunto con las distintas organizaciones sociales, ONG, iglesias, cualquiera sea el credo, porque es de esa forma como podremos coordinar la asistencia.

          Todas estas cuestiones serán parte de las propuestas que queremos incorporar al proyecto que anda dando vueltas. Pero también creemos que el INDEC debe elaborar un índice de inseguridad alimentaria, como tienen gran parte de los países del mundo. Hoy la única que hace un índice de inseguridad alimentaria es la Universidad Católica Argentina con su Observatorio de la Deuda Social Argentina.

          El Instituto Nacional de Estadística y Censos de nuestro país, que es el organismo oficial, debe empezar a medir en serio la situación de vulnerabilidad, de pobreza y de falta de alimentos. Asimismo, se debe agregar un índice que permita después al consejo hacer un seguimiento en serio que permita advertir si las políticas que se están desarrollando están teniendo efecto o no. De lo contrario, lamentablemente lo que vamos a seguir haciendo es asignar partidas y que un funcionario de turno decida la forma de distribuirlas. Ese no es el programa de política de Estado que debemos tener para combatir realmente la situación social de extrema vulnerabilidad que hoy está atravesando nuestro país. (Aplausos.)   

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Kosiner, por Salta.

 

Sr. Kosiner.- Señor presidente: lo primero que quiero plantear en este debate sobre el cual creo que ya se ha avanzado muchísimo es que debemos quitar la idea de que en materia de emergencia alimentaria, en cuanto a las responsabilidades del Estado nacional, recién se empieza a trabajar ahora, a partir de este proyecto. Hay provincias y municipios que ya han comenzado a avanzar, que han puesto en funcionamiento sus programas alimentarios de emergencia con fondos provinciales y municipales.

          Digo esto porque justamente la emergencia alimentaria no espera a que se evalúe políticamente si conviene o no reconocer su existencia en un decreto o en un DNU.

          La verdad no se puede ocultar por más que uno no tenga vocación política de reconocerla. En un país donde los índices que se publiquen en el futuro claramente indicarán la continuidad de la curva creciente de pobreza, que seguramente rondará el 40 por ciento de nuestra población; en un país donde se había presupuestado una inflación del 23 por ciento pero que seguramente será del doble o más; en un país donde en los últimos 44 meses solamente en tres creció el consumo –a fin de 2017‑, no es ilógico pensar que estemos en una emergencia alimentaria, porque es una consecuencia natural de la falta de crecimiento en la Argentina y de un plan económico que ha fracasado.

          Entonces, si hoy estamos debatiendo acá es porque necesitamos que el Estado nacional acompañe muchos esfuerzos que ya se vienen realizando desde diferentes sectores.

          Vuelvo a decir: necesitamos instrumentos –como dijo el señor diputado Lavagna‑ que lleguen directamente, de manera institucionalizada, ordenada y con criterios objetivos, al que necesita el apoyo alimentario.

          El objetivo de esta prórroga de la emergencia es nada más y nada menos que llegar con alimentos y medicamentos a los sectores más vulnerables. Respetando obviamente la capacidad de movilización de determinados sectores que hacen sentir su voz en esta ciudad, quiero decir que a lo largo y a lo ancho de la República Argentina hay miles y miles de familias que hoy están en emergencia alimentaria esperando respuestas.

          Decimos esto porque aunque se pueda resolver el conflicto de la Avenida 9 de Julio, aunque pueda estar funcionando normalmente el Metrobús, aunque no haya conflictos en la calle, no se debe cometer el error de pensar que el problema social o alimentario tiene respuesta o ha finalizado. El razonamiento debe ser al revés: no esperemos a que surja el conflicto para empezar a generar instancias de negociación entre el Estado y determinados sectores para destrabar esa incomodidad.

          El problema no es la incomodidad de un conflicto. El problema es que hoy, a consecuencia de la recesión constante de la economía argentina, hay miles y miles de familias que no acceden regularmente a sus alimentos y a sus medicamentos.

          Además de todo lo expuesto, queremos plantear concretamente dos cuestiones. Si vamos a hablar de prórroga del decreto 108/2002, primero pongamos en funcionamiento los consejos consultivos con participación de las provincias. No pueden diagramarse políticas alimentarias de manera unitaria o con concepción centralista. Las provincias y los municipios deben estar sentados pero no para saber cuánta plata les van a dar sino para ser corresponsables de diagramar las mejores estrategias para que los alimentos y medicamentos lleguen adonde tienen que llegar.

          En segundo lugar, proponemos un artículo que diga: “A los efectos de la presente ley se deberán tener en cuenta los criterios establecidos en el artículo 6° del decreto 108/2002”. Sé que no existe consenso para esto, pero insistiremos. En ese artículo hay dos criterios para distribuir los fondos de la emergencia alimentaria: un 40 por ciento por los niveles de pobreza y un 60 por ciento por coparticipación. ¿Qué indica eso? ¿Por qué es tan importante? Porque debemos asegurar que los fondos lleguen realmente a donde se necesitan. No es posible que tenga más fuerza el que viene a protestar a Buenos Aires que quien en su lugar de origen, donde vive, donde sufre y donde está su familia, espera a que le den una respuesta en materia de alimentos y medicamentos. Esos son los criterios que debemos cambiar.

          Por eso vamos a acompañar este proyecto de ley de prórroga de instrumentos en el convencimiento de que lejos está de ser una especulación política coyuntural.

          Antes de la última elección, cuando se convocó a la Comisión de Asuntos Constitucionales para discutir el proyecto de ficha limpia, pedí la palabra y hablé de algo que no tenía que ver con eso. En esa ocasión dije que este Congreso debía abrir sus puertas para discutir los problemas de la economía real de la Argentina. Hablé de los problemas de alimentos, de las tarifas, de los créditos UVA, de los créditos prendarios. Ya estábamos viendo que esta agenda se nos iba a venir encima. Si no la tocábamos antes de la elección, iba a ser después, pero es imposible seguir ocultando una realidad de una crisis social creciente que necesita respuesta en nuestro país. (Aplausos.)   

 

Sr. Presidente (Monzó).- La Presidencia informa a la Honorable Cámara que estamos a diez minutos de votar.

          Tiene la palabra el señor diputado Rossi, por Santa Fe.

 

Sr. Rossi.- Señor presidente: no pensaba hacer uso de la palabra en la presente sesión, pero quiero hacer algunas reflexiones que considero importantes.

          En primer lugar, quiero dejar en claro que para nosotros el hambre no es un tema de naturaleza política o electoral, sino que es una cuestión humanitaria, y hoy estamos dando respuesta a esa situación. También es cierto que no se trata de una problemática que empezamos a abordar ahora. Fundamentalmente lo que estamos haciendo de aquí al 31 de diciembre es aumentar las partidas correspondientes para que el Ministerio de Desarrollo Social sea lo más eficiente posible. Asimismo, pretendemos que este tránsito hacia el 10 o el 31 de diciembre sea lo menos doloroso posible para aquellos hermanos argentinos que más sufren y más desprotegidos están.

          Resulta claro que cuando hay una crisis económica, ella se siente en todos los sectores. Pero su cara más cruel es la de los que menos tienen. En otras palabras, los que más sufren son aquellos que poseen menos condiciones para defenderse.

          Es cierto que todos hemos recibido registros de lo que sucede en los distintos lugares y regiones de la Argentina. También lo es que en cada una de ellas se han venido dando respuestas autónomas. En el día de ayer me entrevistó una radio del norte de mi provincia, concretamente de la localidad de Reconquista. Esta semana el propio intendente convocó a una mesa de emergencia alimentaria para tratar de dar solución al problema de la mejor forma posible y a partir de los recursos de que dispone.  

          Por lo tanto, me parece que lo que hoy estamos haciendo es dar una respuesta, por parte del Estado, a una demanda creciente en la Argentina que ha sido verbalizada y solicitada por diferentes sectores sociales. La verdad es que cuesta encontrar una demanda tan unánime: la Conferencia Episcopal Argentina, la Confederación General del Trabajo, las organizaciones sociales, los intendentes y los gobernadores han solicitado mejorar los niveles de asistencia alimentaria existentes actualmente en nuestro país. Todos registramos el aumento de los precios de los alimentos y lo que pasó a partir de la devaluación registrada con posterioridad a las elecciones PASO.

          En segundo lugar, quiero señalar algo que se ha dicho aquí pero que deseo ratificar porque nos identifica claramente: los problemas sociales no se resuelven con políticas sociales, sino con políticas económicas. Lo que estamos haciendo aquí es establecer paliativos para superar la emergencia, concretamente, la de carácter alimentario. Pero creo que la mayoría de los que nos encontramos aquí estamos convencidos de que los problemas sociales de la Argentina van a resolverse cuando nuestro país adopte un rumbo de crecimiento económico que permita generar más puestos de trabajo y mayores niveles de inclusión social, y cuando vuelva a existir una movilidad social ascendente, que es aquello a lo que por lo menos nosotros claramente aspiramos.

          Algunos creen que el nudo del problema está dado por la eficiencia de las políticas sociales, lo que no es así. Recuerdo que en 2003 Néstor Kirchner decía: ni palos ni planes. En otras palabras, no reprimimos y tampoco creímos que la solución consistía en aumentar el número de planes sociales, sino en generar condiciones que permitieran crear más puestos de trabajo. Ese es el objetivo que debe tener una política económica.

          Entiendo que todo lo relacionado con las políticas sociales tiene distintos canales. En este sentido, hay canales institucionales que reivindico. Así, por ejemplo, reivindico mucho el rol de los intendentes y gobernadores, fundamentalmente de los primeros. Los intendentes constituyen el primer nivel de contacto respecto de la demanda social. Son los primeros que se arremangan y empiezan a brindar soluciones a las cuestiones relacionadas con las crisis más urgentes. Por ejemplo, cuando hay un problema de inseguridad o de hambre golpean la puerta del intendente porque es el que está más cerca.

          Entonces, consideramos que se debe procurar que el fortalecimiento de la acción que realiza cada intendente en cada uno de los rincones de la República Argentina tiene que ser lo más eficiente posible. En eso estamos claramente de acuerdo.

          Además de los canales institucionales nuestro país ha contado con las organizaciones sociales, cuyo rol quiero reivindicar. Ellas le han hecho mucho bien a la Argentina en diferentes momentos y, sobre todo, en situaciones de crisis. Hoy mismo tenemos aquí una movilización de cientos de miles de argentinos pertenecientes a diferentes organizaciones sociales que han venido a celebrar la decisión del Congreso Nacional de sancionar una ley que establece la emergencia alimentaria en nuestro país. Estos compatriotas se están movilizando en paz. Al respecto, me han dicho que no se ha registrado ningún incidente y que también hay poca presencia policial. Quizás cuando aparece una mayor cantidad de integrantes de las fuerzas de seguridad se producen más incidentes. Pero lo cierto es que en este caso no se ha registrado ninguno y la movilización se está llevando a cabo con absoluta tranquilidad y un sentido de muchísima responsabilidad.

          La mayoría de los bloques de la oposición recibimos la semana pasada a los representantes de las organizaciones sociales, a los que escuchamos.

          También dije la semana anterior que este problema podía ser resuelto por el gobierno mediante el dictado de un decreto de necesidad y urgencia que estableciera un incremento de las partidas presupuestarias. Pero el gobierno no quiso hacerlo y, a esta altura, no me corresponde evaluar los motivos de esa decisión.

          Celebro –esto lo digo con absoluta honestidad- que el oficialismo nos esté acompañando en esta sesión, pues de lo contrario hubiésemos tenido que hacer malabares para obtener las dos terceras partes de los votos para que esta Honorable Cámara pudiera dar la correspondiente sanción a este proyecto de ley.

          Creo que en un clima de tenue tensión social como hay en la Argentina -por decirlo de alguna manera y tratando de ser indulgente-, el hecho de que una parte integrante de uno de los poderes del Estado, como es la Cámara de Diputados de la Nación, decida aprobar un proyecto de ley destinado a abordar uno de los problemas de la economía cotidiana, seguramente va a ser bienvenido o servirá como una válvula de escape para una importante cantidad de sectores sociales de nuestro país. 

          A veces –esto lo digo casi como una autocrítica- me veo discutiendo acerca de las Leliq, de cuánto les vamos a descontar, de cómo será la renegociación con el Fondo Monetario Internacional y de cuál será el nivel del tipo de cambio y de la tasa de interés. Me parece que eso es algo que obviamente impacta sobre la gente porque ejerce una influencia sobre cada una de las decisiones económicas que se adoptan, pero nos aleja mucho de aquellos a los que les falta un plato de comida o no pueden acceder a las cuatro comidas diarias, lo que realmente me asusta.

          De manera tal que celebro que hoy nos encontremos aquí sancionando por unanimidad este proyecto de ley. Al mismo tiempo reivindico cada una de las cosas que he dicho.

          En ese sentido, no vamos a resolver la problemática del hambre si la Argentina no vuelve a crecer económicamente y no tiene inclusión social.

          También reivindico el rol institucional de los intendentes y gobernadores a la hora de ser los canales de contención de la demanda social en nuestro país.

          Finalmente, en modo alguno me agrada la estigmatización de las organizaciones sociales que a veces se quiere hacer, sobre todo teniendo en cuenta el rol que han cumplido en la Argentina, como mínimo, desde 2001. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Negri, por Córdoba.

 

Sr. Negri.- Señor presidente: en primer término, deseo saludar, agradecer, reivindicar –no sé cuál es la palabra exacta que debería usar- algo que, por supuesto, debería ser natural en este recinto. Me refiero a la política, a partir de la expresión plural de diferentes posiciones ‑algunas muy contrapuestas- y también de la pasión, que es lo más importante en nuestros debates.

          Hoy, no compartiendo inclusive algunas cosas que se han expresado aquí, hemos estado a la altura de las circunstancias de cara a la sociedad.

          Las formas son importantes porque si hay incertidumbre económica no se debe sumar a ella la incertidumbre política. De cara a la situación por la que atraviesa una parte muy importante de la sociedad, las formas no constituyen una abstracción, sino que tienen que ver con el contenido y la predisposición de todas las fuerzas políticas. En consecuencia, saludo el modo en que se ha desarrollado la presente sesión.

          En segundo lugar, quiero decir, con el mismo espíritu con que se han expresado todos los señores diputados, que nosotros no venimos aquí con baldes de combustible ni nada que se le parezca. En esta discusión dejamos de lado cosas que se podrían haber incorporado al debate y no eran propias de la coyuntura o del tema en tratamiento.

          En tercer término, procuraremos no caer nunca en la tentación de hacer demagogia o hablar con facilismo cuando se trate de un tema de esta naturaleza –creo que todos piensan de esta manera‑, porque estamos hablando de la vida de una sociedad; además, eso prefija no solo cómo se paraliza el presente sino cuán lejos se pone el futuro. El problema de la pobreza no solo es trascendente sino que detrás de eso se suma la desigualdad, de la cual es más difícil salir.

          Nelson Mandela decía: “Vencer la pobreza no es un gesto de caridad, sino un acto de justicia. Al igual que la esclavitud y el apartheid, la pobreza no es natural. Es un fenómeno creado por el ser humano y puede superarse y erradicarse por medio de la acción del mismo ser humano. A veces le toca a una generación convertirse en una gran generación. Ustedes pueden ser esa gran generación”.

          Deberíamos intentar entre todos, por encima de las diferencias –aun los que tenemos unos años más‑, ser esa gran generación para abordar este problema.

          Hoy estamos prorrogando una ley, y quiero responder a algunas inquietudes que por supuesto son legítimas. Es cierto que el gobierno podría haber establecido la prórroga por decreto de necesidad y urgencia. Muchos plantearon eso y nosotros lo conversamos y discutimos. Pero el proyecto que está en discusión ‑que vamos a aprobar porque en líneas generales lo compartimos‑ plantea una prórroga hasta 2022, y en este contexto nos parecía adecuado que la definición la tome el Congreso, máxime en medio de un proceso electoral corto, complejo y disruptivo como el que vive la Argentina. Seguramente a muchos les ha asombrado que hoy el oficialismo haya venido a este recinto a dar quórum.

          Pero también quiero decir lo siguiente: con errores y aciertos, creemos que hemos atendido la política social. Quizás no lo hicimos suficientemente, porque va muy al compás de los sinsabores que va produciendo la economía, que desde 2002 hasta acá, con momentos buenos y malos, ha hecho que creciera la pobreza.

          Permítanme decir también que esta iniciativa no tiene como único propósito dar tranquilidad a nosotros –una mediana tranquilidad, porque siempre falta más; está claro que es así‑, porque la estamos prorrogando hasta 2022. Con esfuerzo ‑muchos ayudaron‑, en 2018 hemos logrado el récord de 9,5 millones de niños y niñas alcanzados por la asignación familiar y la asignación universal por hijo. Por supuesto, esto también muestra la contracara de lo que está padeciendo la sociedad.

          Asimismo, sumamos 405.000 niños y niñas al sistema de asignaciones familiares. Frente a la emergencia económica, otorgamos un refuerzo de mil pesos en setiembre y de mil pesos en octubre para los niños beneficiarios de la asignación universal; eso alcanza a 2.200.000 padres y niños. También firmamos los convenios con cada una de las provincias, tema al que acá se hacía referencia.

          De manera que al gobierno se le pueden decir muchas cosas, pero intentó recrear un federalismo, con un nivel de diálogo distinto por los tironeos y las discusiones. Lo cierto es que el resultado final siempre fue que vayan más recursos a las provincias y no menos.

          Se hizo un completo otorgamiento de prestaciones alimentarias. La tarjeta alimentaria a la que hoy hizo referencia un colega ‑que por supuesto puede ser mejorada, cargada‑, que consiste en una transferencia de fondos a cada provincia, alcanzó a 1,5 millones de personas.  Esto puede resultar insuficiente pero demuestra que se hizo un esfuerzo, que se puso un foco y que se fue en una determinada dirección cada vez que se produjo un bache de incertidumbre económica más profunda.

          Con respecto a los comedores escolares, desde 2016 se transfirieron fondos a las provincias por refuerzo alimentario. Se incorporó a Buenos Aires, Santa Cruz y Tierra del Fuego, que antes no accedían a dicho financiamiento. Se sumaron 3 millones de alumnos.

          Lo mismo pasó con el tema nutrición: en 2018 se adquirieron 9 millones de kilos y en el año en curso se duplicó esa cantidad, ya que ascendió a 18 millones de kilos. También se trabajó en comedores comunitarios, hubo una asistencia directa de alimentos a fundaciones y organizaciones por 6,5 millones de kilos y se tomaron medidas sociales.

          En la plataforma de muchos de los partidos que competirán en las elecciones figura la eliminación del IVA. Precisamente, para aliviar lo que significó la última devaluación y el golpe en el bolsillo de la gente, hemos eliminado el IVA en los alimentos principales. También siguen vigentes los Precios Cuidados, que otro gobierno llamó Productos Esenciales. Siempre se los trata de controlar; lo que ocurre es que hay algunos vivos que esconden esos productos o los colocan en la parte de abajo de las góndolas. Si bien existe una ley de defensa de la competencia, a veces nosotros no tenemos esa cultura de ejercerla, pero debemos hacerlo y también ayudar a que todos los ciudadanos la puedan ejercer.

          Por otro lado, vamos a aumentar un 43 por ciento el valor de las raciones de los comedores comunitarios, y a partir del 1° de setiembre aumentaremos en un 41 por ciento las becas que se están pagando por niño, en el marco de un Plan de Primera Infancia.

          Los incentivos vinculados con la política alimentaria suman un presupuesto de 20.000 millones, que es lo que estamos discutiendo hoy. Ustedes saben que existe la facultad de reasignación de partidas, y por eso se decía que esto podría haber salido por DNU. El lunes que viene se va a presentar el presupuesto para el ejercicio 2020, que –tal como ocurrió en 2017‑ no se tratará hasta después de las elecciones; esta es una actitud responsable y es lo que corresponde.

          Podría enumerar muchísimos ejemplos más, pero no para que aplaudan sino para indicar que existió un compromiso permanente. En el G‑20 el gobierno mostró una voluntad política de incorporar como punto de tratamiento la soberanía alimentaria. Algunos podrán decir que se trata de una mera declaración, pero justamente se hizo con esa intención: de afirmar el compromiso, de manifestarlo permanentemente; siempre con la sábana corta en un país que –como bien se dijo‑ no crece en el tiempo. En este sentido, desde 2011 la Argentina no crece, y además tenemos un problema de déficit muy serio, aunque haya bajado.

          La política debe replantearse algunas cuestiones. Por ejemplo, aunque no sea una obligación institucional, hay provincias y municipios que están haciendo un esfuerzo adicional. Las provincias podrían ayudar más; no es un problema de frontera, como bien dijo el presidente de uno de los bloques de esta Cámara. No es “si me toca a mí” o “te toca a vos”. Si tenés 10.000 millones de pesos en plazo fijo, poné un poquito en un municipio para ayudarlo, que también lo está reclamando la Nación. En algunas provincias se ha puesto mucho; en el caso de Tucumán, es el 2 por ciento de los 100.000 millones del presupuesto. A lo mejor, si nos entendemos y todos hacemos un esfuerzo, le sumamos un poquito más. Total, nadie pierde el tiempo por dialogar. Pero no tiremos solamente de arriba, donde sabemos que hay un problema y que se ha agravado en la coyuntura económica.

          Entonces, debe haber una responsabilidad colectiva en el orden de prioridades. Desde 2002 la prioridad está puesta en la Nación, pero eso no significa que el resto pueda mirar para el costado, hacer plazos fijos o guardarse el 90 por ciento del presupuesto para otra cosa.

          Señor presidente: vamos a acompañar esta iniciativa, analizaremos responsablemente el presupuesto, mantendremos el equilibrio al que nos hemos comprometido como gobierno en nuestra política fiscal, usaremos los instrumentos que corresponde y, por supuesto, pedimos a las provincias y a los municipios –que al primero que buscan es al vecino para que los siga acompañando‑ que en la medida de sus posibilidades saquen un poquito de lo que tienen guardado en las cajas y ayuden. (Aplausos.)

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Laspina, por Santa Fe.

 

Sr. Laspina.- Señor presidente: propongo que se cierre el debate y que se adopte como texto el producido por la Honorable Cámara constituida en comisión.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra la señora diputada Camaño, por Buenos Aires.

 

Sra. Camaño.- Señor presidente: nosotros queremos sugerir algunas modificaciones.

 

Sr. Presidente (Monzó).- El proyecto va a ser tratado luego en particular, señora diputada.

 

Sra. Camaño.- Pero, además, quiero saber si el proyecto que se va a votar es el que estaba presentado o si se produjo alguna modificación a raíz del informe que hizo nuestra Oficina de Presupuesto con respecto al artículo 4º.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Laspina.

 

Sr. Laspina.- Señor presidente: entiendo que alguna modificación en el sentido del informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso se planteará durante el debate en particular. Así que la respuesta es afirmativa.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Se va a votar entonces la proposición formulada por el señor diputado por Santa Fe.

-   Resulta afirmativa.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Queda aprobado como despacho de la Honorable Cámara constituida en comisión el texto del proyecto de ley.

Se levanta la conferencia.

 

                                                                                                            - 7 -         

PRonunciamiento

Sr. Presidente (Monzó).- Se va a votar nominalmente en general el proyecto de ley despachado por la Honorable Cámara constituida en comisión.

          Se va a votar.

-   Se practica la votación nominal.

-   Conforme al tablero electrónico, sobre 224 señores diputados presentes, 222 han votado por la afirmativa, registrándose además 1 abstención.

 

Sr. Secretario (Inchausti).- Han votado 222 señores diputados por la afirmativa; no hubo votos negativos y hubo una abstención.

 

Sr. Presidente (Monzó).- En consideración en particular los artículos 1º a 3º.

          Se van a votar.

-   Resulta afirmativa.

 

Sr. Presidente (Monzó).- En consideración el artículo 4º.

          Tiene la palabra el señor diputado Arroyo, por Buenos Aires.

 

Sr. Arroyo.- Señor presidente: sugerimos que el artículo 4º quede redactado de la siguiente manera: “Dispóngase un incremento de emergencia como mínimo del cincuenta por ciento (50%) de las partidas presupuestarias de créditos vigentes al momento de la promulgación de la ley, correspondientes al Programa Nº 26, Políticas Alimentarias, y el Plan Nacional de Protección Social, ambos pertenecientes al Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación, como así también del Programa Probienestar del PAMI -Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.”

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra la señora diputada Camaño, por Buenos Aires.

 

Sra. Camaño.- Señor presidente: si decimos “créditos vigentes”, estamos hablando de un monto; si nos referimos en cambio a “créditos presupuestados”, estamos hablando de la totalidad de la partida.

          Me parece que este no es un detalle menor, sino una cuestión sumamente importante. Si estamos dispuestos a que la partida, tal como ha sido concebida en el presupuesto 2019, tenga un incremento del 50 por ciento, no podemos hablar de “crédito vigente” sino de la partida.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Laspina.

 

Sr. Laspina.- Señor presidente: quisiera aclarar un poco esta situación.

          Lo que hemos conversado con referentes de los distintos bloques, en lo que se refiere a la discusión que planteó la Oficina de Presupuesto del Congreso, simplemente se vincula a si la interpretación del artículo hace referencia a los créditos vigentes o a las partidas remanentes.

          Nuestra posición respecto de este artículo es precisamente la de aclarar ese aspecto, tal como se ha conversado, y en donde dice “partidas” consignar que se trata de “créditos presupuestarios vigentes” correspondientes al corriente año, para políticas públicas nacionales de alimentación y nutrición.

          Eso es básicamente lo que hemos conversado. Considero que aclara la duda que plantea la Oficina de Presupuesto del Congreso y mantiene el espíritu y la línea de lo que está previsto en el proyecto original.

          En consecuencia, sugiero que se vote con esa pequeña corrección, sustituyendo la palabra “partidas” por la expresión “créditos presupuestarios vigentes” del corriente año.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Lavagna.

 

Sr. Lavagna.- Señor presidente: claramente quiero advertir que es otro monto distinto. Debe quedar en claro que se trata de un monto bastante inferior; pero si es el acuerdo al que llegaron, será así.

          Quisiera sugerir un agregado al mismo artículo, ni bien termina ese párrafo, que diga: “El incremento de los montos referenciados en el párrafo anterior deberá ser distribuido federalmente y de acuerdo a la coparticipación, el índice de necesidades básicas insatisfechas y la población vulnerable de cada territorio”.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Laspina.

 

Sr. Laspina.- Señor presidente: entendemos que en el artículo 1º, que hace referencia al decreto 108/2002, ya están establecidos los criterios de distribución, por lo que creemos que la actual redacción es suficientemente clara. Así que mantenemos el texto tal como figura en el despacho.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Se va a votar el artículo 4º con las modificaciones propuestas por el señor diputado Arroyo y aceptadas por el señor miembro informante.

 

Sr. Laspina.- Perdón, señor presidente, pero en relación con la sugerencia del señor diputado Arroyo, propuse un cambio de forma en esa misma línea, pero sin ampliar demasiado la redacción del artículo.

          A efectos de que quede bien claro en la versión taquigráfica, voy a leer cómo quedaría el artículo: “Dispóngase un incremento de emergencia como mínimo del cincuenta por ciento (50%) de los créditos presupuestarios vigentes del corriente año correspondientes a políticas públicas nacionales de alimentación y nutrición”.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Se va a votar el artículo 4º con las modificaciones propuestas por el señor miembro informante.

-   Resulta afirmativa.

 

Sr. Presidente (Monzó).- En consideración los artículos 5º y 6º.

          Tiene la palabra el señor diputado Lavagna.

 

Sr. Lavagna.- Señor presidente: quisiera incorporar un par de artículos.

          En primer lugar, propondría un artículo nuevo ‑cuya numeración dejo librada al criterio de la Presidencia‑, que diría así: “Dispóngase agregar al Ministerio de Agricultura al Consejo Nacional de Nutrición y Alimentación, integración que se estableció en el inciso a) del artículo 4º, Título III, de la ley 25.724”

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.

 

Sr. Laspina.- Señor presidente: lamentablemente no hemos debatido esto durante esta tarde, por lo que no se acepta el cambio y mantenemos la redacción original.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Para proponer el otro artículo, tiene la palabra el señor diputado Lavagna.

 

Sr. Lavagna.- Señor presidente: el otro agregado que proponemos dice así: “Modifíquese el inciso g) del artículo 4º, Título III, de la ley 25.724, por el siguiente: ‘Establecer un sistema permanente para la evaluación del estado nutricional de la población, articulando con los organismos gubernamentales con competencia en materia alimentaria y nutricional y el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos la elaboración de un mapa de situación de riesgo georreferenciado. A su vez, el Instituto Nacional de Estadística y Censos deberá elaborar un índice de inseguridad alimentaria de acuerdo a las normas internacionales’.”

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Laspina, por Santa Fe.

 

Sr. Laspina.- Señor presidente: me parece una excelente idea la discusión de las estadísticas relativas a esta temática, pero creo que es algo que tendríamos que considerar en un proyecto aparte. En mi opinión no corresponde introducir esta modificación en el marco de la prórroga de la emergencia alimentaria.

 

Sr. Presidente (Monzó).-  Se va a votar el artículo 5°.

-   Resulta afirmativa.

-   Sin modificaciones se vota el artículo 6°.

 

Sr. Presidente (Monzó).-  En consideración el artículo 7°.

          Tiene la palabra el señor diputado Bahillo, por Entre Ríos.

 

Sr. Bahillo.- Señor presidente: propongo que el artículo 7° quede redactado de la siguiente manera: “A los efectos de la presente ley, deberán aplicarse los criterios de distribución previstos en el artículo 6° del decreto 108/2002”.

          Eso está en consonancia con lo que planteó el diputado Lavagna. Entendemos que el incremento presupuestario debe ser coparticipado con las provincias y los municipios por los argumentos dados durante la fundamentación del proyecto. Recordemos que en 2006 la Nación aportaba el 76 por ciento a los programas cofinanciados, mientras que las provincias contribuían con el 24 por ciento restante. En la actualidad esa ecuación se ha dado vuelta.

          Además, luego de las PASO el gobierno nacional ha tomado medidas que afectaron notablemente los recursos provinciales. Por eso entendemos que los montos deben ser coparticipados a las provincias.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Laspina, por Santa Fe.

 

Sr. Laspina.- Señor presidente: no aceptamos la modificación propuesta porque, en principio, la iniciativa aclara la forma de distribución de los fondos. El artículo 1° hace referencia al mismo decreto mencionado por el diputado preopinante. De modo tal que nos parece que esto ya se encuentra suficientemente aclarado en el texto del proyecto.

 

Presidente (Monzó).-  Se va a votar el artículo 7°.

-   Resulta afirmativa.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Lavagna, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

Sr. Lavagna.- Señor presidente: propongo que se incorpore un nuevo artículo antes del 8°, que diría lo siguiente: “A los fines de la presente ley, se mantendrán abiertas todos los días sin excepción las escuelas públicas afectadas a los programas de alimentación. En el caso la autoridad competente deberá disponer los cargos y recursos adicionales necesarios para cubrir directivos, docentes y auxiliares”.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Laspina, por Santa Fe.

 

Sr. Laspina.- Señor presidente: no vamos a aceptar esta modificación porque excede nuestra competencia. Digo esto porque muchos establecimientos escolares dependen de las provincias. Por lo tanto, preferimos mantener la redacción original.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Lavagna, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

Sr. Lavagna.- Señor presidente: en línea con lo que ha manifestado el diputado Laspina hace un instante, propongo que también se incorpore otro artículo con la siguiente redacción: “Invítase a las provincias a adherir a la presente ley”, justamente para que puedan disponer de los recursos necesarios.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Tiene la palabra el señor diputado Laspina, por Santa Fe.

 

Sr. Laspina.- Señor presidente: mantenemos la redacción original del proyecto. En todo caso, estas cuestiones tendrían que plantearse en otro proyecto.

 

Sr. Presidente (Monzó).-  Se va a votar el artículo 8°.

-   Resulta afirmativa.

-   El artículo 9° es de forma.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Queda sancionado el proyecto de ley.

          Se comunicará al Honorable Senado. (Aplausos.)

     Si hubiere asentimiento de la Honorable Cámara, se autorizarán las inserciones solicitadas por los señores diputados en el curso de la sesión.

-   Asentimiento.

 

Sr. Presidente (Monzó).- Quedan autorizadas las inserciones solicitadas.

          Habiéndose cumplimentado el objeto de esta sesión especial, queda levantada la reunión.

-   Es la hora 15 y 20.