- En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a
los diecisiete días del mes de noviembre de 2020, a la hora 12 y 25:
- 1 -
Sr. Presidente (González).- Con la presencia de 187
señores diputados y señoras diputadas, en forma presencial y remota, queda
abierta la sesión especial conforme al requerimiento efectuado por los señores
diputados y las señoras diputadas en número reglamentario.
Invito
al señor diputado nacional por el distrito electoral de Corrientes doctor Jorge
Antonio Romero a izar la bandera nacional en el mástil del recinto, y a los
señores diputados, señoras diputadas y público presente, a ponerse de pie.
- Puestos de pie los señores diputados y el
público presente, el señor diputado Jorge Antonio Romero procede a izar la
bandera nacional en el mástil del recinto. (Aplausos.)
- 2 -
Sr. Presidente (González).- Invito a las señoras y los
señores legisladores y al público presente a entonar las estrofas del Himno
Nacional Argentino, interpretado por el músico sanjuanino Rolando García Gómez,
director del Complejo Auditorio Juan Victoria, de la provincia de San Juan, a
propuesta del señor diputado nacional Walberto Allende.
- Puestos de pie, los señores diputados y
el público presente entonan las estrofas del Himno Nacional Argentino. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Muy linda versión del Himno
Nacional Argentino.
- 3 -
Sr. Presidente (González).- Por Secretaría se dará
lectura de la resolución dispuesta por esta Presidencia, convocando a la sesión
especial.
Sr. Secretario (Cergnul).- Dice así:
“Buenos
Aires, 13 de noviembre de 2020.
“Visto
las presentaciones efectuadas por el diputado Máximo Carlos Kirchner y otras
diputadas y diputados por las que se solicita la realización de una sesión
especial para el día 17 de noviembre de 2020 a las 12 horas, y su posterior
ampliación, a fin de considerar diversos expedientes y
“Considerando
los artículos 14, 35 y 36 del Reglamento de la Honorable Cámara,
“El
presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación
“Resuelve:
“Artículo
1°.- Citar a las diputadas y a los diputados para el día 17 de noviembre de
2020 a las 12 horas, a fin de considerar los siguientes expedientes:
1)
Orden del Día N° 123. De ley. Aporte solidario y extraordinario para ayudar a
morigerar los efectos de la pandemia. Creación (expediente 4.534-D-2020).
2)
Orden del Día N° 219. De ley. Ley 26.815, de manejo del fuego. Modificación
sobre el lapso mínimo de años que garanticen la recuperación y restauración de
las superficies incendiadas (expediente 5.222-D.-2020).
3)
Orden el Día N° 254. De ley. Garantizar la formación integral en ambiente con
perspectiva de desarrollo sostenible y con especial énfasis en cambio climático
para las personas que se desempeñen en la función pública (expediente
90-S.-2020 y otros).
4)
Proyecto de ley venido en revisión sobre Mensaje 79/2020 y proyecto de ley de
Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio Fiscal del
año 2021 (expediente 92-JGM-2020)”.
El
artículo 2° es de forma.
Sr. Presidente (González).- Se informa que en la
reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria se acordó tratar en primer
término el Orden del Día N° 268, sobre aceptación de las modificaciones al
proyecto de ley de Presupuesto General de la Administración Nacional para el
Ejercicio Fiscal del año 2021.
Sírvanse
expresar su asentimiento.
- Asentimiento.
- 4 -
Sr. Presidente (González).- Se invita a las señoras
diputadas y señores diputados, y al público presente, a ponerse de pie a fin de
guardar un minuto de silencio en homenaje a la memoria de los 44 tripulantes
fallecidos en el ARA San Juan.
- Puestos de pie, los señores diputados y
el público presente guardan un minuto de silencio en homenaje a la memoria de
los 44 tripulantes fallecidos en el ARA San Juan. (Aplausos.)
- 5 -
Sr.
Presidente (González).- A
continuación invito a la Cámara a guardar un minuto de silencio en homenaje al
exintendente de Gualeguay, Federico Bogdan, recientemente fallecido.
- Puestos de pie, los señores diputados y el público presente
guardan un minuto de silencio en homenaje a la memoria del exintendente de
Gualeguay, Federico Bogdan. (Aplausos.)
- 6 -
Sr.
Presidente (González).- Corresponde
pasar al término reglamentario previsto para plantear las cuestiones de
privilegio. La Presidencia ha registrado seis pedidos de la palabra para
plantear cuestiones de privilegio.
Tiene la palabra la señora diputada
Austin, por Córdoba.
Sra.
Austin.- Señor presidente: la
cuestión de privilegio que vengo a presentar tiene que ver con el presidente de
la Cámara de Diputados, que en este momento está presente virtualmente, a raíz
de la responsabilidad que le confiere el Reglamento de la Cámara de Diputados
en cuanto a la obligación y la responsabilidad de conceder los giros de los
proyectos que ingresan a esta Cámara.
Como bien sabemos todos los diputados
y diputadas que estamos aquí, nuestra labor está regida por el reglamento de la
Cámara de Diputados, que además está al amparo de la Constitución Nacional.
Dicho reglamento contiene una suerte de disposiciones que permiten reglar el
normal funcionamiento de esta Cámara.
Para decirlo con claridad, son nuestras reglas de juego. Se trata de
nuestra propia Constitución para establecer el modo, la forma y las reglas en
las cuales nos vamos a regir.
La razón por la que vengo a presentar
esta cuestión de privilegio es porque abiertamente, aviesamente y de manera
absolutamente irregular se ha vulnerado lo que establece el reglamento en
cuanto al otorgamiento de los giros de los proyectos. En particular, estoy
haciendo mención a un expediente de mi autoría, que es del año 2019 ‑el
expediente 3.951-D.-2019‑, que se refiere a la prohibición y regulación
de plásticos de un solo uso.
Se trata de un proyecto en el que
muchos diputados a lo largo de este tiempo nos han acompañado para que podamos
tratarlo. Lo comenzamos a analizar el año pasado, y fíjese, señor presidente,
que nuestro reglamento establece con claridad los momentos en los cuales se
otorgan estos giros, las facultades y quiénes pueden pedir la ampliación.
Cuando este proyecto ingresó allá por
2019 el giro le fue conferido a dos comisiones: Recursos naturales y
Conservación del Ambiente Humano y Presupuesto y Hacienda. Esos giros fueron publicados en el Boletín de
Asuntos Entrados, la herramienta que formaliza esos giros, de acuerdo con el
Trámite Parlamentario Número 111 y el 20 de noviembre de 2019 los giros fueron
aprobados por la Cámara.
El reglamento dice que es posible
pedir la ampliación de los giros hasta treinta días después de que hayan sido
aprobados por la Cámara. Me animo a decir que desde el 20 de noviembre de 2019
a la fecha han pasado bastante más que treinta días.
En segundo lugar, dice con claridad,
ya no el reglamento, sino la resolución de Presidencia del 21 de octubre de
1988 -que es la que rige los cambios de giros‑, que se admitirán pedidos
de cambio de giro en situaciones y plazos como los que se especifican a
continuación.
Primero, hace referencia a los treinta
días y, en segundo lugar, se establece que se admitirá el cambio de giro cuando
lo pida el autor del proyecto -aclaro que yo no he pedido ningún cambio de giro
ni ampliación‑ o cuando lo pidan las comisiones que consideren que tienen
competencia, pero tampoco ha ocurrido así.
La presidencia de la Comisión de
Industria, donde se ha girado, no pidió el cambio de giro. Tampoco la comisión
que tuvo tratamiento en su momento, como la de Recursos Naturales y
Conservación del Ambiente Humano. Es decir, en una abierta violación al
reglamento y a las resoluciones que rigen el funcionamiento de esta Cámara, se
decidió de manera arbitraria ampliar el giro incluyendo la Comisión de
Industria.
Una cosa más: el reglamento es muy
claro en cuanto a estas situaciones. Ninguno de los extremos ocurrió: ni lo de
los treinta días ni la petición del autor o de las comisiones.
Pero, además, el reglamento dice que
cuando las comisiones ya han dictaminado fenece cualquier posibilidad de pedir
ampliación de giro. Y esto es algo que ya
ocurrió: días pasados en la comisión de Recursos Naturales en un trabajo
conjunto que hicimos con diputados de distintos bloques, llegamos a un acuerdo
y el día 6 de noviembre dictaminamos por unanimidad.
El día 14, cuando el proyecto estaba
por ser tratado en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, a alguien se le
ocurrió que podía cometer la picardía de pretender ampliar el giro de manera
extemporánea, fuera de lo que establece el reglamento y en clara violación a
las disposiciones que regulan esta Cámara.
Lamento muchísimo tener que estar
haciendo esta petición por un giro que es nulo y pedimos sea dejado sin efecto,
más aun en una sesión como la de hoy, donde venimos a tratar temas que nos
competen, vinculados con el ambiente.
Sr.
Presidente (González).- Diputada
Moreau: ¿me estaba pidiendo una interrupción?
Sra.
Moreau.- Sí, presidente.
Sr.
Presidente (González).- Previo a
eso, la Presidencia informa que la cuestión de privilegio planteada será girada
a la Comisión de Asuntos Constitucionales, para su consideración.
Para una interrupción, tiene la
palabra la señora diputada Moreau, por Buenos Aires.
Sra.
Moreau.- Señor presidente:
simplemente quiero aclarar que hay que cuidar el reglamento en todo
momento.
La verdad es que, por nota, el bloque
Juntos por el Cambio pidió agregar el giro de la ley de etiquetado frontal a la
Comisión de Industria, y así lo dispuso la Cámara.
Sr.
Presidente (González).- Ya se dará
esa discusión en la Comisión, señora diputada…
Sra.
Moreau.- Le pido un minuto,
presidente.
Además, los acuerdos políticos se
cumplen…
Sr.
Presidente (González).- Diputada:
empecemos por respetar el reglamento. Esa discusión se va a dar en el seno de
la Comisión de Asuntos Constitucionales…
Sra.
Moreau.- Laburen si quieren
laburar. Las comisiones tienen que trabajar una vez por semana, y durante
cuatro años no lo hicieron…
- Varios señores diputados hablan a la vez.
- 7 -
Sr.
Presidente (González).- Para otra
cuestión de privilegio, tiene la palabra el señor diputado de Lamadrid, por la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. de Lamadrid.- Señor presidente: la
cuestión de privilegio que quiero plantear es contra el presidente de la
Cámara, quien hoy no puede estar presente por motivos de público conocimiento.
El origen de esta cuestión de privilegio tiene
que ver con la poca y nula predisposición que el presidente de la Cámara ha
tenido en estos meses para que el Parlamento funcione de manera presencial en
plenitud, como corresponde.
Sra. Moreau.- Pido la palabra, señor presidente...
Sr. De Lamadrid.-
Voté en contra de las sesiones virtuales porque nunca le creí al gobierno,
y advertí a la Cámara que esa medida...
Sr. Presidente (González).- Discúlpeme, señor diputado
De Lamadrid.
Informo
a la señora diputada Moreau que en el segmento correspondiente a las cuestiones
de privilegio no se permiten interrupciones. Debe esperar a que el señor
diputado en uso de la palabra finalice su intervención.
Sr. de Lamadrid.- Señor presidente: de todos modos, no
le doy la interrupción a la señora diputada.
Sr. Presidente (González).- Termine de plantear la
cuestión de privilegio, señor diputado.
Sr. de Lamadrid.- Decía, señor presidente, que la
cuestión de privilegio tiene que ver con la nula predisposición del presidente
para que la Cámara funcione en plenitud, como corresponde.
Yo
nunca le creí al gobierno que el mecanismo de sesiones virtuales era por
sanidad, porque siempre sostuve que era por una cuestión política, a fin de
sancionar, bajo este mecanismo, leyes duras y de negativo e inconmensurable
impacto institucional para que Cristina Kirchner pudiera llevar adelante su
cometido.
Se han
levantado la cuarentena y el aislamiento; no hay restricciones para circular en
el seno de la sociedad. Está volviendo el colegio y, primero que nada,
volvieron los casinos. Todo está volviendo a la normalidad; volvió el fútbol,
volvió el teatro, volvieron los gimnasios y hasta hay misas de manera
presencial en todo el país.
Sin
embargo, nosotros seguimos funcionando bajo la metodología virtual. Debemos
retomar la presencialidad; debemos recuperar las funciones del Parlamento, al
que han querido inoperativizar y desnaturalizar, menguando su rol y avasallando
y silenciando a la oposición y a las voces críticas.
Esto es
una farsa. Yo no estoy en contra de la modernidad ni de esta herramienta, pero
no se puede disociar de las manos en las cuales está.
Durante
todos estos meses, desde Juntos por el Cambio hemos planteado que debíamos
recuperar la normalidad. En tal sentido, presentamos diversas notas y el 1° de
septiembre asistimos a una sesión de la Cámara en la que se nos consideró
ausentes. Presentamos notas para que la sociedad supiera que la estábamos
representando y que no estábamos dispuestos a votar leyes importantes bajo este
mecanismo.
No
obstante, tuvimos que hacerlo porque el presidente de la Cámara sigue de manera
obediente las decisiones de la vicepresidente, que es quien manda y gobierna.
Así, tuvimos que votar un traje a medida de Cristóbal López, que se llamó
“moratoria”; tuvimos que votar el presupuesto y ahora nos quieren hacer votar
el impuesto a la riqueza.
¿Quieren
que les diga dónde pretenden terminar? En que Cristina pueda contar con la
reforma judicial y designar al procurador que quiera. Ello como mínimo y, si
pueden, van a intentar seguir con este mecanismo.
Señor
presidente: no podemos permitir más esto. Los diputados nacionales somos
trabajadores esenciales y debemos trabajar como cualquiera de ellos. Exigimos
normalizar el Parlamento de la República. De lo contrario, vamos a recurrir a
la Justicia y es una vergüenza que tengamos que hacerlo para que el Parlamento
funcione como dispone la Constitución Nacional. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- La cuestión de privilegio pasa a la Comisión
de Asuntos Constitucionales.
- 8 -
Sr.
Presidente (González).- Para una cuestión de privilegio, tiene la palabra el señor diputado De
Marchi, por Mendoza.
Sr. De Marchi.- Señor presidente: la cuestión de
privilegio que quiero plantear tiene clara procedencia reglamentaria y
constitucional y es en contra del señor presidente de la Nación por el uso
abusivo que viene realizando en el último tiempo de una herramienta que debiera
ser de carácter excepcional, como son los decretos de necesidad y urgencia.
El
artículo 76 de la Constitución prohíbe en forma expresa a este Parlamento la
delegación de facultades legislativas, pero establece una excepción que tiene
que ver con la emergencia pública y que se condice con el artículo 99, inciso
3), del texto constitucional, que en forma expresa dice: “El Poder Ejecutivo no
podrá en ningún caso, bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir
disposiciones de carácter legislativo.” Y seguidamente dice: “Solamente cuando
circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios
previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes...”
Podría
triplicar esta enumeración en el último tiempo, pero si solo tomamos octubre y
lo que va de noviembre, se han emitido decretos de necesidad y urgencia que
tienen que ver con asuntos ordinarios de trámite legislativo, abusando
claramente de una herramienta que debiera ser excepcional, como ya lo hemos
dicho.
Por
ejemplo, se ha dictado el decreto de necesidad y urgencia 833 de 2020, por el
que se modifica la ley de emergencia; se ha dictado el 823 del 2020, por el que
se extienden los pagos del ATP; se ha dictado, inclusive, el 847 del 2020, por
el cual se acepta la renuncia del interventor del Enargas. Han dictado decretos
de necesidad y urgencia al extremo de que cuando cometen errores en esa
catarata que emiten todos los días, corrigen cuestiones materiales con otro
DNU. Ese fue el caso, por ejemplo, del 818 del 2020.
También
fijaron derechos de exportación, como lo hicieron a través de los decretos 785,
789 y 790 de 2020; generaron un programa de compensación en el ámbito de la
agricultura argentina, y prorrogaron exenciones del impuesto a las ganancias
para algunas categorías, a través del decreto 788 de 2020.
En fin,
podría estar horas mencionando decretos, que ni siquiera debieron ser normales
porque en muchos casos hubiera alcanzado con emitir una resolución al respecto.
Sin embargo, “ordinarizan” una herramienta excepcionalísima para transformar al
Poder Ejecutivo en una especie de imperio. Ya no solamente pretenden manipular
al Poder Judicial, sino que a su vez reemplazan a través de esta herramienta al
propio Poder Legislativo.
Para
finalizar, señor presidente, quiero hacer notar este hecho, que no planteo como
una cuestión meramente reglamentaria, sino porque es muy importante. Y lo grave
es que todos los días en este Parlamento empezamos a naturalizar cosas que
hasta hace muy poco tiempo no hubiéramos imaginado que podían suceder.
El
dictado permanente de decretos de necesidad y urgencia de clara improcedencia
constitucional responde a dos motivos básicos. El primero, por supuesto, es el
que mencionamos recién: prefieren trabajar a sola firma y no someter los
asuntos importantes a la consideración de este Parlamento. El segundo, y mucho
más grave, es que esta actitud denota una enorme improvisación y un rumbo
errático en la conducción diaria de los asuntos del gobierno.
Por lo
tanto, solicito que cuando se haga el giro correspondiente de esta cuestión de
privilegio se le dé la importancia que tiene y no quede solamente como una
mención más en una sesión legislativa de este tiempo.
Sr. Presidente (González).- La cuestión de privilegio
pasa a la Comisión de Asuntos Constitucionales.
- 9 -
Sr.
Presidente (González).- Para una cuestión de privilegio, tiene la palabra el señor diputado Wolff,
por Buenos Aires.
Sr. Wolff.- Señor presidente: la cuestión de
privilegio es contra el presidente de la Cámara y contra el presidente de la
Nación, en la misma línea que la planteada por el señor diputado Álvaro de
Lamadrid. En tal sentido, mi planteo se refiere a la presencialidad en las
sesiones, tal cual todos sabemos, no digo ya nosotros, que vivimos en un
microclima.
El
artículo 14 del Reglamento de la Cámara de Diputados, permítame leerlo, señor
presidente, dice taxativamente: “Los diputados no constituirán Cámara fuera de
la sala de sesiones, salvo los casos de fuerza mayor.”
Evidentemente,
ya no es fuerza mayor abrir los casinos; hasta está abriendo el Casino Buenos
Aires, ubicado en esta ciudad. Evidentemente no es fuerza mayor cada uno de los
argentinos que hoy está yendo a sus lugares de trabajo. Pero parecería que sí
es fuerza mayor seguir utilizando este mecanismo o este artilugio para no
tratar temas trascendentes de cara a la sociedad.
Pero,
además, parece que el presidente de la Cámara y el presidente de la Nación
están exentos: pasamos de la ASPO a la DISPO y vemos que los dos han tenido que
mantener algún tipo de aislamiento porque ellos no cumplen los requisitos que
nosotros tenemos que cumplir.
Entonces,
quiero pedir al presidente de la Cámara que empecemos a llamar a las cosas por
su nombre. Nosotros acá vivimos en un microclima: venimos, nos lavamos las
manos y nos sentamos a un metro y medio de distancia. Pero nuestras autoridades
se juntan, se abrazan y se sacan fotos de manera casi burlona, invitando a la
ciudadanía a creer que nosotros somos una casta superior.
Pero lo
importante es recalcar por qué pasa esto. Pasa porque hay muchos actores de
este instituto ‑tan sagrado para el funcionamiento de la República‑
que quieren esconder mucho de lo que se está haciendo, como el ajuste salvaje
contra los jubilados. Hablando de este tema, todos recordarán lo que nos pasó
el 14 de diciembre de 2017: vinimos acá y tuvimos que tolerar las piedras, que
muchas veces vinieron de puertas abiertas desde acá adentro.
Entonces,
quiero pedir al presidente de la Cámara que por favor dé la cara y diga que
todo esto es para sostener y tratar el terrible ajuste que se le va a hacer a
la clase pasiva ‑a los jubilados de la Nación‑ desde la casa de
cada uno de los diputados, escondiéndose de la sociedad, que pavorosamente ve
cómo nosotros ‑no los que no estamos de acuerdo con escondernos en nuestra
casa‑ nos transformamos en una casta especial que puede reunirse a la luz
del día, que puede votar a escondidas y que puede hacer un ajuste disfrazado de
una virtualidad que la Argentina ya no tiene. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- La cuestión de privilegio pasa a la
Comisión de Asuntos Constitucionales.
- 10 -
Sr. Presidente (González).- Para otra cuestión de privilegio, tiene
la palabra el señor diputado del Caño,
por Buenos Aires.
Sr. del Caño.- Señor presidente: quiero plantear una cuestión de
privilegio contra la ministra de Educación de la ciudad de Buenos Aires por las
declaraciones brutales que realizó en el día de ayer.
En un
video hemos visto cómo la ministra señala y ataca a la docencia por ser de
izquierda, como si ella fuera una policía ideológica de cuál es el pensamiento
que debe tener la docencia. Dijo que cada vez más docentes provienen de los
sectores populares y son más grandes; o sea, los atacó por su edad, porque
vienen de los sectores populares y son de izquierda. Ya no se sabe por qué más
los podría atacar. Parece que le está saliendo bien copiar a Bolsonaro.
Esto es
muy grave. Durante esta pandemia, la docencia ha sido un ejemplo, a pesar de
los salarios devaluados y las terribles condiciones, porque no se garantizaron
la conectividad y los materiales ni a los docentes ni a los alumnos; muchas
familias ni siquiera tuvieron acceso a ellos. Sin embargo, dicha funcionaria
los ataca con esas declaraciones.
Si
fuese así, es decir, si la docencia fuese como esta funcionaria, no tendríamos
educación pública. Si los estudiantes fuesen como esta funcionaria, no
tendríamos educación pública. Fueron los docentes, la comunidad educativa y
todo el pueblo argentino los que han luchado y han sostenido la educación pública
ante los permanentes ataques de los gobiernos, particularmente del gobierno de
la fuerza política a la que pertenece la ministra de Educación de la ciudad de
Buenos Aires.
Y ni
hablar de este proyecto para que los estudiantes denuncien a los docentes que
hacen activismo político. ¡Es increíble! ¡Es como si estuviésemos en la
dictadura, señor presidente! Pero esto ya lo hemos visto, ya que cuando fueron
gobierno en la provincia de Buenos Aires quisieron poner a los padres en contra
de los docentes; y ahora quieren poner en contra a los estudiantes.
Por
eso, señor presidente, quiero plantear esta cuestión de privilegio como un
desagravio a todas las trabajadoras y trabajadores de la Educación, a la
docencia, a los estudiantes. Que les quede claro que lo único que logran con
estos ataques es fortalecer la lucha y la coherencia de la docencia; y, por
supuesto, de la izquierda.
Y ya
que la ministra dijo que cada vez más los docentes son de izquierda, quiero
decir que me siento orgulloso de que muchos de nuestros compañeros y compañeras
sean parte de los que todos los días se cargan la educación pública, de los que
pelean y de los que educan a nuestros hijos.
Con
estas palabras, señor presidente, dejo planteada esta cuestión de privilegio
contra la ministra de Educación de la ciudad de Buenos Aires.
Sr. Presidente (González).- La cuestión de privilegio pasa a la
Comisión de Asuntos Constitucionales.
- 11 -
Sr. Presidente (González).- Para otra cuestión de privilegio, tiene
la palabra la señora diputada Del Plá, por Buenos Aires.
Sr. Del Plá.- Señor presidente: en el mismo sentido, la cuestión
de privilegio que deseo plantear es contra la ministra de Educación de la
ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña.
Quiero
sumarme a la presentación que ya ha hecho el legislador Gabriel Solano, del
Frente de Izquierda, en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
exigiendo la renuncia de la ministra. También quiero sumarme a las
declaraciones y pronunciamientos de la enorme cantidad de sindicatos; entre
ellos, ADEMyS, Suteba Multicolor y tantos otros que están repudiando esos
dichos, que van al hueso del ataque a la docencia de la educación pública.
Ese
ataque lo venimos soportando gobierno tras gobierno, pero tuvo una agudización
especial en aquellas declaraciones del expresidente, cuando habló de “los que
caímos en la educación pública”, y ahora la tiene en las declaraciones de la
ministra de Educación de la ciudad de Buenos Aires lanzando estas
declaraciones.
Pero
esas declaraciones no las hace en cualquier momento, sino en un momento en el
que se está presionando para regresar a las clases presenciales, cuando no hay
condiciones para ello y cuando la docencia se rebela y le estampa en la cara
que son los gobiernos los responsables de este vaciamiento de la escuela
pública.
Cuando Soledad Acuña dice que el problema de
la docencia es que tiene una mala formación porque a los institutos ingresan
cada vez más estudiantes de mayor edad que han fracasado en otras tareas,
pregunto: ¿cuál es la crítica? En primer lugar, ya sabemos que quieren liquidar
los institutos de formación de la ciudad para crear la UNICABA; hasta el
momento, han fracasado por la enorme movilización popular de docentes y
estudiantes de esos institutos para defenderlos. Del mismo modo, hubo que
defender los institutos en todo el país porque estaban siendo atacados,
justamente, vaciándolos.
Pero,
como dije la semana pasada cuando me tocó abordar este tema, todos los
gobiernos pretenden descargar sobre los estudiantes el resultado de la crisis
educativa, que no es más que el resultado de la crisis económica y social de
sus gobiernos.
Y
entonces ‑volviendo al tema‑, ¿cuál sería el problema de que una
persona que ha sido despedida de su empleo decida ir a estudiar para ser docente?
¿Cuál sería el elemento para criticar? ¿Cuál es el problema de que sea una
persona que proviene de la clase trabajadora?
Los
dichos de la ministra son extremadamente clasistas. Le quiero recordar que la
enorme mayoría de los docentes provenimos de la clase trabajadora por lo
siguiente: ¿qué integrante de la burguesía va a dejar su salud física y mental
en una tarea que se paga de manera absolutamente miserable?
Ninguno
de estos tecnócratas que se la pasan dando consejos tienen la menor idea de lo
que significa trabajar en dos o tres cargos para poder llegar a fin de mes. ¡No
tienen ni idea! Pero tampoco tienen idea de lo maravilloso que es desarrollar
la tarea docente, que a pesar de todas esas penurias la desarrollamos con todo
orgullo.
Les voy a contar mi caso.
Teóricamente, yo sería una de las fracasadas de la ministra Soledad Acuña,
porque ingresé a la Universidad de Buenos Aires pensando en otro tipo de
carrera, en una carrera de investigación, mientras tenía un empleo precario.
Pero cuando perdí ese trabajo, que
tuve durante muchos años ‑que consistía en vender café en un mercado
mayorista de verdura, como la enorme mayoría de la juventud de este país, que
no tiene otra alternativa que acceder a trabajos precarios‑, decidí
ingresar a la docencia, siendo todavía estudiante.
Una vez que puse un pie en un aula no
me quise ir más; no me quise aun ocupando esta banca de diputada, porque estoy
ligada intrínsecamente al destino de la clase a la que pertenezco, de la que
estoy orgullosa y a la cual la ministra cree que puede hacer una crítica.
Entonces, reivindico a cada una de
las, los y les estudiantes que, en el momento de la vida que sea, deciden
ingresar a un instituto de formación docente para dedicar su vida a la
maravillosa tarea de enseñar. Esa
maravillosa tarea no va a ser empeñada ni empañada por ninguno de estos
funcionarios que tienen que dejar esos puestos de una buena vez y permitir que
de la educación nos encarguemos los trabajadores de la educación, los padres y
los estudiantes. (Aplausos.)
Sr. Presidente
(González).- La cuestión de privilegio planteada será girada a la Comisión de
Asuntos Constitucionales para su consideración.
- 12 -
Sr. Presidente (González).- Para otra cuestión
de privilegio, tiene la palabra el señor
diputado Martínez, por Santa Fe.
Sr.
Martínez.- Señor presidente: me parece que queda
claro que esta cuestión de privilegio es contra los integrantes de Juntos por
el Cambio, que se dirigieron recién al recinto con un claro intento ‑que
no es la primera vez que sucede, lamentablemente‑ de denostar
sistemáticamente la tarea de esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
Denostan la tarea que realizamos
cuando, por ejemplo, se refieren en forma despectiva y con adjetivos
absolutamente impropios al presidente de la Cámara de Diputados. Yo puedo tener
diferencias con cualquier diputado o diputada, pero que aquí se diga que el
presidente de la Cámara actúa aviesamente en las atribuciones que le
corresponden en la administración del reglamento, me parece que realmente es
una actitud que no corresponde.
Estamos orgullosos del presidente de
la Cámara, y lo decimos claramente. Además, ejerce ese cargo porque nosotros
nos ponemos de acuerdo. Cuando criticamos al presidente de la Cámara, de alguna
manera también nos estamos criticando a nosotros mismos.
En segundo lugar, me parece que
también denostamos la tarea del Congreso de la Nación, y específicamente de
esta Cámara de Diputados, cuando criticamos el protocolo de sesiones remotas,
que también nosotros hemos aprobado y que está vigente hasta el 30 de noviembre
por acuerdo de los presidentes de los bloques en el ámbito de la Comisión de
Labor Parlamentaria.
Muchos de lo que estamos aquí
trabajamos arduamente en el ámbito de las comisiones de Modernización
Parlamentaria y de Peticiones, Poderes y Reglamento para que tengamos este
protocolo hoy vigente.
Quiero decir algo en nombre de mi
bloque. En este momento tenemos tres integrantes de nuestra bancada que no pueden
asistir a esta sesión ‑y que van a estar en algunos casos conectados en
forma remota‑ porque están contagiados de COVID-19. Dos de esos
compañeros son de Catamarca y uno, de Santiago Del Estero.
En ese sentido, voy a hacer una
pregunta contrafáctica: ¿cómo podrían ellos participar de esta sesión si
nosotros hoy no tuviéramos el protocolo de sesiones remotas activado? Me parece
que es importante tener eso en cuenta. Obsérvense también a ustedes mismos: son
92 de 116, y hay un montón de integrantes de su bloque que están en este
momento presentes en las pantallas mediante las que nos comunicamos.
Cuando denostamos el protocolo de
sesiones remotas también estamos hablando de ellos: los que no pueden venir acá
por distancia, por dificultad en el transporte o por tener que cuidarse porque
son personas de riesgo.
En tercer lugar, también debemos decir
con claridad que muchas veces hacemos aquí adentro declaraciones que,
obviamente, son parte del juego parlamentario que existe. Pero después vamos a
Pasos Perdidos a hablar con la prensa, y no hacemos más que expresarnos en
contra del Congreso y de esta Cámara de Diputados. Me parece que de ese modo
nos estamos afectando a nosotros mismos.
Por último, quiero señalar que también
se está creando un clima no muy positivo para la sesión que viene. No me cabe
la menor duda de que lo que se hizo hasta este momento está perfectamente
planificado por el principal bloque de la oposición, porque están tratando de
generar un ambiente negativo en una sesión donde vamos a intentar avanzar en
legislar sobre un tema muy importante para los argentinos.
Por otra parte, quiero decir que hoy,
17 de noviembre, para nosotros es un día especial, es un día en el cual
nosotros reivindicamos la militancia política.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Martínez.-
Somos militantes políticos y ‑cierro con esto‑ hace tres días, el
14 de noviembre, ¿sabe a quién recordamos, diputado Iglesias? El 14 de
noviembre recordamos el nacimiento de John William Cooke. ¿Sabe lo que dijo? En
un momento dijo que la antipolítica, la
despolitización, es la continuidad del antiperonismo por otros medios.
Cuando ustedes están denostando la política, no están haciendo otra cosa que
hablar en contra del movimiento nacional y popular más importante de este país.
(Aplausos.)
Sr. Presidente
(González).- La cuestión de privilegio planteada será girada la Comisión de
Asuntos Constitucionales para su consideración.
Diputado Negri: ¿me está pidiendo la
palabra? Silencio, por favor. ¡Diputados: les pido silencio!
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr.
Presidente (González).- ¡Diputado: le voy a dar la palabra al diputado
Negri!
- 13 -
Sr. Presidente (González).- Para otra cuestión de privilegio, tiene la palabra el señor diputado Negri, por Córdoba.
Sr. Negri.-
Señor presidente: no acostumbro a plantear cuestiones de
privilegio, pero me veo obligado a hacerlo, no por algo personal con el colega,
aunque va dirigida a él.
Ni nosotros hacemos antipolítica ni
estamos negando haber consentido la situación de anormalidad que la pandemia
trajo. Pero también es cierto que llega el tiempo de la normalidad, y eso es lo
que se ha dicho y reclamado.
En segundo lugar, quiero decir que, en
el caso de los colegas de cualquier bloque, que por la situación de pandemia no
han podido estar presentes y lo han hecho remotamente, no es válido el ejemplo
que se ha dado para plantear una cuestión de privilegio.
Vencido el plazo del ASPO, que es el
motivo por el que adherimos desde esta Cámara con una resolución, cuando
retornemos a la normalidad, puede estar enfermo cualquier colega ‑ojalá
que ninguno‑, como ocurrió siempre en esta Cámara, y tenía licencia por
enfermedad. Nos ocurrió a cualquiera. Sin embargo, la Cámara no se paralizó por
eso. Tampoco había sesiones remotas. Entonces, esa argumentación carece de toda
legitimidad.
Finalmente, quiero decir que nosotros
no armamos, no planificamos, ni damos golpes por atrás. Nosotros conversamos y
discutimos de frente. Puede gustar o no, pero quiero aclarar que no vamos a
repetir la lección que sí tuvimos nosotros durante cuatro años. Teníamos veinte cuestiones de
privilegio y treinta pedidos de apartamiento del reglamento por sesión. ¡Y
guarda con decir que no! Porque no era desde las bancas, sino que se iban al
humo del presidente de la Cámara y saltaban porque decían que en nombre de la
democracia se les impedía hacer uso de la palabra.
Nosotros
no hemos planificado seis cuestiones de privilegio porque queremos debatir los temas
que se van a tratar hoy. Porque no tenemos nada que esconder. Porque tenemos
sanas diferencias. Porque tenemos una visión distinta de cómo resolver los
problemas de la Argentina. Porque nos hacemos cargo del pasado. Pero ustedes
siempre están llegando y no tienen nada que ver con lo que ocurrió en la
Argentina. Y así no hay solución.
De
manera tal que no se den por agraviados. No tenemos tretas, no mandamos a
hablar a escondidas, aceptamos las reglas establecidas en la reunión de la
comisión de Labor Parlamentaria y si decimos que no hay apartamientos del
reglamento no los pedimos ni mandamos a nadie a escondidas para que los pida.
Actuamos con franqueza y de frente. (Aplausos.)
Sr. Presidente
(González).- La cuestión de privilegio planteada pasa a la Comisión de Asuntos
Constitucionales.
- 14 -
Sr. Presidente (González).- Tiene la
palabra el señor diputado Yacobitti, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Yacobitti.- Señor presidente: solicito
que la Cámara se aparte de las prescripciones del reglamento para formular una
moción de preferencia.
El 18 de agosto del corriente año
presenté, junto con otros señores diputados de otros bloques, el proyecto de
ley contenido en el expediente 4.253-D.-2020, que tiene como objetivo que los
trabajadores puedan deducir del impuesto a las ganancias los gastos
correspondientes a la canasta de artículos básicos necesarios para aprovechar
la educación que reciben. Me refiero básicamente a la educación pública.
Estoy hablando de los gastos de un
curso de idiomas, de la conectividad, de una computadora, de los materiales de
estudio, etcétera. Es decir, las cosas básicas respecto de las cuales todos
sabemos que por más que se vaya a la escuela primaria o secundaria o a la
universidad pública le hacen falta a una familia de trabajadores.
Reitero
que este es un proyecto por el que se procura generar una deducción para los
trabajadores. En esta iniciativa establecemos un tope para que solamente puedan
efectuar esta deducción aquellos trabajadores que perciban salarios entre
55.000 y 145.000 pesos netos. Estas personas no deberían pagar el impuesto a
las ganancias. Pero como los mínimos de este tributo están absolutamente
desactualizados, hoy lo terminan pagando los miembros de la clase trabajadora.
El
proyecto tiene muchas argumentaciones. Creo que, fundamentalmente, el fondo de
la cuestión es entender a la educación como una inversión y no como un gasto.
Al respecto, quiero señalar que todos los viernes hablamos con familias que nos
cuentan sus experiencias para poder incorporar distintos elementos a este
proyecto. Así, a medida que vamos militando sobre esta iniciativa nos vamos
cruzando con distintas personas. Quiero contar la historia de una de ellas,
Norma, de la provincia de Chubu
Norma
tiene 53 años. Recién hablamos de la docencia. Precisamente ella es docente
desde hace 28 años y tiene tres hijos: uno en la primaria y dos en la
universidad pública, más precisamente en Tandil y en Olavarría. Uno estudia
Ciencias y Gestión de la Computación y otro, Medicina. Por eso, por la carga
horaria no pueden trabajar.
Además,
Norma es único sostén de familia, ya que su marido, que es trabajador informal,
no consigue empleo.
En
noviembre ella cobró el sueldo de septiembre. En promedio percibe, con la
antigüedad y todos los premios, 110.000 pesos por mes. Pero solo recibe
aproximadamente el 70 por ciento de su salario. ¿Por qué? Porque el Estado ha
decidido que se le descuente el resto, ya que para aquél Norma obtiene una
ganancia.
Me
parece que debemos entender que no solamente es injusto que a Norma se le
descuente ese impuesto, sino que, además, para el Estado esa es una mala manera
de recaudar.
Sr. Presidente (González).- La Presidencia solicita al señor diputado que redondee su
exposición.
Sr. Yacobitti.- Sí, señor presidente.
El
Estado está recaudando mal, le está sacando hoy un poquito a Norma y eso hace
que ella no pueda pagar el transporte a sus hijos ni los materiales de estudio.
Ni siquiera estoy hablando de que tenga que pagar alguna institución privada,
porque todos estos casos corresponden a la escuela y la universidad públicas.
Si
no entendemos que estamos en una pandemia y que lo que hicieron los países del
mundo que salieron de lo único similar que tenemos a ellas, que son las
guerras, fue triplicar el presupuesto destinado a educación, nos vamos a
equivocar.
Cuando
se cobra el impuesto a las ganancias a los trabajadores lo que se está haciendo
es que se tengan que privar de brindar a sus hijos las herramientas necesarias
para educarse. Eso, a futuro, no solamente es una mala manera de recaudar
impuestos por parte del Estado, sino que además significa la posibilidad de que
los jóvenes caigan en el delito.
Sr. Presidente (González).- La Presidencia solicita nuevamente al señor diputado que
redondee su exposición.
Sr. Yacobitti.- Sí, señor presidente, pero esta es una sesión en la que vamos a
hablar de la riqueza y de los trabajadores, por lo que me parece importante
señalar esto.
Sr. Presidente (González).- Como se prevé que esta sesión será muy extensa, en la
reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria hemos arribado a un acuerdo en el
sentido de respetar los tiempos.
Sr. Yacobitti.- Estos trabajadores tienen que pagar ese impuesto. Por eso es importante
que votemos una moción de preferencia con dictamen para que podamos discutir
con tiempo este proyecto.
De
todos modos, me parece que a los trabajadores como Norma se les acaba el tiempo
y sus hijos no pueden aprovechar la educación que actualmente les está
brindando el Estado.
Por
lo expuesto, solicito que se vote esta moción de preferencia en forma nominal.
-
Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Presidente (González).- Señores diputados y señoras diputadas: se los voy a decir
por única vez: en la reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria hemos
intentado arribar a un acuerdo. En ese sentido, he pedido expresamente a la
totalidad de los señores presidentes de bloque que hablen con sus diputados, a
fin de respetar los tiempos. Esta sesión será maratónica. En consecuencia, si
no respetamos los tiempos se extenderá por veinticuatro horas.
Por
lo expuesto, a partir de este momento procederé a cortar el uso de la palabra a
aquellos señores diputados que no respeten el tiempo.
Tiene
la palabra el señor diputado Iglesias, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Iglesias.- Señor presidente: solicito que la moción de apartamiento del
reglamento se vote en forma nominal.
Sr. Presidente (González).- Así se hará, señor diputado.
Se
va a votar nominalmente la moción de apartamiento del reglamento formulada
por el señor diputado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a fin de aprobar
una moción de preferencia, con dictamen de comisión. Se requieren las tres
cuartas partes de los votos que se emitan.
-
Mientras
se practica la votación nominal:
Sr.
Presidente (González).- La Presidencia
procederá a preguntar, de manera verbal, el voto de 28 señores diputados que el
sistema no ha podido registrar.
Además de llamarlos dos veces, como
dice el reglamento, solicito, por favor, a los diputados presentes y a los que
están conectados en forma remota, que estén atentos al momento de votar. De
otro modo, cada votación requerirá de un tiempo enorme.
Señor diputado Ansaloni: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (González).- Al no haberse
expresado, el señor diputado Ansaloni, es considerado ausente en la votación.
Señor diputado Bormioli: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
Sr.
Bormioli.- Voto por la negativa, señor
presidente.
Sr.
Presidente (González).- Señor diputado
Cornejo: ¿puede expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (González).- Al no haberse
expresado, el señor diputado Cornejo es considerado ausente en la votación.
Señora diputada Estévez: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
Sra.
Estévez.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr.
Presidente (González).- Señor diputado
Ferraro: ¿puede expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (González).- Al no haberse
expresado, el señor diputado Ferraro es considerado ausente en la votación.
Señora diputada Figueroa: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (González).- Al no haberse
expresado, la señora diputada Figueroa es considerada ausente en la votación.
Señora diputada Frade: ¿puede expresar
el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (González).- Al no haberse
expresado, la señora diputada Frade es considerada ausente en la votación.
Señor diputado García De Luca: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (González).- Al no haberse
expresado, el señor diputado García De Luca es considerado ausente en la
votación.
Señora diputada Ginocchio: ¿puede expresar el sentido de su
voto?
Sra. Figueroa.- Por favor,
señor presidente.
Sr.
Presidente (González).- Sí, la escucho.
Sra.
Figueroa.- Mi voto es negativo, pero acá no me da la opción de votar.
Sr.
Presidente (González).- ¿Diputada Ginocchio?
Sra.
Ginocchio.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (González).-
Señora diputada González: ¿puede expresar el sentido de su voto?
Sra. González.- Mi voto es
negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (González).-
Señor diputado Carlos Gutiérrez: ¿puede indicar el sentido de su voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr.
Presidente (González).- Al no haberse expresado, el
señor diputado Gutiérrez es considerado ausente en la votación.
Diputado Koenig, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra. Caparrós.- Señor
presidente: pido la palabra.
Sr. Presidente (González).-
Tiene la palabra la señora diputada Caparrós, por Tierra del Fuego.
Sra. Caparrós.- Señor
presidente: deseo aclarar que mi voto es negativo. Hubo un error en el sistema
y quería aclararlo.
Sr.
Gutiérrez (C.M).- Señor presidente...
Sr.
Presidente (González).- Sí, señor diputado Gutiérrez.
Sr. Gutiérrez (C.M).- Mi voto es
negativo, señor presidente. Me aceptó el voto, pero no me podía “desmutear”,
cosa que yo ya manifesté en la anterior sesión respecto del “desmuteo” de los
micrófonos cuando se trata de esta situación que usted está canalizando en este
momento. Repito, mi voto es negativo.
Sr.
García De Luca.- Pido la palabra, señor presidente.
Sr.
Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado García De
Luca.
Sr.
García De Luca.- Manifiesto mi voto afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (González).-
Señor diputado Koenig: ¿puede manifestar el sentido de su voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr. Presidente (González).-
Al no haberse expresado, el señor diputado Koenig es considerado ausente en la
votación.
Diputado Lacoste: ¿puede manifestar el sentido de su voto?
Sr. Lacoste.- Señor
presidente: mi voto es afirmativo. Estoy en el edificio Anexo y “mutean” el
micrófono desde allí.
Sr. Presidente (González).-
Señora diputada Macha: ¿puede indicar el sentido de su voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr. Presidente (González).-
Al no haberse expresado, la señora diputada Macha es considerada ausente en la
votación.
Señor diputado Martiarena: ¿puede indicar el sentido de su
voto?
Sr. Martiarena.- Mi voto es
negativo, presidente.
Sr. Presidente (González).-
Señora diputada María Rosa Martínez: ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra. Martínez (M.R.).- Mi voto es
negativo, señor presidente.
Sra.
Macha.-
Pido la palabra, señor presidente.
Sr.
Presidente (González).- Tiene la palabra la señora
diputada Macha.
Sra. Macha.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr.
Presidente (González).- Señora diputada Morales Gorleri, ¿puede indicar
el sentido de su voto?
-
Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- No habiéndose manifestado, se considera a la
diputada Morales Gorleri ausente a la hora de votar.
Señora
diputada Navarro, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra. Navarro.- Mi voto es negativo,
señor presidente.
Sr.
Presidente (González).- Señora diputada Rey, ¿puede
indicar el sentido de su voto?
-
Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- No habiéndose
manifestado, se considera a la diputada Rey ausente a la hora de votar.
Señora
diputada Scaglia, ¿puede indicar el sentido de su voto?
-
Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- No habiéndose manifestado, se considera a la diputada Scaglia
ausente a la hora de votar.
Señora
diputada Uhrig, ¿puede indicar el sentido de su voto?
-
Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- No habiéndose
manifestado, se considera a la diputada Uhrig ausente a la hora de votar.
Sr. Koenig.- Señor presidente…
Sr. Presidente (González).- Señor diputado
Koenig, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sr.
Koenig.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (González).- Señor diputado
Valdés, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sr.
Valdés.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (González).- Señora diputada
Vallejos, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra.
Vallejos.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (González).- Señor diputado
Yedlin, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sr.
Yedlin.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (González).- Señora diputada
Yutrovic, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra.
Yutrovic.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sra.
Morales Gorleri.- Pido la palabra.
Sr.
Presidente (González).- Tiene la palabra la señora
diputada Morales Gorleri.
Sra.
Morales Gorleri.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sra.
Rey.-
Pido la palabra.
Sr.
Presidente (González).- Tiene la palabra la señora
diputada Rey.
Sra.
Rey.-
Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr.
Presidente (González).- Tiene la palabra la señora diputada Moreau, por
Buenos Aires.
Sra.
Moreau.- Señor presidente: el diputado Cisneros me dijo que quiere
aclarar el sentido de su voto porque fue tomado mal.
Sr.
Presidente (González).- Señor diputado Cisneros, ¿puede
indicar el sentido de su voto?
-
Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- Se cierra la votación.
- Finalizada la votación nominal, conforme al tablero electrónico, sobre
253 señores diputados presentes, se han registrado 115 votos afirmativos, 124
negativos y 3 abstenciones.
Sr.
Secretario (Cergnul).- Hubo 115 votos por la afirmativa, 124 por la negativa y 3
abstenciones[1].
Sr. Presidente (González).- Queda rechazada la
moción.
- 15 -
Sr.
Presidente (González).- Tiene
la palabra la señora diputada Lospennato, por Buenos Aires.
Sra.
Lospennato.- Señor presidente: tenemos por delante una sesión que hemos
estipulado que durará 23 horas y todavía no hemos comenzado a analizar su
temario. Pido a mis compañeras y compañeros secretarios parlamentarios de los
bloques que tomen nota de los diputados que tienen este problema de conexión
para que los llamen uno por uno e intentemos a partir de ahora que las
votaciones se pueden resolver rápido.
En segundo lugar, el protocolo señala que cuando un
diputado no votó, pero está en Webex, tiene que ser llamado dos veces y después
ser considerado ausente. Así, una vez considerado ausente, está ausente. No
puede ser que a los 10 minutos aparezca y pida la palabra, porque la verdad es
que desordena la sesión. Nuestra obligación es estar atentos a la sesión. Si el
diputado fue llamado dos veces y perdió la oportunidad de votar, está cumplido
el protocolo y corresponde considerarlo ausente. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (González).- Diputada: espero que tenga toda la suerte del
mundo y que le hagan caso; suerte que yo no tengo. (Risas y aplausos.)
- 16 -
Sr. Presidente (González).- Para una moción de apartamiento del
reglamento, tiene la palabra la señora diputada Dolores Martínez, por la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
Sra. Martínez (D.).- Señor presidente:
vengo a poner en consideración de este cuerpo una moción de orden en los
términos del artículo 127 inciso 10, a fin de solicitar el apartamiento de las
prescripciones del reglamento y tratar de manera urgente o especial el proyecto
de resolución por el que se cita a este recinto al señor ministro de Salud,
doctor Ginés González García, para que en el marco del artículo 71 de la
Constitución Nacional y del artículo 204 del reglamento de esta Cámara informe
de manera verbal sobre cuestiones relacionadas con la administración de la
pandemia, específicamente en lo relativo a las aparentes compras masivas de
vacunas de diverso origen y estado de desarrollo, con los errores en los
conteos de los resultados de los tests y
la homogeneización de la carga (expediente 6.035-D.-2020).
Por otro lado, es importante conocer el impacto de las
campañas educativas y de difusión de información. Asimismo, es primordial
evaluar su efectividad para pensar en los efectos que pueda tener una segunda
ola, como la que hoy afecta al hemisferio norte.
En este sentido, también pedimos una explicación sobre los
protocolos para acompañar el regreso urgente a las clases presenciales. Esto es
considerado esencial en los países de Europa, donde se tiene como un error el
cierre de las escuelas durante la primera ola de la pandemia.
Queremos saber qué piensa y qué planifica el señor ministro
al respecto. Asimismo, pedimos que informe cómo fueron afectadas por la
pandemia otras áreas importantes de la salud pública. Me refiero a asuntos
atinentes al calendario de vacunación obligatoria, a los servicios de salud
mental y sexual, y al control de enfermedades no transmisibles. Y, en caso de
haberse visto afectadas, queremos conocer los esfuerzos que está realizando el
Ministerio para lograr su regularización.
Estamos a punto de cumplir un año de iniciada la pandemia
del COVID-19. Con aciertos y desaciertos, el Ejecutivo pudo tomar decisiones en
el marco de la pandemia y de las nueve emergencias. De hecho, dictó sesenta y
un decretos de necesidad y urgencia, de los cuales cuarenta y cuatro ya fueron
validados por este Congreso. Eso no quita que tenga la suma del poder y se
desentienda de cómo funciona el sistema político en la Argentina, que es de
pesos y contrapesos.
Entiendo que el ministro tuvo suficiente tiempo para venir
a informar a este Congreso. Sin embargo, solamente lo hizo dos veces y desde la
última oportunidad pasaron doscientos treinta y un días.
Por lo expuesto, pido a este cuerpo y a todos los bloques
políticos que ante la situación más grave que afecta a nuestro país, acompañen
este pedido. Hoy la Argentina ocupa los primeros lugares en el ranking mundial de casos positivos en
términos absolutos, contabilizando aproximadamente 1.200.000.
Sr.
Presidente (González).- Señora
diputada: le pido que vaya redondeando.
Sra.
Martínez (D.).- Ya finalizo, señor presidente. Pronto estará entre los
cinco países con más muertes acumuladas por millón. Este es un pedido de
transparencia y rendición de cuentas ante el Congreso y principalmente ante la
ciudadanía.
Sr.
Presidente (González).- Señora diputada: por favor, finalice su
exposición porque si no, tendré que cortarle el uso de la palabra.
Sra.
Martínez (D.).- Necesitamos que el ministro venga a darle confianza a
nuestra sociedad.
Sr. Presidente (González).- Se va a votar la
moción de apartamiento del reglamento formulada por la señora diputada Dolores
Martínez.
Sra. Martínez (D.).-
Señor presidente: solicito que la votación sea nominal.
Sr. Presidente (González).- Así se hará, señora
diputada.
Sra. Cerruti.- Señor presidente: solicito el
uso de la palabra.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la
señora diputada Cerruti, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sra. Cerruti.- Gracias, señor presidente.
Espero que tenga la misma energía para cortar la palabra a todo el mundo.
Sr. Presidente (González).- Intento tenerla. Me
la van a agotar en veinticuatro horas, señora diputada.
Sra. Cerruti.- Señor presidente: entendiendo
lo que expresó el presidente del bloque de Juntos por el Cambio, y la
secretaria parlamentaria, estamos todos contestes con el espíritu de que esta
sesión transcurra de la manera en que debe hacerlo, sin interrupciones,
dilaciones ni nada por el estilo. Sabemos que se necesitan tres cuartas partes
de los votos que se emitan para aprobar un apartamiento del reglamento; además,
sabemos que no se va a conseguir si el voto de la primera minoría es negativo.
La
diputada tiene todo el derecho de pedirlo. Pero yo hago un llamado a la
reflexión, dado que cada una de estas votaciones tarda veinte minutos, como la
que acaba de transcurrir. Les pido a la señora diputada y a las autoridades del
bloque de Juntos por el Cambio que nos pongamos de acuerdo en hacer la votación
a mano alzada.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el
señor diputado Cano, por Tucumán.
Sr. Cano.- Señor presidente: no sé si es
factible realizar el voto a mano alzada o si se puede tener en cuenta la manera
en que cada uno votó el anterior pedido de apartamiento del reglamento, sin
necesidad de efectuar una votación nominal.
Sr. Presidente (González).- No, señor diputado.
La votación es nominal o a mano alzada.
Hay
un pedido de la diputada Cerruti a la diputada Dolores Martínez para ver si
accede o no a que, en lugar de que la votación sea nominal, sea por signos.
Tiene
la palabra la señora diputada Moreau, por Buenos Aires.
Sr. Iglesias.- ¡Uh!
Sra. Moreau.- ¿Qué problema tiene, diputado
Iglesias?
Sr. Presidente (González).- No dialogue, señora
diputada.
Sra. Moreau.- Simplemente quiero aclarar el sentido
de nuestro voto. Nuestro bloque no acompaña este apartamiento del reglamento,
con lo cual es imposible llegar al número de votos que se necesita.
Le
pido al diputado Mario Negri, presidente del interbloque de Juntos por el
Cambio, que evalúe votar a mano alzada porque el número no está.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el
diputado Negri, por Córdoba.
Sr. Negri.- Habiendo aclarado la diputada
preopinante que el bloque del oficialismo no quiere acompañar que venga el
ministro, en ese caso vamos a obviar ‑previa autorización que me ha dado
la diputada requirente, no es que la estoy desautorizando‑ el llamado a
votación nominal.
Aprovecho
para dejarles un mensaje, un gestito de idea. Tengan alguno similar ustedes,
alguna vez. Gracias. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Se va a votar a
mano alzada la moción de apartamiento del reglamento a fin de incluir en el
temario de esta sesión el expediente solicitado por la diputada Dolores
Martínez. Se requieren las tres cuartas partes de los votos que se emitan.
-
Resulta negativa.
Sr. Presidente (González).- Queda rechazada la
moción.
- 17 -
Sr. Presidente (González).- Para un pedido de
apartamiento del reglamento, tiene la palabra el señor diputado Iglesias, por
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Iglesias.- Señor presidente: nosotros no
tiramos piedras, nosotros no robamos lapiceras, nosotros no arrebatamos
micrófonos, nosotros no consideramos que cuando se critica a la política se nos
critica solo a nosotros, porque no creemos ser toda la política, sino una parte
de ella. Los que creen ser toda la política son los totalitarios; los
totalitarios que creen ser toda la política, toda la Patria, todo el pueblo y
todo el país.
Nosotros
no creemos esto, señor presidente. Creemos ser una parte y como una parte de la
política que somos, cuando muy ocasionalmente el gobierno a cargo hace algo
bien, queremos apoyarlo.
Por
eso, solicito el apartamiento del reglamento para considerar el expediente
5332.-D.-2020, del diputado Buryaile y otros integrantes de Juntos por el
Cambio, que declara su beneplácito por el voto de respaldo del gobierno
nacional al informe presentado por la alta comisionada del Consejo de Derechos
Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, sobre la situación de los derechos
humanos en Venezuela.
Estamos
seguros de que el bloque oficialista estará muy contento de apoyar la decisión
sabiamente tomada por el canciller Solá.
Particularmente,
estoy seguro de que el diputado Valdés, quien el otro día tuvo un lamentable
inconveniente en la reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto y
tuvo que pasar a cuarto intermedio sin fijar ‑como establece el
reglamento‑ cuándo se retomaría.
Estoy
seguro de que el diputado Valdés estará feliz de apoyar la decisión de la
Cancillería, de su canciller y del oficialismo a favor de reconocer y de
condenar los infames delitos cometidos por la dictadura de Maduro en Venezuela
y que tan bien describió la resolución tomada por nuestro representante en las
Naciones Unidas.
Con
respecto a la votación, como estoy seguro de que el bloque oficialista va a
acompañar esta moción de su canciller, le pido a la diputada que está a cargo
de coordinarlo que anuncie el voto favorable, así nos evitamos la votación
nominal. En el caso de que no sea así, iremos a votación nominal. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la
palabra la señora diputada Moreau, por Buenos Aires.
Sra. Moreau.- Señor presidente: acompañamos
a nuestro gobierno, a nuestro canciller. (Aplausos.)
No acompañamos la moción presentada por el diputado Iglesias.
Sr. Iglesias.- ¡Qué lástima! Entonces que la
votación sea nominal.
Sr. Presidente (González).- Señor diputado
Iglesias, sabiendo que no existe el número, ¿usted requiere nuevamente la
votación nominal?
Sr. Iglesias.- Sí, señor presidente.
Sr. Presidente (González).- Le agradezco la
predisposición.
Se
va a votar en forma nominal la moción de apartamiento del reglamento solicitada
por el señor diputado Iglesias.
- Mientras se practica la
votación nominal:
Sr. Presidente (González).- Diputada Camaño,
¿está solicitando el uso de la palabra?
Sra. Camaño.- Sí, señor presidente.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la
señora diputada Camaño, por Buenos Aires.
Sra. Camaño.- Le estoy pidiendo la palabra
para una moción de orden.
Estoy
de este lado de la sesión porque soy una persona de riesgo, soy
inmunosuprimida; de hecho ya transcurrí mi primer COVID y en este momento, por
ejemplo, estoy con hisopado.
Digo
esto, señor presidente, porque mi deseo más grande es estar en ese recinto,
como todos comprenderán.
¿Qué
daría por volver a la normalidad, y que todos los argentinos y el planeta
puedan volver a la normalidad? Me cuesta muchísimo trabajo seguir la sesión
desde la computadora.
Sr. Presidente (González).-
Se está votando, señora diputada.
Sra. Camaño.- Yo pedí una moción de orden.
Me cuesta mucho trabajo seguir la sesión desde la computadora, señor
presidente.
Sr. Presidente (González).- Diputada Camaño, si
usted me permite, ¿podemos terminar la votación y luego pide la moción de
orden?
Sra.
Camaño.- Señor presidente: quiero colaborar para que presida con
tranquilidad porque mucho me temo que esta tarde se va a ir con un infarto.
Sr.
Presidente (González).- No es para tanto, señora diputada. Luego de
finalizada la votación, le cederé el uso de la palabra.
- Luego de unos
instantes:
Sr.
Presidente (González).- Cerrada la votación, se tomará el voto nominal a
los trece diputados que no pudieron registrar su voto.
Señor diputado Angelini, ¿puede indicar el sentido de su
voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr.
Presidente (González).- No habiéndose manifestado, se considera al
diputado Angelini ausente en la votación.
Señor diputado Ansaloni, ¿puede indicar el sentido de su
voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr.
Presidente (González).- No habiéndose manifestado, se considera al
diputado Ansaloni ausente en la votación.
Señora diputada Ayala, ¿puede indicar el sentido de su
voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr.
Presidente (González).- No habiéndose manifestado, se considera a la
diputada Ayala ausente en la votación.
Señor diputado Berhongaray, ¿puede indicar el sentido de su
voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr.
Presidente (González).- No habiéndose manifestado, se considera al
diputado Berhongaray ausente en la votación.
Señor diputado Bogdanich, ¿puede indicar el sentido de su
voto?
Sr.
Bogdanich.- Señor presidente: mi voto es negativo.
Sr.
Presidente (González).- Señora diputada Camaño, ¿puede indicar el
sentido de su voto?
Sra.
Camaño.- Señor presidente: me voy a abstener de votar.
Sr.
Presidente (González).- Señor diputado Cornejo, ¿puede indicar el
sentido de su voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr.
Presidente (González).- No habiéndose manifestado, se considera al
diputado Cornejo ausente en la votación.
Señora diputada Frade, ¿puede indicar el sentido de su
voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr.
Presidente (González).- No habiéndose manifestado, se considera a la
diputada Frade ausente en la votación.
Señor diputado Martiarena, ¿puede indicar el sentido de su
voto?
Sr.
Martiarena-. Señor presidente: mi voto es negativo.
Sr.
Presidente (González).- Señora diputada Medina, ¿puede indicar el
sentido de su voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr.
Presidente (González).- No habiéndose manifestado, se considera a la
diputada Medina ausente en la votación.
Señor diputado Rego, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sr.
Rego.-
Señor presidente: mi voto es afirmativo.
Sr.
Presidente (González).- Señor diputado Ramón, ¿puede indicar el sentido
de su voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr.
Presidente (González).- No habiéndose manifestado, se considera al
diputado Ramón ausente en la votación.
Se cierra la votación. Por Secretaría se dará lectura del resultado de
la votación.
-
Finalizada la votación nominal, conforme al tablero
electrónico, sobre 253 señores diputados presentes, se han registrado 109 votos
afirmativos, 133 negativos y 2 abstenciones.
Sr. Secretario (Cergnul).- Hubo 109 votos
por la afirmativa, 133 por la negativa y 2 abstenciones[2].
Sr.
Presidente (González).- Queda rechazada la moción.
- 18 -
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora diputada
Camaño, por Buenos Aires.
Sra. Camaño.-
Señor presidente: es difícil seguir una sesión de manera remota. Muchas veces
eso no forma parte de lo que uno quiere sino de lo que uno puede.
Cada vez que hay sesión me siento con
muchísima humildad a tolerar de qué manera se desarrolla, muchas veces desde un
lugar hostil, dentro del recinto. Por cierto esta es la metodología elegida
entre todos, porque a la hora de determinarla nadie propuso una mejor opción y
los protocolos contaron con la totalidad de los votos de la Cámara. Estamos
sesionando porque, en democracia, la casa de la democracia funciona conforme a
las mayorías.
Es muy difícil seguir la sesión. Nunca
ocurrió algo como esto. No sé por qué le están haciendo al presidente semejante
desbarajuste en la sesión. Me parece que deberíamos tener todos la humildad de
aceptar que tenemos que tratar en serio de no sacarnos ventajas. Vamos a
considerar un temario. Hasta aquí hemos tenido una metodología de
funcionamiento. No voy a votar favorablemente todas las cuestiones del temario
y de hecho seré muy crítica con algunos de los temas.
La moción concreta que quiero hacer es
que vayamos al temario de la sesión especial que se ha pedido, que seamos
respetuosos de nuestra palabra porque es lo único que tenemos. Lo único que tenemos
es nuestra palabra, amén de la representatividad.
Estos tiempos no sencillos. La
sociedad está pasando peripecias. No vivimos tiempos sencillos ni son momentos
para hacer chicanas o para tomar ventajas para ninguno de los lados.
Por lo tanto, señor presidente, mi
moción es que ordenemos la sesión conforme a lo que hacemos habitualmente, que
es primero plantear las cuestiones de privilegio, luego, si hay, hacer los
homenajes, y más adelante comenzar con los temas de la sesión.
La diferenciación que tenemos entre
quienes tienen la posibilidad de hablar desde el recinto y quienes no somos
dueños de nuestra palabra es muy difícil, porque la palabra de los que estamos
de manera remota depende de un funcionario de la Cámara, depende de que de
algún modo le hagamos llegar al presidente algo que le permita visualizarnos.
Así que en mérito al respeto que nos
debemos como seres humanos, abandonemos esta posición de dilación que estamos
tomando, adentrémonos en los temas y seamos respetuosos. Cuando consideremos el
temario tendremos la oportunidad de ser picantes y dejar nuestras ideas.
La moción concreta es que consideremos
el temario del día.
Sr. Presidente
(González).- Señora diputada: solamente queda un apartamiento que planteará la
diputada Ávila. Entiendo lo que dice la diputada Camaño, pero no creo que me lo
hagan a mí. Le soy absolutamente franco.
Solicito a los señores diputados que
están presentes y a los que están conectados de manera remota que a la hora de
las votaciones tengan la atención debida, porque si no, lo único que hacen es
generar una pérdida de tiempo importante a aquellos que están presentes y
esperando su voto.
Tiene la palabra la señora diputada
Lospennato.
Sra. Lospennato.-
Señor presidente: estamos siguiendo la sesión tal como fue acordada en la
reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria. Todas las cuestiones de
privilegio, todos los apartamientos de reglamento fueron anunciados en la
reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria. Aquí nadie está dilatando nada.
Y, por otra parte, no se puede faltar
a la verdad. Hubo sesiones con más de veinte pedidos de apartamiento del
reglamento y donde se plantearon más de cuarenta cuestiones de privilegio
cuando nosotros éramos oficialismo, y los escuchamos y respetamos porque es el derecho
que les otorga el reglamento y que también nos lo otorga a nosotros. Estamos
cumpliendo con lo acordado.
La
verdad, creo que la propuesta de la diputada Camaño, primero, va en
contra de un acuerdo de labor; segundo, dejará a la diputada Ávila sin poder
plantear un apartamiento que correctamente pidió donde tenía que pedirlo.
Por lo tanto, nos oponemos a esa
moción, pedimos que se respete el acuerdo tomado en la reunión de la Comisión
de Labor Parlamentaria, que la diputada Ávila solicite el apartamiento del
reglamento, para luego adentrarnos a considerar el temario tal como estaba
programado. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (González).- Le pido a la diputada Camaño que, si lo
considera pertinente, retire su moción. Si lo hace, voy a darle la palabra a la
diputada Ávila para terminar con este segmento y comenzar con los temas de la
sesión.
Sra.
Camaño.- Señor presidente: yo estoy tratando de colaborar, no de
obstruir. La verdad es que esta rémora del pasado no me parece válida, ya que
las circunstancias no son las mismas.
Sr.
Presidente (González).- Le agradezco mucho, diputada.
- 19 -
Sr.
Presidente (González).- Tiene la palabra la señora diputada Ávila, por
Tucumán.
Sra.
Ávila.-
Señor presidente: voy a ser muy breve.
Pido esta moción de apartamiento del reglamento y moción de
preferencia habida cuenta de que el 31 de agosto pasado presenté, junto con
otros diputados nacionales, una iniciativa impulsada por la Asociación de
Periodistas de la República Argentina –APeRA‑ que propone instituir el
día 6 de noviembre de cada año como el Día Nacional de la Rememoración del
Primer Izamiento de la Bandera Argentina en las Islas Malvinas, al cumplirse
los doscientos años de ese importante e histórico acontecimiento.
La gesta de Malvinas y la defensa de nuestra soberanía son
una prioridad de todos los gobiernos argentinos, sin distinción de banderías
políticas. Es un tema que ya habíamos tratado en la Comisión de Labor
Parlamentaria, pero lo quería hacer público porque considero que es muy
importante visibilizar lo que significa Malvinas para los argentinos. Todavía
sigue siendo una herida abierta. Se trata de la última guerra de la Argentina
en el siglo XX.
La intención es, sobre todo, visibilizar el coraje de
nuestros héroes de Malvinas, muchos de los cuales son veteranos que están con
vida y tienen la oportunidad de hablar.
Señor presidente: quisiera que este tema tan importante –ya
que la fecha del 6 de noviembre se recordó en casi todo el país‑ pueda
ser tratado, si no en esta sesión, en la próxima. Me parece de vital
importancia poder homenajear el coraje de nuestros héroes veteranos, que no
solamente tuvieron que pasar por la guerra en 1982, sino también por la
indiferencia de toda una sociedad cuando volvieron de Malvinas, lo que es
sumamente injusto.
Entonces, el objetivo es instalar esta fecha en el
calendario, que no significa agregar un día no laborable sino visibilizar el
acontecimiento histórico de Malvinas para que lo conozcan las nuevas
generaciones.
Hay diputados de otras bancadas que han presentado
proyectos similares. Hemos tenido contacto con los diputados de Tierra del
Fuego, así como con los veteranos de guerra y con las enfermeras que estuvieron
acompañando a nuestros soldados. En este sentido, considero que es sumamente
importante que este proyecto pueda ser aprobado sin distinción de banderías
políticas. Malvinas todavía sigue siendo una herida abierta para todos los
argentinos y estoy segurísima de que a través de la vía diplomática vamos a
conseguir que vuelvan a ser argentinas, como lo han sido siempre.
Sr.
Presidente (González).- Tiene la palabra la señora diputada Álvarez
Rodríguez, por Buenos Aires.
Sra.
Álvarez Rodríguez.- Señor presidente: en relación con el apartamiento del
reglamento que plantea la diputada Ávila, quiero manifestar que Malvinas es una
causa argentina y de todos los argentinos. Nuestro gobierno, con la
estructuración del cumplimiento de la ley que aquí votamos, conformó la
comisión para esta causa. Asimismo, los doscientos años del izamiento de la
bandera en Malvinas se celebró en consonancia no solo en la Quinta de Olivos
con un izamiento sino también en distintos puntos de las veinticuatro
provincias argentinas.
En este sentido, aceptamos la propuesta de la incorporación
de este proyecto pero para la próxima sesión. Por eso no acompañamos la moción
pero el bloque del Frente de Todos asume este compromiso para la próxima
sesión.
Sr.
Presidente (González).- Se va a votar la moción de apartamiento del
reglamento planteada por la diputada Ávila. Se requieren las tres cuartas
partes de los votos que se emitan.
- Resulta
negativa.
Sr.
Presidente (González).- Queda rechazada la moción y queda constancia de
que el bloque del Frente de Todos toma el compromiso político de tratar el tema
propuesto por la diputada Ávila en la próxima sesión.
- 20 -
aceptacíon de las modificaciones al proyecto de ley de presupuesto
nacional para el ejercicio 2021
Sr.
Presidente (González).- Corresponde considerar el dictamen de la
Comisión de Presupuesto y Hacienda por el que se aceptan las modificaciones
introducidas por el Honorable Senado al proyecto de ley de presupuesto nacional
para el ejercicio 2021. (Orden del Día Nº 268).
aquí
ORDEN DEL día n° 268
Sr.
Presidente (González).- En consideración.
Tiene la palabra el señor diputado Heller, por la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
Sr.
Heller.- Señor presidente: efectivamente, ayer se reunió la
Comisión de Presupuesto y Hacienda, donde consideramos este problema que se
planteó en el Senado al momento de tratar el presupuesto.
Hubo un error material, que ha asumido la Secretaría de
Hacienda a través de una nota que remitió a ambas Cámaras. Me refiero a la
omisión de la remisión de una cantidad de planillas complementarias, todas
ellas con detalles de obras que fueron incorporadas en el extenso tratamiento
del presupuesto que hiciéramos en el recinto.
De todos modos, esta omisión no altera para nada el
contenido de lo que hemos tratado. Tanto es así que el miembro informante y el
presidente del bloque oficialista en el Senado resaltaron expresamente que la
Cámara Alta no modificaba absolutamente nada de lo sancionado por esta Cámara
de Diputados, sino que, a los fines de cumplir con el sistema de formación de
leyes establecido en la Constitución, hacía falta una ratificación a través de
la incorporación de las mencionadas planillas complementarias.
Esto lo hemos explicado ayer en la Comisión de Presupuesto
y Hacienda, donde además emitimos dictamen. Hoy venimos a pedir formalmente la
aprobación de este proyecto de ley por parte de este Honorable Cuerpo.
- Ocupa la
Presidencia la señora presidenta de la Comisión de Legislación General,
doña Cecilia Moreau.
Sr.
Heller.- Quiero agregar, además, que el diputado Pastori solicitó
una aclaración particular respecto del artículo 13, que establece la vigencia
del Fondo Nacional de Incentivo Docente, creado por ley 25.053 y sus
modificaciones, por el término de un año. El diputado preguntó si eso implicaba
la instalación de un impuesto. La respuesta es negativa. Este artículo figura
al solo efecto de poder asignar los fondos, esto es, de crear las condiciones
de transferir lo que corresponde a cada provincia, ya que la reglamentación
anterior estaba vigente hasta 2020.
En mérito a la brevedad y tratando de recuperar tiempo,
solicito a esta Honorable Cámara la aprobación de la remisión del Senado, que
no es otra cosa que la ratificación de lo que hemos aprobado en esta Cámara de
Diputados.
Sra.
Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra el diputado Pastori, por
Misiones, quien comparte el tiempo con el diputado Juan Manuel López.
Sr.
Pastori.- Señora presidenta: voy a ir al grano en orden a ganar
tiempo. Nos vamos a abstener, tal como lo hicimos en el tratamiento de la ley
de presupuesto de 2021. En ese momento la posición del interbloque fue la
abstención en general. Por lo tanto, también nos abstenemos en la votación de
esta corrección que viene del Senado.
Quiero agradecer la aclaración que acaba de hacer el
presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda ante una pregunta que le
hicimos ayer en la reunión de comisión. Su respuesta ha quedado clara.
Entonces, no se trata de restablecer el impuesto llamado “Fondo Nacional de
Incentivo Docente”, que fue derogado en el año 2000, sino de posibilitar la
prosecución de las transferencias que la Nación hace a las provincias para que
estas puedan complementar el salario docente.
Por último, quiero aclarar que en el tratamiento que
estamos teniendo en este momento también hay una fe de erratas. En este caso
proviene del Senado, ya que en el proyecto
que ha venido con la sanción de la Cámara revisora también se trasuntó un error
en el artículo 2°, en el que omitieron consignar las cifras correspondientes a
los recursos de capital y a los recursos totales, cuando hacía mención al
cálculo de recursos; es decir, que el Senado ahora tuvo que hacer una fe de
erratas, con lo cual esto también forma parte del tratamiento que estamos
teniendo en este momento.
Dicho esto, señora presidenta,
dejamos, entonces, clara la abstención de nuestro bloque.
Sra. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra
el señor diputado López, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. López.-
Señora presidenta: quiero adelantar el voto negativo del bloque de la Coalición
Cívica. Las razones las dio por este bloque la diputada Paula Oliveto el 28
octubre, cuando se trató el presupuesto.
La Argentina no está para chicanas ni
para comentarios que tengan que ver con sacar réditos políticos, así que vamos
a ser muy prudentes y muy breves. Solamente vamos a decir que en esa
oportunidad ningún miembro de nuestro bloque votó el artículo 11, que es de las
planillas.
- Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente 1° de
la Honorable Cámara, doctor Álvaro Gustavo González.
Sr. López.-
Lamentamos la situación de un presupuesto que va y viene de una Cámara a la
otra y donde no queda claro, más allá de lo que dijo el miembro informante del
oficialismo, dónde estuvo la falla. Es un presupuesto que, como también se dijo
en su oportunidad ‑es lo último que resalto‑, creaba impuestos.
Por esas razones, y por las que
expresó el 28 de octubre la diputada Oliveto, vamos a votar en contra del
proyecto de presupuesto.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado
del Caño, por Buenos Aires.
Sr. del Caño.- Señor presidente: quiero ratificar, como ya lo
hicimos en la sesión en la que se trató el presupuesto, nuestro voto negativo
por tratarse de un presupuesto de ajuste.
Además, quiero ratificarlo doblemente
luego de la publicación de la reunión del ministro Guzmán con los principales
empresarios de la Argentina, en la que dijo que el déficit fiscal estipulado en
el presupuesto, que es del 4,50 por ciento, sería aún menor, es decir que
estaría dispuesto a aceptar alrededor del 3,8 o 3,9 por ciento, ya que el Fondo
Monetario exigiría el 3 por ciento de déficit. Sabemos que eso lo van a pagar
los trabajadores y el pueblo, por eso ratificamos aún más nuestro voto negativo
a un presupuesto ajuste.
Sr. Presidente (González).- Se va a votar el dictamen de la
Comisión de Presupuesto y Hacienda por el que se aceptan las modificaciones
introducidas por el Honorable Senado al proyecto de ley de presupuesto nacional
para el ejercicio 2021 (Orden del Día 268).
- Mientras
se practica la votación nominal:
Sr. Presidente (González).-
La Presidencia procederá a preguntar, de manera verbal, el voto de aquellos
diputados que el sistema no ha podido registrar.
Señor diputado Ansaloni: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- Al no haberse
expresado, el señor diputado Ansaloni es considerado ausente en la votación.
Señor diputado Cornejo: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- Al no haberse
expresado, el señor diputado Cornejo es considerado ausente en la votación.
Señor diputado Enríquez: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
Sr. Enríquez.- Me abstengo, señor presidente.
Sr. Presidente (González).- Señora diputada
Frade: ¿puede expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- Al no haberse
expresado, la señora diputada Frade es considerada ausente en la votación.
Señora diputada Joury: ¿puede expresar
el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- Al no haberse
expresado, la señora diputada Joury es considerada ausente en la votación.
Señora diputada Lehmann: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- Al no haberse
expresado, la señora diputada Lehmann es considerada ausente en la votación.
Señor diputado Martiarena: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
Sr. Martiarena.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (González).- Señora diputada
Morales Gorleri: ¿puede expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- Al no haberse
expresado, la señora diputada Morales Gorleri es considerada ausente en la
votación.
Señora diputada Rey: ¿puede expresar
el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- Al no haberse
expresado, la señora diputada Rey es considerada ausente en la votación.
Señor diputado Sarghini: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
Sr. Ansaloni.- Señor presidente…
Sr. Presidente (González).- ¿Sí, diputado?
Sr. Ansaloni.- Voto por la afirmativa.
Sr. Presidente (González).- Señor diputado: tomaremos su voto
afirmativo, pero a partir de este momento vamos a intentar que todos estén
atentos al momento de votar, así no perdemos más tiempo.
Señor
diputado Sarghini: ¿puede expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).-
No habiéndose manifestado, el señor diputado Sarghini es considerado
ausente a la hora de votar.
Señor
diputado Vara: ¿puede expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- No habiéndose manifestado, el señor
diputado Vara es considerado ausente a la hora de votar.
Señor
diputado Wolf: ¿puede expresar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (González).- No habiéndose manifestado, el señor
diputado Wolf es considerado ausente a la hora de votar.
Señoras
diputadas Austin y Dolores Martínez: como no es posible modificar mecánicamente
el sentido de su voto ‑según me han requerido‑, les iba a pedir que
envíen una nota para hacerlo, pero pueden manifestarlo ahora públicamente, si
lo desean.
Sra. Austin.- Señor presidente: quiero solicitarle que se rectifique
mi voto y que se consigne mi abstención. Por un error involuntario, lo marqué
en forma equivocada.
Sr. Presidente (González).- Diputada Dolores Martínez: ¿su
rectificación es en el mismo sentido?
Sra. Martínez (D.).- Sí, señor presidente.
Sr. Presidente (González).- Se deja constancia de sus
manifestaciones, señoras diputadas.
Se
cierra la votación.
Por
Secretaría se dará lectura al resultado.
-
Finalizada la votación nominal, conforme
al tablero electrónico, sobre 252 señores diputados presentes, 139 han votado
por la afirmativa y 20, por la negativa, registrándose además 83 abstenciones.
Sr. Secretario (Cergnul).- Se registraron 139 votos
afirmativos, 20 negativos y 83 abstenciones.[3]
Sr. Presidente (González).- Queda definitivamente sancionado el
proyecto de ley.[4]
Se
comunicará al Poder Ejecutivo y se dará aviso al Honorable Senado. (Aplausos.)
- 21 -
Sr. Presidente (González).- Corresponde considerar los dictámenes de
la Comisión de Presupuesto y Hacienda ‑Orden del Día N° 123‑
recaídos en el proyecto de ley por el que se crea un aporte solidario y extraordinario para ayudar a morigerar los
efectos de la pandemia (expediente 4.534‑D.‑2020).
AQUÍ ORDEN DEL DÍA N° 123
Sr. Presidente (González).-
En consideración en general.
Tiene la palabra el señor diputado Heller, por la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, presidente de la Comisión de Presupuesto y
Hacienda y uno de los autores del proyecto.
Sr. Heller.- Señor presidente: en primer lugar, y en función de esta mención que acaba de
hacer, quiero agradecerle al señor diputado Kirchner, presidente de nuestro
bloque, del Frente de Todos, que me solicitó hacerme cargo de trabajar en la
elaboración de este proyecto.
Debo
decir que siento no ser el autor porque ha sido el bloque el que ha trabajado.
En realidad, hemos tenido un problema, porque el Reglamento solo permite la
firma de 15 diputados y, en realidad, lo habrían firmado los 117 integrantes
del bloque.
A lo
largo del tratamiento de este proyecto, las diputadas y los diputados de
nuestro espacio y de otros han colaborado, han hecho aportes que nos han
permitido mejorar el contenido del proyecto en consideración, que cuenta con
dictamen de comisión.
Hecha
esta primera aclaración, quiero comenzar por el título y el subtítulo de este
proyecto, que no son casuales: “Aporte solidario y extraordinario para ayudar a
morigerar los efectos de la pandemia”, “Aporte solidario, extraordinario y por
única vez vinculado a los patrimonios de las personas humanas”. Con esto ya es
posible sintetizar cuáles son los alcances y el objetivo de esta iniciativa.
No es
un proyecto que vaya contra alguien. Esto es imprescindible plantearlo desde el
comienzo. No está pensado contra personas determinadas, no es una confrontación
entre los que más tienen y los que menos tienen. Al contrario; por eso hemos
incluido el criterio de solidaridad en el proyecto y hemos aclarado que es
extraordinario.
Estamos
frente a una situación de emergencia, que es la que le da el carácter
extraordinario y excepcional a esta iniciativa, que se aplicará por única vez.
Se
pretende, bajo el sustento de los principios constitucionales de solidaridad,
alcanzar a aquellas personas humanas titulares de grandes fortunas, de manera
que la solidaridad se exprese en la cantidad de personas que, en el otro
extremo, sean beneficiarias de este aporte solidario y que podrán ‑como
dice el título del proyecto‑ morigerar los efectos de la pandemia que
estamos sufriendo.
No hace
falta extenderse demasiado para explicar lo extraordinario e infrecuente del
caso; ojalá pasen al menos cien años para que la humanidad tenga que
enfrentarse nuevamente a una situación como esta.
En el
análisis que hemos hecho y en el proyecto que hemos presentado no hemos podido
dejar de considerar la situación de partida. Entre 2015 y 2019, los ingresos
tributarios y de la seguridad social de la Nación disminuyeron 3,1 puntos
porcentuales del PBI, principalmente como consecuencia de las decisiones que
tomó el gobierno anterior de reducir los gravámenes sobre sectores de elevada
capacidad contributiva ‑concretamente, un ejemplo de ello es la
suspensión, eliminación o reducción del impuesto a los bienes personales‑.
El gasto primario en ese período retrocedió 5,4 puntos, produciendo un fuerte
ajuste de partidas que son críticas ‑lo hemos vivido y lo hemos visto‑
para la salud de la economía y el bienestar de las familias.
Simultáneamente,
en el mismo periodo, los intereses de la deuda aumentaron 2 puntos porcentuales
del PBI, llegando a representar un 3,4 por ciento, mientras que en 2021 solo
representarán un 1,5 del PBI; ello, gracias a la exitosa negociación que
tuvimos con los acreedores privados.
Hay que
decir que ya se comenzó a revertir esta situación de debilidad de los ingresos.
Gracias
a las modificaciones impositivas de la ley de solidaridad social y reactivación
productiva, los ingresos han crecido 1,5 del PBI, incluidos los menores
ingresos por moratoria. Sin embargo, no es suficiente.
También
quiero decir que hay otras noticias que nos alegran y nos hacen ser optimistas
al mirar el futuro. Ayer el INDEC publicó una noticia respecto a la utilización
de la capacidad instalada en la industria en septiembre de 2020. Ese mes,
todavía bajo las consecuencias de la pandemia, la utilización de la capacidad
instalada en la industria se ubicó en el 60,8 ‑un nivel superior al
registrado en el mismo mes de 2019, cuando era del 57,7 por ciento‑. Es
decir, desde el punto de vista industrial, la situación económica heredada era
peor a la actual, a pesar de las consecuencias que se han debido atravesar como
resultado de la pandemia.
Los
esfuerzos realizados para enfrentar esta situación de pandemia sanitaria son
enormes, pero aún no son suficientes. El costo fiscal directo del paquete de
ayuda por la pandemia a hogares y empresas ha llegado a un 4,9 por ciento del
PBI; se destinó más de un 2 por ciento del PBI para inyectar en créditos y
garantías. Es un esfuerzo importantísimo dadas las características y la
situación de la Argentina y las nueve emergencias con las que nos enfrentábamos
aun antes de la pandemia.
Según
la información brindada por los funcionarios del Ministerio de Economía al
considerar el presupuesto, ese 4,9 se puede comparar con el uno por ciento
promedio de los países de bajos ingresos, con el 3,1 de los emergentes y con el
8,9 de los desarrollados.
Desde
la CEPAL, nos advierten que los mecanismos tradicionales de recaudación
tributaria se han visto severamente afectados por la caída de la actividad y
que es preciso, mientras se corrigen los problemas estructurales, adoptar
medidas de emergencia.
La
secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, afirmó que una situación
excepcional requiere de respuestas excepcionales. En una presentación que
realizó esta semana en las
Jornadas Monetarias y Bancarias 2020 del Banco Central de la República
Argentina, que se
están llevando a cabo, manifestó que para mantener la política fiscal expansiva
se requiere de un marco de sostenibilidad centrado en los ingresos. Asimismo,
señaló que hay que fortalecer la recaudación tributaria, sobre todo el impuesto
a la renta de las personas físicas, de las corporaciones, y extender el alcance
de los impuestos sobre el patrimonio, la propiedad y la economía digital, una
de las grandes ganadoras de esta pandemia.
Podría
hacer innumerables citas al respecto de este tipo de cuestiones. Muchos de
aquellos que están en desacuerdo con este proyecto de aporte solidario sostienen
que lo que se necesitan son menos impuestos. Y les vuelvo a recordar: el que
estamos tratando es un aporte extraordinario a las fortunas personales. Sin
ninguna duda, los impuestos son esenciales para poder sostener un gasto público
de calidad en la medida que se necesite. Nosotros no somos hinchas del déficit
fiscal. Es mentira. Somos enemigos del ajuste. El déficit fiscal hay que
resolverlo con crecimiento de los ingresos y no con ajustes que afectan la
calidad de vida de la población.
En la
Argentina, como en toda la región de América latina, los impuestos que se
cobran son más bajos que en los Estados integrantes de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos, es decir, la OCDE. Me refiero a los países centrales.
Les voy
a dar una serie de datos rápidos que la propia Alicia Bárcena expresó en estas
jornadas a las que hice referencia. En el año 2018, la recaudación de impuestos
sobre la renta en la región de América latina y el Caribe fue del 6,3 por
ciento del PBI; en los países de la OCDE fue del 11,6 por ciento. En lo que
respecta a las contribuciones sociales, las mismas llegaron al 4 por ciento en
la región y al 9,1 por ciento en los países de la OCDE. Los impuestos sobre la
propiedad fueron del 0,8 por ciento en nuestra región y del 1,9 por ciento en
los países centrales.
En las
nóminas salariales del sector público, los porcentajes son del 0,2 en el caso
de los países de América latina y del 0,4 en los de la OCDE. En los únicos
impuestos importantes en los que la región está por encima de lo que se aplica
en la OCDE, son los indirectos, como el IVA: 11,5 por ciento contra un 10,5 del
PBI, es decir, en los impuestos regresivos. Eso es lo que hay que modificar en
el futuro cuando pasemos a discutir la reforma impositiva.
Por
otro lado, en este proyecto que estamos tratando planteamos la necesidad de
generar un aporte extraordinario, excepcional y de carácter obligatorio para
poder morigerar los efectos de la pandemia.
Se ha
planteado además que, para que no haya ningún tipo de duda, los fondos que se
recauden se destinen a fines absolutamente establecidos. Se establece que un 20
por ciento es para gastos de medicamentos -particularmente vacunas, un hecho
fundamental que está en discusión-; un 20 por ciento para subsidiar a las
pymes, un sector productivo que está sufriendo un efecto de pinzas debido a la
crisis que viene de arrastre y que estamos atravesando; un 20 por ciento para
el Programa Integral de Becas Progresar, gestionado en el ámbito del Ministerio
de Educación; un 15 por ciento para el Fondo de Integración Socio Urbana, es
decir, para ayudar al desarrollo y la mejora en las condiciones de vida de los
habitantes de los barrios populares; y un 25 por ciento está destinado a un
programa vinculado a la explotación de hidrocarburos ‑en especial el gas‑,
para resolver un problema crónico que tiene la Argentina en la materia.
Esto no
solo ayudará a mejorar la situación del equilibrio cambiario, necesario para
reducir las importaciones a realizar, sino que permitirá que el gas natural
llegue a millones de familias que hoy no lo tienen. Eso tiene que ver también
con la salud y con la mejora en las condiciones de vida.
Se nos
ha dicho que hay quienes tendrán que vender sus bienes para hacer frente a este
aporte. Eso es falso, de toda falsedad.
Según
lo que nos ha dicho la AFIP, estarían alcanzados por este aporte menos de diez
mil personas. El número estaría aproximado a los nueve mil doscientos y pico.
Como hay que presentar una nueva declaración jurada y eso pudo haber tenido
algún cambio, vamos a decir un número redondo: menos de diez mil personas. Este
número es equivalente al 0,8 por ciento del total de contribuyentes que
presentaron la declaración jurada del Impuesto a los Bienes Personales en
diciembre del 2019; afecta al 0,02 por ciento de la población total de la
Argentina.
¿Cómo
me pueden venir a decir que las pymes están alcanzadas? ¿Acaso no hay nueve mil
personas en la Argentina cuya riqueza está por encima ‑según sus propias
declaraciones y tomando los bienes a los valores fiscales‑ de los 200
millones de pesos? Entonces, es una falacia querer decir que esto va a afectar
a las pymes o a la producción.
De
acuerdo con la información disponible ‑y según lo que nos ha dicho la
AFIP‑, el 42 por ciento del total de los bienes declarados por los
contribuyentes potencialmente alcanzados son activos y bienes dolarizados, y de
ese porcentual, el 92 por ciento está declarado en el exterior. ¡Qué lejos
estamos de querer afectar a alguna actividad productiva!
Según
los relevamientos que hemos hecho, por ejemplo, los activos rurales que tienen
los nueve mil contribuyentes alcanzados, representan en promedio el 2,4 por
ciento de sus bienes declarados. Pero miren qué casualidad: sus activos
monetarios y financieros son en promedio 25 veces lo que tendrían que pagar de
aporte en la medida en que esta ley sea sancionada. O sea, tienen, en promedio,
una liquidez que es 25 veces superior al
aporte que les correspondería según la escala.
Asimismo,
está previsto que aporten quienes tienen bienes propios declarados por encima
de 200 millones, con una escala que comienza en el 2 por ciento y llega al 3,5
para quien supere los 3.000 millones.
Además,
hay una tasa adicional por los bienes en el exterior, que recarga para cada una
de las categorías un 50 por ciento. Pero, a aquellos que tienen bienes en el
exterior, si repatrian el 30 por ciento de sus tenencias financieras -no les
pedimos que repatrien las tenencias físicas e inmobiliarias que declararon
tener- se les permitirá eliminar la alícuota diferencial para todo el conjunto
de los bienes declarados en el exterior.
Muchos
de los que blanquearon en su oportunidad dejaron la plata afuera, no la
trajeron. Ahora tienen la oportunidad de traer esa plata que blanquearon,
ingresarla al país, ayudar a mejorar la situación en cuanto a las reservas y,
de esa manera, quedar exentos de pagar esa alícuota diferencial.
Con el
ánimo de ajustarme al tiempo disponible, que es escaso para expresarme sobre un
proyecto de esta magnitud…
Sr. Presidente (González).- Es como en la televisión: el tiempo es
tirano.
Sr. Heller.- Sí, pero en la televisión cuando el tema es
interesante le dan un poco más de tiempo.
Sr. Presidente (González). Se lo estoy dando.
Sr. Heller.- Me lo está sacando porque me está interrumpiendo. Pero
no importa, señor presidente. (Risas.)
Según
los cálculos que hizo la AFIP, nuestra expectativa es que se van a recaudar más
de 300.000 millones de pesos. Este monto va a crecer un poquito porque casi la
mitad de los bienes está en el exterior, a valores dolarizados, y varió el tipo
de cambio oficial de diciembre hasta acá. Entonces, esos valores se pueden
incrementar. Estamos hablando de que la recaudación estimada puede ser de 320 o
325 mil millones.
Quiero
agregarle que 252 personas ‑de esas nueve mil y pico‑ aportarían el
50 por ciento del total de lo que pensamos recaudar. Entonces, tengamos un
poquito de sentido común, dejemos de mirar hacia los costados y de decir que
vaya a saber de qué se trata.
Voy a
finalizar con una cita de una publicación. La Fundación Mediterránea tiene una
publicación que se llama IERAL. En su número 42, del 16 de octubre de este año ‑es
decir, de hace poco‑, publicó una nota referida a este aporte. Hace allí
una serie de observaciones sobre el principio de retroactividad, de
confiscatoriedad, etcétera. Pero hay un párrafo en el que dicen la verdad, y
voy a leerlo: “Pero más allá de los importantes argumentos ‘micro’ contrarios
al impuesto que se quiere aprobar, lo más importante de la discusión tiene que
ver con la señal que generaría tal impuesto, de ser aprobado. ¿Señal sobre qué
y hacia quiénes?” -se pregunta la publicación- “Hacia todas las empresas y
personas que aún no tienen claro el actual rumbo económico y político de la
Argentina. Rumbo respecto a la alineación política internacional del país,
sobre la relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, sobre el
respeto al derecho a la propiedad privada, sobre la forma en que se determinan
los precios en ciertos sectores económicos no monopólicos, entre otras
preocupaciones existentes, y que afectan la seguridad jurídica para hacer
negocios en el país.” Ahí está la verdad. Lo que les duele es el ejemplo, no el
importe.
En
cuanto al importe, si alguien tiene 200 millones y pasa a tener 196, seguro que
eso no le va a cambiar la vida. No quieren aceptar el precedente de que el
Estado, a través de su representación -en este caso, de quienes somos
legisladores- legisle estableciendo que esto es legítimo, sobre todo ante una
situación de emergencia y excepcionalidad.
Es
simplemente solicitar un aporte extraordinario para atender a los que están
sufriendo, a los que menos tienen, a los que tienen necesidades insatisfechas.
Este proyecto es de estricta justicia, y por eso esperamos que tenga hoy la
sanción que merece. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado
Laspina, por Santa Fe.
Sr. Laspina.- Señor presidente: comenzaré haciendo algunas
consideraciones respecto de cuestiones de técnica tributaria, para después
meterme más de lleno en temas que tienen que ver con el fondo de la discusión
política de este impuesto, que creo que es lo que más debería preocuparnos hoy
en el debate en este recinto.
Lo
primero que debemos considerar es que la emergencia no habilita a violentar la
Constitución Nacional. Los principios allí establecidos son la base del
progreso social y material de nuestro país. Por lo tanto, deben ser respetados
en cualquier circunstancia, independientemente de quiénes se vean afectados.
Este
impuesto básicamente violenta el principio de no confiscatoriedad establecido
en el artículo 17 de la Constitución, y también el de razonabilidad en la
tributación, contemplado en el artículo 28 de nuestra Carta Magna, ya que opera
como una doble imposición respecto del impuesto que ya rige sobre los bienes
personales. Básicamente estamos hablando del mismo sujeto imponible, la misma
base imponible y una sobrealícuota respecto de dicha base imponible.
Este
tributo, además, es confiscatorio. Si uno toma como antecedente el fallo Candy,
se considera confiscatorio cuando existe una absorción por parte del Estado de
una porción sustancial de la renta o de la propiedad.
En un
mundo de tasa cero -ni hablar este año, en que todos los activos han caído y la
rentabilidad empresaria ha colapsado-, el aporte llega hasta el 7,5 por ciento
en el caso de la alícuota máxima en relación con los activos en el exterior. Es
decir, una alícuota absolutamente confiscatoria, que seguramente va a gatillar una
avalancha de juicios.
El
alcance del impuesto es algo que debemos destacar. Se gravan activos que
alientan el ahorro nacional, a diferencia de Bienes Personales en que los
títulos públicos, el ahorro de los argentinos volcados a financiar las actividades
del Estado, están exentos. Acá se gravan los depósitos y, fundamentalmente, los
campos, los bienes rurales y los activos empresarios. Es decir, es un impuesto
a la inversión en la Argentina, independientemente de a quiénes alcance.
Por
otra parte, se dijo algo de la liquidez. Llegan muchos casos, mucha evidencia
anecdótica de empresarios que se encuentran alcanzados por este impuesto; me
refiero a empresarios pymes. Se habla de 9.000, de 12.000, pero no sabemos
cuántos de esos empresarios son realmente pymes o dueños de campos. Una empresa
en el conurbano bonaerense que haya tenido una inversión en un galpón, en dos o
tres tornos, en un tractor o lo que fuere, seguramente alcanza la base
imponible de este impuesto.
Cuando
llegue el momento de pagar este tributo, posiblemente ya esté fundido, después
de una pandemia y seis meses de cuarentena, que fue la más profunda y extensa
del mundo, como lo dicen todas las publicaciones especializadas.
¿Cuál
es la lógica económica de subir impuestos en medio de una recesión? Se habla de
un “no al ajuste”. Esta es la misma inconsistencia conceptual de cuando se
critica el endeudamiento y no se quiere bajar el déficit fiscal. Se le llama
“no ajuste” cuando hay que subir impuestos.
Este
gobierno, desde que asumió, ha subido doce impuestos. Lleva no sé cuántos meses
en el gobierno, y lo único que ha hecho, además de obviamente asistir en la
pandemia -que es algo que han hecho todos los países en el marco de la
necesidad-, ha sido aumentar doce impuestos en el país más gravoso del planeta,
cuestión a la que luego voy a referirme.
¿Cuál
es la lógica de pegarle un tiro en el pie de los empresarios que tienen que
empujar el carro hacia la salida de esta enorme recesión que se ha gatillado en
la Argentina por la pandemia? Dicho sea de paso, nuestro país ha tenido la
cuarentena más dura del planeta y, por tanto, tiene una de las caídas del nivel
de actividad más altas del mundo: 12 por ciento este año, según estimaciones
oficiales.
Quiero
referirme por un minuto a la lógica política de este impuesto. Ya dije antes
que debemos cumplir con lo que establece la Constitución en cualquier
escenario. No importa si la Constitución Nacional afecta a una persona, a mil o
a muchas más; tampoco si esa persona a la que le violan sus derechos es la más
rica o la más pobre de la Argentina. Los principios y derechos constitucionales
deben ser respetados, independientemente de la condición patrimonial del
ciudadano argentino que se ve afectado.
Digo
esto porque las mayorías circunstanciales no habilitan a violentar derechos
constitucionales. El Estado de derecho está por encima de las mayorías
circunstanciales en la Argentina. Si no, estamos a un paso del fascismo, del
autoritarismo, donde una mayoría circunstancial impone algo a la fuerza, coercitivamente,
a una minoría, violentando sus derechos. No me refiero a pagar un impuesto,
sino a aplicar medidas que violan la Constitución Nacional.
El
respeto a la Constitución Nacional tiene que ser parte central del debate en
este Parlamento, por más que esto ahora esté afectando quizás a los más ricos,
aunque -como dije antes- no necesariamente uno podría calificar como rico a
alguien que tenga una empresa que posee un galpón, un tractor y dos o tres
tornos, como puede ocurrir en una pyme del conurbano bonaerense.
Yo no
creo en las ideologías. Pienso que las ideologías le han hecho mucho daño a la
humanidad. El comunismo y el fascismo en el siglo pasado han generado violencia
y muertes. Sin embargo, sí creo en las ideas. La creación de este impuesto
nació hace ya varios meses, cuando empezó la pandemia y parecía que se
necesitaban muchos recursos fiscales. Pero después el gobierno echó mano del
balance del Banco Central para financiar una gran expansión del gasto público,
que era necesaria en medio de la pandemia.
Hoy,
muchos meses después y casi sobre el final del año, cuando el gobierno nos
habla de que la vacuna está por llegar, estamos debatiendo este impuesto de
emergencia. Es como si la emergencia hubiera transcurrido durante toda la
pandemia, pero recién ahora, cuando nos acercamos al final -o por lo menos
estamos próximos a contar con la vacuna- estamos discutiendo esta realidad.
En un
mundo en el que los países compiten para atraer inversiones, nosotros nos damos
el lujo de crear nuevos impuestos. Los argentinos necesitan que seamos
creativos en generar riqueza y empleo, no impuestos. Ya se aumentaron doce
impuestos en lo que va de esta gestión de gobierno.
Tenemos 165 impuestos
y este sería el número 166, que se aplicaría en el país más gravoso del
planeta. Según el Banco Mundial, la Argentina tiene desde hace más de diez años
una calificación positiva igual a cero, ocupa el ranking 189 entre 190 países
analizados, y tiene una carga tributaria formal sobre el sector corporativo del
106 por ciento. En la gestión anterior, la del expresidente Macri, esa carga
fiscal había bajado del 137 al 106 por ciento, es decir que iba en la dirección
correcta, pero no se llegó a seguir reduciéndola.
Entonces,
en este contexto, en el del país más gravoso de la Tierra se nos ocurre
inventar un impuesto nuevo, que se promete por única vez en un país que ha
vivido de emergencia en emergencia desde 2002 hasta ahora. En este sentido, se
ha prorrogado la ley de emergencia económica, entre otras iniciativas, y hoy
tenemos más de diez leyes de emergencia sancionadas por el Congreso.
Mientras que la Argentina ocupa el lugar
número 189 en un ranking de 190 países, es decir que estamos al fondo de la
tabla, Latinoamérica tiene una carga impositiva promedio del 47 por ciento.
Nuestro país tiene una carga impositiva del 106 por ciento, que es la más alta
de Latinoamérica, la de Brasil es del 65 por ciento y la de Venezuela es del 75
por ciento, que también se encuentra al fondo de la tabla. No por casualidad se
trata de los países que comparten el podio de una recesión -yo diría de una
hiperrecesión y una depresión económica- que lleva más de diez años.
Cuando
escucho las comparaciones que se realizan con el resto del mundo, con Estados
Unidos, las recomendaciones de organismos internacionales, etcétera, me
resultan bastante graciosas. Es como si yo quisiera jugar al tenis como Novak
Djokovic y empezará por pegarle un pelotazo el juez de línea. Es decir que para
jugar al tenis como Djokovic tenemos que hacer las cosas buenas que él hace y
no las que ha hecho mal.
En este
caso, estamos haciendo algo que está mal, porque es falso que el impuesto a la
riqueza sea parte de un debate en el resto del mundo. Entre los países de
Latinoamérica que participan del G20, solo Perú y Ecuador lo empezaron a
debatir, pero lo descartaron. No hay ningún otro ejemplo que se pueda citar.
El
informe de Oxfam, que se cita en los fundamentos, se refiere a un impuesto
patrimonial que hoy ya existe en la Argentina, con una alícuota del 2 por
ciento para el rango de entre uno y cincuenta millones de dólares; del 3 por
ciento, entre 50 y 100 millones de dólares, y del 3,5 por ciento para más de
100 millones de dólares. Nosotros ya tenemos establecido el impuesto a los bienes
personales, e incluso se encuentra por encima de eso, pero ahora llegaríamos a
imponer el 7,5 por ciento. Entonces, esa comparación es absolutamente falsa e
irrelevante.
Cada
vez que se sube un impuesto, en el fondo se busca financiar el gasto que es más
superfluo en el margen. La prueba de ello es que, en el medio de una emergencia
sanitaria, con casi 45 o 50 por ciento de pobreza en la Argentina -el ministro
Arroyo ayer mencionó que es del 45 por ciento-, destinamos el 25 por ciento de
estos ingresos de emergencia a financiar a Enarsa, la famosa empresa de los
buques -tantas veces cuestionada-, como si ese plan fuera parte de la
emergencia. Se trata de un plan de largo plazo, con otras prioridades. Reitero
que el 25 por ciento se destinaría a Enarsa.
No
entiendo por qué no se destina al incremento de la cantidad de respiradores o
camas hospitalarias. Consideramos que, efectivamente, se destinará a cuestiones
que no tienen que ver con la emergencia que estamos viviendo. Eso muestra la
falacia de la creación de este impuesto y también la explicación de lo que
estamos viendo.
Este
impuesto no tiene un afán recaudatorio -como se quiere hacer creer‑, sino
ideológico. La prueba de ello es que hoy esta cuestión se encuentra en
tratamiento después de muchísimos meses de iniciada la pandemia y hay una
movilización fuera del Congreso por el día de la militancia. Fíjense si no
tiene una connotación ideológica y política, siendo que el gobierno busca
alimentar una base ideológica que está quebrada, por la necesidad de promover
un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que no es el culpable del
ajuste que ha iniciado el gobierno y que ya ha anunciado el ministro Guzmán por
todos los medios.
Se
presenta la necesidad de que el kirchnerismo, en su cuarto gobierno, se
enfrente por primera vez a una situación en la cual se han agotado los
recursos, lo cual es similar al escenario que recibió el expresidente Mauricio
Macri en 2015. Es decir: reservas negativas, el FGS de la ANSES absolutamente
vaciado, y sin capacidad de emitir moneda, porque esto es en definitiva lo que
explica la enorme crisis cambiaria que hoy sufren los argentinos. Ahí se acaba
la ideología; acá se acaban las palabras, la retórica y las bases políticas.
Es
preciso ordenar las cuentas y le toca a este gobierno explicar cómo lo
concretará. Ante esa realidad, el gobierno tira una bomba de humo -como es todo
esto-, que le generará un enorme perjuicio.
El
gobierno nacional se pega un tiro en el pie en materia de inversiones. Cuando
alguien quiera desarrollar un proyecto de inversión en la Argentina, tendrá en
cuenta las palabras que aquí se dijeron: “Si tenés 200 millones, no te cuesta
nada tener 193 millones”. Cabe precisar que, en el país vecino, la tasa
impositiva es del 47 por ciento y acá la formal sería del 106 por ciento.
Por
otro lado, allá la inflación es de un dígito y acá se extiende largamente de un
dígito. En ese sentido, lo primero que hizo este gobierno fue implementar la
suspensión del ajuste por inflación, que es una forma de cobrar un falso
impuesto a las ganancias a las empresas.
Entonces,
el impuesto depende de dónde, cómo y en qué circunstancias se implemente.
Considero que esta iniciativa es un tiro en el pie que se da el gobierno, pero
también es un daño enorme que provoca a todos los argentinos en cuanto a la
recuperación de la credibilidad en las inversiones en la Argentina, de nuestro
propio empresariado, de la UIA, del campo. No me refiero al sector financiero o
a los banqueros -que ahora salen a despotricar-, sino a las empresas que
ustedes dicen defender y les están pidiendo por favor que no graven los activos
empresarios. Entonces, al menos, que al que puso fierros e invirtió en la
Argentina para generar empleo no se lo castigue con esta supuesta solidaridad
de la cual se habla.
Si
algún diputado tiene estos millones y es alcanzado por este impuesto, que haga
una donación, que además la descuenta del impuesto a las ganancias. Esto de
hacer solidaridad con el dinero ajeno, de hundir al capital productivo y de
golpear a las empresas privadas es quitar empleo a los argentinos, que desde
hace diez años padecen que no se haya podido crear.
La
justicia social en la Argentina se llama creación de empleo y no creación de
impuestos. Ya probaron con la emisión monetaria y dijeron que no generaba
inflación, pero ella es del 4 por ciento mensual y está en ascenso. Además,
existe un ciento por ciento de brecha cambiaria, y ahora van a decir que la
creación de impuestos no genera recesión.
Esto es
otro experimento. Nosotros somos conejillos de indias de un gobierno que
ahogará a la economía con más impuestos en el país más gravoso de la Tierra.
Esto lo menciona el Banco Mundial; se cita al Fondo Monetario Internacional, a
Oxfam, pero no se mencionan las estadísticas que no convienen.
Nosotros
queremos defender a los argentinos y decirles a quienes quieran apostar al país
y crear empleos, que hay otro camino y que hay una oposición que no se subirá
al populismo ni se dejará llevar de la nariz por su retórica.
Vamos a
votar en contra de esta iniciativa, aunque perdamos votos, porque cuando este
modelo inexorablemente fracase queremos que el país tenga una alternativa para
tomar otro camino, que no sea el de exprimir la naranja del sector privado,
ahogando la inversión y el empleo.
No se
trata de defender a los ricos sino de defender a los argentinos que necesitan
que el empresariado invierta y cree empleos, porque ellos no quieren vivir de
la dádiva del Estado o de un político. El argentino medio no quiere eso, pero
lo acepta porque no le queda otra.
- Ocupa la Presidencia la señora presidenta
de la Comisión de Legislación General, doña Cecilia Moreau.
Sr. Laspina.- Reitero que considero que hoy el peronismo es
llevado de la nariz por sectores radicalizados de una izquierda antigua, que
atrasa cincuenta años. ¡Tiene que abrir los ojos y volver a la lógica de la
producción, del empleo y de empresa con trabajadores! ¡No se trata de ricos
versus pobres; trabajadores versus empresarios; campo versus industria;
porteños versus provincia! Ese modelo de país nos ha hundido en esta grieta de
la cual no podemos salir.
Reitero
que votaremos en contra de la implementación de este impuesto, a pesar del
costo político, porque entendemos que una enorme cantidad de argentinos
comprenderá que esta lógica maniquea a la cual nos quiere llevar el
kirchnerismo es la que nos ha ubicado en esta hiperdepresión que sufrimos desde
hace diez años ‑de la cual no podemos salir‑ y nos ha colocado en
el lugar del país más gravoso de la Tierra, que castiga la inversión, el empleo
y las exportaciones al mismo tiempo. ¡Por eso no hay inversión, empleo ni
exportaciones, porque lo único que hacemos es agregar impuestos! Este Congreso
funciona como una usina inagotable de ideas para subir impuestos. En total son trece los impuestos que se subieron desde
que asumió el presidente Alberto Fernández.
En
tal sentido y con toda humildad, queremos ser una alternativa para que cuando
este rumbo fracase, como lo hará inexorablemente si no se modifica, podamos
mostrar a los argentinos, a los empresarios, a quienes
quieren crear empleo, invertir y dar empleos de calidad en la Argentina, que
hay otro camino posible y que nosotros estamos dispuestos a defenderlos. Muchas
gracias, señora presidenta. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Moreau).- Gracias, diputado Laspina.
Vamos
a comenzar con el tiempo de los bloques. Reitero el pedido del señor diputado
Álvaro González para no tener que “desmutearlos”. Por favor, ajustémonos a los
tiempos.
Tiene
la palabra el señor diputado Casaretto, por Entre Ríos.
Sr.
Casaretto.-
Señora presidenta: estamos viviendo la situación extraordinaria de una pandemia
de impacto global que llega a la Argentina en una circunstancia muy difícil, ya
que nosotros, en diciembre del año pasado, tuvimos que sancionar nueve
emergencias debido a cómo se encontraba el país en ese momento. Sobre esas nueve emergencias llegó la
pandemia, y teníamos dos opciones: o el Estado no intervenía, o lo hacía.
Por
supuesto, nuestra concepción política nos llevó a decidir que el Estado debía
dar un paso adelante para el sostenimiento de la República Argentina.
Por
lo tanto, a esta altura nuestro país ha invertido casi 7 puntos del PBI en
relación con el sostenimiento de las empresas, de los empleos, de las provincias
y de los municipios. Si analizamos la asistencia que dio la Argentina a esos
sectores empresarios, diría que existen muy
pocos antecedentes en los que exista un Estado que apoye la iniciativa y
la actividad privada, que apoye al que invierte y también que tenga como objeto
la conservación de las fuentes de trabajo.
En
tal sentido, inscribimos muchas medidas que fueron tomándose a lo largo de los
meses. Por ejemplo, los créditos a tasa subsidiada, a tasa cero, el Fondo de
Garantía de Sustentabilidad, el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo
y la Producción (ATP), otros programas que beneficiaron a las empresas y
además, se apoyó a las familias.
Sin
embargo, naturalmente el Estado necesita financiamiento y en ese sentido, la
mayoría de los países recurrió a la emisión de deuda pública para financiar el
bache generado en la actividad económica por la pandemia.
Nosotros
nos encontramos con que nuestro país ya estaba endeudado en más de un 90 por
ciento del PBI y que sus vencimientos
estaban concentrados en una deuda impagable. Por lo tanto, prácticamente
teníamos vedado el acceso al financiamiento, al crédito.
Por
supuesto, teníamos la posibilidad de recurrir a la emisión monetaria, a una
política macromonetaria activa. De hecho, se recurrió a la asistencia del Banco
Central, al Tesoro. Sin embargo, necesariamente debíamos reforzar también la
posibilidad recaudatoria del Estado en los impuestos existentes, o en alguna característica de apoyo adicional.
Quisiera mencionar que aquí el 5 de
abril se celebró una jornada a la que se llamó “Unidos por la Argentina”, en la
que se hizo, a través de todos los medios de comunicación, una convocatoria a
un aporte solidario para la pandemia. En dicha jornada participaron ‑anoté
hoy‑ 66 artistas, 36 conductores, 23 periodistas, 16 deportistas, 54
actores y todos los canales de televisión de la Argentina. Este evento,
organizado con la Cruz Roja, arrojó un saldo -rendido al 23 de abril- de 88
millones de pesos. Naturalmente,
entendemos que con ese tipo de financiamiento voluntario tenemos muy pocas
posibilidades de incidir, por ejemplo, sobre un ATP que importa 90 mil millones
de pesos en un solo pago; es decir, estamos lejísimos.
Por eso, decidimos avanzar en este
aporte solidario pero obligatorio sobre aquellos sectores que tienen capacidad
contributiva en la República Argentina.
Por lo tanto, con esta medida vamos a ir sobre aquellos sectores que
tienen más de 200 millones de pesos y con una expectativa de recaudación de
300.000 millones de pesos.
Además de todo lo que acabo de
mencionar acerca de lo que ya invertimos,
esta ley prevé en sus artículos 7° y 8° los destinos en los que vamos a
invertir. En tal sentido, en primer lugar, estamos pensando en un porcentaje
afectado a la compra de equipamiento médico, a la protección, a los
medicamentos y a las vacunas; en segundo término, en apoyar a la pequeña y
mediana empresa, a nivel general; en tercer término, en invertir en becas
progresar para los jóvenes; y por último, en el Fondo de Integración Socio
Urbana para los barrios populares de todo el país, y también la inversión en
energía y en gas natural.
Claramente esta inversión será
destinada a toda la República Argentina, porque la ley establece que debe tener
un sentido de aplicación federal, en todas y cada una de las provincias de
nuestro país.
Por lo tanto, nosotros entendemos que
pueden pedirse esfuerzos a distintos sectores de la sociedad. Algunos dicen que
el gobierno tiene plan económico. ¡Por supuesto lo tiene! Y este aporte solidario
se inscribe dentro de nuestra concepción de plan económico.
Consideramos que tener un plan
económico no significa que sea liberal o de ajuste; no significa aplicar una
carga impositiva menor para los sectores más poderosos; y tampoco es lo que
hizo Macri al inicio de su gestión, que bajó los impuestos a los bienes
personales y a las ganancias y también las retenciones a los sectores más
poderosos de la sociedad. Esa no es la única manera de gobernar.
Nosotros tenemos otros valores, otros
principios, otros conceptos, y los llevaremos adelante con todas las medidas
que tienen una lógica económica y una lógica particular. Yo escuchaba al
diputado preopinante…
Sra. Presidenta (Moreau).-
Señor diputado, se ha cumplido su tiempo. Por favor, redondee su exposición.
Sr. Casaretto.- Para finalizar, señora presidenta, este es un
impuesto y un aporte voluntario de estricta justicia, no descapitaliza a las
empresas y no afecta a las inversiones. No es un impuesto, sino un aporte
solidario que no es inconstitucional ni confiscatorio.
Aquí se trata de pedir un esfuerzo a
los sectores más poderosos de la sociedad para invertir en la base de la
pirámide social, en los trabajadores y en los sectores que menos tienen. Muchas gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta
(Moreau).- Tiene la palabra la señora diputada Vallejos, por Buenos Aires.
Sra. Vallejos.- Señora
presidenta: estamos ante un debate largamente esperado por la sociedad
argentina y ello no es casualidad.
Nuestro pueblo viene de transitar
cuatro años signados por el aumento de la desocupación, la destrucción del
tejido productivo, la depresión de salarios y jubilaciones, el crecimiento de
la pobreza y un ofensivo avance de la desigualdad. Sobre ese saldo se montó la
pandemia que, como sucedió en todo el mundo, no pudo ser contrarrestada en sus
efectos económicos y sociales y, lamentablemente, ha profundizado aquellos
dolorosos resultados que nuestro país ya cargaba como un lastre.
La pandemia agudizó y probablemente
expuso de manera más cruda una realidad que no es nueva. Desde que el neoliberalismo se impuso en el
mundo, y particularmente en estas pampas desde mediados de la década del 70, la
desigualdad avanzó a pasos gigantescos.
En tal sentido, no pocos especialistas
advirtieron durante años sobre este fenómeno y llamaron la atención de los
Estados sobre la necesidad de frenar la cada vez más acelerada carrera hacia la
concentración de ingresos y riqueza en cada vez menos manos. Una concentración que debilita a las mismísimas
democracias, no solo por el poder de facto que esas élites ejercen sobre los
resortes institucionales, sino por la innegable percepción de que ante la
desproporción entre los privilegios de unos y la magnitud de los despojos de
enormes mayorías, ideas fundantes como las de ser iguales ante la ley lucen
cada vez más como una consigna demasiado alejada de una realidad donde millones
no pueden ejercer su derecho a vivir bajo un techo digno, a trabajar para
sostener a sus familias y, ni siquiera, a comer todos los días. Este es el
fondo del debate que se instaló en diversos países, entre ellos la Argentina.
Iniciativas
como el aporte extraordinario que estamos debatiendo son un intento de paliar
en algo los vergonzantes niveles de injusticia que lastiman a nuestra sociedad.
Antes
de la pandemia, la ONU marcaba que había unos quince millones de compatriotas
que no podían asegurar su alimentación en un país productor de alimentos, y que
entre 2015 y 2019 la brecha de desigualdad entre el 10 por ciento más rico y el
10 por ciento más pobre trepó de dieciséis a veintiuna veces.
Nuestro
país tiene niveles de concentración del ingreso de 5 a 10 puntos por encima de
lo que se observa en los países que consideramos desarrollados. Incluso, estamos
entre los países de mayores niveles de concentración del ingreso de la región,
porque el uno por ciento más rico ya antes de la pandemia se apropiaba del 15
por ciento del ingreso nacional. Todos estos son indicadores que, tristemente,
al día de hoy han empeorado.
Tal es
el nivel de concentración en pocas manos que este aporte recae sobre menos de
9.300 personas, apenas el 0,02 por ciento de nuestra población.
Pero de
los aproximadamente 300.000 millones que esperamos recaudar, cerca de la mitad
va a ser aportado por solo 252 personas, que son las que están en la cima de la
pirámide.
A pesar
de todo eso, no tardamos en comprobar cómo el neoliberalismo modeló la cabeza
de muchas personas, inoculando falacias económicas nunca verificadas, pero
diseñadas para mantener un statu quo de insoportable y creciente
desigualdad.
Pero también ha corrompido sus espíritus,
porque los inhibe de conmoverse frente a una situación de injusticia tan
flagrante como la que nos toca vivir. En este contexto, se ha querido socavar
esta iniciativa acudiendo a argumentos tan remanidos como refutados por datos
duros, frente a los que cualquier ciencia seria se inclinaría, aunque eso
lamentablemente no ocurra en el campo de la economía en el que se dirimen todo
el tiempo intereses, muchos de ellos, tan poderosos como para imponer ideas que
no importa si chocan contra la realidad y las estadísticas siempre que se
acomoden a la preservación de ciertos privilegios.
Hace meses que escuchamos sobre una
supuestamente asfixiante presión tributaria, soslayando el hecho de que no
estamos debatiendo un impuesto sino un aporte por única vez, un aporte
extraordinario en una circunstancia que probablemente sea la más extraordinaria
que le haya tocado vivir, por lo menos a mi generación.
Pero
además es mentira. La presión tributaria efectiva en la Argentina se ubica
cerca de 10 puntos por debajo de los niveles que existen en los países de la
OCDE y cerca de 15 puntos por debajo de los europeos.
Hemos
escuchado -tal vez sea el argumento más difundido- que esta iniciativa atenta
contra las inversiones, soslayando que el aporte no recae sobre el patrimonio
de las empresas, sino sobre las fortunas personales acumuladas por las menos de
9.300 personas humanas más ricas de la Argentina en función de sus patrimonios
declarados. Pero también es mentira.
Durante
el anterior gobierno se instrumentaron reformas tributarias, entre las que
resalta el aplanamiento de las alícuotas de bienes personales, que es el
impuesto que grava la riqueza en nuestro país. Ello implicó que la tasa de
recaudación sobre el total, por ese impuesto, cayera del 1,36 por ciento
promedio durante el periodo 2003-2015 hasta el 0,74 durante 2015-2019. Es decir que cayó prácticamente a la mitad.
Sin embargo, ¿creció la inversión cuando se redujeron los impuestos que pagan
los ricos? No. Mientras los ricos
pagaron menos impuestos, la inversión cayó de una tasa promedio de 21,1 por
ciento a una de 19 por ciento. Dicho de
otro modo, cuando los impuestos a los ricos eran más altos, había más y no
menos inversión en la Argentina.
¿Saben
por qué? Porque en esos años, cuando los ricos pagaban más impuestos, por
primera vez desde la irrupción de la última dictadura cívico-militar estábamos
construyendo una sociedad con menos desigualdad, menos pobreza, menos
desocupación y con más consumo y más demanda efectiva. Por ende, había más
empresas abiertas, más producción y más inversión producto de una variable en
términos económicos determinada no por las concesiones hechas por el Estado, sino por la pujanza de la demanda efectiva.
Sra. Presidenta (Moreau).- Señora diputada: le queda un minuto. Le
pido que vaya redondeando.
Sra. Vallejos.- Voy redondeando, señora presidenta.
¿Sabe
qué sí pasó cuando se recortaron los impuestos a los ricos y cayó la
inversión? Sufrimos la mayor fuga de
capitales de nuestra historia. Según el INDEC, entre 2015 y 2019 los activos
externos de Argentina crecieron en más de 103.000 millones. No es casualidad
que el 80 por ciento de los activos declarados por los más ricos se encuentren
fuera de la Argentina.
En esos
años, para financiar esa descomunal exteriorización de ahorro nacional que se
fugó y no se invirtió, se contrajo una deuda externa que nos dejó al borde del
colapso con la complicidad del Fondo Monetario Internacional.
Tengo
el íntimo convencimiento de que esta vinculación entre la deuda que pesa sobre
todos los argentinos y la fuga de los dólares apropiados por unos pocos,
refuerza el sentimiento social sobre la oportunidad de este aporte.
Para
cerrar, señora presidenta -porque me quedo sin tiempo-, quisiera simplemente
recordar las palabras de nuestro Papa Francisco en la Carta Encíclica Laudato
si’, cuando dijo que “especialmente
debemos preocuparnos de las enormes inequidades que existen entre
nosotros, pues seguimos tolerando que unos se consideren más dignos que otros”.
Dejamos
de advertir que algunos se arrastran en una degradante miseria sin
posibilidades reales de superación, mientras otros ni siquiera saben qué hacer
con lo que poseen; ostentan vanidosamente una supuesta superioridad y dejan
tras de sí un nivel de desperdicio que sería imposible generalizar sin
destrozar el planeta.
Seguimos
admitiendo en la práctica que unos se sientan más humanos que otros como si
hubieran nacido con mayores derechos.
Quiero
pedir a mis colegas, pero también al conjunto de la comunidad argentina, que
miremos a nuestro alrededor y permitamos que nos exasperen las inequidades, que
trabajemos para construir un país donde ningún argentino se sienta con más
derechos que otros. Asumamos esta iniciativa como un acto de reparación y un
puntapié inicial para tantos otros debates, a partir de los cuales podamos
parir una Argentina con mayor igualdad para que nuestros hijos no reciban como
legado un país hipotecado por la deuda externa, sino una patria donde impere la
justicia social.
Sra. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra la señora diputada Uceda,
por Mendoza.
Sra. Uceda.- Señora presidenta: escuchaba a un diputado preopinante y su discurso me
pareció un poco confuso. Incluso, me generó la duda de si no era falaz.
Me
quiero referir a algunas cuestiones técnicas. Si algo no tiene este proyecto es
la intención de enfrentarse al tema o al debate de la doble imposición,
básicamente porque estamos debatiendo un aporte que no podría significar la
doble imposición con otro impuesto porque tiene una naturaleza jurídica
distinta.
Pero
supongamos y démosle la gracia de considerar que es una doble imposición. La
Corte ya ha dicho que la doble imposición no es inconstitucional, siempre y
cuando no supere el límite de la confiscatoriedad. Otro de los temas criticados
en este proyecto.
Sin
embargo, en cuanto a las teorías económicas, en el mismo fallo Candy que citó
ese diputado preopinante ‑esta es la dicotomía del derecho cuando se mira
un fallo de un lado o del otro lado de la biblioteca‑ fue muy clara la
Corte. Dijo que para que exista confiscatoriedad se debe producir absorción por
parte del Estado de una porción sustancial del capital. ¿Qué quiere decir
esto? Modificar la condición del
contribuyente; modificar la capacidad de ahorro de los sujetos alcanzados.
Si de
verdad vamos a creer que gravar con un 2 por ciento, por este aporte, una
fortuna de 200 millones va a modificar la condición sustancial económica de los
sujetos aportantes, vamos a pasar por bobos.
Pero, además, la Corte ha sido muy clara en este sentido.
El hecho de que sea extraordinario es lo que garantiza que no va a ser
confiscatorio, porque se cobra por única vez. El texto lo dice expresamente, a
diferencia de lo que ocurre con la ley del impuesto al cheque –que ha sido
traída a colación-, que disponía que era por tiempo indeterminado y de manera
transitoria. En ese caso se permitieron las prórrogas, pero acá está muy claro.
Entonces, no quieran ver fantasmas donde no los hay.
Les pido
que dejen de afirmar que no van a venir inversiones por este proyecto. Durante
cuatro años gobernaron y sostenían que las inversiones vendrían porque ustedes
eran confiables o porque eran los amigos de los dueños de las empresas que iban
a invertir. Pero no solo que no vinieron, sino que se fugaron un préstamo del
FMI. ¡De “pobreza cero” a fundir a la Argentina!
Yo les
quería comentar, tanto a la señora presidenta como a los señores diputados, un
artículo que el Financial Times
-periódico británico financiero por excelencia- publicó el 3 de abril, en el
que textualmente ‑y le pido que me deje leer, para no equivocarme-
admitió la necesidad de que los gobiernos lleven adelante reformas sustanciales
y adopten un rol activo en la economía. La redistribución –se sostiene en el
artículo- debe ser reinstalada en la agenda pública. Los impuestos sobre las
rentas y la riqueza –continúa- deben volver a estar presentes en el escenario
de esta reconstrucción global.
Pero esta
no es una novedad, ni tampoco lo es en nuestro país. ¿Sabe, señora presidente,
cuándo fue la primera vez que se instauró un impuesto a las grandes fortunas?
En noviembre de 1814, en mi región de Cuyo, que entonces se llamaba Nuevo Cuyo,
y lo hizo José de San Martín.
Mendoza
estaba atravesando una situación crítica; se le había cerrado el comercio
exterior con Chile, la situación era gravísima, y el entonces gobernador de
Cuyo, general San Martín, el Padre de la Patria, asumió su rol de gobernador
para ordenar las cuentas. Y lo hizo de verdad, no como otros gobernadores, que
dicen que nos ordenaron las cuentas, pero nos dejaron una provincia endeudada.
En aquel
momento, en verdad San Martín tomó las riendas y logró reconvertir la
provincia, modificando el dispositivo de acumulación. Esto lo hizo mediante un
sinfín de contribuciones, así como con este impuesto extraordinario sobre las
grandes fortunas.
Esto es
algo curioso, porque se trataba de un impuesto sobre el capital de las
personas, dotado de carácter extraordinario y calculado sobre la base de una
declaración jurada presentada ante el Cabildo. Casi el mismo espíritu.
¿Por qué
lo hizo así, el general San Martín? “Porque son tiempos de revolución”, decía.
Y claro que estos también lo son. Tenemos que dotar al Poder Ejecutivo de
herramientas necesarias, y eso es lo que vamos a hacer. Financiaremos y
reforzaremos el sistema de salud –que el gobierno anterior transformó en
Secretaría-, apoyaremos a las pymes con subsidios y con créditos, urbanizaremos
los barrios populares mediante el régimen del Renabap, financiaremos el
relanzamiento del plan Progresar y generaremos programas de exploración y
desarrollo de la producción del gas natural. ¡Mire si la provincia de Mendoza
no va a estar contenta!
Estos son
tiempos de revolución porque el mundo se está debatiendo nuevamente cómo vamos
a redistribuir las riquezas.
La
desigualdad no es económica, sino ideológica. Esto lo dice Piketty, cuya
lectura recomiendo a algunos de los diputados y diputadas de la oposición. Ya
lo decía él: hay que volver a pensar cómo desarmar estas desigualdades y no
justificarlas. Eso es lo que estamos haciendo, dando una respuesta política e
ideológica a las desigualdades, que aumentaron durante los cuatro años de
gestión de Mauricio Macri y que fueron potenciadas por la pandemia.
Estamos
reconstruyendo la patria, señora presidenta, y la queremos con los argentinos y
las argentinas adentro. Queremos un país justo, igualitario y solidario. Eso es
lo que estamos pidiendo. Así como pusieron el hombro todos los efectores de
salud, todos los trabajadores y las trabajadoras de ese sector y también de la
educación, estamos pidiendo a aquellos que menos mal la pasaron, que aporten
una suma insignificante para poner a la Argentina de pie, de manera justa y
solidaria.
Sra.
Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra el señor diputado Pastori, por Misiones.
Sr. Pastori.- Señora presidenta:
parafraseando a Marta Nercellas, el proyecto en tratamiento es uno más de los
tantos agravios a la Argentina de parte de un gobierno que recurre a los
eufemismos para vestir de épica todo lo que acomete y, en especial, aquellas
cuestiones cargadas de un absurdo ideologismo, con un sesgo claramente
antiempresas y antiinversiones.
Este
eufemismo de aporte solidario o extraordinario para ayudar a morigerar los
efectos de la pandemia, dicho así, suena como una idea razonable, romántica y
hasta susceptible de generar seguimiento y simpatía para los inadvertidos.
Además, por supuesto, dicen que es extraordinario, solidario y –posiblemente-
por única vez.
A partir
de los años noventa, gran parte de los pocos países que tenían imposición al
patrimonio la derogaron. Solamente sigue vigente en muy pocos, pero en forma
mucho menos gravosa que en la Argentina y, además, alcanzando el patrimonio
neto -no el patrimonio bruto, como se pretende en nuestro país- y con alícuotas
sensiblemente inferiores.
No cabe
ninguna duda –y así lo sostienen todos los tributaristas del país- de que estamos
en presencia de un nuevo impuesto. Ello es así por cumplir con todas las
características que lo integran, a saber: surge de la ley, es coactivo u
obligatorio –no es voluntario- y está destinado a un fin público. En suma, es
un impuesto. No le busquen la vuelta para sostener lo contrario.
Si
arrancamos pretendiendo engañar desde el título, como que en realidad esto no
sería un impuesto, sino un pariente cercano que vino de vista, por única vez, y
al que tenemos que cobijar tolerando sus buenas intenciones, empezamos muy mal.
Estamos,
pues, ante un actuar malicioso y tramposo, que resulta inadmisible para
cualquier Estado que se precie de serio y confiable.
Pero este
detalle no es ingenuo. Al ser un impuesto, le caben todas las garantías
constitucionales con que nuestra Carta Magna ampara los derechos de los
contribuyentes para defenderse de la voracidad fiscal de gobiernos con
tendencias autoritarias. Además –un detalle no menor-, necesita de la mayoría
absoluta de los votos de cada Cámara, por lo que, si hoy se sanciona aquí el
proyecto, ello solo será posible con el concurso de los bloques aliados.
Tampoco
enerva la condición de impuesto el hecho de que pretenda aplicarse por única
vez. En todo caso, es un impuesto extraordinario. No tiene límite de vigencia,
como sí lo tienen los impuestos ordinarios, como es el caso del IVA, por
ejemplo.
Por si
fuera poco, el propio texto de la iniciativa remite, para su aplicación,
percepción y fiscalización, a la AFIP, con sujeción a lo dispuesto en la ley
11.683, nada más ni nada menos que la ley de procedimiento tributario.
Señora
presidenta: las cosas son tal y como son, y no como las partes aseguran que
son. Esto se llama principio de la realidad económica y está normado en el
artículo 2° de la misma ley 11.683.
Además,
siendo un impuesto de tipo directo, la potestad originaria corresponde a las
provincias, según lo establecido en el inciso 2 del artículo 75 de la
Constitución Nacional. Sin embargo, en este caso, contrariando el principio
general de todo impuesto coparticipable, todo lo recaudado va a ir a la Nación.
En efecto, este no será un impuesto coparticipable con las provincias.
Este es un
impuesto grosero, mal diseñado, con serias falencias de técnica legislativa
tributaria, que grava por igual tanto a la inversión financiera como a la
productiva, sin distinguirlas; es decir, grava capital de trabajo, mercaderías,
insumos, bienes de capital, maquinarias, herramientas, inmuebles, automotores
afectados a la producción, propiedades rurales e incluso la vivienda familiar.
En este último caso, no se exime del impuesto a la vivienda familiar, como sí
lo hace el impuesto sobre los bienes personales.
Para las
pymes y el empleo, este impuesto es una segunda pandemia. Les pega de lleno a
las pymes agroindustriales, fabriles, industriales y de servicios, motores
fundamentales en la generación de empleo. Le pega también al campo al gravar
los inmuebles rurales sin establecer un mínimo no imponible que quede exento y,
como recién decía, sin desgravar tampoco las viviendas de uso familiar.
¿Qué están
buscando? ¿Acaso están apuntando a que se sigan yendo las empresas y los
empresarios de la Argentina, como lo estamos viendo continuamente? ¿No se dan
cuenta de que están conspirando contra el éxito de su propio gobierno, al que
dicen defender, ralentizando la recuperación económica? Este gravamen no va a
ayudar ni morigerar absolutamente nada. Seguirá espantando inversiones, esas
que tanto necesitamos los argentinos.
Hay muchas cuestiones constitucionales
controvertidas. Por ejemplo, como bien se dijo aquí respecto del principio de
no confiscatoriedad, al sumarse el impuesto a los bienes personales quedará
absorbida una parte importante de la propiedad o la renta. De esta manera, se
verá afectado el artículo 17 de la Constitución Nacional que establece que la
propiedad privada es inviolable.
Si
hablamos del principio de igualdad, resulta cuestionable la intención del
proyecto de fijar alícuotas diferenciales por el solo hecho de que algunos bienes
están situados en el exterior, aun cuando la persona tenga exactamente la misma
capacidad contributiva.
Respecto
del criterio de nacionalidad, la iniciativa incorpora un concepto absolutamente
ajeno a la doctrina y a la legislación tributarias no ya de nuestro país sino
del mundo, ya que cualquier persona, por el solo hecho de tener nacionalidad
argentina, aunque resida en un país considerado no cooperante o de baja o nula
tributación, será considerada como residente argentino. Es decir, se crea una ficción
legal de residencia.
Por
otro lado, el proyecto grava en forma imprecisa activos invertidos en vehículos
transparentes. Incluso, deja librado al decreto la delimitación de los alcances
en cuanto incluir, dentro de la base imponible, los aportes a trusts,
fideicomisos, fundaciones de interés privado, etcétera. En otras palabras,
pasaría a gravar bienes de los cuales el titular ‑futuro contribuyente‑
ya se ha desapoderado; o sea, bienes que ya no le pertenecen o de los que ya no
dispone.
Venimos
a este recinto no solo a oponernos a un muy mal impuesto. Venimos a bregar por
el esfuerzo compartido con solidaridad en el marco de la democracia, pero sin
populismo tributario. En los inicios de la recuperación democrática, Raúl
Alfonsín nos enseñó acerca de la ética de la solidaridad. Por eso, nuestra
propuesta es, definitivamente, la siguiente: queremos que las grandes fortunas
paguen los impuestos que no pagan, que realicen el esfuerzo que no realizan y
la solidaridad que les resulta ajena. Vayamos juntos a buscar esos patrimonios
ocultos, esos inmuebles subvaluados, esas fortunas escondidas en empresas de
papel y refugiadas en paraísos fiscales o en cajas de seguridad sin estar
registrado su origen. Es ahí donde hay que poner el foco, para librar una batalla
seria contra las formas de evasión más sofisticadas y, de manera general,
combatir el incumplimiento tributario y la elevada informalidad.
El
objetivo debe ser la ampliación de la base impositiva a partir de capturar a
quienes no pagan. Tenemos los instrumentos para hacerlo, ya que la Argentina ha
firmado acuerdos de cooperación tributaria internacional. Entonces, pongamos en
acción esos mecanismos.
Un
nuevo impuesto no es otra cosa que cazar en el zoológico y beneficiar a los
evasores de siempre. De nada sirve que se lo revista de la máscara discursiva
de gravar a los ricos, ya que es una salida facilista que esquiva el verdadero
desafío: buscar a los evasores que escapan al compromiso del esfuerzo
compartido.
Lamentablemente,
la moratoria vigente ilustra, de manera palpable, lo que estoy diciendo, ya que
no solo no se combate la evasión, sino que, cuando es detectada y se intenta
penalizarla, aparece una moratoria exculpatoria con una ley a medida. Tal es el
caso de Cristóbal López.
Para
esto no necesitamos sancionar una ley, sino que nuestra administración
tributaria se ponga a trabajar como es debido y estreche esfuerzos con otros
países en materia de cooperación. Hay que hacer la tarea.
La
repatriación forzada es un mito sin fundamento. Es cierto que la Argentina
necesita urgentemente de inversión y el retorno de los ahorros de los
argentinos que están depositados en el exterior o guardados debajo del colchón.
Si dichos fondos están declarados, su regreso y transformación en inversión y
empleo será la respuesta a una Argentina que ofrece seriedad y la posibilidad
de un futuro; pero, el gobierno está haciendo todo lo contrario.
Alternativamente, si ese capital está escondido y es fruto de la evasión
tributaria, la corrupción o el lavado, debe ser detectado y penalizado.
Cito
nuevamente a Marta Nercellas: en la Argentina, el empresario actúa como puede;
muchas veces, no como quiere o como se debe. En ocasiones, tiene que
privilegiar el bien mayor desconociendo el bien menor.
-
Ocupa
la Presidencia el señor vicepresidente 1° de la Honorable Cámara, doctor Álvaro
Gustavo González.
Sr. Pastori.- No hay ciudadano modelo en la vida real. Quien decide
es una persona concreta ‑con nombre y apellido, de carne y hueso‑
que trata de salvar su empresa. Entonces, no puede ser juzgado desde un mundo
imaginario o ideal. Pongámonos en sus zapatos. Los invito cordialmente a que se
sitúen en el siguiente escenario: pagan sus impuestos o cierran su empresa
dejando un tendal de desempleados.
No
busquemos en el empresario un héroe; pero, tampoco un villano, porque no es lo
uno ni lo otro. Es una persona que hace lo que puede, que, en este contexto, es
muy poco.
Hubo
ciertos momentos históricos en que los parlamentos asumieron la función de
defender a los ciudadanos frente a las imposiciones elevadas o excesivas
pretendidas por los señores feudales y los autoritarios. Hubo un tiempo en que
los parlamentos defendían a los ciudadanos de los abusos y la voracidad fiscal
de los Estados autoritarios y feudales. Ahora vemos que esos principios
jurídicos en los que deberían basarse las normas, ya no se respetan. Las han
vuelto irreconocibles.
Se
utiliza el término “aporte” como eufemismo de “impuesto”. Ni héroes ni
villanos, señor presidente; se está transformando a los empresarios que quedan
en sobrevivientes de lo absurdo y grotesco de políticas públicas impregnadas de
un ideologismo que solo augura mayores males a los argentinos. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado
Campos, por Buenos Aires.
Sr. Campos.- Señor presidente: hoy me embarga un sentimiento de
tristeza porque realmente pensé que el Frente de Todos no iba a impulsar este
impuesto.
Hace
apenas dos semanas, en el marco de la sesión en la que tratamos el proyecto de
ley de presupuesto, hice hincapié en que la Argentina había iniciado su camino
hacia la decadencia en la década del 50, cuando se instaló y consagró el
siguiente concepto político: se conquista a la gran masa del pueblo ‑y,
por lo tanto, al voto de los ciudadanos‑ combatiendo el capital.
En
aquella ocasión también dije que, a lo largo de los años, esa idea había
permeado en todo el arco de la dirigencia política ‑no solo el peronismo‑
y que había resultado letal para el desarrollo y el progreso del país. Particularmente
para los más postergados, ya que la pobreza, por definición, es falta de
capital. No se puede sacar a alguien de la pobreza si se erradica el elemento
necesario que permite alcanzar ese objetivo.
Dos
semanas después, el oficialismo envía para su tratamiento este proyecto que
establece un nuevo impuesto: el número ciento sesenta y seis, si consideramos
todos los que rigen en nuestro país. Impuesto nefasto si los hay; como veremos,
sobran las experiencias mundiales que desaconsejan este tipo de gravámenes.
Según lo que ellas indican, es un pésimo impuesto.
Si se
me permite, mencionaré el caso de Francia, país donde se estableció un impuesto
a las grandes fortunas; el ISF, de acuerdo con su sigla. En 2016, previo a su
derogación por el presidente Macron, Francia vivió el mayor éxodo de
inversiones jamás visto. Si ponemos la situación en cifras, podemos decir que
dicho impuesto permitía recaudar 2.600 millones de euros, pero producía una
pérdida en la recaudación de 12.000 millones al año. Se calcula que, mientras
estuvo vigente, el Estado francés perdió 125.000 millones de euros.
Este
impuesto es pésimo porque alejará todo atisbo de inversión en la Argentina.
Nadie más querrá traer su capital porque quedará a tiro de esta verdadera
salvajada tributaria. Porque es eso, señor presidente; no puede ser catalogado
de otra manera, cuando hay ciertos patrimonios que este año tendrían que pagar
el 7 por ciento de lo conseguido durante toda una vida de trabajo en caso de
que sus activos se encuentren fuera del país.
Este
gravamen también es pésimo porque, como declaró un miembro del oficialismo ‑no
nosotros‑, cae sobre bienes productivos, convirtiéndose, en consecuencia,
en un impuesto a la producción. Pregunto al oficialismo lo que preguntó un
diputado de su propio espacio: una pyme que tiene una maquinaria de 2 millones
de dólares, ¿debe caer dentro del impuesto a la fortuna? ¿Ustedes saben la
cantidad de pymes que tienen alguna máquina que vale 2 millones de dólares?
Muchísimas. Por lo tanto, un gravamen a los bienes productivos así planteado es
lo peor, y creo que es una pésima salida a la pandemia que va a requerir de una
gran inversión. Esto lo dice el actual presidente del BICE que creo que todavía
es diputado de esta casa, el doctor José de Mendiguren, y lo suscribo
plenamente.
Entonces,
si tenemos experiencia internacional debidamente acreditada que dice que este
es un pésimo ejercicio tributario, que vamos a recibir menos tributo de lo que
vamos a recaudar, si además tenemos a gente del propio bloque que les dice que
este es un impuesto antiproducción, si sabemos por lo tanto que esto va a ser
malo para el empleo, la inversión y la recaudación del Estado, y que va a ser
una fuente generadora de nuevos desempleados, la pregunta que hago al Frente de
Todos es: ¿por qué lo hace? ¿Por qué impulsa este nuevo impuesto? Esto es lo
que tenemos que respondernos.
No creo
que el Frente de Todos haga esto para ser reconocidos en Uruguay o Paraguay
como mecenas de esos pueblos, que es lo que está ocurriendo en este momento.
Soy un convencido de que lo hacen por lo que dijimos al principio: porque creen
que se conquista el voto del pueblo combatiendo la inversión y el capital. Es
decir, lo hacen pensando en las próximas elecciones; no hay otra explicación
que la búsqueda de un supuesto rédito político a corto plazo.
Lo que
el oficialismo quizás no ha evaluado debidamente es que desde el 10 de
diciembre del 2019 estamos en otro país, políticamente hablando. La sociedad
argentina ha acompañado el fenómeno, la epopeya de Juntos por el Cambio de que
un gobierno no peronista haya logrado concluir su mandato en toda la historia
argentina. Fíjense lo que ocurrió en 2019, fue un hecho histórico. Por lo
tanto, algo está cambiando en la Argentina.
Creo
que hoy se va a producir un segundo hecho político totalmente inédito: por
primera vez una parte sustancial de la dirigencia política, quizás un 45 por
ciento de esta Cámara, va a votar en contra de un impuesto maquillado como
políticamente correcto. ¿Quién no quiere sacar al 0,2 por ciento de los
habitantes de este país, los que más plata tienen, para teóricamente atender
cuestiones de salud, etcétera? Todos queremos hacer eso; el problema es si es
bueno para el país.
Este
proyecto de ley es un creador de pobreza, es un verdadero cementerio de
empresas pymes y empleo. Esta ley debería llamarse “cementerio de empresas
pymes y empleo”. Quizás lleguen a sancionarlo porque aparentemente tienen los
votos, pero va a ser producto de una visión vetusta, fruto de mirar la realidad
2020 con los anteojos de 1950.
Hoy se
va a producir un hecho político trascendental: Juntos por el Cambio se gradúa
de dirigencia política responsable, con mirada puesta en el mediano y largo
plazo para beneficio de los más necesitados.
Realmente,
estoy orgulloso de formar parte de este bloque que va a producir este notable
hecho político y que ayuda a crear la tan necesaria esperanza en la Argentina.
Termino
citando a un gran político del siglo XX que dijo que cada vez que alguien actúa
en función de un ideal ético emite una pequeña onda de esperanza, que unida a
cientos de miles de ondas de poder semejante genera una corriente capaz de
derribar las murallas más altas de la opresión, la corrupción y la
desesperanza.
Hoy la
Coalición Cívica y todo Juntos por el Cambio cumple en emitir esta señal de
esperanza a toda la sociedad argentina. Estoy orgulloso de formar parte de este
bloque que, mirando el largo plazo, se opone y se planta frente al tributarismo
populista. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (González).- Tiene
la palabra el señor diputado Rodríguez, por Buenos Aires.
Sr. Rodríguez.- Señor Presidente: quiero enfatizar que
nuestro interbloque en su mayoría ha discutido, ha analizado y ha sopesado
pormenorizadamente todos los aspectos que constituyen la base de este proyecto
y en su mayoría hemos decidido acompañarlo.
Digo
“en su mayoría” porque hay posiciones que con mucha razonabilidad y respetables
argumentos han decidido algo distinto. Lo decidimos de esa manera, a pesar de
que aquí algunos se entretienen con el deporte de poner motes a los bloques.
Somos “bloques aliados” cuando algunos de nosotros pensamos que es razonable
acompañar una determinada propuesta. Somos “bloques no aliados” cuando por
ejemplo nos opusimos a la reforma judicial o frenamos el intento de
expropiación de Vicentin que le hubiese traído al gobierno el compromiso nada
más y nada menos que de salir a endeudarse en dólares, porque eso decía el
proyecto en su artículo 3º. También somos bloques no aliados cuando algunos de
los miembros de nuestro interbloque votaron negativamente el aumento de las
retenciones, cuando un sector de esta Cámara decidía no dar quórum a un
gobierno con nueve días de ejercicio de su gestión gubernamental, después de
haber ganado con el 48 por ciento. Somos bloques no aliados cuando con mucho
respeto, pero con mucha firmeza, claramente nos opusimos a la dolarización de
la deuda en pesos.
Les
pido a los compañeros, a los señores que se ocupan de poner rótulos a nuestro
interbloque, que no pierdan tiempo en eso porque nosotros sabemos bien dónde
estamos y por qué, algo que puede o no ser compartido con el mismo respeto que
nosotros no compartimos algunas posiciones de otros bloques.
Dicho esto, hemos decidido mayoritariamente
acompañar este proyecto porque en un mundo que atraviesa y seguirá atravesando
la consecuencia de la pandemia que le pega muy especialmente a los más
humildes, y en la Argentina también a la clase media trabajadora, a aquellas
mujeres y hombres que pelean cada día por salir adelante, este es un
instrumento que basado en una filosofía solidaria viene a traer un
acompañamiento parcial para ir saliendo del pozo social, económico y productivo
en el que estamos.
Pero,
así como mayoritariamente hemos decidido acompañar este proyecto también
tenemos propuestas y advertencias que compartir. La primera es respecto de la
administración de los fondos. Es muy importante que la discusión y el
compromiso de este Congreso no termine solo con la eventual aprobación de la
norma porque las políticas públicas son las que se terminan implementando, no
solo lo que se aprueba en términos legales.
Aquí
comparto una pregunta que debería ser el disparador de un compromiso a futuro:
¿estos fondos que eventualmente resulten de la recaudación de este nuevo
tributo, van a ir de inmediato a formar parte de los recursos que ya están
previstos en el presupuesto? Porque si vamos a canjear estos recursos
recaudados por lo que ya hemos aprobado en el presupuesto vamos a estar
haciendo ahorro o ajuste. ¡De ningún modo! ¡Ojo al piojo! Estos recursos deben
permanecer blindados, indisponibles, embargados y solo ejecutarse de manera
automática cuando se termine de gastar o ejecutar el último peso para cada una
de las finalidades previstas. Por ejemplo, si el presupuesto nacional
dispusiera de 1.000 millones de pesos para pymes, solo cuando se gaste el
último peso es aceptable que se ponga a disposición del Poder Ejecutivo la
ejecución de lo devengado por el 20 por ciento que recaude de este tributo,
porque hay un 20 por ciento que va a las pymes.
Este es
un tema central que no es estrictamente de discusión legislativa sino de
administración de gobierno. Y es esencial para no confundir recursos
adicionales con aquellos que terminan sustituyendo lo que el presupuesto tiene
previsto. Si así no se hiciese, se desnaturalizaría en la práctica el espíritu
de este proyecto.
En
segundo lugar, el esfuerzo redistributivo que supone este proyecto debe ir
acompañado de otros esfuerzos y de políticas en las que claramente haya una
distribución inversa. ¿Qué es, si no regresivo, el proyecto que se aprobó y se
está ejecutando, que consiste en dolarizar deuda en pesos a los fondos
especulativos que vinieron a hacer ‑cito a algunos colegas‑ carry trade durante el gobierno de
Macri? ¿Qué sentido tiene seguir dando dólares a los fondos especulativos
extranjeros que hoy están en la Argentina? Ya se les dio 750 millones de
dólares. ¡Ni un dólar más! No hay ninguna obligación de darles otros 750
millones de dólares en diciembre, como se dice por ahí.
La
ampliación presupuestaria que se aprobó, en su artículo 7° prevé la posibilidad
de que el gobierno pueda darlos, está habilitado para hacerlo, pero no está
obligado. Y no solo que no está obligado, sino que seguir dando a los fondos
especulativos la posibilidad de canjear pesos por dólares sería una señal
totalmente contraria a las políticas que hoy se necesitan.
Finalmente,
este proyecto no sería completo, y sus impactos no serían íntegros si a la par
no discutiésemos de inmediato ‑si es posible, antes de fin de año‑
un impulso para las verdaderas generadoras de empleo y crecimiento en la
Argentina, que son las pymes. Cero impuesto a las ganancias a todas las pymes
que reinviertan sus utilidades en equipamiento, en bienes de capital, y creen
trabajo: esa ha sido y sigue siendo nuestra propuesta.
Sr. Presidente (González).- Impecable en el uso del
tiempo, señor diputado.
Tiene
la palabra el señor diputado Contigiani, por Santa Fe.
Sr. Contigiani.-
Señor presidente: estamos ante un tema que, por lo que he escuchado, parecería
que se divide así: de un lado están los que se sienten dueños y propietarios de
la producción, de la importancia para un país de los sectores que invierten y
que desarrollan; se sienten dueños. Y por el otro lado, los que se sienten
propietarios de los principios de estricta justicia que también tiene que haber
en un país.
Creo
que la realidad es mucho más compleja que este blanco y negro. Porque a los que
defienden este principio de justicia estricta a la hora de sostener y
fundamentar este proyecto, les digo que no se crean que estamos ante una
situación épica. Vamos a necesitar de un montón de instrumentos ‑muchos
más que este‑ para tratar de reconstruir a la Argentina.
A los
que se sienten dueños de la producción y de las inversiones, les recuerdo que
es muy importante la política para el desarrollo, y que los mercados y las
tasas de retorno del capital por encima de la producción de la economía real de
bienes y servicios nos llevaron a una brutal concentración económica en la
Argentina, a la pérdida de pequeños y medianos productores, de pymes, de
trabajo, y a una economía primarizada. Por eso, no es un blanco y negro.
Nosotros
acompañamos en general este proyecto, pero desde otro lugar. Lo hacemos desde
un principio ético, desde la idea de una Nación que se tiene que hacer cargo de
los más vulnerables y de los que más necesitan. Lo hacemos desde la idea de una
economía de mercado social fundada en la ética social y, como se dijo recién
acá, de la ética de la solidaridad.
No es
un motivo ideológico el que me anima a sostener y apoyar esta iniciativa, ni
siquiera técnico porque, si así fuera, tendríamos que ir hacia una reforma
tributaria integral, que es lo que se requiere ‑mucho más que esta
iniciativa‑ en la Argentina.
Ahora
bien, ¿cuál es el punto de partida? El punto de partida es tremendo, que a mi
modo de ver, justifica este principio ético que debemos defender en esta
iniciativa, por encima de otras contradicciones, por encima de las
complejidades, algunas que han mencionado opositores con razón, pero prevalece
este principio ético.
¿Cuál
es el punto de partida tremendo en nuestro país? Cuatro crisis superpuestas. La
primera, la crisis estructural de cuarenta y cinco años de la Argentina en
decadencia. Crecimos al 0,2 por ciento anual, mientras crecimos a tasas chinas
en términos de pobreza: 7 por ciento anual. Hemos aumentado la población en 20
millones de argentinos en cincuenta años, y hemos mandado a la pobreza a 18 millones
de argentinos. Esta es la realidad tremenda de la que todos debemos hacernos
cargo, porque todos hemos fracasado.
Cabe
destacar la importancia de revalorizar la política para salir de este gran
fracaso de la Argentina. Ahora, el punto de partida es 41 por ciento de pobres,
10,5 por ciento de indigencia y 56,3 por ciento de chicos pobres menores de 14
años. En Rosario, provincia de Santa Fe, 551.000 personas pobres en el área
metropolitana, 176.000 indigentes. Estamos hablando del área del mundo agroexportador,
desde donde exportamos el 80 por ciento de lo que sale de la Argentina. De eso
tenemos que hacernos cargo. Por eso, esta iniciativa se fundamenta en la idea
de hacernos cargo por el otro, de hacer un esfuerzo.
Otro
punto de partida que debemos tener en cuenta es fundamental, y traigo el dato
de un estudio de la Cepal y de Oxfam de marzo de 2016 ‑lo pueden buscar‑:
“Tributación para un crecimiento inclusivo”. Dicen la Cepal y Oxfam que,
haciendo un estudio para países de América Latina en 2016, previo a las nuevas
concesiones impositivas de la gestión de Macri, el 10 por ciento más rico de la
Argentina, que concentra más del 70 por ciento de la riqueza, tributa entre el
8 y el 9 por ciento de su renta disponible, cuando un trabajador paga el impuesto
a las ganancias, que tributa el 35 por ciento.
Esa es
la reforma impositiva que debemos hacer. Los salarios pagan ganancias. La
estructura tributaria argentina está basada en el IVA, en los aportes y
contribuciones a la seguridad social, y no en los aportes patrimoniales que, en
todo caso, en toda la jurisdicción nacional y provincial llegan al 1,22 por
ciento del PBI.
Estos
son datos de la Cepal. Este también es un punto de partida que debemos analizar
para la discusión integral que se viene, a fin de encontrar una reforma
tributaria que aliviane la carga de los que trabajan, de los que producen en
serio y para que los que tienen más paguen más, en aras de construir un país
con oportunidades para todos.
Este es
otro punto de partida del que tenemos que hacernos cargo. Y es un tema
importante que también nos muestra que la baja impositiva sobre los sectores
concentrados no siempre da resultado, como algunos sostienen en ciertas
exposiciones que he escuchado.
La
teoría del derrame fracasó en los Estados Unidos. Fracasó en Europa, con una
Unión Europea que está elevando los niveles de subsidio, endeudándose porque
estamos ante una crisis tremenda.
Hablaba
de cuatro crisis. La histórica estructural de un país decadente; la crisis
política, porque no nos ponemos de acuerdo para generar un proyecto de país
donde todos seamos responsables; las crisis macroeconómicas, donde no hemos
obtenido resultados buenos, tanto con macroeconomías estatistas como con
macroeconomías liberales financieras, y la pandemia en este año 2020. ¿Qué más
podemos tener en contra para un país?
Ese es
el fundamento para pedir este esfuerzo, este principio ético de tratar de
contribuir en un momento muy delicado del país. Pero no cantemos victoria.
Hagámonos cargo, a partir de este esfuerzo que estamos pidiendo a los sectores
patrimonialmente más concentrados, los mismos que han tenido grandes beneficios
en sucesivas devaluaciones que tuvo el país, y no tienen la culpa de ello.
Es
nuestra la culpa de que esos patrimonios se hayan beneficiado con grandes
devaluaciones, mientras al pueblo argentino le quedaba el aumento de precio en
góndola; o cuando tenían retorno del 13 por ciento en dólares entre pesos,
dólar y LEBAC.
Entonces,
para ir redondeando y cumplir con el tiempo previsto: no cantemos victoria. Este no es un punto de llegada; es más, diría que no tendría
que existir en términos de que representa un período de esfuerzo debido a un
momento crítico del país.
Lo que tendría que existir es una
reforma tributaria integral, una política de desarrollo y un gasto público
eficiente. No es cierto que el gasto público de la Nación y de las provincias
representa mucho más que en otros países, pero eso lo podemos discutir en otro
momento.
Necesitamos una política caliente para
las inversiones, una ley de inversiones. Esa es la agenda a la que tenemos que
comprometernos todos detrás de este pedido extraordinario y excepcional.
Por eso, sin tirar culpas, pido que
todos asuman sus responsabilidades para encontrar un camino para la Argentina,
donde la producción de bienes y servicios y la inclusión sea más importante que
el retorno de la tasa capital y la especulación. Debemos ir a los temas
estructurales en serio. Por lo tanto, sin repartir culpas, hagámonos cargo.
Sr.
Presidente (González).- Tiene la
palabra el señor diputado Carambia, por Santa Cruz.
Sr.
Carambia.- Señor presidente: voy a tratar de ser lo más
breve posible.
No me hace ninguna gracia discutir un
nuevo tributo en la Argentina, teniendo en cuenta la presión fiscal que
tenemos.
Me gustaría estar debatiendo alguna
exención impositiva para las pymes o evaluar la posibilidad de sacar algunos
tributos, como sucedió en algún momento en relación con el IVA para los
alimentos de la canasta básica que este gobierno, cabe aclarar... (inaudible)...,
impulsar.
Además, hay muchas medidas más que
podríamos estar debatiendo a favor de los trabajadores y de los que menos
tienen. La verdad es que, como decía recién, creo que tenemos que trabajar en
una nueva ley más abarcativa y, por sobre todas las cosas, prever todos los
tratamientos impositivos que tenemos. Pero, bueno, hoy estamos debatiendo esta
iniciativa.
Volviendo al proyecto de ley en
consideración, lo único que espero es que sea por única vez. En nuestro país ya
hemos debatido leyes que creaban tributos por única vez, pero terminaron
quedándose para siempre.
Me deja tranquilo que este aporte esté
dirigido a las personas más ricas del país. La recaudación estimada de 300.000
millones se alcanzará sin castigar a la clase media, como sí ha sucedido con
algunas otras cuestiones.
En cuanto al destino de los recursos,
personalmente creo que debería ser coparticipable, en esta distribución... (inaudible)
... de esta guerra que tenemos contra esta pandemia. Creo que nos hemos
olvidado de los municipios que vienen siendo la primera línea de trinchera ante
esta guerra. Por eso, me parece importante generar recursos para que podamos
seguir peleando.
Más allá de no estar de acuerdo con
muchos de los puntos de este proyecto de ley, la verdad es que desde nuestro
sector lo vamos a acompañar, apostando a la gobernabilidad, tal como lo venimos
haciendo desde hace más de un año.
Me tomo un minuto más, señor
presidente, para referirme a una situación que no tiene que ver con esta
iniciativa, pero la verdad es que no puedo dejarla pasar por alto. Me refiero
al conflicto que está ocurriendo hoy en Las Heras, provincia de Santa Cruz.
Quiero aclarar que mi hermano es el intendente de dicha localidad.
Tenemos un gran conflicto político y
armado, y quiero pedir expresamente a la gobernadora que interceda y nos ayude
a destrabarlo, porque no queremos otro “Sayago”, comisario que fue abatido
durante una protesta popular. Por lo tanto, pido a la gobernadora que nos dé una
mano para poder solucionar esta situación. Si así no fuere, la hago responsable
de lo que pudiera llegar a pasar en dicha localidad.
Sr.
Presidente (González).- Tiene la
palabra la señora diputada Sapag, por Neuquén.
Sra.
Sapag.- Señor presidente: Winston Churchill decía
que algunas personas consideran a la empresa privada como un tigre depredador
que debe ser fusilado; otras la ven como una vaca que se puede ordeñar y muchas
otras personas, como un caballo sano tirando de un carro robusto.
Esta frase describe con asombrosa
precisión lo ocurrido en los debates que he seguido muy atentamente en
comisión. Por acción u omisión aquí hay muchos que quieren matar al tigre y
otros tantos seguir ordeñando la vaca, aun ante síntomas muy claros de
desnutrición.
Sin embargo, somos pocos los que
queremos ocuparnos de tener sano y vigoroso el equino para que pueda seguir
tirando de un carro cada día más pesado.
¿Qué significa mantenerlo sano y
vigoroso? Simplemente, poner al país a
producir y volver a crear empleo para nuestra gente, dejando temas superfluos
de lado, y enfocándonos en los desafíos que tenemos por delante, creando valor
y empleo. Para eso, debemos alinearnos detrás de la inversión privada.
No podemos pedir más a un Estado
enorme, deficitario y adicto a las fuentes de financiamiento. Necesitamos
apoyarnos en la iniciativa del sector privado y de la inversión nacional, pero
sobre todo extranjera, capital que invierte, produce y genera empleo.
Señor presidente: hay mucho capital
disponible en el mundo. Las tasas están en niveles muy bajos. Oportunidades de
inversión en el país también existen, y de las más atractivas: campo, energía,
industria, turismo, servicios y áreas del conocimiento. Es decir, podría agotar
el tiempo disponible describiendo oportunidades de inversión.
El capital no pide mucho para
invertir; solo algunas reglas y acuerdos básicos. Pide seguridad, certidumbre,
reglas claras, pero cuando no las encuentra, se retira en busca de lugares más
seguros.
El capital no va a cualquier lugar ni
pierde el tiempo. Busca lugares prósperos donde poder desarrollarse. Así
funciona la economía a nivel global y el desarrollo de los países.
Entonces, yo me pregunto: ¿qué
prosperidad o atractivo pueden ver los inversores en un país donde la creatividad
tributaria está a la orden del día? ¿Qué atractivo puede tener un país donde
parece que los recursos nunca alcanzan y el cambio de reglas es moneda
corriente? Si no generamos condiciones mínimas para los inversores, se
continuará acrecentando esta situación y, con ella, un empeoramiento constante
en las condiciones de vida de la gente.
Debemos atraer inversiones en vez de
repelerlas. Debemos crear empleos en vez de destruirlos. La salida no es sector público contra
sector privado, sino sector público con sector privado. Debemos abandonar
falsas dicotomías y trabajar todos juntos detrás de un mismo objetivo: el
bienestar de los argentinos.
En la
provincia de Neuquén, vi con mis propios ojos el impacto de la inversión en la calidad
de vida de nuestro pueblo. Reglas claras, precisas, confiables y concretas
permitieron en los últimos diez años una inversión sin precedentes en la
historia patagónica argentina. No solo está mejor quien es empleado
directamente para trabajar en las nuevas empresas, sino que también mejoraron
las pymes de todo el país que dan servicio a los nuevos emprendimientos, los
servicios y el comercio en general. Todos están mejor porque tienen más
trabajo.
Lamentablemente,
también pude ver cómo las regulaciones, los cambios de reglas repentinos y la
incertidumbre paralizaron la producción, impactando sobre todo el ecosistema
productivo. Estos no son conceptos teóricos; son hechos concretos y
comprobables.
Sobre
el proyecto en consideración me llaman la atención los detalles técnicos para
volver a gravar la misma capacidad contributiva y que la recaudación de este
impuesto ‑debemos llamarlo por lo que es‑ no sea coparticipable.
Estos detalles terminan por redondear un proyecto erróneo e inoportuno en su
fondo y, a su vez, lleno de debilidades en sus formas.
Este
impuesto va a traer más costos políticos y sociales que beneficios económicos
y, además, se va a judicializar. Hay distintos argumentos que sirven para
plantear su inconstitucionalidad. Por ejemplo, podríamos señalar que es
inconstitucional porque se vuelve confiscatorio. En este punto, debemos
considerar el artículo 17 de nuestra Constitución Nacional, referido al derecho
de propiedad; o el artículo 4°, que habla de la equidad y el principio de proporcionalidad;
o los artículos 28 y 33, sobre razonabilidad. Todos ellos se ven afectados por
este proyecto.
En
síntesis, podría demostrarse que la aplicación de este impuesto, superpuesta
con otros tributos vigentes, como los impuestos sobre los bienes personales y
sobre las ganancias, resulta confiscatoria y, por lo tanto, inconstitucional,
por absorber una parte importante de la renta y del capital del contribuyente.
Señor
presidente: la pandemia ha tenido un impacto inconmensurable sobre la economía en
su conjunto. En este marco, me llama la atención pedir un aporte solidario a un
sector que ha hecho un esfuerzo enorme, muchas veces invisible, por mantener
los puestos de trabajo y las empresas en marcha.
Es
imprescindible que todos los funcionarios políticos también realicemos un
aporte solidario, que este proyecto debería incluir. Debemos pedir y dar,
acompañar el esfuerzo; es ético, es moral, es justo.
No voy
a votar afirmativamente este proyecto. ¿Sabe por qué? Porque va en sentido
opuesto a la salida que pienso que el país necesita. No voy a traicionar mis
convicciones ni ser demagoga. Necesitamos salir imperiosamente del círculo
vicioso de gasto, impuesto y pobreza, para ir a un círculo virtuoso de
inversión, producción y empleo. Necesitamos crear riqueza en vez de destruirla.
Quiero
cerrar con un fragmento de Juan Domingo Perón, justamente expresado en esta
Casa en marzo de 1974, en oportunidad de la apertura de las sesiones
ordinarias. El general Perón dijo: “Para el quehacer privado se establecerán
marcos dentro de los cuales el empresariado desenvolverá su capacidad creativa.
Si tanto el Estado como el sector privado comprenden que su meta es la misma,
el bienestar de toda la comunidad, la determinación de los límites de acción no
puede ser conflictiva. Sin embargo, el Estado deberá evitar que estos marcos
que encuadren la actividad privada sean excesivamente cambiantes o confusos,
pues esto sumiría al empresariado en la incertidumbre, desalentaría las
inversiones y fomentaría la especulación.”
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor
diputado Del Caño, por Buenos Aires.
Sr. Del Caño.- Señor presidente: para empezar, quiero
decir que desde el Frente de Izquierda no solamente estamos por verdaderos
impuestos progresivos a las grandes fortunas, sino que nuestro programa
integral apunta a la expropiación de los expropiadores del pueblo, a ese núcleo
de banqueros, de grandes terratenientes y de grandes empresarios que se
valieron del genocidio para multiplicar sus ganancias a sangre y fuego,
generando esta espiral permanente de atraso y decadencia del país.
Hoy
estamos frente a una maniobra, frente a un engaño, porque se intenta ocultar un
nuevo ajuste contra el pueblo trabajador. Pero todos sabemos que el sol no se
puede tapar con una sola mano. Como dije anteriormente, Guzmán anunció que el
presupuesto de ajuste, que se votó hace un rato nomás en esta Cámara, va a ser
aún peor. Y les dijo a Magnetto y a otros grandes empresarios de la Argentina
que el déficit fiscal, establecido en el presupuesto en un 4,5 por ciento, va a
ser menor al 4 por ciento. ¿Quién lo va a pagar? ¿Los banqueros, los grandes
empresarios, los millonarios? No. Lo van a pagar los jubilados, los
trabajadores y los sectores populares.
Hoy se
ratificó un presupuesto que presenta un ajuste brutal en las principales
partidas, además de tarifazos. En este sentido, Larreta se adelantó ‑no
quiso ser menos‑ y anunció un tarifazo en el subte. Pero este presupuesto
termina con el IFE para 2021; diez millones de familias se quedan sin este
sustento, que sabemos que es poco, pero que encima van a recortar para el año
2021; y después dicen que no hay ajuste.
Además,
como ya hemos denunciado, se reduce el presupuesto para la salud en un 10 por
ciento, y también el presupuesto para las universidades. Este presupuesto
recorta un 36 por ciento la Tarjeta Alimentar y reduce un 7 por ciento la
Asignación Universal por Hijo en términos reales. Ello cuando estamos en medio
del crecimiento de la pobreza. En la Argentina, más del 60 por ciento de los
niños, niñas y adolescentes son pobres. Este es el verdadero plan y lo que hoy
se intenta ocultar.
También
quiero decir algo muy importante. La misión del Fondo Monetario Internacional
fue recibida con música para sus oídos, con una nueva fórmula de movilidad
jubilatoria que pretende desenganchar dicha movilidad de la inflación. Además,
contradictoriamente dicen que quieren custodiar los ingresos de los jubilados
y, al mismo tiempo, ahorrar. Me pregunto de dónde va a salir ese ahorro: del bolsillo
de las jubiladas y los jubilados, por supuesto.
Entonces,
miremos el trato tan dispar que particularmente ha tenido el ministro Guzmán
con los jubilados y los trabajadores, a favor de grandes bonistas, como
Templeton y Pimco. A estos fondos de inversión, que trajo Macri y que Guzmán
dice “pobres, quedaron atrapados en la incertidumbre”, para que sus inversiones
no se devalúen les van a garantizar bonos en dólares ‑que este Congreso
votó y que nosotros rechazamos‑ y bonos en pesos atados a la inflación.
Pero a los estatales les dio un 7 por ciento de aumento y la inflación que
reconoce Guzmán es del 32 por ciento, aunque por supuesto va a ser mucho mayor.
Entonces,
señor presidente, fíjese qué sensible es el ministro frente a los bonistas y
qué tan ajustador con el pueblo.
Todos
sabemos que este ajuste no cierra sin represión y, por eso, el gobernador
Kicillof, junto con Berni, y con el apoyo de Alberto Fernández, desalojaron a
las familias de Guernica que continúan luchando por tierra para vivir. Muchas
de esas familias humildes votaron allí, en la tercera sección electoral de la
provincia de Buenos Aires, al gobierno de Alberto Fernández. Les quemaron las
casillas, les pasaron la topadora; eso es lo que quieren ocultar, que este
ajuste no cierra sin represión.
Después
de haberlo anunciado hace ocho meses, hoy nos traen este proyecto de ley que se
intenta presentar casi como un acto revolucionario, pero que en realidad es un
camuflaje de este ajuste contra el pueblo. Es como si alguien que te sacó 100,
de repente viene y te dice “Bueno, te voy a devolver 2,50 pesos”, y quiere que
le firmes un papel que diga “Sí, me parece muy bien”, y además que hagas una
fiesta. Realmente es algo inaceptable.
Señor
presidente: de lo recaudado de este impuesto, casi la mitad se va a destinar a
la exploración de gas con el método de fracking
o al beneficio de empresarios, mientras se elimina el IFE. Ahí se ven
claramente las prioridades.
Por
otro lado, quiero señalar algo que acá se dijo por parte de la oposición de
Cambiemos. Se dijo que este es un impuesto confiscatorio, una doble imposición;
en fin, una serie de cosas realmente increíbles.
Señor
presidente: el que ha confiscado el salario del pueblo trabajador y las
jubilaciones ha sido el gobierno de Cambiemos ‑precisamente aquellos a
los que ellos representan: los ricos y los grandes grupos económicos, que son
los que han confiscado permanentemente al pueblo‑, con la entrega que
hicieron bajo su gobierno al Fondo Monetario Internacional y a los
especuladores.
Quiero
recordar que el 13 de mayo de este año ‑hace varios meses‑ tanto la
derecha de Cambiemos, que realmente no tiene cara, como el Frente de Todos
rechazaron en este mismo recinto nuestro proyecto de impuesto a las grandes
fortunas, que hubiese aliviado a los sectores populares, que son los que más
han cargado con esta crisis, y será aún peor la carga que tendrán que soportar.
El
proyecto que nosotros presentamos en aquella oportunidad, al inicio de la
pandemia, era muy preciso. Lo presentamos cuando todavía no se había acordado
con los acreedores ni con el Fondo Monetario Internacional.
Votar
hoy esta ley como parte de un presupuesto de ajuste, cuando se paga millones a
los especuladores y al FMI, tiene como finalidad, para el oficialismo,
demostrar que los Rocca y los grandes grupos económicos también ponen algo;
pero esto es una farsa. Tenemos que decir la verdad: es una farsa. Acá los que
están poniendo son los trabajadores: en el segundo semestre se perdieron 3.700.000
puestos de trabajo. ¿A usted le parece, señor presidente?
Entonces,
no solo nos oponemos porque se trata de una norma que va a permitir recaudar
muy poco y por los destinos que tiene, sino fundamentalmente por lo que acabo
de decir: porque es un engaño, una farsa.
Por eso
nosotros nos vamos a abstener. No vamos a votar en contra, como hace la
oposición de derecha de Cambiemos, que obviamente defiende los intereses de los
ricos. Nosotros nos vamos a abstener para señalar claramente este engaño.
Nuestro
proyecto tenía un planteo muy claro. Era una medida de emergencia que no estaba
desligada o escindida de otro conjunto de medidas, porque sabíamos que era una
medida paliativa, que por supuesto hubiese permitido recaudar mucho más que lo
que va a permitir recaudar esta ley. Era una medida paliativa que no estaba
desligada de medidas de fondo, como el desconocimiento de la deuda, la
nacionalización del sistema bancario, el monopolio estatal del comercio
exterior y otra serie de medidas para que esta crisis no la pague el pueblo.
Por
eso, señor presidente, quiero pedir a todas aquellas personas que
verdaderamente quieren terminar con este ajuste contra el pueblo trabajador que
peleen para imponer a las centrales sindicales un verdadero plan de lucha. Hoy
las centrales sindicales están en la reposera, luchando por Twitter; escuchamos
alguna medida tibia de la CGT, cómplice de Macri, que dejó pasar todos los
ajustes.
Por
eso, hay que imponerles un verdadero plan de lucha para unificar todas las
peleas que está habiendo hoy. Hoy los trabajadores están dando muchas peleas ‑aunque
esto lo oculten los medios de comunicación‑, y esas peleas tienen que ser
unificadas para que esta crisis la paguen los que la han provocado y no las
mayorías populares.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora diputada Del
Plá, por Buenos Aires.
Sr. Del Plá.- Señor presidente: antes de comenzar a hablar del
tema en tratamiento, quiero manifestar que nos acabamos de enterar por las
redes y por los medios de que en este momento se está presentando nuevamente el
proyecto del Poder Ejecutivo sobre aborto legal, seguro y gratuito. Por lo
tanto, se terminaron las excusas y las dilaciones. Necesitamos el plan de
trabajo para empezar a tratar el proyecto sobre aborto legal, seguro y gratuito
en forma inmediata, porque nos lo reclaman las mujeres que mueren por los
abortos clandestinos. Así que basta de dilaciones y que sea ley. ¡Aborto legal
2020!
Dicho
esto, me parece muy importante lo que desde el Frente de Izquierda estamos colocando
en el debate. Hemos estado setenta y dos furiosas horas contestando ataques de
todo tipo. Es notable, porque los que no son votantes del Frente de Izquierda ‑es
más, incluso algunos simpatizantes del oficialismo‑ nos reclaman o
plantean a nosotros por qué no somos parte de su maniobra. Esto es
impresionante.
Debo
decirles que no es así; cuando uno va a hacer una maniobra, la tiene que
resolver solo y no pedir a los demás que aplaudamos. Justamente el problema que
estamos viviendo es que este proyecto de aporte solidario ha salido del cajón ‑donde
estaba guardado desde hace bastante tiempo‑ en un momento en el que crece
y crece el descontento popular por las medidas de ajuste que está tomando el
gobierno. Esto es muy notorio.
El
descontento popular no se mide solamente por aquellos que se dan cuenta de que
cada vez más la inflación creciente pulveriza el poder adquisitivo de los
salarios y de las jubilaciones. El descontento popular no se mide solamente por
aquellos sectores que, superando a las direcciones sindicales que pactan bajas
de salarios, aparecen en escena y luchan. En este sentido, quiero mencionar a
los sindicatos que pactan, por ejemplo, con la Unión Industrial Argentina; a
los que dejan pasar los despidos; a los que hacen la vista gorda y son
cómplices de la precarización laboral y el trabajo en negro, etcétera.
Frente
a esas situaciones, muchos trabajadores se dan el lugar y por eso aparecen en
escena todas las luchas y movilizaciones de distintos gremios que estamos
viendo: de aeronáuticos, telefónicos, docentes universitarios, docentes de la
ciudad, docentes que armamos una jornada nacional de lucha, etcétera. Pero
también se expresan porque los propios sectores del oficialismo tienen que
salir a criticar las políticas del actual gobierno. Entonces, cuando el río suena es porque ya no
hay manera de disimular el ajuste.
El
presupuesto que hoy se ha vuelto a ratificar tiene un ajuste muy claro rubro
por rubro, pero aparte va atrasado. ¿Por qué digo esto? Porque en las
estimaciones de ese presupuesto se plantea que este año va a terminar con una
inflación del 32 por ciento, pero eso no va a ser así, porque hasta los más
conservadores dicen que no bajará del 38 por ciento.
Sin
embargo, en las paritarias de los estatales nacionales y de los docentes
universitarios el gobierno ofreció un 7 por ciento de aumento. ¿Les suena? ¿Ven
la diferencia entre el 7 por ciento y el 38 por ciento? Bueno, eso se llama
depreciación del salario. Ese es el famoso ajuste fiscal con el que Guzmán dice
que va a mejorar los índices para contentar al FMI.
El otro
ajuste es el que recaerá sobre los jubilados. Lo de las jubilaciones es un
escándalo porque, con esta nueva fórmula que quieren imponer, siempre van a
retroceder; no hay manera de que avancen porque los salarios no avanzan, y la
recaudación, menos. Por lo tanto, siempre van a quedar para atrás. En
consecuencia, cada vez más los jubilados van a cobrar la mínima, y esa mínima
cada vez más va a estar a años luz de la canasta básica del jubilado. O sea, quieren
convertir en realidad ese viejo reclamo del Banco Mundial, del FMI y de todos
los sectores patronales de la burguesía internacional, que es que las
jubilaciones son un subsidio a la vejez y no el derecho a un salario diferido,
que es como se han conquistado las jubilaciones.
Como
esto está haciendo ruido, como este presupuesto de ajuste está haciendo ruido,
como la liberación de las tarifas desde el 1° de enero está haciendo ruido y
como el 3,8 por ciento de inflación de octubre está haciendo ruido ‑como
todo esto, que no es nada más y nada menos que un paquete de medidas de ajuste
está haciendo mucho ruido‑, hay que armar una maniobra distractiva y
entonces sacan del cajón este proyecto de aporte solidario. Es más, el hecho de
presentar hoy el proyecto sobre legalización del aborto también forma parte de
esa maniobra distractiva; por supuesto, no nos podemos hacer los distraídos.
Entonces, dicen: “Miren, les sacamos 72.000
millones de pesos a los jubilados en lo que va del año, pero también les sacamos
a los mega ricos”. Eso es lo que no se les pagó a los jubilados con la
suspensión de la movilidad jubilatoria, que por supuesto no fue a ningún otro
sector que no sea a los bolsillos de los bancos, que siguen acumulando a lo
loco con las Leliq, con los bonos y los acreedores.
El
argumento es bueno, y es el siguiente: “Miren que le sacamos a los jubilados
pero también le sacamos a los mega ricos”. Pero para no ponerlos tan nerviosos,
traen un proyecto que solo afecta a 9.398 personas. Entonces, cada vez que
alguien les pregunta, dicen: “No, solo va a afectar a 9.398 personas; que venga
la AFIP y nos diga el número exacto, para ver si son pocas personas”.
Entonces, luego de que traen este
aporte devaluado dicen: “¿Ven que por lo menos les sacamos un poquito?” Falso.
¿Por qué? Porque ya hemos denunciado que el 45 por ciento se destina a
sostenimiento y subsidio de los
capitalistas. O sea que lo que les sacan por una ventanilla se lo devuelven por
la otra.
Además, es falso que en el resto de
los rubros vayan a atender realmente los problemas de la pandemia. Les voy a
leer solamente una comparación entre el proyecto del Frente de Izquierda y esta
devaluada iniciativa que acá presenta el oficialismo.
Vamos al punto sobre el destino de la
salud. Nuestro proyecto no solo plantea recaudar 15.000 millones de dólares,
sino que en el punto c), a continuación del inciso referido a la compra de
insumos y equipamiento, pedimos claramente la contratación de mayor cantidad de
personal de salud, profesionales médicos, enfermeros y kinesiólogos para las guardias, rotaciones, bonificaciones
remunerativas y, por supuesto, el pase a planta permanente de todos aquellos
que están precarizados.
Por su parte, el proyecto oficial
establece que van a destinar el 20 por ciento a la compra y/o elaboración de
equipamiento médico. ¿Y los trabajadores de la salud? Bien, gracias. No están
en el proyecto oficial.
Quiero ser clara: estamos frente a una
estafa con todas las letras, una maniobra distractiva para disimular que
estamos ante un ajuste fenomenal. Van a tratar de implementar el ajuste como ya
se está haciendo, lo cual no evita que lleven al país nuevamente a una crisis
de proporciones extraordinarias. Pero tampoco evita que los trabajadores nos
pongamos de pie y enfrentemos estos planes de ajuste.
Por eso es necesario poner en marcha
un paro nacional y un plan de lucha que llevaremos adelante los sectores del
sindicalismo combativo, dado que las centrales sindicales están haciendo de
comparsa del gobierno.
- 22 -
Sr. Presidente
(González).- Quiero poner en conocimiento del Cuerpo que he recibido un llamado
telefónico del presidente de esta Cámara, el diputado Sergio Massa.
Me acaba de comunicar que, tal como lo
había expresado hoy en la reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria, volvió
a dar negativo el tercer test que le hicieron al integrante de la misión del
Fondo Monetario Internacional que había tenido contacto con él.
Por su parte, el segundo test que le
hicieron al presidente Massa también dio negativo. De manera que, hecha la
consulta a la autoridad sanitaria nacional correspondiente, esta ha determinado
que el aislamiento no tiene sentido, porque aparentemente se habría tratado de
un falso positivo. Por lo tanto, en breves momentos el diputado Sergio Massa
estará regresando a esta casa.
Sr. Presidente
(González).- Tiene la palabra el señor diputado Manzi, por Catamarca.
Sr. Manzi.-
Señor presidente: cada vez que vengo a una sesión aquí, sin haber estado en
contacto con ningún caso confirmado de COVID-19, y habiéndome hecho una prueba
de PCR al venir acá y otra antes de regresar a Catamarca, me obligan hacer
catorce días de cuarentena en mi casa.
Me parece que ya es hora de que las
cosas no sean tan asimétricas; creo que la autoridad sanitaria nacional debe
poner orden en este desorden. No puede ser que porque el tercer test da
negativo, a los pocos días ya se levante la cuarentena o se dé por finalizada
la situación de riesgo.
Me parece que acá la cuarentena y la
pandemia han dado lugar a mucha discusión y a distintas interpretaciones
científicas, pero lo menos que podemos pedir es que haya consistencia y
coherencia en el trato hacia los ciudadanos argentinos y hacia lo que se
considera útil desde el punto de vista sanitario, y no que quede librado al
antojo de cada gobernador o de cada intendente municipal. (Aplausos.)
Sr. Presidente
(González).- Cumplo en hacerle saber,
señor diputado, que exactamente lo que usted acaba de plantear fue expresado en
la reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria por los presidentes de los
bloques del Pro, de la Unión Cívica Radical y de la Coalición Cívica en el
mismo sentido que usted lo ha manifestado y con los mismos motivos de su
posición.
En dicha reunión se resolvió generar
una comunicación desde la Presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación a
las distintas jurisdicciones para que se unifiquen criterios. De modo que dejo
aclarado que lo que usted expresó también fue planteado hoy por los titulares
de los tres partidos integrantes de Juntos por el Cambio.
Tiene la palabra la señora diputada
Frade, por Buenos Aires.
Sra. Frade.-
Señor presidente: esperemos que si Sergio Massa, el presidente de la Cámara, se
hace presente en esta sesión, no haya ningún caso de COVID-19, porque de lo
contrario lo vamos a hacer responsable a él.
Él es el primero en no querer las
sesiones presenciales, tal como lo dijo muchas veces en los canales de
televisión: que las sesiones virtuales vinieron para quedarse.
-
Varios
señores diputados hablan a la vez.
Sra. Frade.- Entonces, más allá de los alaridos que están pegando, ojalá
que por bien de todos no haya ningún caso, porque se lo vamos a atribuir a él.
Sr. Presidente
(González).- Sin ánimo de polemizar, ni mucho menos, quiero expresar que creo
en la responsabilidad del señor presidente de esta Cámara en el sentido de no
tener ninguna ningún inconveniente y haber hecho todas las consultas a las
autoridades sanitarias para hacerse presente en el recinto. De cualquier
manera, es una opinión personal.
Tiene la palabra la señora diputada
Álvarez Rodríguez, por Buenos Aires.
Sra. Álvarez Rodríguez.- Señor presidente: en el mismo sentido, sin ánimo de
polemizar, quiero decir que el señor presidente de la Cámara, que está
viniendo, está cumpliendo con todos los protocolos sanitarios, y por eso estuvo
aislado.
Quiero aclarar que de lo que se habla
es de un falso positivo, y se hace presente luego de tres hisopados negativos.
Lo digo también en el marco de que algunos diputados preopinantes están haciendo
este señalamiento cuando también alguno de ellos propició que se tomara dióxido
de cloro. Señalo con mucha prudencia que sería muy importante que todos nos
cuidáramos y mantuviéramos hacia delante la conducta que indica la cuestión
sanitaria.
- 23 -
Sr. Presidente
(González).- Prosigue la consideración del asunto en tratamiento.
Tiene la palabra la señora diputada
Polledo, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sra. Polledo.
Señor presidente: queremos sesiones presenciales.
En primer lugar, lo que está fuera de
toda duda es que no se trata de un aporte solidario. La solidaridad es algo muy
diferente, que parecen desconocer quienes impulsan este proyecto porque, para
empezar, no es obligatoria.
Por otro lado, estamos por votar un
proyecto de ley de dudosa legalidad, ya que se propone gravar dos veces el
mismo hecho imponible.
Este supuesto aporte es lisa y
llanamente un impuesto al patrimonio que vendría a aplicarse sobre los bienes
que ya están afectados por el impuesto a los bienes personales. Una persona que
ya pagó bienes personales por el 2,5 por ciento, ahora estaría sumando ‑según
la escala que le toque‑ hasta un 7,5 por ciento. No existe un registro
tan alto en la historia: estamos hablando de una confiscación del 7,5 por
ciento de sus propiedades.
Pero existe un relato vinculado a este
proyecto, al que me quiero referir ahora. A esta iniciativa se la ha llamado
“impuesto a los ricos” y se le ha adjudicado el propósito de ayudar a los
pobres por los efectos económicos de la pandemia.
Una de las motivaciones para quienes
impulsan este proyecto es presentar como defensores de los ricos a aquellos que
se opongan, o sea a nosotros, a la oposición, que vendríamos a ser los malos,
mientras que los integrantes del oficialismo vendrían a ser los buenos que
quieren ayudar a los pobres.
Pero la verdad está muy lejos de ese
relato, totalmente infantil, especialmente si tenemos presente que son los
mismos que se financian reduciendo los ingresos a los jubilados y congelando
los sueldos al sector público.
Para quienes entendemos que la manera
de crecer es atrayendo inversiones que den trabajo a los argentinos, la
aprobación de este proyecto será calamitosa, porque quienes más sufrirán las
consecuencias ‑no le quepa la menor duda‑ serán, como siempre, los
sectores más humildes.
El mensaje de este proyecto es una
invitación a que se sigan yendo las empresas y a que en el futuro a nadie se le
ocurra venir a radicarse en un país donde sus bienes no tendrán protección y
donde los problemas se solucionan confiscando el patrimonio de los que
invierten. Así defienden a los pobres los justicieros del paraíso populista, garantizándoles
pobreza por un largo tiempo. En realidad el problema es casi semántico porque
lo que defienden es la pobreza y no a los pobres.
Es en
el ecosistema de la pobreza donde se sienten más eficaces, aprovechándose de
las necesidades de los que menos tienen y más precisan. El clientelismo no
ayuda a los pobres y aprovecha sus necesidades. Hace negocios con las
soluciones habitacionales y los bolsones de comida, traficando miseria y
oponiéndose al progreso.
Decía
que esa era una de las motivaciones, porque hay otra que es estratégica y tiene
que ver con una concepción conspirativa de la lucha por el poder. Esto no es
algo que estoy inventando, sino que lo han dicho muchas veces. Recuerdo cuando
se hablaba del “ministerio de la venganza”. Un sector del oficialismo considera
que su salida del poder en 2015 obedeció a que perdieron una guerra contra los
medios concentrados y otros sectores productivos de la economía. Creen que eso
les pasó porque fueron demasiado blandos y esta vez se juramentaron ser
implacables.
De modo
que este no es un proyecto aislado, sino que obedece a una lógica persecutoria.
Dentro de ella se enmarca la destrucción de la ley de la economía del
conocimiento, la persecución de los “unicornios”, la virtual expulsión de
Galperin y otros empresarios exitosos que abandonan el país, la constante
destrucción de silobolsas, el Proyecto Artigas y la ocupación de campos
liderada por Grabois –que es acompañada por funcionarios‑, la inacción
frente a las ocupaciones de tierras por parte de tribus inmobiliarias de
supuestos mapuches y, por supuesto, este proyecto de ley de confiscación del
patrimonio.
Todas
estas acciones o iniciativas han sido impulsadas por ese sector con un objetivo
muy preciso: dañar en todo lo posible a los sectores productivos del país. Sabemos
que hay muchos dirigentes y funcionarios del oficialismo que no responden a esa
lógica y no creen en esa guerra. Pero es hora de que se animen a enfrentar
estos desvaríos.
Nosotros,
como oposición, hemos colaborado apoyando las iniciativas orientadas al
beneficio del conjunto. Pero no creemos en esa lógica de legislar en perjuicio
de un sector con el que supuestamente se disputa el poder. Entendemos que las
soluciones pasan por otro lado.
- Varios señores diputados
hablan a la vez.
Sr. Presidente (González).- La Presidencia
ruega a los señores diputados que hagan silencio.
Continúa
en el uso de la palabra la señora diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
Sra. Polledo.- Como decía, entendemos que
las soluciones pasan por otro lado, es decir, por discusiones serias y entre
todos acerca del modelo de país que queremos construir. Busquemos soluciones
que no dañen la credibilidad del país ni su capacidad productiva.
Por las
razones expuestas, voy a votar en contra del proyecto de ley en tratamiento. (Aplausos.)
- 24 -
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra
el señor diputado Buryaile, por Formosa.
Sr. Buryaile.- Señor presidente: quiero
plantear una cuestión de privilegio. Me gustaría saber si es posible.
Sr. Presidente (González).- Las cuestiones
de privilegio pueden ser planteadas en cualquier momento de una sesión en la
medida en que tengan que ver con el tema en tratamiento, señor diputado.
Sr. Buryaile.- Señor presidente: la
cuestión de privilegio que deseo plantear se relaciona con la presente sesión.
Después
haré uso de la palabra para referirme al proyecto en consideración.
Sr. Presidente (González).- Para una
cuestión de privilegio tiene la palabra el señor diputado Buryaile, por
Formosa.
Sr. Buryaile.- Señor presidente: quiero
plantear una cuestión de privilegio contra el señor ministro de Salud de la
Nación por el trato absolutamente desigual que reciben mis comprovincianos en
relación con la visión que tiene respecto de la situación que usted acaba de
plantear.
Estoy
seguro de que el señor presidente de esta Honorable Cámara no tendrá ningún
problema de salud. Lo deseo fervientemente y me alegro mucho de que así sea.
Asimismo creo que está muy bien que, tomando todos los recaudos del caso, venga
a este cuerpo a presidir esta sesión.
Pero
quiero que con la misma celeridad con que se toma esta medida para un argentino
que tiene una responsabilidad política y funcional se haga lo propio con los
más de 7.500 formoseños que están varados, que tienen que hacerse una PCR antes
de entrar a la provincia y les debe dar negativa, que posteriormente tienen que
pagar 14.000 pesos para ingresar a mi provincia, que deben tener otra PCR
negativa y que deben permanecer encerrados durante catorce días.
Entonces,
¿saben lo que quiero? Que el señor ministro de Salud venga a esta Honorable
Cámara a explicarnos cuál es el modelo sanitario de la Argentina y por qué
nuestro país tiene
que vivir con
esta situación –es decir, con formoseños varados fuera de su provincia-
y hay un tratamiento discriminatorio para unos y otros.
Planteo
esto porque me hierve la sangre ante la violación de los derechos humanos que
estamos teniendo frente a esta situación.
Reitero
que me alegra y me parece muy bien que el señor presidente de esta Honorable
cámara venga a presidir la sesión tomando todos los recaudos para ello.
Sr. Presidente (González).- La cuestión de
privilegio planteada pasará a la Comisión de Asuntos Constitucionales.
- 25 -
Sr.
Presidente (González).- Prosigue la consideración del asunto.
Tiene la palabra el señor diputado Buryaile, por Formosa.
Sr. Buryaile.- Señor presidente: cuesta un
poco concentrarse después de lo que acabo de decir. No obstante, quiero
referirme al proyecto de ley en tratamiento, por el que se establece un
impuesto disfrazado de aporte solidario.
En
materia tributaria debemos distinguir entre impuestos, tasas y contribuciones.
En esa temática no existen los aportes, a punto tal que en la iniciativa en
consideración tuvieron que utilizar la palabra “obligatorio”, ya que de lo
contrario se podía suponer que sería algo voluntario.
¿En qué
contexto del país se desenvuelve este proyecto de ley del oficialismo? En una
Argentina que necesita recuperar sustentabilidad económica y credibilidad
internacional, con una tasa de desempleo ajustada por participación laboral del
29 por ciento y un índice de pobreza del 41 por ciento -seguramente en el próximo
semestre ascenderá al 47 por ciento- y atravesando una de las peores crisis
económicas, con una caída del 12 por
ciento del producto bruto interno.
No
podemos negar la situación de la pandemia, pero tampoco su administración, que
es nada más y nada menos que la consecuencia de la cuarentena que estamos
enfrentando.
Vamos a
sufrir una caída enorme del producto bruto interno y un déficit fiscal del 8,5
por ciento aproximadamente, proyectándose un 4,5 por ciento para el año que
viene.
Este es
el contexto nacional en que nos encontramos.
Entonces,
el oficialismo presenta un proyecto de ley por el que se establece un impuesto
para tratar de resolver esta cuestión diciendo que se trata de un tributo que
se aplicará por única vez. Al respecto quiero decir que todos los que estamos
en esta Honorable Cámara sabemos que no hay impuestos que se apliquen por única
vez. Voy a tratar de creer al oficialismo de la misma forma en que les creyeron
los jubilados, aunque espero tener mejor suerte que ellos.
Si este
proyecto se aprueba –ojalá que eso no ocurra-, espero que el impuesto que él
establece se aplique por única vez, ya que de lo contrario el daño que se
producirá a la economía argentina será muy grande.
El
tributo cuya creación se propone mediante el proyecto de ley en consideración
grava bienes que el impuesto sobre los bienes personales –es decir, su hermano
gemelo- no alcanzaba. Así, por ejemplo, grava los depósitos en dólares que se
hacen para dar base al Banco Central, es decir, para dotarlo de los recursos
más escasos y que más necesita nuestro país, determinados por la divisa
estadounidense.
Al
mismo tiempo grava los bonos soberanos. Me refiero a los argentinos que
compraban títulos de deuda de nuestro país invirtiendo en él.
También
grava las viviendas, las sementeras, las cosechas y los bienes de capital,
confundiendo fundamentalmente a estos últimos con los bienes suntuarios.
Como
legisladores podemos regular los derechos consagrados por la Constitución
Nacional -me refiero a los derechos a la vida, a la propiedad y al trabajo,
entre otros-, pero nunca derogarlos.
Lo que
hoy está haciendo el oficialismo con este proyecto de ley es afectar
severamente la credibilidad del país. Cuando hablo de credibilidad me refiero
al cambio de las reglas de juego. No importa la emergencia en que la Argentina
se encuentre: no pueden ni deben afectarse derechos consagrados por la
Constitución Nacional. Nosotros, como diputados de la Nación, debemos hacer
cumplir eso.
El
tratamiento de este proyecto de ley tiene su origen básicamente en la esencia
del oficialismo. Se trata de una iniciativa de naturaleza populista-tributaria,
pero con un concepto y espíritu de concentración económica en el poder federal
pocas veces visto. En otras palabras, concentra los recursos en el estado
macrocefálico del gobierno nacional y somete a las provincias.
Los señores diputados de nuestro bloque que me
precedieron en el uso de la palabra han planteado perfectamente la situación
política en que estamos hoy. Pero quiero decir que la mayoría de los recursos
que se derivan de trece impuestos –me refiero a este cuya creación se propicia
y a todos aquellos que han aumentado- se destinan al gobierno federal y no a
las provincias.
Precisamente
las provincias debieron suspender los reclamos que habían planteado ante la
Corte Suprema de Justicia en contra del gobierno nacional. Me refiero a los
reclamos relacionados con el Fondo Federal Solidario y la rebaja del impuesto
al valor agregado, entre otros. De esta forma, hoy nuevamente los recursos se
concentran en el gobierno central.
Quizás
lo que debería hacer la Argentina es definir qué rumbo quiere. Es muy difícil
encontrarlo con un gobierno bifronte, porque hoy el poder político no está
concentrado en la Casa Rosada, sino en nuestros vecinos del Honorable Senado.
Esto es
producto de un gobierno bifronte que no termina de definir si es parte de un
capitalismo globalizado con
responsabilidad social o si es parte de un socialismo del Siglo XXI, como es el
modelo de Maduro. Estas son las definiciones y existe una enorme confusión.
¿Sabe cuál es esa enorme confusión, señor presidente? El concepto de empresa y
el concepto de empresario. La empresa es la que genera el trabajo, es la
conjunción de capital y trabajo, donde convergen los trabajadores y el capital…
Sr. Presidente (González).-
Por favor, vaya redondeando su exposición, señor diputado Buryaile.
Sr. Buryaile.- Ya finalizo, señor presidente.
Simplemente
quiero decir, quizás por la poca experiencia de los autores, por
desconocimiento o por desconcepto, este proyecto asimila un piso en Puerto
Madero con un campo, una Ferrari con un tractor, un yate con una cosechadora y
grava bienes de capital. Por lo tanto, estamos hiriendo mortalmente al sector
privado en medio de una feroz pandemia.
Simplemente,
para cerrar mi exposición, voy a citar a alguien que era bastante más
inteligente que todos nosotros, al menos que yo. No podemos esperar resultados
distintos si hacemos siempre lo mismo. Y siempre lo mismo, en este caso, es
tratar de exprimir al sector privado.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora diputada
Camaño, por Buenos Aires.
Sra. Camaño.- Estaba silenciada, señor presidente.
Sr. Presidente (González).- No la quieren dejar hablar, diputada. (Risas.)
Sra. Camaño .- Porque soy la oveja negra, a la que hacía
referencia el “Topo” Rodríguez.
Creo
que el punto de partida donde humildemente nos debemos parar en esta hora tan
trágica de la humanidad y en este momento de la Argentina quizás no sea el de
nuestras convicciones; en última instancia, nuestras convicciones son
individuales. Considero que el punto donde nos debemos parar es en el pacto
constitucional, porque los valores comunes que tenemos fueron los que aceptamos
hace doscientos años. Esos son los valores que nos rigen; ese es nuestro
contrato social.
Este
denominado aporte solidario y extraordinario para ayudar a morigerar los
efectos de la pandemia presenta algunos inconvenientes, tanto jurídicos como
técnicos, que permiten sembrar dudas sobre su legalidad en el sentido de su
constitucionalidad. Independientemente del nombre fraternal que se le ha
colocado, su propia naturaleza y el articulado dan cuenta de que se trata de un
impuesto y como tal, señor presidente, cabe reputarlo como establecido en los
términos del inciso 2°) del artículo 75 de la Constitución Nacional, esto es:
directo, por tiempo determinado, proporcionalmente igual en todo el territorio
de la Nación y fundado en exigencias del bien general del Estado.
A la
vez, es un tipo de impuesto coparticipable. La asignación específica que
dispone el artículo 8° haría que se debiera exigir la mayoría calificada que
prevé el inciso 3°) del artículo 75 de la Constitución, o sea la mayoría
absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara.
En primer lugar, es irrelevante que el
pretendido nuevo tributo reciba el nombre de aporte o que tenga un nombre
distinto al de impuesto a los bienes personales, con el que tiene puntos en
común que aun cuando no los identifique plenamente los puede asimilar a la hora
de discernir sobre su validez en términos de no confiscatoriedad. Existe una
sustancial correspondencia entre el impuesto a los bienes personales y el
tributo que se pretende crear con este proyecto: son los mismos sujetos
pasivos, el mismo hecho imponible y sustancialmente es la misma base imponible.
Respecto
a esto, señor presidente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene
señalado: “Que la denominación dada al gravamen no es suficiente para definir
el carácter de éste, pues a tal efecto y para establecer su conformidad con la
Constitución Nacional, debe estarse a la realidad de las cosas y a la manera
cómo incide el impuesto, por cuanto de otro modo podría fácilmente burlarse los
propósitos de aquella.” Esto lo tiene dicho la Corte en el fallo 115 del año
1992, de la misma manera que el procurador General de la Nación lo sostuvo en
el caso Insúa Juan, en el dictamen que la Corte hizo suyo allá por el año 1987.
De modo
que, más allá del nombre escogido, su naturaleza jurídica se corresponde con la
de un tributo perteneciente a la categoría de impuesto, se verifica en la
especie de una detracción dineraria, que consiste en exigir a los sujetos que
se encuentran comprendidos en las circunstancias que la iniciativa señala, y
conforme al principio de primacía de la realidad que aplica la especie y ha
sido establecido en líneas jurisprudenciales firmes, más allá de la
denominación escogida, lo que define su tipificación como impuesto es su
naturaleza misma.
El
nombre elegido podrá, en todo caso, morigerar el impacto o la repercusión
negativa, pero no oculta ni disimula la realidad impositiva intrínseca de este
pretendido aporte.
El
principio de legalidad en materia tributaria tiene consagración específica en
los artículos 4°, 17 y 75, inciso 2°), de la Constitución, como modo de
aplicación específica del que con sentido amplio resulta el artículo 19 de la
Constitución, enfatizado por la prohibición del artículo 99, inciso 3°), en
materia de DNU y es extensible por la opinión mayoritaria de los autores a la
delegación, que está contenida en el artículo 76 de la Constitución.
De modo
que resulta absolutamente cuestionable el artículo 9° del proyecto, que
deposita la potestad de valuar los bienes en la AFIP. Esto es la definición de
aspectos que hacen al contenido propio del hecho imponible y que como tal
debían ser de definición legal estricta, para no vulnerar la garantía de
legalidad en materia tributaria, en un tema de la trascendencia, determinación
y cuantía del impuesto.
Varios
principios parecen venir a tallar en la consideración del proyecto de los
cuales, en lo particular, el acento debería estar puesto en lo de la no
confiscatoriedad, sin soslayar los restantes. Por caso, el principio de
capacidad contributiva que no resulta expreso en la Constitución, sino que
resulta de una creación doctrinal que ha justificado criterios progresivos en
función de los de igualdad y razonabilidad, que sí son acogidos por nuestra ley
suprema.
En
cambio, el principio de no confiscatoriedad es el que por su naturaleza se
encuentra más ligado al derecho de propiedad, y donde creo que la iniciativa
podría encontrar su mayor obstáculo o inconveniente. Por supuesto que esto va a
depender de cuestiones de hechos, de pruebas, sumado al planteamiento de
algunas acciones de validez, de declaración de certeza, fundados en el artículo
322 del Código, más que en el amparo que establece el artículo 43 de la
Constitución, y van a dilucidar el tema.
La
jurisprudencia de la Corte ha ido variando, pero en general pueden resumirse
los siguientes criterios en lo que concierne a establecer cuándo un impuesto es
confiscatorio. Primero, la presión debe recaer, en lo posible, sobre la renta y
no sobre el capital. Segundo, el límite debe ser ubicado en un porcentaje que
no tiene que superar el 33 por ciento; hoy es mucho más amplio. Tercero, la
doble imposición es admitida en la medida que no supere los límites de la
confiscatoriedad respecto de un mismo hecho imponible. Seguramente los
cuestionamientos van a derivar de esto último.
En
suma, señor presidente, podrían estar en juego principios básicos del derecho
tributario: la legalidad, la no confiscatoriedad, la equidad, la capacidad
contributiva y otros que son de base constitucional, como la legalidad, la
igualdad, la equidad y la razonabilidad.
Por otra parte, advierto que…
Sr. Presidente (González).-
Por favor, señora diputada Camaño, le solicito que redondee su
exposición.
Sra. Camaño .- Sí, señor presidente.
Desde
un sentido práctico, están tratando de generar un stock y la verdad es
que un stock no es un flujo; esto es pan para hoy y hambre para mañana.
Están desalentando las inversiones privadas, señor presidente, de esto no le
quepa la menor duda.
En
pandemia estamos viendo cómo el mundo está tratando de llamar inversiones para
resolver el problema gravísimo de la peste en las economías. Este proyecto
genera inseguridad jurídica y falta de previsibilidad. Este cambio de
comportamiento continuo de destruir las reglas hace que se pierda cada día más
confianza en el país. Es inevitable esperar un impacto negativo en lo fiscal,
también en lo económico y en lo social.
El
trabajo necesita de emprendedores. La existencia de estos emprendedores depende
de saber crear las condiciones adecuadas para que encuentren en el país un
ámbito que les permita crecer. El mundo pospandemia incentiva y colabora con
ingentes sumas dinerarias que se vuelcan al sector productivo.
Sr. Presidente (González).- Señora diputada:
vaya redondeando, por favor.
Sra. Camaño.- Finalmente, estas iniciativas que tienden a poner de
rodillas a algún sector, no ponen de pie al país.
Por lo
expuesto, mi voto será por la negativa.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora Frade, por Buenos
Aires.
Sra. Frade.- Señor presidente: estoy azorada por el
glamur utilizado por el oficialismo para nombrar las cosas. Realmente el oficialismo tiene la
virtud particular de no nombrar las cosas por su nombre. Este es un impuesto,
pero no porque se le ocurra a Juntos por el Cambio, sino porque cualquier
tributarista sabe que es coactivo y que está sujeto al procedimiento fiscal y a
la ley penal tributaria. De modo que no está en discusión que se trata de un
impuesto.
Los
impuestos no son neutrales y se originan a partir de políticas económicas. Pero
el presidente de la Nación dijo que no tiene políticas económicas. Entonces,
este es un manotazo…
- Varios señores diputados
hablan a la vez.
Sr. Presidente (González).- Pido a los
señores diputados que hagan silencio. Se lo digo especialmente al diputado
Selva.
Continúa
en el uso de la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
Sra. Frade.- Pareciera que soy graciosa hablando.
Bueno, mejor así, señor presidente.
El
oficialismo no vino acá a confrontar con el capitalismo. Me encanta la
facilidad con la que vienen a corrernos a partir de un supuesto socialismo que
distribuye la riqueza. Reitero que de ninguna manera vinieron a confrontar con
el capitalismo porque claramente se trata de una medida fiscal, de un manotazo. Ese mismo manotazo,
que es un hecho vergonzante, dan a los jubilados, a los asalariados y a la
clase media.
Alguien
ya dijo que esto es una maniobra de distracción; es el cotillón oficialista al
que nos tienen acostumbrados. ¿Con qué objeto? No hablar del tema central, es
decir, de una reforma tributaria.
Señor
presidente: el 70 por ciento de los impuestos de este país son indirectos. Esto
quiere decir que los paga todo el pueblo argentino. Recordemos que incluso han
restablecido el IVA a los productos de la canasta básica que el gobierno
anterior había eliminado.
Tenemos
uno de los sistemas tributarios más regresivos. Entonces, la comparación que
hacen con el mundo en lo atinente a lo que tan amorosamente llaman “aporte
solidario”, es una trampa mortal, es una mentira más de las tantas que el
oficialismo, permanentemente, nos pone en una bandeja.
Como
vimos, este accionar ya produjo consecuencias. Entre ellas, este año se
presentaron 1.860 declaraciones de bienes personales menos en la AFIP que
durante el período anterior. ¿Saben que significa esto? Que el anuncio de esta
ley ya empezó a traer consecuencias. La gente ya está midiendo, y no me digan
que este impuesto no lo va a pagar el pueblo porque nadie en este país cree que
este gravamen no se va a trasladar a precios. Están gravando la actividad
productiva. Pregunto: ¿de dónde piensan que saldrá el dinero y a qué se
destinará?
Creo
que tendrían que recaudar en los lugares adecuados. Son muchos los lugares en
los que este neoprogresismo podría recaudar, como por ejemplo en los
patrimonios de los sindicalistas. Hoy citaron a John Cooke. Pero no hay más
John Cooke ni más sindicalistas como Agustín Tosco; ahora tenemos a los Moyano,
al “Pata” Medina, y a todos los que por supuesto apoyan a este gobierno. Ahí
hay mucha plata.
También
hay mucho dinero en gobiernos que se han eximido mediante el dictado de
decretos provinciales del cumplimiento de las leyes nacionales, como es el caso
de La Pampa, donde por decreto quedó eximido del pago del impuesto a las
ganancias desde el gobernador hacia abajo. Aunque nadie dice nada, ahí hay
mucha plata.
También
está el caso de la desgravación del combustible abajo del paralelo 42, una
ficción, que nadie controla. ¡Miren si hay fondos! Ni hablar de los 500.000
millones de pesos solamente embargados por la Unidad de Información Financiera
en juicios por corrupción. Este dato está contenido en el informe 2016-2020.
Mucho de esos 500.000 millones de pesos es plata de acá adentro. Ahí hay mucho
para rescatar e invertir en las vacunas que quieren comprar, así como también
para dar solución al problema de las viviendas. Pero el neoprogresismo no toca
ese dinero.
Por
otro lado, más temprano un diputado habló de tener un poquito de sentido común.
Voy a pedirle al diputado Heller que tengamos un poquito de Constitución
Nacional, porque nosotros no juramos por el sentido común, sino por la
Constitución Nacional y este proyecto de ley tiene un articulado con muchísimas
disposiciones que son inconstitucionales.
Los
diputados de mi bloque ya señalaron varias, pero yo me voy a referir a una que
nadie mencionó: intentaron corregir las retroactividades alevosas y groseras
que había en el proyecto original, pero en el artículo 9° se indica que todas
las variaciones en los patrimonios operadas 180 días antes de la sanción de la
ley, serán consideradas ardid. Cualquier abogado sabe que no hay obligación sin
causa y que la causa es la ley. La ley nace…
Sr. Presidente (González).- Señora diputada:
le pido que redondee su exposición.
Sra. Frade.- Señor presidente: quienes hablaron
antes se pasaron del tiempo.
Sr. Presidente (González).- La única que se
excedió un par de minutos fue la diputada Camaño. Pero, no importa. Siga,
señora diputada. El problema es que si uno procede mal, después todos hacen lo
mismo.
Sra. Frade.- Lo que quiero decir es que como no hay obligación sin
ley y esta iniciativa será ley cuando esté promulgada, planteamos un delito que
ni siquiera sería de evasión sino de elusión.
Me
parece que habiendo tanta gente capacitada en esta Cámara, el tema de la
Constitución es una deuda que tenemos con el pueblo argentino. Desde diciembre,
cuando asumí mi cargo en esta Cámara, sistemáticamente estamos votando
inconstitucionalidades. ¿Vamos a llenar la Corte de reclamos? No voy a hablar
de la afectación a los patrimonios cuando se los computa sin considerar las
deudas. Me refiero sobre todo a la producción de este país y a lo señalado por
los diputados preopinantes acerca de lo que nos va a pasar. Por eso quiero
decirle al diputado Heller que no se trata de tener un poquito de sentido
común, sino de considerar la Constitución al votar un proyecto de ley. No
estamos en el bar de la esquina, sino en la Cámara.
Para
finalizar, pido que vayamos por los 500.000 millones de pesos embargados por
causas de corrupción de una década perdida. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra
el señor diputado Angelini, por Santa Fe.
Sr. Angelini.- Señor presidente: por favor, queremos sesiones
presenciales. ¡Basta de la virtualidad!
No voy
a acompañar este proyecto de ley que crea un nuevo impuesto en la Argentina. La
historia de nuestro país es contundente. Ningún impuesto en la Argentina fue
transitorio. Aunque todos nacieron para aplicarse temporal o excepcionalmente a
un pequeño grupo o a quienes más tenían, se quedaron para siempre y
lamentablemente afectan a una gran cantidad de argentinos.
Tenemos
claros ejemplos en el impuesto a los bienes personales y el impuesto a las
ganancias. Hoy
una familia tipo, que alquila y posee dos autitos, paga bienes personales.
En la
Argentina alguien está por debajo de la línea de la pobreza si tiene ingresos
menores a 45.000 pesos. Ahora, una familia tipo con ingresos mayores a 70.000
pesos, tiene que pagar impuesto a las ganancias. Más de 2.200.000 argentinos
pagan impuesto a las ganancias.
Por otro
lado, es una muy mala señal, un mensaje negativo a quienes tienen que ser el
motor de reactivación de la economía argentina. Si las empresas que están en
nuestro país se quieren ir o deciden no expandirse, o si las empresas que están
pensando invertir en Latinoamérica deciden no instalarse en la Argentina por la
gran carga tributaria y la falta de previsibilidad que existe en nuestro país,
¿de qué manera vamos a recuperar los más de 4 millones de puestos de trabajo
que se han perdido luego de este apagón económico que decidió el presidente de
la Nación de forma irracional?
Es momento
de buscar soluciones reales, de buscar consensos y un plan a largo plazo, dar
mensajes contundentes a los argentinos y al mundo económico, administrar
eficientemente, reducir los gastos innecesarios, bajar impuestos, dar
competitividad a quienes producen para que estos puedan exportar y, de esta
manera, nuestros productos se vendan en el resto del mundo e ingresen dólares,
que son tan necesarios en este momento. Solo así vamos a poder recuperar esos 4
millones de puestos de trabajo que se han perdido en estos ocho meses de apagón
económico; solo así podremos reducir la pobreza en la Argentina.
Sr.
Presidente (González).- Tiene la palabra el diputado Romero, por Córdoba.
Sr. Romero (V.H.).- Señor
presidente: la verdad es que todos compartimos el análisis sobre la situación
fiscal que hoy tenemos en la Argentina. Claramente, venimos de muchos años con
una recesión importante, actualmente profundizada por la pandemia. Hay una
caída del producto bruto y de la actividad económica. Tenemos un Estado que
proyecta un déficit del 10,5 por ciento. También se registra una caída
importante en el consumo privado y en la inversión privada, con Estado que
gasta más de lo que tiene, pero que también tiene que hacer frente a la
situación de emergencia de muchos actores que están protegidos en esta
situación de pandemia y de recesión económica.
Sin dudas,
esta situación ha generado más informalidad, más desocupación, más pobreza, de
la que nosotros, como dirigentes políticos, urgentemente tenemos que ver cómo
salimos y trabajamos de manera consensuada para superarla.
En este
contexto, es evidente que el Estado necesita recursos. Tengamos en cuenta que
hablamos de un Estado que ‑como dije antes‑ incrementó el déficit
producto de una disminución en la recaudación, pero también aumentó el gasto.
En ese
sentido, debo decir que no es una buena decisión incrementar los impuestos. Hoy
tendríamos que estar debatiendo una reforma tributaria que apunte ‑básicamente‑
a disminuir los impuestos distorsivos y regresivos que afectan a los que menos
tienen y potenciar los impuestos que están relacionados de manera progresiva
con los ingresos y el patrimonio.
- - Ocupa la Presidencia la señora presidenta de la
Comisión de Legislación General, doña Cecilia Moreau.
Sr. Romero (V.H.).- Hay que
fortalecer el sistema tributario, dándole seguridad jurídica, reglas claras y
permanentes para potenciar la inversión y generar certeza y confianza, que es
lo que necesita la Argentina para salir adelante.
Con este
llamado “aporte extraordinario”, que claramente es un tributo y un impuesto, no
generamos fortaleza tributaria. Hay muchas inconsistencias desde el punto de
vista legal y constitucional, que ya explicaron muchos diputados preopinantes,
incluso quienes hablaron en nombre de nuestro bloque.
Quiero
referirme a dos temas puntuales que no se han mencionado aquí. Uno de ellos es
el principio de igualdad. Más allá de la desigualdad que hay en el tratamiento
de los bienes que se encuentran en el exterior, hay una desigualdad por la
falta de uniformidad en las valuaciones fiscales que tienen los estados
provinciales. Este punto genera una desigualdad, porque inmuebles de igual
valor real van a tributar de manera distinta, dado que en muchas provincias las
valuaciones fiscales están atrasadas.
El
problema es que hay provincias no han cumplido con el censo fiscal. Ahora, si
se las obligara a hacerlo, con un criterio uniforme de la valuación de todos
los inmuebles del país, estaríamos potenciando recursos del Estado con una ley
vigente. Simplemente hay que cumplirla para conseguir estos recursos que hoy se
buscan de manera extraordinaria gravando a un sector.
El otro
asunto importante al que me quiero referir es el de la confiscación, al que
tampoco se hizo mención. Aquí hay una doble imposición, ya que se trata de un
impuesto análogo al de bienes personales, pero hay un hecho que no queda en
claro: el costo fiscal de este impuesto es muy superior al 2 o 3,5 por ciento ‑en
el caso de los bienes ubicados en la Argentina‑ o del 3 al 5,25 por
ciento –en el caso de los bienes ubicados en el exterior. ¿Saben por qué?
Porque para que este impuesto sea neutro y no afecte el patrimonio hay que
sumarle otros impuestos nacionales. Digo esto porque el proyecto no contempla
la posibilidad de que el tributo se pueda deducir del impuesto a las ganancias.
Por lo tanto, cuando un contribuyente paga 4
millones de pesos, para no afectar su patrimonio esos 4 millones tienen que
generar ganancias líquidas que contribuyan a cubrir los gastos del impuesto a
las ganancias y de ingresos brutos, que afectan la renta de manera directa.
Entonces,
cuando alguien dice que estamos tratando un impuesto que va a costar un 2 por
ciento, tenemos que aclarar que en realidad va a costar el 3,3 por ciento.
Además, cuando los sumamos a todos, incluido bienes personales ‑que es un
impuesto análogo‑, se va al 7,91 por ciento en el caso de bienes
radicados en el país, y al 10,83 por ciento cuando se trata de bienes radicados
en el extranjero.
Reitero
que hay que generar ganancia del 10,83 por ciento del total del activo para
que, deducidos el impuesto a las ganancias y a los bienes personales, dé una
ganancia que permita cubrir el tributo. Por lo tanto, aquí claramente se va a
plantear el tema de la confiscatoriedad.
Para
concluir mi exposición debo señalar que si el oficialismo tiene los votos
suficientes para aprobar el proyecto, me permito hacer una propuesta: que se
incluya un artículo que permita descontar del impuesto a las ganancias para no
potenciar este alto costo.
Por otro
lado, reitero que necesitamos una Argentina que trabaje de manera eficiente en
el gasto. Digo esto porque la eficiencia en el manejo del gasto público no
implica ajustes, por ejemplo a los jubilados. Básicamente, necesitamos una
Argentina que tenga un programa económico que genere certeza y confianza, con
un sistema tributario progresivo que contribuya a la inversión y,
fundamentalmente, a genere trabajo como una forma de salir de esta situación
que padecemos los argentinos.
Sra.
Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra el señor diputado López, por la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
Sr. López.- Señora presidenta:
referirnos a este tema implica hablar de la realidad de la República Argentina,
de nuestra economía, de la vida cotidiana de todos, pero principalmente de
todos los habitantes de este país, que ya tienen una vida cotidiana muy agotada
y cansada que no encuentra un horizonte ni un futuro, porque la angustia provocada por la
enfermedad y la crisis no los deja pensar ni vivir y soñar.
Evidentemente,
esa realidad nos afecta a nosotros, a los que hacemos política, porque debemos
tener motivaciones para hacer política, ya que hacemos política para ir detrás
de sueños, de ideologías y de consignas.
Creo
que ustedes están muy desmotivados desde diciembre del año pasado cuando
votaron el primer proyecto de ley. Recuerdo que muchos les dijimos que los
veíamos sin épica, votando una emergencia, votando un ajuste y votando una suba
de impuestos.
Desgraciadamente
ese camino se agravó y debemos ser muy contemplativos con todos, porque cuando
apareció la pandemia entramos a dimensiones desconocidas. Es entendible que la
situación nos haya paralizado al principio, pero no es entendible que no nos
permita reflexionar, aun con ideología, pero sin prejuicios ni preconceptos ni
ideologismo, cuando tenemos una responsabilidad tan grande frente a nuestros
hombros. Hablo en plural, porque la responsabilidad más grande la tienen el
presidente y su gobierno, pero a nosotros nos toca cierta responsabilidad, y la
asumimos y colaboramos con la situación.
Creo
que todos fuimos comprendiendo de a poco la dimensión del problema de la
Argentina que, como muchos han dicho hasta ahora, no es un inconveniente
actual, sino que la pandemia lo único que hizo fue agravarlo. El problema crece
día a día, se expande por todo el país, entramos en un territorio de crisis desconocido
a pesar de que tenemos una enorme experiencia en crisis a lo largo de los años
de nuestro país.
La
buena noticia, si se quiere, es que la vicepresidenta en alguna medida con la
carta abierta del 26 de octubre reconoció la situación y que el presidente –tal
vez con más dificultad‑ hizo lo mismo a lo largo de los días con los
gestos, las medidas y las acciones que tomó el ministro Guzmán.
Frente
a eso se ve un desánimo más grande en muchos de ustedes y los entiendo bien
como militantes políticos. Pero ese desánimo no lo subsanaremos con consignas.
Este impuesto no es ni más ni menos que una consigna política, una bandera
política –como quieran llamarlo‑ que caerá en saco roto por distintas
razones; por los problemas constitucionales que ya refirieron otros diputados,
por la doble imposición, por la eventual confiscatoriedad en algunos casos, por
los problemas de implementación y por la manera en cómo van a recaudar. La
Argentina tiene una política tributaria muy mala. Los que saben esconder fortunas,
los que acceden a grandes abogados, tal vez los que ahorran, y en general los
que especulan –no los que producen‑ sabrán defenderse de este impuesto.
Como este impuesto tiene graves problemas de constitucionalidad sabrán dónde
litigar y seguramente conseguirán declarar la inconstitucionalidad de la norma
que para nuestro sistema jurídico aplica para cada caso. Entonces, cada uno, si puede, si tiene los
medios y la posibilidad, litigará o no. Pero el impuesto castigará al corazón
productivo de la Argentina.
Esto
preocupa a mucho de nosotros, a Juntos por el Cambio y al bloque al que formo
parte, al productor agropecuario de Buenos Aires, de Santa Fe, de Córdoba y de
Entre Ríos, o sea a ese corazón productivo. ¿Qué es lo que van a hacer?
¿Venderán un tractor o un pedazo de campo o más vacas que de costumbre? ¿No
encararán la próxima campaña agrícola? Esto es un cachetazo para el productor
que nos tiene que sacar adelante. Tengo muchísimas reflexiones para dejar, pero
la prudencia debe estar a la orden del día.
Simplemente
quiero repetir lo que decían los cráneos de la economía el año pasado, los que
eran candidatos y los que no eran candidatos: la Argentina sale creciendo, de
la crisis se sale creciendo. ¿Cómo vamos a crecer? Con más impuestos les aseguro
que esto no va a suceder. Sin duda, no vamos a crecer con más impuestos a los
que ahorran y producen.
¿Cómo
vamos a crecer? Creo que lo vamos a lograr a través de una palabra que lo
resume: “desburocratizando” este país. Hay muchas burocracias y las conocemos
desde hace tiempo; puedo mencionar a la burocracia sindical, a la burocracia
política, a la burocracia de la Administración Pública y a la burocracia
empresarial. Pensemos entre todos cómo haremos esto, porque el mundo no nos
cree. La sociedad está agotada, está
harta de gestos que no encuentra, está cansada de que no le pongamos un
horizonte concreto. Nos hacemos cargo de lo que nos toca porque no supimos
explicar la dimensión del problema, pero ustedes en alguna medida lo reconocen
ahora y necesitan de estas leyes para continuar.
A falta
del IFE 4 y frente a una reforma previsional, esto no nos va a llenar el
corazón, las banderas ni nada, sino que nos generará un problema mucho más
grande que ojalá evitemos. Siempre estaremos acá dispuestos, no a subir
impuestos, sino para pensar cómo desburocratizamos este país que no sale
adelante hace demasiados años. Tenemos que encontrarle todos juntos una salida
a la Argentina. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Moreau).- Gracias, señor diputado.
Tiene
la palabra el señor diputado Suárez Lastra, por la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
Sr. Suárez Lastra.- Señora presidenta: la señora diputada
por Mendoza del bloque del Frente de Todos citó como ejemplo la política
tributaria a la que apeló el general San Martín en ocasión de ser gobernador de
su provincia para financiar a un ejército en crisis. A partir de allí, me quedó
absolutamente claro que enfrentamos problemas del siglo XXI con cabeza del
siglo XIX.
También
mencionó a Piketty, quien entre otras cosas sostiene ‑no inventó nada
porque los conceptos son del marxismo‑ que no hay que confundir el
patrimonio con el ingreso. Además, una cosa es el stock y otra el flujo y a
efectos de evaluar la riqueza –sobre todo en un momento en que ésta evoluciona
de la manera en que evoluciona la producción de la riqueza y la productividad
como ocurre actualmente‑ no se puede pensar en hacer justicia y equidad
gravando exclusivamente patrimonios sin tener en cuenta ni siquiera el
patrimonio neto, o sea sin la reducción de los pasivos, cuando además la
economía Argentina arrastra una pérdida de rentabilidad de varias décadas.
Frente a la situación que vivimos, nos han dicho que este impuesto alcanzará a
nueve mil personas. Supongamos que sean quince o tal vez veinte mil. ¿No hay
nadie más a quien apelar para que haga un esfuerzo en las circunstancias
actuales? ¿No hay flujos de dinero,
inversiones o lugares donde buscar recursos para financiar al sector público en
esta emergencia?
Acá ha
habido pereza intelectual, ha habido pereza política para ponerse a trabajar y
ha habido falta de eficacia; esto era urgente y necesario. Como venía la
pandemia teníamos miedo a la cola de muertos en los hospitales. Pasaron siete
meses desde que empezaron a encontrar esta fuente de financiamiento. ¡Miren si
la sociedad argentina hubiera esperado a que esto estuviera resuelto para
encarar la situación y realizar importantes inversiones en materia de salud
pública, como bien se ha dicho acá!
Por
eso, me parece que lo más notable que sucede no solo es que se trata de una
mala ley –sobre lo cual no diré nada porque se ha dicho mucho y muy bien en
este recinto‑ sino que es una pésima decisión de política económica.
La
Argentina tiene que hacer un enorme esfuerzo de convocatoria a sus sectores
productivos porque estamos frente a esta pandemia que, a pesar de las
incertidumbres, miedos y perplejidades, nos genera una oportunidad. El mundo
demanda lo que producimos; tenemos un paquete productivo con condiciones de
generar riqueza y desempeño. No me refiero solo al polo agroexportador, sino
también a la economía del conocimiento, a la minería, a los sectores
productivos medios de servicios y al turismo. El país tiene una enorme riqueza
potencial, pero sobre todo tiene 400 mil millones de dólares en manos de
argentinos, de los cuales un 65 o 70 por ciento son prácticamente líquidos.
Muchas veces en la historia los titulares de esos fondos respondieron a los
estímulos de un país que alienta el trabajo, que da certeza jurídica y que
propone caminos para el desarrollo y estarían dispuestos a aportarlos. Pero lo
que estamos haciendo acá con esta mala decisión de política económica, que es
ineficiente e inequitativa en lo que hace a la recaudación, es alejar las
posibilidades de inversión en la Argentina, que es el único camino que tenemos.
Hablamos
de injustica. Tengan ustedes la bandera que quieran. Hoy es el día de la
militancia. Festéjenlo. Se lo merecen porque han hecho un enorme esfuerzo. Pero
que no sea esta mala ley y esta mala decisión política la excusa para pasarla
bien cuando estamos pasándola tan mal, porque va a haber que seguir enfrentando
problemas muy difíciles. Las fuerzas políticas de este Congreso están
dispuestas a trabajar con ustedes sobre todos los problemas que se vienen. Pero
ustedes decidieron que esto no se modificaba. Ustedes quieren hacer esta ley
horrible y quieren quedar como los abanderados de los pobres, dejándonos a
nosotros como los abanderados de los ricos. Pero el que se perjudica es el
pueblo argentino, por los meses que demoraron y porque no hubo ninguna
intencionalidad de dar una respuesta favorable frente a la emergencia.
No me
quiero exceder en el tiempo porque quiero ir al centro de mi planteo. Se trata
de una mala decisión de política económica porque separa a los argentinos que
tenemos vocación de llevar adelante a este país. Es una pésima decisión y ojalá
no encuentren los votos suficientes para aprobarla. Si hoy ustedes fracasan, va
a ganar el pueblo argentino y su posibilidad de crecimiento. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Moreau).- Aprovecho para transmitirle al
diputado Suárez Lastra nuestro repudio al escrache convocado en su domicilio
hace unos días. Estas acciones son siempre repudiables, sean de quien sean y
vengan de donde vengan. (Aplausos.)
Tiene
la palabra el señor diputado Juez, por Córdoba.
Sr. Juez.- Señora presidenta: los dos miembros de
nuestro interbloque que me antecedieron en el uso de la palabra son
especialistas en materia impositiva y han planteado con claridad los parámetros
que indican que este es un impuesto y no una contribución. Ninguna contribución
se consigue poniéndole a alguien una pistola en la cabeza. Mis compañeros lo
han planteado con absoluta inteligencia y me eximen de tener que ahondar en la
cuestión.
Quiero
ser muy respetuoso. Como decía el diputado preopinante, Facundo Suárez Lastra,
tengo la sensación de que ustedes saben que se trata de una mala ley y que no
van a recaudar una moneda, pero no les importa. Saben que esto se va a
judicializar y va a ser terrible. Seguramente mañana tendré a varios colegios
de abogados escrachándome en la puerta de mi casa. Se van a hacer ricos
solamente los abogados y los contadores, porque claramente esto va a terminar
en una terrible ola de litigios. Pero es claro que cuando todo termine en
la Corte, dentro de tres o cuatro años, la culpa va a ser de los jueces
apátridas que están en contra de los intereses populares. En ese caso, ustedes
van a convocar al pueblo en otro 17 de noviembre para explicar que fue la Corte
la que les cagó los recursos que ustedes necesitaban durante la pandemia.
Ustedes
saben que es una mala ley. Saben que esta no es la forma que tiene el Estado
para recaudar en medio de la situación de emergencia y angustia que está
pasando todo el mundo. Podríamos haber sido más inteligentes. Quiero tomar otra
palabra de Suárez Lastra: también han sido perezosos. Fueron perezosos al ir al
interior a consultar a esas 10.000 personas. Porque no es un problema de
cantidad. No importa si son 10.000 o 10 millones. Lo que es malo es malo. Y
esta ley es mala para 10.000 o para 10 millones.
A mí no
me van a correr con eso de que represento los intereses concentrados. No. Yo
soy un militante. Lo digo hoy que es 17 de noviembre. Hace treinta y cinco
años que milito. No tengo un solo amigo que defender con 200 millones de pesos,
porque no tengo amigos así. No milito en ninguna organización que esté
integrada por personas con 200 palos. Así que no me miren como vocero de ningún
sector concentrado de la riqueza. Simplemente, considero que se trata de una
pésima ley.
La
gente tiene necesidades. Si hubiésemos ido a preguntarles a los titulares de
estos recursos económicos sobre cómo podrían contribuir en el medio de la
pandemia, si nos hubiese importado salir de la pereza para ponernos a pensar en
la gente, si es cierto que el destino de estos recursos es para paliar la
situación conflictiva que estuvo viviendo la Argentina en estos últimos nueve
meses, haríamos todo lo contrario de lo que vamos a hacer. Pero, claro, acá lo
que importa es el discurso y la épica. Pareciera que estamos todos bajando de
Sierra Maestra con una boina, un vaso de ron y un habano para hacer la
revolución porque le metimos la mano en el bolso a los grupos concentrados de
la riqueza.
Pero no
vamos a juntar una moneda, presidenta. Cuando pase esta primera vuelta de
pandemia, va a venir la segunda vuelta, tal como ya ocurrió en el mundo. Vamos
a ver cómo amagamos, porque ahora dicen que esto es por única vez, pero
seguramente ya estarán pensando que vendrá otro 17 de noviembre para ver qué
hacemos. Le vamos a tomar el pelo a la gente.
Pero lo
que importa es el discurso. Tengo que reconocer que después de Spielberg no he
visto gente que genere efectos especiales más inteligentes que muchos de
ustedes. Son brillantes e inteligentísimos. Es tanto el dolor que aparece la
pregunta de cómo te vas a oponer a esto. Mi celular salta permanente con
llamados de amigos que me dicen: “Juez, ¿cómo te vas a oponer si esto lo va a
pagar un grupito muy reducido?”. No lo va a pagar nadie, presidenta. Usted lo
sabe. Sabe también que estamos usando el dolor de la gente de estos últimos
nueve meses. Todos tenemos amigos que la han pasado muy mal y otros que ni
siquiera la pueden contar.
Recién
arranca la sesión. Vamos a estar toda la noche escuchando palabras maravillosas
como “solidaridad”. Nos vamos a llenar la boca con palabras como “solidaridad”,
“contribuciones”, “aportes” y “generosidad”. ¿Cuál fue la nuestra, presidenta?
Con la mano en le corazón, dígame: ¿cuál fue la mía, la suya o la nuestra como
diputados de la Nación? ¿Cuál fue nuestra generosidad en medio de estos nueve
meses de angustia para con el resto del pueblo argentino? ¿Cuál fue nuestra
solidaridad? ¿Cuál fue nuestra contribución? ¿A dónde está nuestra reducción de
dieta? ¿En qué contribuimos? Pero, claro, ese grupo concentrado de la riqueza
tiene que contribuir. Nosotros no tenemos que hacerlo porque somos
diputados del pueblo. Ahí es donde la doble vara es jodida, presidenta. Ahí es
donde la gente nos pica el boleto y dice: “Nos volvieron a tomar el pelo”.
Señora
presidenta: tengo la certeza de que no vamos a recaudar una moneda. Pero eso a
ustedes no les interesa. Lo cierto es que hoy, 17 de noviembre, ustedes van a
festejar junto con la militancia con un discurso encendido que dirá que metimos
la mano en el bolso de los grupos concentrados. Sin embargo, la recaudación
será igual a cero. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra la señora
diputada Najul.
- Luego de unos instantes.
Sra. Presidenta (Moreau).- En este momento la diputada
Najul tiene problemas con el micrófono. Vamos a continuar con la lista de
oradores y, cuando la diputada resuelva el problema, volveremos a darle la
palabra.
Tiene
la palabra la señora diputada Campagnoli, por Buenos Aires.
Sra. Campagnoli.- Señora presidenta: me sumo a muchos de
los argumentos que he escuchado y que no quisiera repetir. Es hora de que
empecemos a darle valor a la verdad y usemos las palabras por lo que ellas
significan. Esto no es un aporte solidario porque la solidaridad no es
compulsiva, sino que es un impuesto al sector productivo. Por lo tanto, es
inconstitucional y confiscatorio. Lo único que va a hacer crecer es una
cantidad grande de amparos en la Justicia. Es lo único que vamos a lograr con
esto.
Evidentemente,
estamos ante un discurso demagógico para la tribuna estudiantil y la
militancia. Este impuesto no va a hacer lo que muchos piensan, que es afectar a
ese rico chupasangre que todo el mundo odia. Por el contrario, va a afectar a
la tallerista que quiso endeudarse para invertir y comprar más maquinaria, o al
chacarero que tiene 80 hectáreas en la provincia de Buenos Aires y seguramente
se endeudó comprando una cosechadora o una sembradora.
En un
país donde la vicepresidenta pretende no pagar ganancias por su abultadísima
pensión vitalicia de más de 400.000 pesos, donde se ajusta a los jubilados año
tras año, donde las empresas y las pymes en un año durísimo han tenido que
cerrar y donde el desempleo no ha hecho más que crecer, ¿vamos a seguir combatiendo
al capital? El capital es el único que va a poder hacernos salir de esta
situación generando riqueza y puestos de trabajo, que son tan necesarios para
que el país salga adelante y podamos salir de la pobreza.
La
riqueza hay que crearla y no podarla. Con esto lo que estamos haciendo es
podarla. Estos son manotazos de ahogado sin tener en cuenta una reforma
tributaria integral ni un estudio profundo del déficit fiscal. Como
decía antes, la tallerista seguramente se endeudó. Estamos gravando los activos
sin tener en cuenta el pasivo que tienen muchos de aquellos a los que hoy
estamos gravando con este impuesto.
Hoy urgen las inversiones. Los países que prosperan lo
hacen porque promueven la innovación, el mérito, se premia el trabajo, se
premia el respeto a la ley, a las inversiones, donde la tolerancia a la
inconducta de los funcionarios es nula, donde la impunidad no existe. Por eso,
ellos tienen opulencia, bienestar y más equidad social. Nosotros estamos muy
lejos de eso; nosotros no cumplimos con ninguno de estos parámetros que acabo
de nombrar. Así es que nosotros tenemos injusticia, corrupción, barrios de
emergencia y planes sociales en vez de trabajo.
¿No hay otras alternativas? Algunos hablaban de la falta de
creatividad para investigar otras posibilidades. Como bien citó la diputada
Frade, la UIF ‑la Unidad de Investigación Financiera‑ tiene
embargados en causas de narcotráfico, contrabando, crimen organizado y
corrupción, para ser exacta, la cifra de 623.000 millones de pesos; más del
doble de lo que se pretende recaudar con este impuesto. ¿No valía la pena ver
qué se podía hacer con esos bienes embargados que hay?
Hoy, este gobierno de científicos, qué fracasó en salud,
que fracasó en estadísticas, que fracasó en el trabajo, que fracasó en
economía, que fracasó en educación, que fracasó en vivienda, en previsión,
pretende que volvamos a seguir fracasando creando un impuesto que lo único que
va hacer es ahuyentar al capital.
Por eso, el ajuste que dicen que no lo van a pagar los más
humildes ya lo están pagando los más humildes. Los niños que no pudieron
conectarse a las clases remotas fueron los más humildes; los que van a colegios
privados, en su mayoría, pudieron tener clase. Entonces, con esto seguimos
ahondando la grieta entre los más humildes. Lo que van a lograr es que no
tengan trabajo a futuro. Yo sé que tal vez están emocionados con lograr la
sanción de esta ley, pero, ojo, señora presidenta, que puede ser pan para hoy
pero hambre para mañana. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Moreau).- Me dicen que está resuelto el
conflicto la diputada Najul. Ahí la veo, pero no se la escucha. Mientras sigue
conectada con la mesa de enlace, seguimos con la lista de oradores.
Tiene la palabra el señor diputado Orrego, por San Juan.
Sr. Orrego.- Señora presidenta: hoy la Argentina cuenta
con 160 impuestos. Un poco más todavía: son 166 impuestos. La verdad es que
tenemos una enorme presión tributaria y el gobierno nacional en vez de generar
políticas públicas tendientes a generar mejor y mayor producción, mejor y mayor
trabajo y además ser competitivos en los mercados del mundo, lo que hacemos es
todo lo contrario. Para producir se necesita confianza y la confianza se gana
en gramos y se pierde en kilos.
En este último tiempo, el gobierno ha generado muchas
contradicciones. No ha inspirado confianza. Por un lado, dicen que hay que
mejorar las exportaciones, pero, por otro lado, endurecemos el cepo; prometen y
dicen que van a mejorar la seguridad y tenemos usurpaciones y todavía sigue
liberando presos; dicen que van a mejorar el sector turístico y el presidente
ha vetado parcialmente esta ley, por lo tanto hay sectores que no se van a
poder financiar; generan el impuesto PAIS y no es coparticipable. En
definitiva, no inspiran confianza.
Voy a decir una verdad de Perogrullo. Gobernar es
administrar prioridades y las prioridades del gobierno no son las prioridades
que tiene la gente. Las prioridades que debe tener el gobierno son aquellas por
las cuales muchas familias pasan un enorme dolor por no saber lo que va a
pasar. Vivimos en una incertidumbre sanitaria, vivimos en una incertidumbre
económica y, además, le vamos a sumar una incertidumbre institucional, porque
el gobierno está poniendo el foco a la reforma judicial, que más que una
reforma judicial es una reforma política.
En definitiva, yo creo que las prioridades tienen que estar
puestas, obviamente, en la salud, en la economía, pero también en aquellos que
más lo precisan, es decir, en nuestros niños, en nuestros jóvenes, pero vemos
las partidas de este último presupuesto, y las que tienen que ver con los
programas de la infancia, han bajado. Además, también la prioridad tiene que
estar puesta en nuestros jubilados, quienes, lamentablemente, con en esta nueva
fórmula que ha aplicado el gobierno van a perder recursos.
Por último, no me quiero olvidar de algo tan importante que
son las pymes. Las pymes cumplen una función muy importante en la Argentina. En
nuestro país tenemos 856.000 empresas en general, y de esa cantidad el 98 por
ciento son pymes; y de ese 98 por ciento el 83 por ciento son microempresas, es
decir, un almacenero, un kiosco. Son muchísimas las empresas que,
lamentablemente, en la Argentina han bajado las persianas, inclusive, quizás,
para no levantarlas nunca más. Ya van más de 40.000.
Entonces, yo creo que hoy en la Argentina tenemos dos
posibilidades para salir de esta crisis.
Evidentemente una de ellas es mejorar el consumo interno, materia
difícil en estos tiempos, porque los salarios están resentidos y la inflación
golpea La otra posibilidad es fomentar
el comercio exterior que, claramente, es una necesidad para que entren divisas
y tengamos oportunidades.
Por último, quiero terminar el discurso con ojos de futuro,
por llamarlo de alguna manera. Esperemos que pronto dispongamos de la vacuna
contra Covid‑19 y también esperemos que pronto dispongamos de una vacuna
para mejorar la economía en la Argentina. En estos tiempos, a la gente ya no le
interesa si el gato es blanco o negro, sino que cace ratones; es decir que
resuelva los problemas que la gente sola no puede resolver.
Por eso, es que quiero pensar que entre todos los que
estamos en este recinto en un futuro podamos trabajar en un plan, junto con el
gobierno de pospandemia, para tener la Argentina en la que valga la pena vivir,
donde valga la pena invertir y en donde cada uno de los argentinos se sienta
parte.
Sra. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra la señora
diputada Najul, por Mendoza.
Sra. Najul.- Señora presidenta: el proyecto que
consideramos hoy creo que nació mal y va a terminar peor.
Lo que comenzó hace meses como un gesto más para la
tribuna, como una maniobra más de distracción, otra más de las tantas a las que
nos tiene acostumbrados el oficialismo, hoy está llegando a esta Cámara de
Diputados. Todos los que somos parte de este cuerpo sabemos que en nuestra
labor parlamentaria convivimos con errores y eso exige de nosotros un gran
control de cada iniciativa, de cada despacho, de cada proyecto. El ejemplo es
el presupuesto que hoy tuvimos que volver a votar. Pero el aporte solidario o
impuesto a la riqueza ‑o como quieran llamarlo‑ va más allá; creo
que está cruzado de inconsistencias desde el principio hasta el final.
El proyecto en sí mismo es un error; está mal planteado, no
se han evaluado, ni siquiera superficialmente, las consecuencias legales,
políticas y económicas que puede tener. En el plano judicial, sin duda, abre
dos frentes que van a confluir, más tarde o más temprano, en la declaración de
inconstitucionalidad de este nuevo impuesto, como ya mencionaron también los
diputados del interbloque que me antecedieron.
Por otro lado, pasan por alto también Bienes Personales y
está gravando los mismos bienes que alcanza este nuevo aporte.
Por su parte, nuestra Constitución, al proteger el derecho
de propiedad, prohíbe los impuestos confiscatorios, es decir, aquellos tributos
que reducen considerablemente el patrimonio de los ciudadanos. Por su parte, este nuevo impuesto
lesiona también los principios constitucionales de igualdad, no discriminación,
capacidad contributiva, inviolabilidad de la propiedad privada,
irretroactividad impositiva. Deja abierta la posibilidad de gravar bienes de
los cuales el contribuyente ya se ha desapoderado. Esto es inquietante.
Pero,
sin duda, el aspecto más preocupante es el económico productivo. Estamos
frustrando el proyecto antes de ponerlo en funcionamiento. ¿Cuántas veces hemos
dicho ‑en las comisiones, en las sesiones, en los medios, en los actos,
en las reuniones con la gente‑ que sin inversiones no habrá desarrollo?
Tengan por seguro que avanzar con esta iniciativa alimenta la desconfianza en
el país, en su marco legal, en su perspectiva de futuro.
Les
estamos cerrando la puerta a las inversiones genuinas que necesitamos más que
nunca para ampliar nuestra capacidad productiva, para generar trabajo.
Y, si
de coherencia hablamos, ¿cuál es el incentivo de blanquear fondos para la
construcción si, al mismo tiempo, se aumenta el pago en bienes personales y, de
buenas a primeras, creamos un impuesto confiscatorio que promete a los sujetos
alcanzados un desfile eterno por tribunales? A los mismos que les piden que
inviertan en un rubro fundamental para el país les demuestran que confiar en la
Argentina no tiene sentido.
Mi
intervención, al igual que la de tantos otros legisladores, tiene un final
cantado. Mientras no haya voluntad de discutir seria y responsablemente la
política tributaria argentina en el marco de un nuevo pacto federal, la
acumulación de estos parches impositivos, contradictorios entre sí, jamás nos
llevará a buen puerto. Si a esto le sumamos el deseo explícito del kirchnerismo
de asustar a inversores y de castigar a los que producen, tenemos cartón lleno.
Señora
presidenta: ¿este impuesto mejora la situación de un país que está en el
naufragio casi total, en una crisis casi absoluta luego de la cuarentena eterna
que hemos tenido ‑la más larga del mundo‑? No. ¿Empeora las
expectativas de futuro de un país que necesita inversiones fuertes de bienes de
capital y formalizar el mercado laboral, que tiene índices de informalidad
superiores al 50 por ciento? Sí, las empeora.
La
realidad se lleva puesto al relato, señora presidenta. Hablan como progresistas
emancipadores, pero legislan como conservadores rancios. Defienden un régimen
impositivo regresivo, la concentración de recursos en el Ejecutivo, la
discriminación de las provincias.
Piden
esfuerzos adicionales sin analizar en qué gasta la plata el Estado. Mientras
acorralan al sector privado con un impuesto improcedente, manejan el Estado con
opacidad y eluden la rendición de cuentas.
Hoy se
van a ganar la aprobación de los aplaudidores seriales, de los convencidos,
pero, a costa de ello, seguiremos dividiendo aún más al país, alejándonos de la
gente, hipotecando el futuro de los más chicos. Esto, si no es populismo
tributario, ¿qué es?
Sra. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra el señor diputado Cano,
por Tucumán.
Sr. Cano.- Señora presidenta: uno de los efectos negativos que
tendrá la iniciativa en consideración es que profundizará la pérdida de la
escasa credibilidad que tenemos como país para atraer inversiones ‑tanto
nacionales como extranjeras‑ que generen trabajo y recuperación de la
economía.
La
construcción de un relato, de algo épico, que tiene que ver con supuestas
sesiones de acontecimientos históricos que marcarán un antes y un después,
seguramente sirva para consolidar el populismo, pero de ninguna manera para
resolver los problemas que se dice resolver. En un presupuesto de más de 8.300.000.000.000
pesos, la creación de este impuesto ‑que supone una recaudación de
200.000 millones de pesos‑ no resolverá ningún problema estructural de
los que hoy tiene la Argentina.
En los
últimos doce meses, según los datos oficiales del INDEC, la Canasta Básica
Alimentaria aumentó un 45,8 por ciento. Hoy una familia, para no caer debajo de
la línea de pobreza, necesita casi 50.000 pesos de ingresos mensuales. Esta es
la realidad que hoy interpela a toda la dirigencia política.
Con
esta iniciativa va a pasar lo que ocurrió con el tratamiento de tantas otras.
Hace unos días se cumplieron diez años de la sanción de la Ley Nacional de
Salud Mental, que en su momento acompañamos ‑me tocaba presidir en ese
entonces la Comisión de Salud del Senado. Pasaron diez años y no se cumple con
la asignación del presupuesto que la ley dispone. No solo no se modificaron
ninguna de las cuestiones relacionadas con la salud mental en la Argentina,
sino que diría que, en estos últimos años, la crisis en ese ámbito se ha profundizado.
También
es responsabilidad del Congreso hacer un seguimiento de las leyes que votamos.
Si esta ley finalmente se aprueba, no resolverá absolutamente nada. No escuché
a ningún sector de la economía nacional ‑incluso que apoye a este
gobierno‑ que se haya manifestado a favor de la sanción de esta norma.
Decía
ayer un dirigente: “Hoy me preguntaron sobre el impuesto a la riqueza. Esto
está mal, está técnicamente mal. No podés cobrar sobre el stock. Si vos
tenés cien departamentos y los tenés todos vacíos, ¿cómo vas a pagar el
impuesto? ¿Qué vas a hacer? ¿Desarmar las mesadas, sacar el inodoro, vender los
departamentos? El impuesto es sobre el flujo, sobre la ganancia que esa
propiedad genera. Si te molesta el stock, entonces llamalo
‘expropiación’, que es lo que corresponde”.
¿Qué
diría Pagani si le preguntaran qué piensa de esta norma? La Serenísima acaba de
perder más de mil millones de pesos. ¿Qué diría un empresario con 200
empleados?: “¿Qué querés que haga para pagar este impuesto? ¿Qué querés que
venda; la máquina? ¿Qué querés que haga; que baje la materia prima?” Ayer,
Guillermo Moreno se refería a esto en una entrevista televisiva que le
hicieron.
Como
bien se ha dicho hoy ‑por ejemplo, los diputados Laspina, Pastori, Camaño‑,
esta iniciativa provocará que se vaya directamente a una judicialización, ya
que implica una doble imposición, es confiscatoria y grava el patrimonio de
empresas o empresarios.
El
Estado, por su parte, muestra una enorme contradicción. Asistió con los
denominados ATP a muchas empresas debido a que la pandemia profundizó la crisis
económica que teníamos. Hoy vamos a gravar con un impuesto a la riqueza a los
titulares de esas mismas empresas.
Le
vamos a poner un impuesto a una empresa de transportes que está facturando el
70 por ciento de los que facturaba en épocas normales y que tiene su patrimonio
en sus unidades, colectivos y talleres. Es un golpe mortal a la situación
económica que atraviesan las empresas que nosotros necesitamos que dinamicen la
economía, que inviertan. Me parece que aumentar los impuestos ‑que de por
sí ya son exorbitantes en la Argentina‑, en pleno proceso de recesión, es
una política que no le dará resultado a este gobierno, al igual que tampoco se
lo dio a otros gobiernos.
Tal
como lo hemos discutido en la Comisión de Presupuesto y Hacienda ‑escuché
al senador Lousteau también referirse a los temas que la política no quiere
discutir‑, hay distintas cuestiones pendientes de debate, como por
ejemplo los gastos tributarios: 1 billón de pesos; los impuestos discrecionales
o distintos; las ganancias que hoy no pagan los jueces: 41.000 millones de
pesos; el déficit de las empresas públicas ‑en Río Turbio se han
invertido 5.000 millones de dólares en veinte años, y este año en el
presupuesto se prevén 10.000 millones de pesos más para paliar el déficit que
tiene‑; el gasto de la política.
Con
respecto al gasto de la política, no me refiero al presupuesto de este Congreso
de la Nación. Si bien muchas veces se pone el foco en el presupuesto del
Congreso, hay legislaturas provinciales que tienen prácticamente el mismo
presupuesto de esta Cámara de Diputados.
Creo
que si no somos disruptivos, si la pandemia no interpela a toda la clase
política a tomar medidas disruptivas y seguimos construyendo discursos épicos
que no van a resolver los problemas de la Argentina, estamos perdiendo una
enorme oportunidad.
El
presidente dijo que iba a convocar a un consejo político, económico y social
donde podamos empezar a discutir los problemas estructurales que tenemos como
país. Ese es el único camino que nos queda para recuperar la economía en la
Argentina, para generar trabajo y darles una posibilidad a miles de argentinos
que hoy siguen viviendo en la pobreza. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra el señor diputado Asseff,
por Buenos Aires.
Sr. Asseff.- Señora presidenta: el Poder Ejecutivo y su
correlato legislativo en esta Cámara están hoy regocijados, gozosos pues se
encuentran combatiendo al capital, es decir, todo lo contrario de lo que la
enflaquecida y famélica economía argentina necesita. Creen que están siendo
épicos, justos y reparadores con los que menos tienen, es decir, los
desposeídos. Por eso, titularon este
proyecto -pomposamente- con el nombre de Solidario. Pero lamento decirles que
están errados. Esta iniciativa es arcaica, antiprogreso, descapitalizadora,
centralista, tiene una doble imposición inconstitucional y es francamente
confiscatoria.
Además,
es empobrecedora porque los efectos serán todo lo contrario de lo que dicen
esperar. A lo sumo será un poco de pan, casi un mendrugo para hoy y más hambre
y pobreza para mañana. El nuevo impuesto además de subir la presión tributaria
-de por sí insoportable si se quiere sanear la economía- desestimulará futuras
inversiones y, peor aún, va a fogonear la fuga de capitales y no se van a
incentivar las inversiones, tal como enseña el ABC de la materia.
Hace
tiempo que se sabe, y yo lo vi en la Facultad, auxiliado por esa obra maestra
de la economía política: el libro Curso de Economía Moderna de Paul
Samuelson. Más impuestos ahuyentan a los inversores y a los emprendedores.
Además, se agrava el cuadro por el cambio de las reglas, es decir, otra vuelta
de tuerca para la tóxica inseguridad jurídica que espanta al capital de riesgo.
Ese era el pensamiento de este Nobel de Economía. Hablamos de ideas viejas y
fracasadas, desgraciadamente vigentes y
por eso así estamos.
El
oficialismo persiste en no ponerse al día, sigue empecinado en ignorar que en
noviembre de 1989 -hace 31 años- se cayó con estrépito mundial el Muro de
Berlín. Con ello se patentizó que el
combate al capital y el socialismo extremista y estatizante fueron y son un
fracaso. Votaré en contra porque apuesto al progreso, a las inversiones
creadoras de trabajo y productora de bienes y servicios. Apuesto a que nuestros
jóvenes tengan porvenir en “su” y en “nuestro” país. Votaré negativamente con
la convicción de que combatiendo al capital hemos forjado el milagro al revés
más resonante del planeta. Me refiero a uno de los países mejor dotados en
recursos humanos y materiales con casi un 50 por ciento de pobres en proceso
decadente que augura una movilidad social descendente, única en toda la Tierra.
Será un voto negativo, pero afirmativo de que existe otro camino: el
capitalismo moderno, regulado suave e inteligentemente por un buen Estado. En
nombre del progreso, de los emprendedores, de las clases medias, de los
trabajadores y de los que aspiran a serlo, y de los jóvenes, votaré en contra
de este anacrónico proyecto y en favor del futuro, hoy plagado de sombras.
Por
otro lado, no es razonable que se anuncie una reforma tributaria, pero se ponga
a consideración un proyecto aislado. Esto se llama, literalmente,
improvisación. Le decimos no al populismo tributario, no al pobrismo; le
decimos sí a la prosperidad general.
Señora
presidenta: ya lo han expresado muy bien las diputadas Frade, Campagnoli y
otros legisladores preopinantes de nuestro interbloque. ¿Por qué no se impulsa la extinción de
dominio donde hay 623 mil millones y quizás más, si se profundizan las
investigaciones judiciales, y se querella a los corruptos, a los que cometen
delitos económicos? De esta manera, se obtendría más del triple de lo que se
podría recaudar con este impuesto.
Considero
que hay que crear riqueza, pero no más impuestos. Con más impuestos no se crea
riqueza. Estoy absolutamente convencido de que hay otro camino. Por eso vamos a
optar por sostener otro camino y hacerlo con mucha convicción y empeño. Quiero
decir finalmente que yo no defiendo a un porcentaje mínimo de la población. Estoy
convencido de que estoy defendiendo el futuro de 46 millones de compatriotas.
Sra. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra el señor diputado Flores,
por Buenos Aires.
Sr. Flores.- Señora presidenta: debatir este proyecto de aporte
solidario y extraordinario a las grandes fortunas suena muy bien; son palabras
hermosas y hasta podríamos decir que detrás de esta iniciativa existe una causa
noble. ¿Quién podría estar en desacuerdo en que el que más tiene debe aportar
en beneficio de la sociedad en un momento tan difícil como el que están pasando
las familias argentinas después de la pandemia? Creo que nadie. Pero esta idea
no es nueva, porque la están aplicando desde hace mucho tiempo. La sociedad
productiva, es decir, este sector que produce bienes y crea riqueza en el país,
nos viene diciendo algo en forma permanente que uno de los problemas para
producir más riqueza tiene que ver con el agobio que viene de parte del Estado
a través de las cargas impositivas. Eso es lo que está en discusión. Por lo
tanto, este proyecto que aparece como una causa noble, detrás y en el fondo,
tiene connotaciones perversas. No se
puede utilizar las necesidades de la gente en una situación difícil y de mucho
dolor por la pérdida del trabajo y de las changas. Esto ha hecho que las
familias sufran. Hoy, con la noticia de
que van a sacar el IFE, estamos viendo que estos sectores populares van a tener
más sufrimiento todavía.
En los
años 2001 y 2002 la Argentina sufrió las consecuencias de una crisis brutal
donde muchos perdieron todo. Muchas personas perdieron el trabajo. En ese
momento, en el que se evidenció que la Argentina podía fundirse, hubo un sector
de la sociedad que aportó solidariamente. Me refiero al sector agropecuario. Le
dijeron que con el impuesto a las retenciones podían ser solidarios y que su
aplicación era extraordinaria y por única vez. Se les dijo que, una vez que la
Argentina saliera de la crisis, dicho impuesto se eliminaría. Sin embargo, veinte
años después, los productores agropecuarios siguen pagando retenciones. Allá
por el año 2008 se puso en vilo al país cuando la aplicación de esas
retenciones estaba fuera de lugar. Eso era algo exorbitante. La voracidad del
Estado puso en tensión al país y hoy, si no tenemos en cuenta toda esta
situación, vamos a pasar por momentos parecidos.
Hoy
aparece la necesidad y la solidaridad. Esto lo pudimos comprobar en estas
últimas semanas y meses. Quienes trabajamos en los barrios carenciados hemos
visto que, ante la necesidad de la
población, las empresas hicieron un programa a través del cual un millón de
cajas de alimentos fueron repartidos sin clientelismo político. Y yo creo que
ese es el camino. Este proyecto nos dice que se pueden recaudar 300.000
millones de pesos. Pero como decían las diputadas Frade y Campagnoli, al igual
que otros diputados, si recuperamos lo robado se puede recaudar el doble de esa
cifra. Entonces, ¿por qué no hacemos eso?
Voy a
citar una frase textual del presidente de la Cámara, de febrero de 2016. Decía
el diputado Sergio Massa a un medio nacional: “Argentina necesita la ley de
extinción de dominio para recuperar los bienes de los que afanaron y se
hicieron ricos robándole la plata del Estado a los argentinos.”
Esto lo
suscribo con las dos manos. Creo que el presidente de la Cámara debe tomar ese
camino. Ese es el camino más importante para tener el dinero que se necesita
para empezar a recuperar el proceso productivo en el país. Entonces, no permitamos
que las diferencias nos sigan haciendo desaprovechar esta oportunidad.
Por
último, quiero reivindicar la labor de algunos que estuvieron trabajando, como
las diputadas Zuvic, Stilman y Oliveto Lago, quienes han tenido la valentía de
llevar adelante la propuesta de los juicios para recuperar lo robado.
En este
tiempo difícil, en el que muchos promueven el caos, nosotros no debemos avalar
la idea de que cuando se está peor, es mejor. En este sentido, quiero también
reivindicar a la ex diputada Carrió, quien fue parte de ese proceso que se
llevó a cabo para recuperar lo robado, y porque quiere mantener la paz entre
los argentinos.
Esta es
una gran oportunidad para repensar todo, y comenzar a pensar en el país y no en
los intereses particulares. (Aplausos.)
Sr. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra el señor diputado
Benedetti, por Entre Ríos.
Sr. Benedetti.- Señora presidenta: a pesar del nombre épico y
romántico que le han dado a esta iniciativa, no cabe ninguna duda -como bien se
ha dicho- de que estamos en presencia de un nuevo impuesto.
Cada
vez que se sanciona un nuevo impuesto en la República Argentina, este viene
para quedarse. Sobran ejemplos de casos como este, que fueron “por única vez”.
Tenemos el primer ejemplo en 1932, cuando por única vez se instauró el impuesto
a las ganancias; tenemos el caso de 1995, cuando se aumentó en 3 puntos la
alícuota del IVA “solo por un año”, y tenemos otro caso más reciente, de 2001,
cuando supuestamente solo por un año se instauró el impuesto al cheque. Así que
estamos asistiendo a la creación de un impuesto que, con los mismos argumentos
que el oficialismo está esgrimiendo hoy, seguramente se intentará replicar en
años subsiguientes.
Digo
que es un muy mal impuesto, porque no es un gravamen que solo alcanzará a las
grandes fortunas: alcanzará también al capital de trabajo de muchísimos
propietarios de pymes, que dan empleo a lo largo y ancho del país.
El
diseño de este impuesto no distingue entre lo que es una inversión financiera
-es decir, tener depositados 3 o 5 millones de dólares- y lo que son
inversiones en una empresa que genera trabajo y actividad económica.
Tampoco
es cierto que se va a afectar solamente a 9.000 contribuyentes. Nosotros
recibimos esta información de los 9.000 contribuyentes de boca de la jefa de la
AFIP, que provino de la base de datos del cierre de 2018. Es decir, todavía no
estaban las presentaciones de 2019; esto tenía que ver con las presentaciones
de bienes personales.
El
impuesto sobre los bienes personales, sabiamente, dispone que los
contribuyentes no están obligados a informar los montos de lo que son inmuebles
rurales, que tienen su propio sistema tributario; tampoco las participaciones
en acciones y en pymes, porque estas también tienen su propia lógica de
tributación. Así que esto realmente va a generar muchísimos más contribuyentes
que estos 9.000 sobre los que se está especulando en este momento.
Como
bien se ha dicho acá, se trata de un impuesto confiscatorio, porque muchas
empresas que hoy están sufriendo dificultades van a tener que vender o
malvender parte de sus activos para poder hacer frente a esta obligación.
Aquí no
hubo una ingeniería que, en todo caso, plantee variantes o innovaciones. No
hubo ideas para avanzar sobre aquellos que realmente han evadido y que tienen
sus fortunas -esas sí que son fortunas- afectadas en paraísos fiscales.
Tampoco
se ha propuesto -como ocurrió en muchos países del mundo que se citan como
ejemplo para justificar la situación en la pandemia - alguna sobretasa a las
rentas o a impuestos que ya están vigentes en nuestro país.
Por
eso, no solo se trata de un impuesto confiscatorio, sino que también es una muy
mala señal hacia el futuro. Es una señal que desalienta y que trae enormes
preocupaciones a todos aquellos que pueden invertir en el país, generar
actividad económica y fundamentalmente puestos de trabajo.
En todo
caso, es un aliento más a todos aquellos que están mirando hacia el otro lado
del charco o hacia otros países para radicar sus domicilios fiscales en una
primera etapa, y luego radicar allí sus actividades, que son las que
verdaderamente importan, porque generan trabajo. Piensen que nuestro país
necesita el desarrollo de distintas actividades para tener trabajo genuino.
Por
último, quiero decir que este impuesto es pan para hoy y hambre para mañana.
Digo que es pan para hoy, porque con este número mayor de contribuyentes el
gobierno se va a sorprender y quizá se enamore de un tributo de estas
características, porque los argentinos harán el esfuerzo para poder pagarlo.
Pero también digo que es hambre para mañana porque esto significa desaliento,
menos inversiones y menos confianza para trabajar, producir y generar empleo en
la República Argentina. (Aplausos.)
Sr. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra el señor diputado Cacace,
por San Luis.
Sr. Cacace.- Señora presidenta: venimos escuchando en los
discursos de esta tarde que se habla del sistema tributario, y creo que nadie
en esta Cámara duda de que este requiere de una profunda reforma. Pero
ciertamente debemos debatirla en conjunto para darle una mayor progresividad al
sistema.
Es
escandaloso -y esto se ha visto a través de los distintos gobiernos- que el 10
por ciento más pobre de la población sea el que más contribuye al pago de
impuestos y el que menos participa en la distribución de la renta nacional.
Digo esto porque cuando hablamos de un sistema tributario progresivo debemos
hablar no solo de aquellos que deben pagar más impuestos, sino también de
aquellos que deben pagar menos.
Nuestro
principal impuesto en la Argentina es el impuesto al valor agregado, que es un
impuesto regresivo. En este sentido, así como otros destacaron el peso que
tienen los impuestos directos en la Argentina en relación con lo que contempla
la OCDE, debemos marcar que los impuestos al consumo en la Argentina son más
altos que el promedio de América Latina y de la OCDE.
Es por
eso que con un grupo de diputados de nuestro interbloque presentamos un
proyecto sobre devolución del IVA al 30 por ciento más pobre de la población…
Sr. Presidenta (Moreau).- Disculpe la interrupción, señor diputado.
La
Presidencia solicita a los señores diputados que guarden silencio a fin de que
podamos escuchar al orador.
Continúa
en el uso de la palabra el señor diputado Cacace, por San Luis.
Sr. Cacace.- El proyecto que mencionaba contempla especialmente
a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y a los jubilados que
perciben el haber mínimo. Tengamos presente que los jubilados hoy están
cobrando 18.000 pesos, mientras que la canasta básica del adulto mayor ronda
los 43.000 pesos mensuales, y necesitan de la decisión de todo el arco político
para recomponer sus haberes.
Dijo el presidente de la comisión que no eran
hinchas del déficit. Sin embargo, este es el año que tenemos el déficit más
alto en toda la región desde la recuperación democrática, y no es solo a partir
de la pandemia. Se trata del mayor crecimiento que ha habido del déficit
primario en toda América Latina, entre 2019 y 2020.
En este
sentido, observo algunas contradicciones entre el discurso y la práctica cuando
se afirma que no se realiza un ajuste, ya que sí ajusta a través del recorte
del gasto público en las jubilaciones, siendo que los adultos mayores conforman
el principal grupo de riesgo en la pandemia.
Por
otro lado, tal como lo marcó en su intervención por nuestro interbloque el
señor diputado Laspina cuando se refirió al dictamen, así como se ajusta el
gasto también es recurrente la suba de impuestos por parte de este gobierno.
Cabe precisar que, desde la sanción de la ley de emergencia económica, subieron
las retenciones, la tasa de estadística, los impuestos internos, se creó el
impuesto PAIS y también se incrementó el impuesto a los bienes personales en
relación con el cual ahora estamos discutiendo un tributo que le es
absolutamente análogo.
Han
pasado solo unos días desde que tratamos el proyecto de ley sobre el
presupuesto nacional para el ejercicio 2021 y allí se plasmó la suba de
impuestos, en particular, el incremento de los impuestos internos. Todo esto en
medio de un anuncio que vino a hacer el ministro de Economía de la Nación,
Martín Guzmán, en el que no dijo ni una palabra en referencia al impuesto a la
riqueza, aun ante las preguntas de los diputados, pero sí se refirió a la reforma
tributaria que enviaría su ministerio.
Señor
presidente: desde el oficialismo necesitamos señales claras. Estamos
discutiendo hoy este impuesto a la riqueza para que en una o dos semanas
tengamos una nueva suba de impuestos en la Argentina, pero esta vez no será
promovida por legisladores del oficialismo, sino por el ministro de Economía.
Consideramos,
y así lo han manifestado todos los que han intervenido por nuestro interbloque,
que cuando estamos en plena recesión económica, con una caída estrepitosa de la
economía, no es un buen momento para aumentar impuestos. Esto lo hemos
discutido en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, y hemos sugerido
alternativas.
En este
sentido, planteamos que la Argentina ya tiene un impuesto al patrimonio. No es
que no tengamos un impuesto sobre los bienes que tienen las personas, pues
existe el impuesto a los bienes personales sobre el cual se podía realizar una
reforma. De hecho, se había incrementado en 2019. En definitiva, se está
estableciendo una alícuota adicional al establecer este nuevo impuesto
extraordinario que, en algunos casos, llegaría a gravar el patrimonio hasta en
una alícuota del 7,5 por ciento.
No se
quiso ir por esa vía y se decidió dar una señal equivocada, que es la de sumar
a los 165 impuestos que existen en la Argentina, con 41 impuestos de orden
federal, la creación de un nuevo impuesto en el orden federal porque claramente
lo es, dado que cuando uno tiene que realizar un pago obligatoriamente no se lo
puede llamar aporte ni bono contribución, sino que es un impuesto.
En la
Comisión de Presupuesto y Hacienda también señalamos que no se puede hablar de
impuestos directos sin coparticipar a las provincias, pues así lo establece la
Constitución, sobre todo, teniendo en cuenta el propósito con el que está
discusión se originó en marzo o abril.
Considero
que si se busca una recaudación para financiar la pandemia hay que puntualizar
que hoy las provincias son las que realizan el mayor gasto en relación con el
pago de los salarios de los médicos, los profesionales, los técnicos de la
salud, los enfermeros y el mantenimiento de los hospitales. Sin embargo, con
este impuesto están decidiendo una asignación específica de la que ni un peso
va dirigido a los gobiernos provinciales y municipales.
En virtud
de ello, no apoyamos este proyecto, pero sí compartimos que se debe realizar
una reforma tributaria. Para ello estamos dispuestos a discutir la cuestión en
forma integral, pero no bajo el formato de este proyecto que hoy está
impulsando el oficialismo.
Sra. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra el señor diputado
Estévez, por Santa Fe.
Sr. Estévez.- Señora presidenta: desde el bloque socialista
acompañaremos este proyecto que establece un impuesto extraordinario, porque
estamos en una situación extraordinaria, dado que esta pandemia está haciendo
vivir al mundo situaciones con esas características.
Cabe
precisar que decisiones como estas también se están tomando en distintos países
del mundo y consideramos que son urgentes; no sabemos por qué se demoraron
tanto. Se trata de decisiones que tienen que ser parte de un plan que, en este
caso, brilla por su ausencia.
El
razonamiento es muy claro, básico y de sentido común. ¿A quién le pediremos un
esfuerzo en el medio de una de las crisis más importantes que vive nuestro país
y que esta pandemia claramente profundizó? ¿El esfuerzo se lo vamos a pedir a
los jubilados y a las jubiladas de nuestro país?
Ellos
ya hacen demasiado esfuerzo, y vienen haciéndolo desde hace décadas con el
sistemático ajuste de sus jubilaciones. ¿A quién se lo vamos a pedir? ¿A la
pequeña y mediana empresa, a los trabajadores o a las trabajadoras? Está claro
que a los únicos a los que se les puede pedir este aporte extraordinario es a
los que más tienen.
Lamentablemente,
en este país hay algo que no es extraordinario, que es la desigualdad y la
pobreza estructural, que no son resueltas por este proyecto. Acá estamos en una
encerrona porque hace décadas que la pobreza en la Argentina se viene
convirtiendo en una pobreza estructural. En este sentido, existen cifras
dramáticas que no son resueltas por casi ninguno de los proyectos que tratamos
en esta Cámara.
Señora
presidenta: quiero decir con mucho respeto que no hay épica posible en el país
de los parches, donde el 50 por ciento de nuestros compatriotas está ubicado
por debajo de la línea de pobreza. Lo que tiene que haber no es épica, sino
humildad y, fundamentalmente, respeto hacia ese 50 por ciento de compatriotas
que viven en la pobreza.
La
Argentina necesita una reforma tributaria. ¿Cuánto tiempo más vamos a seguir
estirando este debate? Me refiero a una reforma tributaria integral y
progresiva, donde los trabajadores y las trabajadoras no paguen impuesto a las
ganancias, donde exista un impuesto a la herencia, donde la canasta básica no
tenga IVA, entre otras tantas cuestiones.
Esa
reforma tributaria integral tiene que acompañar un proyecto de país que
potencie la producción y que fortalezca a la pequeña y a la mediana empresa,
que es la que genera más trabajo. Lamentablemente, este debate ni siquiera se
asoma a estas cuestiones.
Quiero
mencionar un tema que me asombró al principio de la sesión cuando lo
explicaban. El 25 por ciento, es decir, el porcentaje más importante de lo
recaudado, se destinará a exploración, desarrollo y producción de gas natural.
No sé qué tiene que ver eso con la situación extraordinaria de la pandemia,
pero la explicación fue que es para garantizar el ingreso de divisas.
Menos
mal que hoy, en esta sesión, también trataremos dos proyectos que están
vinculados al cuidado del medio ambiente. Quizás en esa argumentación encuentro
la respuesta de por qué no avanza en el Congreso la ley de humedales.
Me
pregunto si vamos a seguir fomentando los combustibles fósiles. ¿Qué tiene que
ver esto con el futuro de nuestro país y del mundo? Nada. Tiene más que ver con
el pasado.
Por
eso, para no extenderme, quiero decir que la Argentina no está destinada a
vivir en esta realidad. Otros países pudieron cambiarla, pero hicieron las
cosas de una manera diferente: sin grieta, sin doble discurso y sin demagogia.
- Ocupa la Presidencia el
señor vicepresidente 1° de la Honorable Cámara, doctor Álvaro Gustavo González.
Sr. Estévez.- La Argentina necesita de un gran acuerdo
nacional. Por eso, desde el socialismo solicitamos una vez más al presidente de
la Nación que convoque a este Congreso para discutir, de una vez por todas, una
ley que permita construir en nuestro país un Consejo Económico y Social que
garantice el diálogo y nos permita concretar ese acuerdo. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora
diputada Rey, por Buenos Aires.
Sra. Rey.- Señor presidente: como en otras
oportunidades estamos tratando un proyecto que tiene un nombre tan ostentoso
como falaz. Una vez más, el oficialismo elige un título que engaña y que
esconde lo que el cuerpo del proyecto encierra; por eso leemos que es
“solidario y extraordinario”.
La
solidaridad es un valor por excelencia; es sinónimo de apoyo, de respaldo, de
ayuda y de protección. La solidaridad es la colaboración que existe entre los
individuos, nos permite atravesar momentos difíciles, situaciones terribles y
nadie duda de que se trata de un valor que debe ser inculcado, abonado y
fomentado en nuestra sociedad de manera transversal. Todos podemos ser
solidarios. ¡Cuánto mejor sería nuestra sociedad si todos los fuéramos!
Sin
embargo, lo que no congenia con la solidaridad es la imposición, la obligación
y la existencia de una ley que nos obliga a ser solidarios y que nace en la
contradicción. Además, es más grave aún cuando por ley se obliga a ser
solidarios solamente a algunos.
El
presente de nuestro país y la realidad, requieren que busquemos soluciones
entre todos. Este proyecto va en dirección diametralmente opuesta, genera divisiones
y apuesta a resultados cortoplacistas que, a la larga, generarán mayores
problemas que aquellos que intenta solucionar.
Por
otra parte, afectar a quienes producen y generan trabajo genuino, nunca puede
ser el mejor camino. Es siniestro que se presente este proyecto como salvador
de los que menos tienen cuando ellos, los trabajadores, verán mermar puestos de
trabajo, lo que redundará en el aumento de los niveles de desempleo que ya hoy
son altísimos.
Entonces,
me pregunto para con quién es la solidaridad. Claramente, no para quienes
generan producción y empleo y tampoco para quienes trabajan. Este proyecto
parece ser solidario solo con quienes hoy manejan desacertadamente las
políticas de gobierno, que son los verdaderos responsables de no generar las
condiciones que permitan el crecimiento del empleo genuino.
Una vez
más el gobierno está poniendo la responsabilidad en otros sin asumir las
propias. Tal vez, sea el modo más fácil o la manera más rápida para tapar las
graves consecuencias de la mala administración de la economía en tiempos de
pandemia. Además, colocan la responsabilidad en un impuesto disfrazado de
aporte, que pone la mirada sobre unos pocos y crea así más divisiones, que no
es, precisamente, lo que necesitamos para salir adelante.
No voy
a acompañar este proyecto porque quiero que el gobierno asuma que es el
verdadero responsable y que empiece, de una vez por todas, a crear las
condiciones para que quienes tienen la capacidad de dar y generar trabajo y
empleo genuino puedan hacerlo. Eso no solo será de ayuda a los más necesitados,
sino que también les dará la dignidad que el trabajo otorga y que cada
argentino merece.
Señor
presidente: la gente necesita trabajo digno, que vendrá del sector privado. Los
argentinos y argentinas necesitamos que el gobierno genere las condiciones para
que así sea. Este proyecto no va en ese camino y por eso no voy a acompañarlo.
Queremos sesiones presenciales, señor presidente. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor
diputado Manzi, por Catamarca.
Sr. Manzi.- Señor presidente: esta crisis, esta
situación de emergencia difícil, es una oportunidad para revisar los grandes
temas nacionales y tomar el rumbo correcto.
En este
sentido, uno de los grandes temas nacionales es nuestro esquema tributario, que
consiste en un régimen plagado de impuestos, creados de manera transitoria,
pero que se quedaron para siempre. Se trata de un régimen que agobia a los
contribuyentes, que es complicado y no resuelve el problema de la evasión.
Sin embargo,
en lugar de observar con una visión de desarrollo, de futuro y de manera
sistémica, el gobierno hoy nos propone crear este impuesto a la riqueza.
Señor
presidente: pienso en el IVA, ese terrible impuesto que impacta más en los
pobres que en cualquier otro sector social, quienes por cada 100 pesos que
ganan deben pagar 21 pesos porque todo el ingreso de los sectores más humildes
de la Argentina se dirige, en general,
al consumo de alimentos.
Me
pregunto qué pasa con los sectores medios. Ellos y los sectores medios altos
son los naturalmente llamados a generar inversión en pymes, en comercios y en
pequeñas producciones. Además, también son llamados a ganar el mercado del
mundo, exportando sus vinos, sus uvas y sus nueces. Sin embargo, a ellos los castigamos
con el impuesto a las ganancias, el que también terminan pagando los sectores
asalariados y los jubilados.
Entonces,
en lugar de revisar el sistema tributario, nos proponen un nuevo impuesto a la
riqueza que no resolverá los números macro, que probablemente sea judicializado
y que no generará más que presión social y fuga de gente que radique sus
empresas en Asunción del Paraguay o en Montevideo.
Señor
presidente: este es un macro Estado que, como el mito del Dios griego Cronos,
se come a sus propios hijos; el perro va a terminar mordiéndose la cola.
Pensemos
en los sectores medios, en los profesionales, los comerciantes y los dueños de
pymes, que son hijos de la movilidad social, a la que aportaron los buenos
gobiernos del peronismo y del radicalismo. Hoy ellos están agobiados no
solamente por los impuestos, sino por leyes laborales que los inhiben de
reinvertir y de tomar más empleados.
No
pensemos con el prisma de la ideología simple y barata de consignas. Pensemos
en el país. Pensemos, señor presidente, en que para que haya justicia social
tiene que haber trabajo digno. La justicia social del eterno y permanente
subsidio es una justicia social elemental, básica y, por sobre todas las cosas,
mentirosa.
Pienso en una
empresa de salud del interior del país, por ejemplo, que es dueña de un
resonador, que en este momento -depende del modelo- puede valer entre un millón
y dos millones de dólares, que es dueña de un tomógrafo, que tiene setenta
camas y los aparatos para esas camas y que tiene algunas ambulancias. A esa
empresa, hasta hace poco, el Estado nacional la estuvo ayudando para que pueda
pagar los sueldos de sus empleados y que no quiebre debido al colapso que se
había generado en la asistencia sanitaria. Sin embargo, hoy pasa a ser un nuevo
contribuyente de un nuevo impuesto. Es decir que le dimos oxígeno y ahora la
asfixiamos.
Si este
impuesto sirviese para restablecer la deteriorada red de atención primaria,
para que las enfermeras y enfermeros argentinos mejoren sus sueldos y para que
esos 80 aborígenes salteños que hoy comenzaron una marcha de más de 500
kilómetros pidiendo justicia, desde el río Pilcomayo hasta la capital de Salta,
acusando a la funcionaria Donda de no escucharlos y de la insensibilidad, todavía.
Pero gran parte va a ir a parar a quién sabe dónde. Ya lo dijeron aquí: a
ENARSA.
Entonces,
¿en qué quedamos, señor presidente? El oficialismo tiene una gran virtud:
maneja muy bien los símbolos, los tiempos y los gestos. Hoy es el 17 de noviembre
y un día como hoy, hace 48 años, volvía el general Perón después de un exilio y
una proscripción de 18 años.
Yo
pregunto: ¿ustedes creen que por generar un impuesto a la riqueza el 17 de
noviembre van a disimular el terrible ajuste que les viene a todos los
jubilados de la Argentina? Señor presidente: la hora es para otras cosas.
Sr. Presidente (González).- Tiene la
palabra el señor diputado Berisso, por Buenos Aires
Sr. Berisso.- Señor presidente: el aporte solidario y extraordinario que nos
convoca hoy por única vez no es nada más ni nada menos que, como dijeron
diputados que me precedieron, un impuesto que seguramente llegó para quedarse.
No es un impuesto a la riqueza. No es un impuesto a las grandes fortunas, como
muchos legisladores y funcionarios pregonan en los distintos medios y así
profundizan las grietas ya existentes en nuestro país.
Este es un
impuesto que va directamente a pegarle a la producción. Durante el 2020,
mientras el gobierno elaboraba este proyecto, paralelamente, se intervino y se
trató de expropiar Vicentín, se produjeron usurpaciones a establecimientos
rurales, muchas veces con funcionarios nacionales dentro de las tomas y a lo
largo y ancho del país se siguen produciendo roturas de silobolsas y otros
hechos que generan la desconfianza y el temor del sector productivo. Así, los
que tienen espalda, se radican en el exterior, quedando cientos de familias
argentinas sin trabajo.
En ese
sentido, la pregunta no es cuánto más se le puede sacar al sector productivo,
sino qué va a hacer el gobierno con los recursos que recaude con este impuesto,
ya que llama la atención -y lo supo decir un diputado preopinante- que el 25
por ciento va a estar destinado a la exploración y el desarrollo de gas
natural.
Eso me
lleva a recordar el año 2005 o 2006, ese proyecto monstruoso que fue Gasoducto
del Sur, que iba a conectar Argentina y Venezuela con 15.000 kilómetros de
gasoducto y una inversión de 23.000 millones de dólares. Hubo fotos de los
presidentes, funcionarios, anuncios, etcétera. Pero todo terminó en la nada.
Mejor dicho, no en la nada, porque en el 2011 Argentina tuvo que empezar a
importar gas por 50.000 millones de dólares hasta el año 2018.
¿Qué
quiero decir con esto? Que estamos improvisando, señor presidente. ¿Cuál es el plan para
reactivar el país después de la pandemia? Un impuesto confiscatorio no puede
ser un plan.
Poner en
pie de igualdad a alguien que tiene cien hectáreas en la zona núcleo y una
cosechadora con alguien que tiene mil millones de pesos y vive de renta en el
exterior no es un plan.
Cuando se
ataca al capital privado productivo, se está atacando al motor que genera
empleo real y genuino. De esa manera se le están sacando pesos al Estado, que
ya de por sí tiene muchos compromisos adquiridos.
No le
demos una connotación política a este impuesto. Esta semana escuché decir a
funcionarios que con este impuesto se va a ayudar al gobierno nacional por el
gran esfuerzo que hizo durante todo el año producto de la pandemia. En
realidad, el esfuerzo lo hicieron todos los argentinos y las argentinas.
Por otro
lado, quiero responderle a una diputada preopinante que dijo que este impuesto
viene a palear los cuatro años de desigualdad del gobierno de Mauricio Macri.
Yo le diría a la diputada que camine un poco más el conurbano, ya que la falta
de agua potable, cloacas, asfalto y seguridad, y muchas otras cosas más, no son
producto de cuatro años, sino de más de treinta años en los cuales gobernaron
intendentes de su mismo signo político.
Por
último, señor presidente, este impuesto no le saca plata a los ricos para darle
a los que menos tienen. Este impuesto llega para darle un duro golpe a esta
agonizante economía y, por ende, a todos los argentinos.
Sr. Presidente (González).- Tiene la
palabra la señora diputada Carrizo, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sra. Carrizo (A.C.).- Señor presidente: se ha dicho bastante sobre este tema y vamos
a seguir escuchando. Por eso, en algunas cuestiones me voy a repetir con mis
colegas, pero no quiero dejar de enfatizar dos o tres puntos.
La primera
pregunta es: ¿quién puede estar en contra de un proyecto que redistribuye desde
los que más tienen a los que menos tienen en un país cuya desigualdad y brecha
entre los que más tienen y los que menos tienen es abrumadora? Argentina califica como una democracia
rezagada en la región. Es decir, es una democracia que produce pobreza. No
esperamos de la democracia eso, sino bienestar. Por ello, nadie podría estar en
contra.
¿Quién
podría estar en contra de que un gobierno constitucional cree, en un contexto
de emergencia, un fondo excepcional? Lo hizo Alfonsín en 1988 y la Corte tiene
dicho que es legal y legítimo.
La
pregunta es: ¿por qué estamos debatiendo gobierno y oposición algo en lo que
tendríamos que haber estado de acuerdo? Algunos colegas decían que la
estructura de pobreza y la desigualdad en la Argentina continúa y esta ley no
la toca un ápice.
Hablaban
de la reforma tributaria. A mí me encantaría que deje de ser una promesa y
quienes hoy tienen la llave para dar el quórum al oficialismo la condicionen
para empezar a hablar en serio de la reforma y la equidad fiscal que falta en
la Argentina.
No vale
decir que sería deseable. Vale decir que seamos exigentes y construyamos un
consenso que valga la pena transitar en la Argentina.
No me
gusta cuando se demoniza la idea de que la inversión solamente es el sector
privado. Yo no sé si un proyecto así afectaría la inversión. Es obvio que los
que más tienen, deben proveer al bien social y también es obvio que el Estado
puede generar inversión social.
Lo que
faltó aquí es un proyecto de para qué, faltó un dialogo entre Estado y
empresas. No hay una redistribución de los que más tienen a los que menos
tienen. Hay una redistribución de los que más tienen al que más tiene, que es
el Estado nacional argentino, que centraliza y asigna mal.
El 25 por
ciento de este fondo va a una multinacional como YPF. ¿Dónde están los
protagonistas de la pobreza argentina? No están acá. El resto de las
asignaciones tienen competencia e implementación en las políticas públicas de
las provincias.
Hace
poco tiempo sancionamos aquí un proyecto estimulante, sobre capitales alternas,
para que el gobierno nacional se traslade y empiece a generarse la praxis de un
federalismo más real. Ahora bien, el federalismo distorsivo fiscal sigue
vigente en la Argentina y este proyecto en tratamiento lo cristaliza.
Entonces,
se habla de asignaciones en salud, un poquito en educación, en barrios
populares. Claro que tenemos que hablar en serio de la descentralización en la
Argentina. Hubiese sido excelente una concertación, una negociación, y los
empresarios podrían haber aportado con placer. Es normal -en todos los países
lo hacen- que los que más tienen les den a los que menos tienen, pero hay un
diálogo, una estrategia.
Aquí se
habla de la pobreza, pero no es una cuestión de magnitud, y se confunde cuando
se cree que la pobreza está concentrada en el AMBA. Es una cuestión de
cantidad, pero la intensidad está en el interior, como en el NEA; ni hablemos
de Tucumán. Esto podría haber sido un proyecto de desarrollo focalizado.
A mí me
gusta cuando dicen que necesitamos distribuir la tierra. Claro que sí, pero no
es solamente tierra; no es que tengan tierra y sigan pobres. Es un proyecto de
desarrollo. Podríamos haber empezado con eso. ¿Por qué hoy no está esto aquí?
¿No quisimos? ¿No dialogamos?
Entonces,
lamento que, a 38 años de democracia en la Argentina, la historia que les
contemos a los ciudadanos sea la de las oportunidades perdidas. Sobra coyuntura
y falta estrategia. Esta era una oportunidad para avanzar en esa línea.
Se
equivocan quienes creen que hoy, votando esto, tranquilizan sus conciencias
creyendo que construyen justicia social en la Argentina. Nos equivocamos todos
si es así. No va a ocurrir. Los grandes debates de la estructura y de la
desigualdad profunda de la Argentina siguen ahí. El sistema tributario es uno;
“no sabe o no contesta”.
El año
que viene van a cumplirse ocho años desde que llegué a esta Cámara y estoy
cansada de escuchar que esta es una promesa incumplida. ¿Cómo puede ser que
compartamos la impotencia desde uno de los tres poderes del Estado con la
ciudadanía? ¡Ninguna impotencia! Esta era la oportunidad, pero será otra
oportunidad perdida.
Este
año transitamos dos grandes debates en esta Cámara. En cuanto al sistema
previsional en la Argentina, vamos a tratar la fórmula de movilidad. Es lo más
injusto que hay, con una mayoría que aporta y recibe poco, con jubilaciones de
privilegio que traccionan de ese fondo, sin aportar nada, y con jueces que no
pagan el impuesto a las ganancias. ¡Es inconcebible! Transitamos ese debate y,
entonces, compartimos la idea de que “todo por arriba y nada por abajo”.
Necesitamos reformas profundas en la Argentina.
La
equidad es otra cosa en democracia; son debates profundos. Necesitamos que los
empresarios también hagan la inversión, pero también necesitamos generar
confianza. ¿Dónde va esa plata? Este proyecto la saca de donde se la produce.
No es que no hay plata en la Argentina, pero el Estado la tracciona. Es un
Estado que centraliza, mira mal y asigna peor. Los cinco objetivos están mal;
violan competencias de coparticipación federal.
Entonces,
lamento no haber podido votar este proyecto, porque me hubiese encantado. No me
gusta exorcizar esta idea de empresarios víctimas. Los que más tienen…
Sr. Presidente (González).- Solicito a la señora
diputada que redondee su discurso.
Sra. Carrizo (A.C.).- Sí, ahora sintetizó.
Creo
que esta es una oportunidad perdida, y entonces me parece que desde la
dirigencia política en la Argentina a veces tenemos que dejar la coyuntura, y
esta era la oportunidad de empezar a pensar a mediano y largo plazo. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora
diputada Ocaña, por Buenos Aires.
Sra. Ocaña.- Señor presidente: lo voy a privar de
mi imagen, porque tengo problemas con la Internet.
Sr. Presidente (González).- Es realmente una privación,
señora diputada.
Sra. Ocaña.- Muchas gracias por el piropo, señor
presidente.
Como
otras leyes del oficialismo con títulos pomposos -como aporte solidario,
extraordinario y obligatorio-, volvemos a tratar un aumento de impuestos, que
se suma a la pesada carga impositiva de la Argentina.
Como
dijo el miembro informante del dictamen de minoría, diputado Laspina, la
Argentina tiene 165 impuestos. Adviértase la gran imaginación que tenemos para
crear y gravar cosas. Doce de estos impuestos fueron creados por el gobierno de
los Fernández, impuestos que vienen, como en otros momentos de emergencia de la
Argentina, a ser por única vez, pero creemos que quizás vuelva cumplirse
aquello de que sea un impuesto para siempre.
Yo creo
que este impuesto -y es lo más grave- viene a espantar lo que la Argentina
necesita: inversiones productivas, así como generación de trabajos y de
oportunidades para sacar el país adelante.
La
Argentina viene de diez años de falta de crecimiento. Pueden poner el relato
que quieran, pero los datos muestran que esto es así. Este año se prevé una
caída del 12 por ciento del producto bruto, en el marco de una crisis sanitaria
mundial, pero agravada por las políticas llevadas adelante en la Argentina, con
la cuarentena más larga de la historia y del mundo.
El
aporte solidario es, en realidad, un impuesto porque es obligatorio, de
carácter coercitivo y, como aquí se dijo, viola garantías constitucionales.
Además, rompe el principio de legalidad, ya que genera doble imposición,
resulta confiscatorio y lesiona una vez más la resentida seguridad jurídica
argentina.
Los
diputados del oficialismo han menospreciado estos argumentos durante el
tratamiento en comisión, y hoy, en sus alocuciones, invocan cuestiones de
solidaridad para con los más necesitados, principios con los que por supuesto
todos estamos de acuerdo. Pero la verdad es que esos propósitos no se condicen
con los actos propios del gobierno. A modo de ejemplo, puedo citar las compras
para atender la demanda de insumos en el marco de la pandemia, que resultaron
tardías, ineficientes y sospechadas de corrupción.
También
sorprende un poco la decisión del destino de estos fondos. Aquí se mencionó
varias veces que el 25 por ciento de la recaudación va a ser destinada a
ENARSA. Nos preguntamos si estos fondos volverán a ser parte de los subsidios a
los empresarios amigos, y eso también nos preocupa, porque creemos que entre
esos empresarios no están justamente los sectores que necesitan ser ayudados.
Me
pregunto por qué, con esta imaginación que tenemos para crear impuestos, no
gravamos otros bienes. Varios de los diputados que me antecedieron en el uso de
la palabra mencionaron los bienes robados por la corrupción en la Argentina.
¿Por qué este Congreso votó, por ejemplo, revivir empresas liquidadas en
quiebra, como en el caso de Cristóbal López, y esos fondos no los dedicamos justamente
a esto? ¿Por qué no avanzamos con todos los bienes que hoy se encuentran
embargados en la Justicia y sancionamos definitivamente una ley que permita
recuperar los activos provenientes de esos delitos? En este sentido, yo tengo
la cifra de 500.000 millones de pesos, monto que claramente excede lo que el
miembro informante del dictamen de mayoría nos dijo que esperaba recaudar con
este gravamen.
El país
no avanza con este impuesto, señor presidente, porque estamos avanzando en
gravar bienes productivos, e incluso inversiones que quizás en este momento
están prendadas o hipotecadas. Nada de esto fue considerado.
Quiero
decir algo más, señor presidente. Por mucho título populista que se ponga a
esta ley, no puede ocultar ni tapar el fenomenal ajuste que el gobierno
nacional está llevando adelante contra las clases populares, los jubilados y
los pensionados. Estos fondos no van a destinarse a pagar el IFE 4 ni tampoco a
mejorar las jubilaciones y pensiones, que a partir de la suspensión de la
movilidad jubilatoria perdieron casi el 10 por ciento de su valor, en lo que
hace a la jubilación mínima.
Quiero
hacer una última reflexión, señor presidente. Mientras la Argentina grava las
inversiones productivas, los países de la región buscan que esas inversiones se
asienten en sus territorios. No tengo tiempo de suministrar la larga lista de
empresas que han anunciado su retiro del país o que ya lo han hecho, pero
quiero dejar una reflexión de presidente uruguayo Lacalle Pou, cuando empezamos
a hablar de este impuesto en la Argentina.
El 9 de
abril, ante una consulta periodística sobre la posibilidad de establecer este
impuesto en el Uruguay, Lacalle Pou dijo: “Hoy gravar al capital es amputar la
posibilidad de los que van a hacer fuerza en la salida de la crisis.”
Creo
que la Argentina necesita inversión y trabajo; no apelar a las viejas recetas
populistas.
Por las
razones expuestas, adelanto mi voto negativo.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado de
Lamadrid, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. de Lamadrid.- Señor presidente: para esto querían inmortalizar
las sesiones virtuales. Para discutir, bajo esa modalidad, proyectos tan
importantes.
Antes,
el kirchnerismo utilizaba el Congreso como una escribanía; pero, al menos,
debía escuchar a la oposición. Tenía que dar la cara, debatir de cara al sol,
conocer nuestras posiciones. Hoy, ni eso hace; ni siquiera lo tolera, y se
queda en la comodidad del quórum exprés, de la mayoría, que le permite votar en
el marco de una sesión remota sin necesidad de dar la cara. De esta manera, nos
obligan a discutir temas importantes como si fueran tonterías de patio de
colegio.
Es una
paradoja que el aparente autor de este proyecto de ley que impulsa el mal
llamado “impuesto a la riqueza” figure en el padrón de quienes serán sus
contribuyentes. Pero no por tener bienes en abundancia ganados decentemente,
sino por haberse enriquecido indecente e impunemente en la función pública, su
madre.
Por eso
no valoran el esfuerzo, el mérito y lo duro que es progresar trabajando durante
años de sol a sombra, invirtiendo y dando trabajo a los argentinos. Hoy vienen
a expulsar las inversiones, la producción y la generación de riqueza.
Hablamos
de un nuevo impuesto en un país que ya tiene ciento sesenta y ocho, y que no es
para los más necesitados. Es para la caja política; será administrado sin
eficacia y sin coparticipar. El impuesto a la riqueza tiene tras de sí el
financiamiento de la reforma judicial…
Sr. Presidente (González).- Señor diputado: la señora diputada
Cerruti está pidiendo una interrupción. ¿Se la concede?
Sr. de Lamadrid.- No, señor presidente. Le pido por favor que hable
después.
Sra. Cerruti.- Pido la palabra para una cuestión de privilegio.
Sr. Presidente (González).- Señora diputada: cuando el señor diputado
termine su exposición, la Presidencia le concederá el uso de la palabra para
que pueda plantear la cuestión de privilegio.
Continúa
en el uso de la palabra el señor diputado de Lamadrid, por la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
Sr. de Lamadrid.- Señor presidente: como decía, el impuesto a la
riqueza tiene tras de sí el financiamiento de la reforma judicial para que la
vicepresidente se pueda vengar de la Justicia, del campo, de quienes no se
arrodillan ante ella, de la clase media, de la capital ‑a la que quita su
coparticipación‑, de los distritos opositores, de los medios, de los
periodistas independientes, de quienes la enfrentan denunciando su corrupción y
su plan, de quienes intentamos rescatar al país para evitar que ella se
convierta en la Justicia.
El 1°
de septiembre sostuve que no saben gobernar sin plata y sin discrecionalidad.
Hoy, vienen a esta Cámara con ideas menemistas, como el Fondo Nacional de
Incentivo Docente. Es la misma lógica, las mismas ideas, las mismas recetas.
Como se recordará, aquel era un impuesto por única vez que consistía en quitar
el 1 por ciento a quienes tenían un automóvil. Hoy hacen lo mismo: emergencia,
superpoderes, gobierno por decreto, Estado de sitio en los hechos, ajuste a los
jubilados.
En
realidad, son coherentes. En Santa Cruz, cuando asumieron, mediante un decreto
las personas en actividad y en pasividad sufrieron una rebaja del 15 por
ciento. Luego, vetaron el 82 por ciento móvil; nuestros jubilados debieron ir a
la Justicia para hacerse atender y cobrar un módico aumento de sus haberes.
Se
quieren quedar con la producción nacional y expulsan empresas con matones
sindicales. Mercado Libre, LATAM, Walmart, Glovo, Norwegian, Emirates, BASF,
Axalta, Falabella, Nike no se fueron por la cuarentena; se fueron por los
Fernández. Todos los países, salvo Venezuela y la Argentina, donde quieren
vivir sin trabajar y a costa de quienes generan riqueza, protegen a aquellos
que dan trabajo.
¿Saben
qué es este impuesto, señores diputados? La nueva 125, disfrazada. Lo que se va
a recaudar con la sanción de esta ley es muy sencillo al lado de lo que debemos
recuperar que fue robado a los argentinos.
Reitero
que quieren establecer este impuesto para financiar la reforma judicial. Manejan
los recursos públicos como si se tratara de una alcancía privada, pero eso no
les alcanza. Ahora, directamente quieren poner en riesgo la actividad privada.
Necesitamos
luz, no más oscuridad. Necesitamos una nueva ley de coparticipación, y esa es una
deuda que tenemos con los argentinos desde 1997. También es preciso hacer una
reforma sindical y gravar la renta financiera.
No es
la urgencia la que impide trazar proyectos de largo plazo; es la ausencia de
proyectos la que nos mantiene anclados en el presente. El gobierno no tiene
plan; salvo el de la vicepresidente, que tiene por objeto profundizar el
pasado. Es una retrotopía con la que quiere llevarnos a una época anterior a
1860; es decir, a la desorganización nacional.
La
política es el futuro, es liberarnos del corto plazo y abrirnos a la tarea de
configurar lo que vendrá. Por eso debemos rescatar al país, para evitar que se
consuma el plan que nos lleva a Santa Cruz donde tendremos que volver a luchar
por la libertad.
Este no
es un impuesto a la riqueza; es un impuesto para generar más pobreza en la
Argentina. (Aplausos.)
- 26 -
Sr. Presidente (González).- Tiene
la palabra la señora diputada Cerruti, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sra. Cerruti.- Señor
presidente: planteo esta cuestión de privilegio en contra del señor diputado
preopinante.
Su discurso al inicio de la sesión fue que celebrábamos
sesiones remotas para no tratar temas importantes; ahora afirma que las hacemos
para analizar asuntos trascendentes. Antes o ahora, en forma presencial o
telemática, no solo escuchamos al señor diputado, sino que debatiremos todo lo
que haya que debatir. Pero lo que no vamos a permitir es que se insulte o acuse
a la señora vicepresidenta de la Nación y al señor presidente de nuestro bloque
de la manera que el señor diputado acostumbra a hacer.
En este ámbito, los
debates son políticos; entonces, si el señor diputado tiene que aprender a
discutir en un parlamento, que tome lecciones donde quiera. Analizamos ideas,
políticas, proyectos. No acusamos a nadie; por eso, reitero, no vamos a
permitir acusaciones infundadas contra el señor presidente de nuestro bloque y
la señora vicepresidenta de la Nación, y nada que tenga que ver con sus
pensamientos personales o que vaya más allá de la discusión política que
estamos dando.
Tanto de manera presencial como telemática, con mucha
paciencia hemos escuchado largamente al señor diputado insultar a la Cámara y
quejarse porque debatimos, porque no debatimos, porque sesionamos de manera virtual,
porque lo hacemos en forma presencial, porque estamos, porque no estamos… Nos
bancamos todo, menos que se insulte al señor presidente de nuestro bloque y a
la señora vicepresidenta de la Nación. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- La
cuestión planteada pasará a la Comisión de Asuntos Constitucionales.
- 27 -
Sr. Presidente (González).-
Prosigue la consideración de los dictámenes de la Comisión de Presupuesto y
Hacienda ‑Orden del Día N° 123- recaídos en el proyecto de ley del señor
diputado Kirchner y otros sobre creación de un aporte solidario y
extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia (expediente
4.534-D.-20).
Tiene la palabra el señor diputado Menna, por el Chubut.
Sr. Menna.- Señor
presidente: estamos creando un impuesto que tiene más de revancha que de un
efectivo propósito de recaudación fiscal.
Evidentemente, les da vergüenza llamarlo impuesto y por eso
acuden al eufemismo de denominarlo “aporte”. Lo mismo ocurrió con el ajuste a
los jubilados, cuando se suspendió la movilidad de la ley de emergencia, y con
el impuesto al dólar, que en aquella norma lo llamaron “solidario”. En este
caso, tampoco podía faltar aquella falsa apelación a la solidaridad.
El relato que se pretende instalar se basa en que esto no
es un impuesto. Sin embargo, el artículo 9° del proyecto en consideración
establece que la AFIP será la encargada de la “aplicación, percepción y
fiscalización del presente aporte”. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Es o no un
impuesto? ¿Es un aporte, pero lo recauda y fiscaliza la AFIP?
Sin duda, es un gravamen que además implica una doble
imposición, porque apunta al mismo hecho imponible del impuesto a los bienes
personales.
Además, es confiscatorio porque no se ha establecido un
mínimo no imponible. Es decir que, con un patrimonio inferior en un peso a los
200 millones, se paga cero; pero, con un peso más, corresponde pagar sobre el
total de esos 200 millones que, en el caso anterior, estaban libres de
gravamen. No se descuenta
una base imponible.
Este
impuesto tampoco toma en cuenta que las personas que formaron este patrimonio
que va a ser atacado, agredido, por este tributo ya tuvieron que pagar otros
impuestos como, por ejemplo, ganancias. Ese patrimonio que ahora va a gravar
este impuesto pudo formarse con lo que quedó de esa otra tributación, y además
es un patrimonio que sigue pagando impuestos como el inmobiliario, el
automotor, el de bienes personales, etcétera. Se trata de un impuesto que
desalienta que los ahorros y los activos que gravan se reinviertan en la
economía real; van a contramano del mundo.
Ante la
pandemia hay que sostener a las empresas, que son las únicas que dan empleo genuino.
Y este impuesto, por más que se niegue, ataca a esas empresas, ataca a las
pymes, porque muchas de ellas ‑tal vez la mayoría‑ están formadas
como empresas unipersonales, es decir, sus titulares son personas humanas.
Además,
en una muestra de que no han perdido esa inclinación a hacer el Estado Hood
Robin que tuvieron en los 90 cuando privatizaron YPF, Gas del Estado y tantas
empresas públicas como Aerolíneas Argentinas o las jubilaciones, en este caso
también están haciendo una contrasolidaridad. Basta leer el artículo 7, inciso
5, del proyecto de ley para observar que le están imponiendo tributos a las
pymes para financiar a las petroleras, como YPF, cuyo 49 por ciento es del
sector privado y cotiza en la Bolsa de Nueva York.
Otro de
los destinos de lo recaudado, según el proyecto, son las becas, pero resulta
que en la Argentina los chicos no tienen clase. ¿Por qué no resuelven primero
una realidad de chicos sin clases o de clases por WhatsApp en un país en donde
la gran mayoría de las personas no tiene acceso a Internet, no tiene
dispositivos o no tiene ninguna de las dos cosas?
Están
improvisando, caminan sin plan, y por eso no tienen la menor idea de cuánto van
a recaudar por este impuesto. De hecho, ni siquiera está presupuestado en ese
presupuesto desprolijo que tuvo que ir y venir porque se olvidaron las
planillas.
Este
tributo que se está debatiendo es un impuesto directo. Lean el artículo 75,
inciso 2, de la Constitución, que es una atribución de las provincias y no del
Congreso de la Nación. Y si bien el Congreso de la Nación puede ejercer esas
atribuciones transitoriamente, eso no hace que pierda su carácter
coparticipable. Son antifederalistas y centralistas, y pretenden que el Estado
nacional se apropie de todo este tributo.
Con el
argumento de que la pandemia demanda más recursos están creando este impuesto,
pero resulta que hace una semana en el dictamen de mayoría del proyecto de
presupuesto proponían crear un paraíso fiscal en la provincia de Misiones,
donde las empresas no iban a pagar ganancias, IVA, bienes personales, el
impuesto al cheque, etcétera. Por suerte primó la razón y ese artículo 124
quedó sin efecto.
Pero
¿en qué quedamos? ¿Se necesitan o no recursos? No es cierto que este impuesto
absurdo no afecta el trabajo y la “empresarialidad”. Muchas pymes industriales,
de comercios, de servicios, agrarias, ganaderas, etcétera, están estructuradas
como empresas unipersonales y este impuesto recae sobre los activos que forman
parte de su capital de trabajo, porque computa lo que valen los tractores, los
camiones y los bienes de capital; además, afectará a los hoteles y los
comercios, todo lo que no han querido atender negando la ley de emergencia
turística.
¡Ni
heladera llena ni aumento a los jubilados ni baja de Leliq! Este gobierno está
haciendo todo lo contrario de lo que prometió, y este impuesto es una parte más
de ese ajuste. Y así como han suspendido durante todo un año una fórmula de
movilidad jubilatoria y ahora pretenden imponer una fórmula que va a perjudicar
gravemente a los jubilados también vienen con esta propuesta que va a afectar a
las pymes. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (González).- Tiene
la palabra el señor diputado Yasky, por Buenos Aires.
Sr. Yasky.- Señor presidente: hace dos años no
hubiésemos estado discutiendo este tema. Estamos debatiendo un aporte solidario
de los más ricos de este país porque estamos en una situación de desastre que
tiene que ver con algo que afecta a América Latina y al mundo: la pandemia.
A
algunos se les olvida, y se ve que es porque viven en alguna nube que les
permite sobrevolar la realidad, pero a la inmensa mayoría de los argentinos la
pandemia le produce penuria cotidiana de todo tipo.
Estamos
discutiendo este tema precisamente por eso y porque, además de la pandemia,
tenemos el desastre de cuatro años de un gobierno que favoreció a los más
ricos, de un gobierno que favoreció a los especuladores financieros, de un
gobierno que le bajó el impuesto a los más ricos de manera desembozada, y ese
impuesto que se le bajó a los más ricos no produjo la lluvia de inversiones que
supuestamente produciría.
Todos
los impuestos que les eliminaron a los ricos lo único que produjo fue
especulación financiera y salida de capitales del país. Por eso estamos
discutiendo en este recinto una medida extraordinaria. No es un capricho, no es
que se quiere elegir un tema para establecer un corte ni, como ustedes dicen,
distraer el ajuste; quédense tranquilos.
Si este
gobierno estuviera aplicando un ajuste los que hacen corridas cambiarias no las
harían, si este gobierno estuviera aplicando un ajuste, aquellos a los que
ustedes defienden nos estarían aplaudiendo de pie, como lo hicieron con Macri.
Si estuviésemos apretando las clavijas del pueblo tendríamos la caricia sobre
el lomo como la tenían los que gobernaban en nombre del partido de ustedes...(Aplausos.) Esto
es así.
¿Quiénes
defienden este aporte solidario? Vamos a ponerle nombre. Hace diez días se
publicó una solicitada que firmaban cuarenta nucleamientos que representan a
las pymes, al movimiento agrario, al cooperativismo, a los pequeños productores
familiares, etcétera. Esas son las pymes reales, no las que hablan ustedes.
Ustedes usan de escudo humano a las pymes y este impuesto pasa muy por arriba
de las pymes, muy por arriba de las medianas empresas y muy por arriba de
muchas grandes empresas.
Es
cínico venir acá a hablar en defensa de las pymes. ¿Qué pyme va a pagar un
impuesto sobre riquezas que están gravadas en más de 200 millones?
¿Y para
qué hace falta este aporte solidario? Hace falta para tener los recursos que el
Estado tuvo que poner para pagar el IFE y el ATP. Sí, les pagamos el salario a
muchos trabajadores de esas grandes empresas que van a tener que pagar ahora;
entonces, que devuelvan un poquito de la ayuda que les dio el Estado.
Necesitamos
dinero para enfrentar el COVID, necesitamos recursos para comprar vacunas,
necesitamos recursos para que los pibes vuelvan a la escuela el año que viene,
porque la idea es que si hay vacuna puedan volver a la escuela. Necesitamos
recursos para que en los barrios populares podamos generar reactivación de
planes de vivienda, y también necesitamos recursos para esa exploración que se
está planteando para el gas natural.
Esta es la pandemia; esto pasa en el mundo.
Coincido
con lo que decía el diputado Carlos Heller al principio, y lo dijo también un
diputado del oficialismo: esto sienta un precedente que los grandes grupos de
poder económico no quieren que ocurra, porque empezamos a iluminar un tema que
está oculto.
Es
verdad que la Argentina tiene una gran presión tributaria, pero ¿saben cuál es
la otra verdad que ustedes no dicen? La presión tributaria es sobre los
sectores populares. ¡Son unos hipócritas, en este país no pagan los que más
tienen! (Aplausos.) Y eso lo
tenemos que empezar a cambiar. Después de esto hay que empezar a discutir la
reforma tributaria. Les tomo la palabra a todos los que hablaron de reforma
tributaria, pero vamos a hablar en serio de una reforma, para que el que compra
polenta, el que hace horas extras o el que va trabajar a una escuela, no sean
los únicos que paguen impuestos. ¡Porque en la Argentina, los impuestos los
pagamos los que estamos abajo, y los que están arriba, evaden! ¡Los que están
arriba, eluden y llevan la plata a los paraísos fiscales! (Aplausos.)
Porque
si con todos los impuestos que el gobierno del señor Macri les perdonó hubiera
habido derrame hacia abajo, pero no: hubo derrame, pero el derrame fue a los
paraísos fiscales, y lo que se fue a los paraísos fiscales hay que pagarlo como
deuda externa. ¡Y ahora ustedes, con hipocresía y con cinismo, miran para el
costado, como si no tuvieran nada que ver con la deuda externa, con la fuga de
capitales y con el hambre de este pueblo!
Por eso
reivindicamos esto como un aporte extraordinario, como una salida para los que
menos tienen en el momento en que las penurias son mayores. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora
diputada Ruarte, por Córdoba.
Disculpe,
diputada.
Diputado
Wolff: ¿puede plantear la cuestión de privilegio después del discurso de la
diputada o pide la palabra ahora?
Sra. Ruarte.- Señor presidente: no tengo problema en
ceder la palabra al diputado Wolff.
- 28 -
Sr. Presidente (González).- Para una cuestión de
privilegio, tiene la palabra el señor diputado Wolff, por Buenos Aires.
Sr. Wolff.- Señor presidente: escuchamos antes a
la diputada Cerruti, quien hizo uso de la palabra y pidió que no se nombrara a
la vicepresidenta ni al presidente de su bloque, con lo que no coincido porque
estamos en el debate político. Ahora parece que el diputado Yasky tiene derecho
a nombrar al expresidente Macri y hablar del tema impositivo, cuando hace poco,
en este recinto, se votó la exención de un impuesto a Cristóbal López, que se
hizo de un dinero con los aportes de la sociedad.
Entonces,
le pido a usted, que preside esta Cámara, que si vamos a ser coherentes,
permitamos el debate político y nombremos a todos los que tengamos que nombrar,
pero no tengamos doble rasero. No se puede nombrar a algunos sí y a otros no.
Bienvenido al debate político.
Sr. Presidente (González).- La cuestión de privilegio
será trasladada a la Comisión de Asuntos Constitucionales.
- 29 -
Sr. Presidente (González).- Prosigue la consideración
del asunto en tratamiento.
Tiene
la palabra la señora diputada Ruarte, por Córdoba.
Sra. Ruarte.- Señor presidente: en mi exposición
dejaré de lado todas las cuestiones técnicas a las que ya se han referido los
diputados preopinantes. Solo me centraré en algunos aspectos por los cuales voy
a votar en contra de este proyecto de ley.
En
primer lugar, como cordobesa quiero decir que, claramente, se trata de una
iniciativa inconstitucional que desconoce la realidad productiva de mi
provincia. Esta medida no solo afectará a los ricos y las grandes empresas sino
a todos los sectores, gravando los bienes afectados a la producción. Porque
Córdoba es una provincia productiva.
Particularmente
para nosotros, los cordobeses, significará la injusta transferencia de los
recursos productivos locales hacia el ámbito federal, lo que hace totalmente
incierto que los cordobeses vayamos a obtener algún beneficio de un tributo de
esta naturaleza. Por supuesto que la equidad vinculada a la relación
Nación-provincias se vulnera en este proyecto y, por ende, se vulnera el
federalismo, alterando reglas y legislando a ciegas, sin datos sobre el efecto
que tendrá en cada una de las distintas provincias.
Para
este aporte denominado solidario y extraordinario, ¿cómo están distribuidos
esos patrimonios entre todas las provincias? ¿Qué efectos tendrá en las
distintas jurisdicciones esa merma de dinero? ¿Por qué solo el Estado nacional,
si gran parte de las asignaciones del aporte extraordinario tienen competencia
jurisdiccional en las provincias? Un aporte extraordinario no puede carecer de
esas respuestas. Y yo, señor presidente, necesito dar respuesta a los
cordobeses.
En
segundo lugar, con una mirada un poco más amplia en este contexto de pandemia
mundial ‑tal como decía el diputado preopinante‑, en todos lados
están apostando a las economías y a los grandes capitales como promotores de la
reactivación de la crisis pospandemia. Se promueven herramientas fiscales y
monetarias que incentiven al sector privado a invertir para generar fuentes
genuinas de empleo, con ayuda para superar la crisis provocada por el COVID-19.
En la Argentina, lamentablemente, parece que estas prácticas no son imitables.
A la
fecha, no hay ningún país que haya sancionado una ley de estas características
extraordinarias, a pesar de haber algunos proyectos en tal sentido. La
Argentina ya arrastra una economía frágil y disfuncional: desempleo alto,
pobreza alta, empleo en negro. Sin empresas, no hay empleo, y sin empleo, toda
estrategia social termina siendo insuficiente.
Hoy más
que nunca, sin otras vías internacionales de financiamiento disponibles, la
inversión privada es la única alternativa para intentar una rápida reactivación
económica. Sin sector privado no hay salida de la crisis.
¿A la
pandemia y a la crisis que estamos viviendo le vamos a sumar otro factor de
beligerancia social? ¿Qué quieren lograr? ¿Empeorar las expectativas
empresariales? ¿Reducir la inversión deseable, cuando no directamente
expulsarla? Bueno, lo están logrando; lo estamos viendo en la Argentina en
estos días.
Por
último, no vemos ni un solo gesto de austeridad desde la administración que se
corresponda con el monumental esfuerzo que en ese sentido están haciendo las
familias y las empresas argentinas. La priorización de recursos y el foco de
actividades primarias, así como el modo de distribución de esos recursos y las
fuentes de financiamiento seleccionados constituyen un mapeo de los criterios
con que este gobierno enfrenta la agenda. En este sentido, la adopción
sistemática de impuestos como modo de sortear las dificultades, sin un debate
profundo, necesario y esperado sobre equidad, desarrollo y bienestar, ofrece a
la sociedad esa visión predatoria del Estado, que es necesario modificar.
La
riqueza de un país no se crea con buenas intenciones sino con políticas
idóneas, fomentando la inversión e incrementándola en educación y progreso,
cosa que dudo que este gobierno quiera lograr con la cantidad de cargas
impositivas que presenta a los contribuyentes. Quieren recaudar dinero de los
empresarios, y lo único que logran es aumentar el precio que pagan los
consumidores. Porque les informo que estos impuestos son trasladados a la gente;
los sectores más vulnerables son los que los van a padecer. Pido
encarecidamente a los diputados que reflexionemos antes de aprobar este
proyecto de ley porque generará más pobreza en la Argentina.
Con un
impuesto excesivo, que absorbe una parte importante de la renta, ya se está
afectando una garantía constitucional, que es el derecho a la propiedad. Doy un
ejemplo muy fácil de entender: si los bienes gravados tienen una renta y esa
renta es inferior al impuesto, el contribuyente deberá salir a vender parte de
su patrimonio para pagar el impuesto. Ahí es donde está siendo afectado el
derecho de propiedad, y no hay que ser científico para darse cuenta de esto.
Sr. Presidente (González).- Antes de dar la palabra a
la diputada Lena, la Presidencia informa que, en función de los señores
diputados que se han inscripto para hacer uso de la palabra, estaríamos votando
este proyecto de ley a la una y veinte de la mañana.
Por un
lado, reitero el tema del cumplimiento de los tiempos establecidos. Por el
otro, no voy a pedir que contengan sus pasiones pero sí que lo hagan en forma
innominada, así evitamos que cada alocución deba ser respondida con una
cuestión de privilegio. Es solo una sugerencia.
Tiene
la palabra la señora diputada Lena, por Entre Ríos.
Sra.
Lena.-
Señor presidente: el Frente de Todos ya nos tiene acostumbrados
a denominar de manera muy rimbombante y pomposa aquellas cosas que tienen
nombres concretos, y esta vez llaman “aporte solidario y extraordinario para
ayudar a morigerar los efectos de la pandemia” a este proyecto de ley, pero la
iniciativa que estamos debatiendo no es un aporte, no es solidario y mucho
menos está dirigido a financiar los efectos de la pandemia.
Vamos a hablar claramente: este es un
impuesto manotazo para tapar aquellos agujeros fiscales, como ya lo vimos en el
presupuesto nacional, que tienen cifras dibujadas en cuanto a la inflación, al
dólar y a la recaudación.
El denominado aporte solidario y
extraordinario pertenece claramente al género de los impuestos. Es una
prestación en dinero, es coercitiva y tiene un destino que es concreto.
Este impuesto no cumple con ninguno de
los principios constitucionales que se requieren y, en caso de sancionarse,
vamos a ver cómo el Poder Judicial va a
ejercer el control de constitucionalidad, donde existe una
jurisprudencia muy marcada y consolidada en esta materia.
Varios diputados marcaron cuáles eran
los principios constitucionales en materia de tributos que estaban vulnerados.
No vamos a volver a ahondar en ellos, pero los principios de no
confiscatoriedad, de razonabilidad jurídica, de legalidad, de igualdad y de
capacidad contributiva están siendo violentados con este proyecto.
Vamos a hablar claro también en
relación con algunas de las incoherencias de este gobierno y de los diputados
del Frente de Todos. Hace menos de un mes en esta misma Cámara sancionamos un
impuesto de emergencia para la actividad frutícola. Hoy, en este mismo recinto,
vamos a votar un manotazo extraordinario para los sectores productivos. Es
decir, sacamos con la mano izquierda lo que le dimos con la derecha.
Pero además, para terminar de
encuadrar esta ilegalidad futura de este impuesto, vamos a hablar sobre la
cuestión reglamentaria relativa a la sanción de este proyecto.
Este es un impuesto directo. La
competencia original la tienen las provincias conforme al artículo 75, inciso
2, de la Constitución Nacional. Por eso lo llaman “de emergencia” y por este
motivo también se impone la aprobación eventual con el voto de la mayoría
absoluta de ambas Cámaras ‑artículo 75, inciso 3‑.
Hay mucho por hacer en materia
tributaria en nuestro país. En el presupuesto hemos votado impuestos que gravan
distintos hechos imponibles sin ningún tipo de articulación general.
Hemos votado el impuesto a los seguros
de los automotores para financiar un organismo inútil y burocrático como la
Comisión Nacional de Regulación del Transporte, mientras que en el interior del
país se cae el sistema de transporte público.
Si quieren una reforma tributaria, que
es necesaria, vamos a estar para dar el debate, pero queremos una reforma
tributaria que contemple la forma concreta de perseguir la evasión en general,
y en particular la provocada por la corrupción y el delito. Debemos favorecer
la coordinación tributaria con las provincias así podemos eliminar el impuesto
a los ingresos brutos, y acelerar la investigación de las fortunas radicadas en
otros países con los cuales tenemos acuerdos de intercambio de información, en
particular los paraísos fiscales. Muchos conocen muy bien dónde quedan y cómo
se opera en ellos.
Por lo tanto, hay sobrados motivos,
señor presidente, para votar en contra de este proyecto que impone la mayoría.
Sr.
Presidente (González).- Tiene la
palabra el señor diputado Hagman, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr.
Hagman.- Señor presidente:
estamos discutiendo este proyecto de aporte extraordinario en un contexto en el
que en el mundo el 1 por ciento de la población más rica concentra niveles de
riqueza equivalentes al del 99 por ciento restante de la humanidad.
En las últimas cuatro décadas los
patrimonios de las grandes fortunas del mundo han crecido a una velocidad entre
tres y cuatro veces mayor que el promedio de la economía. Es decir, estamos
discutiendo este proyecto de aporte extraordinario en el marco de un
capitalismo salvaje que, entre otras cosas, nos ha dejado niveles de
desigualdad social sin precedentes. De hecho, creo que este proyecto tiene que
ver con eso.
Mientras en la Argentina discutimos si
los diez mil millonarios más ricos de la Argentina tienen que hacer un aporte
extraordinario en este contexto, tenemos cinco millones de niños y niñas bajo
la línea de pobreza.
Entonces creo que lo que nos tenemos
que preguntar todos y todas los que estamos acá es cuál es el nivel de
desigualdad que estamos dispuestos a tolerar como sociedad y cuál es el que
estamos dispuestos a aceptar, a naturalizar.
También debemos pensar cómo
administramos las crisis económicas, porque ellas son generadoras de más desigualdad.
Ustedes saben que en general las grandes crisis económicas provocan que la
riqueza y la economía se concentren más.
Entonces, lo que estamos discutiendo
con este proyecto es cómo evitamos que eso suceda, cómo se financia una crisis,
cómo repartimos los costos de una crisis y cómo hacemos para que esta crisis no
recaiga exclusivamente sobre los sectores medios y populares.
Y fíjense cómo funcionan los
privilegios, porque acá estamos discutiendo si las grandes fortunas tienen que
hacer un aporte extraordinario para financiar los costos de esta crisis, pero
el resto de la sociedad no tuvo la oportunidad de discutir si tenía que hacer
un aporte o no. Ya hizo el aporte. Ya cedió una parte de lo que tenía. Ya hizo
el esfuerzo, y acá estamos discutiendo si estos sectores privilegiados también
tienen que ceder una parte de lo que tienen, en función de un bien común.
De eso se trata esta discusión: de
poner el bienestar general, el bien común y el interés común por encima del
interés particular.
Todos los partidos políticos, todas
las cámaras empresarias, todos los gremios y todos los credos religiosos
estamos a favor de combatir la pobreza. Es un discurso en el cual parecería que
tenemos un consenso total pero, cuando hay que pasar de la palabra al hecho,
aparece un problema. Hay que tomar decisiones concretas y, a veces, en
contextos como este, dichas decisiones implican afectar algunos privilegios.
En momentos como este sucede que
tenemos que decidir entre el bien común, el bienestar general, el interés
general y el particular. Como alguien dijo por ahí, estos son momentos en los
cuales hay que elegir entre la Patria y el patrimonio. Para nosotros siempre
está primero la Patria pero hoy parece que para algunos están los patrimonios
antes que la Patria.
Invito a reflexionar: ¿dónde se
revelan los intereses que defiende una fuerza política? Si la política es
representación de intereses, ¿dónde se manifiestan? ¿En las campañas
electorales, donde todos decimos que queremos generar trabajo, bajar la pobreza
y hacer crecer la economía? En general, en las campañas electorales se dice más
o menos lo mismo.
En este tipo de discusiones, cuando se
revelan los intereses que defiende cada espacio político, se tiene que tomar
posición frente a debates y medidas concretas, incluso más allá de la
representatividad electoral porque, como se ha evidenciado hoy acá, uno puede
ser votado por el 40 por ciento de la población pero elegir representar en este
recinto al 0,02 por ciento de la población.
Creo que tenemos que reflexionar sobre
esto porque hace también a la democracia argentina.
Hoy es una fecha muy especial porque
se conmemora el Día de la Militancia Política. Por lo tanto, quiero cerrar esta
intervención hablando, no como dirigente, diputado o economista sino como
militante que podría estar allá afuera sosteniendo una bandera. Como a muchos
de mis compañeros y compañeras, me ha tocado estar en distintas trincheras,
siempre motivados por la misma ambición, es decir, transformar la realidad de
una manera más justa, persiguiendo esa idea de sentir como propio el dolor y la
injusticia ajena.
No creo que este proyecto resuelva
todas las injusticias de la Argentina pero sí hace honor y da sentido a toda
esa gente que está ahí afuera y que le dedica una parte importante de su vida a
hacer algo por los demás, a tratar de dejar esta sociedad, esta Argentina y el
mundo un poco mejor de como lo encontró.
Ese es el objetivo de este proyecto de ley: darle sentido a
todos y a todas las que militan por una sociedad y por una Argentina más justa,
más igualitaria, más solidaria y sin privilegios. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor
diputado Enríquez, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Enríquez.- Señor presidente: uno viene preparado
para decir determinadas palabras, con un discurso que va armando, pero cuando
uno escucha que se dice que quienes estamos en esta bancada representamos al
0,02 por ciento, me pongo a pensar en qué visión tan miope, por Dios. Nosotros
representamos al 45 por ciento de los argentinos que quieren laburo, pero para
que puedan conseguirlo hace falta inversión y productividad.
Los
kirchneristas que son nuevos ricos o que se hicieron ricos durante los últimos
gobiernos detestan la riqueza de los otros. Por eso este proyecto es impulsado
por un rico heredero y por un banquero sensible; banquero sensible con la plata
de él, no con la de los demás precisamente.
La
Argentina no crece ni genera empleo genuino desde hace más de una década. El
pésimo manejo de la pandemia, que hoy nos ubica en horripilantes niveles a
escala mundial, en un ranking siniestro, ha agravado un cuadro sumamente
delicado que no viene de los cuatro años que ustedes siempre echan en cara y
que no soslayan. Es claro, no tienen nada para el futuro y entonces es lindo
discutir sobre el pasado, porque ahí se está muy cómodo y se sigue haciendo un
devaneo de intelectuales, sin avanzar hacia el futuro.
Muchos
argentinos, en especial los más jóvenes y calificados, están pensando en
emigrar. ¿Cuáles son los destinos en los que se fijan? No son países
escandinavos ni lugares sofisticados, sino acá nomás: Paraguay y Uruguay. En
Uruguay, el presidente, Luis Lacalle, le saca la pata a la presión tributaria,
que en la Argentina tiene ribetes exorbitantes: 170 impuestos, como se dijo hoy
durante toda la tarde. Esos jóvenes quizás van a Paraguay o a Uruguay y no
saben qué es lo que van a hacer, pero de lo que están seguros es de que se va a
premiar el esfuerzo y que no se le va a declarar la guerra al mérito.
Aquí la
inversión es bajísima porque se hace todo lo necesario para desalentarla, y sin
inversión es fácil prever que los índices de pobreza van a crecer
estrepitosamente. Nos falta lo más importante de todo, que es la confianza.
Estamos esmerilando el tejido social a partir de la destrucción de la confianza
de los argentinos y no estamos generando inversiones genuinas.
En ese
marco, con el aporte solidario el kirchnerismo nos trae estos envoltorios, como
“la democratización de la Justicia” y siempre esta cosa edulcorada que
presentan, cambiando los nombres, porque cuando quieren hablar de ajuste, no
hablan de ajustes sino de una suerte de “sintonía fina”. Fíjense qué detalle.
Este aporte solidario, que de solidario no tiene nada porque para que lo sea no
tiene que ser compulsivo, es simplemente otro impuesto más. Se lo conoce como
impuesto a la riqueza, pero en realidad no es un impuesto a la riqueza, sino un
veto a la generación de riqueza.
Además,
el proyecto presenta, como ya dijeron algunos diputados, serios reparos
constitucionales. Desde 1932, cuando se estableció el primer impuesto
extraordinario a las ganancias ‑que se transformó después en impuesto a
los réditos‑, se violó totalmente lo que establece el artículo 75, inciso
2, de la Constitución federal, que señala que cuando se trata de contribuciones
directas establecidas por la Nación, estas deben ser por un tiempo determinado.
Por
otra parte, hay una doble imposición en relación con los activos ya gravados
por el impuesto a los bienes personales. No nos olvidemos de que acá hay una
cuestión retroactiva porque estamos gravando los activos existentes al 31 de
diciembre de 2019. Esa “doble Nelson” sobre los mismos bienes obviamente va a
generar demandas de inconstitucionalidad, porque estamos generando un impuesto
absolutamente confiscatorio. La Corte Suprema, en pacífica jurisprudencia,
sostiene desde antaño que los impuestos son confiscatorios cuando absorben una
parte sustancial de la renta o del capital. Estamos vulnerando el derecho a la
propiedad señalado claramente en el artículo 17 de la Constitución Nacional.
Estas
son algunas objeciones de orden constitucional, pero si este proyecto llegara a
superar el test de
constitucionalidad, sería igualmente nefasto porque el mensaje que
transmitiremos a la sociedad ‑si se aprueba‑ es que quienes
invierten, producen y crean empleo no son bienvenidos. Para el Instituto
Patria, usina del pensamiento de ustedes, tanto la propiedad privada como el
mérito es sospechosa y entonces ustedes se subordinan al héroe colectivo que,
casualmente, es la familia Kirchner y su séquito. Las personas que valoran el
progreso y la creatividad son la contracara de ese extraño progresismo.
Cierro,
señor presidente, para decir que el kirchnerismo desalienta la educación y la
inversión, que son los dos grandes motores del futuro. Quiere congelar a la
Argentina en un eterno pasado. Pero tengan cuidado porque la rebelión fiscal no
va a tardar en suceder. Tengan cuidado porque así comenzó el éxodo de las
clases productivas de Venezuela. Y si este es un nuevo ataque contra la
propiedad privada, no quiero pensar que lo próximo serán los saqueos de las
cajas de seguridad o la confiscación de los ahorros en las cajas de ahorro en
pesos y en dólares.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora
diputada Corpacci, por Catamarca.
Sra. Corpacci.- Señor presidente: hoy estamos tratando
el proyecto de aporte solidario...
-
Se
interrumpe el audio.
Sr. Presidente (González).- Señora diputada: estamos
teniendo alguna dificultad con el audio y con su imagen. Le pido, por favor,
que trate de mejorarla.
Sra. Corpacci.- Decía que estamos hablando de personas
que, como mínimo, tienen 200 millones de pesos en bienes declarados, cuando
todos sabemos que se declara mucho menos de lo que se posee y que se toma la
valuación fiscal, que es muy inferior al valor real.
Este es
un aporte extraordinario porque la situación que vive nuestro país es
extraordinaria, como sucede en todo el mundo.
Recurrimos
a ellos porque son los únicos a los que podemos recurrir. ¿A quién podríamos
recurrir? ¿A los que tienen menos recursos? ¿A los que han sido castigados todo
este tiempo y están desocupados?
Este
aporte tiene fines específicos y aunque no se coparticipa ‑cosa que
reclamaron muchos‑ se distribuye federalmente. Este aporte se destina
fundamentalmente a la compra de vacunas y de otros insumos para la lucha contra
el COVID, en un sistema de salud que estaba desmantelado. Este aporte se
destina a volver a tener el programa Progresar, para que nuestros jóvenes se
capaciten.
Alguien
dijo que los chicos no iban a la escuela ni a la universidad. Esto se va a
pagar el año que viene y seguramente nuestros chicos ya van a poder volver a la
universidad, porque seguramente tendremos vacuna y seguramente estaremos mejor.
Este
aporte se destina a mejorar los barrios más vulnerables, su infraestructura y
hábitat, cosa que no sucedió durante los últimos cuatro años. Lo vivieron
ustedes, en la Capital Federal, con los barrios más carenciados.
Este
aporte se destina también a la investigación y al fomento de la producción de
gas, porque va a mejorar la balanza comercial y porque además los argentinos
podremos disfrutar del gas sin que nos manden abrigarnos si no nos alcanza para
pagar la tarifa.
Aclarado
el porqué y el para qué, señor presidente, quiero decir que me cuesta entender
que nos quieran dar recetas de cómo actuar aquellos que durante cuatro años nos
prometieron que llegarían al país las inversiones maravillosas que iban a
solucionar el problema de la pobreza, aquellos que nos dijeron que iban a
luchar contra la inflación y aquellos que nos dijeron que íbamos a vivir mejor.
Sin embargo, ¿sabe qué lograron en cuatro años, señor presidente? Una inflación
del 160 por ciento y un aumento de la pobreza en un 50 por ciento. Destruyeron
el país y hoy nos quieren dar recetas.
Escuché
a muchos legisladores decir que seamos humildes. Por favor, seamos humildes.
Dennos la oportunidad de gobernar. Ayuden a levantar este país. Las inversiones
van a seguir y vamos a poder crecer. Este es un aporte extraordinario por única
vez.
También
dicen que se va a judicializar. Es probable que sea así, porque muchos se
llenan la boca hablando de democracia pero se olvidan de que las leyes se
tratan y se definen en el Congreso de la Nación, pero cuando las cosas no salen
a su gusto, son los primeros que van a empujar para que se judicialice y van a
golpear las puertas del Poder Judicial. Espero que esto no suceda.
Sinceramente,
espero que podamos tener este aporte, que es tan necesario para salir de esta
crisis en la que estamos inmersos todos los argentinos.
Por
otro lado, señor presidente, no voy a permitir que me digan que soy vaga,
porque he trabajado en todas las comisiones, aunque sea virtualmente. A
aquellos que se quejan tanto quiero decirles que el año pasado, cuando eran
ellos quienes definían la realización de las sesiones, no tuvimos ni la mitad
de las sesiones ni la mitad de las reuniones de comisión que tuvimos este año.
Señor
presidente: quiero adelantar mi voto positivo porque lo contemplado en esta
iniciativa me parece una cuestión de justicia hacia todos los argentinos. Tanta
inequidad es insostenible.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora diputada
María Soledad Carrizo, por Córdoba.
Sra. Carrizo (M.S.).- Señor presidente: resulta un poco sorprendente
estar a esta altura del año aquí reunidos para tratar este tipo de proyecto
cuando suponíamos que estaríamos construyendo las bases de la seguridad y la
estabilidad post pandemia para poner en marcha a nuestro país. Sin embargo, no
resultó.
No voy
a detenerme en marcar los vicios constitucionales porque ya bien los señalaron
los integrantes del interbloque de Juntos por el Cambio que me han precedido en
el uso de la palabra.
Simplemente
voy a reflexionar o a repensar el mensaje que como diputados y diputadas de la
Nación hoy estamos dando a aquellos que nos están viendo en sus casas y se
preguntan por qué rechazamos este proyecto. Lo rechazamos porque creemos que
esta no es la forma en que se debe hacer política. No vamos a ser cómplices de
generar mayor inseguridad jurídica y mayor improvisación en las políticas
públicas de la Argentina. Y, sobre todo, como legisladores no vamos a hacer uso
de herramientas para seguir profundizando una brecha social.
Por
eso, a aquellos que nos están mirando en sus casas debemos decirles claramente
que esta es una iniciativa impulsada por una mayoría transitoria que hoy está
gobernando el país y que no tiene los consensos ni la voluntad política
necesaria como para que justamente no sea una imposición de la mayoría, como
viene haciendo este gobierno, acción tras acción, durante este año de gestión.
Señor
presidente: en todos los países del mundo, la calidad institucional es la base
del crecimiento a largo plazo, es la base de la estabilidad, es la base de
tener economías sustentables en crecimiento. Sin embargo, me pregunto: ¿en la
Argentina interesa la calidad institucional? Pareciera que no interesa, y esto
tiene grandes impactos: en la economía, en la incertidumbre, en la baja
confianza. ¿Cómo podemos pedir al sector productivo que siga confiando e
invirtiendo en nuestra Argentina si le ponemos palos en la rueda? Esta
iniciativa hace todo lo contrario como para que el sector productivo tenga la
voluntad y el compromiso de seguir invirtiendo en nuestra Argentina.
¿Y sabe
una cosa, señor presidente? La desconfianza se paga caro ‑y esto lo
podemos ver‑, porque se paga con mayor inflación, con empresas que
empiezan a emigrar, con mayor desempleo y con un valor del dólar por las nubes.
Evidentemente, ese costo lo pagan los que más necesitan que hagamos las cosas
bien.
Realmente
es triste ver cómo se quiere imponer con un relato esta falsa creencia de que
de un lado están los argentinos ricos y, del otro, la otra Argentina. Somos
todos argentinos, y para salir adelante necesitamos abrazarnos bajo la celeste
y blanca y ponernos a trabajar.
También
es importante desmitificar esta cuestión de que en muchos países de la región o
del mundo se han pedido aportes extraordinarios. ¿Sabe cuál es la diferencia,
señor presidente? Y no lo digo yo, sino que lo dicen los informes del Banco
Mundial de diciembre de 2019: “En Argentina la presión impositiva a la
producción es, por amplio margen, la mayor entre todas las economías relevantes
del planeta”.
No
podemos cargar más nuestro sistema tributario. Demos la discusión
verdaderamente. No seamos hipócritas y pongamos sobre la mesa la reforma
tributaria que realmente la Argentina está necesitando.
Señor
presidente: muchos de los que hoy están en el gobierno criticaban al gobierno
anterior ‑cuando eran oposición‑ porque decían que creaba nuevos
impuestos, más pobreza y mayor inflación. Lamentablemente, estas son hoy las
banderas de este gobierno ‑los datos lo están diciendo‑, pero ni
siquiera se sonrojan sino que las están llevando adelante.
Quiero
terminar mi exposición hablando de algo que es evidente pero que siempre es
necesario recordar: sin previsión, no hay confianza; sin confianza, no hay
consenso; y sin consenso, evidentemente vamos a vivir en el desorden.
Como
dije, esta es una iniciativa que quiere llevar adelante la mayoría que
transitoriamente está en el gobierno y que cree que imponiendo los números y
atropellándonos no se viola la Constitución. Pero el límite que tiene una autoridad
elegida constitucionalmente es nada más y nada menos que nuestra Constitución.
Llamemos
a la solidaridad, convoquémosla, no la impongamos. El esfuerzo ha sido y va a
ser muy grande. Es hora de que comencemos a achicar esa brecha, e
indudablemente este no es el camino.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado
Gioja, por San Juan.
Sr. Gioja.- Señor presidente: en primer lugar, en este 17 de
noviembre quiero rendir un homenaje a la militancia, a los militantes. Es una
fecha muy cara al sector político que represento porque hace cuarenta y ocho
años, después de dieciocho años de exilio, y merced a la lucha, a la
resistencia y al trabajo de la militancia, regresaba al país el teniente
general Juan Domingo Perón. A partir de ahí empezó a escribirse otra historia
también en la Argentina. Vaya
mi homenaje a todos ellos y a toda la militancia.
En este día, en que los
peronistas estamos orgullosos de lo que festejamos, es muy bueno que estemos
tratando un proyecto de ley que tiene que ver precisamente con nuestra
doctrina, con lo que el justicialismo predica, es decir, la Justicia, la
solidaridad y la equidad.
Estamos hablando, señor
presidente, de pedir, de establecer, de reglar un aporte solidario
extraordinario por única vez ‑porque va a ser por única vez, no puede ser
permanente, ni mucho menos‑ a quienes más tienen, para que este sistema
impositivo que tiene la Argentina empiece a ser más progresivo.
Hemos escuchado hablar
mayoritariamente a la oposición por casi siete horas, y créanme que no entiendo
un montón de cosas. Creo que hablan con mucho resentimiento, como si no hubiese
sucedido nada en la Argentina. En nuestro país hubo elecciones, la mayoría de
los ciudadanos eligió el gobierno constitucional que hoy está gobernando. La
tarea de este Parlamento es precisamente trabajar conjuntamente con el
Ejecutivo para sancionar leyes.
Nos tocó el peor momento,
como siempre nos ha sucedido: siempre nos tocó bailar con la más fea. A las
consecuencias de los cuatro años del gobierno anterior tenemos que agregar lo
que le pasa al mundo, que lo siente mucho la Argentina, que es la pandemia.
Estamos tratando este aporte
solidario y, en línea con lo que decía el diputado de nuestro bloque por la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quiero referirme a cómo es la concentración en
la Argentina.
Cuando empezamos a hablar de
este tema decíamos que el impuesto alcanzaría a quince mil personas físicas. No
empresas ni compañías: personas físicas. Después dijimos doce mil, y cuando le
pedimos el informe a la AFIP, que tengo acá en mis manos, llegamos a la
conclusión de que son 9.298 personas.
Han declarado bienes
personales 888.631 personas, pero las que van a pagar este impuesto ‑porque
tienen declarados más de 200 millones de pesos en bienes‑ son 9.298
personas, es decir, solamente el 0,8 por ciento del total de los que están
empadronados y que declaran precisamente estos bienes.
Esto está demostrando cuánta
es la concentración en la Argentina y la justicia de este hecho, que tiene que
ver ‑insisto‑ con la solidaridad y con el momento más que difícil
que viven nuestro país y el mundo.
Me parece que otro dato muy
bueno para aportar es el siguiente: del total que pagarán esas 9.298 personas,
un poquito más de la mitad corresponderá solamente a 253 personas, que son
quienes han declarado valores por más de 3.000 millones de pesos.
Esto es lo que está
ocurriendo en la Argentina. ¿No es justicia pedirles a esos sectores, que no
son las pymes ‑por los números que estoy dando‑, que no son los
trabajadores, que no son aquellos a los que se hacía alusión, sino sectores a
los que les ha ido bien y les va bien, que no les va a pasar nada si tienen que
poner cuatro o seis millones de pesos, o lo que tengan que aportar en función
de los bienes que tengan declarados en la Argentina y en el exterior, porque un
40 por ciento de esos bienes está declarado en el exterior?
Entonces, creemos que esta
es una medida que tiene que ver con la equidad, con la justicia y con nuestros
principios. Además, es una medida federal, porque ‑como bien lo decía la
diputada Corpacci‑ la asignación de estos recursos es para el pueblo
argentino y tiene que ver con la pandemia, con la pequeña y mediana empresa –lo
que implica empleo‑, con la educación, con el futuro de nuestra empresa insignia
y madre en gas y petróleo, que es YPF, para brindar más gas y más servicios a
nuestra gente, y también tiene que ver los barrios populares que hay en toda la
Argentina. Por eso también es una medida federal.
Para terminar, convoco a
todos a que nos pongamos una mano en el corazón, veamos en qué país estamos
viviendo y tengamos la generosidad de reconocer que este aporte es necesario en
este momento crítico que vive la Argentina.
Sr. Presidente (González).- Tiene
la palabra la señora diputada Joury, por Buenos Aires.
Sra. Joury.-
Señor presidente: quiero recordar
brevemente algunos de los tantos problemas estructurales que tiene nuestro
país, que se fueron agravando con la pandemia.
La mitad de los argentinos
está bajo la línea de pobreza; la inflación es una enfermedad crónica que
afecta a los sectores más vulnerables; tenemos una crisis de credibilidad en
nuestra moneda nacional que genera que el dólar crezca constantemente; la
presión impositiva es insostenible para los sectores productivos y el déficit
fiscal crece a la par que aumenta el gasto público, entre otros problemas.
En este contexto nos
convocan para crear un nuevo impuesto, otro más, que obviamente es obligatorio,
no es un aporte solidario y extraordinario para ayudar a morigerar los efectos
de la pandemia, como lo dicen quienes generan un relato de cada hecho político.
Este es un tributo a la
inversión nacional y extranjera; es un impuesto a los pobres que, además,
violenta la seguridad jurídica, genera doble imposición, que seguramente
terminará no siendo extraordinario y que dudo que ayude a morigerar los efectos
de la pandemia cuando, por ejemplo, solo el 20 por ciento de lo que se recaude
se va a destinar a insumos sanitarios.
Por supuesto que hay que
mejorar la distribución de la riqueza y brindar mayores oportunidades a los
sectores más vulnerables. Todos coincidimos en eso, pero no creando impuestos
constantemente.
¿Por qué no fomentamos la
actividad económica a través de incentivos a la inversión, de la reducción de
la carga tributaria, de la expansión del crédito? No hay margen en nuestro país
para seguir creando impuestos. Eso ahuyenta la riqueza, como ya lo estamos
viendo con los miles de argentinos que se fueron y los otros miles que tienen
previsto hacerlo, porque no toleran la carga tributaria.
Justamente por eso este tipo
de impuestos patrimoniales está en extinción en el mundo: por la fuga de
capitales financieros y humanos que provoca.
Señor presidente: más
impuestos es más pobreza, más recesión y menos empleo. Si continuamos
presionando al sector privado y las empresas se siguen yendo del país, más que
un impuesto a las grandes fortunas esto va a terminar siendo un impuesto a los
pobres.
¿Qué empresa va a querer
invertir en un país con semejante inseguridad jurídica y presión tributaria?
¿Quién se va a hacer cargo de los millones de desempleos que se generen? ¿El
Estado? Encima, con este impuesto vamos a crear una doble imposición, porque ya
tenemos un impuesto patrimonial, que es el de los bienes personales, que aumentó
un 800 por ciento en diciembre del año pasado.
Todos sabemos que a lo largo
de la historia de la Argentina, los impuestos que han llegado de manera
excepcional o extraordinaria se terminaron convirtiendo en permanentes. Es el caso de los impuestos sobre los
bienes personales, a las ganancias y sobre los débitos y créditos bancarios,
entre otros. Es evidente que este tributo llegó para quedarse.
Si
verdaderamente queremos mejorar la situación del país debemos generar confianza
y seguridad jurídica.
Dejen
de presionar impositivamente al sector productivo, que es el que genera
inversiones y empleo.
Dejen
de asfixiar a los que trabajan y no dependen de ustedes.
Por
favor, dejen de dividir a los argentinos. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora
diputada Mounier, por Santa Fe.
Sra. Mounier.-
Señor presidente: el proyecto de ley en consideración establece que el 20 por
ciento de la recaudación de este aporte solidario se destinará al
fortalecimiento del sistema de becas
establecido por el programa Progresar. En rigor de verdad, como docente debo
decir que este último me enorgullece.
Este
programa, previsto para jóvenes con edades comprendidas entre los dieciocho y
los veinticuatro años, consiste en el otorgamiento de un monto de dinero para
que puedan finalizar la educación obligatoria o continuar sus estudios
terciarios o universitarios. En ese sentido, apunta directamente a garantizar
el derecho a la educación de todos y todas.
Comenzó
en 2014 y fue una política pública de la gestión de la entonces presidenta de
la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.
¿Pero
qué pasó durante el gobierno del presidente Mauricio Macri? En primer término,
hubo bajas arbitrarias. En julio de 2015 el número de beneficiarios ascendía a
825.000, pero en julio de 2019 se redujo a 539.000. Es decir que el número de
beneficiarios de esas becas registró una caída igual o superior al 40 por
ciento.
En
segundo lugar, se congeló el monto, lo que significó una pérdida del poder
adquisitivo entre un 45 por ciento y un 60 por ciento.
En
tercer término, el objetivo inicial de estas becas era cubrir el beneficio de
la Asignación Universal por Hijo, que finalizaba cuando los hijos y las hijas
alcanzaban los dieciocho años de edad. A esto debía sumarse la obligación de
una consulta o revisión de salud por año para cada uno de los beneficiarios.
Durante
el gobierno anterior estas becas se reformularon sobre la base del mérito
académico, es decir, se debía acreditar el 75 por ciento de aprobación de las
materias, lo que perjudicó especialmente a las mujeres estudiantes, que por
tener que dedicarse a las tareas de cuidado o estar cursando un embarazo no
podían asistir a clases. En consecuencia, la inasistencia les impedía cumplir
con ese meritocrático objetivo impuesto por la gestión anterior.
Nunca
más necesario que en este momento el fortalecimiento de este programa, ya que
precisamente la falta de insumos tecnológicos y de conectividad de muchos y
muchas jóvenes produjo su desvinculación pedagógica. En consecuencia, este
refuerzo económico viene a representar un acto de justicia y una garantía del
derecho a la educación de nuestros y nuestras jóvenes, lo que constituye un
principio muy caro para los sentimientos y el trabajo de nuestro bloque.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor
diputado Carlos Alberto Fernández, por Buenos Aires.
Sr. Fernández (C.A.).-
Señor presidente: en los debates hay una técnica que se denomina ad hóminem y que consiste en descalificar a quien argumenta en contra, en
lugar de centrarse en los argumentos. Esa es la técnica que se ha venido
utilizando.
No me
siento responsable ni abanderado del 0,02 por ciento de la población por
sostener la postura que voy a intentar sostener. Tampoco creo que diría, si
utilizara la misma técnica, que del otro lado están aquellos que con el ropaje
de defender a los pobres terminan defendiendo la corrupción u otras cosas que
no corresponden.
Me
parece que si nos centráramos en los argumentos encontraríamos mejores posturas
comunes que atenderían las necesidades de la sociedad.
¿Cuál
es el contexto en que estamos debatiendo el proyecto de ley por el que se crea
este impuesto? Durante los primeros seis meses de 2020 se registró, en
comparación con el primer semestre de 2019, una brutal caída de la actividad
económica, equivalente al 12,9 por ciento, producto obviamente del apagón
económico generado por la cuarentena para combatir la pandemia.
De
acuerdo con el INDEC, la tasa de desocupación es del 13,1 por ciento, pero
todos los especialistas dicen que ese dato está subvaluado y representa menos
de la mitad de lo que en realidad es porque la gente, a raíz del apagón
económico producido por la cuarentena, no sale a buscar trabajo, lo cual,
lógicamente, genera una subvaluación del registro.
Por su
parte, como se ha explicado aquí, el nivel de pobreza casi alcanza a la mitad
de la población.
Además,
según el INDEC, desde abril hasta junio del corriente año se perdieron
3.750.000 puestos de trabajo.
En este
marco estamos debatiendo un proyecto de ley por el que crea un nuevo impuesto.
La Argentina tiene catorce empresas por cada mil habitantes, mientras que
Brasil tiene veinticinco; México, treinta y cuatro; Uruguay, cuarenta y ocho, y
Chile, sesenta y seis. No tengo que explicar aquí que las empresas son las que
generan empleo. Tenemos una de las tasas más bajas de la región en materia de
generación de empresas.
Por
otra parte, la tasa de inversión en el segundo trimestre del corriente año fue
del 9,5 por ciento del producto bruto interno. Se trata de un mínimo histórico,
pero no es solamente eso, sino una tendencia que comenzó en 2009 y que hasta
ahora no se ha logrado revertir. Desde ese año y hasta el presente venimos en
una caída constante de la tasa de inversión en la Argentina, lo que obviamente
genera una menor creación de empresas y de empleo, y por ende, la recesión en
que nos encontramos.
Esto
claramente preanuncia que la recuperación va a ser débil, en contraposición con
lo que necesitamos.
No me
voy a referir específicamente a los aspectos técnicos del tributo, ya que han
sido largamente explicados aquí. A mi juicio, la medida propuesta señala
claramente una dirección contraria a la que se requiere en este momento, en el
que debemos lograr una mayor cantidad de inversiones que a su vez permitan
crear más empresas y empleo, a fin de que en definitiva podamos recuperar esos
3.750.000 puestos de trabajo que hemos perdido.
¿Qué
necesitamos para salir de esta situación que he descripto sucintamente? Salvar
a las empresas existentes y crear otras. Para eso debemos brindar estabilidad y
seguridad jurídica, a fin de recrear la confianza. Esto es exactamente lo
contrario de lo que se está planteando aquí.
Con
esta finalidad, debemos entender que los impuestos no pueden ser una traba para
la actividad económica y el funcionamiento de la economía. Por eso es sumamente
importante que aumentemos el nivel de las inversiones.
El
diseño del proyecto en análisis tiene vicios que lo tornan insalvable. Pero lo
más importante es que genera resultados económicos no deseados que nos alejan
de medidas racionales. No se trata de la iniciativa en sí, sino de lo que ella
genera.
En
definitiva, queremos que las grandes fortunas paguen los impuestos vigentes que
hoy no pagan, que hagan el aporte solidario que hoy no realizan, que se amplíen
las bases de tributación y de contribuyentes y que paguen los tributos aquellos
que actualmente no lo hacen, a fin de generar la distribución correspondiente.
Pero
también debemos dar señales. En este sentido, pretendemos que la burocracia
estatal actúe con ejemplaridad: que paguen el impuesto a las ganancias los que
hoy no lo hacen, pretenden no pagarlo y esperan que se generen los gestos de
austeridad que se correspondan con el momento en el que vivimos.
Estas son las razones por las que no acompaño
el proyecto del oficialismo. Los que advertimos que puede generar un daño,
tenemos la obligación de plantearlo. Yo no voy a acompañar el populismo
tributario. Me resultaría fácil para que me aplaudieran hoy, pero lo que no
quiero es llorar mañana junto con la gente. De esto se trata. Por eso ‑repito-,
no acompaño el proyecto del oficialismo. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).-
Tiene la palabra el señor diputado Torello, por Buenos Aires.
Sr. Torello.- Señor
presidente: a las dificultades que trajo la pandemia también los argentinos
tenemos que agregarle todos los días alguna mala noticia que nos anuncia el
gobierno nacional. Ya todos sabemos que en realidad el plan es la constante
improvisación, el empobrecimiento generalizado de la sociedad, el desincentivo
y el ataque a quienes producen y trabajan.
Hoy esa mala noticia, en este plan de
improvisación constante, la damos desde el Congreso Nacional creando otro nuevo
impuesto, después de un año de profunda crisis económica. Entre este impuesto y
el impuesto al viento, que ahora es otro nuevo, ya tenemos casi 170. ¡Los
felicito! Si hay algo positivo en este proyecto es que por lo menos le han
cambiado el nombre de impuesto y le han puesto el de “aporte solidario”. Por lo
menos tienen un poco de vergüenza en poner un nuevo impuesto y lo esconden en
ese lugar.
Nadie
puede afirmar honestamente que esto no es un impuesto. Esto es muy importante
porque hace a la inconstitucionalidad de esta ley, que probablemente sea
judicializada. Además, como decía un diputado preopinante, posiblemente recaude
poco también. No es congruente pensar que incrementando los impuestos y
acrecentando la presión fiscal sobre las empresas y la sociedad mejorará la
situación del país. Esto habla de un enorme desconocimiento de cómo funciona la
economía.
Más
aún, no considero oportuno pensar que se puede aumentar la recaudación y
detraer más recursos de las empresas justo cuando está en juego su competitividad
y supervivencia. Pensar eso sería estar extremadamente alejado de la realidad
económica actual. Cualquier nuevo impuesto ayudará a desacelerar la economía,
alejar inversiones y disminuir el ingreso de todos los dólares que tanto dice
el gobierno necesitar.
Por el
contrario, entiendo que para mejorar el crecimiento necesitamos disminuir la
economía informal, mejorar el acceso al crédito, etcétera. Considero que este
proyecto va a provocar solamente efectos negativos en la actividad
agropecuaria, lo que implicará menos producción y reducción de empleo.
En ese
sentido, quiero hablar un poco de lo que son las pymes agropecuarias, a las
cuales ustedes dicen que no van a afectar. Una pyme agropecuaria normalmente
tiene todos sus activos en bienes productivos, no especulativos, y esos están
en cabeza de los productores.
Conozco
el caso ‑repito lo que dije en la reunión de comisión- de un contratista
rural que compró tres cosechadoras que valen 700.000 dólares cada una, más sus
equipos, y llega perfectamente bien a los 200 millones de pesos. Si queda como
uno de los que tiene que pagar este impuesto, va a tener que vender capital
para pagarlo. Me parece que siguen desconociendo el tema.
Yo
estoy convencido de que muchos de los autores de este proyecto no están entendiendo
cómo funcionan la economía, la inversión y el trabajo. Así que llegamos a esta
instancia porque existe un desconocimiento total de la cuestión.
Asimismo,
este proyecto no mantiene las exenciones que fija la ley de bienes personales;
por lo tanto, vuelven a insistir sobre los activos, dejando de lado los
pasivos, lo cual es un error básico. A mi entender, lo que busca este proyecto
es continuar fomentando la grieta entre el gobierno y gran parte del pueblo, el
de las empresas, las industrias, las pymes, el sector agropecuario, entre
otros, dándole a este último el rol de enemigos, un rol creado y alimentado por
el gobierno.
En ese
sentido, están muy claros los temas de los ataques a los silobolsas; los medios
oficialistas hablando de que el sector no liquida; las usurpaciones y la
tibieza del gobierno en moverse; el ataque a la propiedad privada, etcétera. De
este modo se intenta distraer a la población del enorme ajuste que están
haciendo.
Este
gobierno parece tener un ensañamiento con el sector productivo y empresarial,
con medidas que desincentivan el crecimiento, el desarrollo de la actividad
económica y las exportaciones. Se pide un esfuerzo solidario a los que producen
y arriesgan, pero la política vuelve a demostrar que no está dispuesta a hacer
su propio ajuste, como dijo el presidente cuando se le preguntó por qué no
reducía los gastos de la política y contestó que él vivía de su sueldo. Sería
bueno que dieran el ejemplo.
Por los
motivos expuestos, considero que aprobar este proyecto generará un daño enorme
a la actividad económica y, consecuentemente, un aumento de la pobreza. Desde
que asumieron, decidieron ir en contra del desarrollo y del crecimiento del
país. El diputado preopinante dio un montón de datos en ese aspecto: inversión por
el suelo, histórica baja inversión, caída del PBI, desempleo, etcétera. Eso es
consecuencia del manejo que han hecho ustedes, no es un tema de la pandemia.
¿Puede tener algo que ver la pandemia? Sí, puede tener algo que ver, pero los
niveles desastrosos en que hemos caído también tienen mucho que ver con el
manejo que ustedes han hecho.
Además,
tenemos una larga lista de empresas que se están yendo del país por estas malas
políticas. Debemos impulsar políticas que incentiven el trabajo y la inversión,
y dejar de espolear al sector productivo para seguir haciendo crecer un Estado
enorme, que si hay algo que ya demostró es su nivel de inoperancia.
Es urgente y necesario que el gobierno termine
con este plan de improvisación constante y defina un rumbo de crecimiento para
todos. Es tiempo de un diálogo con esta oposición, que siempre estuvo dispuesta
a ayudar y a escuchar a todos los sectores productivos que van a sacar adelante
el país, a los que hoy lamentablemente les vamos a generar un nuevo dolor de cabeza.
Lo que
sí quiero decir al oficialismo es que hay tres personas: el diputado De
Mendiguren, que está de licencia; el señor Moreno, y un “macro” amigo, banquero
el señor, que usan nuestros mismos argumentos. Por lo tanto, como dijo una
colega diputada que estuvo acá hace un tiempo, les pido que recapaciten, están
a tiempo de no hundir más a la Argentina. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado
Ferraro, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Ferraro.- Señor presidente: no me voy a referir a aspectos
técnicos constitucionales, tributarios e impositivos, ya que varios diputados y
diputadas de mi bloque e interbloque lo hicieron con sólidos argumentos en el
transcurso del debate que estamos llevando adelante.
Por
supuesto que esto tiene esa mirada vinculada a lo que estamos discutiendo, la
creación del impuesto, pero también me parece que tenemos que poder dar un
debate, una argumentación y una contraargumentación desde el punto de vista
político. Por ese motivo, lo que voy a tratar de sostener y de argumentar en
esta intervención son algunas consideraciones que se juegan desde el punto de
vista político y simbólico en la pretensión del oficialismo con este proyecto.
¿Por
qué lo hago desde el orden de lo simbólico y de lo real? Porque está clarísimo.
Acá el oficialismo está construyendo un símbolo y una vez más pretenden
contarnos una historia, construir un nuevo capítulo en el relato o narrativa
que necesita solamente para autoconvencerse. ¿Cómo hacen esto? Como lo hicieron
en otras oportunidades en la Argentina, bajo una épica de cartón que pretende
seguir acrecentando las divisiones en nuestro país, consolidar escenarios cada
vez más binarios, de ustedes y nosotros, de pueblo y antipueblo.
Este
aporte extraordinario a la riqueza es una falsa y mentirosa dicotomía que
quieren instalar entre pobres y ricos.
Hay que
decir que la
riqueza no solo radica en lo material; también es simbólica, y lo simbólico
también construye lo real. Es falsa esa
división que conlleva al peligro de seguir generando más grieta y desunión
entre todos los argentinos.
Hemos
dicho muchas veces que este Parlamento tiene que ser capaz de construir y
generar leyes y más símbolos que cimienten una realidad mucho más justa, más
segura, más previsible y con menos antinomias.
Esto hay que señalarlo porque, como decía, es una épica y una narrativa
que hoy están queriendo construir para autoconvencerse.
Comenté
al principio de mi exposición que iba a hablar del orden de lo simbólico y lo
real. ¿Qué es lo real? Como dijeron varios diputados y diputadas,
desde lo real nos están escondiendo un brutal ajuste y de nuevo están metiendo
la mano en el bolsillo de nuestros jubilados.
También
desde lo real ‑y lo entrecomillo‑ nos dicen que van a recaudar
300.000 millones. Esa cifra se la come la planilla que refleja más de 260.000
millones incorporados al presupuesto. Además, si sumamos el plan Gas.Ar, hay
otros 130.000 millones, más los 700.000 millones de obligaciones a cargo del
Tesoro motivados en el déficit de muchas empresas públicas. Estos gastos no
tienen reflejo presupuestario. Además, tampoco sabemos cómo reajustarán las
partidas el jefe de Gabinete y el ministro de Economía.
Por
otra parte, me pregunto de qué solidaridad nos hablan. Previo a discutir un impuesto solidario o el
impuesto a la riqueza, ¿por qué no hablamos, presidente, de la solidaridad
cleptocrática de muchos empresarios amigos del poder, o de políticos y dirigentes
sindicales que se enriquecieron y evadieron impuestos en la Argentina sin
reparar ni un ápice en el daño ocasionado debido a la falta de infraestructura
y del deterioro de las escuelas y los hospitales?
Me
gustaría finalizar diciendo que por supuesto nosotros comprendemos y entendemos
que el mundo, y la Argentina no está para nada exenta, atraviesa una situación muy compleja.
En
alguna otra ocasión en este recinto dije que asistimos a democracias cada vez
más agrietadas, donde el estado de excepción, lo excepcional y la ausencia de
legalidad son moneda corriente. Entiendo
que parte de la discusión sobre este impuesto tiene que ver con ese
entendimiento. Remarco estos aspectos porque se suman a la falta de una nueva
o, si se quiere, una seria configuración macroeconómica para dotar de tranquilidad
a toda la sociedad. Si no, se impedirá ‑como muchos ya han dicho‑
incentivar las inversiones que necesitamos de parte de nuestras empresas, las
pequeñas y medianas, y de los emprendedores, con el fin de sostener y generar
empleo y divisas.
Por
último, hoy se irán con una victoria pírrica, pero nosotros, desde Juntos por
el Cambio y la Coalición Cívica, estamos convencidos de que la Argentina se
construye entre todos. Además, si seguimos con estos niveles de impuestos cada
vez más elevados y el ataque permanente a la iniciativa privada y emprendedora,
no tendremos salida como Nación. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra
el señor diputado Moreau, por Buenos Aires.
Sr. Moreau.- Señor presidente: cada vez que tuvimos
que debatir cuestiones
vinculadas a la distribución del ingreso o de la renta, como se lo quiera
denominar, obviamente vivimos las tensiones que esta cuestión siempre acarrea,
no solo en el Congreso, sino en la sociedad.
Hoy
estaba leyendo un Diario de Sesiones de 1985, pero no por vocación histórica
sino porque es un debate que reproduce buena parte de los argumentos que aquí
se dieron. Fue en ocasión de la discusión de lo que se denominó “el ahorro
forzoso”. Se trataba de un proyecto enviado por el gobierno democrático del
doctor Alfonsín que, curiosamente, o no tanto ‑a pesar de ser una
iniciativa más laxa que esta porque precisamente preveía la devolución a dos
años de la sanción de la ley‑, generó exactamente el mismo debate que
estamos transitando aquí. Ustedes van a
identificar muy fácilmente los argumentos y cómo están copiados de alguna
manera en lo que estamos discutiendo aquí; pero les resultará difícil
identificar quién lo dijo.
Un
diputado de la oposición de aquel entonces decía: “El Poder Ejecutivo ha
manifestado que se trata de una contribución y no de un impuesto. Pero, de ser
así, ese propósito no puede cumplirse por el simple hecho de declararlo o
denominarlo una contribución…”, tal como aquí se dice respecto a la
denominación de aporte. Continúa así: “Es el contenido de la norma lo que
califica y la circunstancia de que hay de por medio una retención de capital,
sin que importe su monto, lo que determina la existencia de un tributo.” Son exactamente los mismos argumentos que acá
se están dando para transformar el aporte voluntario o extraordinario en un
impuesto.
Luego,
otro diputado decía: “Me pregunto, ¿por qué utilizar las palabras tan
contradictoriamente? ¿Por qué usamos la expresión ‘ahorro obligatorio’? El
único ahorro obligatorio o forzoso es el que se practica en los países
socialistas; se implantó en la Unión Soviética y así funciona desde su propia
creación. Ahí ahorran todos a la fuerza.” Obviamente todavía existía el régimen
soviético.
En este
caso pasa lo mismo. La oposición dice: “No se puede sostener que existe un
aporte obligatorio. Si es aporte, no tiene que ser obligatorio, tiene que ser
voluntario.” Entonces, reemplazan “Unión Soviética” por la palabra “populismo”.
Señalan que es un impuesto populista. Ya no hablan de que sea un impuesto
socialista, sino que dicen que es un impuesto populista.
Voy a
ahorrarles a algunos diputados ‑para que no se abochornen‑ las
intervenciones de los legisladores radicales de aquel entonces defendiendo el
ahorro forzoso.
Sin
embargo, dado que la discusión se trasladó al plano jurídico, aclaro que
también en aquella época se hicieron presentaciones en la Justicia, que creo
fueron recordadas por alguna diputada del bloque de Juntos por el Cambio.
¿Cuál
fue el fallo de la Corte, ya que hay tanta preocupación por lo que va a suceder
en la Justicia? El fallo de la Corte señaló: “El hecho de que el impuesto sobre
las altas rentas repercuta solo sobre las personas físicas…” –escúchese bien‑
“…y las sucesiones indivisas que obtengan ganancias netas superiores a 120.000
australes…” ‑en aquella época‑ “… no importa una infracción al
orden constitucional, en tanto el legislador a la hora de seleccionar
determinado hecho para gravarlo con una carga impositiva, repara en la
capacidad contributiva del mismo.” Y, por supuesto, declaró constitucional esta
norma. Así que al diputado de Juntos por
el Cambio por Córdoba que se preocupaba tanto y decía que la Justicia iba a
voltear la ley, le digo que no se preocupe porque ni es inconstitucional ni hay
doble imposición. Es cierto que seguramente van a encontrar algún juez por ahí que dicte una
cautelar; siempre, los grupos económicos más concentrados lo encuentran.
Asimismo,
no es menos cierto que cuando lleguen a instancias superiores ‑como
llegaron todos estos temas, o como han llegado recientemente a la Corte,
incluso, otros temas‑, la Corte no le va a dar la espalda a esto, no
solamente porque existe una demanda social, sino también porque efectivamente
esto no tiene nada de inconstitucional y no hay doble imposición.
Además, no
sé si va haber una lluvia de presentaciones. Es probable que alguno se esconda
detrás de un gran estudio jurídico para no dar la cara y haga alguna
presentación, pero bueno, ya tienen suficiente con algunos de los argumentos que
acá dieron los diputados para tratar de fundar la inconstitucionalidad.
Así que lo
único que tienen que hacer es copiar la presentación de los estudios, o quizás
ustedes copiaron de antemano la presentación que iban a hacer los estudios, no
sé, pero alguno de los dos se copió.
Quiero
referirme a que alguien pasó por acá y dijo que esto era “salvajismo tributario
contra la producción”. Salvajismo contra la producción fue el tarifazo en
dólares que llevaron adelante en la Argentina. Salvajismo contra la producción
fue el endeudamiento más alto de la historia argentina, de 100.000 millones de
dólares. Salvajismo contra la producción fue desregular el mercado de capitales
y permitir una bicicleta financiera que destruyó el aparato productivo de la
Nación.
¡Cómo es
posible que ustedes se atrevan a hablar de salvajismo tributario contra la
producción! Nadie destruyó al aparato productivo en Argentina como lo
destruyeron ustedes durante el gobierno de Cambiemos.
Entonces ‑cómo
les podría decir‑, tengan un poco de respeto por la realidad. No quiero
ser más duro que esto, pero la verdad, que ustedes vengan a plantear que están
preocupados por la producción cuando no hace un año dejaron un gobierno que
destruyó el aparato productivo de la Nación, al pueblo argentino no le resulta
muy creíble, por más que ustedes hagan el esfuerzo. (Aplausos.)
Además,
preocúpense por otros temas si quieren recaudar, no solamente por lo que hay en
los fondos que ustedes dicen que están inmovilizados como consecuencia de la
corrupción.
Podemos
apelar también a otros recursos. ¿Qué tal si la empresa Socma devuelve los 500
millones de dólares que se curró con los negocios del peaje, que representan
hoy 50 o 60.000 millones de pesos? ¿Qué tal si pagan los impuestos de 70.000
millones de pesos del Correo? ¿Qué tal si alguno de los parientes del
expresidente que blanqueó ilegalmente capitales devuelve lo que blanqueó?
- Varios señores diputados
hablan a la vez.
Sr. Moreau.- Eso es mucho más
fácil.
Sr.
Presidente (González).- Señor diputado: vaya redondeando su exposición.
Sr. Moreau.- Además, sostienen que
este gobierno no atendió a las empresas, cuando a doscientas sesenta y siete
empresas con más de quinientos trabajadores ‑y se supone que los
titulares de esas empresas pueden estar comprendidos en esto‑ se les
entregó el ATP.
Sr.
Presidente (González).- Por favor, señor diputado, vaya redondeando.
Sr. Moreau.- Bueno, pero si me
interrumpe no puedo redondear.
Sr.
Presidente (González).- Tiene razón, señor diputado. (Risas.)
Sr. Moreau.- Reitero que este
gobierno subsidió ‑o como quieran denominarlo‑ a doscientas
cincuenta y una empresas con más de quinientos trabajadores, sobre doscientas
sesenta y siete existentes en el país. ¿Eso no es ayudar a las empresas?
Este
gobierno subsidió simultáneamente la oferta y la demanda. Ustedes no hubieran
subsidiado nada, ni la oferta ni la demanda y el país hubiera caído en la
pandemia y en el caos porque lo único que hubieran subsidiado es la fuga de
capitales, como lo hicieron a lo largo de cuatro años. Esta es la realidad.
Por
último, acá se vive la irrealidad. Dejen de leer algunos diarios, vean la
realidad. Dicen que esto es antiempresa. ¡Qué casualidad! Ayer, la Cámara
Frigorífica de la Argentina decidió invertir 130 millones de dólares en
incentivar las exportaciones, y la Cámara de Automotores decidió duplicar la
producción de automotores para el año 2021.
- Varios señores diputados
hablan a la vez.
Sr. Moreau.- En cuanto al campo, está invirtiendo. ¿Sabe por qué está
invirtiendo el campo, señor presidente?
Sr.
Presidente (González).- Señor diputado: me va a obligar a cortar el micrófono.
Sr. Moreau.- El campo está
invirtiendo y vamos a tener una cosecha mayor porque nadie lo agredió y porque
además tienen precios internacionales que les da rentabilidad. Esa es la
realidad, señor presidente.
Lo que
marca el sentido de una fuerza política no es preguntarle qué hace con los
pobres, porque todos acá van a decir lo mismo, sino preguntarles qué hace con
los ricos. Nosotros queremos redistribuir los ingresos en la Argentina.
Gracias, señor presidente. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (González).- Tiene la
palabra el señor diputado Ritondo, por Buenos Aires.
Sr. Ritondo.- Gracias, señor
presidente.
Diputado
Leopoldo: espero que con este gobierno termine mejor que en el 83. Espero que
termine mejor, defendiendo las mismas cosas, intentando las mismas ideas. (Aplausos.)
Sr. Moreau.- Decíselo a tus colegas
radicales.
Sr. Ritondo.- Solo le digo que
espero que termine mejor, con las mismas ideas.
Le voy a
describir una radiografía rápida de lo que se puede hacer en once meses: cerrar
sesenta mil pymes; tener la más alta tasa de desocupación desde el 2002; solo
en el AMBA cerraron cuarenta comercios; más de veinte empresas internacionales
se fueron de la Argentina dejando a cincuenta mil argentinos sin trabajo;
inflación en aumento; doce aumentos de impuestos en once meses; este impuesto
nuevo; mayor déficit de la región; ciento por ciento de brecha en el dólar; 50
por ciento de pobreza; dos de cada tres chicos pobres; sin reservas líquidas en
el Banco Central; caída de la producción y de la actividad récord; ajuste a las
jubilaciones; aislamiento internacional; provincias que cierran sus límites
como si fueran fronteras; mayor índice de muertos por millón de habitantes, y
ser uno de los países que menos test hace del mundo.
Esta es
una radiografía de la Argentina en tan solo once meses. Todo sale a partir de
lo que dicen; entonces, a uno lo obligan a contestar que dejen de disfrazar el
pasado para justificar este presente.
En la
Argentina de hoy se necesita tener más ideas y pensar cómo hacemos para
invertir, no cómo hacemos para que se vayan. Se necesita tener ideas, pensar en
forma conjunta para atraer a aquel que quiera venir a invertir en la región,
para que no haga una comparación a simple vista y diga: “a la Argentina no voy
porque no hay seguridad jurídica, porque el impuesto que te cobran este año es
distinto al del año que viene, porque después te sacan otro nuevo impuesto; a
la Argentina no voy a invertir porque eso es lo que pasa.”
Esto es lo
que miran en el mundo, y competimos con países que limitan con nosotros, que
están en el mismo mercado común. Interesados en esto, nos van ganando por afano
porque las empresas se radican en Uruguay, en Brasil y en Chile; pegan en los
palos, pero en la Argentina no entran.
Entonces,
este mal llamado aporte, que es un impuesto, solidario, pero es obligatorio, lo
único que hace es espantar y generar más pobreza. Fijémonos en el ejemplo que
trajeron sobre el ahorro forzoso, que recién fue en enero de 1988. ¿Qué
resultó, qué se recaudó, cuántos argentinos entraron en ese default?
No tomemos
otra vez los ejemplos que le resultaron malos a la Argentina, pensemos en forma
conjunta cómo la hacemos atractiva. No puede ser que estamos trabajando en
forma conjunta una ley que haga que la construcción vuelva a desarrollarse y,
por otro lado, hoy estemos tratando esto.
¿Quién va
a venir a invertir, aumentando su patrimonio, si el año que viene tendrá que
pagar este impuesto? ¿Quién va a importar, si quieren exportar más carne, una
máquina para trozar en un frigorífico?
¿Quiénes
son los que van a invertir en la Argentina pensando que si se pasan de los 200
millones ‑cifra que en el mundo es poco más de un millón de dólares‑
deben pagar el impuesto a la riqueza?
Entonces,
ante esta realidad, la verdad es que quiero expresarle que me gustaría estar
debatiendo otras cosas. Me gustaría estar debatiéndolo no en forma virtual,
sino con todos los diputados sentados en su banca, que me parece que ya es el
momento. Salvo las escuelas y este Congreso, todo está funcionando. (Aplausos.)
Por lo
tanto, señor presidente, vamos a votar en contra. Los compañeros de mi bancada,
compañeros de la Unión cívica Radical y de la Coalición Cívica, ya expresaron
los motivos por los cuales para nosotros es imposible compartir esta
iniciativa.
Una vez
más pretendemos dejar de ideologizar la política económica, dejar de agrandar
la grieta, dejar de pensar en blancos y negros, en amigos y enemigos, en pobres
y ricos, para pensar en una Argentina de todos, que nos contenga a todos, cada
vez más justa y libre. Muchísimas gracias, señor presidente. (Aplausos.)
Sr. Presidenta (González).- Muchas gracias, señor diputado.
Tiene
la palabra el señor diputado Cano, por Mendoza.
Sr. Cano.- Señor presidente: solicito al diputado
Ritondo que se retracte de la chicana que hizo al principio de su alocución. El
gobierno del doctor Alfonsín ocupa un lugar de privilegio en la historia de la
Argentina, porque cumplió con creces el rol que tenía, que era consolidar la
democracia y ser un faro que iluminara el fin de las dictaduras en
Latinoamérica. Gracias, señor presidente.
Sr. Presidenta (González).- Tiene la palabra el señor diputado Ritondo,
por Buenos Aires.
Sr. Ritondo.- Señor presidente: lo que menos quise
es pronunciar algún tipo de insulto al doctor Raúl Alfonsín. Dije que hay
medidas en gobiernos que no terminan bien y que esperamos tener otra suerte,
más allá de apreciar todo lo que ha hecho por este sistema democrático el
doctor Raúl Alfonsín. Él y su gobierno tienen todo mi respeto.
Sr. Presidenta (González).- Gracias, señor diputado.
Tiene
la palabra el señor diputado Alderete, por San Juan.
Sr. Alderete.- Señor presidente: estamos frente a un
proyecto pedido por amplios sectores de nuestro pueblo desde hace varios meses.
Esta iniciativa tiene importancia económica para enfrentar esta dura crisis que
vivimos, y tiene un valor político muy importante.
Por una
vez y en las malas, cuando la crisis golpea, el esfuerzo no lo harán solo los
trabajadores, los pequeños comercios y las pymes, sino que pondrán los que más
tienen, los que siempre ganan, los que la juntan en pala a costa del
sufrimiento y hambre del pueblo argentino. Este es un hecho muy importante
porque marca el camino que tenemos que tomar.
Necesitamos
un sistema impositivo más justo, que no se financie con el IVA y el salario de
los trabajadores, sino que se grave a la riqueza, la renta y los patrimonios.
Es decir, debemos tener un sistema donde paguen más los que más tienen, a
diferencia de lo que ocurre actualmente, donde proporcionalmente pagan más los
que menos tienen.
El
pueblo entendió que estamos frente a una crisis sin precedentes. Por esa razón
ha sido paciente. La situación es difícil, se desplomaron las economías de todo
el mundo pero nuestro pueblo siempre está dispuesto a dar batalla para salir
adelante.
El
aislamiento por la pandemia que duró varios meses no podía hacerse de igual
manera en todos lados por las condiciones de pobreza estructural que tiene la
Argentina. Hay una enorme cantidad de personas que viven del trabajo informal.
Millones de personas no tienen acceso al agua potable.
Desde
el inicio dijimos que no había posibilidad de aislamiento social exitoso sin
apoyo social, alimentario y sanitario. No solo lo dijimos, pusimos el cuero
para que esto ocurriera. Siento un orgullo tremendo por esas mujeres que cobran
8.500 pesos por mes de un plan social y se pusieron al frente de comedores y
ollas populares para que al menos haya un plato de comida en cada casa. A
algunas, se les queman las piernas porque cocinan con leña. ¡Cuántos días puede
vivir una persona con 8.500 pesos! Ahí están
firmes todos los días. Miles de hombres y mujeres se pusieron al frente
de los barrios populares para ayudar a dar respuesta sanitaria. Se formaron
como promotores de salud, encabezaron los operativos Detectar, organizaron el
barrio, colaboraron con las familias que tenían algún caso positivo de COVID-19
para que pudieron hacer el aislamiento. Los trabajadores esenciales tuvieron el
funcionamiento de nuestra patria aún en los momentos más difíciles. Muchos
trabajadores desde sus casas cargaron con los costos de hacer esto. Las mujeres
principalmente trabajaron con los hijos en sus casas con la dificultad que eso
trae aparejado. Muchos, injustamente, cobraron el 70 por ciento de su salario
por el freno económico.
¿Van a
hablarle de esfuerzo a nuestro pueblo? Muchos trabajadores y trabajadoras
aportan mensualmente parte de su salario con el impuesto a las ganancias y los
multimillonarios no quieren poner por única vez un mínimo porcentaje de su
fortuna. El esfuerzo, ahora, les toca hacerlo a los que siempre ganan, porque
hasta ahora la crisis la estamos pagando los de abajo. En Argentina sabemos que
producto de la pandemia se perdieron muchos puestos de trabajo.
En
estos meses hay mucha gente desesperada porque creció el hambre y la pobreza,
por lo cual seis de cada diez pibes son pobres. La crisis la está pagando
nuestra gente.
- Ocupa la Presidencia el señor presidente
de la Honorable Cámara, doctor Sergio Tomás Massa.
Sr. Alderete.- Hay diputados y diputadas que quizás
privilegian los intereses egoístas de 9.298 millonarios. Le cuidan los
bolsillos a los más millonarios de la Argentina, porque si no, no tiene
explicación.
Los
poderosos de este país presionan, quieren condicionar al gobierno y nos quieren
hacer retroceder. Esto lo hacen desde los medios de comunicación que controlan,
con la corrida del dólar, con la subida de precios y con el desabastecimiento,
pero cuando el gobierno retrocede se envalentonan más.
Señores:
no tiren más de la cuerda porque van a hacer estallar a la Argentina. No tienen
idea de lo que es no tener para darle de comer a los hijos. Hay hambre en la
Argentina. El pueblo no resiste más ajuste.
Sr. Presidente (Massa).-
Señor diputado Alderete: por favor, vaya redondeando.
Sr. Alderete.- Sí, señor presidente.
Cuando
sea posible –ahora no podemos porque estamos en pandemia‑ vamos a
llenar las calles peleando por nuestros derechos. Todos estamos de acuerdo con
que hay que reactivar la economía, pero si los trabajadores y las trabajadores,
los jubilados, los sectores populares, no tenemos plata en el bolsillo, no hay
consumo, y sin consumo no hay reactivación económica en nuestro país.
Con el
gobierno del Frente de Todos hay esperanza en nuestro pueblo, pero esa
esperanza tiene valores concretos y reales: pan, trabajo, salud, educación,
tierra y techo para todos los que habitan en este suelo. Estamos dispuestos a
pelear hasta las últimas consecuencias por los sueños de nuestro pueblo.
Adelanto
mi acompañamiento con mi voto favorable a esta iniciativa. Muchas gracias,
señor presidente. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).-
Gracias, señor diputado Alderete.
Quiero
reiterar, tal como lo hice hace un rato en una reunión de manera personal, mi
agradecimiento a la seriedad, al profesionalismo y la responsabilidad
institucional del vicepresidente de la Cámara, diputado Álvaro González, para
poner en marcha la sesión del día de hoy a la espera del resultado del hisopado
del enviado del Fondo Monetario Internacional respecto del COVID-19, que fue negativo.
(Aplausos.)
Aprovecho
para agradecer la presencia en este recinto del ministro de Economía,
licenciado Martín Guzmán; del ministro de Desarrollo Social, licenciado Daniel
Arroyo; del ministro de Desarrollo Productivo, licenciado Matías Kulfas; de la
directora del PAMI, licenciada Luana Volnovich; de la directora Ejecutiva de la
ANSES, licenciada Fernanda Raverta; y de varios intendentes, como Martín
Insaurralde, Mayra Mendoza y el intendente de San Vicente. Agradezco a todos
por estar presentes en este recinto. (Aplausos.)
Agradezco
a los diputados y diputadas la comprensión y la paciencia en las últimas
cuarenta y ocho horas mientras esperábamos que se confirmara el resultado
negativo del test de COVID-19 del enviado del Fondo Monetario
Internacional. Además, agradezco a muchos diputados por preguntar por mi salud.
El resultado del test mío de COVID-19 ha sido negativo también.
Tiene la palabra el señor diputado Bazze, por Buenos Aires.
Sr. Bazze.- Señor presidente: quiero saludarlo y
expresarle nuestra alegría por el resultado negativo de su test de COVID‑19
y porque se lo ve bien.
Estamos
debatiendo una situación compleja. Atravesamos una situación crítica en la
economía argentina. En este marco, el oficialismo viene a instalar un nuevo
impuesto que, desde nuestro punto de vista, no va a contribuir a mejorar el
estado de cosas. Al contrario, entendemos que va a presentar un nuevo problema.
Aprovechando
la presencia de tan importantes funcionarios, como son los señores ministros,
quiero decir que estamos preocupados porque advertimos que al gobierno nacional
le falta comunicar al conjunto de la sociedad argentina un programa económico.
Hace prácticamente un año que asumió el gobierno y, habiendo transcurrido casi
la cuarta parte del mandato, todavía no han dicho a los argentinos cuál es el
rumbo de la economía.
Nosotros
creemos que el gobierno rápidamente tiene que diseñar un programa que esté
vinculado con el crecimiento económico y con el desarrollo. Este crecimiento
económico tiene que estar basado fundamentalmente en la actividad privada. El
gobierno debe pensar seriamente en el crecimiento de la pequeña y la mediana
empresa, pero también en el de la gran empresa. En tal sentido, hay que evitar
la tremenda cuota de ideología que a veces se pone en estas cuestiones, porque
se trata de garantizar el trabajo de los argentinos. Es fundamental que el
gobierno trabaje en un programa que posibilite el crecimiento de todos los
sectores de las economías regionales, de los sectores productivos y de los
sectores vinculados con la exportación.
Estamos
convencidos de que es de esa manera que vamos a resolver la falta de trabajo en
la Argentina. Lo vamos a resolver a partir del crecimiento de la actividad
privada. Por supuesto que no estamos planteando de ninguna manera –jamás lo
haríamos‑ que el Estado deba retirarse hasta tanto se resuelva esta
situación. Estamos de acuerdo con que el Estado esté acompañando a los sectores
más desposeídos y vulnerables hasta tanto no logremos el crecimiento que
necesitamos para resolver el problema de la pobreza. Pero tenemos que crecer en
la Argentina desde la actividad privada, señor presidente.
Nosotros
creemos que no funciona ni es sustentable ninguna otra ecuación económica en
los casos en que se produce un crecimiento del Estado y una retracción de la
actividad privada. Por eso, entendemos que este proyecto va en la dirección
contraria de la que nos parece correcta a nosotros, más aún cuando entendemos
que debería haber un programa económico global y más completo.
El
gobierno ha manifestado en varias oportunidades –y yo mismo lo he dicho en este
recinto‑ que está trabajando en una reforma del sistema tributario
argentino. No entendemos por qué este proyecto, que tiene que ver con un
impuesto, no es parte de la reforma del sistema tributario de nuestro país. Se
podrá decir que estará vigente nada más que un año. Pero en realidad debería
ser parte de un programa económico que nosotros venimos reclamando desde la
oposición.
Recién
escuchaba algunas de las intervenciones y pensaba que los problemas que tenemos
en la Argentina no vamos a resolverlos hablando del pasado ni armando un
relato. Tenemos que ponernos a trabajar muy seriamente para resolver las
cuestiones más urgentes, y el gobierno nacional tiene la principal
responsabilidad en esto. Desde la oposición, nosotros podemos acompañar con
responsabilidad, pero es claro que la propuesta tiene que surgir del gobierno.
Por ahora, esa propuesta no la conocemos. Es cierto que se han manifestado
algunas cuestiones puntuales, pero nada de eso es parte de un programa integral
para hacer crecer la economía argentina.
Estamos
en una situación tremendamente compleja de la economía. Necesitamos un programa
y que el gobierno nacional asuma rápidamente la responsabilidad de ponerse a
trabajar en esa dirección. Queremos que el gobierno traiga a este Congreso la
reforma tributaria y el plan plurianual que piensa impulsar. Necesitamos que
exprese a la sociedad hacia qué rumbo va la economía.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el diputado
Casas, por La Rioja.
Sr. Casas.- Señor presidente: quiero aprovechar
este momento para saludarlo, ya que por teléfono no me he podido comunicar con
usted. Me alegra muchísimo que haya resultado negativo su hisopado y que ahora
esté con nosotros.
Hoy es
un día sumamente especial porque se conmemora la militancia. Por supuesto que
saludamos a todos. Es un día recargado desde el peronismo con una fuerte
consigna doctrinaria, pero no obstante todos los partidos políticos tienen
militantes y eso es bueno porque contribuye a la democracia.
Un día
antes de su regreso al país, el general Juan Domingo Perón expresó en una carta
que no era la fuerza la que iba a permitir desarrollarnos y que la Argentina
vivía una situación complicada. Posteriormente, dijo que había que aplicar la
inteligencia y la unión de todos los argentinos. Otro recuerdo muy querido y
simbólico es el abrazo Perón-Balbín, Balbín‑Perón.
Durante
este largo debate sobre el tema que estamos tratando se ha escuchado una serie
de conceptos que a uno lo alarman y preocupan. Inclusive, hasta hace un momento
un diputado expresaba conceptos sobre el presidente Raúl Alfonsín y un
colega de su mismo interbloque, con justo reclamo, le dijo que retirara el
sarcasmo con que lo hacía. Yo creo que no es con ese tipo de comportamientos
que vamos a avanzar en la Argentina. No es con sarcasmo ni discursos
altisonantes, ni tampoco echando la culpa a unos y a otros. Cuando alguien
desempeña una tarea, la desarrolla con total transparencia y honestidad, ya que
está encomendada por el voto popular. Se pueden cometer muchos errores, pero
también tener algunos aciertos. Cabe decir también que hay que hacerse
responsables.
Este
gobierno –que es nuestro gobierno pero también, más allá de toda pertenencia
partidaria, el de todos los argentinos‑ tiene la responsabilidad de
gobernar para todos y cada uno de los argentinos. En ese sentido, cada uno de
nosotros tiene que hacerse cargo del hecho de que esta Argentina no es el
producto de lo que ocurrió en estos diez últimos meses del gobierno del doctor
Fernández. La situación de paralización del país es producto de esta
pandemia, en la que estamos expuestos todos y cada uno de nosotros. Usted lo
vivió en carne propia, señor presidente. Pero también lo vive cada uno de los
argentinos y cada una de las argentinas. Por eso, el mejor remedio sigue siendo
quedarse en casa.
Pero
fíjense que entre los años 2015 y 2019 los ingresos tributarios de la Nación
disminuyeron un 2,1 por ciento del producto bruto interno. En parte esto fue
consecuencia de la acción deliberada de reducir los gravámenes sobre sectores
de gran capacidad contributiva. El gasto primario también retrocedió 5,4 puntos
del PBI, con un fuerte ajuste de partidas que fue afrontado por áreas en estado
crítico que son fundamentales, como la salud y la economía, atentando contra el
bienestar de las familias.
La
gestión anterior dejó un saldo de ocho trimestres de caída interanual del
producto bruto interno, incluyendo el primer trimestre de este año. Por ende,
el consumo privado tuvo la misma caída en ese mismo lapso de tiempo. La caída
de la inversión fue del 14 por ciento, en un gobierno cuyo eslogan era que
iban a traer una lluvia de inversiones.
Indudablemente,
había una inflación altísima que, al asumir el doctor Alberto Fernández la
presidencia, lógicamente produjo un incremento en los índices de precios al
consumidor. Todo esto es lo que, de alguna manera, uno tiene que reflejar,
porque se dicen cuestiones sobre un proyecto que fue explicado con
tranquilidad; lo ha hecho el presidente de la comisión, Carlos Heller. Creo que
ha planteado cuál era el objetivo concreto de este proyecto.
Lógicamente,
también va a ser tarea de este gobierno ‑y tarea de todo el Congreso
Nacional‑ debatir un sistema tributario que sea más justo, más
equitativo, y también debatir tener un gobierno de neto corte federal, que no
se vean beneficiados únicamente los sectores de mayor población, olvidándose
del norte argentino, del sur de la patria, del noroeste. Cada uno de los
argentinos debe ser parte y sentirse orgulloso de vivir en esta Argentina que
nos tocó, que la tenemos que defender a ultranza, más allá de las cuestiones
partidarias y de los sectores a los cuales nosotros representamos.
Este
proyecto trata de un aporte extraordinario que va a alcanzar exclusivamente a las
personas humanas de elevado nivel patrimonial, que posean una riqueza declarada
superior a los 200 millones de pesos. Entonces, no podemos decir que acá se va
a frenar a la Argentina.
En
definitiva, esta contribución va a venir a traer a nuestra patria un sentido de
mayor igualdad, y mejorar el sistema de salud pública que quedó destruido en la
gestión anterior y hoy tanta falta nos hace.
Por
último, quiero llamar a todos a la reflexión, incluida también la de quien les
habla. Tenemos que dejar los egoísmos, trabajar en unidad, como en ese abrazo
que se dieron Juan Domingo Perón y Ricardo Balbín, para pensar en los
argentinos. Dejemos de lado las chicanas y empecemos a trabajar por las
argentinas y los argentinos, que tanta falta hace hoy en día.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Cáceres, por San Juan.
Sr. Cáceres.- Señor presidente: quiero adherir a las
palabras de los diputados preopinantes en cuanto al resultado de su análisis.
También quiero insistirle, como hicieron durante esta jornada los diputados de
mi bloque, con respecto a las sesiones presenciales.
Yendo
al proyecto que propone el oficialismo, debo decir que es carente de sustento,
de argumentos; incluso hubo una diputada del Frente de Todos que ya admitió que
esto iba a ir a la Justicia, a los tribunales, con todo lo que esto conlleva,
con toda la gran pérdida de tiempo que conlleva a muchos argentinos. Se detecta
fácilmente una falta de plan, de orientación, de dirección, y esto más que nada
va a tapar los baches que producen la inactividad y la incapacidad del Estado
para resolver los problemas.
Hay
muchas cuestiones que podríamos seguir repitiendo, como se han dicho hoy en el
recinto, sobre la doble imposición, la confiscatoriedad y un montón de
cuestiones. La claridad sobre los destinos de los fondos poco tiene que ver con
la distribución federal, y deberían estar un poquito más detallados en el
proyecto.
También
debemos relacionar esto con otros mecanismos y prácticas del pasado del
kirchnerismo en cuanto al destino de los fondos. Hablo de los fondos de las
AFJP, de la plata de los jubilados de la ANSES y de las reservas del Banco
Central.
Ahora,
¿ustedes creen que esta herramienta va a sacar al país adelante? ¿Ustedes creen
que castigando a quien realiza bien la tarea, nos vamos a desarrollar como
país? Porque muchos de los que ustedes hoy castigan y perjudican, quizás, en
algún momento, solo tuvieron un sueño y muchas ganas de trabajar, pero lo más
importante es que hoy sostienen a la Argentina generando empleo genuino, algo
que ustedes no están haciendo.
La
Argentina necesita inversión y creación de trabajo genuino, y para eso
necesitamos seguridad jurídica y reglas claras, algo en lo que ustedes no están
colaborando. ¿Sabe qué, señor presidente? Es por eso que ustedes no van a sacar
el país adelante. Créanselo. No van a sacar el país adelante y la gente lo
sabe, la gente lo sabe y se queja, lo hace en las redes, lo hace dónde puede,
sale a marchar de norte a sur, desde el Río de la Plata hasta la Cordillera.
Salgan por acá a caminar, por las cuadras de acá; también vayan a Rawson, a
Chimbas o a Calingasta, por mencionar algunos lugares de mi querido San Juan.
¿Sabe
qué dice la gente de ustedes? Que son destructores seriales de la Argentina,
porque a la Argentina no la sacan estas personas que hoy vinieron y trajeron
ustedes, extorsionados bajo la migaja de un plan social. A la Argentina la saca
la gente de trabajo, trabajo que ustedes no promocionan, no promulgan, no nada.
Hace
falta la Argentina de la disciplina, del esfuerzo, la que distingue lo que está
bien de lo que está mal, la que trabaja de sol a sol, como lo hace el campo, la
que tiene mentes brillantes, emprendedores, esos que ustedes están echando,
porque no se les escapa alguna idea para retenerlos. Hace falta la Argentina de
Los Pumas, la Argentina de bien, la de la palabra, la que lucha contra la
corrupción. (Aplausos.)
Señor
presidente: ¿sabe qué? Es muy difícil que ustedes saquen el país adelante. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Eduardo Fernández, por Córdoba.
Sr. Fernández (E.)- Señor presidente: en primer lugar,
gracias por estar, porque usted es parte de este proyecto nacional y merece
estar esta noche. Dijeron algunas barbaridades, así que si algunos nos
contagiamos el coronavirus, bienvenido.
El
Estado argentino, el que encabeza el Frente de Todos, ha acompañado el sistema
productivo, y no solo por el efecto de la pandemia, sino por el estado en que
quedaron el sistema productivo, las pequeñas y medianas empresas, los
trabajadores, las cooperativas, luego de aplicar políticas que no fueron las de
las mayorías.
El
presupuesto 2020 que acabamos de ratificar, en el plano del Ministerio de
Desarrollo Productivo ha aumentado los recursos con respecto al presupuesto de
2019 en el 1000 por ciento. Si esto no es atender la producción y el trabajo,
¿qué es?
¿Qué
hicieron los otros cuatro años? ¿Cómo nos vienen a dar lecciones? Durante 2020,
el 90 por ciento del presupuesto del Ministerio de Desarrollo Productivo se fue
en transferencias al sector privado para sostener a las empresas.
En
2021, vamos a aumentar el 23 por ciento los gastos de capital.
La
asistencia productiva ‑para no poner tantos números‑ ha sido de 3,4
por ciento del Producto Bruto Interno. Los principales instrumentos fueron:
pago de salarios vía ATP, postergación y reducción de contribuciones, créditos
a tasa cero para monotributistas y autónomos.
Y nos
hablan de los emprendedores. Les hemos dado créditos a tasa cero, o las
garantías del FOGAR. Instrumentos como el FONDEP, el FOGAR, el Programa Global
de Crédito del BID, el Programa de Desarrollo de Proveedores, el Programa
de Producción Colaborativa de Economía del Conocimiento, el fondo para el capital
emprendedor, el Programa Nacional para el Desarrollo de Parques Industriales,
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PYME, las inversiones en
minería. Lo estamos haciendo.
Entonces,
el aporte solidario y extraordinario es parte de una política. Esta es la
política. Este es el programa; es claro. Esta es la dirección que hemos dado a
la economía.
Han
puesto a las pymes y a los empresarios a la orden del día en sus argumentos.
Nosotros pretendemos también como objetivo económico, en el aporte extraordinario,
poner a circular ‑directa e indirectamente‑ en la economía los
recursos inmovilizados en el patrimonio de pocos millonarios. No son
forzosamente sectores productivos, a menos que ustedes tengan el listado. Qué
mejor forma de hacerlo que promoviendo la demanda de bienes y servicios; ese es
el principal determinante para nosotros. El principal componente es el consumo
privado.
Por
eso, es necesario, no es una épica populista. Coincide con los intereses de las
mayorías porque, para que exista, debemos devolver los ingresos reales a la
mayoría.
El
gobierno de Macri bajó el impuesto al patrimonio, a la renta de las grandes
empresas. El resultado en cuatro años fue que la inversión productiva cayó un
16 por ciento.
De 2004
a 2015, esta fuerza política, que es tan criticada, hizo crecer la inversión
productiva un 83 por ciento.
Se
habla del criterio federal. Nada más federal que las políticas productivas. Han
hablado de las pequeñas y medianas empresas, y yo debo reivindicarlos.
¡Hay
muchísimos empresarios que han dado la cara defendiendo este proyecto con
nombre y apellido! ¡Hay que reivindicarlos! Tengo más de 20.000 firmas de
movimientos vecinales pidiéndonos que se considere este proyecto. También se
han manifestado los intendentes; por eso están acá. Hay jefes comunales y
Concejos Deliberantes que han apoyado este proyecto. Es épico.
Somos
conscientes de que no resuelve el problema estructural. El problema es si hoy
este Parlamento determina que podemos sacar al país adelante entre todos como
proponemos y solidariamente; nada más y nada menos.
Por
eso, este 17 de noviembre, brindo un homenaje a esos militantes, que no son
aplaudidores seriales sino conscientes de un proyecto nacional...
Sr. Presidente (Massa).- Diputado: vaya cerrando, por favor.
Sr. Fernández (E.).- ...que han defendido hasta con su vida, y no
merecen el insulto de la banca opositora.
Sr. Presidente (Massa).- Quiero agradecer la presencia en este
recinto del ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan
Cabandié.
Diputado
De Lamadrid: puede pedir una interrupción al diputado Zamarbide; de lo
contrario, lo anoto en la lista de oradores y aguarda su turno.
Sr. De Lamadrid.- Quiero plantear una cuestión de privilegio. Anóteme
para el final, señor presidente. No voy a restar tiempo a mi colega diputado.
Sr. Presidente (Massa).- Entonces, lo anoto para el final, señor
diputado. En consecuencia, para una cuestión de privilegio, se agrega al final
de la lista de oradores individuales el señor diputado De Lamadrid.
Tiene
la palabra el diputado Zamarbide, por Mendoza.
Sr. Zamarbide.- Señor presidente: en primer lugar, también celebro
que su test haya dado un resultado negativo y hoy nos pueda acompañar.
Hemos
dicho repetidas veces que el sistema impositivo argentino no funciona, y es una
pena que perdamos una oportunidad como esta para dar una discusión de fondo
sobre un sistema perverso que combina alta presión fiscal con una complejidad
tal que favorece la evasión y la competencia desleal. A la vez, hay un déficit
en los controles. Entonces, nuestro sistema termina perjudicando la actividad
económica y la generación de empleo.
Por
eso, hemos presentado un proyecto para reducir la alícuota general del IVA al
15 por ciento ‑hay estudios económicos que lo respaldan‑. Creemos
que la discusión de una reforma impositiva en la Argentina debería apuntar a la
reducción de impuestos al consumo y a la actividad económica, favoreciendo la
generación de trabajo y beneficiando a los más humildes.
De
hecho, nuestro sistema es tan malo que la Argentina debe ser el único país del
mundo que tiene una profesión clandestina: la del famoso comisionista de IVA,
un personaje que compra y vende facturas apócrifas para favorecer la evasión.
Ahora,
el gobierno nos presenta este proyecto, cuando no hay libro de Economía que
diga que se sale de una recesión como la actual ‑que se generó producto
de la cuarentena estricta en la que hemos estado durante meses‑
aumentando impuestos, sino, por el contrario, reduciendo y estimulando la
actividad económica. Digo esto porque pareciera que, durante décadas, en la
Argentina la salida ante el déficit fiscal crónico ha sido la creación de
nuevos impuestos o el incremento de las alícuotas.
En la
lógica del kirchnerismo no importa el hecho en sí sino el relato del hecho; no
importa el contenido práctico de una ley, sino el título. Entonces, le ponemos
“impuesto a la riqueza” para que parezca que con esto estamos generando
justicia social.
Este
impuesto terminará judicializado, y todos lo saben. Los únicos grandes
ganadores serán los abogados constitucionalistas y tributaristas que están con
el cuchillo entre los dientes esperando los jugosos honorarios que tendrán como
consecuencia de la clara doble imposición que habrá.
Todos
lo han reconocido; todos saben que habrá una superposición con el impuesto a
los bienes personales. Se trata de una ley confiscatoria, que no fija un mínimo
no imponible ‑lo que es una aberración desde el punto de vista del
derecho tributario‑ y que grava activos y no patrimonio neto.
Voy a
poner un ejemplo absurdo para que se entienda. Un patrimonio con un activo de
200 millones y un pasivo de 190 pagará 4 millones de impuestos, aunque su
patrimonio neto sea de 10 millones. Esta iniciativa también grava a los inmuebles
rurales, que son, en definitiva, activos productivos.
En fin,
en tiempos en que debemos fomentar las inversiones, el gobierno las espanta. La
única prosperidad que va a traer será en Uruguay y en Chile, es decir, en
aquellos países adonde expulsamos a empresas y emprendemos argentinos.
Aprovecho
la presencia de los señores ministros para recordarles que las inversiones son
muy difíciles de traer y muy fáciles de espantar; es muy fácil que se vayan.
Esto se va a terminar judicializando, recaudará muy poco y es, en definitiva,
un impuesto para la tribuna. Es hora de que vayamos en serio hacia un esquema
tributario que fomente el trabajo, y sea más justo en el fondo y no en la
forma. Tenemos que animarnos a bajar impuestos a la actividad económica.
Nuestra propuesta se basa en tres pilares y me gustaría que fueran aplicables
en cualquier reforma impositiva: reducir impuestos -bajar la presión
impositiva-, simplificar para evitar los vericuetos que favorecen la evasión y
controlar mejor para evitar la competencia desleal.
Señor
presidente: para no excederme con el tiempo quiero precisar lo siguiente. Si
vamos a pedir sacrificios económicos empecemos por los ricos que no pueden
explicar su patrimonio. Lázaro Báez tiene 1.412 bienes valuados en 205 millones
de dólares. ¿Dónde está el aporte solidario del exitoso empresario Rudy Ulloa?
(Aplausos). ¿Cuánto va a pagar Cristóbal López? Se han llenado la boca
hablando de los más humildes, pero en este recinto le condonaron la deuda del
impuesto a la transferencia de los combustibles. (Aplausos). Podríamos
seguir toda la noche nombrando casos. Este país no necesita más impuestos;
necesita, en primer lugar, que dejen de saquear los fondos públicos para los
amigos del poder. Paremos esta tendencia de cobrar impuestos a los que trabajan
y de aumentar alícuotas y crear nuevos impuestos mientras se han revoleado
bolsos con plata de las coimas en los conventos de la Argentina. Dejen de
presentar proyectos con nombre bonito como el de aporte solidario, que
solamente sirven para la tribuna, y trabajemos en construir un Estado y un
sistema fiscal que ayude y acompañe al emprendedor, al comerciante y al que
genera trabajo. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Fagioli,
por Buenos Aires.
Sr. Fagioli.- Señor presidente: saludo a las compañeras y
compañeros ministros del Poder Ejecutivo por estar presente en esta sesión en
una noche tan importante.
Traje
algunas fotos que me gustaría mostrarles, sobre todo a aquellos diputados y
diputadas que han dejado muy en claro la distancia que tienen con nuestro
pueblo, para que pueda graficar lo que voy a ir diciendo. La idea es que, por
lo menos a través de las fotos, puedan ver la realidad de nuestro pueblo, de la
cual han sido responsables con sus políticas durante los cuatro años de
gobierno.
En esta
primera foto se aprecia a un compañero cartonero al que se lo ve claramente
trabajando, revolviendo la basura, buscando un cartón o algún material
reciclable para vender.
En esta
segunda fotografía se ve otra realidad. Concretamente, la de nuestras madres
del conurbano que viven solas, cuidando a sus hijos, que muchas noches se
desvelan porque tienen que quitar el agua cuando llueve y se les inunda la
casa, y a la mañana tienen que levantarse para ir a trabajar. Pero cuando
vuelven del trabajo tienen que ver de dónde sacan agua, porque tienen una
conexión precaria que necesitan para poder vivir.
En la
tercera foto se aprecia a un padre yendo a trabajar después de un día de inundación.
Ese padre, seguramente, trabaja y se desloma todos los días durante quince
horas, pero los fines de semana no tiene la posibilidad de descansar, porque
junto a sus vecinos se tiene que organizar para ver cómo hace para que esa agua
pueda drenar.
Sr. Iglesias.- ¡Veintiocho años gobernaron la provincia, caradura!
Sr. Fagioli.- Finalmente, en esta fotografía podemos ver a las
compañeras de los comedores y merenderos populares que tanto trabajo hacen por
nuestro barrio. (Aplausos). Por cierto, lo hacen con fuego, porque el
gas natural no llega a los barrios populares. (Aplausos)
Hay
miles de ejemplos que podemos dar y no me alcanzaría el tiempo. Ejemplos no
solo de cómo los sectores populares intentan salir adelante sino cómo se
esfuerzan para ayudar a la comunidad entera. Estos compañeros y compañeras
viven, consumen, trabajan, producen y aportan también a la economía de este
país. Viven en situaciones de mucha precariedad en barrios sin servicios, sin
asfaltos, sin zanja ni recolección de residuos.
A
muchos se les ocurre decir que estos compañeros no trabajan lo suficiente, ni
hacen el mérito o no se esfuerzan para poder progresar. Y quieren convencernos
de que ahogamos económicamente a las diez mil personas más ricas del país, y
que los que están ahogados económicamente, porque su vida entera ha sido
precarizada, sufren esa realidad porque no se han sacrificado. Esto es una
mentira terrible.
Muchos
deben pensar de qué estoy hablando. Efectivamente, se trata de que vivimos en
una sociedad profunda y obscenamente desigual. Después del saqueo descomunal
que sufrió la economía argentina con una fuga de capitales sin precedentes, con
una deuda tomada que la fugaron íntegramente sus amigos, nuestra
responsabilidad es terminar con esa desigualdad galopante y avanzar para que
todos y todas en nuestro suelo puedan vivir con un piso de igualdad y dignidad
inquebrantables. Vamos a avanzar en la conquista de derechos para nuestro
pueblo.
Esas
imágenes que les acabo de mostrar hay que seguir mirándolas. Hay que hacerse
cargo y encontrar soluciones, porque no se puede seguir mirando para otro lado,
criminalizando y estigmatizando, como lo hicieron ustedes en su gobierno, solo
beneficiando a unos pocos, esperando eternamente que se haga realidad la falsa
teoría del derrame. Esto se resuelve con políticas públicas que tienen una
orientación para garantizar los derechos de los sectores que peor la están
pasando. De esto se trata el aporte extraordinario. El objetivo es garantizar
ese piso de igualdad, generar el equilibrio que se había perdido durante estos
últimos cuatro años y apostar a levantar a la Argentina.
Con
este aporte calculamos que vamos a recaudar más de 300.000 millones de pesos.
Ya se ha hablado de las inversiones que vamos a hacer en materia productiva, la
beca Progresar y en salud; pero quiero detenerme en el 15 por ciento que vamos
a poder invertir en los más de 4.416 barrios populares que involucran a más de
cinco millones de personas. Se trata de 45.000 millones de pesos que vamos a
poder invertir en obras de infraestructura para llevar luz, agua, cloacas; en
definitiva, para llevar dignidad a todas esas familias.
Finalmente,
quiero decir que los que están ahogados no son las diez mil personas que se van
a ver afectados por este aporte sino los millones de argentinos y argentinas
que todos los días ven cómo hacen para parar la olla. Son esos millones de
argentinos y argentinas los que se van a ver favorecidos por este aporte
extraordinario. Por eso, estoy feliz de que en el día de la militancia estemos
tratando este tema, tal como haremos con la ley del fuego y la Ley Yolanda. Es
muy importante que sigamos avanzando en políticas redistributivas que pongan de
pie a la Argentina. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada
Ascarate, por Tucumán.
Sra. Ascarate.- Señor presidente: celebro los buenos resultados de
sus estudios.
Sr. Presidente (Massa).- Muchas gracias, señora diputada.
Sra. Ascarate.- Conocemos una gran cantidad de impuestos excepcionales
y hay muchos en la Argentina. La mayoría son distorsivos, por una única vez y
con un plazo determinado. Este impuesto que se va a votar es populismo
tributario. Además, desconoce una realidad. Quienes son titulares de estas
grandes fortunas tienen todo invertido. Capital de trabajo, ¿les suena? Los que
producen, generan empleo: fábricas, campos de cereales, de frutas, verduras,
caña, limones, ganado, maquinarias agrícolas, automotores, líneas productivas,
negocios en las ciudades con sucursales, una gran franja de titulares de las
pymes. ¿Cómo van a pagar? Retrasando inversiones, vendiendo activos o
desinvirtiendo. Pero les cuento que no salimos más de la crisis sin
inversiones, y estas vienen del sector privado. No habrá inversiones con la
incertidumbre que existe en un país con malas leyes.
La
Argentina deberá decidir si sigue con la improvisación fiscal, la falta de
programación económica y el asedio a las empresas, o si se dispone a construir
un sistema inclusivo y sostenible sobre la base de una fiscalidad previsible
que respete el esfuerzo de los ciudadanos y sus bienes legítimos.
Resulta
imprescindible una reforma integral impositiva. ¿Cuál es nuestra propuesta? El
esfuerzo compartido, que nos recuerda la vigencia de Raúl Alfonsín y la ética
de la solidaridad.
Si
queremos que las grandes fortunas paguen los impuestos que hoy no pagan, que
hagan el esfuerzo que no realizan, que practiquen la solidaridad que les
resulta ajena -porque además queremos encontrar esos patrimonios que están
ocultos, esas fortunas que se refugian en paraísos fiscales-, es allí donde hay
que poner el foco.
El
objetivo es ampliar la base de los impuestos y buscar a los evasores que están
escapando del compromiso y del esfuerzo compartido, y tenemos los instrumentos
para ello. La Argentina ha firmado acuerdos de cooperación internacional
tributaria. Por eso, no necesitamos una
ley, sino una administración tributaria que se ponga a trabajar; control y
administración.
Señor
presidente: se ha dicho mucho en el transcurso de la jornada. ¿Qué más puedo
agregar? Voy a contar una historia, de la que soy parte.
Mi
abuelo fue un hombre de apuestas, de las verdaderas y reales apuestas de vida.
Apostó a sus sueños, dejando a los 14 años su Navarra natal. Apostó al trabajo; de oficio, carpintero;
primer grado, autodidacta. Fundó la mayor carpintería artesanal e industrial
del Noroeste argentino, una empresa que creció. Para completar el proceso
productivo, además, invirtió y construyó aserraderos.
Uno de
sus hijos pudo acceder a la universidad pública y gratuita: mi padre, quien
también fue hombre de apuestas. Apostó a
la empresa, compró campos y se dedicó a la producción agrícola-ganadera.
Instaló el primer tambo mecanizado de Tucumán y apostó al cooperativismo. Fundó
tres cooperativas: la Cooperativa de Tamberos de Trancas, la Cooperativa de
Tamberos de San Miguel de Tucumán y la Cooperativa de Semilleros de Trancas,
que certificaba las semillas de acuerdo con el INTA. Fundó también la cuenca
lechera de mi provincia, Tucumán.
Asimismo,
apostó a la educación: todos sus hijos fuimos egresados de la universidad
pública. Donó tierras para la construcción de escuelas y jardines en Zárate
norte. Donó tierras para rutas, canchas de fútbol y clubes para sus empleados
rurales.
A estas
dos personas, mi abuelo y mi padre, que apostaron al esfuerzo y al trabajo, que
fueron emprendedores, formadores e inversores, y que arriesgaron su propio
capital y apostaron a la Argentina, los traigo aquí, ante mí, y los interpelo:
“Viejo, no era esa la forma de crecimiento. Deben volver a tributar los
impuestos que ya han pagado y no seguir invirtiendo. No es ese el camino.”
Entonces,
yo pregunto: ¿realmente se equivocaron?
Sr. Presidente (Massa).- Vaya redondeando, señora diputada.
Sra. Ascárate.- Ya termino, señor presidente.
Pues
no, seguro que no se equivocaron. Es así como se hizo grande la Argentina, con
la convocatoria de los sectores productivos.
Esas son las verdaderas apuestas al futuro.
Por
todo lo expuesto, anticipo mi voto negativo al presente proyecto de ley.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado De
Marchi, por Mendoza.
Sr. De Marchi.- Señor presidente: voy a referirme rápidamente a
tres cosas concretas. Primero, el gobierno gasta más de lo que tiene. Segundo,
el gobierno gasta mal lo que tiene. Tercero, el único camino necesario para
poder recuperar el empleo y el desarrollo es la inversión privada.
Uniendo
estos tres ejes y aprovechando la gentil visita de los ministros responsables
del área, uno puede concluir que se gasta mucho, se gasta mal y eso hace que se
espanten a diario las inversiones en la Argentina.
¿Cuál
es la solución que cualquier equipo sensato podría encontrar a esto? “Gastemos
menos, gastemos mejor y atraigamos inversiones”. Pero eso no es lo que se está
haciendo. Por eso, quiero aprovechar esta oportunidad para pedir a los
ministros presentes -que están entretenidos hablando entre ellos- que sean un
poco más creativos en las soluciones, porque la solución que se le ha ocurrido
al negociador de la deuda, que se levanta en este momento, es una muy creativa:
un nuevo impuesto.
Pero
como el hecho de presentarlo como un nuevo impuesto es algo casi desagradable,
se lo enmarca en un escenario épico. Ese escenario significa algo parecido a
Robin Hood: “Les vamos a sacar a los más ricos”.
El
segundo tema es a quiénes se les dará lo que se les saque a los más ricos. Esto
lo enumera el artículo 7° del dictamen en tratamiento, que dice que se
destinará a la compra de equipamiento médico, a subsidios a las micro, pequeñas
y medianas empresas, un 20 por ciento irá a becas Progresar y a estudiantes, y
un 15 por ciento a los barrios populares, etcétera.
Pero lamento decirles que el gobierno prioriza
muy mal el gasto, porque lo que hace es despilfarrar en gastos absolutamente
innecesarios. Hace todo lo contrario: pone en esta lista los gastos que no son
necesarios. ¿Se entiende el razonamiento? Si esto fuera tan importante, ya
estaría contemplando en los gastos originales, y no se estaría viendo la posibilidad
de recaudar más para poder afrontar esos gastos que están incluyendo en este
dictamen.
Por lo
tanto, quiero sugerir al señor ministro que en primer lugar redefina y evalúe
realmente las prioridades del gasto. Entonces, se va a encontrar con un artículo
7º modificado, porque las imputaciones que se están poniendo aquí van a pasar a
presupuesto general. Por consiguiente, lo que se recaude por este impuesto
podrá destinarse a otros fines. Por ejemplo, 20 por ciento a los feudos
provinciales; otro 20 por ciento, en lugar de emplearlo para las medianas
empresas, podría destinarlo a las moratorias para los amigos del gobierno, y un
poquito a la corrupción. Midámosla, y pongámosle una platita.
En el
tercer inciso del artículo 7º, en lugar de destinar un porcentaje a las becas
Progresar y a los estudiantes -que ya las habremos pagado-, paguemos a los
intermediarios de la pobreza -a algunos de los cuales los tenemos aquí, en el
recinto-, o a aquellos que, plantando perejiles a la sombra de un tilo en
tierras usurpadas, quieren hacer la gran revolución. Eso les cuesta plata a los
argentinos que pagan impuestos. Eso no es gratis.
Por
favor, separemos además un 40 por ciento para el amigo Kicillof: la inoperancia
más escandalosa de la provincia de Buenos Aires en las últimas décadas. De
enero a octubre ya le hemos girado al amigo Kicillof unos 180.000 millones de
pesos por fuera de la coparticipación. El 60 o 70 por ciento de este impuesto
se lo lleva el amigo Kicillof.
Señor
presidente: sepa que nada de esto es gratis. Toman estas hipócritas decisiones
llenándose la boca de pobres. Lo hacen con hipocresía y hasta con maldad en el
fondo, porque lo deciden con sueldos depositados a fin de mes. ¡No conocen la
pobreza muchos de los que aquí hablan de pobreza! ¡Se cagan en la pobreza!
¡Usan la pobreza!
Estas
hipocresías se pagan con más pobreza; estas hipocresías se pagan con más
exclusión. ¿Saben con qué más se pagan? Con un Estado cada vez más incapaz de
ocuparse de las cosas importantes.
Para
terminar, voy a leer algo que se lo adjudican a Vargas Llosa, aunque no ha sido
de Vargas Llosa. Todo este paquete de
medidas conduce a la abundancia de Venezuela, a los salarios de Cuba, a la
libertad de Corea del Norte y a la Justicia de China. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la
palabra el diputado Pérez Araujo, por La Pampa.
Sr.
Pérez Araujo.- Señor
presidente: es un gusto y una gran alegría verlo presidiendo la sesión en
cumplimiento de su rol.
Quiero manifestar un agradecimiento
-estamos lejos y no los vemos desde aquí- a los ministros y funcionarios del
Poder Ejecutivo Nacional, que están presentes en el recinto.
Cuesta hacer un discurso tan encendido
como el que acabamos de escuchar. Trataré de ser un poco más educado.
Es el día del militante y
verdaderamente el destino ha hecho que nos encontremos hoy abordando el
tratamiento de un proyecto sobre un aporte extraordinario y solidario, del que
ya se ha hablado mucho.
Hemos estado varias horas escuchando a
diputados y diputadas de la oposición, en una cantinela a la que ya nos tienen
bastante acostumbrados en estos once meses de gestión. Esto nos ha llevado a
encontrar que se oponen a todo. Hoy un diputado dijo “vamos a votar en contra,
aun cuando perdamos votos”. Considero que ya están mirando el proceso electoral
del año que viene.
Nos hablan de épica y romanticismo, y
en esa postura pretenden vestir con un ropaje ideológico a este proyecto que,
por supuesto, lo tiene, porque estamos hablando de política y nos encontramos
en el Congreso de la Nación, ¿cómo un proyecto no va a tener un sesgo
ideológico? El tema es que, claramente, a ellos les hace ruido y les molesta.
Desde esa épica y ese romanticismo nos hablan de populismo tributario; nada más
épico y romántico que ese término.
En mi caso, podría expresar numerosas
cuestiones que tenía preparadas. Por ejemplo, que este aporte afecta a 9.298
-aunque pueden ser 10.000 u 11.000- argentinos y argentinas, personas físicas,
pero eso no viene al caso. El punto es que conforman el 0,02 por ciento de la
población. Entonces, teniendo en cuenta esos números pretender endilgarnos que
estamos enfrentando argentinos contra argentinos es verdaderamente un
absurdo.
Cabe precisar que se han mencionado
cuestiones jurídicas. Tengo la fortuna de haber transcurrido más de un cuarto
de mi vida como procurador de mi provincia y haber recorrido los tribunales de
ella con temas tributarios, así como también de la propia Corte Suprema de
Justicia de la Nación. Verdaderamente, todas las cuestiones a las que han hecho
mención los diputados de Juntos por el Cambio cuando se refirieron a la doble
imposición y a la confiscatoriedad, no tienen ningún sustento.
Por el contrario, tiene sustento el
hecho de que el Diario de Sesiones de hoy le servirá para ir a la Justicia a
muchos abogados que van a defender los mismos intereses que ellos.
Insisto que nos hablan de épica y
romanticismo, pero está claro que la relación de fuerzas en la República
Argentina es desfavorable a un gran sector de la sociedad.
A nosotros y nosotras, como
representantes del pueblo argentino -como peronistas que somos, en el Día de la
Militancia, recordando la vuelta al país del general Perón‑, nos queda el
trabajo de alterar ese desfasaje de fuerzas que impera en la sociedad argentina
respecto de lo realizado por algún sector, siempre desde el mismo lugar de la
mecha. Es decir, cuando son oposición, defienden los intereses que hoy están
defendiendo. Esta iniciativa no es impulsada como una ley contra alguien, sino
a favor de muchos. No reiteraremos los destinos de los más de 300.000 millones
de pesos que esperamos que se recauden.
La oposición se refirió mucho a un
futuro distópico. En este proyecto, nosotros podemos tener cierta épica, cierto
romanticismo, cierto sesgo ideológico, pero lo que tenemos claro es que tenemos
que trabajar para los que menos tienen y ese es el sentido de este proyecto,
que no va en contra de nadie.
No nos llama la atención que haya
tenido que venir el doctor Raúl Alfonsín para poner los puntos sobre las íes,
para aclararnos un poco el panorama y mostrarnos que la grieta que nosotros
pretendemos superar y sobrevolar no necesariamente está superada dentro de
algún interbloque de esta Cámara.
Para concluir, quiero señalar que
proyectos de este tipo pueden generarnos dudas. Personalmente, creo que
demoramos mucho y que tendríamos que haberlo tratado antes. Espero que no
lleguemos tarde. Las dudas que quizás se nos generan resultan absolutamente
evadidas cuando vemos quiénes son los que se oponen a estos proyectos, pues son
siempre los mismos.
Por eso, a través suyo, señor
presidente, queremos decir a los compañeros Carlos Heller y Máximo Kirchner,
los autores de este proyecto, que levantaremos las dos manos para manifestar
nuestro deseo de que se apruebe, justamente hoy, en el Día de la Militancia.
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra
la señora diputada Matzen, por Río Negro.
Sra.
Matzen.- Señor presidente: en el
tratamiento de este proyecto nos encontramos ante un nuevo relato. Según la
Real Academia Española la palabra “relato” refiere a un suceso falso o de pura
invención, y la verdad es que este proyecto es la máxima expresión de esa
definición.
En ese sentido, estamos discutiendo un
proyecto que nos miente desde su título, a nosotros y también a los argentinos
y a las argentinas. Se refieren al aporte solidario siendo que estamos frente a
una confiscación impuesta, así como también señalan de que será extraordinario
y aplicado por única vez, pero los antecedentes históricos de nuestro país no
ayudan.
Por otro lado, mencionan fines nobles,
necesidades vinculadas a todos los efectos que ha tenido el COVID-19, a los
barrios populares y a las becas Progresar para los jóvenes. A esta altura,
nadie puede negar que los dos grandes problemas de la Argentina son la
desigualdad social y la pobreza, pero es necesario encontrar medios igual de
nobles para resolver esos problemas y no caminos espurios. Ese es el falso
relato progresista que nos quieren vender: fines nobles y medios espurios.
Todo esto es una pena, porque el
proyecto que se plantea se podría haber dado en el marco de una discusión real,
de una reforma tributaria amplia y progresiva, y de la eliminación del impuesto
a los bienes personales, tal como está planteado hasta hoy, para dar una señal
clara y sincera de austeridad en la administración del Estado.
Considero que hubiera sido importante
una actitud de apertura y escucha, para discutir en serio el futuro de nuestro
país y de sus problemas, pero el gobierno no tiene ni apertura ni escucha,
porque en realidad lo que necesita es un velo que tape y deje tras bambalinas
el ajuste que están poniendo en marcha que, claramente, se podría ubicar en las
vitrinas del modelo neoliberal que tanto les gusta criticar.
Mientras tratamos este proyecto, la
gente ve las ineficiencias del Estado, más inseguridad, ocupación de tierras
sin resolver y que el acceso legal a la tierra es casi un imposible. Asimismo,
falta de reconocimiento al personal sanitario en un sistema que está colapsado,
y este impuesto que no busca dar respuesta a esas ineficiencias del Estado. Es
decir, no beneficiará a los médicos ni al personal de salud de mi provincia,
por ejemplo. Mucho menos beneficiará a los jubilados, que conforman el mayor
grupo de riesgo de esta pandemia y han visto en estos meses cómo el Estado ha
decidido quedarse con parte de lo suyo. En
todo caso, será de manera discrecional, tal como nos tienen acostumbrados desde
que asumieron, tomando decisiones sobre el destino de esos fondos sin la
transparencia que la gente necesita y está pidiendo. Entonces, este impuesto
termina siendo un proyecto tratado fuera del contexto que estamos viviendo.
Señor presidente, podríamos habernos
puesto de acuerdo en el proyecto, podríamos haber coincidido en los fines, en
los objetivos, definir quiénes deben hacer el esfuerzo y para quiénes deben ser
los beneficios, producto de dicho esfuerzo.
En lo que respecta a quienes deben
hacer el esfuerzo, podemos coincidir en que deben ser los grandes poseedores de
fortunas, pero también nosotros debemos dar el paso y hacer el esfuerzo. Por
ejemplo, tal como lo dijeron aquí varios diputados preopinantes, debemos buscar
a los grandes evasores o a los especuladores del juego y de la timba de este
país.
Además, podríamos dar el ejemplo
tratando la ley de extinción de dominio, para recuperar los bienes que son
producto de la corrupción o realmente decidirnos a tratar el proyecto de ficha
limpia, que garantizaría erradicar la corrupción del Estado. Seguramente, con
estos dos proyectos tendríamos un mejor ahorro y mejores recursos que lo que
significa este impuesto.
Sin embargo, como dije anteriormente,
el gobierno inició el relato, la ficción, el velo que esconde la verdad y ese
no es el camino. La Argentina en el proceso que viene necesitará más realidad y
menos fantasía.
Para finalizar, quisiera decir que
esta iniciativa no tiene nada que ver, ni en su origen, ni en su contenido, ni
en sus intenciones, con el proyecto del doctor Raúl Alfonsín.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Yutrovic. ¿Le
concede una interrupción a la señora diputada Cerruti, señora diputada?
Sra. Yutrovic.- Sí, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Para una interrupción, tiene la palabra la señora
diputada Cerruti, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sra. Cerruti.-
Señor presidente: por motivos de público conocimiento usted se incorporó tarde
a la sesión y se perdió de escuchar larguísimos discursos de la mayoría de los
diputados y diputadas de la bancada opositora reclamando presencialidad en las
sesiones. Evidentemente, se acabó ese reclamo cuando comenzó el partido de
Argentina, porque no quedó ni un diputado en el recinto. (Aplausos.)
Entonces, ya que insisten tanto con la
presencialidad, solicitamos que por lo menos traten de escuchar el partido de
alguna otra manera.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Yutrovic.
Sra. Yutrovic.- Señor presidente: es indiscutible que esta pandemia ha
profundizado la crisis que ya heredamos y ha provocado pérdidas enormes en todo
el mundo, tanto en vidas como en salud e ingresos económicos.
En este sentido, quienes más han
perdido son los trabajadores y las trabajadoras, las empresas de todo tipo y
tamaño, los comercios, los cuentapropistas y ni hablar de las familias más
pobres, en las que los más vulnerables son los niños y las niñas.
Aquí escucho hablar de doble
imposición, de impuestos confiscatorios, de inversiones que no van a venir, de
compensar el impuesto a las ganancias a quienes serían los aportantes de esta
ley que queremos sancionar, de rebelión fiscal y de pérdida de rentabilidad, y
siento que están lejos de ver la realidad de los millones de argentinos y
argentinas que han perdido prácticamente toda posibilidad de supervivencia y de
tener alimento para comer.
El Estado está haciendo un gran
esfuerzo para sostener a esas familias, a las empresas y a sus trabajadores, a
los municipios y a los Estados provinciales, que son parte de esa cadena de
sostén que cuenta con recursos cada vez más escasos.
Aquí se han vertido conceptos sobre
este proyecto que nada tienen que ver con la realidad. No se trata de un
impuesto sino de un aporte solidario por única vez que se aplica sobre los
patrimonios en valores fiscales y declarados de aquellas personas más ricas.
Además, se ha dicho que lo pagan las
empresas y no es así porque los aportantes son personas humanas. También se
dijo que vamos a espantar a las inversiones, generando desconfianza, cuando
está claro que los inversores deciden invertir en un país no por sus volúmenes
patrimoniales sino por las condiciones económicas. En este sentido, nuestros
ministros –sobre todo el ministro de Economía que estuvo aquí presente- están
trabajando seriamente y mucho.
Por otra parte, se dijo que se trata
de un impuesto confiscatorio y digo que no, porque la alícuota es progresiva y
se modifica del 2 al 3,5 por ciento a medida que aumentan los patrimonios.
Por último, se dijo que solo la
Argentina está discutiendo este tipo de iniciativas y tampoco es cierto porque
existen proyectos similares que se debaten en Alemania, España, Italia, Reino
Unido y Rusia.
Por eso, considero que debemos
insistir en que este proyecto no es en contra de nadie, sino a favor de
millones de compatriotas que sin la ayuda del Estado ‑como por ejemplo a
través del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) o del Programa de Asistencia de
Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP)‑ no tendrían, como dije
antes, ni siquiera acceso al alimento.
El Estado debe seguir destinando
recursos para mejorar las condiciones de los más humildes, para acompañar a los
chicos y chicas con las becas del Programa Progresar, para ayudar a las pymes
que cerraron durante la pandemia y también a todas las que cerraron durante los
últimos cuatro años, en los que el mejor equipo económico de los últimos
cincuenta años les aplicó una cruel política económica neoliberal. Además, debe
destinar recursos para mejorar las condiciones de nuestros barrios populares
-como mencionó el señor diputado Fagioli-, para generar inversiones en la
producción gasífera, para generar infraestructura de salud y también para
comprar las vacunas que tanto necesitamos.
Por eso, considero que debemos pedir a
estos casi nueve mil trescientos contribuyentes, que son las personas más ricas
de la Argentina, que hagan este esfuerzo y este aporte solidario.
Personalmente, creo que atravesamos
una pandemia sin precedentes en el mundo, que nos debe convocar y debe
convocarlos en sus condiciones de riqueza, para colaborar con la patria, con
esa patria que es el otro y que necesita de ellos para tener una Argentina más
igualitaria. Por todo lo expuesto, señor presidente, adelanto que acompañaré
este proyecto con mi voto afirmativo.
Finalmente, quisiera aprovechar la
oportunidad para saludar en el Día de las Militancias a aquellos que creen, que
defienden y que luchan por transformar su realidad y la de quienes los rodean,
para que todos tengamos una Argentina más justa y con más justicia social.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Iglesias, por la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Iglesias.-
Señor presidente: cada día me sorprende más el grado de irrealidad de este
gobierno y de la bancada oficialista.
¡Muchachos, vean la realidad, por
favor! En el mundo hay 194 países y nos metieron en una catástrofe económica
pretendiendo evitar un desastre sanitario. A cambio, hoy tenemos la catástrofe
económica y el desastre sanitario.
De esa cantidad de países del mundo la
Argentina es el cuarto en muertos por habitante y el noveno en caída del PBI.
Me pregunto de qué están hablando. El problema aquí no fue la pandemia, porque
la padeció todo el mundo, sino la cuarentena y las políticas delirantes.
Nuestro país, señor presidente,
perderá 12 puntos del PBI. Es decir, 50 por ciento más que el de Latinoamérica
-la región de peor performance en el mundo‑, el doble que Brasil y Chile,
y el triple que Paraguay y Uruguay. La causa de ello no fue la pandemia, sino
la cuarentena y las políticas de este gobierno.
El
partido del primer trabajador, que es el que gobierna, perdió más de 300.000
puestos de trabajo. Estos son datos de ustedes de antes de la cuarentena. Antes
de la cuarentena, 300.000 y, después, 3.500.000 puestos de trabajo. También son
datos de ustedes.
La
desocupación, si se toma la población económicamente activa estable es superior
al 40 por ciento. Entonces, ¿de qué están hablando?
La
CEPAL, no el FMI, prevé que en 2020 la pobreza en Argentina va a subir 11
puntos -y se va a quedar corta-; cuatro veces más que los neoliberales Brasil,
Paraguay y Uruguay, y el doble que Bolivia y Chile. ¿De qué están hablando?
¿La
igualdad? La igualdad bien gracias, compañeros.
El
índice de Gini, medido por la CEPAL, dice que la Argentina va a perder seis
puntos. Es decir que tendrá la peor performance de la región más desigual del
mundo, junto a las de Ecuador y Perú. Estamos entre los tres peores de la peor
región del mundo en desigualdad. ¿De qué están hablando?
Hablan
de deuda. ¿Saben cómo está la relación deuda PBI, medida al dólar real? Está
llegando al 200 por ciento. Revisen los datos, compañeros.
¿Hablan
de fuga? Nos han endeudado en 20.000 millones de dólares en nueve meses. Es el
ritmo más alto de la historia. Veinte mil millones de dólares en nueve meses.
De los
12.000 millones de dólares que dejamos en el Banco Central, se fugaron más de
10.000 millones de dólares. Por eso, la brecha cambiaria está dónde está. Son
30.000 millones de dólares en nueve meses.
El
déficit fiscal primario está llegando al 8 por ciento, 10 por ciento y más,
total.
El
valor del dólar se triplicó desde las PASO de 2019. El stock de LELIQ,
que iba a pagar el 20 por ciento a los jubilados, se triplicó y el Banco
Central emitió casi 2 billones para financiar al Tesoro.
¿De qué
están hablando? ¿Saben por qué no estalló la hiperinflación y no voló por los
aires el país? Por lo que ustedes llamaron “tierra arrasada”. La tierra
arrasada era casi equilibrio primario, 0,5 por ciento de déficit, superávit
comercial, casi 16.000 millones de dólares anuales, cambio competitivo,
dieciséis provincias con las cuentas en verde, tarifas que cubrían el 88 por
ciento del costo de producción de energía, 43.912 millones de dólares en las
reservas y una base monetaria que no creció durante un año, que nos costó la
elección, pero les dejó el lugar desde donde triplicaron la base monetaria.
Muchachos:
son el peor gobierno de la historia. Miren los números y dejen de guitarrear.
¿Cuál
es la lógica de este gobierno? Es muy vieja, se llama combatiendo al capital.
Para ustedes, combatir la pobreza es combatir la riqueza. Cuando esta lógica
empezó el 17 de octubre de 1945, la Argentina era el sexto país en PBI per
cápita del mundo. Hoy estamos detrás del puesto número 60.
No mientan.
No es ricos contra pobres. Yo recorrí la Avellaneda en la que me crié y todo el
conurbano durante la campaña, y advertí que está lleno de pobres vecinos
indignados que viven sin laburar, y de los subsidios.
Es
mentira que es ricos contra pobres. Está lleno de pobres que laburan y está
lleno de ricos subsidiados que viven de este modelo, empezando por la
oligarquía peronista, la oligarquía que vino a acabar con todas las oligarquías
y se transformó en la peor oligarquía que saqueó este país.
Esa es la
grieta. No se trata de ricos contra pobres sino de los que viven de su laburo y
de sus inversiones, y quienes han sido reducidos a ser súbditos de un sistema
medieval peronista.
Esa es
la verdadera grieta: los que laburan e invierten y los que viven de ellos...
Sr. Presidente (Massa).- Vaya redondeando, señor diputado.
Sr. Iglesias.- Ya concluyo, señor presidente.
Esta
ley fue propuesta y lleva la firma del príncipe heredero de la dinastía
Kirchner, que tiene doce años de saqueo, riquezas que no puede explicar y cobra
impuestos a los que trabajaron e invirtieron en este país.
¿Cuál
es el mensaje? Muy simple: el capitalismo está mal; el choreo está bien. Ese es
el mensaje de esta ley. Las usurpaciones están bien; el mérito está mal. Las
ocupaciones de tierra están bien; la propiedad privada y el esfuerzo están mal.
Cambiemos
muchachos. Vayamos a otro país. Vivamos en un país en el que el capitalismo, la
inversión, el mérito y el esfuerzo estén bien, y un país en el que el choreo
esté mal.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Vivero,
por Neuquén.
Sr. Vivero.- Señor presidente:
bienvenido. Me hace acordar al “Patito” Galmarini, en el segundo tiempo
de un partido de Tigre. Así que, estamos
contentos.
Arranco
así porque, la verdad es que me había tentado de contestar al diputado
“metralleta”, pero no vale la pena, porque ya es un “metralletita”. Es todo
humo y la zaraza de siempre. Entonces, no tiene sentido contestarle;
lamentablemente, da pena. Tiró tantos números que nos mareó y se mareó él, me
parece.
En
estas últimas semanas, cuando comenzamos el debate sobre este proyecto de ley y
discutimos y debatimos el presupuesto ‑no solamente las posiciones de la
oposición aquí en el recinto, sino también las posiciones que se han manifestado
públicamente en los medios de comunicación y en las redes sociales‑, se
soslayaron dos temas que son centrales, al momento de cualquier análisis y
contextualización de las decisiones que estamos tomando.
Por un
lado, se soslaya el impacto dramático y profundo que está teniendo la pandemia,
no solamente en la Argentina, sino en todo el mundo, en términos sanitarios. No
voy a volver sobre el tema de que no teníamos Ministerio de Salud ni nada de
eso. Pero, en términos sanitarios estábamos totalmente desfinanciados y el
sistema sanitario público-privado de la Argentina estaba desguazado.
Por
otro lado, está el impacto económico y social de esa pandemia, pero también se
soslaya el hecho de que esta pandemia ha venido a profundizar el impacto social
y económico de las medidas de cuatro años de gestión de gobierno. Claramente,
esto se ha profundizado y se ha dramatizado y, obviamente, ninguna situación
que hubiésemos previsto o esperado podríamos haberla atendido sin hacer un
enorme esfuerzo y alcanzar un protagonismo por parte del Estado, que es lo que
ha venido ocurriendo en este tiempo.
Por
otro lado, en al análisis hay un poco de hipocresía y de coherencia por parte
de la oposición.
¿Por
qué digo hipocresía? Porque no se puede pretender lograr un determinado
resultado aplicando políticas que en su implementación llevan a resultados
diametralmente opuestos.
Nosotros
hemos asistido al mayor escándalo de endeudamiento en la historia nacional, sin
siquiera que un papel pase por la puerta de este Congreso Nacional, mientras el
presidente de ese momento dijo que no iba a recurrir al Fondo Monetario
Internacional.
También
escuchamos un discurso, previo al ballotage de 2015, de quien era en ese
momento vicepresidenta de la Nación, quien dijo que no se iban a aumentar las
tarifas ni los servicios públicos de la Argentina. Sin embargo, se aumentó el
2.000 por ciento, se dolarizó y se benefició a los sectores concentrados
trasnacionales de la economía.
En ese
estrado donde está usted, señor presidente, el día de la asunción del
expresidente Mauricio Macri -toco madera- dijo que iban a trabajar por la
pobreza cero.
Todas
las medidas que tomó ese gobierno fueron para profundizar la pobreza y la
indigencia en la Argentina. Las tarifas de gas que se pagaban 800 pesos en mi
Patagonia, hoy se pagan entre 7.000 y 8.000 pesos, merced a ese esquema de
impulso del cuadro tarifario energético que llevaron adelante.
El
endeudamiento y todas las medidas que impulsaron, hicieron que ese fuera el
primer presidente que no pudo ser reelecto en un segundo mandato
constitucional. Pero también hay una parte de coherencia en el análisis que
hace la oposición, porque como oficialismo defendieron los intereses de los
sectores concentrados de la economía y de los más ricos.
Por ejemplo,
los cuadros tarifarios los hicieron pensando en Edenor y Edesur, tiraron a la
basura al sector cooperativo; tiraron a la basura a los consumidores, y
fundieron la industria y la producción, porque las tarifas se hicieron
impagables.
Cuando
ya no hubo más dinero para fugar, salieron a buscar una deuda que se constituyó
en impagable para llevar adelante la fuga de capitales de esos sectores
concentrados de la economía.
No
conforme con eso, para financiar su campaña electoral, fueron a buscar 44.000
millones de dólares al Fondo Monetario Internacional, y hoy se hacen las
Carmelitas Descalzas. Entonces, también deben hacerse cargo de la situación que
nos generaron y heredamos, junto con el irresponsable y patético Mauricio
Macri, que gobernó este país.
Todas
esas medidas fueron en beneficio de un sector concentrado de la economía. Esa
es la coherencia de la oposición, de la misma manera que es coherente nuestro
sector, en el cual hemos construido un frente electoral, hemos ganado las
elecciones y nos eligieron para gobernar porque, siendo oposición, defendimos
los intereses de nuestras mayorías. Porque cuando acá se discutía los cuadros
tarifarios, cuando se discutió el robo a los jubilados en el año 2017, con una
fórmula que les hizo perder casi 20 puntos, todo este conglomerado defendía
esos intereses.
Hoy
estamos discutiendo y defendiendo esos intereses, primero mediante la
construcción de un marco para el desarrollo nacional sostenido en el
reordenamiento macroeconómico, pero también ordenando la deuda, reordenando
todo el desfasaje que vinieron generando, administrando la pandemia, cuidando
la cuestión sanitaria de nuestros compatriotas, conteniendo con medidas como el
IFE y el ATP, e impulsando hoy una medida de coyuntura que permita atender y
morigerar el impacto de la pandemia.
El
Estado argentino ya ha invertido más de un billón de pesos para atender esta
situación -cierro con esto, señor presidente‑, y esta medida permitirá
que aquellos sectores que están en una mejor situación y que han sido
beneficiados por otro modelo económico, en perjuicio del pueblo argentino,
hagan hoy ese esfuerzo contributivo y aporten 300.000 millones de pesos para
atender distintas necesidades.
Párrafo
aparte -y cierro con esto-, lamento que, siendo Neuquén la tercera provincia
más asistida por el Estado nacional, la diputada del Movimiento Popular
Neuquino no acompañe esta medida. Porque en Neuquén hoy estamos sosteniendo,
desde el Estado nacional, numerosas medidas, que se profundizan con los 88
barrios populares en los que se va a construir infraestructura, los 30.000
pibes de las becas Progresar y el sistema de producción de gas y petróleo, que
es tan importante para nuestra provincia. Pero esa es otra discusión.
Acompaño
el proyecto en tratamiento y espero que esta noche sea ley, para que podamos
avanzar en un esquema de justicia distributiva y abrir esa discusión en la
Argentina. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Le voy a hacer una confesión,
diputado Vivero. No entendí la parte del “Patito” Galmarini; no quiero
mentirle. Después me la explica. (Risas.)
Tiene
la palabra el señor diputado Yacobitti, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Yacobitti.- Señor presidente: lo primero que
quiero decir es que me parece que no estamos entrando al punto en tratamiento.
Podemos discutir y repetir todo sobre los problemas o las virtudes que tiene
esta propuesta de impuesto. Cuando aprobamos el presupuesto, en una de las
últimas sesiones, yo dije que esa norma tenía algo escondido adentro, que era
un ajuste, y que ese ajuste estaba escondido a través de la subestimación del
cálculo de la inflación. Básicamente, ese es el peor de los ajustes, porque es
el que recae sobre los más pobres, por ejemplo, a través del mínimo no
imponible.
Seguramente,
muchos trabajadores que vuelven a su casa -como decía recién el diputado
preopinante-, que son trabajadores en relación de dependencia, terminan pagando
el impuesto a las ganancias, que pasa a ser un impuesto al salario. Y ese
ajuste también lo van a pagar los jubilados a través de la inflación.
Quiero
decirle al oficialismo que me parece que estamos cometiendo un error repetido,
que es el de no decir las cosas como son, y cuando las cosas no las decimos
como son, terminan perdiendo los que menos tienen. Porque cuando uno no dice
que va a hacer los ajustes y pretende esconderlos debajo de la alfombra, los
terminan pagando los que menos tienen.
Para
que uno pueda decir las cosas que no quiere decir -y pueda sobrevivir en el
intento-, lo que tiene que hacer es generar acuerdos políticos sólidos,
duraderos en el tiempo, que nos permitan afrontar el problema que tiene la
Argentina. ¡Y qué lejos estamos de solucionar el problema de la Argentina con
la solidaridad! Solidarios son los voluntarios universitarios cuando van a
vacunar a la gente en plena pandemia. ¿Pero qué tiene que ver con la
solidaridad lo que tenemos que hacer nosotros para salir del problema en el que
estamos? ¿O vamos a depender de la solidaridad para otorgar las becas
Progresar, para obtener la plata para las viviendas, para dar subsidios a las
pymes o para la explotación de gas? Yo no quiero que dependa de la solidaridad
de nadie que los jóvenes que necesitan las becas Progresar puedan estudiar o
no. Para eso está el sistema tributario.
En
efecto, el sistema tributario es obligatorio y lo decide la política; lo
tenemos que decidir nosotros. Creo que tenemos que hacer el esfuerzo -y no
queda otra que esto surja del gobierno- de generar y convocar a un diálogo
institucional para llevar adelante una reforma tributaria urgente en la
Argentina.
Yo soy
de los que creen que este impuesto que se pretende crear –que, por supuesto, es
un impuesto y no tiene nada de solidario‑ es equivocado y tendrá un nivel
de judicialización muy alto. Por supuesto, si uno no dice las cosas como son,
los que van a tener más chances de evitar el pago de este impuesto son aquellos
que más tienen, dentro de los que tendrían que pagarlo, porque disponen de
mejores estudios de abogados que una pyme endeudada, que como consecuencia de
que esa deuda no se computa para el cálculo del impuesto, igual va a tener que
pagarlo.
Creo
que lo que tiene que hacer el gobierno urgentemente es convocar a ese diálogo
que decía, pero no con aquellos a quienes les toca gestionar las provincias, no
con quienes necesitan del Poder Ejecutivo para pagar los sueldos. Lo que el
gobierno tiene que hacer en este momento, en esta situación que vive el país,
es convocar a un diálogo institucional a los partidos políticos, a los
presidentes de los bloques, a los presidentes de las cámaras, para poder
discutir con ellos de buena fe y sin que sea un sistema por el cual, quien no
piense de la misma manera, tenga miedo de verse castigado con alguna partida
presupuestaria o con la pérdida de una obra que necesita su provincia.
Lo que
necesitamos en la Argentina es saber que, hasta que podamos crecer, hasta que
podamos tener una recaudación que nos permita hacernos cargo del gasto,
tendremos que endeudarnos. Yo no creo que a nadie le guste recurrir al Fondo Monetario
Internacional. Lo hizo el gobierno anterior, lo hicieron los que lo precedieron
y también lo está haciendo el actual, pero creo que, si nosotros no decimos lo
que hace falta hacer en la Argentina, que es equilibrar las cuentas, no vamos a
conseguir lo que necesitamos.
Para
que ese equilibrio de cuentas no sea ni más ni menos que un ajuste sobre
quienes menos tienen, necesitamos mostrar al mundo, a quienes podemos acudir
para que nos financien, una Argentina previsible, de modo que las inversiones
que están, se queden. Necesitamos una Argentina previsible, que muestre
acuerdos prolongados en el tiempo y no manotazos, para que esos acuerdos nos
permitan ir juntos ‑así como ocurrió con la renegociación de la deuda- a
buscar los créditos que necesitamos para endeudarnos a tasas bajas, que sean
pagables. De lo contrario, lo que vamos a estar haciendo en la Argentina es
pretender instalar otra vez un relato y tapar el ajuste que se está haciendo a
través de una inflación de casi 4 puntos mensuales, que está subiendo y que
seguramente va a ser mayor con lo que viene. Ese ajuste otra vez lo van a pagar
los que más necesitan de nosotros.
Hasta
que nosotros no tengamos la responsabilidad política de decir las cosas
difíciles que va a haber que hacer en la Argentina, y de asumir la
responsabilidad de hacerlo juntos, seguiremos dando vueltas y vueltas, tratando
de inventar algo para tapar el ajuste con un impuesto que suena bien. Porque
encima le ponemos la palabra “solidario”, así como le solemos poner la palabra
“Alfonsín” a todo. Son palabras que generan consenso. En esta Cámara, para
delegar facultades le poníamos la palabra “Alfonsín”.
Debemos
tomar el toro por las astas y saber que la Argentina necesita ir por un camino
en el que paulatinamente se vaya reduciendo el déficit fiscal para poder
terminar así con la inflación. Para eso necesitamos ser un país previsible, que
pueda endeudarse a tasas razonables. Así ocurre en países vecinos, países que
tienen un plan y donde las fuerzas políticas están comprometidas.
Mientras
la convocatoria al diálogo sea institucional ‑es decir, a través de las
Cámaras‑ nos encontrarán como una fuerza política opositora, pero
responsable y dispuesta al diálogo para que la Argentina pueda salir, lo antes
posible, de este problema estructural. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Nanni,
por Salta.
Sr. Nanni.- Señor presidente: el impuesto solidario que impulsa
el gobierno por única vez es la prueba viviente y cabal de que el país está
fuera de eje.
Es una
medida que expulsa, que no atrae inversiones, y que explica quizás el éxodo de
empresas hacia los países vecinos.
-
Ocupa
la Presidencia la señora presidenta de la Comisión de Legislación General,
diputada Cecilia Moreau.
Sr. Nanni.- Me pregunto por qué el gobierno se obstina en repetir
medidas que han fracasado en todo el mundo. El país está fuera de eje, como
dije hace instantes, y a su cansancio estructural ahora se añade este impuesto.
¿Por qué digo que el país sufre un cansancio estructural? Fíjense los señores
diputados en qué contexto se crea un gravamen más: la inflación está desatada;
el Banco Central, sin reservas; el dólar, por las nubes; la inseguridad
jurídica está a la orden del día. Me pregunto entonces quién querrá venir a
invertir, qué ahorrista sacará los dólares que tiene debajo del colchón para
ponerlos sobre la mesa y apostar por la Argentina.
A los
ciento sesenta y ocho impuestos que ya existen, se añade uno más.
Hace un
año aparecía el COVID-19 en el mundo. A partir de ese momento, muchos países
comenzaron a tomar distintas medidas ‑algunas más restrictivas que otras‑
para contenerlo; pero, lo que ninguno hizo, fue agravar sus impuestos. En la
Argentina decidimos ir a contramano del resto del mundo: mientras los distintos
países, para afrontar la crisis, apalancan a sus empresas para que salgan del
estancamiento con paquetes tributarios, condonación de deudas y rebajas, la
Argentina sube o crea impuestos. De esa manera, se convierte en la nación más gravosa
del mundo.
No es
casualidad que, hacia el país vecino, que ofrece enormes ventajas tributarias ‑hablo
de Uruguay‑, se esté produciendo un éxodo no de empresas, sino de
emprendedores sencillos y humildes.
La que
estamos considerando es, a las claras, una medida demagógica que, como tal,
mañana tendrá su rédito político en los titulares de los diarios. Las noticias
dirán que el patrimonio de los ricos ayudará esta vez a quienes menos tienen;
pero, la realidad es que sus verdaderas consecuencias las veremos en el mediano
o largo plazo. Dentro de un año, cuando veamos que este impuesto no sirvió para
nada porque no trajo inversiones ni generó más fuentes de trabajo, sino que,
por el contrario, trajo más pobreza, advertiremos cuáles fueron sus reales consecuencias.
Al
principio de la pandemia, hemos tenido la soberbia de compararnos con las
grandes potencias del mundo. Recuerdo aquellas curvas en los gráficos que
mostraba el señor presidente y los consejos que daba a Suecia sobre lo que
debía hacer. Me acuerdo cuando comparaba cuadros y explicaba las medidas
tomadas por la Argentina.
Eso fue
en el corto plazo; pero ¿cuál fue, a largo plazo, el resultado de esas medidas,
de aquel sermón sobre la pandemia? Que la Argentina, después de tener la
cuarentena más larga del mundo, está al tope de los países en el índice de
fallecidos por millón de habitantes. Ese es el saldo de estas políticas.
¿Por
qué no apoyamos este impuesto? Porque es la caja de la política, que pide y
pide, y no sacrifica nada. Este modelo de Estado redistribuye muy mal. Ahora,
se crea un impuesto pidiendo más sacrificio al sector privado; sin embargo, en
el Poder Judicial, los jueces no tributan 41.000 millones de pesos en concepto
de impuesto a las ganancias. A esto debemos agregar que existen regímenes
jubilatorios de privilegio; es decir, aquellos de los que gozan personas que
pasaron por la función pública al ocupar un cargo. Estamos hablando de
beneficios de entre 500.000 y 700.000 pesos, lo que constituye una verdadera
inmoralidad.
Por
otro lado, este impuesto no se coparticipará; no se distribuirá, no llegará a
quienes más necesitan.
Con
mucha nostalgia, hace poco leí un artículo que me hizo pensar en que estamos
contando la historia de las oportunidades perdidas. El Financial Times, de
Londres, decía en ese artículo que, en algún momento, la Argentina fue rival de
los Estados Unidos. Eran naciones pujantes; la Argentina tenía y tiene el suelo
más fértil del mundo; asimismo, hace menos de un siglo contaba con un ingreso
per cápita incluso superior al de los Estados Unidos ‑situación que se
mantuvo por décadas‑ y a los de muchos países europeos. Nuestro país
estaba entre las diez potencias, las diez principales economías del mundo. No
hay en el planeta un caso que se pueda comparar con el de la Argentina: un país
que luego de noventa años haya caído tanto. No hay otro que se le parezca, que
haya pasado de estar entre las diez principales potencias del mundo a ubicarse
casi en los niveles de la África subsahariana.
Ojalá
algún día podamos comenzar a contar no la historia de las oportunidades
perdidas, sino la historia de las oportunidades ganadas. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra el señor diputado Valdés,
por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Valdés.- Señora presidenta: cuando se dan estas discusiones,
algunos quieren ver el vaso vacío, mientras que otros tratamos de ver el vaso
lleno o lo que éste contiene.
Nunca
en nuestra vida imaginamos vivir en pandemia y jamás pensamos en sus
consecuencias, en sus nefastos efectos económicos. Precisamente, porque es un
hecho excepcional que durante siglos nunca se presentó, este aporte es por
única vez y motivado por este flagelo.
Durante
la pandemia, el gasto público creció el 70 por ciento, mientras que la recaudación
subió solo el 22 por ciento en términos nominales.
No es
verdad que la alícuota más alta del impuesto a la renta individual la
encontramos en la Argentina. No es verdad, ya que en nuestro país la presión
tributaria alcanza el 35 por ciento y en Europa las tasas sobre la renta
individual superan, en algunos casos, el 50 por ciento llegando al 56 por
ciento.
Aquí
hemos escuchado hablar de populismo tributario. ¡Qué linda imaginación! Es
increíble, señora presidenta. ¿Sabe cuál es la presión tributaria de los países
más igualitarios del mundo? En Dinamarca, es del 56 por ciento; en nuestro
país, reitero, del 35 por ciento. En Finlandia es del 55 por ciento y en
Bélgica, del 50 por ciento; en la Argentina, repito, del 35 por ciento.
En esos
países hay impuestos a las grandes fortunas; al ser gravámenes, se tributan
todos los años. En Noruega, donde la presión tributaria alcanza el 44 por
ciento, existe un impuesto de ese tipo. Estamos hablando de un país que, junto
con Suecia, debe estar entre los más igualitarios si consideramos el
coeficiente de Gini de las Naciones Unidas.
En
Holanda, la presión tributaria es del 49 por ciento; en Francia y en Alemania,
del 45 por ciento; en Luxemburgo, del 42 por ciento; en el Reino Unido, del 40
por ciento. Vendrían a ser países con mucho más populismo tributario que la
Argentina, porque los impuestos de este tipo se pagan todos los años. En
nuestro país, el gravamen directo a la riqueza se llama impuesto a los bienes
personales. ¿Y saben qué? Es prácticamente insignificante en la
recaudación: en el año 2018 representó el 0,4 por ciento de la masa de recursos
tributarios y en el año 2019, el 0,6 por ciento. Los números que deja la
pandemia son desesperantes, acá y en el mundo: 55,4 millones de infectados en
el mundo y 1,3 millones de muertos. En Argentina hay 1.329.000 infectados y
36.000 muertos.
Pero
¿sabe qué, señora presidenta, ahora que veo que están mirando, comparando y
viendo gozosos cuántos infectados y muertos hay? En la Argentina, gracias a las
políticas públicas que se tomaron a partir del 19 de marzo entre los
gobernadores, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y su ministro
Quirós ‑que valora mucho este tiempo‑, el presidente de la Nación,
el gobernador de la provincia de Buenos Aires, etcétera, ninguna de las muertes
se produjo porque faltó cama de terapia intensiva, es decir, porque faltó
salud.
Gracias
a esas políticas que tomamos a partir del 19 de marzo es que a todos los
argentinos a los que lamentablemente el virus infectó pudieron hacer uso del
derecho der acceso a la salud. Nosotros no manejamos el virus; el virus
contagia per se, pero sí manejamos la salud, y por lo tanto toda la
infraestructura de salud ha sido muy importante, sobre todo por las decisiones
que se tomaron en los primeros días, que algunos denostan.
Otra de
las consecuencias de la pandemia es el 50 por ciento de pobreza, altos índices
de desempleo –sobre todo desempleo joven-, y la tercera edad en condiciones muy
frágiles. Alguien me enseñó de chiquito que nadie se realiza en una comunidad
que no lo hace. Por lo tanto, no nos resignemos frente a la cultura del
descarte, porque esa es una cultura de exclusión que sostiene que quien no esté
en condiciones de producir según los términos del mercado, queda descartado:
descarte de los viejos ‑los más azotados por el virus‑ y descarte
de los jóvenes ‑los más afectados por el desempleo.
Señora presidenta: en la reciente encíclica Fratelli Tutti relativa a la fraternidad
y amistad social el Papa Francisco nos interpela al recordar la Parábola del
Buen Samaritano, quien para precisar el alcance y puesta en práctica del
mandamiento amar al prójimo como a ti mismo mencionó el ejemplo de la atención
y cuidado que un Samaritano le prestó un hombre que se encontraba herido y
tirado al costado del camino...
Sra. Presidenta (Moreau).- Diputado: le pido que vaya
redondeando.
Sr. Valdés.- Ya termino, señora presidenta.
En
contraposición con otras personas, incluido un sacerdote, que habían esquivado
al herido con total indiferencia por su dramática situación ‑dice el Papa
Francisco, quien es argentino‑, la parábola nos muestra con qué
iniciativas se puede rehacer una comunidad a partir de hombres y mujeres que
hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una sociedad
de exclusión, sino que se hacen prójimos, y levantan y rehabilitan al caído
para que el bien sea común.
Al
mismo tiempo la parábola nos advierte sobre ciertas actitudes de personas que
solo se miran a sí mismas y no se hacen cargo de las exigencias ineludibles de
la realidad humana. No es una opción posible vivir indiferentes ante el dolor,
no podemos dejar que nadie quede a un costado de la vida. Esto nos debe
indignar hasta hacernos bajar de nuestra serenidad para alterarnos por el
sufrimiento humano.
A eso,
señora presidenta, se llama dignidad.
Sra. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra el diputado
Wolff, por Buenos Aires.
Sr. Wolff.- Señora presidenta: en primer lugar, se
fueron algunos de los ministros. Quería saludarlos y agradecerles que hayan
venido, pero nos hubiera gustado que viniera el ministro Ginés González García,
a quien desde nuestro interbloque hemos convocado varias veces, ya que tiene
bastantes explicaciones que dar.
También
nos gustaría, si usted puede, que le transmita al jefe de Gabinete de Ministros
que el artículo 101 de la Constitución establece que tiene que venir una vez
por bimestre y hasta ahora ha concurrido una sola vez. Inclusive han inventado
unos sistemas muy interesantes que se llaman Zoom y Skype, por los que puede
comparecer por ese medio.
Dicho
esto, señora presidenta, quiero decirle que hoy se ha hablado mucho
técnicamente del impuesto y yo no tengo mucho para aportar porque se ha
expresado gente que sabe de lo técnico más que yo. Pero quiero explicar que
este no es un impuesto que pueda ser presentado ‑como se hace
habitualmente‑ a modo de salud contra economía, porque terminó siendo
salud y economía destruidas. Digo esto porque ahora parecería que es
solidaridad contra la defensa de los ricos.
La
verdad es que nosotros tenemos un sistema impositivo bastante completo. Cada
uno de nosotros cuando consume aporta muchos impuestos: de lo que uno mueve,
lógicamente en blanco, como debe ser ‑no como muchas de las cosas que no
se votan en este recinto‑, paga el 21 por ciento del IVA; entre lo que
ingresó menos lo que se gastó paga 35 por ciento de ganancias, también paga 2,5
por ciento de bienes personales y si se compra una casa o un auto paga
aproximadamente el 5 por ciento de ARBA o de Patente.
Y ahora
le pedimos más a la gente, después de haber declarado lo que tenía que
declarar, porque a nosotros como Estado no nos alcanza. Y yo me pongo en el
medio junto con todos ustedes porque para la sociedad somos lo mismo. Les digo
que vivimos en un microclima, no se vayan a creer que estamos exentos de haber
administrado mal el Estado. Comento esto porque muchos mostraban fotos de la
pobreza que nos interpela todos: ustedes gobernaron el país 27 de los últimos
37 años, gobernaron 29 de los últimos 37 la provincia de Buenos Aires, y 37 de
los últimos 37 años el 30 por ciento más pobre de la provincia de Buenos Aires.
Aclaro esto para que todos nos hagamos cargo.
Entonces,
le decimos a la gente que no nos alcanza porque tenemos 22 millones de personas
que viven en nuestro país, lamentablemente, de 8 millones que aportan; de esta
manera se fomenta el clientelismo. Lo aclaro porque parecería que para nuestro
presidente con el ejemplo de Formosa –que tributa dos senadores‑, donde
el 69 por ciento de su población son empleados públicos, con eso se mantiene el
clientelismo y la mayoría en el Senado de la Nación.
Pero si
nosotros realmente queremos luchar contra la pobreza tenemos que ser
pragmáticos. A mí me encantaría que esta ley funcionara, se los digo de
corazón. Es más, creo que los que más tienen, deben aportar, pero no lo hacen,
así como Lázaro Báez compró veintidós veces la superficie la Capital Federal,
también hubo gente de nuestro color político, porque no hay que esconder a
ninguno. Por otro lado, tuvimos el caso de Cristóbal López para quien en este
recinto se votó la posibilidad de usar 100 millones de dólares que se hicieron
con el aporte de ciudadanos que no depositó en el fisco. Sin embargo, no lo van
a hacer.
Si
nosotros legislamos que la ley de la gravedad tiene que derogarse yo tiro mi
barbijo para arriba y va a caer de todas formas; cae, aunque la deroguemos.
Nosotros vamos a legislar que los que más tienen aporten, pero no lo van a
hacer.
Hay que
bajar impuestos, hay que crear empleo y hay que dar seguridad jurídica. Si
realmente queremos asistir a los que menos tienen, esta noche deberíamos votar
la ley de extinción de dominio para recuperar las veintidós veces la superficie
de la Capital Federal que un cajero del banco de Santa Cruz “amarrocó”, no se
sabe todavía siendo testaferro de quién o no se puede probar, porque Oyarbide
anda por los canales de televisión después de haber reconocido que fraguó la
declaración jurada de ganancias junto con Manzanares.
Deberíamos
votar la manera de apoyar la causa de los cuadernos en la que treinta y un
empresarios dijeron, certificado por escribano, que llevaban en bolsos la plata
con el sobreprecio de la obra pública a las casas de muchos de los funcionarios
de este gobierno. Sin embargo, estamos tratando de derogar la ley de la
gravedad.
Tengo
una mala noticia, ojalá me equivoque, los empresarios se van a ir a Uruguay ‑ya
lo están haciendo‑, a Chile, a Paraguay o a Bolivia, pero no van a
permitir que nosotros sigamos recaudando para que este Poder Ejecutivo siga
“clientelizando” y manteniendo la pobreza a lo largo del tiempo y haciendo una
apología como se hace en Formosa. Aclaro que no tengo ningún problema con los
formoseños, aunque sí con un gobierno que se perpetúa en el tiempo.
Lamentablemente
esta noche ustedes se van a llevar esa foto en sepia que este Congreso ya vio.
Acá se aplaudió la pesificación asimétrica; acá se aplaudió el memorándum con
Irán. Acá se aplaudió la expropiación de YPF, que costó más de 5.000 millones de
dólares, que le dio a la provincia de Santa Cruz 600 millones de dólares que no
se sabe en qué se invirtieron.
Acá se
aplaudió la expropiación de YPF y la expropiación de Aerolíneas Argentinas. Acá
se aplaudió el paradigma de la corrupción: la expropiación de Ciccone, en una
sesión comandada por quien fue objeto de la expropiación: el vicepresidente de
la Nación, que era el dueño de Ciccone.
Sra. Presidenta (Moreau).- Señor diputado: finalizó su
tiempo.
Sr. Wolff.- Al preopinante diputado Valdés le dio
dos minutos y medio de más. Ya termino, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Moreau).- Siempre me calcula los
tiempos, señor diputado.
Sr. Wolff.- Gracias por dejarme terminar, señora
presidenta.
Otra
vez se van a llevar la foto en sepia de una noche escandalosa; una vez más van
a perpetuar el clientelismo, como lo hicieron las otras veces.
Muchas
gracias por su comprensión, señora presidenta. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra la señora
diputada Moisés, por Jujuy.
Sra. Moisés.-
Señora presidenta: lo absurdo termina poniéndose en evidencia en la cantidad de
justificativos que no justifican absolutamente nada.
Juntos
por el Cambio o Cambiemos realmente debería tener pudor y vergüenza de hablar
de pobreza y de corrupción. Algunos hasta hablaron de algún heredero, y la
verdad es que todos sabemos quién es el único gran heredero, que lo único que
tiene de mérito en la Argentina es tener esa herencia.
Durante
todo el día fueron falacias y mentiras, no fueron argumentos, porque son
mentirosos o no leyeron el proyecto que estamos tratando. No es aporte de
empresas sino el aporte sobre las riquezas de los dueños de las mayores
empresas de la Argentina.
Estamos
hablando de dueños, no de empresas. Cualquiera lo podría entender, si leyera el
proyecto. Hablamos de excedentes de riqueza, no hablamos de capital. Porque
alguien dijo que iban a tener que vender su capital y sus tierras para poder
pagar este impuesto. Estamos hablando de 12.000 personas que tienen 200 millones
de pesos, a quienes les estamos pidiendo que aporten 4 millones de pesos, 4 de
200 millones, para ayudar a 40 millones de argentinos y argentinas.
Esos
son los números, eso es lo concreto, eso es lo simbólico. Y si desde la
oposición no quieren aprobar este proyecto, pues digan: “No queremos que los
que tienen más de 200 millones de pesos pongan cuatro”. Es un aporte; no es un
impuesto.
Voy a
leer una frase de un libro muy famoso de la economía liberal que dice: “Los
ciudadanos de cualquier Estado deben contribuir al sostenimiento del gobierno
en cuanto sea posible, en proporción a sus respectivas aptitudes, es decir, en
proporción a los ingresos que disfruten bajo protección estatal”. Claramente,
es lo que estamos haciendo: son aportes de los que más tienen, porque ellos
tienen mayores responsabilidades con la sociedad argentina.
¿Sabe
quién dijo esto? El economista más respetado de la historia del liberalismo:
Adam Smith. Capaz que tampoco lo leyeron. Porque todos se llenan la boca
hablando de impuestos, de liberalismo, de libertad de mercado, de proteger a
las empresas, pero básicamente esto dice Adam Smith, el padre del liberalismo.
Quiero
hablarles a los 12.000 empresarios que son los aportantes objeto de esta norma.
Ellos son la dirigencia empresarial de la Argentina y son los referentes
económicos exitosos de este país, que por supuesto nos llenan de orgullo.
Muchas
veces escuchamos que la dirigencia política no está a la altura de las
circunstancias, que falta un compromiso con la Nación de la clase dirigente.
Pues ellos también son la clase dirigente de la Argentina. Quiero hablarles a
esos 12.000 argentinos, porque ¿no creen ustedes que los empresarios de este
país también son dirigentes, que también tienen una responsabilidad histórica,
que también tienen que estar a la altura de las circunstancias, que también
forman parte de esa clase que debe dar el ejemplo? ¿No creen esos 12.000
empresarios multimillonarios de este país que tienen una deuda histórica con la
Argentina, como muchos otros sectores?
Porque
realmente todos creemos que debemos vivir en un país más justo, que lo
merecemos. Porque los escuchamos decir a los dirigentes de la oposición, que se
hacen los portavoces de todos los millonarios del país, y resulta que también
quieren ser portavoces de la pobreza. Pues no se puede ser portavoz de los
sectores más ricos de la Argentina y además ser portavoz de la pobreza, o bien
no se puede justificar que preservan los intereses de los multimillonarios
nombrando a los pobres de este país. Eso es una absoluta falta de respeto a la
inteligencia del pueblo argentino. Porque estamos hablando de personas que
tienen ‑repito por tercera vez‑, 200 millones de pesos y a los que
les pedimos que aporten cuatro. Ni una camioneta vale 4 millones de pesos.
A esos
empresarios, nosotros como argentinos y argentinas hoy les pedimos ponerse al
frente de la sociedad al lado nuestro, encabezar la entrega generosa y honesta
que necesitamos para superar las consecuencias de esta pandemia. Les pedimos
poner un poquito, solo un poquito de lo que les sobra para sostener la urgencia
de los sectores que más necesitan.
A esos
12.000 argentinos les pedimos ser un ejemplo, ese ejemplo que tanto demandan a
los demás. Pues hoy es el momento de dar el ejemplo y dejar ese pensamiento
limosnero de poner dos pesos con cincuenta en la Iglesia para sacarse la culpa
de lo que disfrutan, y poner 4 millones para que podamos sostener a este país
en el peor de los momentos económicos del mundo.
Sra. Presidenta (Moreau).- Señora diputada: le pido que
vaya redondeando su exposición.
Sra. Moisés.- Ya termino, señora presidenta.
Traté
de explicar a mi hija en qué consistía este proyecto y me dijo: ¿estamos
hablando de que si tengo mil pesos ahorrados tengo que poner dos pesos para
ayudar a los demás? Pues sí, argentinos y argentinas; así de simple.
Todos
en este país pusimos algo; todos en este país hicimos un sacrificio en estos
largos meses. A todos nos dolió la pandemia; todos tuvimos que perder algo.
Entonces, creo en esos empresarios que hoy están dispuestos a poner este
poquito que le pedimos para ayudar a los demás, y no creo en esos empresarios
que te dicen: “En la Argentina, siempre pierde alguien, pero nosotros nunca
perdemos, solamente dejamos de ganar”. Pues esta vez, pongan un poquito y vamos
a ser todos un poco más felices, más justos y más equitativos. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Moreau).- Tiene la palabra el señor
diputado Mestre, por Córdoba.
Sr. Mestre.- Señora presidenta: debo reconocer que
cuando este tema tomó estado público, me simpatizó la idea. ¿A quién no hubiera
simpatizado la idea de que los que más tienen hagan un aporte en esta situación
tan excepcional que está viviendo el mundo y la Argentina? Pero transcurrió el
tiempo, llegó el proyecto a la Cámara de Diputados, y ya no era un aporte
voluntario: esto es un tributo, esto es coercitivo, esto es obligatorio.
- Ocupa la Presidencia el señor
vicepresidente 1° de la Honorable Cámara, doctor Álvaro Gustavo González.
Sr. Mestre.- Esto es un impuesto, y más que un
impuesto, es un impuestazo, un manotazo al aparato productivo argentino; sobre
todo en este momento que está viviendo la Argentina, donde se han perdido 4
millones de puestos de trabajo, donde el 41 por ciento de los argentinos vive
debajo de la línea de pobreza, donde tenemos la presión tributaria más alta del
mundo: 106 por ciento, cuando el promedio en los países latinoamericanos es del
47 por ciento. Repito: 47 por ciento promedio de presión tributaria en los
países latinoamericanos y 106 por ciento en la República Argentina.
Tenemos
165 impuestos y queremos crear uno más. No nos conformamos con tener la presión
tributaria más alta del mundo; vamos por más impuestos; vamos por terminar de
destrozar el aparato productivo argentino.
Pareciera
que el gobierno nacional no escucha y no ve, y esto es muy grave, porque hay
personas y empresas que se están yendo de la Argentina. Y esto tiene su
correlato, casualmente, en lo que decía anteriormente: si se perdieron 4
millones de puestos de trabajo es porque, en gran medida, las empresas deciden
irse a otros países. Y esto es lo que tenemos que evitar.
En
definitiva, creo que esto es un entuerto tributario muy grande, que se
exterioriza en un abuso del poder de imperio que tiene el Estado. Es una superposición
de gravámenes ‑especialmente sobre los bienes personales‑ que ya
existen en la Argentina.
Lo más grave de todo esto es que esas 10.000 o 15.000
personas que tienen que pagar este impuesto -si ustedes deciden avanzar‑ no
lo van a hacer porque la gran mayoría lo va a judicializar debido a que están
afectando derechos constitucionales básicos, como el derecho de propiedad, la
no confiscatoriedad y la doble imposición. Entonces es obvio que cuando la
Corte Suprema haga el control de constitucionalidad va a aplicar la
jurisprudencia que existe sobre este tema.
Por otro lado, al igual que con el
impuesto país ‑lo dijimos cuando ustedes lo crearon en diciembre del año
pasado‑ aumentaron doce impuestos en este año, crearon más tributos y no
los coparticipan con las provincias. ¿Cómo pueden aceptar esta situación los
gobernadores y los legisladores de las provincias?
No se cuenta con el mínimo no
imponible. No hay deducción de deudas para adquirir esos bienes que justamente
se están gravando. Este impuesto es absolutamente regresivo.
En definitiva, la Argentina es un
destino absolutamente inviable y los únicos que se van a ver favorecidos con
esta ley son los uruguayos, los paraguayos, los brasileros, es decir, los
habitantes de otros países latinoamericanos que, como dije anteriormente,
tienen una presión tributaria menor a la mitad de la nuestra.
No es cierto que se quiera cuidar a
los pobres y tampoco es cierto que la solidaridad vaya a venir con este
impuesto. Casualmente de esta manera van a lograr que crezca la tasa de
desempleo, porque las empresas se van a seguir yendo. No es esta la señal que
están esperando los emprendedores, los productores, los que ponen su hombro y
trabajan por una Argentina mejor.
Ya hemos dicho en muchísimas
oportunidades que en materia tributaria lo provisorio es para siempre en la
Argentina. Desde 1932, con el impuesto a los réditos -que es el impuesto a las
ganancias‑, todos los impuestos -como el IVA, como el impuesto al cheque
y a los bienes personales‑ tenían un plazo, pero siguieron
permaneciendo. Esto también tenemos que
decirlo aquí en el recinto.
Es evidente que hace falta equidad
tributaria en la Argentina y para eso hace falta una reforma tributaria
integral. También hace falta un acuerdo político, previsibilidad, planes a
largo plazo, y esto es lo que no estamos viendo por parte del gobierno
argentino.
Para cerrar y cumplir con el tiempo
asignado, quiero contar a mis colegas que recibí un mail en mi casilla personal
de un catamarqueño -cordobés por adopción‑, Daniel Biaggio, que llegó con
una mano atrás y una adelante a la provincia de Córdoba para estudiar
ingeniería en la Universidad Nacional de Córdoba. Se recibió, fue un
emprendedor, creó una sociedad y formó una empresa. Hoy, con mucho esfuerzo y
trabajo, exporta servicios a distintos países del mundo. Tiene 150 trabajadores
de forma directa que dependen de él. ¿Saben qué me dijo en ese mensaje que me
envió? Que, si se aprueba este proyecto, será la gota que colme el vaso para él
ya que tiene decidido irse a Madrid con su familia y con su empresa a partir de
año que viene. Se trata de 150 puestos de trabajo que se van a perder, y así
como el caso de Daniel hay miles en la República Argentina. Esto es lo que
tenemos que evitar esta noche. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (González).- Tiene la
palabra el señor diputado Koenig, por Buenos Aires.
Sr.
Koenig.- Señor presidente: los
sectores populares, tanto los más humildes como la clase media, vienen haciendo
un enorme esfuerzo en esta pandemia. Es hora de que los que más tienen también
le pongan un poco el hombro.
Las grandes fortunas -alguna de ellas
obscenas, ya que haría falta varias generaciones para gastarla‑
constituyen la otra cara de la moneda de las miles y miles de familias que no
pueden dar de comer a sus hijos en sus casas y tienen que ir a comedores
popular y a merenderos.
En el Día de la Militancia quiero
aprovechar para mandar un abrazo y un reconocimiento a todos esos compañeros y
compañeras que se ponen al hombro esos merenderos y comedores.
Los sectores populares a veces viven
hacinados y no tienen ni siquiera el derecho al acceso a una vivienda digna.
Seguramente ninguna de las 9.000 personas que van a pagar este aporte va a
tener que vivir hacinada en pensiones junto a sus familias ni va a tener que
hacer una “carpita” en un terreno ocupado para poder vivir dignamente.
Seguramente ninguno tenga que ir a
comprar una bicicleta y ser explotado haciendo delivery para las
transnacionales y sin contar con ningún tipo de derecho. Probablemente para
algunos de ellos no sea más que algunos litros menos de nafta en sus aviones
privados o en sus yates.
La miseria es el producto de la acción
de los miserables, que permanentemente desfinancian al Estado y muchas veces
hacen de la evasión un deporte, pero estos miserables lamentablemente tienen
quienes les defiendan sus bolsillos.
En ese sentido, hemos visto cómo una
bancada completa ha decidido no representar al 35 por ciento que los votó sino
al 0,02 por ciento, que son los que van a tener que pagar este aporte.
Pero además de tener una bancada que
defienda sus privilegios, tienen una enorme caterva de alcahuetes. Los medios
masivos de comunicación tratan de embarrar la cancha diciendo que este es un
impuesto sobre la clase media y el capital productivo. Además, nos hablan de
meritocracia. ¿Quién nos habla de meritocracia? La nieta de la diva de los
almuerzos, el hijo del periodista obsesionado con Cristina, y el peor de todos:
el que hizo su fortuna como hijo de la patria contratista, se benefició de la
patria privatizada y después, desde el gobierno, hizo negocios espurios que
todavía hoy tenemos que pagar los argentinos y las argentinas como, por
ejemplo, en el caso de Autopistas del Sol.
¿Dónde tienen la plata estas grandes
fortunas? Según sus propias declaraciones, que constan en la AFIP, un 80 por
ciento de su capital está fuera de la Argentina. Sí, en el exterior, señor
presidente. Solamente -y vuelvo a lo que consta en la AFIP‑ un 5 por
ciento está aplicado a inversiones productivas.
Hace algunos años tuvimos que soportar
que infundadamente un dirigente del partido radical dijera que la asignación
universal por hijo se iba por la canaleta del juego y de la droga. Nosotros,
con mucho más fundamento, podemos decir hoy que toda eximición de impuesto a
las grandes fortunas de esos miserables se va por la canaleta de la fuga.
Desde los años 90 que vienen con la
cantinela de la teoría del derrame. Más allá de lo inmoral que es el hecho de
que los pobres vivan de las sobras de los ricos, lo que hemos comprobado es que
el bolsillo de los ricos no es una copa que, al llenarse, se derrama sino que
es un bolsillo de payaso conectado directamente con la fuga.
¿De qué nos habla que esta feroz
oposición a pagar este aporte, encabezada por un banquero que dice que hay que
hacer una rebelión fiscal? Nos habla de la falta de sensibilidad y de
compromiso con el país donde amasaron esas fortunas, y sobre todo con los
trabajadores y su trabajo, que fueron los que las hicieron crecer.
¿De qué tienen miedo? Tienen miedo de
que en la Argentina discutamos de una vez por todas acerca de un sistema
tributario absolutamente injusto y regresivo que hace que los que más tienen
paguen mucho menos que los que menos tienen en proporción a sus ingresos.
¿De qué tienen miedo también? Del
peronismo, porque cuando el peronismo gobierna, el pueblo se organiza y se
levantan dignamente las banderas de la justicia social, de la independencia
económica y de la soberanía política, y cuando se vuelve a comprender que se
conquista a la gran masa del pueblo combatiendo al capital -como dice
orgullosamente nuestra “marchita”‑, el peronismo se transforma en una
locomotora imposible de detener, y más temprano que tarde va a chocar contra la
miseria de los miserables. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (González).- Tiene la
palabra la señora diputada Lospennato, por Buenos Aires.
Sra. Lospennato.- Señor presidente: queremos sesiones
presenciales.
Este
impuesto no tiene una vocación recaudatoria. Es de tan mala factura, que es
evidente que está lleno de inconstitucionalidades e inconsistencias. En tal
sentido, me remito a las palabras vertidas por el señor diputado Laspina, para
no repetirlas.
La
pregunta es cuál es el verdadero objetivo de este impuesto si no es el de una
vocación recaudatoria. Muy simple: alimentar el relato y construir una épica
maniquea. Entonces, es justo preguntarnos también cuánto nos va a costar a
todos los argentinos sostener el relato oficial y cuánto nos va a costar el intento
de ocultar el acuerdo con el FMI, de enmascarar el aumento de tarifas y de
tapar el robo a los jubilados que se aproxima.
Además
del efecto humo, este proyecto tiene un mensaje que es más peligroso todavía,
porque este impuesto nos recuerda el enorme sesgo anti empresa y anti inversión
que tiene este gobierno. De lo contrario, ¿cómo se explica que graven el
capital de trabajo, las máquinas, los galpones, los vehículos, los campos? ¡Qué
lejos quedó el discurso del país industrialista, del amor a las pymes, del
campo agroexportador!
Aquí
también voy a hacer propias las declaraciones del diputado De Mendiguren.
Compañeros legisladores: si quieren poner al capital de rodillas, va a ser muy
difícil que puedan poner a la Argentina de pie.
Debo
decir que el éxito de esta propuesta ya se empieza a ver, porque más de 25.000
contribuyentes decidieron irse de la Argentina y otros miles están en lista de
espera para cruzar el río e irse Uruguay o para irse a Paraguay, a Bolivia, y
llevarse su dinero y sus empresas de la Argentina.
Pero el
problema no es para ellos; los ricos, los que pueden, se van e invierten en
otro lugar. El problema es para todos nosotros, para los que nos quedamos ‑que
cada vez tendremos menos empleo‑, para las pymes que no van a poder proveer
a las grandes empresas y se van a desenganchar de sus cadenas de valor. El
problema es para los empleos directos e indirectos que se pierden; el problema
es el consumo de los trabajadores que pierden sus ingresos. Los ricos van a
seguir igual de ricos, pero todos nosotros vamos a ser mucho más pobres.
Un gran
politólogo argentino, Andrés Malamud, acertó al calificar el modelo que nos
propone este gobierno. Malamud dijo: “Se trata de un modelo de desacumulación
generalizada, con pobreza inclusiva e igualdad sin oportunidades.”
Veamos
los tres componentes del modelo del gobierno. La desacumulación generalizada es
el más fácil de ver y de comprobar: este año el PBI de la Argentina cayó 12
puntos; la caída más grande de nuestra historia. La pobreza inclusiva llega al
45 por ciento, con una indigencia que supera los dos dígitos; además de más
pobres, somos más desiguales, tal como marca el coeficiente de Gini. Con
respecto a la falta de oportunidades, ese es el modelo que nos propone la
antimeritocracia.
No hay
desincentivo mayor para que haya innovación, no hay desincentivo al esfuerzo y
a la creatividad, que el determinismo social. Lo contrario a un modelo que
premia el esfuerzo, que premia esa vocación de cambiar las circunstancias que
uno no elige en la vida, es el que te convence de que eso no es deseable, de
que solo se trata de redistribuir la riqueza, pero no de generarla, el que te
quiere convencer de que ser todos más pobres es un plan de vida mejor y más
justo. No solo perdemos capitales y empresas, sino además oportunidades y, con
ellas, el talento de miles de jóvenes.
Si
seguimos así, nos vamos a convertir de hijos de inmigrantes en padres de
emigrantes, y yo no quiero eso para mi país. A mí no me preocupan los ricos,
porque con buenos abogados ellos van a terminar pagando poco y nada, que es lo
que pasa cuando uno legisla para la tribuna. A mí me preocupa el resto, el 98
por ciento de los que viven en este país cada vez más pobre y con menos empleo.
Me preocupan los que no van a poder elegir y van a perder sus trabajos, los que
no se van a poder ir y van a cerrar sus pymes o sus comercios. Me preocupan los
que no tienen resto; a mí me preocupa la clase media y todos los que trabajan y
sueñan con convertirse en esa clase media que está desapareciendo en la
Argentina. A mí me preocupan los que se cansan de pagar impuestos y no reciben
seguridad ni buenos servicios, ni pueden ahorrar. Encima, ahora tienen miedo de
perder lo poco que ganaron con su esfuerzo.
Para
todos ellos, este impuesto y sus efectos intertemporales van a ser muy graves.
¿Saben por qué? Porque nadie invierte en un país con mentalidad anti empresa;
nadie invierte en un país que castiga al que produce.
Pero
hay otro camino. Si quisieran ser verdaderamente solidarios, estaríamos
discutiendo que pague ganancias el Poder Judicial y estaríamos aprobando la
extinción de dominio para que la plata de la corrupción vuelva al Estado. Sí
quisiéramos ser solidarios, estaríamos debatiendo que todo el sector público se
ajuste con la misma fórmula que quieren imponer a los jubilados. Ahí sí que no
habría dudas de que la fórmula incluiría la inflación, a ver si todos iban a
votar una fórmula con la que iban a perder mes a mes, como quieren hacer perder
a todos los jubilados de la Argentina. (Aplausos.)
Es más,
si usáramos la misma fórmula y nos ajustáramos por la recaudación tributaria,
les aseguro que el sector público sería el primero que trabajaría para que al
sector privado le vaya bien, porque así recaudaría más y se evitaría la evasión.
Es tan simple esta propuesta como alinear los objetivos para que ser solidario
no sea con la ajena, sino con la propia.
Esta
fiesta del relato nos va a salir muy cara, pero no está lejos el momento en el
que la sociedad argentina va a decir “basta” al Estado predador y nos va a
obligar a trabajar en serio para promover inversiones y para generar empleo,
que es el único camino posible para la verdadera justicia social. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor
diputado Correa, por Buenos Aires.
Sr. Correa.- Señor presidente: quiero hacer referencia
al aporte solidario extraordinario por única vez.
En
principio, quiero destacar que los trabajadores pagamos el 21 por ciento en
concepto de IVA a los productos y servicios. Asimismo, venimos pagando el
impuesto a las ganancias, conforme a la ley 20.628, sancionada en diciembre de
1973, bajo el gobierno de Juan Domingo Perón. Mediante ese criterio que inculcó
Perón, los trabajadores que más ganan tienen que ser solidarios con los que
menos ganan, generando así la cuarta categoría.
Cuando
hablamos de aportes, muchos de los trabajadores que no tuvieron oportunidad,
que han sido suspendidos en este proceso de pandemia, aportaron con el 25 por
ciento de su salario, como el resto de los sectores patronales. Cabe destacar
que el Estado nacional, a través del ATP, aportó el 50 por ciento de los
salarios de los trabajadores y de las trabajadoras.
Cuando
nos hablan de solidaridad, podemos destacar desde revolver el guiso de una olla
popular para los vecinos y las vecinas hasta el viaje de la valiente
tripulación de Aerolíneas que fue a China a buscar insumos para el sector de la
salud. Asimismo, podemos destacar la solidaridad a través de las organizaciones
sindicales, que pusieron todo al servicio de la salud: sanatorios, clínicas,
predios deportivos, ambulancias, médicos, farmacias, hoteles, alimentos, ropa y
calzado.
Nos
hablan de cuestiones extraordinarias, pero no entendemos que no son tan
extraordinarias, sino que es lo que hace el resto del mundo, es decir, generar
estas cuestiones impositivas para que el Estado pueda atender la salud de sus
ciudadanos.
Sí es
extraordinario para los trabajadores y las trabajadoras tener un 17 de octubre,
con Perón y con Evita, y setenta y cinco años de historia; dieciocho años de
resistencia, con persecución, proscripción y fusilamientos, y volver a traer a
nuestro líder, Juan Domingo Perón; tener 30.000 compañeros detenidos
desaparecidos en la memoria y levantarlos como bandera.
Extraordinario
es tener a un Néstor Kirchner, que tenía más desocupados que votos, pero nos
devolvió el trabajo y los sueños; tener a Cristina, que durante su gobierno
–junto con Néstor gobernó doce años‑ generó seis millones de puestos de
trabajo y hoy sigue luchando por la felicidad de su pueblo.
Extraordinario
es resistir cuatro años un gobierno liberal, enfrentando a sus aliados, los
medios masivos y monopólicos, la monarquía judicial y el Fondo Monetario
Internacional, y volver, porque volvimos con Alberto y con Cristina. Eso es
extraordinario, señor presidente. (Aplausos.)
Hoy, 17
de noviembre, es el día de la militancia social, política y sindical. Estar
aquí con mis compañeros y compañeras, diputados y diputadas, con el resto del
pueblo en la calle en caravana, y votar con el pueblo y para el pueblo, eso sí
es extraordinario para los trabajadores y las trabajadoras.
Por
último, para ir cerrando, quiero decir lo siguiente. También los trabajadores
han hecho un pago por única vez. Los trabajadores y las trabajadoras
esenciales, los trabajadores y las trabajadoras de la Salud, hicieron un pago
único con lo más valioso que tiene un ser humano, un pago muy caro que ningún
rico ni famoso va a poder igualar: ¡esos trabajadores y esas trabajadoras pagaron
con su vida al asistir a los compatriotas en esta pandemia! (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado
Tonelli, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Tonelli.- Señor presidente: hace ya mucho tiempo que los
impuestos o los tributos dejaron de tener exclusivamente un fin recaudatorio. A
este último se le suma, con la misma jerarquía y la misma importancia, el fin
de herramienta de política económica que tienen los tributos, que es orientar
la actividad económica o la actividad productiva en determinado sentido.
Para no
decirlo con palabras mías sino con términos de la Corte Suprema, voy a leer un
párrafo de una sentencia relativamente reciente. Dice así: “Los tributos no
solo tienen una finalidad recaudatoria para nutrir al erario público, sino
también tienen el objeto de cumplir con los demás fines estatales de manera
directa, como útil herramienta de política económica, social o monetaria,
porque constituyen un valioso instrumento de regulación económica, lo que la
Corte ha llamado ‘función de fomento y asistencia social del impuesto’, que a
veces linda con el poder de policía y sirve a la posibilidad económica del
Estado en la medida que responde a las exigencias del bien común, cuya
satisfacción ha sido prevista en la Ley Fundamental como uno de los objetivos
del poder impositivo.” Esta cita de la Corte corresponde a la sentencia
Camaronera Patagónica del 15 de abril de 2014.
Bajo
esta consigna o esta regla, está claro que el tributo que hoy discutimos carece
de un objetivo válido, de un objetivo valioso, más allá del mero afán
recaudatorio que lo impulsa. Está claro que ningún fin útil ‑además del
recaudatorio‑ o que ninguna orientación valiosa y compartible va a
imprimir este impuesto en la economía de nuestro país.
Se ha
dicho reiteradamente en esta sesión que el país necesita inversiones, lo cual
es cierto porque ellas son el motor o la herramienta más importante del
crecimiento. Esto coincide con un momento en el que en el mundo hay grandes
fondos disponibles que buscan dónde invertir, y la Argentina podría ser
beneficiaria de esos fondos. Ahora bien, ¿qué buscan los inversores?, ¿qué
buscan quienes disponen de capital para invertir? Buscan estabilidad jurídica ‑es
decir, reglas de juego claras y estables‑, Justicia independiente,
previsibilidad y un sistema impositivo compatible con el resto del mundo, o
sea, un sistema impositivo más o menos acorde o parecido al que puede encontrar
en otros lugares del mundo.
Cuando
hablamos de impuestos razonables, por supuesto quedan totalmente fuera de
consideración disparates como el impuesto al viento, recientemente sancionado
en nuestra Patagonia, o este impuesto que estamos tratando, que tiene el enorme
defecto de consagrar una doble imposición muy clara en relación con el impuesto
a los bienes personales, porque grava exactamente lo mismo que el impuesto a
los bienes personales con una nueva tasa y con una técnica impositiva
notoriamente deficiente respecto del impuesto a los bienes personales.
Entonces,
¿qué efecto tiene este impuesto más allá del afán recaudatorio que el Estado
exhibe? El efecto que tiene es el de desalentar inversiones o ahuyentar
inversores de la Argentina, porque éstos tienen otras alternativas; sin ir más
lejos, tienen alternativas en otros países de la región que respetan la
estabilidad de su sistema jurídico y de su sistema impositivo, y que en vez de
desalentar y ahuyentar a los inversores, los atrae.
De
manera que este impuesto no solo va a recaudar poco y nada, no solo es
técnicamente deficiente porque consagra la doble imposición ‑que está
expresamente prohibida en nuestro sistema constitucional y en nuestro sistema
impositivo‑, sino que tiene el perjudicial efecto de desalentar
inversiones o ahuyentar a los inversores, que es lo que la Argentina más
necesita en este momento.
En
definitiva, señor presidente, lo mejor que podríamos hacer hoy es rechazar este
impuesto y no sancionar esta iniciativa.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora diputada
Caliva, por Salta.
Sra. Caliva.- Señor presidente: yo no voy a hablar de las tasas
que por única vez van a aportar las personas físicas con los patrimonios más
grandes de nuestro país. Quiero hablar de las argentinas y los argentinos que
nada tienen y que se verán beneficiados con este aporte extraordinario y único
en medio de una pandemia que está siendo la más letal de la humanidad.
Sabemos
que un 20 por ciento de este aporte estará destinado ‑justamente por la
pandemia‑ a la compra de equipamiento médico, elementos de protección para
los trabajadores de la salud y medicamentos, a la asistencia sanitaria y a la
vacuna. Siempre hablo en el marco de una pandemia, un problema de salud a nivel
mundial que nos está afectando y golpeando a todos. Digo esto para que se
ubiquen todos aquellos a los que solamente les importa el capital transnacional
y las grandes fortunas, que no necesitan que alguien en ese recinto los esté
defendiendo.
Otro 20
por ciento va a ir a las micro, pequeñas y medianas empresas, es decir, a
nuestras pymes, que son las únicas que han generado, generan y van a generar
trabajo. Esto lo sabemos con certeza.
Otro 20
por ciento estará destinado al Programa Progresar, es decir, al tema de becas
para el fortalecimiento de las trayectorias educativas de nuestros jóvenes; en
realidad, de todos los estudiantes de todos los niveles educativos.
Un 25
por ciento se va a destinar a programas de exploración, desarrollo y producción
de gas natural, es decir que se va a generar empleo.
Pero me
voy a detener en el 15 por ciento restante, señor presidente, que se va a
destinar a fortalecer políticas públicas como la del Renabap para engrosar un
poquito más el fondo destinado a los barrios populares, a las villas, a los
asentamientos, a las comunidades originarias; es decir, a esos lugares donde
algunos tienen la suerte de tener energía eléctrica y otros ni siquiera tienen
agua o cloacas.
Seguramente
muchos de los que nos están mirando, porque tienen la suerte de tener un
televisor y seguir esta sesión ‑quizás algunos la estén siguiendo por
radio o desde algún celular‑, y estarán felices al ver que estamos
tratando este proyecto, porque con el fortalecimiento del Renabap vamos a
mejorar las condiciones de salud y habitacionales de millones de argentinas y
argentinos que hoy marcharon por todo el país, que salieron a manifestarse de
distintos modos. Vuelvo a repetir que esos argentinos y argentinas están
felices; no se confundan.
Con ese
15 por ciento, que equivale a 45.000 millones ‑como decía muy bien un
gran compañero‑, se verán beneficiadas las familias del asentamiento San
Calixto, en Salta capital, que no tienen nada: no tienen agua mucha, energía
eléctrica ni cloacas. Están a la espera de una mesa de diálogo que quiera
encontrar una solución y respuestas a casi mil familias que están allí
asentadas hace mucho tiempo.
Ese
dinero también dará respuesta y ayudará un poquito a ocho madres que hoy fueron
desalojadas violentamente de otro asentamiento que se armó en septiembre del
año pasado, cuando yo no daban más, porque era insoportable el infierno que
vivían; no podían pagar el alquiler y eran víctimas de violencia.
Fue así que, escapando de la violencia
machista y de la pobreza, se asentaron en un lugar. Hoy, una jueza de apellido
Zunino las desalojó violentamente con un ejército de la policía de la
provincia.
Hasta
hace un rato, esas ocho madres estaban con sus veintitrés hijos bajo la lluvia,
sin haber comido durante todo el día y viendo cómo camiones de la policía de la
provincia les secuestraban los pocos bienes que con esfuerzo habían adquirido.
Y ellas sí que ponen esfuerzo y trabajo.
Ojalá
que mañana se pueda hacer justicia y todo el sistema de gobierno de la
provincia y de la Nación se ponga a ayudar a estas compañeras que hoy han sido
desalojadas y que terminaron en un centro de integración comunitaria, de esos
tantos que construyó Néstor Kirchner con las cooperativas en todo el país.
¿Qué
más puedo decir, señor presidente? Que mi región es la más pobre, que más de la
mitad de las niñas y niños son pobres en Salta, en Santiago del Estero, en toda
esta zona, y que necesitamos muchas más iniciativas como esta.
Necesitamos
de verdad que haya una reforma tributaria que no sea distorsiva, donde paguen
más los que tienen más.
También
hace falta que se investigue, porque todos los argentinos y argentinas vimos
cómo durante cuatro años se gobernaba para un puñadito, se endeudaba al país
fenomenalmente y se fugaba ese endeudamiento con una cantidad de cómplices de
los delincuentes de turno, muchos de los cuales hoy están sentados también ahí.
Eso que se hizo sí que es delincuencia y traición a la patria.
Ojalá
que con esta iniciativa podamos reparar un poquito tanto dolor. En mi
provincia, y también en esta zona, las comunidades originarias están marchando
porque tienen miedo de que otra vez haya una oleada de muerte. Quieren que los
escuchemos, piden diálogo y se vienen caminando desde Santa Victoria Este hacia
la capital salteña. Estoy segura de que el gobierno de la provincia los va a
recibir, proteger y cuidar en toda esta travesía a la que se han largado.
Sr. Presidente (González).- Vaya redondeando, por favor,
señora diputada.
Sra. Caliva.- Ya termino, señor presidente. Estoy
segura de que con este aporte de los que más tienen se podrá ayudar a desandar
tanta inequidad histórica. Es un primer paso, un puntapié inicial para que
terminemos ‑como decía‑ con tanta desigualdad.
Hoy, en
este Día de la Militancia y en un día tan especial para las mujeres, en que se
han anunciado dos proyectos que también van avanzar en lograr la equidad,
simplemente quiero decirles que ojalá que esta iniciativa, al igual que esas
otros dos que ingresaron, sea ley.
Sr. Presidente (González).- No sé si sirve para algo a
esta altura lo que les voy a decir, pero quiero comunicarles que quedan 29
oradores para hacer uso de la palabra en forma individual, más lo cierres. Si
cada diputado se va a extender dos minutos más de lo que le corresponde,
tenemos un par de horas nada más que de oradores individuales. Así que les
vuelvo a reiterar que traten de ajustarse al tiempo asignado, que son cinco
minutos por diputado.
Tiene
la palabra el señor diputado Vara, por Corrientes.
Sr. Vara.- Señor presidente: me voy a referir
fundamentalmente a algunos pequeños tecnicismos sobre el tema fiscal. Uno de
ellos es que este aporte tiene una base imponible, un sujeto imponible y una
alícuota a imponer. Ergo, para mí no es un aporte sino una imposición, o sea un
impuesto. Se trata de una cuestión muy académica y formal, pero me parece que
hay que dejarla en claro. Este es el primer punto.
En
segundo lugar, no es coparticipable porque tiene asignación específica. Según
el artículo 15 inciso 2) de la Constitución Nacional, tendría que ser
coparticipable; pero si tiene asignación fija, no lo es. Perfecto. Lean bien
que lo dice en singular, no en plural, y acá no hay una asignación sino una
lista de asignaciones. Hay un micro presupuesto que se va a solventar con las
imposiciones que de acá surjan.
Como
mínimo, dejamos el beneficio de la duda. Veremos qué dicen quienes saben sobre
la cuestión y tienen que interpretar esto adecuadamente. Pero es una
imposición. Además, son disímiles e inconexas, no tiene nada que ver una cosa
con otra. El hecho de que sea para solventar temas de la salud, materiales o
trasporte para la educación no tiene nada que ver con cubrir déficits de YPF o
un mayor desarrollo gasífero por parte de esta empresa. Como dice la letra la
Constitución, no es una imposición. Es una lista de imposiciones. Dejemos ahí
nomás la duda.
Por
otra parte, por primera vez en la historia la valuación para las imposiciones
la va a hacer la AFIP. En este aspecto, también la Constitución nos dice algo.
Establece claramente que son las provincias las que deben hacer las
valuaciones.
Pero
además, el artículo 22 de la ley del impuesto sobre los bienes personales
expresa claramente cuál es la metodología para hacer esa valuación. Acá no
estamos modificando la ley del impuesto sobre los bienes personales, a pesar de
que la aplicación es para otra imposición, pero tiene similitud.
Hay
otro tema al que no me animo a referir, como otros diputados lo hicieron,
cuando señalaron qué es lo que va a resolver la Corte. Parece que ya supieran
lo que va a resolver la Corte; yo no, pero como mínimo, ‑como decía el
diputado Yacobitti‑ un buen abogado va a pelear la cuestión. O sea que
esto tiene su flojedad como proyecto.
Ahora
bien, vayamos al principal problema, que es la inversión. Hace pocos días y en
mi intervención anterior mencioné al Global Economy, un centro de información
mundial, que anticipó que para 2021, de doscientos países del mundo, Argentina
es el que menos va a crecer. O sea que estamos en la posición número 200,
detrás de Perú, que está en el puesto 199. Además, va a ser el único país del
mundo que crecerá un solo dígito: 9,56 por ciento. Perú tendrá dos dígitos: más
del 11 por ciento. Pero hay una diferencia: nosotros hace rato que no estamos
creciendo, tenemos diez años de falta de incremento. En cambio, Perú vino
creciendo mucho en los últimos años. Fíjense que estamos comparando el puesto
199 con el 200. ¡Qué consuelo!
La
pandemia la tuvieron los doscientos países, algunos más, otros menos. Hoy
alguien mencionó que la padecen más de ciento sesenta naciones. Parece que
algunos países, sobre todo de África, se salvaron. La pandemia fue para todos.
Este problema de que estamos últimos en la cola es comparable a un caballo que
corre en una pista pesada y sale último: la pista estaba pesada para todos lo
que corrían, para todos igual. O sea, estamos mal.
Sin inversión no hay posibilidad de crecimiento. En
este punto retomo la palabra de un diputado ‑me parece que del
oficialismo‑, que decía que en los países que no se realizan, sus
ciudadanos tampoco pueden realizarse.
Nadie
puede estar mejor si el país no crece. Más allá de cómo le vaya a alguien en
particular, no vamos a tener ciudadanos con mejor calidad de vida si no
crecemos. Además, si no hay inversión, no hay crecimiento. No se puede crecer
solamente con la inversión pública; necesariamente tiene que haber inversión
privada. Eso implica pagar más impuestos, salvo –y es lo que venimos haciendo desde diciembre
del año pasado- que aumentemos la presión tributaria. La masa sobre la que
presionamos no crece, pero nosotros le vamos aumentando la presión impositiva.
Eso tiene un límite y es probable que rebote. De alguna manera el pronóstico de
los especialistas respecto de nuestro país para 2021 es justamente porque se
está incrementando la presión tributaria y no la actividad económica.
También
hay que hablar de los aportes. El gran agujero fiscal está determinado por el
tema previsional. Se dice que tenemos muchos jubilados, pero no sé si eso es
tan así. Lo que tenemos son pocos aportantes porque tenemos poco empleo formal.
Ese es nuestro principal problema: la falta de empleo formal.
Todo
esto implica básicamente confianza. Por eso, no quiero finalizar mi exposición
con afirmaciones, sino con preguntas. ¿Les parece que medidas de este tipo son
las que van a generar confianza para que los inversores vengan?
Además,
quiero hacer una rectificación: en mi última intervención dije que los
argentinos tienen guardados debajo de los colchones 300.000 millones de
dólares. Nobleza obliga, hay que rectificar esa cifra: los últimos informes
hablan de la existencia de 380.000 millones de dólares fuera del sistema. Eso
significa falta de confianza en este último.
Además,
eso implica una tasa de inversión. Si en diez años uno pudiera recuperar a
razón de un 10 por ciento anual para invertirlo en la economía, eso
significaría un crecimiento del 13 por ciento o del 14 por ciento en materia de
inversión, además del magro 10 por ciento que se viene registrando. De esa
forma, nuestro destino sería otro. Pero hay que generar confianza.
Entonces,
¿les parece que con proyectos de ley como el que estamos tratando estamos
generando confianza? Esa es la cuestión. Intervenciones como las que se
llevaron a cabo en algunas empresas de la actividad privada que estaban
atravesando procesos normales de quiebra, ¿significan dar confianza? En otras
palabras, ¿todas las señales que se están dando son de confianza?
He
finalizado mi exposición, señor presidente.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra
la señora diputada Cáceres, por Buenos Aires.
Sra. Cáceres.- Señor presidente: la verdad es que en un contexto donde
60.000 pymes cerraron sus puertas, empresas como Nike o LATAM se están yendo
del país, muchas otras están dejando de percibir el ATP sin haber logrado poner
el ciento por ciento de sus plantas en funcionamiento y con una pérdida de casi
4 millones de puestos de trabajo en los últimos meses en la Argentina, resulta
preocupante que
hoy, en lugar de estar debatiendo en esta Honorable Cámara proyectos que
busquen reactivar la economía y preservar los puestos de trabajo de los
argentinos, estemos considerando una iniciativa por la que se propicia el
establecimiento de un nuevo impuesto.
Lo
cierto es que esta situación no sorprende porque fue el propio presidente
Alberto Fernández el que dijo que no cree en los planes económicos. Eso está a
la vista por los pésimos y malos resultados que tenemos, tanto a nivel
económico como laboral, y hoy miles de familias argentinas están padeciendo esa
situación.
Lo
único que se va a generar con este nuevo impuesto es que más empresas estén
motivadas a cerrar sus puertas. Esto hará que las únicas curvas que crezcan en
nuestro país sean las correspondientes a las tasas de pobreza y de desempleo.
No
provengo de una familia con fortuna, sino de una familia trabajadora,
luchadora. Por ende, conozco en carne propia la situación que actualmente están
atravesando millones de familias, pues sé lo duro que es que un padre o una
madre pierdan su puesto de trabajo, ya que a mi familia le tocó vivir esa
experiencia en plena crisis de 2001. Esta última no fue muy distinta de la que
estamos sufriendo actualmente los argentinos.
En la
presente sesión escuché decir a algunos señores diputados que lo que se
pretende es generar un piso de igualdad. No tengo que decir que el Frente de
Todos gobierna desde hace once meses y se ve una asquerosa subejecución en
áreas tan importantes como la del hábitat. Ahora, con este nuevo impuesto
quieren resolver lo que no han venido solucionando o explicar la subejecución
presupuestaria que están desarrollando.
También
escuché hablar de la importancia de las organizaciones sociales. Si tanto les
importa la igualdad, empiecen a distribuir de manera equitativa los recursos
del Estado entre todas las organizaciones sociales y no solamente entre las que
militan con el Frente de Todos. Porque
eso es lo que se ve cuando uno recorre los barrios del Conurbano. Eso no es
igualdad.
Por lo
tanto, si tanto les importa la igualdad expliquen el ajuste que vienen haciendo de manera
sistemática a los jubilados. Parecería que la única igualdad que les importa es
la de nivelar para abajo. Eso no es justicia social.
- Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, doctor Sergio Tomás Massa.
Sra. Cáceres.- Está claro que no voy a acompañar este
proyecto confiscatorio de un gobierno que lo único que busca es cortar las
piernas a aquellos que invierten en nuestro país y cerrar las puertas a los que
quieren venir a hacerlo. Esta es una iniciativa que desprotege los puestos de
trabajo de millones argentinos y le dice al mundo que la Argentina cerró sus
puertas y está aislada.
La verdad es que es estamos a tiempo de revertir el rumbo, a fin de que juntos podamos salir de esta crisis sanitaria, social y económica en la que estamos sumergidos, porque sin trabajo y con las escuelas cerradas nos están robando el futuro y condenando a millones de argentinos a la quiebra.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Soria, por Río Negro.
Sr. Soria.- Señor presidente: la verdad es que a
lo largo de estas más de once horas mucho se ha hablado de cuestiones técnicas,
jurídicas y tributarias respecto de este aporte extraordinario y solidario que
por única vez viene a paliar la profunda crisis económica y social que
heredamos del gobierno anterior el 10 de diciembre pasado y que lógicamente se
intensifico con la llegada de la pandemia global determinada por el COVID‑19.
Evidentemente,
este aporte que tanto les molesta a algunos viene a torcer la balanza,
equilibrar el desequilibrio y derramar de una buena vez la famosa copa respecto
de la cual tantas veces dijeron que si se llenaba iba a terminar derramando en
todo el pueblo argentino, pero lógicamente nunca lo hizo.
Sin
lugar a dudas, este aporte extraordinario afecta a los que más ganaron durante
el gobierno de empresarios disfrazados de ministros, a los que disfrutaron de
una tasa de interés del 70 o del 75 por ciento durante la anterior
administración.
Pero
lamentablemente hoy una vez más vemos cómo los que le bajaron los impuestos al
champagne, aumentaron el precio del litro de leche para los chicos en más de un
300 por ciento y disminuyeron los tributos a las compras de autos de lujo
mientras incrementaban en un 3.000 por ciento las tarifas de la energía
eléctrica y en un 2.500 por ciento las del gas, estuvieron todo el día diciendo
que estamos ante un impuesto ilegal.
Son los
mismos que se enamoraron de Christine Lagarde y del Fondo Monetario
Internacional para endeudarnos como lo hicieron Videla y Martínez de Hoz en
1976, mientras les quitaban los remedios a los jubilados y ajustaban sus
haberes.
Son los
mismos que tomaron un bono a cien años pagando la tasa de interés más alta de
nuestra historia mientras les quitaban las vacunas a los chiquitos.
Hoy
vienen a hablar de confiscación fascista, como escuchamos decir en esta sesión.
En
definitiva, son los mismos que un 9 de julio invitaron a los reyes de España a
la histórica Casa de Tucumán para pedirles, en nombre de todo el pueblo
argentino, perdón por habernos independizado.
Es
increíble, pero son los mismos que se pasaron todo el día diciendo que peligra
la República porque a nuestro gobierno en definitiva se le ocurrió pedir un
aporte excepcional, por única vez, a los más poderosos de la Argentina, en
medio de una situación extraordinaria como la que estamos viviendo.
No hay
dudas de que si algo aprendimos del desastre que generaron las políticas
neoliberales del gobierno de Macri y de la llegada a la Argentina de la
pandemia global determinada por el COVID‑19 es la plena convicción de que
el peor mal, el peor virus que podemos tener como sociedad, sin lugar a dudas,
es la falta de empatía, el individualismo, la ética del sálvese quien pueda,
donde tratando de salvarnos cada uno, cuesta abajo en la rodada, nos vamos
perdiendo todos, y la falta de solidaridad.
Lamentablemente
hoy eligen volver a equivocarse una vez más, eligen seguir representando los
intereses de una selecta y poderosa minoría, la misma que durante cuatro años
beneficiaron bajándole los impuestos personales y los impuestos a la riqueza.
Nosotros, hoy como ayer, vamos a seguir representando los intereses de los 45
millones de argentinos y argentinas.
Eligen
seguir defendiendo los intereses de los que más tienen, de los que siempre
ganan, con crisis o sin crisis, con pandemia o sin pandemia. Nosotros, hoy como
ayer, vamos a seguir defendiendo los intereses de los más necesitados, de los
humildes, de los que más sufren.
Por
eso, señor presidente, aunque tanto moleste a algunos, nosotros siempre estamos
volviendo, como volvió Perón el 17 de noviembre de 1972, hace 48 años, como
volvimos con Néstor el 25 de octubre de 2003 o como volvimos con Alberto y
Cristina el 27 de octubre del año pasado. Hoy como ayer nosotros abrazamos las mismas
causas y levantamos la misma bandera para volver a transformar la realidad,
volver a poner a la Argentina de pie y volver a vencer al tiempo.
Pregunto
a los diputados, a las diputadas y a los que nos están mirando quién puede
decir que no volvemos a levantar la bandera de la soberanía política, cuando
las decisiones de nuestro gobierno vuelven a tomarse en la Casa Rosada y no en
la sede alguna gran empresa, cuando volvemos a defender las democracias
latinoamericanas de la patria grande. ¿Qué argentino puede decir que no
levantamos la bandera de la independencia económica, cuando en pocos meses
reestructuramos y arreglamos la deuda sideral e impagable que
irresponsablemente tomaron? ¿Qué argentino puede decir que no levantamos la
bandera de la justicia social cuando en medio del desastre, en plena pandemia
de COVID, creamos el IFE para 9 millones de argentinos, las ATP para 300.000
empresas y hoy este aporte solidario y extraordinario que vamos a convertir en
ley?
Sr. Presidente (Massa).- La
Presidencia quiere recordar a los señores diputados y a las señoras diputadas
que el protocolo impide estar de pie. Además, cuando existe poca distancia, al
menos uno debe utilizar barbijo.
Tiene
la palabra el señor diputado Sánchez.
Sr. Sánchez.- Señor presidente: el gobierno debería propiciar una
producción nacional auténtica, una producción basada en el esfuerzo de las
personas individuales, las personas asociadas en el país, para que lleven
adelante un desarrollo equilibrado y una verdadera distribución de la riqueza.
Sumar
más impuestos a esta maraña impositiva que tenemos en la Argentina produce
exactamente lo contrario a lo que es un mejoramiento de la producción; esto lo
han establecido muy bien algunos de los oradores que me han antecedido en el
uso de la palabra.
Sumar
impuestos para sostener el gasto público brutal que tiene la Argentina hoy
produce cualquier cosa menos justicia social. Esto deberíamos saberlo porque,
por ejemplo, en la Argentina durante los últimos 20 años se ha duplicado la
presión impositiva y eso no ha traído más que más y más pobreza. Con lo cual,
inventar impuestos, generarlos de la nada, no ayuda a la justicia social sino
que va exactamente en sentido contrario.
La verdad es que cuesta interpretar este
proyecto, algunos han intentado hacerlo, pero lo que sabemos es que el
kirchnerismo tiene esta afinidad por el capitalismo clientelar, el capitalismo
de amigos, en el cual siempre se ven beneficiados determinados empresarios,
siempre elegidos, nunca al azar, y básicamente siempre los mismos. En esta
relación que se genera entre estos empresarios y algunos funcionarios
gubernamentales siempre son beneficiados estos mismos empresarios. Alguien lo
decía hace un rato, uno de los que fue beneficiado en una votación hace poco
tiempo en este Congreso fue ni más ni menos que Cristóbal López, muy amigo de
muchos aquí, y seguramente con muchos intereses para quienes nos gobiernan hoy.
Por
otro lado, el proyecto parece estar guiado por un sentido socialista de la
justicia social. El socialismo en realidad nunca llegó a ninguna justicia
social; más bien todo lo contrario. En todos los regímenes socialistas de la
historia el capital se centró en las nomenclaturas, ese trato privilegiado, la
elite del poder que concentraba para sí no solamente todos los privilegios sino
toda la propiedad; y la propiedad privada era algo detestado, era algo
perseguido. Así fue como consiguieron todos estos regímenes hacerse del poder
único, todas las veces que funcionó el socialismo en estado pleno. Eso sucedió
desde la Unión Soviética hasta China, Nicaragua, Cuba y Venezuela y hoy, por
ejemplo, podemos ver los efectos tremendos que tuvo sobre el pueblo cubano.
Dos
opciones tenemos entonces, un capitalismo de amigos combinado con una
nomenclatura socialista o una Argentina que vuelva al camino de la
productividad verdadera, la auténtica, la que nunca tendría que haber perdido.
Pero quiero cerrar esta breve intervención señalando que en este año, tan
difícil para los argentinos, que hemos sufrido todos verdaderamente ‑obviamente
nadie ha estado ajeno a este sufrimiento y a estos padeceres‑, hemos
tenido una gestión de gobierno que ha dejado muchísimo que desear, a la cual le
hemos señalado nuestras críticas cada vez que hemos podido. Pero lo terrible no
es lo que han hecho hasta ahora sino cómo quieren terminar el año, aprobando
este proyecto para generar más pobreza, primer sector vulnerable atacado una
vez más por este tipo de políticas.
Sin
embargo, no se van a conformar con eso, van a atacar otros dos grupos vulnerables:
van a atacar a los jubilados, volviéndoles a robar, y finalmente van a atacar a
los niños por nacer; esa parece ser su última idea.
Muchas
gracias, señor presidente, por prestar atención en todo momento.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Hein, por
Entre Ríos.
Sr. Hein.- Señor presidente: después de escuchar a los
diputados preopinantes trato de entender y pienso la importancia de lo que
estamos discutiendo con respecto a lo que es solidaridad y a lo que es el
impuesto extraordinario. Me pregunto cómo a veces nos equivocamos con los
conceptos porque se confunde capital de inversión con exteriorización de
riqueza.
Escucho
muy livianamente hablar de yates y de aviones y se nos dice que tenemos que ser
solidarios, pero el ejemplo que damos desde la política está muy alejado de ser
solidario porque nos vamos retrotrayendo continuamente a ver quién se equivocó
más o quién se equivocó menos y no vemos las historias de vida de cada
inversor, de cada pyme, de cada pequeño y mediano empresario que, como dijo hoy
un colega, quizás el único error que ha cometido fue haber tenido un gran sueño
y haber invertido en una Argentina que le daba las posibilidades de crecer.
Creo que ese fue el error de muchos: crecer.
Antojadizamente
hoy nosotros estamos diciendo que sean solidarios quienes dan trabajo genuino,
esos que apuestan a una Argentina que se debate entre la mediocridad y una
clase política que solamente carga culpas y a la que a veces le cuesta mirar a
sus hijos y tratar de generar una línea de conducta. Justamente se trata de
generar empatía y líneas de conducta, y de ser solidario, pero no con lo ajeno,
porque es fácil ser solidario con la plata ajena, es fácil dictar leyes y
normas con la plata de otro.
¿Qué
hacemos cuando tenemos que tomar decisiones ‑muchas veces desde una banca
o desde un lugar en un ministerio‑ y no podemos justificar nuestros
patrimonios? Creo que en ese caso acarreamos culpas de ambos lados, porque el
único soberano es el pueblo que nos elige. Entiendo que este año todos tuvimos
culpas por haber aplicado políticas poco empáticas con el pueblo.
Los
legisladores tenemos la responsabilidad de contar las historias de vida del
interior, las de aquellos inversores que tuvieron un sueño y hoy se ven
sesgados por un Estado codicioso e ineficaz que mete la mano en el bolsillo de
los emprendedores.
Considero
que una de las grandes virtudes de los malos es, aplicando un dicho conocido,
nivelar hacia abajo, y hacernos creer que todos somos iguales. Creo que en la
Argentina el que invierte es bueno, el que da trabajo genuino es bueno y el que
es exitoso trabajando también es bueno. Entonces, no podemos permitir que el
aporte nuevamente impacte sobre los empresarios y sobre quienes generan una
Argentina que, como decía, se niega a caer en una debacle, como ha pasado
tiempo atrás, culpando a unos y otros.
Quiero
concluir con una frase del físico Albert Einstein que sintetiza mis palabras de
hoy: “Dar el ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es
la única manera.” Ojalá esta sea la premisa.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Scaglia,
por Santa Fe.
Sra. Scaglia.- Señor presidente: espero que la
próxima sesión sea presencial.
Hoy
debemos decir que la verdadera cara del ajuste en la Argentina son los
jubilados ‑a quienes les pagarán menos y les propondrán una fórmula que
seguramente les hará perder contra la inflación‑ y los empresarios, a
quienes obligan a mantener a los trabajadores y a pagar doble indemnización,
aunque muchas veces no puedan sostener sus empresas.
De
todos modos, el Estado despide. Tenemos listas de empleados despedidos por el
Estado para poner a obsecuentes de la política.
Claramente
este gobierno aplica más impuestos a quienes quieren o tienen con qué generar
trabajo, y así vamos a contramano del mundo. En cambio, nuestro vecino Uruguay
bajó los impuestos cuando arrancó la pandemia y hoy convoca a nuestros
empresarios a invertir allá. Pero acá eso no lo vemos. Siento que no se dan
cuenta de que esto no da para más. ¿Qué otras advertencias necesitamos para
saber que el rumbo que estamos tomando en la Argentina es equivocado? Si
queremos recaudar más, la manera de hacerlo es bajar impuestos, que es
justamente lo contrario a lo que hoy estamos haciendo. Seguramente si cobramos
menos impuestos en la Argentina, más gente los pagará y más empresarios estarán
dispuestos a generar empleo privado.
Tenemos
que apuntar a una menor evasión fiscal, ordenar los gastos del Estado y achicar
el déficit. Si queremos que los más ricos paguen un impuesto, tenemos que
acomodar el impuesto a las ganancias. Seguramente, si esa fuera la propuesta,
todos estaríamos de acuerdo. Si nos animáramos a tocar el impuesto a las
ganancias, el IVA para que los sectores que menos tienen no lo paguen, e
hiciéramos una reforma tributaria, todos estaríamos acompañando el respectivo
proyecto de ley.
No me
queda más que decirles que la gente y los empresarios no confían en la política
económica de Alberto ni de Guzmán. ¿Quién quiere invertir en una Argentina
donde la única salida que se está proponiendo es cobrar más o confiscar? Hasta
ahora, solamente vimos que vinieron a expulsar a nuestros unicornios, a
nuestras empresas generadoras de divisas y recursos. También ocurre que,
mientras quieren estatizar a ciertas empresas privadas, destruyen el empleo, ya
que hay 4 millones de puestos de trabajo privados menos en nuestro país.
Ustedes
saben que este aporte es una imposición que será judicializada, sobre todo, porque
no es solidario ya que lo están imponiendo. Esta actitud provoca que muchos
empresarios congelen la capacidad que hoy tienen de invertir en la Argentina.
Para no
pasarme del tiempo, sólo quiero decirles que mucha gente en nuestro país dice
que si paga todo lo que tiene que pagar, no llega a tener abierta su empresa o
su pyme. Díganme si ustedes no sienten que con este aporte confiscatorio hoy no
se están pareciendo un poco a Grabois cuando usurpa una tierra o dice que el
único camino de la Argentina es usurpar y quedarse con lo que a uno no le
corresponde.
Sr. Presidente (Massa).- Pido disculpas a la diputada
Bernazza porque la omití en el orden de la lista de oradores.
Tiene
la palabra la señora diputada Bernazza, por Buenos Aires.
Sra. Bernazza.- Señor presidente: en primer término,
quiero dedicar unos segundos a hacerle un comentario al diputado que dijo que
el Instituto Patria era un lugar donde sucedían cosas espurias. Especialmente,
quiero invitarlo, a través de la Presidencia, a que nos visite, conozca
nuestros cursos y participe de nuestras reuniones. También puedo hacerle
conocer también nuestros libros, y quizás así disipe sus sospechas.
Incluso,
como instituto de formación política, fuimos visitados por otras fuerzas
políticas, entre ellas, la del diputado. Reitero que dejo abierta la invitación
a quien tenía alguna sospecha sobre el Instituto Patria, dejando de lado los
dichos acerca de que éramos destructores de la Argentina, la cleptocracia,
etcétera. Supongo que habrá buena predisposición para visitar el instituto,
cuando abra, o participar de algún Zoom.
Otra
vez nos encontramos con legisladores que ofrecen datos que consideran ciertos y
únicos, a partir de recortes que no hacen más que disfrazar con estadísticas
sus ideas, ideologías y convicciones.
Por
ejemplo, una diputada preopinante detalló cifras del Banco Mundial sobre la
presión tributaria. Pero hay muchísimos datos provenientes de diversos
organismos que las refutan. Me refiero especialmente a un estudio de la CEPAL,
que es una de las organizaciones más serias en esta materia, relativo a cómo la
presión tributaria de la OCDE o de Brasil es mucho mayor que la presión
tributaria de la Argentina. Además, estudia cuándo la presión tributaria es más
liviana por el hecho de que esos estados son dueños de recursos muy importantes
para su economía.
Así que
tengamos cuidado de no estar presar lo que queremos decir y que en realidad es
una posición ideológica.
Dicho
esto, me quiero referir solamente en estos últimos minutos al problema de la
desigualdad porque de eso estamos hablando. Si algún diputado dice que en
realidad es un impuesto o es un aporte, la verdad pónganle el nombre que
quieran, pero acá hay una tragedia planetaria y hay que aportar. En ese aporte
hay un grupo que está en condiciones de hacerlo con muchas más ventajas.
Siempre
nos preocupamos por las líneas de pobreza, por las líneas de indigencia.
¿Alguna vez en este país vamos hacer una estadística que mida las líneas de
extrema riqueza y que demuestre que en realidad es el modelo de extrema riqueza
el que necesita la extrema indigencia? Las periferias son necesarias para los
centros económicos. No son un retraso natural.
Vayamos un
poco a estudiar ciencias sociales y a descubrir que en realidad las riquezas
concentradas están en el orden del mismo problema que la indigencia.
Finalmente,
si me permiten este último minuto, me gustaría recordar a mis pares que en la
Comisión de Familia, en donde estuvimos charlando sobre las preocupaciones
referidas a la niñez y la incidencia del presupuesto o cómo el presupuesto
tomaba el tema de la niñez, estuvieron presentes representantes de UNICEF.
Esta
diputada les preguntó a dichos representantes qué opinaban sobre el aporte
extraordinario. Los especialistas de UNICEF dijeron que, en general, era un
tipo de medida muy loable o recomendable para este tipo de situaciones.
Por
supuesto, no entraron en detalles, pero lo comento porque como siempre nos
nombran a UNICEF para hablar de sus preocupaciones, quiero recordarles que
UNICEF estuvo en esta Casa y habló bastante bien respecto de lo que era un
aporte extraordinario. Muchísimas gracias, señor presidente.
Sr.
Presidente (Massa).- Muchas gracias, señora diputada, y gracias por el estricto
respeto del tiempo.
Tiene la
palabra la diputada Graciela Caselles, por San Juan.
Sra.
Caselles.- ¿Me escucha, señor presidente?
Sr.
Presidente (Massa).- La escucho muy bien, señora diputada.
Sra.
Caselles.- En primer lugar, quiero saludarlo, señor presidente, y felicitarlo por
todas las acciones que viene desarrollando como presidente de esta Cámara y
colaborando con la Argentina para que podamos salir adelante. Asimismo, festejo
que su estado de salud esté bien y que eso se traslade a toda la Argentina.
Señor
presidente: hoy para mí es un día especial y quiero poder transmitir que por mi
formación política, humana y familiar entiendo que esta iniciativa legislativa
no tiene nada que ver con ir en contra de alguien, con atacar a alguien o ir en
contra de no sé qué de la propiedad.
Para mí
esto tiene que ver con una iniciativa que está basada fundamentalmente en
valores supremos a la hora de regular las relaciones humanas como es la
solidaridad, la empatía y el saber ponernos en el lugar del otro.
Esta
iniciativa, de alguna manera, viene a ayudar a todos los argentinos y las
argentinas que lo han sufrido, que están sufriendo y no la están pasando muy
bien. Viene a darles la mano a todos los trabajadores esenciales, muchos de los
cuales han perdido la vida y muchos siguen estando abrazados en la trinchera
defendiéndonos a cada uno de nosotros.
Señor
presidente: me parece que esta pandemia ‑por lo menos a mí‑ nos
hace reflexionar acerca de qué es
importante o no lo es en la vida. Creo que el saber entender lo que le
pasa al otro, el tender una mano solidaria, el que no nos dé lo mismo cualquier
cosa, debe hacernos reflexionar. Reflexionar que estamos en un momento de
excepcionalidad, única, jamás vivida en la historia de la Humanidad y muchos
menos en la Argentina.
Recuerden
que este gobierno que va a alcanzar once meses de gestión, a los tres meses de
iniciado su mandato ya estaba en medio de una pandemia y había heredado una de
las mayores crisis económicas de la historia argentina.
A mí me
gusta mucho hablar del futuro y del presente y me gusta hablar de la empatía,
de la esperanza y de la solidaridad. Ahora, yo me pregunto, señor presidente, y
le pregunto a todos y todas: ¿por qué cuesta tanto aceptar, entender o
acompañar un proyecto que lo único que quiere es ayudar, es estar, es sentirnos
presentes en un momento de extrema urgencia?
¿Por qué cuesta tanto, señor presidente,
entender que es una ayuda de una pequeña parte de ese sector sumamente
minoritario, que no llega a 10.000 personas, pero que sin embargo, puede beneficiar
a los 45 millones de argentinos? ¿Por qué cuesta entender que esto tiene que
ver con buscar el bien común y con principios que son básicos a la hora de
llevar adelante las acciones políticas de cualquier gobierno?
Vengo de
un partido provincial como el Partido Bloquista de San Juan que en sus orígenes
supo tener la valentía y la fuerza para ir a buscar en los sectores más
pudientes de mi provincia, en los grandes bodegueros, en los grandes
terratenientes, esa ayuda necesaria para colaborar con los que menos tienen.
Entonces,
este proyecto tiene que ver con mi formación, con mis convicciones y con el
sentido común en una situación de extrema urgencia ante una pandemia que nos
abraza y que no nos toca vivir de otra manera.
Quiero
también preguntarme y preguntarles ¿por qué tanta defensa o tanta preocupación
sobre lo que puedan pensar los demás? ¿Qué imagen podemos estar dando? ¿Por qué
la amenaza constante de que se va a judicializar o que los capital se van a ir?
¿Tamaño fervor patriótico tienen entonces estos terratenientes o estos
grupos de poder concentrados, que seguramente hicieron sus fortunas gracias al
esfuerzo de miles y miles de argentinos y argentinas, y que algunos quizás son
los que cuidaron la salud de ellos?
¿Por qué
apostar a eso? ¿Por qué no pensarlo de otra manera? ¿Por qué no estimular la
solidaridad y el encuentro de estos sectores tan poderosos con los que menos
tienen?
Señor
presidente, yo también preguntaría por qué no se asumía la defensa de la misma
manera cuando de repente nos encontrábamos, por ejemplo, con que las personas
con discapacidad se levantaban y tenían perdidos sus derechos.
¿Por qué
no asumía la defensa de la misma manera cuando a un chiquito o a una chiquita
con síndrome de Down le decían que a partir de hoy perdía sus aportes, sin dar
más explicaciones? ¿Por qué a nuestros mayores los dejaban sin remedios y sin
pañales? ¿Cuántos beneficios se quitaron en las gestiones anteriores? Pero no
se trata de pasar facturas, se trata de encontrarnos, de encontrar un punto de
equilibrio que nos ayude a salir adelante. Este gobierno necesita objetivamente
la ayuda de todos y todas.
En este
contexto, quiero apelar a quienes van a tomar las decisiones, que en esta serie
de medidas que hoy se toman incluyan a un sector que necesita con urgencia
mucha ayuda, que son las personas con discapacidad.
Sr.
Presidente (Massa).- Vaya redondeando su exposición, señora diputada.
Sra.
Caselles.- Sí, señor presidente.
Las
personas con discapacidad también necesitan ser incluidas en este beneficio.
Así que,
señor presidente, llegó el momento de que el corazón que late bien fuerte
empiece a conducir la razón; si unimos corazón y razón, vamos a salir para
adelante.
Desde San
Juan, desde mi partido, por convicción y formación, acompaño solidariamente
este proyecto que no es un impuesto, sino que es un aporte solidario de los que
más tienen para los que menos tienen. Que Dios los bendiga.
Sr.
Presidente (Massa).- Gracias, señora diputada.
Tiene la
palabra el diputado Stefani, por Tierra del Fuego.
Sr. Stefani.- Queremos sesiones presenciales, señor presidente.
Voy a
seguir con la paradoja del barco porque, sin dudas, se adapta muy bien a la
realidad que estamos viviendo. Estamos todos en el mismo barco, aunque
pareciera que no, y la verdad es que no encontramos el rumbo.
Si el
Poder Ejecutivo quiere que el barco se hunda e ir hacia la tormenta perfecta,
debemos seguir con lo que estamos haciendo porque vamos bien. Todas las medidas
que han tomado desde que se inició este gobierno han fracasado. Los
legisladores en minoría solo asistimos y vemos esto. En este sistema
presidencialista de la Argentina con el juego perverso del látigo y la chequera
se consigue quórum. Si bien esto no es la escribanía del gobierno, se aprueban
todos los proyectos que vienen al Congreso.
No les
alcanzó con defaultear y armar un
plan de pagos que condicione institucionalmente a los próximos gobiernos. No
les alcanzó con sumar más impuestos y constituirnos en el país que más
impuestos tiene en el mundo. No les alcanzó con bajar por decreto las
jubilaciones, pese a que nosotros votamos una ley en el Congreso que reconocía
el 82 por ciento móvil. No les alcanzó con bajar las jubilaciones de una manera
fenomenal.
Tampoco
les alcanzó con subir el impuesto del 0 al 6,5 por ciento a las herramientas
para el trabajo y la educación que fabricamos en nuestra provincia. No les
alcanzó cuando vinieron al Congreso y el presidente nos mintió a todos diciendo
que terminarían con la grieta, que la Argentina la construiríamos entre todos y
que no habría más divisiones en el país. Nada esto ocurrió. Otra vez, estamos
frente al fenómeno del relato, de empresas versus trabajadores, de ricos contra
pobres, de unitarios contra federales.
La
verdad, como todo esto no alcanzó, ahora queremos ahuyentar a las grandes
riquezas. En mi provincia hay familias que han trabajado y este impuesto las
alcanza, pero han dejado el lomo para tener lo que tienen y han generado
trabajo y desarrollo económico. Eso no importa. ¿Por qué? Porque el que tiene
plata en este país es mal visto. Pero no se ve mal a los que hayan conseguido
la plata producto de la corrupción, los Baratta, los De Vido, los Lázaro Báez y
puedo seguir enumerando un montón más. Tampoco se ve mal a los sindicalistas
ricos que tenemos en este país que representan a trabajadores pobres y aquí
podemos mencionar a Hugo Moyano. Esto no lo dije yo; la exministra de
Desarrollo Humano y Hábitat de su gobierno dijo: “Voy a ser sincera, robamos”.
No hay más nada que decir.
El
mundo globalizado tiene reglas a las cuales no podemos escapar. En 1990, doce
países de la OCDE tenían un solo impuesto parecido a este; nuestro impuesto se
aplica sobre el patrimonio bruto y el de ellos era sobre el patrimonio neto.
¿Saben cuántos países quedaron con este impuesto? Solo tres países. ¿Por qué
les parece que de doce países con este impuesto pasaron a tres? ¿Esto se debió
a que el proyecto fue exitoso? Francia es el paradigma de esta situación porque
perdieron diez mil contribuyentes de los más altos ingresos y dejaron de
percibir 40 mil millones de dólares en quince años. Esto lo reconocen los
franceses. Nosotros queremos tomar el mismo camino.
No
vayamos por ese camino, señor presidente. El camino por el que tenemos que ir
es el de reconocer que todos los argentinos deben tener la misma posibilidad de
desarrollo. El argentino que vive en Jujuy y el que lo hace en Tierra del Fuego
deben tener las mismas posibilidades. En la provincia de Buenos Aires
necesitamos enseñar a los argentinos que las cosas se consiguen con mérito,
esfuerzo, trabajo y sacrificio.
Para
cerrar, me permito adelantar cómo terminará esta película. Los empresarios
pagarán porque en la Justicia tributaria primero hay que pagar para luego hacer
juicio. El Estado cobrará esos recursos y los malgastará. Algunos empresarios
de mucha edad ganarán los juicios, pero no podrán cobrarlos porque nuestra
Justicia es bastante lenta. ¿Saben qué pasará luego? Ninguno de los que quieren
aplicar esta política se hará responsable porque esa es la cultura “argenta”
que tenemos bien arraigada y que es signo de nuestro deterioro social. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).-
Tiene la palabra el señor diputado Schlereth, por Neuquén.
Sr. Schlereth.- Señor presidente: desde su denominación
este proyecto expresa falsedades y una concepción totalmente negadora de la
realidad y, especialmente, de lo que necesita la Argentina para salir de esta
profunda crisis.
La
denominación de esta iniciativa como “aporte solidario” es un eufemismo, porque
en realidad es un impuesto a todas luces. Si bien el proyecto establece que el
fin es morigerar los efectos de la pandemia, solo el inciso 1) del artículo 7°
establece una asignación específica y directa a cuestiones sanitarias. El resto
del articulado tiene más que ver con cuestiones que debatimos en este recinto
hace apenas unas semanas atrás y que debieron estar en el proyecto de ley de
presupuesto.
El
gobierno plantea una contradicción. El presupuesto 2021 que presentó el propio
ministro tenía como premisa de elaboración y ejecución que a partir de enero
del próximo año no habría más pandemia. El proyecto de ley en consideración de
manera contradictoria dice intentar generar recursos para paliar esos efectos.
Incluso,
incorpora no solo los conceptos que ya establece el impuesto a los bienes
personales vigente en este país, sino también bienes como por ejemplo vivienda
familiar, casa habitación, títulos públicos, bienes rurales productivos y
participaciones de empresas.
A
partir de ello, esta iniciativa seguramente alcanzará a muchos emprendedores,
familias trabajadoras que han progresado y a través de décadas han logrado
tener un importante patrimonio y han dado trabajo a muchos, como empresarios de
mi provincia vinculados a la actividad hidrocarburífera que tienen pequeñas y
medianas empresas producto de apostar al trabajo de muchos años. El próximo año
veremos si será un impuesto extraordinario o pretenderán extender su vigencia.
En
medio de todo esto no hemos encontrado señales de austeridad de parte del
gobierno y del Estado nacional. No hay ni una señal de austeridad. Recién, mi
compañera de bloque, la señora diputada Scaglia, mencionaba el camino que
eligió Uruguay. Este país no solo redujo impuestos, sino que también estableció
un plan de austeridad. Al cabo de unos meses no solo no le va mal, sino que ha
comenzado a revertir la situación que les ha puesto la pandemia.
Quiero
señalar tres o cuatros temas importantes. En primer lugar, esto afectará
severamente la producción, la inversión y la generación de empleo. En las casi
cinco últimas décadas se han reiterado magros resultados sobre la pérdida de
empleo, la marginalidad, la pobreza creciente y estructural y un futuro
incierto.
Para
salir de ese círculo perverso que vive la Argentina se necesita inversión,
mayor actividad económica, bajar la presión tributaria, aliviar al sector
privado productivo y estimular la generación de riqueza, pero este impuesto
desalienta todo lo anterior. Por otro lado, el país necesita un sector privado
vigoroso que es el que de verdad puede y también tiene la responsabilidad de
generar empleo de calidad, bien remunerado, con expectativas hacia el futuro,
pero este impuesto lo desalienta.
Este
impuesto representa el sesgo populista y sectario de este gobierno. Quiero
decirlo claramente y voy a mencionar algunos ejemplos. El presidente indicó que
aumentaría los haberes jubilatorios utilizando recursos que se usaban para
pagar los intereses de las LELIQ. Sin embargo, en los últimos días el gobierno ha
expresado de qué manera recortará las jubilaciones. En forma paralela acaba de
aumentar los intereses que paga por las LELIQ.
Dijo en
reiteradas oportunidades que era respetuoso de las instituciones, de la
propiedad privada y del funcionamiento independiente de la Justicia y que
convocaría a un gran acuerdo nacional para salir de esta profunda crisis. Pero
el gobierno y sus funcionarios, con las decisiones que toman, contradicen esos
dichos.
Dijo
también que planea poner a la Argentina en un proceso de desendeudamiento. Lo
cierto es que en los últimos diez meses lo que ha hecho el gobierno es endeudar
al país en 20.000 millones de dólares. Sí, 20.000 millones de dólares. Lo
hizo a través de distintos mecanismos, mientras el relato dice que están desendeudando
a la Argentina. Esa es la verdad.
Dijo
también que su principal objetivo era unir a los argentinos. Sin embargo, en
estas horas ha enviado el proyecto de legalización del aborto, que va a crispar
más a la sociedad y va a enfrentar más a los argentinos, alejándonos de la
posibilidad de salir de esta encerrona.
Dijo
también que quiere que la Argentina sea un país federal, pero con este impuesto
lo que hace es concentrar recursos y poder, sometiendo a los gobernadores e
intendentes y transformándolos en mendigos del poder central.
Con
esto termino. No defendemos a los ricos ni a ningún segmento de la población.
Lo que intentamos hacer es trabajar por el bienestar de todos los argentinos.
Hay que aprender de los viejos errores y fracasos de todos los gobiernos que
nos han precedido y pensar de qué manera podemos, con creatividad y verdadero
sentido inclusivo, sacar adelante a este país, que vive una profunda crisis.
Por
estas razones, no vamos a acompañar el proyecto de ley en tratamiento. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Lacoste, por Entre Ríos.
Sr. Lacoste.- Señor presidente: voy a tratar de ser
sintético porque es imposible ser original después de tantas horas de debate.
Me voy a tomar un minuto para hacer dos
digresiones políticas. Primero, quiero saludar a los amigos del peronismo. Soy
un defensor acérrimo de la militancia. Si bien ya han pasado las doce de la
noche, no quería dejar de saludarlos por el día del militante.
En
segundo lugar, quiero decir que me siento orgulloso del gobierno de Raúl
Alfonsín por su honestidad, por la consolidación de la democracia, por el
Juicio a las Juntas, por el Congreso Pedagógico, por la Conadep, por la paz con
Chile, por la política de derechos humanos, por el federalismo fiscal ‑logrado
gracias a la ley 23.548, que nos daba a las provincias el 54 por ciento de los
recursos‑, por el divorcio vincular y por la patria potestad. Si bien es
cierto que en lo económico no le fue lo bien que se esperaba, también es verdad
que no entregó el patrimonio del país. El endeudamiento en cinco años y medio
solo alcanzó los 20.000 millones de dólares.
Eso
ocurrió en tiempos de mucho debate político cara a cara, con acuerdos o
disensos. Hoy estamos en tiempos de una virtualidad que no solo alcanza a este
Congreso, sino también a la política. El debate político se ha trasladado a las
cartas y las cartas a las redes, lo cual está generando mucho ruido y
preocupación en la sociedad. En lugar de fortalecer al presidente, de alguna
manera esta situación lo está debilitando. Por otro lado, admiro la
interpretación que le ha dado el presidente a estas cartas. Ha hecho un
ejercicio de imaginación extraordinario para hacerles decir lo que no dicen.
Señor
presidente: nadie se pregunta quién conduce esta Cámara. De hecho, hoy algunos
legisladores han planteado cuestiones de privilegio objetando algún grado de
exceso en el ejercicio de sus funciones. Naturalmente, nadie discute quien
maneja, conduce y dispone a su antojo la Cámara de Senadores de la Nación.
Pero lo
que también es cierto y nadie puede desconocer es que gran parte de la sociedad
se pregunta cada vez con mayor frecuencia quién gobierna este país. Es una duda
que genera demasiada preocupación en un país presidencialista como el nuestro,
que no está acostumbrado a poderes bifrontes o, incluso, trifrontes.
Con
todo respeto, señor presidente, creo que el oficialismo usa el gobierno para
jugar su interna. Nos arrastran a todos en este toma y daca entre los distintos
sectores que lo integran. En la repartija hoy el ministro se llevó el
presupuesto que necesita para tener un diálogo serio con el Fondo Monetario
Internacional.
Por su
parte, los sectores más extremos de este gobierno probablemente se lleven la
media sanción del proyecto en tratamiento, que les va a servir para enredar la
discusión política del ajuste que le pide el Fondo. Particularmente, quiero
señalar el “habermicidio” que van a hacer con los ingresos de los jubilados.
El
oficialismo tiene la particularidad –como ya manifestaron los diputados Cano,
Juez y Enríquez, entre otros‑ de darle mucha pomposidad de nombre a sus
iniciativas, que son presentadas como disruptivas o épicas.
Pero si nos tomamos el trabajo de evaluar sus
resultados, nos vamos a dar cuenta de que estos han sido inversamente
proporcionales a los enunciados planteados. Claramente, este es un proyecto que
solamente sirve para contener a la militancia.
Es una
bandera que quieren levantar para hacer “la del tero”, como se dice en la
Argentina profunda. Hace más de tres décadas que se habla de que necesitamos
una reforma tributaria, pero no pasa nada. Hacen culto de la emergencia
permanente y por eso solo proponen parches. Una pide la exención del impuesto a
las ganancias en su jubilación de privilegio y el otro pide aportes solidarios.
¿No es al menos un contrasentido? ¿O el tema es cambiar un aporte solidario por
el de otros?
Por
último, quiero decir que suena a “zanata” decir que quieren un país con las
argentinas y los argentinos adentro, cuando las políticas que aplican hacen que
cada día sean más los que quieren irse de la Argentina.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Rodríguez Saa, por Buenos Aires.
Sr. Rodríguez Saa.- Señor presidente: estoy muy contento
de verlo presente como en todas las sesiones.
Quisiera
arrancar comentando una gran falacia. Estamos hablando de aportes solidarios
extraordinarios, cuando históricamente en los últimos años el aporte fue una
conducta ordinaria de nuestro pueblo, de nuestra clase media y de nuestros
humildes, con los tarifazos y los ajustes.
Si no
recuerdo mal, el PRO tiene una presidenta que, cuando yo tenía catorce años, le
recortó el 13 por ciento a los jubilados. Sin embargo, se vienen llenando la
boca hablando contra el ajuste a los jubilados. Yo no veo que miren hacia
adentro.
Como
argentino y como joven nacido en democracia, estoy cansado de que nos echemos
la culpa entre los dirigentes políticos. Pero, no obstante, debo recordar que
durante los cuatro años que ustedes condujeron el país prometieron inversiones.
Ustedes no tuvieron que tomar medidas
extraordinarias y únicas como la que propone este proyecto de ley, en
condiciones que no son habituales en este mundo de pandemia global. Lo
cierto es que esta pandemia hizo caer el producto bruto interno en todos los
países, incluyendo a los países centrales, que suelen tener superávit. Pero,
así y todo, las inversiones nunca llegaron.
Además,
ustedes embarraron la cancha a favor de este grupo de empresarios por quienes
nosotros, como gobierno y como peronistas, no sentimos ningún resquemor. Al
contrario, nosotros creemos en la movilidad social ascendente. Queremos que a
los de abajo les vaya bien y crezcan; no queremos que el que está arriba
decrezca.
También
quiero plantear la falacia que esgrimen muchos grandes empresarios o personas
con grandes fortunas al justificar su evasión, diciendo que la plata que
aportarían al Estado se iría por la canaleta del juego o de la corrupción de
los políticos.
Los que
vivimos y militamos en los barrios populares del conurbano sabemos que si no
llega el Estado, no llega nadie. Si no llega el Estado a José C. Paz o a Barrio
Frino a poner un jardín de infantes, el privado no llega. Sabemos que la
Universidad Nacional de José C. Paz funciona con fondos estatales. Hoy tenemos
15.000 alumnos y alumnas que se están formando gracias al Estado. Sabemos
también que es gracias al Estado que ningún argentino se va a quedar sin su
respirador. Entonces, dejémonos de embromar.
Cuando
se juntó en una colecta, en una especie de teletón, por todos los canales de
aire junto a la Cruz Roja, se convocó a estas grandes fortunas a aportar, a ser
solidarios. ¿Saben cuánto se juntó? Se juntaron 80 millones de pesos. Entonces,
el espíritu solidario está más intrínseco en los sectores populares, en los
humildes, que en esta clase de argentinos que son privilegiados, que mañana van
a continuar teniendo estos privilegios. Es un día que la tortilla se da vuelta.
Por
último, señor presidente, quiero destacar nuestro día de la militancia
peronista. La militancia la concebimos con amor. Yo, en la militancia, pude
encontrar a mi compañera, a quien la tengo presente; con la militancia puede
armar una familia y hoy tuve el gusto de que mi hijo Felipe nos acompañe a esta
movilización festiva. Ojalá, y les deseo de corazón, que haya muchos de ustedes
que militen en su partido ‑muchos, quizás, vienen del radicalismo, que
tiene una cultura más política‑ y que sientan ese amor que sentimos, como
el presidente de la Cámara con su compañera, que la vi acá presente y tiene que
manejar los destinos de un organismo nacional; como la señora Cristina de
Kirchner, que tuvo a su compañero fallecido hace 10 años y que también es una
historia de amor. La militancia es amor y a ustedes les duele porque construyen
con odio. Les digo de corazón que hagan este ejercicio de dejar de odiar para
empezar a amar.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora
diputada El Sukaría, por Córdoba.
¿Está
bien pronunciado su apellido? Es la
segunda vez que acerté.
Sra. El Sukaría.- Señor presidente: como le dije, lo iba a aprender y lo está haciendo; le
agradezco mucho.
En primer lugar, quiero reiterar un pedido
que ya expresé en esta Cámara. Estamos
presentes en el recinto, pero estamos dando quórum a través de la virtualidad;
es decir, queremos sesiones presenciales en todo sentido.
Por
otro lado, en esta sesión estamos en presencia de otro capítulo, que es el
relato de este gobierno. En este afán ideológico, intentan desde afuera, con
una marcha, y aquí adentro, con un falso discurso, hasta enseñarnos qué es
militar, como si los que estuviéramos sentados en estas bancas necesitáramos
saber qué significa militar, ir a un barrio y que la obligación del Estado es
la educación y proveer camas, respiradores y testeos, porque la salud y la
educación son responsabilidad del Estado.
Entonces,
hablaba de una marcha afuera y adentro, de un discurso falso, que agrieta aún
más la ya resistida brecha que tiene nuestra sociedad argentina y que nació
mientras ustedes gobernaban. Así es, la brecha nació mientras ustedes
gobernaban. Es irónico que la primera ley que se envió a este Congreso fuera,
justamente, en diciembre pasado, la denominada ley de emergencia, solidaridad
social y reactivación productiva. Es lo más irónico que tratamos en este
Congreso.
Después
de 11 meses las pruebas están a la vista: ni hay solidaridad social, porque ya
ni se va a pagar el IFE ni se va a pagar el ATP, ajustamos a los jubilados y
seguimos para adelante en una receta de solidaridad que tiene que ver, nada
menos y nada más, con un nuevo impuesto. Somos fantásticos: presionemos a
aquellos que pueden generar trabajo. ¿Cómo lo hacemos? En lugar de
incentivarlos a que el círculo virtuoso de la economía dé sus frutos, se
contrate empleo y se genere lo que se tiene que generar en la economía,
presionamos fiscalmente y allá vamos: asfixiamos.
Luego
hablaron de la reactivación productiva y no la vemos. Sigue sin llegar. De
hecho, la tasa de desempleo está en sus niveles históricos. En este año, ni más
ni menos, aumentamos 14 impuestos. Aumentaron digo, porque no lo hizo el
Congreso, sino el gobierno. Aumentaron 14 impuestos este año y este impuesto
que estarán en soledad creando y votando es, ni más ni menos, expropiatorio,
confiscatorio e inconstitucional, les guste o no. Tiene esas tres
características.
Señor
presidente: no debieran extrañar más estas actitudes, porque mientras vuestro
gobierno gobernó durante el período 2003 al 2015 el aumento impositivo en
nuestro país se disparó del 23 por ciento al 42. A eso hay que sumarle la
inflación, acompañada por la máquina de imprimir billetes de Ciccone.
Es
extraño que la solidaridad la pidamos siempre al sector privado y al sector
productivo, porque quienes verdaderamente pagarán este costo son los
trabajadores; es la clase media. De eso no nos damos cuenta; de eso ustedes no
se dan cuenta y no son capaces de verlo.
Mire
cómo serán de ineficaces como gobierno que la Argentina llegó el podio. Eso
queríamos evitar con una cuarentena que nos encerró, pero hoy tenemos el índice
de mayor contagio y muertos por millón, una caída histórica del PBI, un grave
déficit fiscal, una emisión descontrolada, una inflación desmedida, una pobreza
histórica y un altísimo desempleo.
Tenemos el ajuste a los jubilados, un sistema educativo en crisis, la
seguridad en llamas y marcamos con esta ley el desprecio por la propiedad
privada.
Uno de
los autores del proyecto, el diputado Heller, nos decía que la solidaridad
tiene que doler y yo le pregunto: ¿no sería mejor que la solidaridad sea justa?
En ese caso, ¿por qué no le pedimos a Cristóbal López que abone a la AFIP los
10.000 millones de pesos que adeuda o por qué no le pedimos a Jaime y a Lázaro
Báez que devuelvan al Estado lo que no les corresponde y se lo apropiaron
injustamente?
Al otro
firmante de este proyecto, que tiene una fortuna por la cual debe pagar este
impuesto, le digo que no hace falta que sea ley: lo puede pagar si cree que es
solidario y no porque lo obliguen, sino porque es justo. Estos datos surgen de
una declaración jurada: no es una chicana política.
Desde
el Congreso estamos, supuestamente, sancionando una ley con partida
presupuestaria con una finalidad, pero el jefe de Gabinete tiene atribuciones
para redistribuir estas partidas. Entonces, ¿para qué discutimos y le damos
finalidad a las partidas presupuestarias?
La
consecuencia de estas ideas no es reactivar la economía; la salida a esta
crisis vendrá de incentivar la inversión, bajar la presión tributaria, tener
reglas claras, abrirnos al mundo y no olvidarnos de que en estos hechos el
impuesto extraordinario a la riqueza se consolidará con un impuesto
extraordinario a la pobreza. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora
diputada Figueroa, por Salta.
Sra. Figueroa.- Señor presidente: pedí la palabra
porque realmente estoy totalmente de acuerdo con este aporte.
Quiero
relatar brevemente que, en el departamento de Orán, en la provincia de Salta,
tenemos dos o tres personas que van a poder hacer este aporte solidario, lo
cual considero muy importante.
En toda
la pandemia, los que hemos financiado y minimizado el impacto tremendo de esta
pandemia fuimos los trabajadores, los vecinos, todos los grupos solidarios que
se formaron para hacer frente a la pandemia, poniendo, en muchos casos, de
nuestro sueldo y de nuestros ingresos.
Hasta los desocupados pudieron poner su aporte
para que no se nos muera más gente en el norte. Después vino la ayuda del
Ministerio de Salud de la Nación, que fue muy bienvenida, con lo cual pudimos
hacer frente aún mejor a la pandemia.
Entonces,
estas dos o tres personas del departamento de Orán, que son los que tienen en
su haber más de 200 millones en bienes, creo que en este tiempo se
enriquecieron aún más, porque ni siquiera en sus fábricas, en sus empresas,
cumplieron el protocolo del COVID y cuando se les enfermaban algunas personas,
las reemplazaban rápidamente por otras o recargaban a los mismos compañeros del
grupo de trabajo con las tareas que realizaba el que se enfermaba por COVID.
Por su parte, si bien recibieron el ATP del gobierno nacional, lo usaron para
pagarles solamente a sus empleados lo que correspondía al ATP y se quedaron
ellos con su sueldo.
Creo,
entonces, que en esta pandemia se ha generado una gran inequidad, mayor a la
que ya teníamos en la zona norte del país. Me refiero solamente a tres personas
que encuadran en aquellas que deberán hacer ese aporte extraordinario y
solidario. Si no nace de ellos, es necesario que ‑de una u otra manera‑ el
Estado esté presente para que haya más equidad en los territorios.
Felicito
a los autores de este proyecto por esta iniciativa. De otra forma, como
siempre, seguiríamos asumiendo nosotros las distintas problemáticas,
resolviendo los más pobres los problemas que se dan en los territorios y
haciéndose los ricos más ricos todavía.
Concretamente,
me refiero a tres personas con nombre y apellido que tienen sus negocios en el
departamento de Orán.
Me
alegro enormemente porque, en mi pueblo, durante el gobierno macrista casi el
50 por ciento de los jóvenes que estudiaban en la universidad pública tuvieron
que dejar de estudiar. También quedaron 300 familias desocupadas en esa época.
Ahora el gobierno nacional tuvo que hacerse cargo de todas esas familias que
quedaron sin trabajo.
Celebro
mucho que, además, ese aporte de los más ricos vaya a esos jóvenes que han
dejado de estudiar en la universidad. Lo celebro y me alegro enormemente, ya
que estudiar en la universidad es una herramienta primordial para que haya
ascenso social y que nuestros jóvenes y familias vivan un poquito mejor.
Esos
tres ricos de la zona, que se han enriquecido enormemente en esta pandemia,
posiblemente tengan que aportar una camioneta para realizar este aporte.
Nuevamente,
repito que adhiero totalmente a esta nueva ley.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el diputado Schiavoni, por
Misiones.
Sr. Schiavoni.- Señor presidente: en Misiones, donde vivo, si algo
tiene cuatro patas, mueve la cola y ladra, le decimos perro. Esto, por más que
lo quieran disfrazar de aporte, es un impuesto. Hay que zanjar la hipocresía de
los términos.
Me
llama muchísimo la atención cómo se ha hablado hoy en esta reunión de
solidaridad, cuando estamos frente a un gobierno que está despidiendo personal
del PAMI, de la Dirección Nacional de Migraciones, de la Secretaría de
Agricultura Familiar, Campesina e Indígena y de muchos otros organismos por el
único y exclusivo delito de no ser de La Cámpora o no adherir a las ideas del
oficialismo.
Entonces,
hablar de solidaridad y de aporte solidario en medio de una pandemia, la
verdad, no suena muy creíble. Por
otro lado, se habló de lo absurdo de algunos impuestos. Se hizo mucha
referencia al impuesto al viento. Quiero contarles a los colegas que, en mi
provincia, existe desde hace unos años el impuesto al agua de lluvia.
Esto no
es lo que necesita el país. No existe ningún tratado de economía y no hay
experiencia en el mundo que indique que vamos a encontrar el camino de la
recuperación económica, de la generación de empleo y riqueza aumentando o creando nuevos tributos
en un país al que le sobran justamente los tributos, en algunos casos con
justicia y en otros con no tanta.
Entonces,
creo que hablar de impuestos en la Argentina hoy no es la solución. Sí estoy de
acuerdo en que deberíamos discutir todos los tributos, pero, justamente, para
ir en sentido contrario al que se propone.
No se
puede volver a descubrir el agujero al mate. La tasa de inversión es lo que
genera el movimiento económico y puestos de empleo, y la mayor actividad
económica redunda en que el Estado recaude más, pero no al revés.
Muchachos:
sé que algunos de los que participaron en la redacción de este impuesto tienen
capacidad, saben que las cosas no van por este lado, pero, lamentablemente,
están atravesados por el oportunismo y la ideología.
Algunos
dicen que quienes estamos en contra de este impuesto ‑que atenta contra
la inversión, lógicamente contra el empleo y, por consiguiente, contra el
consumo- somos los defensores de los ricos. ¿A qué ricos voy a defender yo, si
no tengo un mango y los ricos bien se defienden solos? Es una cuestión de
estricta justicia no atentar contra la inversión en un país que lo que
necesita, sobre todas las cosas, es inversión.
Voy a
utilizar una frase de un dirigente político que está en las antípodas de mi
pensamiento, pero que ha graficado el porqué de este nuevo tributo que hoy el
oficialismo propone. Tal como dijo el señor Pitrola, este impuesto es el
taparrabos del ajuste.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la diputada Reyes, por
Santa Cruz.
Sra. Reyes.- Señor presidente: llevamos varias horas debatiendo
y se han dado ya muchos argumentos relativos a este impuesto a la riqueza o
aporte solidario. Obviamente, debo coincidir en que tiene poco de solidario y
poco de aporte.
Tiene
las características de un impuesto: es establecido por ley, es expresado en
dinero ‑pesos‑, es coercitivo y no tiene una contraprestación para
quien se le impone. Claramente, en estas condiciones, además, es
inconstitucional porque avanza sobre los bienes y la renta; esto, sumado a lo
que corresponde a bienes personales e impuestos provinciales, alcanza un 7,5
por ciento como base impositiva, lo que es claramente confiscatorio.
Muchos
de los contribuyentes tendrán que vender eventualmente algunos bienes para
hacer frente a este impuesto. A esta altura de la noche, tenemos que pensar
que, entonces, se trata de un debate ideológico. Ya no pasa por un impuesto que
viene a resolver el problema de la pobreza.
Digo
que es un debate ideológico porque se contrapone a ricos contra pobres,
pretendiendo hacer parecer que nosotros defendemos al 0,5 o 0,2 por ciento de
personas que tienen una determinada cantidad de riqueza y que serán alcanzadas
por este impuesto. No, no defendemos a esas personas. Seguramente se van a
poder defender solas.
Nosotros
no necesitamos que nos muestren en determinadas fotos quiénes son las personas
pobres en la Argentina. Las vimos; nosotros también somos militantes, estamos
en el territorio y hemos recibido la mirada de muchas madres que, ¿saben qué
nos piden?
¿Saben
lo que me piden en mi provincia las madres, señor presidente? Trabajo para sus
hijos.
¿Sabe lo que pasa en mi provincia, señor
presidente, que es la maqueta de lo que va a pasar en el país? En mi provincia
lo que pasa es que el empleo público es el único proveedor de trabajo.
¿Sabe
por qué, señor presidente? Porque se ha desalentado la inversión. Porque
tenemos un parque industrial en la ciudad capital que no tiene ninguna
chimenea. ¿Sabe por qué no tiene ninguna chimenea? Porque se persiguió hasta la
medicina privada.
Se
compitió con aquel que tenía alguna inquietud e incentivo a realizar algo en el
ámbito privado. Entonces, debo coincidir con la señora diputada Lospennato
cuando dice que claramente los jóvenes están haciendo cola para sacar una
ciudadanía o para irse de nuestro país.
No va a haber un empresario que quiera
invertir en nuestro país después de dar esta señal. Porque lo que estamos dando
es señales. ¿Usted piensa, señor presidente, que va a haber algún empresario
con algún capital que mañana, después de la aprobación de este impuesto, quiera
crear una fuente de trabajo? ¿Ustedes creen que van a generar una fuente de
trabajo después de este impuesto y de esta señal? Claramente, no, porque es
cíclico.
Se
desalienta la inversión y de esta forma se genera pobreza. Y como se generan
pobreza y desempleo, ¿qué es lo que ocurre? Aparece el Estado. Es decir, el
Estado todopoderoso, macrocefálico y que todo lo puede; y ahí empieza el
clientelismo.
Cuando
comienza el clientelismo se pierden las libertades. Este es un modelo y un
debate ideológico. No estamos discutiendo un impuesto; estamos faltando a la
verdad si decimos que estamos discutiendo un impuesto.
Estamos perdiendo la oportunidad de dar un
debate serio respecto de lo que necesita el país para generar fuentes de
trabajo y producción, para que nuestros jóvenes no se vayan del país y para que
nuestros empresarios quieran invertir. Haciendo 2.700 kilómetros al volver a mi
provincia veía a la vera del camino los trabajadores desde las siete de la
mañana poniendo capital en riesgo.
Mientas
tanto tenemos un Estado pesado, con muchísimos que no hacen el esfuerzo que sí
realizan aquellos que trabajan todos los días, los que se levantan a las siete
de la mañana y vuelven a las 23 horas a sus casas. ¿Qué les vamos a enseñar
nosotros a esos que generan empleo, que ponen capital en riesgo, que trabajan
todos los días?
¿Nosotros
les vamos a enseñar de solidaridad? Nos debemos un debate, tenemos que generar
consensos, administrar los disensos y generar fuentes de trabajo que motoricen
a las economías de nuestro país para que nuestros jóvenes no se vayan. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Medina,
por Buenos Aires.
Sr. Medina.- Señor presidente: en primer lugar, quiero decirle
que queremos sesiones presenciales. El hecho de volver a la presencialidad y la
negativa que tiene el oficialismo tiene que ver con la lógica de este proyecto
y con la poca seriedad y responsabilidad con la que administra el gobierno.
Pareciera
que este proyecto está hecho en una sesión virtual. Está hecho en pantuflas y
en joggineta, desde la comodidad de un living, mientras en la calle los
argentinos y las fuerzas productivas salen todos los días a pelearla de sol a
sol. Este proyecto es una elaboración facilista con poco ingenio y bastante
pereza intelectual, que no mide ninguna consecuencia. Pero le estamos pidiendo
demasiado.
Es como una versión de un juego de PlayStation,
parecido a El Estanciero, con un discurso épico, como si fuese Robin Hood. Acá
va a existir una gran diferencia. Una diferencia esencial es que, mientras la
mayoría de los que van a pagar este impuesto son personas que tienen una
historia familiar de esfuerzo y de lucha para llegar a tener esta fortuna,
algunos poquitos que también lo van a pagar la única historia que tienen es de
una fortuna de dudosa procedencia.
La
realidad es que muchos de los que van a pagar este impuesto van a poder mostrar
una historia de vida al hacerlo. Una historia de esfuerzo, de ellos y de sus
familias. Otros poquitos van a mostrar una historia de poco trabajo y, vuelvo a
decir, fortuna de dudosa procedencia.
A veces
creo que el oficialismo no toma dimensión de las locuras que plantea y que
lleva adelante, con perdón de la palabra “locura”. Pero les cuento algo a los
miembros del oficialismo: el Muro de Berlín cayó, el comunismo fracasó. En el
día de ayer la República Popular China firmó uno de los tratados de libre
comercio más importantes de la historia.
En
estas discusiones perdemos a veces la visión. Vi en esta sesión que mostraron
fotos de la pobreza. Sabemos que la pobreza es el principal problema
estructural que tiene nuestra nación. Pero la pobreza se erradica con
generación de empleo.
¿Saben
cómo se genera empleo? Con inversión. Y las inversiones se generan con
políticas y leyes que brinden confianza, previsibilidad y reglas claras.
Ninguno que entienda esta simple ecuación de cómo se erradica la pobreza
pretenda que, con este tributo, impuesto, bono contribución, como le quieran
llamar, pueden hacer un aporte para solucionar el principal problema que tiene
nuestra nación.
Este
impuesto afecta en una gran mayoría a aquellos que en los peores momentos de
nuestro país apostaron una y otra vez a invertir, a generar empleo y a salvar
empresas que, crisis tras crisis, caen en quiebra.
Son
esos mismos argentinos que hoy están viendo que no vale la pena invertir en el
país, total algunos juegan con la plata ajena en vez de pensar en soluciones
más creativas. Acá no se trata de defender a las grandes fortunas. Acá se trata
de defender a quienes, con este impuesto, se van a ver perjudicados en no poder
conseguir un empleo digno. También le pedimos mucho a algunos que no saben lo
que es levantarse temprano y salir a laburar y hablan a veces de trabajo sin
haberlo hecho nunca.
Este
impuesto y nuestra negativa es defender a aquellos medianos productores que por
el cierre económico están endeudados hasta el cuello y hoy por tener un capital
que llega a los montos que establece este impuesto lo van a tener que pagar.
Seguramente van a desaparecer sus pymes o empresas o como las quieran llamar.
A los
dueños de estas ideas primero los invitaría a que les golpeen la puerta a
algunos compañeros que durante muchos años se afanaron todo en este país y les
pidan que hagan el aporte solidario, que metan la plata de vuelta en algunos
bolsos y que la devuelvan. Si no pueden hacer eso que prueben levantarse un día
a la mañana, ponerse al frente de una empresa y saber lo difícil que es en la
Argentina generar empleo y seguir adelante.
A veces
pienso que con estas cosas le pedimos mucho al oficialismo. Mientras tanto,
nosotros seguimos discutiendo estas locuras y en sus casas hay argentinos que
tienen trabajo, pero hay otros que tienen miedo de perderlo.
Además,
hay muchos argentinos que saben que, con este impuesto, no van a poder
conseguir un trabajo. Mientras tanto, estamos acá en el Congreso de la Nación y
otros están en sus casas, en pantuflas y en joggineta: seguimos siendo meros
espectadores sin solucionar los problemas reales que tiene nuestro país.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Núñez,
por Santa Fe.
Sr. Núñez.- Señor presidente: lo que se pretende hacer con el
impuesto a la riqueza ya lo vimos, no es nuevo y cada vez que el kirchnerismo
se quedó sin caja y sin recursos para mantener la enorme estructura del Estado
que ellos mismos crearon inventan impuestos para sacarle más plata a los
sectores que producen y a las provincias que no coinciden con sus lineamientos
políticos.
En los
pasados doce años del kirchnerismo elevó las retenciones exponencialmente. Las
retenciones habían nacido como una medida transitoria frente a la crisis de
2001; Duhalde las llevó al 23,5 por ciento; en 2007, Néstor Kirchner las elevó
al 27,5 por ciento y, antes de finalizar su mandato, las llevó al 35 por
ciento.
No
contentos con eso, entraron en un conflicto con la 125, que no era necesario.
Nuevamente, entonces, mostraron su plan sistemático de seguir manoteando el
dinero de los que producen. Además, el kirchnerismo -y esto hay que admitirlo:
armando relatos son muy buenos- le hizo creer a la gente que el campo no
generaba empleo.
Señor
presidente: yo vivo en una localidad del interior, y le cuento que quien mueve
la economía de cada una de las localidades del interior es el campo. Cuando el
campo anda bien, todo funciona bien.
Por
otra parte, también tomaron el dinero de las provincias. Por ejemplo, en Santa
Fe, mi provincia, el gobierno kirchnerista, tanto en el periodo de Néstor
Kirchner como en los dos períodos de Cristina, se quedaba con el 15 por ciento
de la coparticipación federal que le correspondía. Luego, al expresidente
Mauricio Macri todos los días gente del actual gobierno le pedía que pagara la
deuda que ellos mismos habían generado. Pero hoy, siendo gobierno, no los veo
reclamando o pagando la deuda. No los veo quejándose.
Muchachos:
¿no les entra en la cabeza que los malos no son los ricos? ¿No entienden que
esto es una regla de tres simple, que si bajamos impuestos vamos a generar más
inversión y más empleo de calidad, lo que nos llevará a más consumo,
crecimiento y recaudación?
Cada
vez que nos gobernaron los populistas -ya sean de derecha o de izquierda,
porque muchos de ustedes han participado del gobierno de Menem, después del
gobierno de Néstor Kirchner y más tarde del de Cristina-, nunca tuvieron una
solución para bajarle la presión a los que producen, al que intenta emprender,
al que genera empleo. Sin embargo, ahora veo todo lo contrario. Buscan todo el
tiempo crear nuevos impuestos para seguir agrandando el Estado. Otra vez
pretenden que paguen la fiesta los mismos de siempre: los que laburan
rompiéndose el alma todos los días, viendo cómo cumplir con sus impuestos y sus
obligaciones.
La
verdad es que si tanto quieren ayudar a la gente les hago algunas sugerencias:
eliminemos el IVA sobre los alimentos; que los trabajadores dejen de pagar
impuesto a las ganancias; eliminemos el impuesto al cheque.
¿Saben
para qué quieren toda esa guita de la recaudación de impuestos? Es simple: para
costear la agenda de la impunidad con una reforma judicial que nos costará a
los argentinos más de 15.000 millones de pesos al año. Ese es el verdadero
objetivo que tienen desde que asumieron.
Al kirchnerismo no le interesa la agenda de
los argentinos. Si no, pregunten a los abuelos, a quienes el presidente les
mintió, diciéndoles que les iba a dar el 20 por ciento de aumento el 10
diciembre, cuando asumiera, y lo primero que hizo fue saquearlos. También les
mintieron cuando les dijeron que el país se levantaba con todos. Pero
excluyeron a los más vulnerables: los abuelos. Una verdadera vergüenza.
Hoy podríamos
estar mucho mejor si se apostara a un modelo del país donde los que pueden
invertir tengan incentivos y reglas claras, como lo hace Uruguay.
¿Saben
por qué estamos así? Porque hay muchos políticos que dicen defender a los
pobres, otorgándoles subsidios, como si el único derecho que tuvieran fuera el
de cobrar planes sociales. La verdad es que los argentinos tienen derecho a
vivir con dignidad, a generar sus propios recursos sin depender del Estado.
Señores:
el esfuerzo tiene que hacerlo el Estado. Basta de pedir que lo haga el sector
privado. Votar este impuestazo -porque eso es lo que es- es ir en la dirección
incorrecta.
¿Qué
parte no entendemos, que acá estamos sumando más carga al que puede invertir?
Este es un tributo confiscatorio que tendrá consecuencias: menos inversión,
menos desarrollo tecnológico, más desempleo y menos confianza. Así es imposible
que crezcamos como país.
- - Ocupa la Presidencia el señor
vicepresidente 1° de la Honorable Cámara, doctor Álvaro Gustavo González.
Sr.
Núñez.- Recuerdo que el actual oficialismo impidió que se aprobara el
proyecto de ley de extinción de dominio, pero hoy nos encontramos debatiendo
seguir creando impuestos en lugar de ir a buscar la plata de la corrupción y de
las mafias, muchas de ellas vinculadas con el narcotráfico.
Les
pregunto, entonces: ¿este es el país que queremos para nuestros hijos, un país
donde el que hace las cosas bien es castigado, mientras que el que roba o
delinque es premiado? Yo no quiero ni puedo acompañar este proyecto de ley. Por
eso adelanto mi voto negativo. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado
Yedlin, por Tucumán.
Sr. Yedlin.- Señor presidente: en razón de que estamos en una
jornada muy larga de trabajo, trataré de ser breve.
Ya dijimos
muchas veces a lo largo de este período de sesiones ordinarias que estamos en
un año atípico, un año sin duda marcado por uno de los sucesos más inesperados
y trágicos que nos ha tocado vivir, por lo menos en esta corta vida.
Algunos
diputados preopinantes han venido pidiendo la realización de sesiones
presenciales, criticando las sesiones mixtas que, reconozcamos, nos han
permitido trabajar sin interrupciones durante todo el año.
En este
sentido, si recuerdan cuántas reuniones de comisión hubo, cuántas sesiones y
cuántas leyes produjimos el año pasado, en comparación con este año, cabe en
verdad cambiar un poco ese mensaje, y eso es lo que voy a hacer. Voy a decir,
entonces: gracias, señor presidente. Gracias por las sesiones de este año;
gracias por las sesiones para poder seguir dando respuestas a todos los
argentinos.
Este
año han muerto en el mundo por esta pandemia más de 1.300.000 personas, y
muchas, muchas más, lamentablemente, morirán antes de que la pesadilla termine.
Quienes tuvieron la suerte de conseguir camas, fallecieron en hospitales, en
clínicas y en salas de terapia intensiva. Han muerto solos, sin sus
afectos. Es decir que este no es un año
común, no es un año ordinario.
Analizar
con liviandad la crisis que vivimos es de tal imprudencia e ignorancia que
realmente merece reconsiderarse. Vivimos una pandemia muy agresiva, que va a
dejar un terrible saldo para todos nosotros. Aún está lejos de terminar y
requiere medidas extraordinarias, y no está de más repetirlo.
Hoy
venimos a tratar un aporte extraordinario en un año extraordinario y en una
época totalmente extraordinaria. Desde el Estado se viene haciendo un enorme
esfuerzo para sostener el sistema de salud argentino, que en verdad estaba
bastante debilitado, tanto en el sector público y en el área de la seguridad
social como inclusive en el sector privado, especialmente en muchos lugares del
país que distan un poquito más del Obelisco, zona en la que hoy están muchos de
ustedes.
Se
calcula que este aporte extraordinario va a generar unos 300.000 millones de
pesos y que un 20 por ciento irá a financiar el sistema de salud. Esto será
fundamental para seguir sosteniendo los efectores de salud a lo largo y ancho
del país.
Recuerden
que cuando hace poco votamos el presupuesto para 2021 ya se destinaron casi
16.000 millones de pesos para la futura vacuna contra el COVID-19. No sabemos
si ese dinero va a alcanzar, porque ello dependerá de cuál de las vacunas
terminará siendo la más efectiva y segura. Además, hemos destinado en el presupuesto
30.000 millones a las vacunas comunes del calendario.
Algunos
de ustedes, quizá con buena memoria, recordarán que en 2019 faltaron vacunas en
la Argentina. No había pandemia, pero faltaron recursos. Esto no puede faltar
más en la Argentina. Ahí no sé si faltaron recursos o voluntad política para
asignar esos recursos a la salud. Pero lo cierto es que faltaron vacunas.
¿Por
qué requiere fondos adicionales el sistema de salud? Déjenme en dos minutos
mencionar algunos temas. Los insumos médicos, que representan el 20 por ciento
de los gastos de un efector sanitario -como los remedios o los descartables-
han presentado aumentos promedio en la Argentina de un 273 por ciento durante
este año. Pero los insumos médicos directamente relacionados al COVID-19
presentaron un aumento en su uso del 300 por ciento, y un incremento en su
precio del 615 por ciento.
Es
decir que el aumento global de los insumos médicos para COVID-19 este año fue
de 2.776 por ciento, según datos publicados por la Superintendencia de Seguros
de Salud.
Hago hincapié en estos números por dos
cuestiones. En primer lugar, para entender la importancia de este aporte
extraordinario para sostener los gastos de un sistema de salud, no solo del
sector público sino también del privado, que ha sido acompañado por este Estado
porque entiende a la salud como un derecho.
Este aporte es para el año próximo y
aclaro que es por la pandemia y no por la cuarentena. La pandemia no ha pasado,
porque la segunda ola está a la vuelta de la esquina, y la responsabilidad de
ser gobierno es la responsabilidad de hacerse cargo de los derechos de todos.
Nosotros nos hacemos cargo y hoy estamos justamente haciendo eso.
Voy a acompañar este proyecto por el
cual unos pocos deberán aportar para que todos accedamos al derecho a la salud.
Nadie dejará de invertir ni abandonará la Argentina por esta iniciativa. Por el
contrario, muchos recibirán cuidados de salud gracias a ella.
Que quede claro, vamos a poner de pie
a la Argentina y vamos a salir adelante.
Sr.
Presidente (González).- Tiene la
palabra la señora diputada Latorre, por Mendoza.
Sra.
Latorre.- Señor presidente: hoy
estamos aquí para discutir el proyecto referido al aporte solidario,
extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia, y quiero
hacer algunas consideraciones previas en relación con semejante título.
En primer lugar, una vez más el Frente
de Todos nos trae una propuesta disfrazada de buenas intenciones y bendecida
con un título que a cualquier ciudadano de bien le agradaría y no podría
oponerse. Me refiero a palabras como “solidaridad”, “ayuda” o
“excepcionalidad”, que parecen atemperar cualquier crítica ya que el esfuerzo
se pide una sola vez.
Cabe precisar que con el argumento de
la emergencia trajeron la ley de solidaridad en diciembre y el proyecto de
presupuesto para el ejercicio 2021. Ahora crean un nuevo impuesto, que viene a
sumarse a la enorme presión impositiva de nuestro viciado sistema tributario
argentino, y sigue el festival de impuestos.
El 17 de noviembre, para celebrar el
Día de la Militancia Peronista, quieren sancionar un impuesto a la riqueza,
propuesto desde Puerto Madero. Cada vez que en este país se creó un impuesto
extraordinario se lo terminó incorporando a la normalidad. Muchos se crean como
transitorios, para un momento o situación determinados, pero luego se perpetúan
porque van a financiar gastos que después ningún gobierno quiere dar de baja.
La creación de este impuesto a la
riqueza implica reconocer que no hay habilidad en este gobierno para hacer un
mejor uso de los recursos que ya existen. Esto no se rebate recitando
románticos postulados sobre la solidaridad o la redistribución de la riqueza
que, en realidad, encubren un programa populista que sin fondos se les está haciendo
muy difícil de sostener.
A este romance en el relato con el que
defienden un nuevo impuesto que grava el mismo hecho imponible dos veces se lo
tildó de inconstitucional. Hemos escuchado hablar mucho sobre la redistribución
y sobre la pobreza, pero me pregunto si no sería más honesto y sensato que
estuviéramos discutiendo una reforma tributaria integral que dejara de gravar
al consumo con las mismas alícuotas para quienes son pobres que para quienes
son ricos.
Como de hipocresía se trata este
relato, me voy a permitir decir que los problemas de la pobreza en la Argentina
no aparecieron hace cuatro años, sino que esta patología es mucho anterior y es
una enfermedad crónica que ya no resiste más parches inconsistentes como este
proyecto.
La causa de la pobreza en nuestro país
es el altísimo grado de tolerancia que se tiene hacia la corrupción y el
paradójico desprecio y repudio hacia la riqueza legítima.
Pareciera que, como expresamente
recita el oficialismo en sus discursos, la fortuna es mala, hay que
estigmatizarla, causa daño y desigualdad. Entonces, vuelvo a preguntarme si
hablan de la fortuna que se gana como fruto del trabajo y del esfuerzo o
estarán hablando de la que ellos mismos “amarrocan” como producto de sus
administraciones fraudulentas, de los sobreprecios de la obra pública, de los
bolsos de López y de cuántas causas más que todos acá conocemos.
El hecho de tolerar a los que roban y
estigmatizar a los que generan riqueza lícita es lo que fomenta más pobreza e
inequidad. Esto tiene mucha lógica en un razonamiento y un relato populistas
donde el ciudadano educado, trabajador, que es libre y se vale del fruto de su
esfuerzo no necesita ni le debe votos de fidelidad a ningún líder populista.
Para dar un ejemplo sobre la
incoherencia de este relato voy a mencionar algunos números, porque si hay algo
que mata al relato son los datos. En la afectación aparentemente específica de
esta contribución excepcional no coparticipable hay más de discrecional y de
centralismo que de específico y equitativo.
Se establece que el 25 por ciento
tendrá como destinatario al sector energético, para la producción de gas
natural y será canalizado por las empresas IEASA e YPF. Acá aparece la primera
inconsistencia. Este impuesto, que es supuestamente excepcional, de emergencia,
en el marco de una pandemia, destinado a corregir inequidades y morigerar la
pobreza, afecta más fondos a YPF y a IEASA que al equipamiento médico, al cual
le destina un 20 por ciento, o al Ministerio de Desarrollo Territorial y
Hábitat, que le da el 15 por ciento.
Es decir que se destina más para YPF
que para las pymes, a la que les quita el ATP ya que, según el gobierno, la
pandemia termina el 31 de diciembre. Parecería que entonces los campeones
mundiales de la redistribución de la riqueza, en los números, en la realidad,
creen que YPF es más pobre que los habitantes de los barrios populares.
Entonces, sincerémonos. Nos
encontramos en presencia de un auxilio financiero a YPF, es decir, un subsidio
destinado a compensar la inversión en Vaca Muerta, que difícilmente YPF pueda
realizar en el mismo nivel que se venía realizando en los años anteriores, de
2.000 millones de dólares al año.
Cabe precisar que YPF convive con una
deuda histórica, que se incrementó significativamente entre 2012 y 2015, y la
sumergió en la actual situación de déficit financiero que solo le permite
invertir con su caja propia.
Para concluir, quiero señalar que, si
la verdadera intención es hacer crecer la producción de gas natural en la
Argentina, la salida no son más subsidios de un Estado que no tiene recursos ni
a fuerza de impuestos excepcionales. Por el contrario, lo necesario es dar
señales claras a la inversión a partir del respeto por las instituciones y una
política energética que cuente con un amplio acuerdo parlamentario.
Quiero señalar que, a ustedes que les
gusta tanto citar la solidaridad en todos sus títulos rimbombantes, la
solidaridad bien entendida empieza por casa: hagan un Estado eficiente,
reduzcan el gasto del Estado y dejen de ponerle el pie encima a quienes generan
riqueza legítima. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (González).- Tiene la
palabra el señor diputado Martiarena, por Jujuy.
Sr.
Martiarena.- Señor presidente: el
mundo entero padece aun los efectos devastadores de esta terrible pandemia que
ha enlutado a nuestro país y, prácticamente, a toda la humanidad.
Quiero hacer una aclaración del
contexto. Desde la oposición se nos cataloga permanentemente como
populistas y se refieren al populismo. Ese es un error conceptual. No somos
populistas, sino populares porque representamos al pueblo, defendemos el
interés del pueblo y hacemos lo que el pueblo quiere.
La oposición, en vez de hacer el papel
de maestro Siruela, como en toda la sesión de hoy, debería hacerse cargo del
desastre económico y social que ha provocado en el país durante los últimos
cuatro años que gobernaron. Parece que han perdido la memoria. Recordemos que
han desguazado al Estado, puntualmente al Ministerio de Salud, endeudaron al
país y se fugaron todo. Eso todavía está pendiente de muchas aclaraciones de
parte de funcionarios que tienen responsabilidades, así como también de
exfuncionarios del Fondo Monetario Internacional. Además, impusieron un modelo
de especulación financiera y usura que destruyó el empleo, con el cierre de
miles de puestos de trabajo y de emprendimientos, deterioraron las economías
regionales y aumentó la pobreza. Me pregunto los motivos por los cuales
cuando gobernaron no hicieron todo esto que dicen que hay que hacer.
El gobierno nacional, con mucho
esfuerzo, recuperó un Estado presente desde el comienzo de esta pandemia y se
puso al servicio de todos los sectores de la vida nacional, dando una mano para
defender la vida, la salud y el trabajo de los argentinos.
El pueblo argentino ha reafirmado en
esta emergencia su espíritu de solidaridad, ayudando y dando una mano a quienes
lo necesitaban.
El justicialismo, desde su concepción
política, tuvo al hombre y a la mujer como seres trascendentes; no solo
inteligentes, como lo pretenden doctrinas materialistas y neoliberales. Hay una
gran diferencia. La
trascendencia del hombre y de la mujer se da por el espíritu, el alma humana,
que se expresa por el amor y por la solidaridad, entre otras grandes virtudes
que tiene el ser humano.
Recordemos
que en la Argentina, durante las dictaduras militares y los gobiernos
antipopulares y antinacionales, se aplicaron modelos materialistas y
neoliberales que han configurado un país dependiente, fuertemente endeudado,
centralista y desigual que debemos nosotros ahora trabajar para liberarlo y
equilibrarlo.
Han
provocado una escandalosa concentración económica en manos de unos pocos,
mientras el pueblo argentino se empobreció por estas políticas totalmente
deshumanizadas.
En
nuestro país existe una minoría muy poderosa e influyente que siempre gana,
poderosa económicamente y que demuestra no tener compromiso nacional, y que
también se ha mostrado indiferente frente a la angustia nacional.
Recuerdo
que a fines de septiembre, un grupo de poderosos empresarios almorzó con el
presidente. Todos comieron muy bien y cuando se pensaba que este sector muy
importante del empresariado argentino iba a ayudar en esta grave emergencia, se
quejaron y comunicaron que no harían el aporte solidario y que tampoco
ayudarían frente a la grave emergencia sanitaria, económica y social.
Este
proyecto pretende que quienes tienen mucho en la Argentina hagan un pequeñísimo
aporte solidario para los que tiene muy poquito o no tienen nada. Como se dice
en mi pueblo, señor presidente, esto es como sacarle un pelo al gato. Por lo
tanto, que la oposición no dramatice ni decrete un Apocalipsis en la Argentina
haciendo futurología porque me parece que es una exageración.
Aquí no
debemos perder de vista que estamos ante una tremenda emergencia, en la que
nadie puede hacerse el desconocido ni el distraído y en la que tampoco nadie
puede ser indiferente. Todos tenemos el deber moral y la obligación de ayudar
un poquito con lo que podamos.
Finalmente,
señor presidente, quiero terminar mis palabras con los dichos de quien fuera
tres veces presidente constitucional, Juan Domingo Perón, quien expresaba: “El
concepto moderno de una Nación democrática en marcha impone, en primer término,
la distribución equitativa de la riqueza que su suelo produce. Se hace
necesario iniciar una reforma integral para corregir los desaciertos y
encaminar la acción del Estado hacia una distribución efectivamente nacional y
justa.”
Creo
que en este tiempo tenemos la obligación y el deber de cumplir con lo
prometido, debemos hacer las reformas profundas que la hora exige y avanzar en
la liberación y la reconstrucción nacional, sobre la base sólida de la
cooperación y la solidaridad para construir un nuevo orden social justo para
todos los argentinos.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor
diputado Patiño, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Patiño.- Señor presidente: hoy estamos tratando
la creación de un nuevo impuesto, uno más que se crea por una situación
transitoria, de emergencia y que recae sobre los que más tienen, igual que
sucedió con el impuesto a las ganancias que hoy recae también sobre los
jubilados y trabajadores.
El
impuesto a las ganancias se creó como un impuesto de emergencia a los réditos
en junio de 1932, fue la ley 11.586, tenía fecha de finalización el 31 de
diciembre de 1934 e iba a gravar por dos años a los que más ganaban. Sin
embargo, pasaron ochenta y siete años y hoy no solo es un impuesto que sigue
vigente sino que lo pagan hasta quienes ganan 55.000 pesos por mes; una vergüenza.
De esos
ochenta y siete años, cuarenta gobernó el partido que hoy es oficialismo.
Reitero, cuarenta años y no cuatro. Durante ese tiempo se exprimió con
voracidad fiscal a quienes tienen y a los que no, a todos.
Dicen
que este es un aporte solidario, pero no es solidario porque es coercitivo. Por
lo tanto, si es coercitivo, es un impuesto. Es decir, una imposición que se
lleva a cabo bajo coerción utilizando la prepotencia del Estado. No se trata
solamente de un impuesto más, sino que es un impuesto inconstitucional,
confiscatorio y de doble tributación.
A esta
hora de la noche ya se dijo todo, señor presidente, pero como se habló de lo
que se ve, como decía Bastiat, voy a hablar de algo que no se ve, aunque una
diputada oficialista lo expresó claramente cuando citó a Piketty diciendo que
la desigualdad no es económica sino ideológica.
Personalmente,
recojo ese guante porque en definitiva esa es la discusión que debemos dar, ya
que si escapamos a la discusión ideológica y esquivamos el bulto, nos terminan
llevando de las narices.
En este
sentido, lo que quiero decir es que no importa si es un nuevo impuesto, un
presupuesto trucho, una nueva regulación o incluso un programa de
adoctrinamiento anticapitalista para toda la administración pública. El trasfondo
de todo esto es el intento por destruir lo que nos queda del sistema
capitalista y la democracia liberal.
En la
frase de Piketty está el corazón de todo lo que pasa en este Congreso, porque
todo lo que estamos votando este año son herramientas de una ideología
anticapitalista que fracasó en todo el mundo y no solo eso, sino que a su paso
fue dejando autoritarismo, muerte y pobreza.
Señor
presidente, si recojo el guante es porque banco al capitalismo, al liberalismo
político, al individualismo ético y a la libertad de mercado, que no se trata
de un montón de empresas conspirando. El mercado es ese proceso que todos
llevamos a cabo cuando cooperamos e intercambiamos voluntariamente.
Decía
que todo esto que venimos votando este año tiene un sesgo anticapitalista. En
este contexto, estoy sentado en esta banca representando a los argentinos que
quieren trabajar, crecer, progresar y dejar de financiar la fiesta del
autoritarismo tributario. Por eso banco al capitalismo, porque es el sistema
que permitiría que nuestros hijos no se vayan del país como se fueron los
jóvenes venezolanos del suyo. Sugiero a los adoradores de Piketty que pregunten
a los amigos venezolanos qué sistema prefieren, a ver qué responden.
Banco
al capitalismo porque me toca oponerme a un proyecto como este, pero también lo
hago cuando pedí que dejen trabajar a comerciantes y profesionales, a quienes
dejaron morir económicamente. Ellos sabían cómo cuidarse y cuidar a sus
clientes, pero los militantes de las militancias prefirieron militar
cuarentenas clientelares, empobrecedoras, violentas y autoritarias.
Por eso
recojo el guante, sin prejuicio y aunque sea predicar en el desierto, digo que
esta banca apoya al capitalismo y en nombre no de los alcanzados por este
impuesto sino de los millones de argentinos que quieren una Argentina próspera
y sin pobreza, digo al gobierno y al oficialismo: no nos pisoteen, no nos
pisoteen más. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor
diputado Sahad, por La Rioja.
Sr. Sahad.- Señor presidente: queremos sesiones
presenciales. En este recinto escuchamos discursos brillantes que definen
claramente que este impuesto no resuelve los problemas que enfrentamos los
argentinos, sino que es un balde de combustible que pretende apagar el fuego.
Una vez
más, este gobierno demuestra su incapacidad y desinterés por encontrar una
salida a esta crisis y suma a la larga lista de impuestos uno más,
confiscatorio, retroactivo y que difícilmente pueda ser convalidado en la
Justicia.
Señor
presidente, piensen en las pymes, en los emprendedores, en los cuentapropistas,
los productores y los profesionales y saquen el pie de la cabeza de quienes con
su esfuerzo diario contribuyen al crecimiento y desarrollo de la Argentina.
Pongan
el foco en la corrupción y en el feudalismo reinante en muchas provincias.
Bajen el gasto, promuevan el desarrollo, premien el mérito y el esfuerzo.
Pongan el foco en la educación, mejoren la salud y la justicia. Acepten el
rotundo fracaso en las políticas económicas y de salud. Terminen con el
adoctrinamiento en todos los niveles educativos. Recuperen el valor de la
palabra y el sentido común.
Ocúpense
seriamente de gobernar sin rosca, con consensos, convocando a todos los
sectores a la luz del día y arriba de la mesa para el beneficio de todos los
argentinos y no solo para los amigos del poder y los vivos de siempre.
Señor
presidente: la salida no es por ahí. No hay seguridad jurídica. No hay
credibilidad. No vendrán inversores. Estamos aislados del mundo, sin plan de
salida, sin resolver la coyuntura.
No hay
recetas mágicas. Recordemos el lugar que ocupábamos como país en el contexto
mundial hace algunas décadas, estábamos entre las primeras potencias del mundo
y éramos un faro no solo en América sino en todo el mundo.
Simplemente
dejemos de mirarnos los pies. Levantemos la mirada y miremos al este, acá
cerquita, a Uruguay, y nos daremos cuenta que para hacer frente a esta
situación difícil, el presidente Lacalle Pou bajó los impuestos, porque el
sector productivo es el generador de riquezas y puestos de trabajo.
El Estado cumple otras
funciones que son indelegables. No compite ni anula al sector privado, lo
alienta y define las reglas, promueve y facilita, y genera las mejores
condiciones para el desarrollo y el progreso.
Señor
presidente: el gobierno nacional tiene que abrir los ojos y mirar al mundo,
tiene que aguzar los oídos y escuchar, dialogar y aceptar el fracaso al que nos
sometieron a todos los argentinos.
En este
caso no votaré la aprobación de este impuesto, a pesar de haber acompañado al
gobierno votando leyes que considerábamos necesarias, por lo que adelanto mi
voto negativo. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Estoy orgulloso porque los últimos dos
diputados han cumplido con el tiempo.
Tiene la
palabra el señor diputado Leiva, por Chaco.
Sr. Leiva.- Señor presidente: en primer lugar, quiero referirme
a lo que significa para los peronistas un 17 de noviembre.
Quiero
decirle, señor presidente, que los peronistas estamos orgullosos de ser militantes.
Estamos orgullosos de ser peronistas. Estamos orgullosos de que Juan Domingo
Perón haya sido tres veces presidente de los argentinos. Estamos orgullosos de
haber tenido a Eva Duarte de Perón. Estamos orgullosos de tener a Cristina
Fernández de Kirchner. Estamos orgullosos de tener a Alberto Fernández como
presidente. (Aplausos.)
Pensaba, señor presidente,
¡qué triste debe ser no tener orgullo por Mauricio Macri! Qué triste debe ser
mirar para otro lado cuando se menciona al domador de reposeras, a ese hombre a
quien hemos escuchado repetir una y mil veces lo que ustedes repitieron toda la
noche: que las inversiones, que ya van a llegar, que la seguridad jurídica, que
atentaban….
- Varios señores diputados
hablan a la vez.
Sr. Presidente (González).- Silencio, por favor.
Sr. Leiva.- No hay problema, diputado Negri.
Sr. Presidente (González).- Señor diputado: no dialogue. Por favor,
termine con su alocución.
Sr. Leiva.- Perdón, señor presidente.
Estamos
orgullosos. Ahora, seguramente no sienten ese orgullo por Mauricio Macri. ¿Por
qué? Porque nosotros estamos sentados hoy acá simplemente porque le mintieron
al pueblo argentino, porque todo lo que dijeron que iban a hacer, no lo
hicieron. ¿Por qué no invirtieron estos empresarios en los cuatro años cuando
estaban todos sus amigos en el poder? ¿Por qué no generaron empleo? ¿Por qué no
hicieron todo lo que están diciendo que hay que hacer?
Pero,
claro, como son los herederos del odio, los herederos de los que bombardearon
Plaza de Mayo, los cómplices de la dictadura militar, los que atentan
permanentemente contra los gobiernos populares, los que odian a los pobres, los
que desaprecian a la clase media, hoy se rasgan las vestiduras porque el pueblo
les dijo que no.
No les
molesta Cristóbal López; les molesta C5N, porque tenemos otra voz que no miente
y dice de qué lado está. Y nadie les da libreto a los que van a C5N. (Aplausos.)
También
escuché en estos días a Patricia Bullrich, la jefa de ustedes, decir que iba a
devolver el pasaje que le dieron para ir a Córdoba. Yo les pregunto ¿le
preguntaron si va a devolver los 195.000 pesos que cobra como jubilada, ya que
tanto desprecia lo que hace el Estado, no está de acuerdo con eso y dice que
representa a los intereses de la Constitución y de las libertades?
Entonces,
señor presidente, los peronistas estamos, como lo hemos estado a lo largo de
nuestra historia, para defender a los humildes, a la clase media, a los que
trabajan. Estamos orgullosos de haber generado oportunidades a lo largo de
nuestra historia.
Nosotros
defendemos una sola clase de hombres: a los que trabajan. ¿Y sabe qué, señor
presidente? Como peronistas hemos aprendido que mejor que decir es hacer. Por
eso, nosotros vinimos para hacer y vamos a hacer nuevamente una patria justa,
una patria libre, una patria soberana, una patria con oportunidades para todos
y cada uno de los argentinos.
Mejor
que decir, es hacer. Y mejor que prometer, es realizar. Ustedes prometieron y
no realizaron. Nosotros prometemos y venimos a realizar. Por eso, vamos a
realizar lo que nuestro presidente se comprometió en la campaña. ¡No tengan la
menor duda de que así va a hacer, porque históricamente es lo que hemos hecho
cuando nos tocó gobernar! (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado Negri,
por Córdoba.
Sr. Negri.- Señor presidente: por lo avanzado de la hora no voy
a plantear ninguna cuestión de privilegio. Pero propongo que, si algún otro
colega necesita hacer lo mismo que lo del colega anterior, hagamos una ronda
ahora, como para que después terminemos tranquilos.
Hagamos
un consultorio ahora, un rato, que cada uno se saque las ganas. No hay ningún
problema. Haga una lista corta a ver a quién más le recomendó el psicólogo.
- Varios señores diputados
hablan a la vez.
Sr. Negri.- ¿Necesitan un diván? Acá tienen un diván.
El
señor diputado Moreau quiere un diván. Bien, acá estamos. Tenemos el diván.
Ningún problema. Estamos para escuchar. (Aplausos.)
Sr. Moreau.- ¿En qué carácter estás
hablando? ¿Estás haciendo el cierre?
Sr. Presidente (González).- Señor diputado Negri, por favor…
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Moreau.- ¡Vos no tenés coronita!
Sr. Negri.- Acá tenés un diván. ¡Callate, caradura!
- Varios señores diputados
hablan a la vez.
Sr. Presidente (González).- La Presidencia les pide que hagan
silencio.
Tiene
la palabra el señor diputado Baldassi, por Córdoba.
Sr. Baldassi.- Le iba a sacar la roja al diputado, pero para qué.
(Risas.) Yo no soy de andar
refutando.
Señor
presidente: en primer lugar, me parece que ante todo tenemos que volver a
sesiones presenciales normales. Creo que ya estamos en forma de poder tener una
Cámara que actúe con total normalidad.
En
segundo lugar, quiero saludar a todos por el Día de la Militancia.
Le
quería decir al diputado preopinante que mi hermano es peronista, está
orgulloso de ser militante y lo felicito por el día de la militancia.
Para
los que no saben, mi hermano es intendente por el partido peronista en un
pueblo de Córdoba.
Más
allá de esto creo que todo se ha dicho. No voy a refutar lo que dijo el
diputado preopinante. Como dijo el
señor diputado Negri, habría que traer a un psicólogo, sentarnos en un diván y
empezar todos a hablar, para escucharnos. Estaría bueno que también se hicieran
cargo de algo.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Presidente (González).- ¡Silencio, por favor! El
diputado Leiva dijo lo que quiso y lo escucharon en silencio. Está hablando el
diputado Baldassi. Tengan la responsabilidad de escucharlo.
Sr. Baldassi.- Señor presidente: ya se dijo todo con
respecto a este proyecto de ley sobre impuesto a la riqueza. Considero que los
señores diputados preopinantes del interbloque de Juntos por el Cambio han
hecho un exhaustivo y pormenorizado examen de la situación, por lo que no
quisiera repetir cosas.
Trataré
entonces de no ser reiterativo en algunas cuestiones, pero sí me quiero
plantear algunas preguntas para convencerme de que no estamos frente a una
iniciativa de corte populista. Quiero preguntar, no a usted, señor presidente,
sino al oficialismo, qué entienden sus integrantes por el capital, por la
inversión privada, por la generación de empleos genuinos, por el crédito como
fuente de sostenimiento y desarrollo. Me lo pueden decir a mí. Ahora bien,
también les tienen que decir a muchos argentinos que están esperando por
trabajo, por vivienda, por tecnología para poder educarse en pandemia, para
mejorar la salud, que esperan también por pavimento y por cloacas, que con este
impuesto esas cosas tampoco las van a tener; no las van a conseguir.
Obviamente
dirán que no van a poder solucionarlo con este impuesto, pero sí van a decir
que les van a poner el impuesto a los ricos. Pero también tendrán que decir que
van a sacar el IFE. Algo que el gobierno decretó en un momento de pandemia lo
van a sacar ahora que no hay pandemia. Y ahí va la pregunta, porque creo que la
pandemia todavía existe.
Señor
presidente: todos necesitamos que nos expliquen cuál es el objetivo del
gobierno y qué significa para ellos el esfuerzo, el mérito, el progreso. Creo
que el oficialismo está yendo por algunas instituciones, es decir, está
afectando la institucionalidad. Me parece que con esta ley anticrecimiento no
va en el buen camino. Considero que esta ley anticrecimiento va enfocada en
contra del Estado integrador y del Estado de bienestar; me parece que no tiene
ese foco.
Señor
presidente: la Argentina tiene capacidades competitivas y productivas, y me
enorgullezco de que esas capacidades sean desarrolladas todos los días por
miles de argentinos emprendedores, lo que habla muy bien de nuestra identidad.
¿Qué es
el mérito? Se trata de una palabra que hace muy poco estuvo bastardeada, estuvo
hasta vapuleada. ¿Pero sabe qué, señor presidente? El mérito es la conducta que
hace a una persona digna de ser premiada. Y créame que sé de qué se trata,
porque yo no vengo de una familia rica y he logrado cosas importantes en mi
profesión a través del mérito y del esfuerzo.
Quisiera
contarle, señor presidente, una cuestión vinculada con un contratista rural que
me encontré días pasados en Córdoba, que tiene maquinaria del año 2010 o 2014,
y a quien obviamente este impuesto no le alcanzaría. Pero seguramente él quería
cambiar esa maquinaria. Tiene una cosechadora, una monotolva, un tractor, un
carrito de taller, una camioneta, una cisterna, y quería cambiarlos para
obtener mayor productividad, para poder tener mejor rinde, y todo para poder
crecer. ¡Qué paradójico es todo esto, porque si él crecía cambiando el año, y
de 2014 pasaba a una cosechadora de 2019, con alta tecnología, iba a entrar en
este impuesto!
Estamos
hablando de un impuesto a máquinas de trabajo, a gente que quiere progresar,
que quiere superarse.
Por
eso, insisto con estas preguntas, señor presidente: ¿dónde están los
incentivos? ¿Dónde están los estímulos? Siempre trato de ver y compararnos con
otros países que han tenido un crecimiento económico, social y cultural muy
importante. Gracias a Dios he podido viajar mucho por mi profesión y he podido
preguntarme cómo es que no copiamos a ese tipo de países.
Esas
cuestiones de crecimiento de los países también se vinculan con una buena
calidad de vida de la gente que allí habita. No quiero poner ningún ejemplo,
pero muchos deben saber de qué países estoy hablando. ¿Saben por qué tienen ese
crecimiento? Porque sus instituciones tienen una orientación clara, tiene un
sesgo…
Sr. Presidente (González).- Pido al señor diputado que
redondee su exposición.
Sr. Baldassi.- Sí, señor presidente, pero perdí algo
de tiempo porque estaban peleando por el tema del psicólogo, así que le pido
que me deje terminar. Solo me falta hacer un par de comentarios.
Esa
orientación clara que tienen esos países tiene que ver con la libertad, la
igualdad de oportunidades y el incentivo a los emprendedores.
Para
cerrar, señor presidente, desde hace tiempo el Estado se ha convertido en una
pesada mochila para los empresarios, para los emprendedores, para los que
quieren venir a invertir. Yo le pido por favor, señor presidente, que dejemos
de agregarle piedras a esa mochila, que dejemos de seguir poniéndole piedras
porque ya se hace insostenible, se hace imposible trabajar.
Por
eso, pido que nos comprometamos todos –ya que a lo largo de toda la tarde
hablamos de la reforma tributaria- a tener un país que mire hacia adelante, un
país con futuro, que tengamos políticas a largo plazo y que todos las
consensuemos. Pero le quiero decir, señor presidente, que no voy a acompañar
este proyecto, y no soy más psicólogo. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado
Quetglas, por Buenos Aires.
Sr. Quetglas.- Señor presidente: a mi modesto modo de
ver, circulan por la Argentina tres pensamientos económicos. A uno lo vamos a
llamar el “buenismo”, es decir, la idea de que se puede hacer economía sin
costos, sin ganadores ni perdedores. Circula mucho más de lo que pensamos.
Por
otra parte, hay una especie de trotskismo de derecha, que ahora está de moda,
con esta idea que se puede hacer economía sin bienes públicos, que la economía
puede funcionar sin soporte público, sin soporte común. También circula
bastante.
Finalmente,
hay otra idea que es el “vaticanismo”, una idea de economía austera,
igualitaria, antitecnológica, un
poco moralizante: hay transacciones buenas y transacciones malas.
Ninguna
de estas tres ideas nos va a llevar al desarrollo porque tienen un problema con
la riqueza; no dialogan con un elemento esencial, que es la riqueza.
Estigmatizan, conciben, deforman o, en cualquier caso, hasta sacralizan la idea
de riqueza, que tiene mucha complejidad.
No me
voy a meter en un tema moral; me voy a meter en un tema práctico: si queremos
vivir mejor tenemos que generar más riqueza. La pregunta que nos tenemos que
hacer es qué costos queremos pagar, qué esfuerzo, qué organización y qué reglas
debemos tener para generar más riqueza.
Ha
circulado por acá la pregunta acerca de si la Argentina tiene mucha o poca
presión fiscal. Es un concepto incompleto, señor presidente, porque hay un
elemento adicional que es el de esfuerzo fiscal, que no es el de presión fiscal
porque incorpora la idea de la renta per cápita en torno de la presión que se
ejerce. Cuando uno ajusta el esfuerzo fiscal de la Argentina por el índice de
Bird o el índice de Frank -que son los dos índices que se usan-, resulta que
estamos en el top ten o en el top five. Somos uno de los países donde
la población tiene que hacer un esfuerzo fiscal muy alto.
Acá hay
una cuestión: la capacidad de imponer por parte del Estado nunca es infinita,
ni acá ni en ningún lugar del mundo, y está signada por un vínculo, que es el
vínculo de legitimidad. El Estado no puede imponer cuando rompe el vínculo de
legitimidad. ¿Cómo construye legitimidad el Estado? Cuando impone y devuelve
servicios públicos de calidad o transferencias de calidad.
¿Tenemos
duda de que eso está cuestionado en la Argentina? Ese vínculo está cuestionado;
estamos llegando a un límite. Hay tensión fiscal en la Argentina. Si alguien me
pregunta por qué lo digo, es por el nivel de informalidad creciente, por la
mortandad de las empresas en los primeros años desde su creación, y en los
últimos años, por la emigración fiscal directa, es decir, personas que cambian
su domicilio fiscal. Esto es demostrativo de que estamos en un verdadero
infierno fiscal, y a ese infierno fiscal nosotros lo vamos a regar ahora con la
nafta pseudoprogresista de este aporte cuyo nombre ahora no recuerdo bien
porque es muy complejo.
Debemos
ser conscientes de que la Argentina está viviendo un proceso de
descapitalización, y la descapitalización no es otra cosa que el nombre técnico
de la destrucción de riqueza. No se invierte lo que se tiene que invertir para
mantener el stock de riqueza, pero no cualquier riqueza; nos estamos
descapitalizando destruyendo la riqueza que genera riqueza. No se trata de
pintar las paredes del living de casa; no se arreglan las máquinas ni se
nutren los campos que podrían producir más. Tampoco mantenemos a nuestros
jóvenes en el sistema educativo el tiempo necesario para que el stock de
conocimientos les permita producir más. Nos estamos tirando un tiro en el pie.
Si lo
analizamos, veremos que la mayoría de los países que son muy justos, son
también muy prósperos. Hay una asociación entre justicia y prosperidad. No es
una casualidad que países como Dinamarca, Suecia y Canadá sean mencionados siempre
cuando se habla de estas cuestiones.
La duda
del millón es: ¿son justos porque son prósperos o son prósperos porque son
justos? Es una buena pregunta. En realidad, son justos porque son prósperos,
dado que la justicia tiene un costo. Los servicios públicos de calidad tienen
un costo; por eso, primero construyen una prosperidad que les permita incluir.
Ese es
el sueño que la Argentina tiene que perseguir: un sueño incluyente, pero de
prosperidad. No debemos sentir miedo ante la idea de construir riqueza y de
entender que a muchos les tiene que ir muy bien.
Si bien
las soluciones son complejas, hay tres pilares claros: primero, usar
correctamente los activos naturales que nos han tocado; segundo, calificar bien
a la gente para que logre una gestión sofisticada de los procesos económicos;
tercero, establecer reglas que permitan aguantar en los malos momentos. Si
dichas reglas son modificadas en las épocas difíciles, pasa lo que observamos
en la Argentina; porque esta iniciativa, señor presidente, es el capítulo de un
proyecto histórico que se llama “manotazo”. Cada vez que el gobierno tiene un
problema, ve dónde puede dar un manotazo.
¿Cuál
es entonces la actitud defensiva del sector privado, las empresas y las
familias? Tratan de sacar las riquezas para mantenerlas lo más lejos posible
del manotazo predador. A veces, quieren tenerlas tan lejos que las llevan fuera
del país.
Si no
cancelamos ese “proyecto manotazo”, no tenemos ningún futuro. Esto es concebir
cierta autolimitación del poder público para recuperar la legitimidad, porque
la imposición no es infinita y construir riqueza tiene su complejidad. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado
Torres, por el Chubut.
Sr. Torres.- Señor presidente: intentaré ser breve por respeto a
mis compañeros que quieren hacer uso de la palabra en una sesión que
evidentemente se extenderá más de lo previsto.
Por tal
razón seré conciso y concreto en algunas consideraciones, aunque sinceramente
me hubiese gustado debatir sobre este proyecto, que para nadie es tabú, en un
ámbito donde se contemplen iniciativas presentadas por Juntos por el Cambio. En
verdad, hay proyectos superadores de mi bancada que contemplan, entre otras
cuestiones, la posibilidad de corregir asimetrías que durante mucho tiempo
atentaron contra el desarrollo económico de la República Argentina. Por
ejemplo, respecto de las asimetrías existentes en la Patagonia como
consecuencia de los sobrecostos por ser zona desfavorable, se podría analizar
una compensación con un bono fiscal a través de tributos nacionales.
También
sería interesante establecer una agenda para debatir sobre competitividad: cómo
escalar en la cadena de valor, tener mayor densidad de empresas, etcétera. En
definitiva, generar más laburo.
Sin
embargo, estamos discutiendo acerca de una matriz fiscal que hoy es
esencialmente distorsiva, centralista y regresiva en un país con una de las
presiones tributarias más altas del mundo. Es una matriz que apunta y asfixia
directamente a la producción y el trabajo. Si tomamos un bien tan esencial como
esta botella de agua que tengo en mis manos, ese impuesto al consumo que la
encarece tanto lo pagan en igual medida Paolo Rocca, Lázaro Báez y un jubilado
que cobra la mínima.
Estamos
discutiendo el establecimiento de un nuevo impuesto en un país con más de 40
por ciento de empleo no registrado. A esto debemos agregar que, según un
informe del Banco Mundial, una pequeña o mediana empresa que se radica en la
Argentina y pretende pagar todos sus impuestos en tiempo y forma, ya no es
rentable. Y no lo es justamente por esa presión fiscal que apunta directamente
a la producción y grava el 106 por ciento de las ganancias netas de las
pequeñas y medianas empresas.
Seguimos
tropezando sistemáticamente con la misma piedra, poniendo parches y atando con
alambre distintas coyunturas de crisis económicas mediante la creación de
nuevos impuestos que, aunque se supone son transitorios, continúan eternamente.
Si
hacemos un poco de historia, recordaremos que, en un contexto de recesión
histórica como el de 1932, se creó el impuesto a las ganancias. Más adelante,
en 1977, el impuesto a los ingresos brutos, uno de los más distorsivos. Años
más tarde, en 1991, en plena hiperinflación se instauró un gravamen bajo una
premisa muy parecida a la que hoy escuchamos en este recinto: gravar a los más
ricos. Me refiero al impuesto a los bienes personales, que hoy paga la gran
mayoría de la clase media.
En 1995
se aumentó el IVA. En 1998 se creó el monotributo. En 2001, el llamado impuesto
al cheque. Así, de manera sistemática, se fueron estableciendo nuevos
gravámenes que nos llevaron a un círculo vicioso de burocratización fiscal. Hoy
rigen más de ciento sesenta y cinco impuestos que, además de encarecer el
sistema, atentan directamente contra quienes invertir, generar, emprender,
radicarse en la República Argentina.
Puedo
asegurar a los señores diputados que absolutamente nadie en nuestro bloque está
en contra de que quienes más tienen paguen más impuestos que aquellos que menos
tienen. Pero no es esa la voluntad del gobierno detrás de este proyecto; su
verdadera voluntad es esconder, poniéndose el traje de Robin Hood, un ajuste
feroz a los jubilados, una moratoria que tiene nombre y apellido, y una pobreza
que le es funcional. Porque este proyecto, señor presidente, no es una política
tributaria en el marco de una agenda de desarrollo inteligente. Como bien dijo
un colega, esta iniciativa es populismo tributario.
Quiero
aprovechar el tiempo que resta de mi exposición para decir unas palabras en
nombre de los trabajadores del PAMI de mi provincia, Chubut, y en solidaridad
con todos los que trabajan en el Instituto a lo largo del país. Ya que está
presente en el recinto la directora del organismo, Luana Volnovich, quiero
pedirle la urgente reincorporación de cientos de trabajadores que hoy están en
la calle por una decisión unilateral del PAMI. Esto ocurre cuando el propio
presidente de la Nación ha manifestado, justamente por una cuestión de
solidaridad, la prohibición de desvincular trabajadores en el sector privado.
Hablo
de cientos de familias que están viviendo una situación muy angustiante.
Además, quiero recordar que el PAMI debe velar por los intereses de los
jubilados, sus beneficiarios, y no de una agrupación política como La Cámpora. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado Petri,
por Mendoza.
Sr. Petri.- Señor presidente: el relato dice que esta noche el
oficialismo logrará la sanción de un proyecto de ley por el que se crea un
aporte extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia. Un
aporte que alcanza a 9.289 personas y que permitirá recaudar más de 300.000
millones de pesos.
Seguramente,
serán muchos más los sujetos alcanzados y se recaudará mucho más; pero ese
título grandilocuente necesariamente nos obliga a preguntarnos cuáles son los
efectos de la pandemia y de esta cuarentena, que ha sido una de las más largas
del mundo, que se intentan morigerar.
Denoto
euforia en muchos discursos del oficialismo y me pregunto qué hay para
festejar, ya que los efectos de la cuarentena y de la pandemia en la República
Argentina en términos sanitarios, económicos y sociales han sido desastrosos.
Somos
el octavo país del mundo con mayor cantidad de contagios: más de un millón
trescientos mil. No hay nada que festejar, después de la improvisación inicial
del Ministerio de Salud. Además, somos el noveno país con mayor número de
muertos. No hay euforia ni épica que puedan tapar las más de treinta y seis mil
muertes que sufrió la República Argentina. Al menos por respeto a esas personas
que fallecieron, esta noche no deberían festejar absolutamente nada. A esto
debemos sumar que somos uno de los países que menos testea.
¿Cómo
vamos a morigerar los efectos de esta pandemia? ¿Cómo vamos a recuperar las
cuarenta mil pymes que cerraron como producto de una cuarentena eterna? ¿Qué
políticas, qué programas de empleo generaremos desde el Congreso para recuperar
los más de tres millones seiscientos mil puestos de trabajo que se han perdido
durante la cuarentena? ¿Cómo vamos a lograr recuperar las reservas del Banco
Central que se han fugado, que se les han fugado a ustedes? ¿Cómo vamos
fundamentalmente a luchar contra la pobreza? Ustedes han llevado a más de dos
millones y medio de argentinos a la pobreza, producto de las políticas
erráticas en materia económica y social; de esos dos millones y medio,
1.300.000 son niños. UNICEF dijo que debió corregir el pronóstico de pobreza
infantil en la República Argentina y ya asciende a 8.300.000.
No me
quiero detener demasiado en este impuesto. Simplemente, a la hora de hacer
algunas consideraciones tenemos que decir necesariamente que es
inconstitucional porque es confiscatorio, porque supone una doble imposición,
porque, claro está, el hecho imponible y el sujeto obligado se condice con el
de bienes personales, y porque no es coparticipable. Y ahí es donde nosotros
exigimos que se cumpla el artículo 75 inciso 3 de la Constitución y se vote por
mayorías especiales porque se detraen recursos que provienen de las provincias
para alimentar un Estado bobo y fofo. Estas son cuestiones que necesariamente
tenemos que decir, pero además esto supone una detracción de la renta y del
patrimonio.
Señor
presidente: no voy a mencionar el fallo Candy que tanto se ha hablado aquí de
los aspectos constitucionales, que me remito en honor a la brevedad. Quiero
decir que hay un detector de mentiras de las leyes kirchneristas y de las leyes
de este gobierno. Cuando las leyes del kirchnerismo y de este gobierno hablan
de “democratización”, de “solidaridad” o de “soberanía”, seguramente estamos
incumpliendo la Constitución; seguramente hay un ajuste en el medio;
seguramente estamos incumpliendo un contrato o estamos avanzando sobre uno de
los poderes del Estado. Repasemos, si no, lo que fue la democratización de la
Justicia o de los medios de comunicación coartando la libertad expresión; o lo
que fue la soberanía energética o alimentaria; o lo que es esta solidaridad que
se utilizó en diciembre para suspender la movilidad jubilatoria a los
jubilados. ¡Un descaro! ¡Una vergüenza que hayan suspendido la movilidad
jubilatoria apelando a la solidaridad! Y hoy crean un impuesto, nuevamente
apelando a la solidaridad, que lo único que va a hacer es asfixiar la
iniciativa privada.
Yo le
recomiendo al oficialismo que le agregue un artículo a este proyecto de ley
para coronarla, que diga: “Créase la Agencia Nacional de Inversiones Argentinas
en el extranjero y en países vecinos”, porque eso es lo que estamos logrando
con este proyecto de ley. Lo único que estamos logrando es pavimentar el camino
a Ezeiza y al Buquebus de las empresas argentinas, porque, producto de la
asfixia tributaria, más de 20.000 argentinos están pidiendo radicación fiscal
en Uruguay.
Hoy los
únicos que pueden festejar son los países vecinos porque a ellos les estamos
facilitando las posibilidades de que se radiquen empresas. Mientras Paraguay
sanciona las SAS y Uruguay baja la carga tributaria, la República Argentina
nuevamente incorpora, en un plazo corto, un nuevo impuesto, que lo único que
hace es evitar las posibilidades de creación de empleo y disminuir las
posibilidades de erradicación de la pobreza.
Sé que
me queda poco tiempo, señor presidente...
Sr.
Presidente (González).- Se ha vencido
su tiempo, señor diputado.
Sr. Petri.- Termino con esto.
No voy
a hablar de las condiciones para generar inversiones, simplemente quiero
mencionar que San Martín decía que el que se ahoga no repara en lo que se
agarra. Este gobierno se está ahogando y se está agarrando de los jubilados y
los está ajustando, y se está agarrando de los que crean empleo y de los que
generan inversión y los está asfixiando. No hay plan sanitario, el único plan
es la vacuna; no hay plan económico, el único plan es abrazarse al FMI; y no
hay plan político, el único plan lo dicta Cristina Fernández de Kirchner a
través de cartas epistolares o sus senadores como escribas. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (González).- Señores
diputados: solicito a los que me reclaman el tiempo la misma vehemencia cuando
el diputado en uso de la palabra es de su bloque.
Tiene la palabra el diputado Martínez, por
Santa Fe.
Sr. Martínez.- Señor presidente: en primer lugar,
quiero hacer un par de reflexiones que tienen que ver con el funcionamiento de
las sesiones. Creo que tenemos que intentar hacer alguna reflexión en voz alta.
No sé cuál es el ámbito; puede ser este, en alguna de las comisiones o en Labor
Parlamentaria, pero creo que algo tenemos que hacer con el segundo párrafo del
artículo 179 que dice: “En la discusión de los asuntos, los discursos no podrán
ser leídos. Se podrán utilizar apuntes y leer citas o documentos breves,
directamente relacionados con el asunto en debate.” (Aplausos.)
Hasta
hace un tiempo no muy lejano había un ejercicio de pedir permiso antes de hacer
una cita de este tipo. Me parece que tenemos que reflexionar sobre eso porque
se pone tedioso cuando todos venimos, leemos nuestro pedacito y después lo
subimos a las redes sociales en la cadena que nos lleva hacia ese lugar.
Por
otro lado, también tenemos que hacer algo respecto del tránsito de la comisión
al recinto. Este proyecto ingresó el 28 de agosto por iniciativa de nuestros
compañeros diputados Máximo Kirchner ‑presidente de nuestro bloque‑,
Carlos Heller ‑presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda‑,
y una cantidad de compañeros y compañeras que acompañaron con su firma, y
obtuvo dictamen el 28 de septiembre. Muchos integramos la Comisión de
Presupuesto y sabemos que el tono y el debate en la comisión no tuvo nada que
ver con lo que trajimos hoy al recinto. Me parece que eso tiene que quedar en
claro.
Obviamente
hubo diferencias políticas. De hecho, hubo una objeción de arranque a este
proyecto; inclusive nos decían “nos van a tener que convencer, pero no nos van
a convencer nunca” o “tenemos miradas distintas”, que no está mal que así sea
ya que expresa la diversidad que tienen estas cosas. Pero en la comisión nunca
nos dijeron “voraces”, “facilistas”, “sectarios”, “mentirosos”, “siniestros”,
“perezosos”, “demagogos”, “hipócritas”, “populistas tributarios”, “salvajes”,
“destructores seriales”, “improvisados”, “que nos cagamos en la pobreza”, “que
elegimos la ficción”, “que es el peor gobierno de la historia”, “que este es un
capitalismo de amigos con la nomenclatura socialista” y “usurpadores”, como si
esto fuera poco.
Este no
fue el tono en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, y el dictamen que traemos
hoy al recinto es efectivamente superador del proyecto presentado aquel 28 de
agosto, gracias a que en el mismo fragor del debate fueron apareciendo
propuestas que permitieron mejorar el proyecto, y esa es la lógica
parlamentaria.
¿Alguien
puede poner en duda hoy que estamos en un contexto absolutamente especial y
particular? Mirémonos a nosotros que, excepto el que habla, en este momento
estamos todos con barbijos, estamos con este protocolo de sesiones remotas y
estamos con este funcionamiento que considero ‑y ustedes lo saben‑
muy positivo. Miramos a nuestros hijos, y todos sabemos de las dificultades que
han vivido a lo largo de este año, principalmente con la trayectoria educativa,
sobre lo cual ha legislado esta Cámara; miramos a nuestros afectos cercanos,
con las dificultades del caso; miramos a nuestros militantes, ustedes miran a
los suyos en las convocatorias y ven los cambios de fisionomía, el barbijo, la
forma de marchar, y a nosotros nos pasa exactamente lo mismo, que venimos de
una convocatoria grande en muchas ciudades del país. Y miramos nuestras
ciudades, nuestros barrios, absolutamente modificados en su fisonomía.
Pero al
mismo tiempo miremos un poquito más allá. En los Estados Unidos se está
planificando la distribución de 20 millones de dosis de vacunas para la segunda
quincena de diciembre, y en enero, otros 25 millones. Por otro lado, uno de los
principales laboratorios medicinales está negociando 80 millones de dosis con
la Comisión Europea. España, está atravesando una situación problemática con
fusiones bancarias que están dejando a una entidad bancaria con casi 1.300
puntos de atención cerrados y más de 5.000 empleos perdidos.
¿Alguien
se podría haber imaginado, si no es desde la excepcionalidad de lo que vivimos
en el 2020, la derrota de Donald Trump? Cuando arrancó la pandemia estaba dos
puntos abajo y había un montón de indicadores que decían que hasta ese momento
iba creciendo; y acá estamos.
Entonces,
ante la situación excepcional que estamos viviendo, proponemos nada más y nada
menos que una respuesta excepcional y extraordinaria, humilde, prudente, en un
momento extraordinario y excepcional de la Argentina.
Quiero
recalcar lo de prudente, porque es una característica de nuestro bloque. Lo
dijimos también en la Comisión de Presupuesto y Hacienda: siempre tratamos de
lograr la ecuación que nos permita que sea la menor cantidad de personas
humanas las alcanzadas por el aporte solidario extraordinario, pero que, al
mismo tiempo, consigamos la mayor recaudación posible.
- Ocupa la Presidencia el señor presidente
de la Honorable Cámara, doctor Sergio Tomás Massa.
Sr. Martínez.- Cuando uno ve todo esto, al menos yo
me pregunto: ¿estamos leyendo bien el mundo en el que estamos? No es cierto,
como dijo un diputado preopinante, que hay flujos de inversión dando vueltas
por el mundo. Lo que hay son flujos de inversión financiera, pero no de capitalismo
real. Aquí tengo los datos del Informe sobre las Inversiones en el Mundo de
2020. La inversión extranjera directa de 2020 va a caer un 40 por ciento. En
Colombia, cayó el 27 por ciento en octubre. En Brasil, cayó el 73 por ciento en
septiembre. ¿Cuál es la única economía que crece en inversión extranjera
directa? China. El resto, caemos todos.
Entonces,
si está cayendo la inversión extranjera directa, tenemos que sostener y
reactivar la economía con los impulsos propios que podamos generar con nuestro
propio esfuerzo. Y ahí es donde cobra trascendencia este proyecto, y ahí es
donde creo que es medular lo que estamos haciendo, porque no es antiempresa.
Un
diputado preopinante habló de presión y esfuerzo fiscal, pero se olvidó de un
elemento central: el impulso fiscal.
Sr. Presidente (Massa).- Vaya redondeando, señor diputado.
Sr. Martínez.- Ya termino, señor presidente.
En este
momento, necesitamos mucho impulso fiscal. Necesitamos la posibilidad de
generar más demanda agregada, más consumo, para que exista la posibilidad de
tener más actividad económica que genere los puestos de trabajo que necesita la
Argentina.
El
diputado Rauschenberger me hacía acordar del anuncio de las inversiones de esta
empresa de bicicletas de alta gama por 500 millones de pesos. Tenemos el
reciente anuncio de la Asociación de Fabricantes de Automotores. Una empresa
cercana a mi ciudad, Liliana, invertirá 300 millones de pesos para la
ampliación de plantas con doscientos puestos de trabajo; está el anuncio de la
industria frigorífica. Hoy un dirigente muy cercano a usted, presidente, el
ministro Meoni, anunció 120 millones de dólares para trenes de carga; mil
vagones, de los cuales trescientos se van a hacer en Fabricaciones Militares,
en Río Tercero, la misma empresa que despedía trabajadores hasta agosto de
2018.
No es
fácil legislar sobre pequeños y prudentes proyectos que traten de recomponer un
camino de mayor igualdad en la Argentina. Siempre es difícil, pero cuando
encontramos una oportunidad ‑y hoy es una de ellas‑, debemos
cristalizar esa posibilidad de mejorar un poquito la distribución del ingreso
en el nivel más alto posible. Por eso, si efectivamente, como han dicho muchos,
no están en contra de que los que más tienen puedan hacer una contribución
mayor, les pido que nos acompañen, porque es importante.
Termino
diciendo que para nosotros es un orgullo haber podido generar este debate.
Estamos orgullosos del trabajo que ha realizado nuestro bloque y, como dice
nuestra compañera vicepresidenta, la igualdad es una construcción política; no
se hace por decreto. Como dijo nuestro presidente hace muy poco tiempo, lejos
de estar sembrando discordia, con este proyecto estamos sembrando igualdad. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Habiéndose
agotado la lista de oradores y previo a los discursos de cierre, el diputado De
Lamadrid planteará una cuestión de privilegio. Luego, hará uso de la palabra el diputado miembro
informante de la comisión, para señalar una corrección en el dictamen.
- 30 -
Sr. Presidente (Massa).- Para una cuestión de privilegio, tiene la
palabra el señor diputado De Lamadrid, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. De Lamadrid.-
Señor presidente: me veo en la obligación de volver a intervenir y
plantear la cuestión de privilegio en el mismo sentido que lo hice cuando
comenzó la sesión, pero por otros hechos que ocurrieron: su llegada a la
Cámara, con la presencia de varios ministros e intendentes.
En la
Cámara tienen que estar todos los diputados, tenemos que sesionar
presencialmente. Y lo que nosotros queremos es que estén los diputados del
oficialismo. No estamos sesionando presencialmente si usted, presidente,
declara: bueno, si Juntos por el Cambio quiere sesionar presencialmente, que
vengan. Los que tienen que venir no son los ministros y los intendentes: son
los diputados del oficialismo y sus aliados.
Nosotros
reconocemos el trabajo de los ministros y de los intendentes como un trabajo
esencial. Siempre lo hemos dicho. Y nosotros somos iguales: somos trabajadores
esenciales con la misma categoría y jerarquía, y tenemos que estar en el
recinto.
Entonces,
planteo esta cuestión de privilegio nuevamente porque no se explican todas las
cosas por una sola, sino por todas. Está claro que esta trampa es tan grande que
quienes la diseñaron han quedado entrampados. Las sesiones virtuales son una
decisión política, no sanitaria, porque todo el mundo está sesionando de manera
presencial: Europa, Japón, Oceanía, Estados Unidos, todos nuestros vecinos,
pero nosotros no, porque es una decisión política, como fue una decisión
política la cuarentena eterna. En la época del hombre del año 1000, sabían que
había que aislar y encerrar a los enfermos, no a los sanos ni a toda la
población. Esta fue una decisión política, errónea, desastrosa.
Mire,
señor presidente: desde el oficialismo ustedes tienen derecho a proponer todos
los proyectos de ley que les parezca. Tienen derecho a hacer las alianzas que
les parezca. Han consolidado una mayoría y ahora quieren arrebatar el
funcionamiento del Parlamento. A lo que no tienen derecho es a cobrarse los
penales y a patearlos, a sesionar de la manera que se les ocurra. Hay una
manera de sesionar, y es a la que tenemos que ir.
El
Congreso de la República es el que expresa la salud de la democracia, y ¿sabe
que están haciendo? Están debilitando y degradando la democracia.
Esta
tiene que ser la última sesión virtual. No vamos a debatir la reforma judicial
de esta manera.
Sr. Presidente (Massa).- La
cuestión de privilegio pasará a la Comisión de Asuntos Constitucionales.
- 31 -
Sr. Presidente (Massa).- Prosigue
la consideración del asunto en tratamiento.
Tiene la
palabra el miembro informante de la comisión, diputado Heller, por la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Heller.- Señor presidente: no intervine antes,
así que primero déjeme darle la bienvenida; es una alegría verlo ahí,
presidiendo la sesión.
Déjeme
decirle también que no sé si está en el reglamento, pero quiero hacer mías
todas las palabras del diputado Germán Martínez recientemente pronunciadas,
porque a lo largo de toda esta sesión sufrí muchísimo no los argumentos, sino
el uso de esos términos descalificantes que creo que no ayudan y que lo único
que hacen es generar tensiones innecesarias. Se puede argumentar, pero no hace
falta usar esos términos. Yo también estuve escribiendo y tengo otra lista
larga de calificativos que, sinceramente, molestan bastante.
Con
respecto a cambios en el dictamen, hay uno solo. En el artículo 7°, donde se
definen los destinos de los fondos, agregaríamos unas palabras en el inciso 5,
que son: “y proyectos que apruebe la Secretaría de Energía de la Nación”. En
definitiva, el inciso 5 del artículo 7° quedaría redactado de la siguiente
manera: “Un
veinticinco por ciento (25 %) a programas y proyectos que apruebe la Secretaría de Energía de la
Nación de
exploración, desarrollo y producción de gas natural, actividad que resulta de
interés público nacional, a través de Integración Energética Argentina S.A. la
cual viabilizará dichos proyectos proponiendo y acordando con YPF S.A., en
forma exclusiva, las distintas modalidades de ejecución de los proyectos.
Queda establecido que Integración Energética Argentina S.A. deberá reinvertir
las utilidades provenientes de los mencionados proyectos, en nuevos proyectos
de gas natural durante un plazo no inferior a diez años a contar desde el
inicio de vigencia del presente régimen”.
Ese es el único cambio que estaríamos
proponiendo al texto que se ha estado considerando.
Sr. Presidente (Massa).- Gracias, diputado Heller.
Queda
informado ese texto para cumplir con el objetivo del acuerdo de la Comisión de
Labor Parlamentaria en cuanto a la votación en general y en particular del
dictamen en una sola votación.
Corresponde
pasar a los discursos de cierre.
Tiene
la palabra el señor diputado Ramón, por Mendoza.
Sr. Ramón.- Señor presidente: me
satisface enormemente que podamos estar en la Cámara discutiendo este proyecto.
Ya lo decíamos en la sesión anterior:
creo que ha llegado el momento en el que nosotros nos podamos poner a discutir
los temas fuertes, aquellos que son verdaderos, porque el silencio y los
acuerdos sobre aquellos proyectos que no inciden realmente en la vida y la
cotidianidad de las personas y de las familias en Argentina no le hacen bien al
funcionamiento parlamentario. Es decir, no sabemos cuál es el rol que tenemos
en el Congreso de la Nación si no discutimos este tema, en el que llevamos casi
doce horas y media de discusión.
No quiero hablar del proyecto desde el
punto de vista técnico sino desde lo político, es decir, cuál es el rol que
tenemos en el Congreso y quién es la dirigencia que lleva adelante el desarrollo
de la sociedad de nuestra Argentina.
Este proyecto, que es iniciado por el
bloque oficialista, nos ha obligado a reflexionar. Apenas puesto bajo análisis
por nuestra fuerza política y por nuestro interbloque, dijimos que este tema
había que discutirlo porque creíamos que era un tema fuerte.
Como decíamos en la sesión anterior,
esta es una cuestión que muestra la puntita de un iceberg que se esconde
debajo del agua, es decir, dónde está el verdadero poder de la dirigencia en la
Argentina.
¿El verdadero poder de la dirigencia
está en nosotros, que somos la cara visible y expresamos de qué tratan las
posiciones políticas? Parte de la dirigencia también son los grandes grupos
económicos, los grandes comerciantes, los grandes industriales y los grandes
medios de comunicación. Ellos también forman parte de la dirigencia política, y
es toda una dirigencia a la que le incomoda sobremanera la discusión de estos
temas económicos.
Esta dirigencia a la que yo me estoy
refiriendo es a la que le incomoda el proyecto porque es la que tiene la
posibilidad de poder reunir este patrimonio que hoy es objeto de este proyecto
de ley; no lo son los trabajadores, los consumidores o las miles de familias
que tienen la imposibilidad de acceder a una vivienda digna. Tampoco hablemos
de cualquier ciudadano común que se levanta a las 6 de la mañana para ser el
motor de desarrollo.
Esa dirigencia de la que yo estoy
hablando ahora es la que le da forma al proyecto, a ese barco al que nos
sumamos todos y al que se tienen que subir no solamente aquellos que somos los
que estamos en la base de la sociedad sino también estos dirigentes que están
escondidos, que son los que quieren el silencio de este Congreso. Ellos son los
que no quieren que se traten los temas que se deben debatir.
Hace cincuenta años que no se modifica
la ley de seguros. Hay temas que no hay manera de discutirlos porque son
aquellos que justamente administran cómo se dispone el tiempo y el dinero de
otras personas. Entonces, cuando hablamos de esta dirigencia no se pueden
correr, no se pueden salir.
He escuchado muchísimos discursos
vertidos en esta Cámara tratando de justificar de alguna o cualquier manera que
este es un proyecto de ley que no tiene cabida en esta sociedad. Creo que eso ‑como
decimos en mi pueblo‑ es sacarse el collar del cogote porque hoy, a lo
largo y a lo ancho de toda la Argentina, hay miles de familias que han estado
cumpliendo de manera voluntaria con el aislamiento social y obligatorio que
impuso el gobierno.
¿Por qué voluntaria? Porque esa
familia tiene la pretensión de cuidar la salud y sabe que estamos en una de las
peores crisis de los últimos cien años de la Argentina: treinta y cinco mil
argentinos, hermanos nuestros, han perdido la vida por culpa del COVID-19. Este
no es un problema solamente de la base de la sociedad, sino de todos. No se
pueden salir.
Cuando me pregunto quiénes son estos
dirigentes, digo que no solamente ellos tienen que ver con las decisiones que
tiene que tomar el Estado. Los dirigentes que tienen estas empresas son los que
tienen una gran responsabilidad con la sociedad.
En esta tremenda crisis que estamos
sufriendo he encontrado algunos argumentos que realmente me dejan mucho que
pensar.
Se ha hablado sobre el patriotismo,
pero hace poco he escuchado a algunos dirigentes que dicen que hay provincias
-se habla de la que yo represento, aunque también hay otras‑ que deberían
separarse de la Nación.
Yo les digo una cosa: hemos atravesado
épocas en la Argentina que realmente merecieron ser vividas, pero por
patriotas. Ahora, ¿es patriota alguien que quiere separarse de la Argentina? Es
difícil.
He escuchado de manera recurrente a
varios colegas decir que hay muchas personas que se quieren ir del país. Yo les
digo una cosa: quiero al empresario y a la empresa que quiere invertir en el
país. Si quiere invertir en otro país, ¿queremos a ese empresario? Que se vaya.
La verdadera Argentina se integra con todos, no solamente con aquellos que
están mirándose su ombligo.
Hay más ejemplos. Hace muy poco ‑el
año pasado‑ me tocó ser candidato en mi provincia. Nos reunimos en un
lugar donde había empresarios grandes y medianos, y la única preocupación que
tenían era que los impuestos eran muy altos. Ahora, en ese foro no hubo ni una
sola mesa de discusión para analizar la falta de presupuesto para la educación
o el tema de los más de doscientos cuarenta y siete barrios populares que hay
en mi provincia, que no tienen acceso al agua, al saneamiento, al transporte ni
a la vida digna.
¿Solamente importa la baja de
impuestos? Esta es la responsabilidad que tenemos todos. Debemos asumir que
tenemos un problema porque todos los que lograron hacer estas fortunas de más
de 200 millones de pesos son personas que hicieron ese patrimonio en esta
Argentina; no la hicieron en el exterior. Quien se quiera ir, bueno, creo que
ha llegado el momento de que se vaya de este país.
Por eso, señor presidente, desde
nuestro Interbloque, y así como lo hemos hecho desde el principio de la
discusión del proyecto en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, vamos a
acompañar esta iniciativa para que podamos tener esta ley y por primera vez se
empiece a discutir este tema de la redistribución de la riqueza. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la
palabra el señor diputado Negri, por Córdoba.
Sr.
Negri.- Señor presidente: son pocos minutos y muchas
horas de sesión.
Primero, quiero saludar a todos los
colegas del justicialismo por el Día de la Militancia Política. Más allá de la
pasión de todas las fuerzas políticas democráticas, nosotros vivimos esta fecha
seguramente con la misma intensidad.
En segundo lugar, he escuchado casi
sesenta oradores y la verdad es que no pude escribir la lista que leyó el
último orador, pero en todo caso hay que universalizarla; no hay que ponerla en
un solo lado, máxime teniendo en cuenta que este es un cuerpo colectivo.
En tercer término, no hemos venido a
declarar ninguna guerra sino a discutir si esto es viable, si este es el
camino, si este es el rumbo y si nos podemos ir con más o menos incertidumbre.
Al gobierno le falta un mes para
cumplir un año de gestión. Por supuesto que asumió sin pandemia, pero después
llegó el COVID-19.
Quiero tomar algo que dijo el diputado
Quetglas: nos ha llevado muchísima energía la discusión sobre la distribución de
la riqueza en Argentina, pero no hemos puesto la misma energía para discutir
cómo generamos riqueza en nuestro país. Como decía el general: “Por lo menos,
producir lo que hay que consumir”.
Lo
cierto es que hemos ido en un tobogán y en una debacle en los que sí encaja
nuestra enorme diferencia respecto del tema que hoy estamos debatiendo. A
nuestro criterio, a esta altura discutir si es o no un impuesto, es discutir
una obviedad: este es un impuesto, de acá a la China. No quiero sobreabundar en
lo que se ha dicho ni en la caracterización de este gravamen.
No
obstante, sí quiero poner algunos ejemplos, porque no estamos frente a
multimillonarios para su aplicación ‑ya lo diré‑, pero veamos
nuestra historia. Hay países que normalmente gravan el acto de consumir, y lo
hacen aquellos países emergentes, que van por el IVA. En los países
desarrollados, los ingresos generados en la economía se deben al impuesto al
ingreso de las personas. Ahora bien, la Argentina es top ten en el mundo, es número uno en experiencia, casi como con la
vacuna. No solo tenemos la mayor presión tributaria, sino que además todo
impuesto que imagina la cabeza de algún hombre en algún punto del planeta lo
traemos y lo aplicamos en nuestro país. Y como si ello fuese poco, metemos la
mayor dosis, la mayor alícuota, y si falta un poquito más, metemos todo junto.
Indefectiblemente,
esto nos ha llevado a retroceder, a no generar confianza ni inversión y a
desalentar la producción. Fíjese, señor presidente, que hasta somos originales:
algunos países no tienen ninguno de estos impuestos, pero nosotros pusimos
transitoriamente el impuesto al cheque y las retenciones.
Entonces,
el debate sobre este impuesto es en ese contexto. Yo no creo que la Argentina
se vaya a fundir en un día porque no junte los 300.
Yo
preguntaría a dónde vamos a estar dentro de un año. A lo mejor nos sacamos
alguna incertidumbre. ¿Qué rumbo tenemos? ¿Qué vamos a priorizar en la
inversión? ¿A dónde vamos a poner el esfuerzo tributario de los argentinos?
¿Cómo vamos a ir a ese mundo del que hablaba un colega hoy, donde por supuesto
está todo en discusión y el grado de inversión directa está más detenido? Aquí tengo la primera contradicción, porque
no hay inversión directa extranjera en la magnitud que queremos.
Nosotros
hemos tenido que asistir con el ATP a las empresas y a las pymes en medio de la
pandemia, por una definición, a nuestro criterio al principio acertada y
después equivocada, porque la cuarentena era para mantener el sistema de salud
y rearmarlo, no para convertirla en un programa de gobierno y en top ten en el mundo.
Aunque
todos nos enojemos, esto ha tenido una fuerte implicancia en la economía, que
de por sí era vulnerable. Es cierto que los países que iban a crecer cayeron en
todo el mundo, pero nosotros un poco más. Por eso somos top ten en la caída del 12 por ciento del PBI; por eso somos top ten en el déficit fiscal, que raya
el 8 por ciento. Por eso, nuestro nivel de desocupación y de desigualdad en los
términos que hemos conocido.
Esto es
lo que queremos decirles. Nosotros creemos que esto es ineficaz, por más que
tenga un nombre bonito y por más épico que sea. En ese contexto, el Estado ha
ayudado mediante emisión, y según el presupuesto que hemos aprobado, eso ya
finalizó. Entonces, hay dos razones: o terminó la pandemia y los contagios son
una imaginación, o se recuperaron todas las empresas y volvió el empleo. Si no
es así y es lo primero, acá no estamos persiguiendo grandes fortunas ociosas,
multimillonarias; esas no vinieron con el blanqueo y están afuera, en los
paraísos fiscales. Deberíamos ir juntos a buscar esas fortunas en virtud de los
acuerdos que tenemos con la OCDE, con países de Europa y con los Estados
Unidos. Acá, la mayoría son laburantes.
Yo
pregunto a los colegas, a los que viven en el campo, a los que están al lado de
una pyme, si con la devaluación de nuestra moneda y la caída de los valores que
tienen, son multimillonarios. Una pyme puede tener veinte o cuarenta empleados,
cada uno en un centro mecanizado, trabajando veinte horas. ¿Saben cuánto sale
un centro mecanizado? Cuesta un millón de dólares. Si tiene cinco, ya lo están
pisando los impuestos; cabe aclarar que no se toma un dólar a 80 pesos. Y no
les quiero decir si tiene un tambo con cien vacas, o si tiene galpón, o si
tiene una camioneta, o si tiene un tractor. Van a ver en qué poste le están
pegando.
Hay que
conocer la realidad del que produce, al que después vamos a ir a buscar con las
retenciones. ¿Saben cuánto es en Córdoba la media de base imponible en 2020,
considerando 400 hectáreas? 98 millones de pesos; la mitad de la valuación para
este impuesto. ¿Saben cuánto cuestan tres cosechadoras? Cada una vale 600.000
dólares, pero esos dólares no se consiguen a 80 pesos, sino a 150; de lo contrario,
en la concesionaria no las venden. Y si se agrega un tractor y un acoplado para
cargar el cereal ‑sobre el cual después se le va a aplicar la retención‑,
se llega a 200. Pero, además, no hay un mínimo imponible, es decir que si te
falta un peso te salvas, y si te pasás uno te clavás y no podés deducir los
gastos. Si armaste un galpón de 1.000 metros cuadrados para trabajar con una
fresadora y sacaste una hipoteca, tampoco podés deducirla en el impuesto.
Creo
que aquí hay un error. Lo digo de buena fe, pero me parece que solo colocaron
un Excel, porque no se cuenta lo que representan otros impuestos. De eso se
trata. No son los que están en el exterior, sino los que están acá y no van a
tener el ATP, pero que tienen que volver a dar trabajo a la gente. No hay que
enojarse ni insultarse por eso.
Nosotros debemos tener el vademécum
tributario; nosotros somos los que más hemos intoxicado con impuestos al sector
privado en la región. Si no generamos riqueza, sea el gobierno que sea, no va a
haber inversión. ¿De dónde van a venir las divisas? ¿De dónde van a ingresar?
¿Cuál es nuestra prioridad de desarrollo? En los últimos doce meses, de una
manera u otra, se han aumentado doce impuestos, tal como dijo hoy el diputado
Laspina. Algunos de ellos un poco más chicos y otros, más grandes: el impuesto
PAIS, las deducciones, el impuesto a las ganancias, las alícuotas sobre bienes
personales que se sumaron, etcétera. Vienen del sur con el impuesto al viento y
después vendrán con el impuesto al sol. Entonces, la mejor forma de invertir
será apagar la luz, ¿o nos cobrarán por eso también?
Es
decir que no hay homogeneidad en el desarrollo de un proyecto en medio de la
crisis. El gobierno tiene que asumirlo. En algún momento el presidente de la
Nación dijo que no tenía plan, que no hacía falta. Después dijo que lo tenía
reservado y que no lo quería mostrar. Entonces, vino el ministro ‑a quien
respeto‑ y dijo: “Acá está el plan”. Hoy se nos ha diluido entre los
dedos.
Vean
ustedes qué paradoja. Hoy hemos dado sanción definitiva al presupuesto, y es la
primera vez que un presupuesto del peronismo se olvida de las planillas; puede
pasar. Pero más allá de su sanción, ese presupuesto no contempla lo que ustedes
piensan recaudar con este impuesto. Pero además de no contemplarlo, tienen la
mitad del uno por ciento que entre la comisión y el recinto se aumentó,
seguramente en demanda de las provincias: 200.000 millones de pesos. Y la
planilla de la página 11, otros 200.000 millones de pesos. Si ustedes piensan
recaudar 300.000, nos hubiéramos evitado esta discusión.
Entonces,
al pobre ministro lo han mandado a vestirse de paladín para hacer el ajuste, y
aquí están los Robin Hood. No se puede actuar así. Esa es una Argentina que no
resiste más este debate.
Por
eso, señor presidente, nos vamos con incertidumbres: incertidumbre por la
pandemia, incertidumbre económica e incertidumbre tributaria, que aumenta esta
noche por lo que puede suceder. Pero además de eso, hay incertidumbre institucional
luego de escuchar las cosas que dicen y debaten algunos senadores. Y si nos
descuidamos, también van a meter incertidumbre electoral: si las PASO sí o si
las PASO no, porque descubrieron que requieren mucha plata. Sin embargo, la
reforma judicial costaría 12.000 millones de pesos y de esto nadie se queja.
¡Hay que salir de la incertidumbre! ¡Hay que generar confianza! ¡Hay que tener
un programa!
Esto
justo sucede cuando vino el diablo, es decir, cuando están en el país los
representantes del Fondo Monetario Internacional. Hoy no hay tiempo, pero tengo
muchos deseos de discutir la deuda y hablar de la fuga de capitales. ¿Saben
cuánto han emitido de deuda este año? Unos 20.000 millones de dólares. ¿Se
acuerdan cuando el presidente decía que con las Leliq iba a pagar el 20 por
ciento de aumento a los jubilados? El “maldito” de Macri se fue con un 5 por
ciento de emisión de Leliq, y hoy está en el 15 por ciento, es decir, 7.000
millones de dólares futuros. Y ya el Fondo de Garantía de Sustentabilidad está
vendiendo bonos de los jubilados en dólares a la mitad de precio. Y además
pagamos 17 por ciento de interés en dólares.
Sr. Presidente (Massa).- Vaya redondeando, señor diputado.
Sr. Negri.- Señor presidente: se han ido 10.000 millones del
Banco Central. ¿Eso es fuga, o esos millones van a los asilos? La fuga la hace
Macri, y ustedes hacen docencia. No es así. Cuando uno emite deuda, paga los
títulos, y después el dueño de los títulos, si no tiene confianza, hace lo que
quiere.
Sr. Presidente (Massa).- Le pido una vez más que vaya redondeando,
señor diputado.
Sr. Negri.- Ya termino, señor presidente.
La
patria no está en peligro; los artistas han vuelto al teatro. La patria está en
peligro porque todos los argentinos sabemos ‑lo digo con respeto‑
que Alberto Fernández quería ser presidente, pero lo que todavía no sabemos es
a dónde quiere ir. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Para hacer el discurso de cierre, tiene la
palabra el señor diputado Kirchner, por Buenos Aires.
Sr. Kirchner.- Señor presidente: como todos saben, yo estuve en la
Cámara hasta hace unas horas. Pero alrededor de las 23 me avisaron que una
persona con la que yo había tenido contacto estrecho dio positivo de COVID‑19,
y por eso estoy hablando desde aquí en forma remota. Esto ocurre justamente
cuando se discute el tema de la presencialidad. Cabe mencionar que el diputado
de Santiago del Estero la pasó muy mal. Así que entiendo que todos queramos
volver a la normalidad, pero también es cierto que existe la pandemia y negarla
sería un error.
Pero
más allá de este pequeño inconveniente y de la dificultad de hacer mi discurso
de esta manera ‑me hubiera encantado estar presente en el recinto, pero
no se puede‑, quiero hablar un poco de todo lo que fuimos escuchando.
Recién
escuchaba al diputado preopinante hablar del Fondo Monetario Internacional, y
la verdad es que va a ser muy interesante poder discutir sobre el tema. Ese
debate lo podemos hacer cuando él quiera; no hay ningún tipo de problema.
Pero
veamos cómo llegamos a este aporte solidario para sacar a la Argentina
adelante, porque no solo se trata de la pandemia sino también del país que
recibimos. Voy a tratar de no remontarme mucho en el tiempo.
El año
pasado, cuando se realizaron las elecciones del 11 de agosto, la Argentina
tenía 63.000 millones de dólares de reservas. El resultado de esas elecciones
fue el siguiente: 49,49 por ciento para el Frente de Todos y 32,94 por ciento
para Juntos por el Cambio; es decir que prácticamente tuvimos 17 puntos de
ventaja.
Hace
unos días, en una entrevista, el jefe político de la oposición ‑o no; no
lo sé‑ decía que había gobernado hasta el 12 de agosto. Y la verdad es
que mentía. El expresidente tomó una decisión y empezó a tensionar cada vez más
el camino económico de la Argentina. Después del berrinche del 12 de agosto,
por el que tuvo que pedir disculpa los días posteriores, comenzó un rápido
drenaje de las reservas del Banco Central, y el 25 de octubre las reservas
llegaron a 43.000 millones de dólares.
Es
decir que entre el resultado de las PASO y las elecciones generales la
Argentina perdió 20.000 millones de dólares. ¿Y saben por qué? Porque el
expresidente decidió poner el cepo, que tanto había abominado, después de
perder las elecciones generales, pues sabía que si lo ponía antes, como debió
haberlo hecho ante formidable drenaje, el resultado electoral iba a ser mucho
peor. Entonces, para juntar dos millones de votos más y mejorar un poco el
resultado electoral, sacrificó 20.000 millones de dólares de reservas del Banco
Central de la República Argentina.
Por
eso, ya que tanto hablan de responsabilidad y de incertidumbre, hubiera sido
bueno que el expresidente los escuchara. El expresidente dijo que le decía a
sus colaboradores que no se podían endeudar tanto porque, en ese caso, un día
se iba a ir todo al carajo. También lo escuchamos en recientes entrevistas
decir que todo lo que le pasó al país fue culpa del Congreso, es decir, de los
que le votaron los presupuestos. Pero en esa entrevista mintió, porque nosotros
no le votamos ningún presupuesto. Incluso, antes de la votación del tema de los
fondos buitres, el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel
Kicillof ‑esto figura en una formidable entrevista que pueden encontrar
en Youtube‑, les aclaró que iban a terminar en el Fondo Monetario
Internacional. Y efectivamente terminamos en el Fondo.
Y
hablando de países top ten, donde realmente estamos primeros es en el
endeudamiento con el Fondo, con una deuda de 44.000 millones de dólares. El
expresidente Macri lo justificó diciendo que había habido un movimiento de la
lira turca y algunas otras cuestiones de los mercados ajenas a la Argentina;
dijo que eso llevó a tomar semejante deuda.
Y así
fue cómo se fue conformando una especie de tormenta perfecta, una Argentina sin
capacidad de crédito, que entra con una parte de su deuda en pesos
“defaulteada” ‑o reperfilada, en lenguaje de la Condesa de Chikoff. Lo
cierto es que la Argentina llegó al 10 de diciembre con una fenomenal deuda con
el Fondo Monetario Internacional, cuando a fines de 2005 había sido cancelada
la deuda con este organismo, sin aporte solidario ni nada por el estilo; sí con
el aporte constante de la gente.
En 2015
llegaron al gobierno y empezó a suceder todo este gran despropósito económico.
Pero más allá de esa inversión de 20.000 millones de dólares para subir cuatro
o cinco puntos en las elecciones ‑fueron las elecciones más caras‑,
hace unos días escuchaba al diputado preopinante afirmar que el préstamo del
Fondo Monetario Internacional fue para pagar vencimientos de deuda que dejó
Cristina Fernández de Kirchner y destacó que el oficialismo quiere armar un
relato de la deuda de Macri. Miren, hay un problema: en 2003, cuando recibimos
el país, estaba “defaulteado” y hubo que hacer una gran quita a los acreedores
externos ‑una quita histórica, a tal punto que la actual no alcanza a
superarla‑ para poder empezar a poner al país de pie.
Entonces, creo que uno de los grandes errores de la política
de Macri fue dolarizar la deuda en pesos que tenía la Argentina. Me pregunto
qué argentino, qué argentina, qué
empresario y qué empresaria dolarizaría su deuda en pesos. Preguntemos, por
ejemplo, a aquellos que fueron perjudicados por la pesificación asimétrica. Todo
al revés. Cuando llegaron al gobierno, lo que hicieron fue dolarizar la deuda
que la Argentina tenía en pesos.
Cuando uno los escucha hablar en el
presente, hubiéramos preferido que estas palabras y estas responsabilidades las
tuvieran hace unos años, y nos habríamos ahorrado un gran dolor de cabeza.
Voy a referirme a la mano que ha dado
el Estado durante la pandemia. Como han dicho y se estima, este aporte
solidario puede recaudar 300.000 millones de pesos. ¿Saben cuánto invirtió en
ATP el Estado argentino, o sea los argentinos y las argentinas, para mantener
la relación laboral entre la patronal y los trabajadores y trabajadoras?
Doscientos trece mil millones de pesos. De esos 213.000 millones de pesos, el
sector de comercio ‑por ejemplo‑ fue beneficiado con 40.000
millones de pesos, con un promedio de 20.000 pesos por trabajador; la
industria, con 41.000 millones de pesos, con un promedio de 25.000 pesos por
trabajador, y el área de la salud, con 32.000 millones de pesos, con un
promedio de 28.000 pesos por trabajador.
El Estado también ha hecho un esfuerzo
con el IFE, al que destinó 264.000 millones de pesos. Se invirtió un total de
477.480 millones de pesos para tratar de morigerar y apaciguar los efectos de
una pandemia que azota al mundo. Hoy vemos que Europa, después de la
experiencia de la primera ola, está atravesando la segunda, que ya es más
parecida a un tsunami.
En cuanto a la distribución del IFE,
les puedo decir que la provincia Buenos Aires recibió 97.000 millones de pesos;
Jujuy, 5.626 millones de pesos; Corrientes, 9.000 millones de pesos.
Por su parte, las mujeres fueron las
más beneficiadas, en particular aquellas que tienen entre 18 y 34 años, que
integran un universo de casi dos millones de personas.
El Estado realiza constantemente todo
este esfuerzo para sostener la economía de la mejor manera posible.
No se trata de un movimiento de la
lira turca y no se puede ir a buscar crédito afuera, simplemente porque Macri
lo reventó. Chile, por ejemplo, recurrió al Fondo Monetario Internacional y
pudo iniciar un plan de obras públicas, pero la Argentina no lo puede hacer
porque Macri tomó el crédito en abril de 2018 y no dejó nada. Creo que este
tipo de cosas son importantes decirlas.
Voy a referirme a otro punto que
también es esencial. Se dice que este aporte solidario desalienta las
inversiones. Tenía unas láminas preparadas para mostrar en el recinto, pero me
tuve que ir. ¿Me puede decir, señor presidente, si se ve bien el cartelito que
tengo en mis manos?
Sr. Presidente
(Massa).- No se ve bien, señor diputado.
Sr. Kirchner.-
Es un cartelito que se refiere al impuesto a los bienes personales, que fue del
1,3 por ciento hasta 2015 y se redujo al 0,7 por ciento entre 2016 y 2019.
Entonces, uno podría decir que al
reducirse el impuesto a los bienes personales, la inversión en la Argentina
voló, se generó trabajo y no hubo que recurrir a créditos de los organismos
multilaterales del sector privado. Pero eso no sucedió. Se redujo el impuesto a
los bienes personales y terminamos en el Fondo Monetario Internacional. ¿Se generó trabajo? No, los números de la
desocupación aumentaron. ¿Bajó la pobreza? No, aumentó.
Entonces, esto que están planteando de
que este aporte desalienta la inversión, no es cierto. Lo que desalienta la
inversión son los malos gobiernos, principalmente.
Les recomiendo mucho a los diputados y
las diputadas que se preparen. Nadie nace sabiendo, pero sí podemos ser
mejores. Si uno observa la formación bruta de capital fijo en la Argentina ‑disculpen los
inconvenientes del caso‑ se da cuenta de que el promedio entre 2003 y
2015 creció en un 6,61 por ciento. En los cuatro años del macrismo bajó un 3,63
por ciento.
La formación bruta de capital fijo
está conformada por las construcciones, la maquinaria de origen nacional y el
equipamiento de origen importado, entre otros valores.
De manera que los números son muy
claros saliendo de los prejuicios. Muchas veces sucede que se repiten las cosas
a sí mismos y se terminan convenciendo de algo que no es.
Obviamente, esta es una situación
compleja para la Argentina y para el mundo, y hay que fijarse hacia dónde va
este aporte solidario. Se destina, por ejemplo, al Renabap: una hermosa ley que
elaboraron Carrió, Massot y el diputado preopinante, pero que no tenía financiamiento.
También deberían cambiar esa costumbre
de sancionar a veces leyes sin financiamiento para ganar tiempo y para
congraciarse.
Este aporte, en parte, financia algo
que es un problema en la Argentina, que tiene que ver con la tierra y la
vivienda.
También ayuda al sector sanitario,
para que los médicos, las médicas, los enfermeros y las enfermeras sigan
contando con todo el material necesario para poder atender a los pacientes.
Médicos, médicas, enfermeros y enfermeras que lamentablemente no despiertan la
sensibilidad en algunos que sí tienen un alto grado de sensibilidad para
defender a quienes entraríamos dentro de este aporte. Ellos dan una pelea
silenciosa que parece olvidada en los medios de comunicación.
Creo que hay que bajar un poco a tierra
para entender lo que le está pasando a nuestra sociedad, comprendiendo que los
desafíos que tenemos por delante son importantísimos.
Acá no se trata de estigmatizar a
nadie. Los que dicen que queremos estigmatizar a los que más tienen en la
Argentina son los que se han cansado de estigmatizar a trabajadoras,
trabajadores y a los que menos tienen. Son los que han dicho millones de veces
que la Asignación Universal por Hijo se iba por la canaleta del juego y de la
droga. ¡Miren cuánta sensibilidad para con unos pocos y qué falta de
sensibilidad para con tantos!
Si realmente queremos tener un país
que dé certezas, como reclamaba el diputado preopinante, ese tipo de cosas son
las que tenemos que dejar de lado. Esa es la madurez que tenemos que alcanzar.
Sinceramente, cuando observamos el
desarrollo de la pandemia, la crisis económica, social y psicológica que
vivimos todos por la situación que estamos pasando, el hartazgo que tenemos de
no poder ver a quienes queremos, lo que está pasando dentro de los hospitales,
la cantidad de médicos, médicas, enfermeros y enfermeras que han visto morir a
sus compañeros por atender a otros argentinos y argentinas, nos damos cuenta de
que esas son las cosas que realmente tenemos que mirar.
Este aporte solidario en gran medida
también va para las pymes. Nunca escuché a la UIA resaltar, por ejemplo, las
políticas de crédito de la provincia Buenos Aires que hubo durante este año. Se
otorgaron préstamos por 61.000 millones de pesos para el sector pyme.
Pido permiso para leer un par de
cosas. Este aporte solidario tiene que servir para el fin específico para el
que está designado, pero principalmente para ser un puente hacia una reforma
tributaria en la Argentina que desburocratice la cantidad de impuestos que hay
y que realmente recaude sobre los sectores que debe recaudar.
Cuando uno mira, por ejemplo, la
conformación de la recaudación del año 2019, el 48 por ciento correspondía al
IVA; el 33 por ciento, al impuesto a las ganancias, un 17 por ciento, a otros
impuestos; un uno por ciento al monotributo, y también un uno por ciento a
bienes personales.
Cuando uno mira lo que ocurrió con los
trabajadores y trabajadoras argentinos, observa que de 1.200.000 trabajadores
que estaban alcanzados por el impuesto a las ganancias en 2015, se pasó a
2.200.000, después de prometer que iban a dejar de estar alcanzados por dicho
tributo.
Entonces, pareciera que cuando la
cuestión impositiva afecta a trabajadoras y trabajadores, no se puede hacer
otra cosa. Pero cuando empieza a volverse más progresiva para tratar de
corregir las asimetrías económicas, sociales y culturales que generó el brutal
endeudamiento que sufrió el país entre 2015 y 2019, y que la pandemia vino a
profundizar, pareciera que todo se pone mal.
Además,
cuando uno mira, por ejemplo, cómo se organizaron los Estados Unidos después
del crack económico de 1929,
comprueba que lo hicieron mediante la aplicación de formidables impuestos a la
riqueza. Por eso pido a aquellos que suelen ir a los Estados Unidos o viven
cada vez más enamorados de ese país que miren cómo fue construyendo su economía
y afrontó sus grandes problemas.
Me
parece que hay que tratar de salir de los lugares comunes y de entendernos
mejor y no mandar al psicólogo a nadie, sino, por el contrario, ser respetuoso
de todos los bloques. Recién escuché decir al señor diputado preopinante que
quería mandar al psicólogo a un integrante de nuestra bancada.
Quiero
decir al señor diputado que nunca opino de los integrantes de su bloque ni lo voy a
hacer. Pero mejor voy a dejar el tema ahí. Prefiero que quede así porque quiero
dar una demostración de respeto y de que se puede discutir sanamente. Los
argentinos y las argentinas necesitan que encontremos un punto de equilibrio y
de acuerdo.
Nosotros
–esto se puede ver en los números en cuanto al desarrollo entre 2003 y 2015- no
tenemos ningún problema con el sector privado. Necesitamos de él, actuando e
invirtiendo junto con el sector público. Tenemos recursos naturales a los que
podemos dar un gran valor agregado. Por ejemplo, tenemos litio, en un mundo que
necesita ese recurso para las baterías. Asimismo, en la Argentina tenemos
grandes compañías que se dedican a esos negocios y podrían asociarse e invertir
junto al Estado, a fin de buscar una salida común.
No
hay un antagonismo entre lo público y lo privado. Lo que tiene que haber es una
comunión y también entender que muchas veces el Estado articula y regula allí
donde el mercado muchas veces excluye y abandona.
Se
trata de poder encontrar una salida entre todas las argentinas y los
argentinos.
Tengo
en mi poder un último cuadrito que no va a servir porque no se puede ver, pero
que indica dónde estaba el Merval el 19 de marzo y dónde se encuentra hoy.
Creo
que debemos tener la solidez suficiente para afrontar esto. Muchas veces uno
escucha una gran cantidad de insultos e improperios y la verdad es que
deberíamos saber esgrimir argumentos. Después podremos coincidir o no, pero no
es nada bueno y no da más razón gritar más que el otro, como así tampoco
insultar, menoscabar y hacer del prejuicio una regla.
Pienso
que la Argentina tiene una oportunidad, que entre todos podemos salir adelante
y que cuando vemos lo que ha pasado en países vecinos cuando las dirigencias
políticas se olvidaron de representar lo que tenían que representar, nos
encontramos con algo muy grave.
El
Frente de Todos vino a eso. Es un colectivo que representa a diferentes sujetos
sociales, políticos, culturales y sindicales que por ejemplo hoy, con esta
iniciativa que establece este aporte solidario y con los proyectos que se van a
tratar posteriormente –esto es, el de modificación de la ley de manejo del
fuego y el conocido como Ley Yolanda-, trata de interpretar esos anhelos que
tenemos todos como integrantes de una sociedad.
Por
lo tanto, creo que podemos construir esto y tener un debate sano y democrático.
Para
finalizar, les pido que se cuiden, que traten de cuidarse lo más que puedan.
Hay que hacer un esfuerzo más y seguramente este aporte solidario va a servir
para conseguir más vacunas, para poder vacunar a la mayor cantidad de
argentinas y de argentinos más rápidamente y que el impacto de la segunda ola
de contagios, en caso de llegar, sea el menor posible.
No
es tiempo para los insultos, sino para construir una sociedad que tenga la
conducta, la voluntad y la disciplina necesarias para afrontar esta última
parte hasta que la mayoría de las argentinas y los argentinos estén vacunados.
Al fin y al cabo, eso es lo que queremos: una Argentina con argentinas y argentinos
sanos. Cuídense mucho. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Pastori: ¿va a
hacer uso de la palabra antes o después de la votación? Se lo pregunto porque
si desea hacer una aclaración en relación con el artículo 7° del proyecto, le
pido que la haga previamente, ya que el dictamen se va a votar en general y en
particular.
Sr. Pastori.- Pido la palabra.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado
Pastori, por Misiones.
Sr. Pastori.- Señor presidente: como el artículo 75,
inciso 2, de la Constitución Nacional establece que todos los impuestos deben
ser coparticipables y la excepción la determina el inciso 3 al explicitar que
cuando tienen asignaciones específicas deben contar con el voto de la mayoría
absoluta de cada Cámara, en nombre del interbloque solicito que el artículo 7°
del proyecto se vote en forma nominal, a fin de que quede constancia del
cumplimiento de esa cláusula constitucional.
Sr. Presidente (Massa).– Entonces es distinto de lo
definido, porque yo iba a llamar a votar en general y en particular, dejando
constancia de lo relativo al artículo 7° del proyecto, de acuerdo con lo
establecido por el artículo 75 de la Constitución Nacional.
Básicamente hacíamos todo en una votación, con la aclaración
de que la votación en general y en particular requiere una mayoría especial.
Tiene la palabra la señora diputada Lospennato, por Buenos
Aires.
Sra. Lospennato.- Señor presidente: entendemos que como la
votación es nominal, es la única votación para todos. Es decir que todos los
artículos van a tener la misma cantidad de votos.
Sr. Presidente (Massa).- Exactamente, señora diputada. Por
eso habíamos decidido hacerlo en un solo bloque. En el llamado a votación iba a
hacer la salvedad respecto del artículo 75 de la Constitución Nacional. Pero
voy a hacerla, así se quedan todos tranquilos.
Se
va a votar nominalmente en general y en particular, con las modificaciones
introducidas por el señor miembro informante al artículo 7°, inciso 5, el
dictamen de mayoría de la Comisión de Presupuesto y Hacienda recaído en el
proyecto de ley por el que se crea un aporte solidario y extraordinario para
ayudar a morigerar los efectos de la pandemia (Orden del Día N° 123).
Se
deja constancia de que el artículo 7°, de acuerdo con lo establecido por el
artículo 75, inciso 3, de la Constitución Nacional, requiere para su aprobación
la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros del cuerpo, es decir, 129
votos afirmativos.
- Mientras
se practica la votación nominal:
Sr. Presidente (Massa).- Se
preguntará el sentido del voto a los señores diputados que aparecen logueados y
no pudieron registrarse.
Señor
diputado Ferreyra: ¿puede indicar el sentido de su voto?
-
Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Habilite el
micrófono, señor diputado.
Al no haberse expresado, el señor diputado Ferreyra es
considerado ausente en la votación.
Presidente (Massa).- Señor
diputado García, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sr.
García.- Mi voto es
negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor
diputado Godoy, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sr. Godoy.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Martiarena, ¿puede indicar el
sentido de su voto?
Sr. Martiarena.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).-
Señora diputada Moreau, ¿puede indicar el sentido de su voto?
- Luego de unos instantes:
-
Sr. Presidente (Massa).- Al no
haberse expresado, la señora diputada Moreau es considerada ausente en la
votación.
Señora
diputada Navarro, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra. Navarro.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Petri, ¿puede indicar el
sentido de su voto?
Sr. Petri.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Se
cierra la votación. Por Secretaría se dará lectura del resultado.
- Finalizada la votación nominal, conforme
al tablero electrónico, sobre 253 señores diputados presentes, se han
registrado 133 votos afirmativos, 115 negativos y 2 abstenciones.
Sr. Secretario (Cergnul).- Se han registrado 133 votos por la
afirmativa, 115 por la negativa y 2 abstenciones.[5]
Sr. Presidente (Massa).-
Queda sancionado el proyecto de ley. [6]
Se
comunicará al Honorable Senado. (Aplausos prolongados.)
- 32 -
Sr. Presidente (Massa).- En consideración en general el dictamen de
mayoría de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano
recaído en el proyecto de ley por el que se modifica la ley 26.815, de manejo
del fuego, sobre el lapso mínimo de años que garanticen la recuperación y
restauración de las superficies incendiadas. (Orden del Día N° 219).
aquí orden del día N° 219
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la
palabra la señora diputada Vilar, por Buenos Aires.
Sra. Vilar.- Señor presidente: hoy es un día
especial para nosotros y nosotras, el del militante peronista, de la militante
peronista y de las militancias, y lo celebramos tratando estos tres proyectos
de ley; no puede haber una jornada mejor.
Justamente,
vamos a considerar tres proyectos que se hicieron posible por la vehemente
militancia. Se trata de tres leyes absolutamente relacionadas.
Sabemos
que algunas veces se tiene una idea algo inocente de la crisis ambiental, como
si se pudieran resolver estos conflictos globales con medidas aisladas, sin
tocar intereses y solamente declamando soluciones. Incluso, se generan
situaciones tan complejas como la que hoy estamos viviendo; me refiero a esta
pandemia de origen zoonótico.
En
realidad, más que una idea inocente es una postura cómoda u oportunista elegir
no ver los problemas ambientales como consecuencia de dificultades
estructurales de este modelo económico. Claramente, se trata de una postura
totalmente cómoda y para nada inocente, porque excluye la posibilidad de
analizar la desigualdad social y la concentración de la riqueza como factores
que profundizan...
Sr. Presidente (Massa).- La Presidencia recuerda, con
mucho respeto, que estamos en el recinto y que la diputada Vilar está informando
sobre el dictamen.
Asimismo,
la Presidencia recuerda que el protocolo establece que en el recinto se debe
estar sentado y guardando distancia. Tan reglamentaristas somos para algunas
cosas, pero no para otras.
Continúa
en el uso de la palabra la señora miembro informante.
Sra. Vilar.-
Obviamente, tanto la desigualdad social como la concentración de la
riqueza, que son parte de este modelo económico, profundizan esta crisis
climática o estos problemas de crisis ambiental que hoy estamos transitando.
¿Por
qué decimos que no es inocente? Porque no es nada novedoso decir que los
problemas, las crisis y las catástrofes ambientales afectan a toda la
humanidad. Ahora bien, y como también dijo y sigue diciendo el expresidente del
hermano Estado Plurinacional de Bolivia, recientemente recibido por todo su
pueblo con absoluta justicia ‑gracias a la gran responsabilidad de
nuestro presidente y nuestra vicepresidenta para que eso sucediera‑,
claramente esos sucesos no afectan de manera homogénea ni equitativa a toda la
humanidad.
Entiendo
que a los conflictos ambientales hay que analizarlos desde una perspectiva
histórica y política. Históricamente, las grandes potencias fueron y son las
que sin duda producen los mayores pasivos y conflictos ambientales a costa de
explotar los recursos de otras regiones, como la nuestra, que todavía tienen
las deudas que hace mucho tiempo les vienen dejando los países que
supuestamente están bastante más desarrollados y generan mayor impacto
ambiental. Sin embargo, las consecuencias no son las mismas para ellos que para
nosotros.
Dentro
de los países explotados está el nuestro y la peor parte la llevan las personas
que viven en mayor situación de vulnerabilidad con menores posibilidades de
acceder a medios para reponer las pérdidas ocasionadas por alguna inundación,
incendio de sus casas o lugares de trabajo, o para transitar alguna situación
víctimas de estas crisis ambientales.
Entonces,
si no tomamos medidas para enfrentar estos problemas ambientales, perjudicamos
a los mismos de siempre. Consecuentemente, las mayorías terminan siendo las
víctimas de esta situación. Esta modificación a la Ley del Manejo del Fuego es
necesaria y coherente, porque estamos viviendo una situación absolutamente
compleja en todo el país. Tenemos más de 900.000 hectáreas incendiadas y focos
de incendios detectados en veintidós de nuestras veinticuatro provincias.
Además, según el Servicio Nacional de Manejo del Fuego, el 95 por ciento de
esos incendios fueron producto de la acción humana, ya sea intencional o debido
a alguna distracción.
Esta
práctica existe, y conjugada con la crisis climática, la situación inédita de
sequía que estamos viviendo y fundamentalmente con la especulación comercial e
inmobiliaria, se extiende peligrosamente. La consecuencia de ese cóctel
tremendo es conocida por todos y todas, porque vemos por televisión lo que está
ocurriendo y nos desgarramos las vestiduras analizando la gravedad de la
situación. Me refiero a la pérdida de viviendas, la destrucción de bosques, la
destrucción de áreas protegidas, la pérdida de humedales ‑con lo que
significan, debido a que actúan como esponjas y reguladores hídricos para
evitar otras catástrofes que entendemos e insistimos en que terminan
perjudicando a las familias que viven situaciones de mayor vulnerabilidad‑,
la erosión de los suelos, la situación climática y las lluvias.
Como
siempre volvemos a esa especie de capricho cíclico de la historia donde las más
afectadas son las mujeres. Así como quienes tendrán que aportar más dinero son
los hombres, porque la riqueza está absolutamente masculinizada, la pobreza
está feminizada.
La
mayoría coincide en que debemos abordar el diagnóstico con políticas públicas.
Por eso, seguramente todos y todas repetiremos lo mismo. En ese sentido,
nuestro presidente de bloque, junto con otros diputados y diputadas,
presentaron este proyecto de ley tan necesario y oportuno. El objeto es dar fin
y prevenir la generación de incendios intencionales con fines especulativos.
Por lo
expuesto, proponemos modificar la ley 26.815 de manejo del fuego, que
actualmente limita la posibilidad de cambiar el uso del suelo incendiado,
ampliando y especificando esas restricciones. Evidentemente, el alcance de la
norma es insuficiente; si no fuera así, no tendríamos casi un millón de
hectáreas incendiadas. Concretamente, proponemos que, en el caso de las áreas
protegidas, de bosques nativos o implantados, y humedales, se prohíba por
sesenta años el cambio del uso del suelo. Y, en el caso de las zonas agrícolas,
praderas o pastizales, proponemos que la prohibición sea por treinta años. ¿El
tiempo es suficiente? Seguro que no. Los tiempos naturales nos exceden. No
tenemos idea de cuánto tiempo necesita para recuperarse un bosque
intencionalmente incendiado.
No
obstante, la propuesta superadora, la idea es solucionar el diagnóstico tan
dramático que estamos describiendo, y en el que coincidimos.
El
proyecto, además de prevenir estos incendios con fines especulativos, busca
garantizar la recuperación de esos suelos que, como recién dijimos, necesitan
de más tiempo del que la mente humana puede entender o incluso imaginar.
Este
proyecto de ley contempla presupuestos mínimos. Es decir, un piso de protección
que fue trabajado y debatido en comisión con científicos y especialistas,
además de contar con los aportes de los diputados y las diputadas. Quiero
agregar que valoramos muchísimo el aporte realizado por los diputados Ansaloni,
Camaño y Ramón, así como también de los diputados y las diputadas del querido
bloque al que pertenezco y me enorgullezco de formar parte.
Como
saben, el proyecto de ley de presupuesto para el ejercicio 2021, que hoy
terminamos de aprobar, contempla en su artículo 101 la creación de una partida
oficial de aproximadamente 1.500 millones para dotar de recursos al Fondo
Nacional de Manejo del Fuego. Claramente, se está abordando la problemática,
cuyo diagnóstico inicial surgió de las herramientas brindadas por el Estado
para generar una política pública.
A pesar
de que el circuito continúa, seguramente escucharemos alguna excusa de los
diputados para no acompañar el proyecto de ley. Pero si nos limitamos a eso
para no incomodar a los grandes negocios de especulación inmobiliaria o a los
agronegocios de explotación agropecuaria, todos los años tendremos que seguir
charlando en los distintos ámbitos –sin duda, el nuestro será el de la
militancia‑ acerca de los bosques nativos que perdimos, de los pocos
lugares protegidos que nos quedan, de las hectáreas consumidas, de los
ecosistemas perdidos y de las prácticas que producen sufrimientos desiguales,
más pobreza y más exclusión social.
A esta
altura, sin dudas es evidente que no se puede pensar en una política ambiental
desligada de los modelos productivo, económico y social. Entiendo que en este
momento debemos asumir el desafío de construir un nuevo paradigma, porque el
que nos trajo hasta acá es un modelo de exclusión que genera pobreza; es un
modelo absolutamente predatorio. Estamos viviendo esta crisis global, producto de ese
modelo.
Entonces,
tenemos que asumir este desafío de construir un nuevo paradigma. Los
paradigmas, y no importa lo que haya dicho Kuhn al respecto o lo que hayamos
leído todos y todas, no se cambian como diapositivas; se cambian con actores
políticos que empujan esas transformaciones.
Tenemos el
desafío de construir el paradigma de la nueva normalidad que amigue la
ecología, que amigue el ambiente con el trabajo y la producción.
- Ocupa
la Presidencia el señor vicepresidente 1° de la Honorable Cámara, doctor Álvaro
Gustavo González.
Sr.
Presidente (González).- ¿Puede ir redondeando su exposición, señora diputada?
Sra. Vilar.- Señor presidente: hoy
nosotros y nosotras estamos entendiendo que abordamos y asumimos el desafío de
cambiar este paradigma con estas tres leyes. Con esta que aprobamos recién, con
la que creemos que vamos a aprobar ahora, con la Ley Yolanda y, seguramente,
también cuando nos toque aprobar la ley de interrupción voluntaria del
embarazo, estaremos asumiendo la responsabilidad de crear nuevos paradigmas, ¿por
qué? Porque lo vamos a hacer con la valentía de poder mirar a los ojos a todos,
mirar a los ojos a los pibes que ya están acá, a los pibes que son militantes,
que empujaron estas transformaciones, a los hijos o a los nietos que todavía yo
no tengo, pero seguramente muchos acá sí.
Cuando
pregunten qué hicieron cuando tuvieron la oportunidad de frenar el desastre
ambiental, podamos decirles con absoluta valentía que asumimos el desafío de
transformar un paradigma que parecía difícil, porque hay poderes concentrados.
Parecía difícil, porque hay sectores a los que tradicionalmente se les cuidó
cualquier situación, cualquier cambio, cualquier statu quo.
No
obstante, asumimos ese desafío. ¿Por qué? Porque somos militantes, porque por
eso militamos, porque creemos que a partir de la política vamos a transformar
la realidad. Militamos porque creemos que esos paradigmas pueden generar
mayores condiciones de igualdad. Militamos porque Néstor en algún momento nos
propuso...
Sr.
Presidente (González).- Señora diputada: ya se ha excedido más de cuatro minutos del
término que disponía para hacer uso de la palabra.
Sra. Vilar.- Antes me interrumpieron, señor presidente...
Sr.
Presidente (González).- Señora diputada: no quiero discutir...
Sra. Vilar.- Yo tampoco, señor
presidente.
Sr.
Presidente (González).- Lleva cuatro minutos treinta segundos más de los que
establece el reglamento.
Sra. Vilar.- Señor presidente:
tampoco quiero discutir. Quiero convencer y convencerlo a usted y a todos los
compañeros a fin de que entiendan que es necesaria esta ley, que es
revolucionaria y que la tenemos que aprobar hoy, en el día de los militantes y
la militancia.
Lo vamos a
hacer por los pibes y voy a hacer todo lo posible, militar todos los días de mi
vida para convencerlos de que este es el camino, el camino del trabajo, el
camino de la política y el camino hacia la transformación, porque para eso
elegimos vivir, para volver a poner a la Argentina de pie, aunque a muchos les
pese. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (González).- Señora diputada: le pido también que convenza a sus
compañeros de bloque para que modifiquen el reglamento. Entonces, tendremos
otros tiempos y no tendré que andar haciendo de policía.
Tiene la
palabra la señora diputada Austin, por Córdoba.
Sra. Austin.- Señor presidente:
agradezco a la diputada preopinante que me haya permitido extenderme cinco
minutos más en mi exposición, como miembro informante del dictamen de minoría.
Lo primero
que quiero rescatar es que hoy estamos aquí en esta sesión discutiendo dos
leyes ambientales, dos leyes que tienen que ver con la situación que atraviesa
la Argentina.
Es
indudable que la crisis que transita el mundo, que transita nuestro país,
producto de esta pandemia de origen zoonótico ‑lo hemos dicho hasta el
cansancio‑, del cambio climático que profundiza sequías e inundaciones,
de la pérdida de biodiversidad, del impacto de los incendios sobre nuestros
ecosistemas, ha logrado que muchos temas permeen en la agenda.
Lamento,
sin embargo, que no hayamos logrado ponernos de acuerdo. Lo hemos intentado
hasta último momento, buscando sancionar una ley que sea efectiva, no
efectista.
Señor
presidente: en el debate anterior se habló de demagogia impositiva y de
populismo tributario. Temo que aquí estamos repitiendo la misma historia, pero
en materia ambiental. Fíjese si no es demagógico, que en el impuesto que acaban
de aprobar, el 25 por ciento de lo recaudado, es decir, un cuarto, va a parar a
programas de exploración, desarrollo y producción de gas natural.
¿De ese
modelo hablaba recién la compañera cuando decía que teníamos que dar paso al
desarrollo sostenible cero para acelerar la transición energética? No entremos
a hablar de desarrollo sostenible, del acuerdo con China y los cerdos.
Estamos
acostumbrados a ver al Frente de Todos andar por dos carriles, manejar por la
izquierda, manejar por la derecha, pero no por la Panamericana. Es realmente
increíble cómo construyen tantos discursos de acuerdo con el público que los
están escuchando, y la disociación que hay a veces entre lo que dicen y las
leyes que pretenden y votan.
Dicho
esto, quiero expresar que compartimos la intención que recién se ponía de
manifiesto, pero creemos que equivocan la herramienta. Consideramos que de
nuevo hay un desfasaje entre lo que dicen y lo que están poniendo a votación.
Estamos
hoy frente a una norma que es regresiva en materia ambiental. Ya lo voy a
explicar. Una ley que perjudica a los bosques nativos en la Argentina.
Queremos, como ustedes, que se terminen los incendios especulativos; queremos,
como ustedes, que los ecosistemas tengan tiempo para recomponerse, pero también
queremos encontrar y buscar a los responsables y que respondan con toda la
fuerza de la ley.
En efecto,
estamos en un año absolutamente crítico: más de la mitad de las provincias han
sufrido los efectos devastadores del fuego, más de 900.000 hectáreas, casi el
70 por ciento en las provincias de Entre Ríos y de Córdoba. Sin embargo,
mientras eso ocurría, el Poder Ejecutivo, de la mano del ministro que estaba
aquí sentado más temprano, diagramaba un presupuesto que recortaba la mitad de
los fondos para el Sistema Nacional del Manejo del Fuego. Reducía a la mitad
las horas de vuelo para algo tan importante como son los aviones hidrantes.
Hicieron lo mismo con el Sistema Nacional de Riesgo de Desastres, con Parques
Nacionales, con Áreas Protegidas y Áreas Marinas Protegidas.
No hay
duda de que para enfrentar los incendios necesitamos presupuesto, previsiones e
institucionalidad. Nada de eso aporta hoy esta norma.
Yo vivo en
Córdoba desde hace veinte años. Indudablemente, este año vivimos una de las
temporadas más fuertes de incendios; ocurren todos los años, pero hemos
atravesado la sequía más grande de los últimos sesenta años y los incendios
seguramente registran un récord de los últimos veinte o treinta años.
Quedamos a
merced del orgullo del gobernador para ver en qué momento levantaba el teléfono
y pedía la asistencia del Estado nacional. Ojalá que nunca más, cuando vengamos
a dar estos discursos, cuando algunos diputados de mi provincia pongan la firma
para la convocatoria, nos dejen a merced de una situación tan crítica como esa,
mientras el fuego sigue avanzando.
Entre
otras cosas, acompañamos un pedido del diputado Jorge Vara, quien hace semanas
preguntaba ¿por qué cuando históricamente supimos tener veinticuatro aviones
hidrantes operando, apenas había seis?
No hay
duda de que necesitamos mejorar los mecanismos de alerta temprana y revisar la
cooperación interjurisdiccional. Eso es urgente, imprescindible. Nuevamente,
nada de eso trae esta ley.
Decía que
vivo en Córdoba, pero nací en Chubut, a la vera de los parques nacionales, a la
vera del Bosque Andino Patagónico, a la vera de los alerces milenarios. Amo los
bosques, viví y me crié allí.
Fíjese,
señor presidente, que cada año cuando voy a visitar esos parques todavía se ven
vestigios de incendios que ocurrieron cuando yo todavía no había nacido. Esto
puede graficar cuánto tarda un bosque en lograr su recuperación.
A continuación, quiero entrar en el punto
del proyecto de ley en cuestión. Esta iniciativa no viene a proteger esos
bosques, sino a quitarles una protección a perpetuidad que tenían con las leyes
vigentes. Están cometiendo, como dije, una violación al principio de no regresividad
en materia ambiental; están aprobando un proyecto que violenta y perjudica a
los bosques.
¿Por
qué ocurre esto? En primer lugar, como bien se ha dicho en el debate en
comisión, el artículo 40 de la ley de presupuestos mínimos en materia de
bosques nativos ya establecía que en el caso de incendio no se podía cambiar la
categoría de los suelos a perpetuidad. También el artículo 22 bis de esa norma
que hoy pretenden eliminar, decía que no solo estaba prohibido el cambio de
categoría de los bosques nativos, sino también –esto lo hicimos en 2017 por
medio de un acuerdo prácticamente unánime en ambas Cámaras‑ se incluía a
todos los bosques no productivos.
Recordaré
el texto de la ley para que, cuando aprueben esta iniciativa, sepan lo que
están dejando afuera. La norma dice que los bosques no productivos son los
bosques protectores, los que protegen caminos, suelos, costas marinas, ríos,
los que fijan médanos, evitan la erosión, los que aseguran la salubridad; los
que protegen contra la acción del viento o aludes, los que son albergues de
especies de flora y fauna, los que están con fines de defensa nacional; los
bosques permanentes, los de parques y reservas, los nacionales, provinciales o
municipales; los que tienen especies que merecen conservación; los de los
parques públicos, el arbolado de caminos, los montes de embellecimiento anexos;
los bosques experimentales, los que se usan para estudios forestales, los
montes especiales. Todos estos bosques están contenidos en el artículo 22 bis,
que hoy van a eliminar. No aumentarán la protección de los bosques en la
Argentina, sino que la bajarán.
Solicito
a todas las organizaciones ambientalistas que nos acompañan y, sobre todo, a
aquellos que con buena fe votarán este proyecto que miren y revisen lo que
estamos considerando. No tengo dudas de que, si hacen esto, verán que si
aprueban la norma tal como ha venido al recinto, los bosques no estarán más
protegidos luego de esta sesión, sino que por el contrario estarán más
desprotegidos.
Algunos
podrán decir que el párrafo propuesto por una diputada en el debate de comisión
resolvía esta cuestión. Decía algo así como “salvo que tengan alguna otra
protección mayor en alguna otra ley o convenio internacional”.
Se da
la paradoja de que la mejor ley es la que se está eliminando hoy con el
dictamen que pretenden votar. El artículo 22 bis actual de la ley de bosques es
el único artículo en el ordenamiento que protege a los bosques no productivos.
Es
tanta la obviedad de lo han hecho que incorporan el artículo 22 ter que faculta a las provincias a
ampliar el plazo a sesenta años. Desde ya, si hablamos de bosques andinos
patagónicos, seguro el plazo fijado es corto. Recién dijeron que nadie sabe
bien sobre el tema. No es cierto, se sabe cuánto tardan en recuperarse los ecosistemas,
porque se investiga.
Esto me
da mucha bronca porque justamente el doble estándar que tiene el oficialismo
convive en provincias donde son oficialismo hace muchos años, donde cumplen el
récord de desmonte en pandemia. Las provincias de Formosa, Chaco, Santiago del
Estero y Salta reúnen el 80 por ciento de la deforestación de la Argentina.
Quiero preguntar a los diputados oficialistas que vienen de esas provincias qué
han hecho para pedir a sus gobernadores que paren ese ecocidio. Qué ha hecho el
señor ministro que estuvo aquí presente, para hacer uso de las facultades que
le otorga la autoridad de aplicación y frenar también ese desmonte que se ve
con las imágenes satelitales y que Green Peace denunció en más de 50.000
hectáreas, en lo que va de la pandemia.
Por
otra parte, este proyecto incorpora el artículo 22 quater vinculado con los pastizales. Allí aparece una prohibición e
inmovilización del uso del suelo por treinta años para pastizales, praderas y
zonas agropecuarias. La verdad es que nuevamente desconocen los tiempos que
pueden llevar los distintos ecosistemas. No es lo mismo un pastizal que un
bosque o un monte nativo. No todos necesitan la misma cantidad de años para
recuperarse. Los invito a leer la posición de FARN al respecto.
El proyecto
además es poco claro, porque no define estos conceptos de modo que se vuelve
inaplicable. ¿Qué consideramos pastizales, praderas, zonas agropecuarias?
¿Dónde comienza y termina esta restricción?
En la
comisión se agregó un texto por el cual se anotarán las restricciones en el
registro dominial, en el registro de la propiedad. ¿Quién va a ir a anotar al
registro cuando ocurra un incendio en un pastizal, en un baldío o en un
potrero? Alguien va a tener que ir al registro a solicitar que por favor hagan
una anotación marginal que diga que el inmueble está inmovilizado por treinta
años, porque se prendió fuego el pasto. También deberá decir qué actividad se
llevaba adelante allí, si había vacas, soja, casas, si la actividad
agropecuaria era intensiva o extensiva. De lo contrario, no hay modo de
controlarlo. ¿Cómo piensan hacer para que se cumpla con esta norma? ¿Esto es
solo una iniciativa testimonial?
Tenemos
muchas leyes testimoniales en este país, en materia ambiental. Necesitamos que
se cumplan las normas sobre la materia, pero este no es el camino.
Ya
estoy por finalizar mi intervención, señor presidente, pero todavía me quedan
algunos minutos en comparación con la miembro informante del oficialismo.
Sr. Presidenta (González).- Quédese tranquila, señora diputada. Voy a
militar para no cumplir el Reglamento.
Sra. Austin.- Señor presidente: no creo que tenga
que llegar a tanto. Trataré de hacer el mismo uso de la palabra que la miembro
informante del otro bloque.
El
problema de legislar sin la evidencia, sin fundamentos y solo para la tribuna
es que decimos algo, pero estamos sancionando una norma que en realidad
perjudica a los bosques y al ambiente.
Esta
norma generará una enorme problemática en los 2.300 municipios de la Argentina
con distintas realidades. Casi me conmovió el diputado que hoy mostraba las
placas de la situación crítica que atraviesa gran parte de la población
argentina. Por supuesto que lo acompaño en el reclamo para que estas
situaciones no continúen.
¿Cómo
van a llegar adelante los municipios planes de vivienda, infraestructura de
agua potable, saneamiento, residuos, agroecología y de transporte, incluso
aquellos que necesitan para adaptarse al cambio climático, si no saben qué
pasará con las tierras fiscales y con los ejidos que están a su alrededor? Por
medio de esta iniciativa, quitan a los municipios, incluso, la posibilidad de
planificar el desarrollo sostenible.
Por
respeto al presidente, no hace falta hablar de las áreas protegidas que han
sido creadas por ley. Los parques nacionales los crea este Congreso. Nadie,
nunca puede cambiar la categoría y el ordenamiento territorial a un parque
nacional por el principio de progresividad y de no regresividad consagrados en
las leyes y en el ordenamiento argentino.
Por lo
tanto, está de más decir que si hubieran querido hacer algo para cuidar estas
áreas, no deberían haber recortado de manera nominal el 30 por ciento del
presupuesto para áreas protegidas y el 80 por ciento para áreas marinas
protegidas.
¿Qué
pensamos y qué creemos? ¿Por dónde hay que ir? Estamos absolutamente
convencidos de que hay un montón de cosas que hacer. La primera, es buscar a
los culpables, crear una categoría de delitos ambientales, como se propuso aquí
y en el Senado para incluir todos estos tipos penales que tienen que ver con la
puesta en riesgo de la flora y la fauna, de la biodiversidad, del patrimonio
genético y con los incendios provocados que no llegan a ser la figura de
estragos. Todos estos tipos penales hoy no existen y por eso también la Justicia
no investiga.
- - Ocupa la Presidencia el señor presidente
de la Honorable Cámara, doctor Sergio Tomás Massa.
Sra. Austin.- Queremos una Justicia ambiental,
queremos fiscalías ambientales, queremos multas actualizadas, queremos Ley
Yolanda para que nunca más cometamos los errores que hoy estamos por cometer,
queremos educación ambiental para que las nuevas generaciones vengan con
muchísima más conciencia que la que tienen aquí. Queremos que este Congreso
cumpla con la ley de bosques, porque le destina solo 22,5 pesos de los 470 que
le corresponde.
Por
último, queremos fundamentalmente una política integral para cumplir lo que
dice el artículo 41 de nuestra Constitución Nacional, que es que debemos
defender el ambiente para las generaciones presentes y futuras. Ojalá hoy le
hagamos honor a esto en el Congreso. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).-
Tiene la palabra la señora diputada Estévez, por Córdoba.
Sra. Estevez.- Señor presidente: hoy es un día de
profunda emoción para mí y para muchos de los que estamos aquí ya que se
celebra el día de la militancia. Lo celebramos con mucha satisfacción porque en
este Congreso se están debatiendo leyes que provienen de los territorios, donde
las acciones militantes son revolucionarias, fuertes y transformadoras porque
nacen genuinamente del pueblo argentino.
Hoy ha
vuelto al Congreso de la Nación la agenda del pueblo. Es algo de lo que nos
tenemos que sentir verdaderamente orgullosos. Algunos plantean que se trata de
una agenda pensada para la tribuna. Si aquí discutimos la agenda del pueblo es
porque escuchamos a la gente. Entonces, ojalá que siempre tengamos una agenda
preparada para la tribuna. Si es de esa manera, seguramente estaremos
resolviendo las problemáticas que al pueblo le preocupan.
Hoy en
este Congreso de la Nación se están debatiendo las problemáticas que le
preocupan al pueblo. Más aún cuando tenemos para celebrar que el Poder
Ejecutivo acaba de presentar el proyecto de interrupción voluntaria del
embarazo, que tanto significa para quienes militamos muchos años en el
feminismo y sabemos que es una deuda pendiente. Hoy, a través de la voluntad
política del Poder Ejecutivo, se expresa la necesidad de dar una respuesta
concreta a tantos años de lucha.
Este
proyecto de ley que estamos debatiendo también es una respuesta a los tantos
años de lucha de “todes aquelles” militantes ambientalistas que vienen dando la
batalla en los territorios desde hace mucho tiempo contra los incendios. Hay
que plantear una política en serio que impida que estos incendios sigan
existiendo y sigan generándose de manera intencional.
La
provincia de Córdoba, de donde yo provengo, es una de las principales
provincias que muestran lo que significa el impacto devastador de los incendios
intencionales. Nos dicen que en nuestra provincia el 98 por ciento de los
incendios son intencionales y que tienen el fin de correr la frontera
agropecuaria, desarrollar actividades agropecuarias intensivas y promover la especulación inmobiliaria. Detrás de eso, muchas familias campesinas pierden
sus tierras o se ven obligadas a venderlas y migrar, porque el efecto
devastador de los incendios llega a destruir el trabajo de toda la vida, esto
es, sus casas, sus animales y sus siembras. Esta ley viene a proteger a esos
pequeños campesinos que están en los territorios del interior de nuestras
provincias y que el Estado está obligado a mirar.
En
nuestra provincia se han dado muchísimos casos como esos. Uno de los casos de
desalojo forzoso que se me viene a la cabeza es el de Ramona, por el cual el
movimiento campesino ha peleado muchísimo. También se intenta llevar adelante
este tipo de desalojos a partir de los incendios intencionales. Como Estado
tenemos la responsabilidad política de garantizar a todas esas familias el
desarrollo de su vida en el lugar donde han elegido vivir y han proyectado
realizar su siembra y su tarea productiva de manera amigable con el
medioambiente.
Esta
ley también viene a resguardar esos intereses. Porque muchas veces aquí se
habla de la defensa de intereses de ciertos sectores. De hecho, lo hemos
escuchado hoy durante casi todo el día. Se ve que son esos intereses los que
más preocupan a la oposición. Nosotros venimos a defender los intereses de
quienes no tienen voz. A partir de la agenda que hemos planteado en este
Congreso de la Nación, intentamos poner voz a los reclamos de todas esas
militancias, que son personas que pelean en el interior profundo por nuestro
ambiente, nuestra sierra y nuestro monte, y que esperan una respuesta de
nuestra parte.
Quiero
mostrarles el mapa de la provincia de Córdoba. Traje mapas de varias
provincias, pero no hay tiempo suficiente como para mostrarlos. En Córdoba el
nivel de devastación de los incendios ha sido de más de 300.000
hectáreas. Casi cien años atrás nuestra provincia tenía 11 millones de
hectáreas de bosque nativo. Hoy nos queda menos del 3 por ciento. ¿Sabe por
qué, señor presidente? No solo por el paso del tiempo, sino también por la
especulación humana.
Antes
no ha habido nadie que pusiera el ojo en resguardar los intereses del cuidado
de nuestro monte, nuestra sierra o nuestro bosque. Es verdad que existe la
ley de ordenamiento territorial de bosque nativo, que plantea que no se puede
cambiar el uso a la tierra. ¿Pero sabe qué, señor presidente? Cuando se desarrollan
los incendios y, posteriormente, se hacen nuevos ordenamientos territoriales,
termina modificándose el uso de las tierras. ¿Y sabe qué terminamos viendo ahí,
señor presidente? Emprendimientos inmobiliarios o desarrollos vinculados con la
producción intensiva.
Por
tanto, a nosotros nos parece fundamental establecer taxativamente la
imposibilidad de cambiar el uso de las tierras. Esto tiene que ver con el
compromiso que asumimos con todos los militantes y activistas ambientales que a
lo largo y ancho del país pelean todos los días por la defensa de nuestro monte
nativo. Nosotros nos comprometemos con ellos. Como decía nuestra
compañera miembro informante, nos comprometemos a cambiar el paradigma y a
llevar adelante políticas amigables con el medioambiente. Nos comprometemos a
avanzar en un nuevo modelo productivo que nos permita pensar que las nuevas
generaciones van a tener un mundo mejor para vivir. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Antes de seguir con la lista de
oradores, quiero hacer saber a los diputados y diputadas presentes –tanto de
manera presencial como remota‑ que nos acompañan jóvenes de varias
organizaciones ambientalistas de la sociedad civil que, siendo las 4 y 30 de la
mañana, están aquí en el recinto (Aplausos.).
Así que es bien merecido el aplauso.
Tiene
la palabra el señor diputado Danilo Adrián Flores, por La Rioja.
Sr. Flores (D.A.).- Señor presidente: mi provincia, La Rioja, es una de
las veintidós provincias argentinas que han sido afectadas por la ola de
incendios. De hecho, hasta hace unos pocos días todavía tenía focos activos.
Nadie
debería desconocer la desesperación, angustia y dolor que los incendios generan
en la comunidad de damnificados. No hay palabras para describir estas
desgracias. Ahora bien, del análisis de situación surgen muchos factores que
contribuyen a que esto se reitere año tras año. Una de las posibles causas es
la gran sequía que perdura en el tiempo y resulta recurrente en nuestro
territorio. Pero el factor que más incide es la acción del hombre que, intencional
o accidentalmente, inicia el fuego.
Lamentablemente, los estudios marcan que el 97 por
ciento de los incendios han sido provocados de manera intencional. Esto
evidencia no sólo la negligencia en el cuidado del ambiente sino también pone
de manifiesto acciones que atentan contra el patrimonio de las personas, de las
comunidades y de la naturaleza general, y expone, incluso, la vida de los
vecinos rurales o familias y del personal voluntario que acude a apagar eso
incendios. El fuego rompe el equilibrio ecológico de bosques y campos, modifica
el paisaje y provoca serios daños en los suelos, y es uno de los principales
agentes causantes de la erosión. Es así, colegas diputados y diputadas, que la
prevención y la lucha contra los incendios forestales resulta...
- Se interrumpe el audio.
Sr. Flores (D.A.).- ...que la gestión de los montes
nativos es el patrimonio que debemos preservar como un legado.
Señor
presidente: considero a esta iniciativa de modificar la ley 26.815 como una
herramienta preventiva necesaria, que establece consecuencias ante siniestros
producidos, ya sea por descuido o por la acción que persiguen intereses
económicos injustificables. Además, esta ley va a contribuir a visibilizar
políticas ambientales y nos invita a trabajar de manera eficiente en la
búsqueda de soluciones de fondo, no sólo paliativas, promover acciones hacia
una economía sustentable, protegiendo nuestro bosque nativo y la fauna que lo
habita.
No se
debe agotar la intencionalidad de la letra que regula el manejo del fuego.
Resulta a la postre inmoral permitir que, a costa de los perjuicios producidos
contra la propiedad privada, otros encuentren tierras fértiles para sus
negocios. Creo que es conveniente endurecer las penas por delitos que atentan
contra el patrimonio individual y/o colectivo en materia de tierras...
- Se interrumpe el audio.
Sr. Presidente (Massa).- Perdimos el audio del señor
diputado Danilo Flores.
Sr. Flores (D.A.).- Como decía, creo que es conveniente
endurecer las penas por los delitos que atentan contra el patrimonio individual
y/o colectivo en materia de tierras afectadas, porque los incendios son una
cuestión que nos atañe y no debemos subestimarlos.
Finalmente,
quiero destacar la sinergia del trabajo entre las instituciones provinciales y
el gobierno nacional. También quiero reconocer el trabajo de los bomberos y
rescatistas, quienes, poniendo en riesgo sus vidas, han dado todo de sí en el
cumplimiento de su labor.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora
diputada Fregonese, por Entre Ríos.
Sra. Fregonese.- Señor presidente: en primer lugar, me
gustaría decir que es muy llamativo que este proyecto de ley haya tenido un
único giro a la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente
Humano como si esta ley no fuera a afectar a la producción en nuestro país.
Quiero
señalar cuatro aspectos que indican las debilidades que tiene este proyecto de
ley que estamos tratando y que rechazamos en su tratamiento en comisión.
El
primero es que, ante todo, el proyecto parte de un prejuicio, porque supone que
los incendios son generados por los titulares de los predios de manera
intencional para proyectos especulativos, ya sean de agronegocios o
inmobiliarios. Esto lo aclara el autor, el diputado Máximo Kirchner, en la
fundamentación, cuando dice que no pretende diferenciar aquellos que son
provocados o accidentales. La realidad es que no hay un solo dato que avale la
fundamentación de este proyecto de ley. Si tomamos la información oficial
podemos demostrar lo contrario.
Los
incendios de los caldenales de La Pampa, generados por la gran sequía de los
años 2017 y 2018, con más de 310 focos, con más de un millón de hectáreas
afectadas. De las 1.700.000 hectáreas que se prendieron fuego en esos años,
¿sabe cuántas de esas hectáreas, de esos focos de incendio, fueron destinadas
al cambio de uso del suelo? Ni una de esas hectáreas. Esto no lo digo yo, lo
dice en INTA Anguil. Esto lo dicen los datos del Servicio Nacional de Manejo
del Fuego.
Ahora
bien, si hubiésemos tenido en cuenta todos estos datos, tal vez no estaríamos
discutiendo este proyecto de ley. Y lo mismo les puedo asegurar que va a pasar
con las 900.000 hectáreas incendiadas en lo que va del año. Pensar que 900.000
hectáreas que se quemaron durante este año son el resultado de un complot de
miles de productores para cambiar el uso del suelo es un disparate en un año de
sequía. Eso es desconocer al sector productivo.
En
segundo lugar, al contrario de lo que dijo la diputada miembro informante, el
proyecto no crea una mayor protección ambiental sino que, por el contrario, la
disminuye ‑bien lo dijo la diputada Austin‑ al establecer la
restricción al cambio del uso de bosques por sesenta años, cuando hoy lo están
a perpetuidad. La ley de bosques nativos establece un ordenamiento territorial
de los mismos que no puede volver atrás.
El
artículo 22 bis de la ley de manejo del fuego, ¿qué pretende cambiar? Reafirma
esto y las áreas naturales protegidas encuentran su total protección en la ley
de Parques Nacionales y en sus propias leyes de creación.
En
tercer lugar, para hacer cumplir la normativa vigente, para combatir en serio
el fuego, si lo queremos hacer, debemos tener en cuenta dos cosas: organismos
que funcionen y recursos. Lo cierto es que se han recortado los fondos para
esta temática. El presupuesto 2021 para el manejo del fuego, más el riesgo de
desastre, se redujo en un 50 por ciento, representa solamente un 0,04 por
ciento del total, muy por debajo del 0,06 por ciento del año 2019 e incluso del
0,057 por ciento del año 2020.
En
realidad, ¿qué significa esto? Que no están destinando recursos para esta
problemática y sin recursos la alerta temprana no funciona y menos la
mitigación del fuego.
Por
último, yo quiero decir que estamos viviendo una sequía histórica. Está el
fenómeno de La Niña y vamos a tener meses muy difíciles por delante, con
sequías y altas temperaturas. Esto es lo que deberíamos estar discutiendo hoy,
qué medidas adicionales y excepcionales vamos a tomar para prevenir esto que
está por llegar, qué vamos a hacer para mitigar el fuego y no este proyecto
inconducente, que sinceramente no va a solucionar absolutamente nada.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Mena, por Chubut.
Sr. Menna.- Señor presidente: estamos ante un
proyecto que tiene una incongruencia intrínseca.
Se
habló acá en realidad de una revolución ambiental a partir de este proyecto de
ley, como se ha dicho, por un lado, en materia de bosque nativo, de bosque
implantado, lo que implica una enorme regresión, es una verdadera
contrarrevolución.
Y en el
otro aspecto, en lo que es pastizales, explotaciones agropecuarias, es de una
absoluta desmesura que lo pone en el plano de la inconstitucionalidad. En
realidad, con todo eso lo que se quiere solapar, lo que se quiere disimular, es
la absoluta falta de gestión del Sistema Federal de Manejo del Fuego.
Se lo
ha dicho en el informe de mayoría: este año se quemaron 900.000 hectáreas en
veintidós de las veinticuatro provincias. Eso está demostrando el fracaso de
quien tiene la responsabilidad de gestionar ese sistema, es decir, el
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Actualmente,
el artículo 22 bis de la Ley de Manejo del Fuego, cuya modificación se
propicia, va de la mano de la ley de protección del bosque nativo, que
establece claramente que, en caso de incendio, esos bosques, esa tierra, queda
absolutamente indisponible a perpetuidad. En la modificación del artículo 22
bis, que está propiciando el dictamen de mayoría, se le está poniendo un límite
de sesenta años. Entonces ¿de qué revolución estamos hablando? Estamos pasando
de una restricción perpetua a una restricción temporal. Además, se está
eliminando de ese artículo 22 bis.
Acá se
ha hablado de la conmemoración de la militancia peronista y se está limpiando
del artículo 22 bis la referencia a la ley de la protección de la riqueza
forestal, que es una ley del peronismo, la ley 13.273, y, además, se está
avanzando sobre el sistema federal, porque hoy la definición del ordenamiento
territorial es una potestad de las provincias, y esta ley lo está disponiendo
por una atribución o una potestad que se está tomando este Congreso de la
Nación. Entonces, ninguna revolución.
Tampoco
es una revolución la que hace el Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible. No sé dónde estaba cuando se propuso el proyecto de presupuesto
para 2021, que fijó partidas por la mitad del monto del presupuesto vigente: de
441 millones de pesos se pasó a 282 millones de pesos.
Ese mal
manejo del fuego y esa despreocupación presupuestaria fueron salvados por la
advertencia de este interbloque, no por el esfuerzo del Poder Ejecutivo al
adjudicar fondos, siendo que, además, hace dos semanas se creó otro impuesto,
del 3 por mil sobre las pólizas de seguro.
Además,
dicho sea de paso, ese impuesto le va a competir al sistema de financiación,
que es de la misma fuente del Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios, también
necesario para combatir estos siniestros.
Entonces,
señor presidente, le vamos a dar la razón a la vicepresidenta de la Nación:
evidentemente, hay funcionarios que no funcionan. Ese es el problema; y no lo
va a resolver una ley porque vamos a seguir generando leyes y no tendremos
respuestas.
Por su
parte, en el artículo 22 quater propuesto hay un prejuicio ideológico,
un prejuicio contra la propiedad, contra la misma ruralidad, dado que se
plantea una restricción. Por supuesto que el derecho de propiedad, como
cualquier derecho, es restringible o reglamentable. Lo dice el artículo 14 de
la Constitución, pero también dice la Constitución, en su artículo 28, que esas
regulaciones legales no pueden llegar al punto de suprimir el derecho, a
desconocerlo absolutamente, y esto es lo que hace el artículo 22 quater
al establecer una sanción que no tiene en cuenta no solo la responsabilidad
sino, ni siquiera, la existencia de un acto.
Es
cierto que en materia ambiental hay responsabilidad objetiva ‑lo dice la
Ley General del Ambiente‑, pero no puede haber responsabilidad sin acto.
Tampoco lo permite el Código Civil. Y ambas leyes tienen en cuenta, además,
como eximente de responsabilidad, el caso fortuito y el hecho de terceros.
Con
esta norma absurda que se propone, incluso alguien quedaría expuesto al hecho
deliberado de un tercero que lo quisiera perjudicar y, de esa manera,
indisponer esa propiedad a perpetuidad.
Además,
se legisla con un criterio centralista, unitario, ya que, al indisponer todas
esas tierras, se afectan las autonomías provinciales; esto, cuando en muchas
provincias, como las patagónicas, desde hace 60 años se ha reconocido la
autonomía municipal, mucho antes de que lo incorporara la reforma
constitucional de 1994 en la Nación.
Esa
restricción impide que los municipios decidan por sí mismos sus planes de
desarrollo urbano. No sé realmente si quienes han preparado este proyecto de
ley conocen Carrenleufú, Corcovado, Lago Puelo y tantos otros municipios que
conviven con el bosque y con predios rurales que, potencialmente, forman parte
de su extensión o su expansión rural.
Ya
finalizo, señor presidente. Le aclaro que algunos de los oradores se excedieron
5 minutos.
Sr. Presidente (Massa).- Sí, por ejemplo el presidente de su
interbloque. Si quiere, le muestro la lista de todos los que se excedieron en
el uso de la palabra.
Sr. Menna.- Permítame terminar.
Sr. Presidente (Massa).- La idea es que todos respetemos el tiempo
asignado.
Sr. Menna.- Quiero decirle que la diputada Sapag ha hecho esta
misma advertencia por escrito en la comisión, y la comisión no se ha hecho
cargo de considerarla. Ella dijo que de esta manera no se tenían en cuenta las
realidades de varias ciudades de la provincia de Neuquén, cuyos ejidos
municipales se encuentran inmersos en bosques o rodeados de ellos. En otra
parte la diputada mencionó que esto genera una colisión con normas provinciales
y municipales, lo que afectaba el principio de autonomía garantizado en la
Constitución.
Señor
presidente: si se aprueba este proyecto, se habrá herido no solo la autonomía
que estoy mencionando, sino también los principios de progresividad y de no
regresividad del derecho ambiental. Además, se están desprotegiendo y
desconociendo los términos del Acuerdo de Escazú que votamos hace escasas tres
semanas.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el diputado Carlos
Gutiérrez, por Córdoba.
Sr. Gutiérrez (C.A).- Señor presidente: sin duda, hemos tenido un
año muy difícil también en materia de incendios en la República Argentina.
Cuando
esto ocurre, es más que lógico que nos preguntemos ‑son preocupaciones
recurrentes‑ en qué estamos fallando y si el problema se resolvería con
una ampliación del presupuesto que permitiera adquirir equipamiento moderno, de
avanzada, o con una legislación más dura. Sabemos que la mano del hombre,
pasiva o intencional, provoca la mayoría de los fenómenos.
Ni
revolución ni contrarrevolución. Lo que rara vez hacemos es tomar nota de todo
lo que constituye nuestro saber universal en esta materia del fuego. Poco
hablamos de la gestión del fuego, de la biomasa que, como elemento combustible,
se va acumulando para dispararse explosivamente en forma de incendios, sobre
todo cuando concurren las consecuencias del cambio climático, como las grandes
sequías que aquí se han mencionado, el aumento de la temperatura, etcétera.
Debemos
asumir una realidad tan sorprendente como cierta. Mientras se ampliaban año a
año los recursos en extinción y se apagaba más eficazmente el 80 o el 90 por
ciento de los fuegos habituales, el problema, en vez de disminuir ‑por
inverosímil que parezca‑, tendía a aumentar. Es decir que, si no
entendemos que de lo que se trata es de gestionar el territorio ‑a veces,
con intervenciones livianamente rechazadas por una visión sesgada de lo
ambiental y su cuidado‑, poco podrán hacer más aviones, más brigadas
forestales, más bomberos voluntarios. Ninguno de estos elementos ha faltado en
Córdoba, por ejemplo.
En
efecto, en este combate no nos han faltado ni los aviones adecuados ‑algunos
incluso únicos en sus características en la Argentina‑ ni los bomberos ni
ayuda de parte de la Nación. Sin embargo, aquí, de manera mentirosa, se ha
afirmado que la ayuda no fue pedida o que llegó con retardo a Córdoba; la ayuda
fue solicitada oportunamente y fue enviada en el momento adecuado.
Sí
debemos seguir trabajando en la confección de mapas de riesgo, región por
región, tal como tenemos en nuestra provincia, en Sierra Chica, gracias a una
experiencia piloto que reúne a la CONAE, a las universidades y a los
movimientos ambientales. Este sí es un elemento estratégico.
Consideramos
que este es un proyecto bien intencionado; por eso lo vamos a votar en general.
Pero no es suficiente, porque se basa excluyentemente en los aspectos
represivos de una de las causales de este fenómeno.
En
cuanto al proyecto específicamente, es cierto que corresponde a la Nación fijar
los principios mínimos de protección, pero también es cierto que compete a las
provincias adoptar las medidas necesarias para complementar las nacionales sin
que las que fije la Nación alteren las dispuestas por las jurisdicciones
locales. Es decir, los contenidos mínimos escapan a la competencia provincial
porque son propios del Estado federal, y las normas complementarias de
competencia provincial pueden maximizar esos mínimos; es decir, no pueden
regular por debajo de ese mínimo fijado por la Nación.
En
cumplimiento del último párrafo del artículo 41 de la Constitución Nacional, la
Nación dictó la ley 25.675, que establece los presupuestos mínimos de
protección ambiental, que luego serán complementados por normas locales, que
pueden aumentar la tutela ambiental en el ámbito de las distintas
jurisdicciones. Así también lo establece la ley 26.331, sobre Protección
Ambiental de los Bosques Nativos. La autoridad de aplicación será el organismo
que las provincias determinen para actuar en el ámbito de cada jurisdicción.
La
provincia de Córdoba sancionó en 2010 la ley 9814 que, además de los
presupuestos mínimos, estableció los criterios para la conservación,
recuperación y aprovechamiento sostenible de los bosques nativos. En las tres
categorías que prevé la ley deja sentada la exclusión de aquellos bosques
nativos que hayan sido sometidos con anterioridad a un cambio en el uso del
suelo. Tenemos que decirlo con todas las letras: en nuestra provincia de
Córdoba nos regimos por una legislación más abarcadora que la del presente
proyecto, en cuanto prohíbe el cambio del uso del suelo y desmonte a
perpetuidad.
Respecto
de la ley 26.815, sobre Sistema Nacional del Manejo del Fuego, en su artículo
14 expresa que las jurisdicciones locales procederán a reglamentar el uso del
fuego de acuerdo a las características de la zona, el nivel de peligro,
etcétera. Pero en la provincia de Córdoba disponemos la prohibición del uso del
fuego en el ámbito rural y/o forestal, y contemplamos que la autoridad de
aplicación deberá realizar la evaluación del daño y aplicará un plan de
recuperación de suelos y/o reforestación, si así correspondiere.
Por eso
nosotros entendemos que, en principio, las cuestiones que busca regular el
proyecto en tratamiento las tenemos contempladas en la legislación provincial.
Vuelvo a decir que este proyecto tiene buenas intenciones, pero nosotros lo
vamos a acompañar en general y pido que quede planteada la abstención del
bloque Córdoba Federal en lo que hace al artículo 22 quater, porque se omite analizar el criterio para disponer la
prohibición por treinta años.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Sapag,
por Neuquén.
Sra. Sapag.- Señor presidente: con mucha preocupación he enviado
una nota a usted y al resto de los legisladores. Sin lugar a dudas, ha sido muy
preocupante la situación que atravesó la Argentina respecto de los incendios
forestales. Todos hemos visto con gran pesar las miles y miles de hectáreas devastadas
por el fuego. También fuimos testigos del enorme esfuerzo de las provincias
afectadas para aplacarlo y el trabajo incansable de las brigadas ante el avance
de las llamas.
Estas
tareas, que implicaron el compromiso de la Nación junto a las provincias ante
la amenaza de la certificación, se desarrollaron de acuerdo a criterios
ambientales a los que nuestro país ha adherido con anterioridad, evitando así
potenciales colisiones con otras normas nacionales y con la legislación de las
provincias al respecto.
Sin
embargo, el presente proyecto que estamos tratando desatiende la normativa
nacional vigente y avasalla las legislaciones provinciales.
En la
provincia del Neuquén, tanto desde el Poder Ejecutivo como de los distintos
gobiernos municipales consideramos que no corresponde técnicamente establecer
la prohibición en términos temporales relativa a años respecto del uso y
destino de áreas naturales afectadas por el fuego. En cambio, entendemos que lo
que corresponde es establecerlo de acuerdo a un criterio netamente ambiental,
estimando los plazos sobre la base de la tasa de recuperación del ambiente
dañado. Porque es esa la forma en que se mide el impacto sobre un ecosistema
dañado. Un bosque puede demorar varios años en recuperarse, pero un pastizal lo
hace de un año para el otro.
Señor
presidente: lo que estamos postulando desde mi provincia no es algo arbitrario
sino el señalamiento sobre la necesidad de dar cumplimiento a la legislación
vigente, pues todo lo expuesto ya está dispuesto en la ley 26.331, de
Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos como parte
del plan nacional de restauración. Las áreas alcanzadas por esta ley están
delimitadas y establecidas taxativamente si el incendio se produce en zona
alcanzada por ella. Es esta ley la que debe aplicarse sea cual fuere la
jurisdicción, dado que si bien cada provincia elabora su ley de adhesión, tiene
que atenerse a lo establecido en aquella.
Pero no
es solo la Ley de Presupuestos Mínimos lo que se está ignorando con el presente
dictamen, sino también la Ley General de Ambiente -número 25.675-, que hace
referencia a la obligación de recomponer y recuperar las áreas afectadas por el
fuego. El presente proyecto nada dice al respecto. Por ello, resulta
incomprensible que no exista un artículo exigiéndolo ni un glosario que defina
los distintos tipos de daños causados para una posible gestión sustentable y
adecuada del ambiente.
El
dictamen que se pretende aprobar hoy, determina que toda zona donde hay bosque
deberá permanecer siendo bosque, prohibiendo cualquier cambio en el uso del
suelo. Esta determinación afecta en forma negativa los derechos de los
habitantes de varias ciudades de la provincia del Neuquén -Villa La Angostura,
San Martín de Los Andes, Villa Pehuenia, Moquehue, Villa Traful, Villa Caviahue
y podría nombrar otras tantas que están inmersas en los bosques- y del resto de
las provincias argentinas cuyos ejidos municipales se encuentran rodeados de
bosques.
Según
el proyecto, ante un incendio accidental, el propietario de un campo no solo
debe lidiar con las pérdidas ocasionadas por la naturaleza, sino que no puede
disponer del uso del suelo para otra actividad productiva que pudiera cubrir
las pérdidas ocasionadas por el fuego. Sin duda alguna representa un avasallamiento
al derecho de propiedad privada.
Parece
que el proyecto desoye que ninguna norma de carácter nacional ambiental puede
restringir ni alterar las facultades no delegadas por las provincias en la
Nación, y aunque puede limitar el ejercicio de cualquier actividad en pos de la
protección ambiental, no puede restringir el uso del suelo ni mucho menos dejar
abierta la puerta a expropiaciones a diferentes titulares en virtud de la
restricción del uso que se pretende normativizar.
Hay
varios artículos del dictamen que inducen a una colisión con las normas
provinciales y municipales, afectando el principio de autonomía garantizado por
la Constitución Nacional.
La
provincia del Neuquén cuenta con una gran extensión de su territorio cubierto
por bosques. Por eso, para nosotros es muy importante frenar las quemas
indiscriminadas de distintas partes del territorio nacional. Pero toda acción
debe realizarse de acuerdo a lo normado en la ley 26.331 y a los parámetros de
nuestro país sobre la protección medioambiental, resguardando las facultades y
derechos de las provincias y municipios de acuerdo con la Constitución
Nacional.
Creo
firmemente que un país crece con seguridad y previsibilidad jurídica. Este
proyecto no cumple con ninguna de estas premisas, y por eso no voy a
acompañarlo con mi voto. Quiero pedirles y rogarles por favor que no avasallen
las autonomías municipales y provinciales. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Del
Caño, por Buenos Aires.
Sr. Del Caño.- Señor presidente: como ya lo dijeron diputados y
diputadas que me antecedieron en el uso de la palabra, el proyecto que hoy
estamos discutiendo lo debatimos en el marco de una situación muy crítica de
nuestro país. Solamente este año se desataron crímenes ambientales en 14
provincias. Por supuesto, se dio con mayor gravedad en las sierras de Córdoba,
en los humedales del Delta del Paraná y en otros lugares, y trajeron un enorme
perjuicio para esos territorios con una destrucción avanzada para las
comunidades que allí habitan.
Esta
iniciativa se presenta en el marco de un permanente avance de los desmontes, de
la contaminación con agrotóxicos, proyectos de la megaminería y el fracking.
Considero que este nuevo acuerdo con China para avanzar en la instalación de megafactorías
porcinas generadoras de pandemias también es una profundización de este modelo
que se viene sosteniendo por distintos gobiernos. Me refiero al modelo de
saqueo de los años 90, sumado a la contaminación del agronegocio y del
extractivismo. Es un modelo que beneficia, por supuesto, a la especulación
inmobiliaria.
Pero
esta discusión se presenta en el marco de un análisis que se estaba dando en la
comisión donde se debatía la Ley de Humedales. Es decir que, mientras el fuego
estaba arrasando todo, se debatía y exponían distintos especialistas,
organizaciones socioambientales, diputadas y diputados. Se estaban tratando
quince proyectos de distintos bloques; entre ellos, el que presentamos desde el
Frente de Izquierda.
La verdad
es que nosotros reclamamos que se retome ese debate, que quedó en la nada.
Muchas organizaciones especialistas también están reclamando que se avance con
la Ley de Humedales.
En
relación con el proyecto en tratamiento, como lo han señalado varios especialistas
y luchadoras y luchadores socioambientales, quiero decir que se proponen
modificaciones a la Ley de Manejo del Fuego -que en realidad ya existen en las
leyes nacionales- para proteger, conservar y hasta restaurar superficies
incendiadas.
El problema
acuciante hoy es que efectivamente se cumpla con lo dispuesto en la Ley de
Bosques y en la Ley de Manejo del Fuego y, sobre todo, que haya presupuesto. El
problema es que no hay presupuesto para que estas leyes se cumplan.
También
quiero decir que el ministro Cabandié señaló que desde la sanción de la Ley de
Bosques se han deforestado 2,8 millones de hectáreas, y sostuvo que entonces
hay elementos que debemos poner en discusión para preservar los bosques
nativos, sin olvidarnos de los aspectos productivos. El ministro está
planteando modificar la ley, pero no se cuestiona el histórico
desfinanciamiento.
Entonces,
además de señalar esto, queremos decir que es muy importante el tema
presupuestario y también una participación decidida de todos quienes defienden
el medio ambiente; entre ellos, académicos y organizaciones sociales y
medioambientales. Creemos que ese debe ser uno de los puntos más importantes.
Para ir terminando, también quiero señalar que
en la provincia del Chubut ahora mismo hay miles y miles de ciudadanos que
están rechazando el avance de la megaminería por parte del gobernador Arcioni
quien, además, envió a los grupos especiales de la policía a detener en su casa
a los activistas de las asambleas que reclaman contra la megaminería.
Quiero
decir que acompañamos a ese pueblo, a esos miles y miles de ciudadanos
chubutenses que hoy están reclamando contra el avance de la megaminería en esa
provincia.
Por
último, quiero manifestar que vamos a acompañar esta ley críticamente. Hemos
recibido esa recomendación por parte de distintas organizaciones
socioambientales y de varias personalidades. Pero lejos está esto de ser un
apoyo a la política de un gobierno que claramente avanza con el extractivismo,
el agronegocio y el saqueo de nuestros recursos naturales.
Que
quede claro: desde el Frente de Izquierda vamos a estar codo a codo con todas
esas organizaciones, peleando en las calles y en otros ámbitos. Esa es la
manera en la que, por ejemplo, en la provincia de Mendoza, se ha logrado, con
miles y miles de personas en las calles, derrotar el intento de modificar la
ley 7722, sobre prohibición del uso de sustancias tóxicas en la megaminería.
Eso es
todo lo que quería plantear.
Sr. Presidente (Massa).- Antes de dar la palabra a la señora diputada
Del Plá como última oradora para los discursos de bloque, quiero señalar que
hay una iniciativa vinculada con la lista de oradores individuales, previa a
los discursos de cierre.
Entendiendo
lo avanzado de la hora, que falta considerar el proyecto conocido como Ley
Yolanda y que hay gente que está acompañándonos desde muy temprano en el
recinto a la espera del tratamiento de estos dos temas, se propone bajar de 5 a
3 minutos el tiempo de los oradores individuales.
Se va a
votar esa propuesta.
-
Resulta
afirmativa.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Austin: veo que estaba
distraída.
Quiero
decirle que se acaba de aprobar una propuesta que la gran mayoría de sus
compañeros avaló mediante el voto por signos, tanto en forma presencial como
remota, en el sentido de bajar de 5 a 3 minutos el tiempo de exposición de los
oradores individuales, dado lo avanzado de la hora.
¿Avala
usted también esta propuesta?
Sra. Austin.- Sí, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Del
Plá, por Buenos Aires.
Sra. Del Plá.- Señor presidente: como evidentemente las cuestiones
no están separadas unas de otras, en primer lugar quiero enmarcar qué estamos
discutiendo.
Se está
debatiendo la modificación parcial de una ley. No estamos en presencia de
ninguna revolución ni de ningún un cambio de paradigma. Estamos solamente en
presencia de la modificación de unos artículos de la Ley de Manejo del Fuego.
Digo esto para que no se exageren las cosas. Si no, en la medida en que se dicen
cosas grandilocuentes, cuando la evidencia demuestra lo contrario la caída es
mucho más abrupta. Entonces, pido que tengamos un poquito de control en cuanto
a los objetivos, incluso para no caer en el ridículo.
En
segundo lugar, como las cuestiones no pueden ir separadas, efectivamente no
podemos aislar el tema de qué se hace con las tierras que han sido incendiadas
–y, por supuesto, prohibir que sean cambiados sus usos en relación con los que
tenían previamente- de las causas de esos incendios y también de otras
prácticas de depredación del ambiente, tanto a nivel internacional como en
nuestro país.
Las
causas de la depredación del ambiente no son otras que el modo de producción
capitalista, que no puede sino desenvolver su actividad a costa de una modificación
del ambiente en términos negativos. Creo que esto tiene que ser claro, porque
solamente una organización económica y social que no persiga la ganancia
individual de los capitalistas puede permitir justamente que haya una relación
y un uso amigables de los recursos. Si está de por medio la ganancia, la
depredación va a estar primero. Por eso, los países imperialistas no quieren
reducir sus emisiones de gases, no quieren modificar nada de su forma de
producir, y en los países como los nuestros no es que se emiten menos gases
porque haya una decisión de la organización económica y social, sino todo lo
contrario: es así porque prácticamente no tenemos industrias. Pero después,
todo lo que se puede depredar, se depreda.
Entonces
este es su primer problema, porque hace apenas un ratito se votó una ley que
refuerza el fracking, mecanismo de explotación de los recursos y
depredador del ambiente, si los hay. Digo esto para que nos ubiquemos un
poquito y pongamos las cosas en su verdadera dimensión.
Por
otro lado, hace dos días, en la reunión conjunta de las comisiones de Educación
y de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano hablábamos de un
proyecto de ley de educación ambiental. Yo decía: “¡Bárbaro! Avancemos en la
ley de educación ambiental.” Ya lo venimos haciendo.
-
Ocupa
la Presidencia el señor presidente de la Comisión de Previsión y Seguridad
Social, contador Marcelo Pablo Casaretto.
Sra. Del Plá.- Ahora bien, tenemos que ser coherentes: no les
podemos enseñar a los estudiantes que hay que cuidar el ambiente, mientras al
lado tenemos al CEAMSE que contamina; a Klaukol, que tira silicio al aire y lo
respiramos todos; el acuerdo de la Cancillería con China para la megafactoría
de cerdos, que es recontra contaminante, y podría seguir nombrando otros
ejemplos. Entonces, en este sentido, debemos poner cada cosa en su lugar.
Yendo al tema de los incendios, que es algo
impresionante, acá algunos insisten -y lo hacían también en las comisiones- en
que se producen solos. Sucede que justo en algunos lugares cae una cantidad de
rayos tan impresionante, que me pregunto: ya que está el turismo cuestionado y
dicen que el boom de esta época van a ser los geoparques, si esto es
como dicen, pongamos entonces un nuevo emprendimiento de inmediato para
observar esas caídas de rayos que se producen justo en la misma zona. Es un
fenómeno mundial único, fantástico, impresionante. Como sabemos que esto no es
así y que los incendios son intencionales en su enorme mayoría, terminemos con
las pavadas y vayamos a los problemas de fondo. Acá existe una gran cantidad de leyes que están vigentes, pero no se
cumplen. Ese es el problema.
Quiero mencionar que esta iniciativa tiene numerosas
limitaciones. De todos modos, la acompañaremos, pero no sin marcar todos estos
límites y dar el debate correspondiente.
Imagínense a
nuestros compañeros de Córdoba, por ejemplo, que están tirándose con todo. Tal
como manifiesta mi asesora, efectivamente, nuestros compañeros de Córdoba
dicen: “Esto no va a ningún lado, porque estamos en un problemón, con todo
incendiado”.
Ni hablar de
nuestros compañeros de Rosario y alrededores, quienes señalan que en las islas
no se puede respirar por el avance de la explotación ganadera. La sojización de
la pampa ha extendido la frontera ganadera y, para llevar ese ganado, hay que
incendiar las islas para meterlo a pastorear. No hay otra explicación, y los
gobiernos no hacen absolutamente nada para evitarlo; al contrario, son
cómplices.
Quiero marcar que el oficialismo, como lo hizo antes el
exoficialismo, habla del ambiente y se agarra la cabeza, pero gobierna la
enorme mayoría de las provincias desde hace décadas. ¡Son sus gobernadores los
que autorizan el cambio del uso del suelo de los bosques nativos! No son otros.
Entonces, aprobemos esta iniciativa, pero a ver si a los
gobernadores de Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Salta y Jujuy -por
mencionar solo a algunos-, alguien les pone el freno para que terminen de
sostener y proteger los negociados inmobiliarios y los avances de la frontera
de la soja con agrotóxicos.
Tal como denuncié respecto de la educación ambiental,
considero que mal va a haber educación en este sentido si se permite que las
empresas que realizan los negociados con la contaminación del ambiente -léanse
Monsanto, Syngenta, Barrick Gold y puedo seguir nombrando- terminan financiando
a las universidades que luego realizarán los estudios de impacto ambiental.
¿Cómo les parece que van a salir los estudios de impacto ambiental? Después
dicen que en Jáchal está todo bárbaro, y no se puede tomar el agua. ¡Así no!
Entonces, cada cosa en su lugar.
Acompañaremos esta iniciativa, pero coincidimos en que el
problema después es que se cumpla, y eso lo tienen que hacer quienes están en
el gobierno. Tenemos que obligarlos a concretarlo a través de la movilización
independiente de las organizaciones ambientales.
Cabe mencionar que la cooptación de las organizaciones
ambientales por parte del gobierno solo sirve para frenar los reclamos y
terminar diciendo que puede haber una minería contaminante amigable con el
ambiente. Eso hemos escuchado decir al ministro de Ambiente de la Nación.
¡Increíble! ¡Al servicio de la cámara minera! ¡Impresionante! Entonces, cada
cosa en su lugar.
Vamos a acompañar esta iniciativa, pero reitero que con
esto no resuelven nada; no están haciendo ninguna revolución. ¡Hagan cumplir
las leyes y que los gobiernos de su partido dejen de ser cómplices de la
contaminación del ambiente y la depredación del lugar donde todos, todas y
todes tenemos que vivir!
Sr. Presidente (Casaretto).-
Comenzamos el bloque de oradores individuales.
Tiene la palabra el señor diputado Carnaghi, por el
Neuquén.
Sr. Carnaghi.- Señor
presidente: quiero referirme a las objeciones que presentó por nota el ministro
de Producción e Industria de la provincia del Neuquén, ingeniero López Raggi,
respecto de la sanción de esta iniciativa. Entiendo que, paradójicamente, su
argumento es lo que le da la razón a esta iniciativa.
Voy a comentarlo sintéticamente, porque me piden realizar
la exposición en apenas tres minutos. Se planteó que la evaluación del impacto
tiene que ser técnica, sin tener en cuenta la cuestión económica ni otros
factores vinculados con el manejo de los incendios ni las intenciones que hay
atrás de ellos. O sea que luego de estos incendios se abre la puerta a la
especulación. Considero que esta norma llega para establecer un freno claro y
expeditivo a esas intenciones.
Por otro lado, planteó el tema de las autonomías
municipales. Según el ministro, esta determinación puede afectar en forma
negativa los intereses y derechos de los habitantes de varias ciudades de la
provincia del Neuquén, cuyos ejidos municipales se encuentran inmersos o
rodeados de bosques.
En casos como los de Villa La Angostura, San Martín de los
Andes, Villa Pehuenia, Moquehue o Villa Traful, la prohibición de cualquier
modificación y/o desarrollo dentro del ejido atentaría entonces contra los
intereses y el normal desarrollo de esas localidades.
Lo que sucede -y se lo quiero recordar al ministro‑
es que en el caso de la zona de la cordillera, a fines del período anterior, en
2019, existió la intención, impulsada por el ministro que hoy defiende las
autonomías municipales, de modificar sin tratamiento en comisión, en un trámite
exprés en la Legislatura, la Ley de Bosques, que generaba una zonificación de
intangibilidad, fundamentalmente en Villa La Angostura y en San Martín de los
Andes; en este último caso, en la zona del centro de esquí de Chapelco, para
posibilitar el loteo de 140 hectáreas que están dentro de ese centro.
Fue necesaria una movilización de actores locales,
concejales, el defensor del pueblo, comunidades mapuches, asambleas
socio-ambientales. Cabe hacer referencia que no se tuvo en cuenta, en el tema
de las comunidades mapuches, el consentimiento previo, libre e informado que es
necesario para modificar todo lo que se haga o impacte en su territorio.
Se necesitó esa movilización para detener la intención de
modificar la categorización de los bosques nativos para generar loteos,
obviamente dirigidos a sectores de grandes ingresos. O sea que el gobierno de
la provincia del Neuquén no puede hacer ese planteo con respecto a esta
iniciativa. Las comunidades que se organizan son las que definen qué hacer con
su territorio, y las comunidades locales son las que defienden los intereses de
su territorio.
Por ello, esta iniciativa, lejos de generar un
inconveniente, crea una nueva herramienta para esas comunidades en defensa de
su territorio.
Quiero aprovechar para hacer un reconocimiento a los
brigadistas de incendios, tanto de Parques como del manejo del fuego, que hoy
están trabajando junto al Poder Ejecutivo nacional, con el ministro de Ambiente
y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, para su capacitación y para lograr la
estabilidad en su trabajo. Son ellos los que nos defienden de los incendios y
también tienen las tareas de restaurar estas zonas.
Por todo esto, entiendo que esta norma es una herramienta
útil y necesaria que hay que acompañar.
Sr. Presidente (Casaretto).-
Tiene la palabra el señor diputado Zamarbide, por Mendoza.
Sr. Zamarbide.- Señor
presidente: casi un millón de hectáreas se incendiaron este año en nuestro país
y se nos convoca a acompañar este proyecto para prevenir futuras situaciones
similares, preservando esta forma de ecosistemas en peligro.
Sin embargo, debemos advertir que hay una falta de relación
entre los objetivos del proyecto o entre su título y lo que se propone. Ya
tenemos leyes que limitan la posibilidad de rezonificar la gran mayoría de la
superficie afectada por incendios.
En primer lugar, lo prohíbe la Ley de Bosques Nativos. Les recuerdo a todos que es obligación del
Congreso observar el principio de no regresión en materia de protección
ambiental, que está consagrado en la Ley General del Ambiente, 25.675. Además,
tenemos las leyes de áreas naturales protegidas, que establecen -entre otras
cosas- la protección a perpetuidad de los bosques nativos y las áreas naturales
protegidas de la Argentina.
Una de las principales demandas de la sociedad y de las
autoridades locales, durante los incendios de estos meses en quince provincias
del país, era la falta de recursos humanos y materiales para hacerles frente.
Me parece que nosotros no tenemos que perder el foco. El
problema en la Argentina, en materia de combate de los incendios y, en general,
en materia ambiental, es de gestión mucho más que de legislación. Las consecuencias del
cambio climático llegaron, son severas y creo que no les damos la importancia
que realmente tienen. De lo contrario, no estaríamos planteando la modificación
de una ley porque aparentemente es un título bonito, porque nos interesa el flyer, pero sin preocuparnos por la aplicación concreta de la norma. En
este sentido, la modificación no da respuestas y, contrariamente a lo que se
está diciendo, en 2021 se redujeron las partidas presupuestarias para combatir
los incendios.
A
continuación quiero dar algunos datos, porque en definitiva se trata de dejar
por un rato el relato de lo que queremos construir en materia discursiva y
empezar a ocuparnos de la realidad. De 441 millones de pesos destinados en 2020
al Servicio Nacional de Manejo del Fuego pasamos a 282 millones proyectados
para 2021. Además, el porcentaje destinado el manejo del fuego más los riesgos
de desastres pasó del 0,06 por ciento del presupuesto nacional, en términos
totales de 2019, al 0,04 por ciento. Es decir, se trata de una disminución más
que significativa en el presupuesto nacional.
Un
diputado preopinante se refirió al descuido o a la intencionalidad de los
propietarios de los campos. Sinceramente, si bien muchos de los incendios
forestales son intencionales, no todos lo son y no puede criminalizarse a los
propietarios que, en muchos casos, fueron víctimas de esas situaciones y no las
han provocado.
En
2017-2018, tuvimos la temporada de incendios más grave registrada en la
historia de la provincia de Mendoza. Puedo asegurarles que la gran mayoría de
propietarios de campos de secano fueron víctimas de los incendios; muchos de
ellos son beneficiarios de la Ley de Bosques Nativos y hacen una aplicación
racional del dinero que reciben para la conservación de los suelos y para
preservar los servicios ambientales que prestan esos campos.
Antes de finalizar mi exposición
quisiera aclarar que hemos presentado una importante cantidad de pedidos de
informes referidos a la implementación de la Ley de Bosques y a los desmontes
ilegales, que parece que fue la única actividad que creció durante la
cuarentena.
En tal
sentido, los desmontes ilegales en la Argentina -y tomo la palabra de algunos
diputados preopinantes‑ se llevaron a cabo no solo con una intensidad
alarmante, sino bajo el amparo de gobernadores que pertenecen al mismo equipo
del gobierno nacional. Realmente esto es llamativo e, insisto, en nuestro país
no tenemos un problema de legislación. Por lo tanto, trabajaremos en lo que
falta, que puntualmente es la Ley de Humedales, el próximo desafío que tenemos,
pero el principal problema es de gestión.
En mi
opinión, el Congreso debe honrar a quienes nos han precedido con leyes
ambientales que han sido señeras, como la Ley General del Ambiente, la Ley de
Bosques Nativos y la Ley de Glaciares. Para eso, debemos trabajar en leyes de
fondo y no vender humo para la tribuna, cambiando un poquito alguna cosa para
que, en definitiva, nada cambie. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (Casaretto).- Tiene la palabra el
señor diputado Ponce, por San Luis.
Sr. Ponce.- Señor presidente: en
primer lugar, debemos celebrar este tratamiento que se vincula con la ley
26.815, de Manejo del Fuego, ya que es de público conocimiento lo que sucede en
nuestro territorio nacional en relación con los incendios forestales.
Si bien ya
lo han mencionado algunos otros diputados y diputadas preopinantes, quisiera resaltar
que en lo que va del año en nuestro país se han quemado más de 900.000
hectáreas, lo que afectó a más de la mitad de las provincias argentinas, y
100.000 de esas hectáreas corresponden a mi querida provincia de San Luis.
Un
incendio forestal afecta a todo el ecosistema, a nuestros bosques nativos, a
nuestros animales, a nuestros ríos e impacta de lleno en nuestro medio
ambiente. La situación no solamente es grave porque se queman árboles o mueren
animales, sino porque ambos cumplen un rol esencial en el ecosistema.
Seguramente,
si nos ponemos en el lugar del otro sentiremos la desesperanza que significa
ver un campo arrasado por el fuego, sabiendo que miles de animales han muerto
carbonizados o asfixiados. Solo desde ese lugar podremos interpretar que esta
ley tiende a desalentar a todos aquellos que intencionalmente buscan concretar
un negocio a costa de tanto sacrificio.
Señor
presidente: este proyecto significa una esperanza para todas aquellas familias
que viven de la economía familiar y un manto protector para la flora y fauna de
nuestro territorio, pero también significa valorar el esfuerzo de 44.000
bomberos y bomberas voluntarios que arriesgan sus vidas al acudir a los
siniestros para proteger la vida y los bienes de la comunidad. Por eso, quiero
homenajear a todos ellos, y en especial, a las treinta y dos dotaciones de
bomberos de mi provincia.
En la
Argentina se necesitan leyes integradoras que permitan generar un pacto entre
el progreso y el medio ambiente. En ese sentido, debemos trabajar para que las
normativas no se conviertan en una ley muerta que no se aplique o, peor aún,
que se conviertan en leyes que no sancionen a quienes hacen tanto daño. Nuestra
Carta Magna, en su artículo 41, establece que todos los ciudadanos tienen
derecho a vivir en un ambiente sano.
Para
finalizar, quiero expresar mi preocupación porque en este recinto se sigue
profundizando la grieta, mediante discursos virulentos e improperios.
Por otro
lado, me alegra profundamente y debo reconocer la postura de nuestro presidente
de bloque, Máximo Kirchner, quien no cayó en las provocaciones, sino que tuvo
un mensaje de conciliación y de esperanza con el que coincido plenamente.
En este
momento, nuestros hermanos y hermanas argentinos esperan que nos pongamos de acuerdo.
No son tiempos de peleas. Dejemos de lado nuestras especulaciones políticas,
intereses personales o posicionamientos electorales, que llegarán en su
momento; todavía falta, no nos apresuremos.
Es tiempo
de trabajar unidos por el bien común, por nuestro medio ambiente y por todas y
todos los argentinos. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (Casaretto).- Tiene la palabra el señor diputado Estévez, por Santa Fe.
Sr.
Estévez.- Señor presidente: lamento interrumpir la dulzura revolucionaria. (Aplausos.) Quédense tranquilos que voy
a votar a favor. (Aplausos.)
Desde el
bloque socialista vamos a acompañar este proyecto porque estamos de acuerdo con
su espíritu. Sin embargo, justamente en el Día de la Militancia –aprovecho la
oportunidad para saludar a los compañeros y compañeras- y en defensa de la
política, considero que debemos dar los debates de manera seria. De lo
contrario, las frustraciones son peores y las cabezas se quiebran cuando uno
pasa de los discursos a la realidad.
Los países
que lograron realmente respetar el medio ambiente lo hicieron en procesos que
llevaron décadas, junto con transformaciones culturales y quizás con las más
difíciles, que son las transformaciones productivas.
Uno de los
argumentos para votar hoy el proyecto del impuesto extraordinario, que esbozó
un importante referente del oficialismo a quien respeto, fue que el 25 por
ciento de lo que se recaude se iba a destinar a la exploración de pozos de gas,
porque necesitamos que ingresen divisas. Entonces -y digo esto por los chicos y
las chicas que están en las galerías-, es muy difícil que podamos cambiar la
realidad con voluntarismo. Soy
de la ciudad de Rosario, y ayer, cuando viajaba para acá, desde la autopista se
veían 300 kilómetros ininterrumpidos de incendios en las islas.
Eso lo
sabe todo el mundo y no hay una sola causa judicial seria. No hay un solo
programa de reconversión productiva de lo que está arriba de los humedales.
Entonces,
señor presidente, ojalá pudiéramos cambiar la realidad únicamente con
discursos. Ojalá pudiéramos modificar la realidad con leyes que son importantes
pero que quedan en letra muerta, porque lamentablemente la Argentina tiene un
Estado que justamente está en una situación que no le permite garantizar los derechos
que nosotros establecemos en este Parlamento.
Esta es
una realidad. No tiene que ver con una buena o mala voluntad del presidente o
presidenta de turno o del ministro o ministra de turno. Los números son
contundentes. Yo lo dije cuando tratamos el presupuesto. El presupuesto del
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, asignado para la provincia de
Santa Fe, para todo el año 2021, es de 4 millones de pesos. Hoy alguien dijo
que una camioneta cuesta 4 millones de pesos. Realmente, no es serio.
Creo
que tenemos que hacer el intento de empezar a avanzar paulatinamente, con pasos
cortos, pero que sean serios y realistas.
Sé que
está la voluntad de avanzar en el debate de la Ley de Humedales. Obviamente que
voy a votar cualquier texto que se proponga porque quiero que haya una Ley de
Humedales en este país, pero también voy a denunciar acá si esa norma solamente
tiene el título como defensa de los humedales en la Argentina. Porque de eso sí
que no voy a ser cómplice. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Casaretto).- Tiene la palabra la señora diputada
Ruarte, por Córdoba.
Sra. Ruarte.- Señor presidente: este año, en la provincia de
Córdoba se ha producido el mayor desastre ecológico a causa de la cantidad de
hectáreas que han sido devastadas por el fuego.
Por
suerte, empezaron algunas temporadas de lluvia y eso llevó un alivio a los
productores y a los que trabajan en las zonas rurales.
El día
16, o sea, el lunes de esta semana, la noticia de color en los medios locales
de mi ciudad eran las lagunas negras. Las lluvias de las últimas jornadas
arrastraron el hollín de toda la superficie y eso provocó que hubiera algunas
lagunas o algunos arroyos de un intenso color negro, tan negro como el destino
de todos los propietarios y trabajadores rurales si esta modificación
innecesaria e impropia de la ley se pone en vigencia.
Si en
verdad queremos atender, como dijimos todos, las terribles consecuencias que
deja el fuego en nuestra ecología, se debería estar pensando estrategias que
permitan optimizar los recursos humanos, materiales y financieros. Se podría
haber destinado un aumento en el presupuesto nacional para 2021 y diseñar
diferentes acciones para fomentar la recuperación del ecosistema dañado, a
partir de medidas coordinadas entre la Nación y las distintas jurisdicciones.
Los
propietarios de las tierras incendiadas ven que la actividad productiva será
muy difícil de reactivar, porque el fuego arrasó con la materia prima con la
que trabajaban como, por ejemplo, la Palma Caranday.
En el
norte de mi provincia, el departamento Ischilín realmente fue devastado por un
gran incendio. Lo digo con conocimiento de causa porque fui y caminé en el
momento de los incendios. Hablé con los productores de primera mano, estuve
cara a cara con ellos y conversé con los bomberos. La desesperación de todos
los productores que trabajaban para poder apagar el fuego era realmente
increíble.
No
hablo desde la silla de un escritorio, sino que lo hago desde el camino
recorrido mientras que el incendio estaba produciéndose.
Pero lo
peor de esta modificación de la ley es la sensación extraña que da leer los
artículos, de donde se puede llegar a inferir que a los propietarios se les
está negando el principio de inocencia.
Quien
conoce el norte de la provincia de Córdoba no puede decir que los incendios se
producen para propiciar la explotación inmobiliaria o los cultivos continuos.
No se puede decir eso porque no es zona para realizar ese tipo de explotación.
Por
último, la ley de ordenamiento de bosques está vencida en la provincia de
Córdoba. Este año debió ser actualizada, pero eso no ha ocurrido; entonces, no
tenemos una ley que esté en vigencia en este momento.
Sr. Presidente (Casaretto).- Tiene la palabra el señor diputado Cano,
por Tucumán.
Sr. Cano.- Señor presidente: en verdad, no estamos tratando
ningún proyecto de ley que sea revolucionario. Hay que ser muy ingenioso para
utilizar y tratar de contextualizar que esta noche estamos tratando un proyecto
de esas características.
Le digo
más, señor presidente: que esta noche estemos debatiendo aquí este tema es
absolutamente innecesario. Como bien dijo la señora diputada Austin, con la
eliminación del artículo 22 bis estamos retrocediendo.
Desde
hace bastante tiempo, las distintas fuerzas políticas del Congreso tienen la voluntad
de avanzar en el cuidado y en la preservación del medio ambiente. Su espacio
político, señor presidente, en 2007 sancionó la Ley de Bosques, la denominada
“Ley Bonasso”, una muy buena norma, y en 2013 sancionó la Ley de Manejo del
Fuego.
Por eso
diría que lo revolucionario sería que finalmente hiciéramos cumplir las leyes
que están vigentes, que son absolutamente superadoras de lo que hoy estamos
discutiendo.
Quiero
hacer una corrección a lo que acá se dijo, señor presidente. En los últimos
doce años, la Argentina perdió 2,8 millones de hectáreas de bosques. A partir
de la sanción de la ley de preservación de bosques nativos, en 2007, hubo una
merma en la deforestación. Desde la sanción hasta acá se deforestaron un millón
de hectáreas.
El
Congreso debería garantizar que se cumplan las leyes que se sancionan. Voy a
dar algunas cifras para demostrar por qué no hace falta que discutamos lo que
estamos debatiendo y sí hace falta que pongamos énfasis en hacer cumplir las
leyes que fueron iniciativa de su propio espacio político.
La Ley
de Manejo del Fuego es una norma que tiene todo lo que debe tener una ley para
evitar los incendios, para trabajar coordinadamente, que pone en valor al
Consejo Federal de Medio Ambiente y que se fija en los presupuestos. Ahora
bien, yo pregunto por qué no funciona esa norma.
En mi
provincia también tuvimos incendios. ¿Saben quiénes los apagaron? Los aviones
del campo, los que fumigan, porque no tenemos aviones hidrantes y en la región
tampoco los hay.
Miremos
los presupuestos desde que se sancionó esta ley: para 2019, 282 millones de
pesos. En el proyecto original de presupuesto para 2020, que no se aprobó,
estaba prevista la suma de 441 millones de pesos. En el presupuesto que ustedes
aprobaron para 2021, se asignan 282 millones de pesos. Es decir que lo
presupuestado es el mismo monto que en 2019.
Veamos
la Ley de Bosques. El artículo 40 de dicha norma dice así: “En los casos de
bosques nativos que hayan sido afectados por incendios o por otros eventos
naturales o antrópicos que los hubieren degradado, corresponde a la autoridad
de aplicación de la jurisdicción respectiva, la realización de tareas para su
recuperación y restauración, manteniendo la categoría de clasificación que se
hubiera definido en el ordenamiento territorial”.
La Ley
de Bosques, sancionada en 2007, establece que se crea el Programa Nacional de
Protección de los Bosques Nativos. El artículo 12 está reglamentado por el
decreto 91/2009, pero en cuanto a la manera en que se crea el fondo, el artículo
31 de esa ley -aprobada en 2007- no está reglamentado.
Hablemos
ahora del aspecto presupuestario. El presupuesto para el año 2021 destina 1.200
millones de pesos para dar cumplimiento a la Ley de Presupuestos Mínimos de
Protección Ambiental de los Bosques Nativos; pero, si aplicáramos dicha norma,
debería ser exactamente el doble. Luego, para el Programa Nacional de
Protección de Bosques Nativos, el presupuesto del año próximo asigna 25.000
millones de pesos; el de 2019, 25.000 millones; el de 2020, también 25.000
millones.
Quiere
decir que lo que aprueba el Congreso con el objetivo de que protejamos el
ambiente y estemos a la altura del cuidado de las futuras generaciones, después
no se cumple porque no se asignan los recursos pertinentes.
En
consecuencia, este proyecto de ley no tiene nada de revolucionario. Por el
contrario, atrasa. Entonces, diría que nos comprometamos todos a cumplir la ley
sobre protección de los bosques nativos y aquella sobre manejo del fuego que,
como dije al principio, señor presidente, son iniciativas de su propio espacio
político. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Casaretto).- Antes de conceder el uso de la palabra
al próximo orador, la Presidencia informa que en la lista quedan siete
diputados a los que corresponde un término de exposición de tres minutos. Luego
están previstos los cierres a cargo de los titulares de cada interbloque.
Tiene
la palabra el señor diputado Buryaile, por Formosa.
Sr. Buryaile.- Señor presidente: vengo de Formosa, una provincia que
este año…
Sr. Presidente (Casaretto).- Si me permite, el señor diputado Cano
está solicitando la palabra para una interrupción. ¿Se la concede?
Sr. Buryaile.- Sí, señor presidente.
Sr. Presidente (Casaretto).- Para una interrupción, tiene la palabra
el señor diputado Cano, por Tucumán.
Sr. Cano.- Señor presidente: quiero hacer una aclaración. En
los últimos tres años, la partida presupuestaria asignada fue de 25 millones de
pesos.
Sr. Presidente (Casaretto).- Continúa en el uso de la palabra el señor
diputado Buryaile, por Formosa.
Sr. Buryaile.- Señor presidente: decía que mi provincia, Formosa,
felizmente está saliendo de la peor sequía de los últimos setenta años. Se han
incendiado alrededor de doscientas mil hectáreas.
He
escuchado con mucha atención a quienes me precedieron en el uso de la palabra.
Ahora bien, si alguien piensa que en el origen de esos hechos tuvo que ver el
sector inmobiliario, debo responderle que habla desde el absoluto
desconocimiento. No creo que alguien en este Congreso piense que en San Martín
2, Pirané, Lugones o General Belgrano hay especulación inmobiliaria.
Se
habla con una ligereza fenomenal de los incendios para cambio de uso del suelo.
Debo decir, señor presidente, que el cambio de uso del suelo no se produce de esa
manera; se realiza a través de un plan de ordenamiento territorial autorizado
por la provincia en zonas habilitadas para tal fin. Lo otro es ilegalidad.
Lo que
hace este proyecto es estigmatizar al productor agropecuario, ya que en ninguna
parte de su articulado concibe situaciones fortuitas o bien intencionales
ajenas a la víctima del hecho en cuestión; es decir, del incendio.
He
escuchado con asombro lo que ocurre en el Delta, donde cada vez hay menos
hacienda. Los incendios que allí tienen lugar en invierno no son producidos por
los dueños o los tenedores de esa hacienda, señor presidente.
- Ocupa la Presidencia el señor
presidente de la Honorable Cámara, doctor Sergio Tomás Massa.
Sr. Buryaile.- En consecuencia, me motivan algunas cuestiones
vinculadas con los derechos de las personas titulares del dominio. Si el señor
presidente me permite, me gustaría hacer tres preguntas a la miembro
informante, la señora diputada Vilar, respecto de diversas situaciones que se
pueden dar. Quiero formulárselas con mucho respeto; he escuchado atentamente su
discurso, pronunciado con emoción y con vocación por este proyecto, y creo que
sus respuestas a estas preguntas podrían ser muy importantes.
Sr. Presidente (Massa).- No se puede dialogar, señor diputado. Por
favor, termine con su exposición.
Sr. Buryaile.- Supongamos que, por cualquier situación, se produce
un incendio en un campo y que hay una sucesión sin la partición
correspondiente. ¿Qué sucede con los herederos? ¿Podrán ejercer el derecho que
consagra la Constitución Nacional de ser titulares del dominio?
Me
pregunto también qué ocurre cuando estamos frente a una sociedad conyugal que
se rompe. ¿Será posible hacer la división de bienes?
Otra
duda es la siguiente: si el propietario de un establecimiento tiene aprobado un
plan de ordenamiento territorial y, en consecuencia, debe eliminar los
residuos, ¿qué sucede? ¿Es denunciado?
Estas
cuestiones me preocupan. Por eso, me gustaría que la señora diputada Vilar haga
algunas aclaraciones respecto del tema sucesorio, la división de bienes
gananciales y la ocurrencia de estos hechos fortuitos de incendios.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada
Lampreabe, por Buenos Aires.
Sra. Lampreabe.- Señor presidente: creo que no hace falta insistir
mucho más en la caracterización del problema de los incendios que vienen
azotando a nuestro país y que solo este año arrasaron novecientas mil
hectáreas, con la consecuente destrucción de los medios de vida de miles de
compatriotas. A efectos ilustrativos, novecientas mil hectáreas equivalen a la
mitad de la provincia de Tucumán o a cuarenta y cuatro veces la superficie de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El dato
central, que se repitió varias veces, es que el 95 por ciento de los incendios
son intencionales. Por ende, tienen sus motivaciones. Es aquí donde aparece la
idea de que, en su mayoría, están ligados al negocio del cambio de uso del
suelo por actividades agropecuarias o inmobiliarias.
Además,
el cambio de uso del suelo constituye en la Argentina la principal fuente de
gases de efecto invernadero, además de contribuir al cambio climático, por
encima del transporte, la industria y el sector energético.
Más
allá de los sobrados ejemplos sobre las especulaciones en torno del cambio de
uso del suelo, basta ver qué ocurre cuando se superponen el mapa de
deforestación y el mapa de avance de la frontera agropecuaria y de los negocios
inmobiliarios en la Argentina.
El
interbloque de Cambiemos se opone a este proyecto de ley y plantea, como
alternativa, el aumento del presupuesto para el manejo del fuego, además de
establecer y tipificar nuevos delitos ambientales.
¿Por
qué se excusan en propuestas para reparar o ir detrás de situaciones que se
pueden prevenir? Amén de que eso ya está contemplado y de que el patrimonio
biocultural, como sabemos, una vez que es arrasado no termina nunca de
recuperarse.
¿Cuánto
presupuesto tiene que seguir invirtiendo el Estado, cuánto más debemos aportar
todos y todas, para frenar el daño que unos pocos hacen en beneficio propio?
La ley
sobre manejo del fuego que pretendemos sancionar es preventiva, ya que apunta
justamente a desalentar los potenciales negocios de quienes se esconden detrás
del encendedor.
Tanto
durante este debate en el recinto como en las reuniones de comisión, algunos
justificaron su oposición a esta iniciativa diciendo que importa un retroceso,
ya que sería menos restrictiva en su plazo si consideramos lo que establece el
artículo 40 de la ley de bosques. En este sentido, quiero aclarar que la protección
de esta norma alcanza no solo a los bosques, sino que incluye los humedales,
los pastizales y todo otro ecosistema.
Además,
ese plazo indeterminado o esa perpetuidad no existe en la realidad de muchas
provincias en las que, justamente, la imposibilidad de reparar las
consecuencias de los incendios y los desmontes suele utilizarse como una de las
excusas para justificar las excepciones a la norma y habilitar, de esa manera,
las recategorizaciones.
Ahora
bien, cuando proponemos una legislación para prevenir ese tipo de situaciones,
aparece la defensa de la propiedad privada. Entonces nos preguntamos: ¿de qué
propiedad privada hablan? Como dijimos en un inicio, el fuego avanza también
sobre las propiedades y los medios de vida de muchos productores y pobladores
de los territorios arrasados. ¿Acaso sus derechos propietarios son menos
importantes?
¿Qué
ocurre con las mujeres? Porque también, señor presidente, estas situaciones
afectan a muchas mujeres rurales y campesinas indígenas, a las llamadas
guardianas de la tierra, de las semillas y la biodiversidad, que desde hace
tiempo vienen poniendo el cuerpo para frenar las topadoras y salvar el pedacito
de tierra en el que viven y producen.
¿Cuál
es, entonces, la propiedad que defienden? ¿Defienden la propiedad o más bien la
apropiación y el negocio privado para unos pocos?
Imposible
no traer a colación el listado de los trescientos responsables de la
deforestación en la Argentina que presentó Greenpeace, entre quienes figuran
los Macri, los Peña Braun, los Rocca, los Caputo. ¡Oh casualidad! Así como
coinciden el mapa de la deforestación con el de la expansión de la frontera
agropecuaria y los negocios inmobiliarios, coincide el listado de los
responsables de la deforestación con el de los más ricos de la Argentina
publicado por la revista Forbes. Los ricos no piden permiso, decía
aquella novela sintomática de 2016; pareciera que tampoco piden permiso para
deforestar.
Así que,
para ir finalizando les comento que esta pandemia ha puesto en evidencia el
agotamiento del modelo de globalización neoliberal de desigualdad y depredación
de nuestros bienes comunes naturales, y los desafíos que enfrentamos son un
llamado a repensar sobre qué valores es posible edificar un futuro digno de ser
vivido.
Entre los
tantos hilos que unen el temario de esta sesión, de esta jornada histórica que
estamos viviendo, me voy a detener en el de la empatía. La empatía es una
condición primaria de la solidaridad, de la militancia, del ambientalismo, de
pasar a la acción y organizarse no por un interés propio sino por los otros,
por las otras, por les otres –con el lenguaje inclusivo que tanto molesta a los
antiderechos. La empatía por el sufrimiento ajeno, la empatía por los pibes y
las pibas a los que les decimos que son el futuro y a los que ni siquiera hoy
les podemos garantizar condiciones suficientes de lo básico; empatía que nos
une a los demás, la que nos pone en pie de igualdad ante la defensa de lo
común, la que nos convence de que nadie se salva solo y de que no se puede ser
feliz en soledad, la empatía que puede apagar el fuego de la avaricia y prender
la llama de la solidaridad y de la militancia, por una vida vivible y por un
futuro de posibilidades para todes. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Vara, por Corrientes.
Sr. Vara.- Señor presidente: acá
se habló sobre
intencionalidad y se van a sancionar las malas intenciones. En realidad, hay
temas de intencionalidad, negligencia y desconocimiento. Mucho más que negligencia
y desconocimiento hay conocimiento sobre la aplicación de la ley de fuego; hay
muchísimo de conocimiento, pero falta más concientización y trabajo en ese
sentido. También hay mucha negligencia que tiene que ser sancionada. Acá van a
ser sancionados muchos propietarios que no son responsables de lo que viene
pasando. La mayoría de los incendios viene del campo vecino y se mete en los
campos propios.
Me
parece que esto va a generar mucho conflicto. Va a generar conflicto con las
otras jurisdicciones, básicamente con las provincias, y en algunas provincias,
según su normativa, también con municipios que tienen mayor injerencia en su
planificación territorial. Y fundamentalmente obviamente traerá conflicto
también con los privados, sobre todo con los que no son responsables, que es la
mayoría de los casos.
En el
caso de mi provincia voy a dar dos o tres ejemplos. Sobre todo, quiero recalcar
las autonomías provinciales porque son situaciones muy diferentes y
aparentemente es una costumbre legislar por un problema específico lo general,
es decir, se pasa de lo particular a lo general y posteriormente se cometen
errores terribles en la aplicación de la normativa.
Por
ejemplo, se habla del tema del desarraigo. Vamos a poner un ejemplo de los más
sensibles en cuanto a los incendios como es el del Delta. Cuando se produjeron
las inundaciones de 2017-2018 en el Delta se fue toda la hacienda y volvió la
mitad. Las 1.300.000 hectáreas de islas
tenían más de 600.000 cabezas de ganado que se fueron y volvieron 280.000. Esa
comida que no se come en el campo se pasa en caña y eso es material combustible
que va a generar posteriormente incendios de mayor intensidad. Vamos a dejar
bien claro: esto no quiere decir que no hubiera habido incendios en el Delta si
toda la hacienda volvía. Hubiera habido lo mismo, pero con menor intensidad
porque el nivel de combustible hubiera sido infinitamente menor, no hubiera
tenido la intensidad de llegar inclusive a meterse adentro de la provincia de
Santa Fe, en la ciudad Rosario.
En el
caso de mi provincia se quemaron 700.000 hectáreas. Nosotros tenemos nuestro
propio SIG, es decir, Sistema de Información Geográfica –que creé yo‑,
así que no necesitamos que Nación nos diga cuánto se nos quemó. Se quemó el 8
por ciento de la provincia, es decir, 700.000 hectáreas de las 8.860.000 que
tenemos, pero eran casi todo pastizales, 4.100 hectáreas de bosque cultivado y
500 hectáreas de bosque nativo; reitero que el resto era todo pastizales, es
decir, más del 99 por ciento.
En
realidad, es una práctica habitual en el invierno quemar para los rebrotes de
verano; eso de un año para el otro se recupera, ya lo dijo también uno de los
diputados preopinantes, que creo que fue ministro de Producción de Córdoba. Un
bosque achaparrado puede tardar 5, 6 o 7 años para recuperarse, y hay bosques
que pueden tardar 50 años. Pero da la sensación de que acá todo es parecido; se
dividen en pastizales. Pero si es
humedal o malezal, que en realidad es un pastizal húmedo, también entraría
dentro de los 60 años.
En
general se trata de un campo que se quema prácticamente todos los inviernos y
se recupera rápidamente.
No
quiero desarrollar muchos ejemplos, porque ya me estoy pasando en el uso del
tiempo, pero sí quiero decirle que hay que tener algunas cosas en cuenta ya que
se está pasando por encima de las autonomías provinciales, porque además nadie
mejor que las provincias conocen su territorio y su planificación. Esto tiene
que ser de mínimo y no de presupuesto máximo.
Y en cuanto a la convergencia entre producción y ambiente
les voy a dar un dato porque es muy interesante. En la provincia tenemos
526.000 hectáreas, y el 50 por ciento de los rollizos que van al aserradero son
desperdicios. Nosotros hoy producimos el 25 por ciento de la energía de la provincia
con los residuos, y estamos ocupando solamente un 6 por ciento de los residuos;
imagínense si ocupáramos el ciento por ciento. Con los residuos podríamos
abastecernos. Les aclaro que tenemos Yacyretá que produce el 22 por ciento de
la energía en la Argentina, entonces, podríamos destinar Yacyretá para energía
limpia para Buenos Aires porque, reitero, nosotros con los residuos forestales
podemos abastecernos sobradamente.
La Mesopotamia Argentina tiene 1.100.000 hectáreas, y con
sus residuos podría producir toda su energía y por lo menos la de cinco o seis
provincias más.
Hay compatibilidad, lo que pasa es que esta tiene que ser
la agenda ambiental del futuro y hay que discutir los temas concretos y
objetivamente, como decía un diputado preopinante. Debemos enfocarnos donde
corresponde.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el
señor diputado Berhongaray, por La Pampa.
Sr. Berhongaray.- Señor presidente: vamos a empezar por lo
positivo. Hay una preocupación compartida por los incendios que vienen
ocurriendo en el país y todavía no empezaron las altas temperaturas del verano
y el clima viene bastante seco.
Me parece que un diagnóstico
erróneo, por lo menos incompleto, hace muy difícil que nos lleve a una solución
correcta.
Tanto en la comisión como en el
recinto se dijeron varias cosas. Una fue que el 95 por ciento de los incendios
rurales son intencionales y que los productores queman sus campos para hacer
negocios inmobiliarios. Yo los quisiera invitar a La Pampa donde hace 3
años se quemaron cerca de un millón y medio de hectáreas y en el 2018, 700.000
hectáreas, para que conversen con cualquier pampeano y hablen con los
productores. Les aseguro que no van a encontrar a uno solo que haya hecho
negocio inmobiliario quemando su campo. Tenemos alguna experiencia en
esto.
Estoy convencido de que hay dos temas
centrales en este debate que no se están abordando. La primera es la necesidad
de mejorar las comunicaciones; y la segunda, la necesidad de garantizar con
acciones y con un control efectivo que tanto los Estados nacional, provinciales
y municipales, pero también los productores, cumplan con sus obligaciones de
tener las picadas contrafuego en buen estado. Esto es cumplir con lo que ya
está establecido y que no todos vienen cumpliendo.
Les doy un ejemplo claro. Si
recorren la ruta nacional 35 de Santa Rosa al sur verán que no hay un solo
metro de picadas contrafuego repasado. Esa es una obligación del Estado
nacional y no se cumple; y ese es el ABC para dar una respuesta efectiva a los
incendios rurales.
No todos tienen por qué saberlo, pero
las picadas son franjas aradas de varios metros de ancho que se hace en las
inmediaciones de los alambrados. Sin picadas es imposible hacer los
contrafuegos; no hay forma de impedir que el fuego pase de un campo hacia el
otro, mucho menos cuando se dan temperaturas de 40 grados, con sequías y
vientos fuertes que de un momento para el otro cambian de dirección y
desordenan toda la estrategia de contención.
Además, por esas picadas circulan los
brigadistas, por donde pueden ingresar los vehículos con una mayor seguridad
sobre todo de noche porque es prácticamente la única referencia que tienen para
orientarse y saber dónde trabajar.
El otro gran tema es la comunicación. En la mayoría de las
zonas rurales que son afectadas por incendios no hay señal de celular. Esto
pasa en la mayor parte del país, cuando según las privatizaciones de las
telefónicas de los 90, ni un metro de ruta nacional tenía que quedar sin
cobertura, pero se vienen haciendo las distraídas. Y una buena comunicación es
clave para que los brigadistas puedan coordinar las acciones, para que puedan
orientarse en terrenos que normalmente no conocen. Sin comunicaciones
adecuadas, los riesgos que corren aumentan mucho, sobre todo de noche.
Para
concluir, si no ha habido daños mayores, históricamente hablando, es porque es
impresionantemente bueno el trabajo que hace el personal de Defensa Civil, los
del Plan Nacional de Manejo del Fuego y los bomberos, que la verdad es que
trabajan a destajo y son los que han evitado daños mayores. Y también hay que
decirlo, muchas veces y sobre todo cuando las cosas se complican, cuentan con
la colaboración de trabajadores rurales que ayudan y mucho.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado
Enríquez, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Enríquez.- Señor presidente: en primer lugar,
este proyecto trae algunos problemas. Nadie duda de la importancia que tiene
todo lo relativo a la modificación de la Ley de Manejo del Fuego, pero esta
iniciativa no distingue lo que son incendios intencionados de aquellos que no
son provocados. De esta manera, el titular de una superficie quemada en forma
no deliberada se ve sancionado por un hecho que no es atribuible a su persona.
En
segundo lugar, no se distingue tampoco el supuesto del incendio provocado por
un tercero. Parte de un innegable prejuicio ideológico, como es creer que
existan propietarios de campos que produzcan incendios en sus propiedades y
cosechas con el objeto de realizar un negocio futuro. No se aportan datos ni
información que sustenten la idea referida a la existencia de maniobras
especulativas detrás de los incendios.
Este
innegable prejuicio ideológico se vincula con que estamos en presencia de una nueva
arremetida, como ya la hemos visto hoy, contra el derecho de propiedad, contra
la propiedad privada. Porque se prohíben los cambios en el uso de suelo en
zonas afectadas por los incendios durante un plazo de 30 a 60 años, de acuerdo
con el área afectada.
La
propiedad puede ser sometida a ciertas restricciones para armonizarla con otros
derechos en conflicto, como puede ser en este caso la necesidad de proteger el
ambiente. Entonces, se estarían justificando algunas limitaciones más intensas.
Pero todas las restricciones, como bien lo señala desde tiempo inveterado desde
hace ya más de un siglo la jurisprudencia en nuestros tribunales, deben ser
razonables y no pueden conculcar los derechos reglamentados.
Esta
iniciativa excede largamente esos parámetros en un claro ejemplo de lo que es
la violación del derecho de propiedad. No se entiende cuál es la relación entre
la necesidad de disminuir la ocurrencia de incendios y el virtual congelamiento
del uso del suelo. Solo creo que el fanatismo de la prohibición por la
prohibición misma puede explicar semejante extravío.
Por
otra parte, el proyecto vulnera el federalismo porque el artículo 41 de la
Constitución Nacional determina que corresponde a la Nación todo lo atinente al
dictado de normas de presupuestos mínimos de protección y, a las provincias,
las normas necesarias para complementarlas. Por sobre esos presupuestos comunes
a todo el país, son los gobiernos locales los que deben decidir el ordenamiento
ambiental de sus territorios, lo que esta iniciativa evidentemente no permite.
En
síntesis, el kirchnerismo avanza una vez más, como ya dijimos, por dos caminos
que le gusta mucho recorrer. Por un lado, la violación de la propiedad privada
y, por el otro, la violación del federalismo. Y lejos de proveer una
deliberación pública que permita llegar a las mejores soluciones concretas en
cada caso, echa mano de otra de las herramientas favoritas: las prohibiciones
generales. De esta forma, da vuelta el principio liminar de nuestra
Constitución establecida en la notable fórmula alberdiana del artículo 19.
Entonces, llegará un día en que todo lo que no esté expresamente permitido
estará prohibido, especialmente si se trata de actividades agropecuarias, que
son las más dinámicas de la Argentina y a las que los Kirchner, por eso mismo,
siempre miraron como sospechosas.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Juez,
por Córdoba.
Sr. Juez.- Señor presidente: seré breve. La
introducción sobre el tema que hizo la diputada Austin me exime de mayores
comentarios porque ha sido excelente, pero sería injusto conmigo mismo y con
mis compañeros si estando presente y discutiendo un tema como este, no diera mi
opinión. De las 900.000 hectáreas que se quemaron, 450.000 son de Córdoba.
No es
con ánimo de polemizar porque pareciera que los que están a favor de la ley son
los protectores del bosque autóctono, de la naturaleza, del ecosistema, y los
que planteamos algún reparo estamos con la prolongación de la frontera
agropecuaria. Esto implica un desconocimiento absoluto de cuál es la historia y
de cómo he peleado la ley de bosques en la provincia.
Quiero
decirle, señor presidente, que en el gobierno de mi provincia, que lleva 21
años y es de su partido, el 99 por ciento de los intendentes de los lugares que
se quemaron y que después terminaron convirtiéndose en countries de altura también son de su partido. Digo esto para que
pongamos las cosas en su lugar, aunque resulte muy incómodo.
Particularmente
no voy a acompañar este proyecto porque tiene contradicciones horribles, que
generan vacíos que después son aprovechados por los que pueden puntualmente
tener la intención que la miembro informante planteaba: quemar y utilizarlo
para el desarrollo inmobiliario. Pero está mal redactado, está mal planteado.
Puede
tener la mejor de las buenas voluntades, y no dudo de que así sea; pero, tal
como lo planteó la diputada Austin, no existe ni siquiera la predisposición de
entender que quien aporta una idea lo hace con el sentido de colaborar.
En mi
provincia, después de 21 años, solo se pudo determinar que hubo dos autores
materiales de incendio, después de 18 años en los que la provincia recaudaba
con el impuesto al manejo del fuego una suma increíble de recursos, pero que no
servía para nada porque, en definitiva, tenemos los tres aviones hidrantes
desde hace siete años a la fecha. Cuando planteaba la diputada Austin que este
proyecto podría incorporar, por ejemplo, un foro específico, es porque lo hemos
estudiado.
No
quiero ofender a nadie, pero resulta que algunos cruzan la General Paz, se
toman un mate, se ponen el Stanley debajo del sobaco y empiezan opinar. Pero
¡¿por qué no vamos al interior y preguntamos a la gente qué está pasando, por
qué se nos quemaron 450.000 hectáreas y a nadie se le movió un pelo?! (Aplausos.) Porque se legisla con
absoluto desconocimiento lo que pasa en el interior profundo de la República
Argentina. ¿Y yo, con mi presencia, a las seis y media de la mañana, haciéndome
el tonto, no voy a opinar sobre un tema porque vivo en la ciudad de Córdoba?
La
verdad es que este proyecto manifiesta un absoluto desconocimiento de lo que
pasa en el interior profundo de la Argentina. No se nos escucha. Pareciera que
algunos, porque alguna vez consiguieron una determinada mayoría, son los dueños
de la verdad y, a partir de esa verdad, se construye todo.
Llevamos
casi quince horas discutiendo y la verdad está de un solo lado; nosotros no
tenemos nada para aportar. Y créame que esa no es mi intención, señor
presidente.
No voy
a acompañar esta norma porque está mal redactada, porque tiene lagunas
horribles y porque es una regresión en materia penal y de sanción con respecto
a la que ya teníamos. Simplemente por eso, y no porque defienda la frontera
agropecuaria ni sea abogado de algún grupo sojero en la provincia de Córdoba.
No soy representante de Grobocopatel.
Simplemente
quiero terminar con los incendios. Porque los incendios de Córdoba ‑y
vaya mi última palabra en homenaje‑, los terminaron de apagar los
bomberos y Dios con la lluvia. Pero los cordobeses pusimos muchísima plata que
no se vio, porque entre la Nación y la provincia se miraban a ver cuándo
llegaba; y la Nación llegó 15 días después, cuando ya se habían quemado 340.000
hectáreas.
Los cordobeses veíamos que la única
solución la podían conseguir nuestros bomberos, los propietarios y los
campesinos que salieron a apagar el fuego.
Quiero reiterar este concepto: el 97
por ciento de los municipios que construyeron countries en altura, en las laderas de las montañas, pertenecen
a su partido, señor presidente.
Sr.
Presidente (Massa).- Quiero recordar
a los señores diputados y diputadas que restan los discursos de cierre de los
tres bloques, y después se procederá a votar. La Presidencia solicita que
revisen el VPN y la conectividad en el Webex para evitar ausencias no deseadas.
Tiene la palabra el señor diputado
Cleri, por Santa Fe.
Sr.
Cleri.- Señor presidente: en primer lugar, ya en la
continuidad del 18 de noviembre -día muy importante debido a los proyectos de
ley que estamos tratando‑ tenemos que mirar de una manera integral la
construcción de un nuevo pacto ecosocial y de un nuevo paradigma en donde cada
uno de los que hoy somos representantes del pueblo de la Nación estamos
haciendo nuestros aportes. Por supuesto, tenemos la posibilidad de hacer
incorporaciones y, en la mirada del nuevo paradigma, comprendemos que nadie
tiene una verdad absoluta. Somos parte de una verdad relativa que construye un
nuevo paradigma con la posibilidad de potenciarlo con una mirada de poliedro.
En este sentido, nosotros estamos
proponiendo un aporte para poder parar el fuego, que muchas veces se utiliza
para maximizar las ganancias a costa de destruir un ecosistema generando un
gran ecocidio, atentando contra la salud de la población vecina y destruyendo
por supuesto la flora y la fauna de los lugares afectados por esta práctica,
que data del año 1800, e incluso antes, y estamos en el 2020.
Para poder cuidar nuestra casa común
venimos a plantear esta propuesta. Junto con otros proyectos de ley que vamos a
seguir proponiendo y debatiendo, estamos construyendo la hoja de ruta que nos
permita cumplir con lo que establece la Constitución Nacional y asimismo con un
verdadero cambio cultural y educacional tendiente a plasmar en esta iniciativa
la mirada a futuro atendiendo los problemas del presente no solo desde la
cuestión económica, la capacitación y la educación, sino también poniendo de
manifiesto que podemos hacer nuestro aporte transformador a través de estos
proyectos de ley para poder avanzar y dejar atrás estás prácticas vetustas.
Algunas personas no ponen en valor la
cantidad de ecosistemas que se han destruido porque no se pueden capitalizar,
pero sí ponen en sus balances la maximización de las ganancias por el terreno
sobre el que han podido avanzar para hacer emprendimientos inmobiliarios -según
la zona‑ o extender la frontera ganadera para poder contar con la mayor
cantidad de cabezas de ganado y explotar esas zonas a costa de la destrucción
de ecosistemas y de atentar contra la salud de la población.
Soy de la ciudad de Rosario, y desde
marzo hasta el día de hoy hemos estado sufriendo incendios en el delta del
Paraná con sus consecuencias en la salud de los rosarinos y de todos los
vecinos de la zona.
El ecocidio está en el delta, donde se
ha previsto que va a haber dos años de bajante. En ese lapso se va a poder
extender la superficie para poder llevar adelante la producción ganadera con
prácticas del año 1800 en el año 2020.
Debido a la ley de acceso a la información
pública pedí al Senasa la información relativa a quiénes son los productores
ganaderos de la zona. Este organismo tiene la vacuna, por supuesto, y está
llevando adelante el control de sanidad animal. La primera etapa de vacunación
venció en marzo y desde ese momento empezaron a producirse los incendios. ¡Oh
casualidad! Pudo haber sido una sequía no intencional, pero justo los incendios
-esto está georreferenciado en la información que tiene el Senasa relativa a
dónde están los rodeos y donde se vacuna‑ se registran al lado de estos
lugares. Es decir, no son en los sitios específicos donde está el ganado sino
justo en el campo lindero. ¡Qué casualidad!
Esa práctica fue avanzando en todo el
delta sin usar la tecnología pero sí utilizando el fuego como herramienta para
maximizar ganancias y destruir ecosistemas.
Por eso, teniendo en cuenta que
nosotros estamos favor de la producción -que debe ser amigable con nuestro
ambiente y nuestra casa común‑, cuando tenemos que hacer el balance de
cuánto es el capital que se invierte, también debemos hacer el balance de
cuánto es lo que se destruye.
En este sentido, para poder tener un
mejor vivir y cuidar nuestra casa común, este es el momento de construir entre
todos y todas un nuevo paradigma para este pacto ecológico y social, cumpliendo
con nuestra Constitución Nacional y garantizando principalmente que las
actuales y futuras generaciones tengan la posibilidad de vivir de manera
adecuada, y no sufrir lo que estamos padeciendo hoy todos los argentinos y argentinas,
y sobre todo los vecinos linderos a esta zona.
Recordemos que tenemos un Ministerio
de Ambiente y Desarrollo Sostenible. El manejo del fuego había sido sacado de
la Secretaría de Ambiente durante el gobierno anterior y fue pasado a la
Secretaría de Seguridad, pero no existían los recursos necesarios en el
presupuesto.
Ahora el Ministerio de Ambiente y
Desarrollo Sostenible, luego de un decreto de necesidad y urgencia, volvió a
tener el manejo del fuego. Además, en el presupuesto nacional se ha aprobado la
posibilidad de dotar de mayor cantidad de recursos. Pero esa no es la solución,
porque eso va a suceder luego de que los incendios estén ocurriendo.
Este proyecto de ley, como bien dijo
la diputada Florencia Lampreabe, es para prevenir, para concientizar y para que
todos y todas empecemos a tomar conciencia de que para poder hacer un uso
adecuado del suelo tenemos que cuidar el territorio y tenemos que cuidar
nuestra casa común. Por eso, venimos a proponer este proyecto de ley. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Previo a los discursos de cierre, la
Presidencia solicita a la señora miembro informante de la Comisión que,
teniendo en cuenta que se hará una única votación en general y en particular,
lea las modificaciones al dictamen.
Tiene
la palabra la señora diputada Vilar, por Buenos Aires.
Sra. Vilar.- Señor presidente: simplemente
quiero salvar un error de tipeo y de técnica legislativa que nos han marcado.
El inciso b) del artículo 1 quería
redactado de la siguiente manera: “La división o subdivisión, excepto que
resulte de una partición hereditaria,” -no debe decir “participación
hereditaria”‑ “…el loteo, fraccionamiento o parcelamiento, sea parcial o
total, o cualquier emprendimiento inmobiliario distinto al arrendamiento y
venta, de tierras particulares”.
Sr.
Presidente (Massa).- Corresponde
pasar a los discursos de cierre.
Tiene la palabra la señora diputada
Camaño, por Buenos Aires.
Sra.
Camaño.- Señor presidente:
estaba escuchando atentamente los discursos de los señores diputados. Por
cierto, algunos son bastante contradictorios.
Quiero que se entienda lo siguiente:
el derecho ambiental es relativamente nuevo. La discusión ambiental también es
relativamente nueva: tiene menos de 50 años.
En lo que hace al derecho ambiental propiamente
dicho, cambia la mentalidad del derecho romanístico, que es individualista y
economicista, en tanto que el derecho ambiental es de carácter colectivo.
Nuestra Constitución Nacional lo tiene
establecido desde 1994. La manda constitucional es muy precisa en el sentido de
que tenemos que respetar la prevalencia de las provincias.
En la Constitución de 1949 se
estableció que la riqueza natural formaba parte de la Nación. En realidad, claramente las provincias son anteriores,
y queda saldada la discusión.
En lo
que se refiere a la Constitución, hay dos parámetros, de los tantos parámetros
y derechos que establece el artículo 41, que me parecen interesantes para esta
discusión. El primero tiene que ver con que el derecho ambiental no es
punitivista, sino recompositorio, tal como claramente lo establece dicho
artículo. En tal sentido, se busca la recomposición del ambiente. Incluso, esto
aún se encuentra en discusión y hay algunos proyectos que proponen cambiar esta
lógica. El segundo parámetro tiene que ver con que la Nación tiene la
obligación de dictar presupuestos mínimos. Entonces, de lo que estamos hablando
es de presupuestos mínimos.
Por
otra parte, en materia de derecho ambiental hay que tener en cuenta los tratados
y, en este sentido, nuestro país ha firmado muchos. El último fue el de Escazú,
que es un ejemplo porque se trata de un tratado vinculado con el acceso a la
información pública y fundamentalmente se destaca el valor que le pone el mundo
en general, y nuestro país en particular, a lo que son las asociaciones
civiles.
Una
cuestión interesante que tenemos que observar en nuestro derecho está vinculada
con el artículo 240 del Código Civil y Comercial, que limita el ejercicio de
los derechos individuales sobre los bienes mencionados en la primera y segunda
sección, haciéndolos compatibles con los de incidencia colectiva. El Código
Civil y Comercial hace hincapié en la no afectación del funcionamiento y la
sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, de la fauna, de la
biodiversidad, del agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros, según
los criterios que prevé la Ley General del Ambiente.
Estoy haciendo un repaso para ver cómo
contextualizar este tema, porque yo creo que está mal contextualizado.
Yendo
al asunto en particular, que tiene que ver con los incendios, tenemos que saber
que en materia de quema, de fuegos, etcétera, la Argentina tiene leyes
específicas. Conforme a la ley 26.562, de control de actividades de quema,
cualquier productor puede eliminar vegetación o residuos de vegetación para
mejorar su producción. Esta es una ley muy interesante que establece cuáles son
las obligaciones del productor que necesita de la quema para poder realizarla,
siendo de aplicación la jurisdicción local, como corresponde.
También
tenemos una ley muy específica, que es interesante para desbaratar algunos
argumentos que se dieron, incluso haciendo una apelación a los jóvenes que
están en el recinto y que realmente están haciendo un gran esfuerzo bancando la
sesión, en cuanto a que estábamos vulnerando el principio de progresividad en
materia ambiental. Me refiero a la ley 13.273, que es muy antigua y tiene que
ver con la riqueza forestal. En ella también se establecen algunos aspectos que
se refieren a la prevención y a la lucha contra los incendios.
Finalmente,
tenemos la ley 26.815, de creación del sistema federal de manejo del fuego.
Esta ley es muy interesante porque tiene como base un sistema de manejo del
fuego que es universal; no inventamos nada. Además, cuando nosotros comenzamos
a legislar a este respecto, allá por el año 2012, en realidad en la Argentina
ya existía el sistema federal de manejo del fuego; existía en los hechos,
existía por decreto, y estaba organizado. Tiene parámetros internacionales
porque no hay ningún misterio, o sea, los incendios de California tienen mucho
que ver con los incendios que se describen acertadamente y que azotan nuestro
territorio. Asimismo, tienen muchísimo que ver con el cambio climático, no
solamente porque dicho cambio sea responsable, sino porque los incendios son
los que generan el cambio climático de manera protagónica.
¿De qué
estamos hablando con esta legislación que se propone? Estamos hablando de algo
muy puntual; estamos hablando de la recomposición del suelo. No estamos
hablando...
Sr. Presidente (Massa).- Le pido que vaya finalizando,
señora diputada, porque ya está excedida más de un minuto en el tiempo del que
dispone.
Sra. Caamaño.- Discúlpeme, señor presidente, pero me
parece que es importante porque se han dicho muchas cosas que no son reales. Se
ha dicho, por ejemplo, que estamos yendo para atrás, y no es cierto. Nuestra
Constitución dice claramente que la Nación establece parámetros generales. Además, el cuidado de los bosques está
legislado.
Pero lo
que sí estamos haciendo puntualmente es resguardar la recomposición, y por eso
quiero hacer notar que lo que se está modificando es el artículo 22, que habla
de la recomposición. En ese sentido, incluso se está trabajando con legislación
comparada. En España también hay un tiempo en el que no se puede cambiar el uso
del suelo. Acá no se está penalizando a nadie; no hay criminalización, salvo en
los discursos. En la ley no hay criminalización ni ningún avasallamiento al
principio de inocencia, porque no sé está juzgando, sino simplemente
estableciendo, a los efectos de la reparación del suelo, un piso de treinta
años y un piso de sesenta años cuando se trate de determinados tipos de
bosques, humedales, etcétera. Concretamente, lo que estamos haciendo
resguardar. No se niega ningún principio de inocencia.
Aquí
alguien dijo que el cambio de uso lo hacen las jurisdicciones y no los
titulares de los dominios. Esto es real y así va a seguir siendo. Lo único que
estamos haciendo es decirles a las jurisdicciones que frente a un incendio,
como un principio mínimo ‑de acuerdo con lo que establece el artículo 41‑,
si es una propiedad privada, durante treinta años no tiene que cambiar el uso
del suelo, y si se trata de un bosque, de humedales, etcétera, no menos de
sesenta años.
Hay dos
cuestiones que son importantes mencionar antes de finalizar. Me refiero a dos
modificaciones que he propuesto al artículo, que han sido aceptadas y que han
quedado claras en la comisión. Digo esto porque me extraña que algunos quieran
justificar su voto negativo con consideraciones que no son reales. El último
párrafo que hemos incorporado establece que sin perjuicio de la protección
especial que tales ecosistemas afectados particularmente obtengan de las leyes
nacionales ‑por supuesto, también tratados‑ y locales, como de los
tratados internacionales, etcétera, se aplicará de manera complementaria.
Entonces, bajo ningún punto de vista se están reduciendo los niveles de
protección.
La
cuestión referida a una inquietud planteada por el señor diputado Buryaile está
contemplada y, de hecho, acaba de ser mencionada por la miembro informante.
Efectivamente, en el orden del día dice “participación” y debe decir
“partición” hereditaria.
En
consecuencia, los cuestionamientos que se han formulado a este proyecto de ley
están totalmente absorbidos en el texto que vamos a votar. No se trata de
criminalización, ni de expropiación, ni de prohibición, ni de ninguno de los
presupuestos prejuiciosos que se han vertido durante la reunión. Se trata
simplemente de cumplir con el artículo 41 de la Constitución Nacional, que nos
inviste de la posibilidad de fijar condiciones mínimas para la recomposición
del suelo.
En
consecuencia, vamos a acompañar esta iniciativa como cofirmantes del proyecto
en consideración.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Ferraro, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Le
aclaro, señor diputado, que tiene alguna licencia con el tiempo, en tren de ser
justos.
Sr. Ferraro.- Señor presidente: espero poder
circunscribirme a los diez minutos, o menos, con los que contamos para hacer el
cierre en representación de nuestro bloque.
Sr. Presidente (Massa).- En realidad, en la Comisión de
Labor Parlamentaria se acordaron cinco minutos. Por eso, tiene alguna licencia,
señor diputado.
Sr. Ferraro.- Señor presidente: comparto lo que han
dicho algunos diputados y diputadas preopinantes de nuestro interbloque, y que
también en algún punto compartimos con muchos miembros del oficialismo.
Actualmente
nuestro país se encuentra inmerso o atravesado por una catástrofe ambiental de
dimensiones y consecuencias enormes.
Como
hemos visto durante todo este año, los incendios forestales destruyeron miles
de hectáreas en nuestro país, arrasaron con nuestros bosques, con la diversidad
biológica, con economías regionales y, a su vez, destruyeron distintos tipos de
proyectos en cientos de localidades, donde cientos de familias vieron arder la
naturaleza, sus hogares, su producción.
Como
bien dijeron, el fuego llegó a afectar a más de la mitad de las provincias de
nuestro país. Hubo casi 900.000 hectáreas incendiadas. Entre el 65 y el 70 por
ciento de los focos se registraron en las provincias de Córdoba y de Entre
Ríos, como es por todos sabido.
Por supuesto
que desde Juntos por el Cambio ‑y esto lo sabe el presidente de la
Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano por los
distintos debates que hemos dado en esa comisión‑ compartimos la agenda
vinculada al cuidado de nuestros bienes comunes para ver de qué manera nos
encaminamos hacia un desarrollo sostenible mucho más serio.
Nosotros
compartimos el espíritu enunciado respecto de la importancia que tiene este
debate para prevenir los incendios, ver de qué manera podemos garantizar las
condiciones necesarias y objetivas para identificar y condenar a los culpables,
y ‑como gran objetivo‑ ver de qué manera podemos promover la
restauración del daño ambiental ocasionado por los incendios.
Algo
que también debo decir ‑y esto lo sabe el presidente del bloque
oficialista‑ es que el 5 de octubre, antes de la presentación, cuando nos
envió el borrador a algunos diputados y diputadas, marcábamos claramente lo que
estábamos diciendo acá desde las buenas intenciones para poder contribuir a una
mejor ley.
En ese
momento dijimos que se estaba poniendo el foco en un lugar totalmente
equivocado, que con este proyecto no estábamos otorgando una mayor protección
ambiental y que se respaldaba de alguna manera una idea o una acción peligrosa
que generalizaba y que suponía que detrás de cada superficie afectada de cada
campo que se prendía fuego existe solamente la intencionalidad y la
especulación económica. Esto lo marcamos previo a que ingresara el proyecto.
Una vez
ingresado el proyecto, el 5 de octubre, fue tratado una sola vez en la Comisión
de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano ‑si mal no
recuerdo‑ y discutido a fines de octubre, cuando definitivamente se
dictaminó.
Decimos
esto, señor presidente, porque el proyecto hace un berenjenal y mete todo en
una misma bolsa. No discrimina lo que es un incendio intencional de lo que es
un incendio no intencional. Se hace la separación de prohibiciones en el cambio
de uso del suelo y todo lo que estamos discutiendo por sesenta años y por
treinta años, pero vuelve a meter en una misma bolsa a los bosques nativos, a
los bosques implantados, a las áreas protegidas, a los humedales; en lo que
respecta a los treinta años, mete a zonas agrícolas, pastizales, praderas,
matorrales y zonas periurbanas y urbanas. Esto lo tenemos que decir.
Como ha
dicho la diputada informante del dictamen de minoría, diputada Austin, y
también muchos otros diputados preopinantes, esta norma no crea más protección
ambiental. No construyamos un relato o una narrativa para volver a
autoconvencernos. ¿Por qué digo esto? Como bien dijeron diputados de distintos
bloques, la Argentina ya tiene una normativa que protege; en caso de incendio,
protege al universo de los bosques nativos, a los bosques protectores, a los
bosques permanentes, experimentales y especiales, así como a todas las áreas
protegidas.
Lo hace
a partir del artículo 22 bis de la Ley de Manejo del Fuego, que establece
claramente la prohibición de realizar cambio de uso del suelo de acuerdo a las
categorías que nos da el ordenamiento territorial de bosques nativos, y a su
vez incluye a los bosques no productivos, que están abarcados en la ley 13.273.
La
protección del artículo 22 bis es una protección a perpetuidad ‑esto lo
queremos remarcar‑, por lo que este proyecto de ley no crea una mayor
protección ambiental, por más que tenga la buena intención de hacerlo. Por el
contrario, la disminuye, porque establece una clara restricción al cambio de
uso de los bosques por sesenta años solamente.
Es por
eso que este proyecto es una simple sobreactuación. Podríamos haberlo trabajado
mucho más seriamente, con debates y aportes de todos los bloques parlamentarios
y de las organizaciones socioambientales, como venimos trabajando con la ley de
humedales y como lo hicimos cuando debatimos la Ley de Educación Ambiental. Sin
embargo, en menos de veinticuatro horas una mayoría circunstancial decidió
despachar y no mejorar un texto como para que todos podamos acompañar y
verdaderamente perseguir el objetivo que acá todos decimos compartir y
defender.
Decía
que este proyecto es una sobreactuación porque exagera la intencionalidad que
tiene, de protección ambiental, pero en la realidad no agrega ningún
instrumento para hacerlo. En este proyecto no existe ninguna herramienta para
enfrentar los incendios que ocurrieron y que van a seguir ocurriendo en nuestro
país.
Por
otro lado, creemos que este proyecto genera culpables de forma caprichosa y
peligrosa y criminaliza al propietario de la tierra sin indagar sobre la
culpabilidad para saber si el incendio fue intencional o no.
Como
dije, mete todo en una misma bolsa. Solamente discrimina por las prohibiciones
en el cambio de uso del suelo entre treinta y sesenta años. A su vez, pretende
impedir el uso y la libre disponibilidad de la propiedad por un tiempo
excesivo, que podríamos discutir pero que puede terminar siendo confiscatorio e
inconstitucional, como lo hemos planteado en el debate en la comisión. Esto
atenta claramente contra el derecho a la propiedad que establece el artículo 14
de nuestra Constitución Nacional.
Pero a su vez, por cómo está
redactado, nos está imposibilitando elaborar planes serios y sustentables de
desarrollo urbano, y no de especulación inmobiliaria. Está imposibilitando
infraestructura u obra pública de servicios. Está vulnerando la competencia de
las provincias y de las municipalidades para ordenar sus territorios, y les
estamos impidiendo el desarrollo de cuestiones elementales, como son obras de
infraestructura, de agua y saneamiento, o la gestión de residuos.
Uno de los problemas que presenta este
proyecto es su caracterización demasiado ambigua de las prohibiciones que se
exponen. En este sentido, no podemos saber con certeza a qué tipo de ecosistema
se refiere o qué implica la expresión “emprendimiento inmobiliario”, que tantas
veces escuchamos nombrar por parte del oficialismo. No todos son desarrollos de
barrios privados o countries en el
delta o en algunos otros lugares de la provincia de Buenos Aires.
La imprecisión –sobre todo cuando
estamos discutiendo en materia ambiental‑ nos genera inseguridad
jurídica. Y si realmente perseguimos el objetivo ‑como les decía‑
de proteger nuestros bienes comunes, defender el ambiente y apoyar y promover
un verdadero desarrollo sostenible, no podemos dictar este tipo de leyes, cuya
imprecisión nos lleva a la inseguridad jurídica y a que cualquier funcionario o
miembro de la Justicia la interprete como se le ocurra.
Por
otro lado, creemos que este proyecto –así como está redactado‑ legisla
sobre las cenizas y crea culpables. No nos está permitiendo contribuir en la
prevención de incendios ni mejorar el sistema de alerta temprana ni tampoco
equipar a las fuerzas de seguridad o a los bomberos para que puedan responder a
tiempo.
Esta iniciativa busca establecer
culpables, es decir, admitir prueba en contrario de que todas las personas son
culpables de las consecuencias de los incendios que ocurren en cualquier ámbito
natural de nuestro país. No importa si fue un rayo, si se trata de un incendio
que viene recorriendo kilómetro tras kilómetro, si fue culpa del Estado o si se
cayó una línea eléctrica. No importa nada de eso en este proyecto.
- Ocupa
la Presidencia el señor vicepresidente 1° de la Honorable Cámara, doctor Álvaro
Gustavo González.
Sr. Ferraro.- Pareciera
ser que unos y otros cargan por igual con la consecuencia que les establece
este proyecto.
Los pequeños productores, las
poblaciones rurales y los que viven en los territorios serán los más afectados
por la irracionalidad de esta norma.
Sr. Presidente
(González).- Vaya redondeando, por favor, señor diputado.
Sr. Ferraro.-
Ya termino, señor presidente.
Para finalizar, quiero decir que este
no es un proyecto revolucionario o fundacional en materia de ambiente. Esta
iniciativa peca de excesivo voluntarismo y atenta contra la progresividad y
contra lo que, en definitiva, decimos querer proteger, que es nuestro medio
ambiente. (Aplausos.)
Sr. Presidente
(González).- Tiene la palabra el señor diputado Grosso, por Buenos Aires.
Sr. Grosso.-
Señor presidente: es tarde y hay
muchas cosas para decir.
“Legislan sobre las cenizas”, decía el
diputado preopinante, y lo único que vinieron a proponer a la Comisión de
Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano fue un proyecto para dar
un poco más de recursos al sistema para apagar el fuego.
Si eso no es legislar sobre las cenizas, que
alguien me explique qué es, porque han puesto todo tipo de excusas para que no
lleguemos al acuerdo necesario a fin de poder dar una señal política, que
aparte de sancionar este proyecto, es lo que está buscando no solo mi bloque,
sino todos los que han presentado esta iniciativa al Congreso.
Para colmo, hablan de los pobladores,
de los pequeños productores, de los campesinos. Es casi como un mecanismo
inconsciente: cuando están defendiendo a los que le arruinan la vida a esa
gente, los nombran para ponerlos arriba de la mesa. Si hay algo que complica la
vida de los campesinos, de los pequeños productores y de los pobladores, son los
incendios que generan estos negocios inmobiliarios y rurales en nuestros montes
nativos y en nuestros humedales.
Quería empezar poniendo esto en
contexto. No lo dije la vez pasada, cuando hablamos de Escazú, pero está bueno
que cada vez que se empiece a tratar un tema ambiental hable mucha gente. Eso
no pasaba antes. Todas las bancadas están involucradas, inclusive algunos
tratan de meter en esto la grieta, con lo cual hay más pelea y el tema se
vuelve un poquito más entretenido, aunque a veces es menos productivo.
Lo cierto es que ha aumentado el interés por
los temas ambientales, lo cual es un buen dato. Me parece que habla bien de
este Congreso, y quería destacarlo.
Hay dos elementos globales para
contextualizar este debate. Primero, un problema puntual en un contexto global
y, en segundo lugar, una historia de lucha, de organización, de pelea.
El problema puntual, concretamente,
son los incendios extendidos. Lo explicaron diputados y diputadas, y todo el
mundo vio los números: 900.000 hectáreas de bosques nativos y humedales
prendidas fuego en siete meses mientras transcurría la pandemia. Todos lo vimos
por la tele; lo contaron los diputados y las diputadas que viven en los lugares
donde se produjeron los incendios; todos hablamos de eso.
Según el Sistema Federal de Manejo del
Fuego, el 95 por ciento de esos incendios ‑lo dijeron veinticinco mil
diputados y diputadas‑ es resultado de la acción humana. Alguna diputada
planteaba al principio la necesidad de fortalecer la participación o la
investigación judicial para detener esto, tratando de construir otra vía. Me
puse a buscar cuántas investigaciones judiciales hay. Muy pocas. En siete años
de incendios, veintidós causas judiciales y solo dos personas condenadas.
Me parece que por ahí no va el camino.
Un problema puntual en un contexto global. Voy a apurarme porque hablamos
siempre del contexto global: calentamiento global, crisis climática.
La Argentina tiene una ley de cambio
climático y adaptación, empujada por el compañero Pino Solanas, los Jóvenes por
el Clima y toda la militancia ambientalista que está arriba en los palcos, que
ha instalado el tema en la agenda a fuerza de mucha organización y lucha. (Aplausos.)
Estamos en pandemia. Como decimos
siempre, hay virus de origen zoonótico. Esta es una de las crisis ambientales
más importantes de nuestra historia. En el Pacífico norte tenemos una isla de
plástico con una superficie equivalente a cinco veces la provincia de Buenos
Aires. La ONU dice que en 2050 habrá más plástico que peces en el océano.
También ‑siempre lo explicamos‑
estamos en la sexta extinción masiva. Esta no es como la de los dinosaurios,
que vino un meteorito y desbarajustó todo, sino que es el resultado de la
acción humana, de la depredación que nosotros y nosotras hacemos de nuestro
medioambiente.
Este es el problema en el que estamos
inmersos. Esto es lo que genera que determinadas prácticas que antes se
llevaban adelante hoy sean más expansivas. Esto es lo que genera que haya más
militancia ambiental y se preocupe más por estos temas.
En el Día de la Militancia, permítanme
citar el otro elemento que me parece que hay que incorporar a este debate, que
es la militancia. La Argentina, América Latina y el mundo tienen una larga
historia de militancia en materia ambiental.
En
nuestro país podemos mencionar desde los que empezaron por oponerse al basurero
nuclear de la Patagonia hasta las asambleas en contra de la megaminería, las
movilizaciones, los pueblos campesinos indígenas luchando para no ser
expulsados de la tierra por la expansión de la frontera agropecuaria, las
madres que pelean porque sus hijos son envenenados por los agrotóxicos que
vuelan por los aires, los socorristas ayudando a los cuerpos de bomberos a
apagar los incendios en estos últimos días, la asamblea de Gualeguaychú, las
movilizaciones en Mendoza a fines del año pasado y principios del corriente, lo
que está pasando ahora en Esquel, etcétera.
Por
otra parte, hay algo que es insoslayable, que todos comentan y que son, de vuelta,
los pibes, las pibas y les pibis –como dicen les compañeres- que están ahí
arriba y que aparecieron no solo en la Argentina, sino en el mundo entero y
vinieron a decirnos que “no nos están arruinando solo el futuro, sino también
el presente”. Vinieron a exigirnos no que construyamos una nueva normalidad. Me
gusta citar una frase de una activista y artista travesti, Susy Shock, que
dice: “No queremos ser más esta humanidad”.
Creo
que esos pibes, pibas y pibis vinieron a decirnos a todos nosotros que “no
queremos ser más esa humanidad”, y nos tenemos que hacer cargo. Como dijo la
señora miembro informante de mi bloque, hay que empezar a construir un nuevo
paradigma y a entender que desarrollo y ecología no son más contradictorios
porque el mal desarrollo nos trajo hasta acá. Hay que empezar a pensar en
nuevas formas. Para eso necesitamos discutir con todos los sectores.
Desde
nuestro gobierno estamos dispuestos a empujar todo lo que podamos y transformar
todo lo que haya que transformar. Vinimos a hacernos cargo de la crisis
económica y social que dejaron cuatro años de gobierno neoliberal. Entonces,
¡miren si no vamos a agarrar banderas de lucha de tantos años en la Argentina! (Aplausos.)
Gobernamos
este país con pandemia. Nosotros tampoco queremos ser más esta humanidad. Vamos
a transformarlo todo.
Como
dije, esto se debate con todos los sectores. En eso me parece que hay que
destacar el trabajo del Congreso de la Nación en los últimos siete meses.
Además, tuvimos más sesiones que en el último año del macrismo y lo hicimos en
pandemia.
Pero lo
cierto es que trabajamos entre todos y todas y logramos dar sanción definitiva
al Acuerdo de Escazú, que mencionó la señora diputada Camaño. Dentro de un rato
trataremos el proyecto conocido como Ley Yolanda, que también representa una
lucha importantísima de toda esa militancia juvenil y de mucha gente.
También
esta semana hemos logrado emitir dictamen respecto del proyecto de ley de
educación ambiental, que envió el presidente de la Nación a este Parlamento y a
la que pretendemos llamar “Pino Solanas”, en su homenaje.
Asimismo
estamos debatiendo –esto también lo dijeron los señores diputados del bloque de
Juntos por el Cambio- el proyecto de ley de humedales, que esperamos que
obtenga sanción definitiva. Se presentaron muchísimas iniciativas. (Aplausos.)
Ahora
estamos considerando el proyecto por el que se modifica la ley de manejo del
fuego. Aquí quiero hacer una salvedad, porque me parece que en los discursos de
los señores diputados del bloque de Juntos por el Cambio todo el tiempo se
planteó que era el proyecto de ley del oficialismo.
Este es
un proyecto que firmaron 86 diputados y diputadas. Seis bloques de esta Cámara
han acompañado esta iniciativa; esto fue ponderado recién por la señora
diputada Camaño, que es cofirmante. Hemos discutido las modificaciones en
comisión y en este recinto. Pero la respuesta del bloque de Juntos por el
Cambio es que este es el proyecto de ley del oficialismo.
Como
dijo también la señora diputada Camaño en la comisión, este proyecto de ley
tiene un problema para el bloque de Juntos por el Cambio: el autor. Lo que les
molesta es que este proyecto de ley tenga como autor al diputado Máximo
Kirchner. Les molesta el apellido, pero a nosotros nos da orgullo. (Aplausos.)
Quiero
detenerme un segundo en algunas cuestiones que plantearon los diputados y las
diputadas del bloque de Juntos por el Cambio respecto del proyecto de ley. Voy
a tratar de ser muy rápido.
Me
parece que hubo diputados y diputadas que fueron muy claros. Ya tenemos un
montón de leyes en la Argentina. Sin embargo, vuelvo al principio de cómo
comencé mi exposición: 900.000 hectáreas prendidas fuego, entre humedales y
bosques nativos.
Tenemos
muchas leyes y un problema: muchas de ellas no alcanzan. Inclusive en las leyes
hay algunas trampitas que todos conocen muy bien. Cada cinco años se produce
una actualización del ordenamiento territorial, por ejemplo, de la ley de
bosques. Lo que se quemó y estaba protegido empieza a ser verde. Si es verde se
puede desarrollar económica e inmobiliariamente. Esto es algo de lo que
queremos evitar con este proyecto de ley.
La
señora miembro informante del otro dictamen decía que este proyecto de ley no
es el más benéfico y es regresivo.
También
lo dijo la señora diputada Camaño, quien leyó el final del artículo 22 bis.
Pero por si eso no fuera poco, también hay que leer el artículo 22 ter, donde
se plantea que la prohibición establecida en el artículo 22 bis será extendida,
si así lo indicase el ordenamiento territorial de los bosques nativos de la
jurisdicción correspondiente.
Además,
nadie dice que también estamos incorporando a los humedales y que el objetivo,
como bien dijo una señora diputada preopinante, es darle tiempo de
recomposición a distintos ambientes.
Se plantea
la cuestión de la demagogia. En ese sentido, dicen que venimos acá a hacernos
los que defendemos los bosques, pero no incluimos el tema en el presupuesto
nacional. Asumimos la responsabilidad de avanzar en la modificación del
presupuesto general de la Nación e incorporar el artículo 101, que a su vez
incorpora el 3 por mil de las primas de seguros para financiar el Sistema
Federal de Manejo del Fuego. Esto no lo dijo nadie. (Aplausos.)
Por
otra parte, a los 282 millones de pesos que había se les suman 1.500 millones
de la misma moneda. Eso representa un 10 por ciento más que la propuesta que el
bloque de Juntos por el Cambió nos había traído a la comisión porque querían
financiar el Sistema Federal de Manejo del Fuego. ¿Cómo no estamos de acuerdo con
eso, si propusimos lo mismo que ellos nos estaban proponiendo?
Después
hablaban del Ministerio de Ambiente. En lo relativo a la gestión anterior,
según información publicada por el Ministerio de Modernización, el exministro
Bergman utilizó en su primer año de gestión apenas el 51 por ciento del
presupuesto destinado al Sistema Federal de Manejo del Fuego.
Eso no quedó allí, ya que en lo que duró la
gestión solo se ejecutaron 111 millones de pesos sobre un total de 243 millones
de la misma moneda. En otras palabras, durante la gestión de Cambiemos se
ejecutó menos del 43 por ciento en lo que respecta al Sistema Federal de Manejo
del fuego.
Me
parece que para discutir con sinceridad primero hay que leer el proyecto de
ley, porque no se puede decir que es regresivo si no se lee el final del
artículo, como tampoco que no integra la ley de bosques si no se lee el
artículo que le sigue.
Hubo un
diputado que preguntó por la sucesión. Por suerte la señora diputada Vilar lo
aclaró: estaba acá, en el proyecto de ley que estamos tratando hoy. La venta de
los terrenos también está; así lo establece el articulado del proyecto que
discutimos en la comisión cuando lo presentó el diputado Kirchner y los
diputados de los distintos bloques que acompañaron la iniciativa. Además, lo
debatimos hoy durante todo el día.
Entonces,
leamos el proyecto de ley y hablemos con la verdad. Por más que repitamos las
mentiras, puede ser que algo quede, pero eso no las transforma en realidad. Es
muy difícil discutir así y poder efectuar aportes a estos proyectos de ley.
Hoy
necesitábamos una señal contundente de todo el Congreso de la Nación después
del terrible ecocidio que sucedió en la Argentina al prenderse fuego tantas
hectáreas de bosques y humedales. Necesitábamos que todos los bloques
estuvieran a la altura de las circunstancias.
Lo que
creo es que no es que no saben, sino que están defendiendo otros intereses y no
lo pueden decir. Ese es el verdadero problema: defienden otros intereses y no
lo quieren decir. Defienden el negocio inmobiliario y el negocio agropecuario. (Aplausos.)
El
problema acá es que es incompatible ser neoliberal y ambientalista. Es
incompatible.
-
Varios
señores diputados hablan a la vez.
Sr. Grosso.- Es incompatible ser de Cambiemos y
ambientalista.
-
Varios
señores diputados hablan a la vez.
Sr. Grosso.- Para nosotros, aunque la mona se vista
de seda, mona queda. Y aunque el secretario de Ambiente se vista de árbol…
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Presidente (Massa).- ¡Silencio, por favor!
Sr. Grosso.- Como decía, señor presidente, en realidad
pesan más los intereses económicos que representan. Aunque la mona se vista de
seda, mona queda.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Presidente (Massa).-
Señores diputados: ¡silencio, por favor! Por favor, les pido que se calmen.
Señora
diputada Lospennato…
Señor
diputado Ferraro…
Señor
diputado Ritondo: baje un cambio.
A cada
diputado que habló a lo largo de la noche se lo trató de escuchar y de no
interrumpir.
Continúa
en el uso de la palabra el señor diputado Grosso, por Buenos Aires.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Presidente (Massa).-
Señora diputada Lospennato: si quiere hago la lista de lo que uno y otro
fue diciendo.
Finalice
su exposición, señor diputado Grosso.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Grosso.- Para nosotros la justicia ambiental es justicia
social. La Argentina que hay que construir tiene que ser sustentable
ambientalmente y justa socialmente. Son incompatibles los proyectos
neoliberales con el ambientalismo.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Grosso.- Hay que atar a la pelea por el ambiente a los
sectores populares, no hay posibilidad de construir un mundo sustentable
ecológicamente si no atamos esos intereses a los intereses de los sectores
populares; si no, imagínese…
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Ritondo.- ¡Sos un mentiroso!
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Presidente (Massa).- Señor
diputado Ferraro: si quieren tomamos la versión taquigráfica y leemos las
diferentes situaciones, calificaciones y descalificaciones que se dijeron a lo
largo de la noche.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Presidente (Massa).-
Diputado Juez: cada uno puede expresarse libremente. Déjelo que
termine. Usted no es censor de nadie.
Continúa
en el uso de la palabra el señor diputado Grosso. Por favor, finalice su
exposición.
Sr. Grosso.- Es muy difícil así, señor presidente.
Gracias
por el esfuerzo de hacer que la bancada de Juntos por el Cambio respete la
opinión del resto, cosa que no estoy viendo.
La
verdad es que es muy difícil cerrar así mi exposición. Quiero finalizar
haciendo un homenaje a la militancia, en el día de la militancia. Hoy es un día
muy importante para este Congreso, para la Argentina y para la etapa que se
abre en este país. Vinimos a hacernos cargo del desastre económico que dejaron
ellos durante cuatro años, dándole la espalda al pueblo y por eso hoy aprobamos
el aporte a las grandes fortunas.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Grosso.- Nos vamos a hacer cargo de la demanda de la
militancia juvenil que plantea que la agenda ecológica tiene que ser una agenda
de gobierno y nos venimos a hacer cargo de la agenda feminista también.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Grosso.- Señor presidente, compañeros y compañeras: ¡feliz día para toda la militancia! ¡El fuego
va a dejar de ser un negocio! (Aplausos.)
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Presidente (Massa).-
Solicito silencio, por favor.
Se va a
votar nominalmente en general y en particular el dictamen de mayoría de la
Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, con las
modificaciones introducidas por la señora miembro informante al artículo 1°, que
sustituye el artículo 22 bis, inciso b), recaído en el proyecto de ley por el
que se modifica la ley 26.815, de Manejo del Fuego, sobre el lapso mínimo de
años que garanticen la recuperación y restauración de las superficies
incendiadas. (Orden del Día N° 219)
Previo
a la votación quiero dejar constancia, a fin de que conste para Secretaría, la
abstención del bloque Córdoba Federal en el artículo 3° del proyecto en
tratamiento que incorpora el artículo 22 quáter a la ley 26.815.
- Mientras
se practica la votación nominal:
Sr. Presidente (Massa).-
Quiero aprovechar este momento para agradecer a los jóvenes de las
distintas organizaciones de la sociedad civil que desde ayer a las doce del
mediodía están en este recinto, que compartieron todo el día de sesión, la
noche y la madrugada, y que aún están acá esperando el resultado de la votación
de este proyecto. Muchas gracias a todos ustedes por estar en el recinto. (Aplausos
prolongados.)
Se va a
tomar votación nominal de aquellos señores diputados que están “logueados” y el
sistema no pudo identificar.
Señor
diputado Amaya, ¿puede indicar el sentido de su voto?
¿Señor
diputado Amaya?
-
Luego de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Brizuela del Moral, ¿puede indicar el sentido de su voto?
¿Señor
diputado Brizuela del Moral?
-
Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Señora diputada López, ¿puede indicar el
sentido de su voto?
¿Señora
diputada López?
-
Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Señor diputado Martiarena, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sr. Martiarena.- Mi voto es afirmativo, señor
presidente.
Sr.
Presidente (Massa).- Gracias, señor
diputado.
Señora
diputada Medina, ¿puede indicar el sentido de su voto?
¿Señora
diputada Medina?
-
- Luego
de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Señor diputado Salvador, ¿puede indicar
el sentido de su voto?
¿Señor
diputado Salvador?
-
- Luego
de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Señor diputado Sarghini, ¿puede indicar
el sentido de su voto?
¿Señor
diputado Sarghini?
-
- Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- La Presidencia
volverá a pedir el sentido del voto a quienes no respondieron.
Señor diputado Amaya, ¿puede indicar el sentido de su voto?
-
- Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Al no haberse
expresado, el señor diputado Amaya es considerado ausente en la votación.
Señor
diputado Brizuela del Moral, ¿puede indicar el sentido de su voto?
-
- Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Al no haberse
expresado, el señor diputado Brizuela del Moral es considerado ausente en la
votación.
Señora
diputada López, ¿puede indicar el sentido de su voto?
-
- Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Al no haberse
expresado, la señora diputada López es considerada ausente en la votación.
Señora diputada Medina, ¿puede indicar el sentido de su
voto?
-
- Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Al no haberse expresado,
la señora diputada Medina es considerada ausente en la votación.
Señor diputado Salvador, ¿puede indicar el sentido de su
voto?
-
- Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Al no haberse
expresado, el señor diputado Salvador es considerado ausente en la votación.
Señor
diputado Sarghini, ¿puede indicar el sentido de su voto?
-
- Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Al no haberse
expresado, el señor diputado Sarghini es considerado ausente en la votación.
Se
cierra la votación. Por Secretaría se dará lectura del resultado.
- Finalizada la votación nominal, conforme
al tablero electrónico, sobre 239 señores diputados presentes, se han
registrado 132 votos afirmativos, 96 negativos y 4 abstenciones.
Sr. Secretario (Cergnul).- Hubo 132 votos por la afirmativa, 96 por
la negativa y 4 abstenciones.[7]
(Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Queda sancionado el proyecto de ley.[8]
Se
comunicará al Honorable Senado. (Aplausos prolongados.)
- 33 -
Sr. Presidente (Massa).-
Corresponde considerar el dictamen de las comisiones de Recursos Naturales y
Conservación del Ambiente Humano y de Presupuesto y Hacienda - Orden del Día N°
254-, recaído en el proyecto de ley venido en revisión del Honorable Senado,
sobre formación integral en ambiente, con perspectiva de desarrollo sostenible,
con énfasis en cambio climático, para personas que se desempeñan en la función
pública, denominada Ley Yolanda. (Aplausos.)
aquí orden del día N° 254
Sr. Presidente (Massa).- En
consideración en general.
Tiene la palabra la señora diputada Cerruti, por la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, en su carácter de miembro informante.
Sra. Cerruti.-
Señor presidente: es un buen amanecer en muchos sentidos y ojalá también sea un
nuevo amanecer a este paradigma, al que se refirieron los diputados y las
diputadas que me antecedieron, que prefiero llamar la nueva cosmovisión que
queremos tener sobre las nuevas comunidades, a partir de la idea de nuestros
ancestros.
Apostamos a vivir en un mundo y en un planeta
donde todos y todas tengamos posibilidades de elegir la felicidad a nuestra
manera, con la contención que deben brindarnos los Estados, los gobiernos y los
entes públicos con el fin de lograr el mejor desarrollo posible.
El
proyecto de ley en tratamiento tiene muchas particularidades que deben
alegrarnos a todos; tal vez este sea el momento de mirar de otra manera los
temas que veníamos discutiendo. Esta iniciativa viene del Senado. Una de las autoras es la senadora Gladys
González, de Juntos por el Cambio. Otra
senadora que presentó el proyecto fue María Eugenia Catalfamo, quien fue
miembro informante en el Senado.
Asimismo,
en la Cámara de Diputados, el proyecto de ley fue presentado por la diputada
Álvarez Rodríguez, de nuestro bloque, y por la diputada Crescimbeni, de Juntos
por el Cambio. Por lo tanto, es un proyecto de ley pensado, trabajado y hablado
entre los diferentes sectores políticos, que coincidieron en que la mejor
manera de llamar la iniciativa es “Ley Yolanda”, en homenaje y honor a Yolanda
Ortiz, la primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano en 1973,
durante la presidencia de Juan Domingo Perón.
Yolanda
Ortiz murió el año pasado y no solamente fue la primera mujer, sino que fue la
primera secretaria de Recurso Naturales y Ambiente Humano en la Argentina y en
Latinoamérica. Esa coincidencia y esa visión tenían que ver con una nueva forma
de pensamiento, a partir de aquella famosa carta de Juan Domingo Perón que
trataba los temas del ambiente cuando recién comenzaban a discutirse
tímidamente en el mundo.
Yolanda
Ortiz tuvo un rol muy importante y paradigmático ya que empezó a pensar el
ambiente. Leyendo sus trabajos, encontré algo que me pareció muy interesante.
Ella decía que el ambiente no es “uno de los problemas”, sino que es “el
problema”. Entonces, no podemos pensar en el resto de los temas; no podemos enfocarnos
en el trabajo, la salud, la educación y el buen vivir si no pensamos primero en
el ambiente. Ella también se refería a la complejidad del ambiente y señalaba
que había que tomarlo como un problema complejo en un contexto, en un todo.
Hasta
el final de su vida, al igual que cuando era secretaria de Recurso Naturales y
Ambiente Humano, Yolanda Ortiz hizo hincapié en cuando se toman los problemas
como si se pudieran dividir en rebanadas y se tratara primero una, luego otra y
otra más, y todo no formara parte de un sistema complejo.
La Ley
Yolanda va en sintonía con lo que aprendimos desde el Estado a partir de la Ley
Micaela. Cuando el Estado se hace cargo de un tema, su voz tiene un poder
enorme y eso lo sabemos bien en la Argentina. La mayoría de los países llega a
tratar los temas de ambiente a partir del aprendizaje de las luchas feministas
y ambientales. Por eso hablan mucho del ecofeminismo.
Quiero
agregar que en la Argentina también tenemos que sumar algo muy particular y es
que la lucha de los organismos de derechos humanos, en la construcción de
memoria, verdad y justicia, y la capacidad que tuvieron de transformarlos en un
sentido común colectivo, nos da herramientas para pensar en el modo de avanzar
con los temas ambientales. A ese colectivo, obviamente se suma lo que vino
haciendo el feminismo. ¿Qué tiene esto en común? Lo que tiene en común es que
cuando empiezan a discutirse los temas, son algunas organizaciones las que
activan, militan y están a cargo, hasta llegar al momento en que logra
convertirse en una marea y el Estado se hace cargo de esos asuntos. No ganamos
la batalla si lo convertimos en efeméride, en ley o en currículo de la escuela,
sino si lo convertimos en pensamiento hegemónico, en sentido común colectivo,
en una nueva cosmovisión, viendo hacia dónde vamos y de qué manera tiene que
moverse el mundo.
Algo
más que decía Yolanda Ortiz y que me parece fundamental es que cuando estamos
discutiendo sobre el ambiente, también estamos refiriéndonos al sistema
económico productivo. Vivimos anclados en una visión del mundo productivista y
consumista que hace imposible pensar en políticas ambientales y ecologistas que
vayan por afuera de no cambiar ese paradigma y esa cosmovisión.
Hoy es un
día muy importante porque todos los temas están tan ligado; no solo estamos
abrazados por el día de las militancias y todos estos temas que fueron
activados en su momento por diferentes militancias, sino que también estamos
abrazados porque, cuando discutíamos el aporte extraordinario, estábamos hablando
de cómo hacer un mundo más justo. Si discutimos la ley de fuego y la ley
Yolanda, estamos todo el tiempo hablando de cómo hacer para convertir a este
mundo en un mundo un poco más justo.
Durante la discusión del aporte extraordinario
se dijeron un montón de veces que no nos dimos cuenta de que se cayó el Muro de
Berlín. Yo me recontra di cuenta de que se cayó el Muro de Berlín, pero el
capitalismo no es mejor ni inevitable porque se haya caído; sigue siendo tan
malo, injusto y explotador como antes de que se cayera el Muro de Berlín.
Entonces,
eso no cambia nuestros ideales, nuestras búsquedas, nuestra concepción de que
no es inevitable vivir en un mundo injusto; no es inevitable vivir en un mundo
en el cual en los últimos 100 años la riqueza se ha llevado adelante explotando
–básicamente‑ a la naturaleza y a las mujeres.
Esto es lo
que estamos poniendo como cosmovisión y es lo que queremos cambiar. Es obvio
que cuando nosotros hablamos de explotación, se dan las intersecciones, y
cuando hablamos de mujeres explotadas son más explotadas las mujeres pobres,
las mujeres viejas, las mujeres pertenecientes a tal o cual etnia.
Es obvio
que cuando hablamos de naturaleza, de ambiente y de ecología son más explotados
aquellos recursos donde no pueden defenderlos quienes viven en ese lugar desde
siempre, como son, por ejemplo, las comunidades originarias.
Entonces,
en esa intersección nos tenemos que hacer cargo de cómo cambiamos la
cosmovisión del mundo en el cual estamos viviendo. Al final de este día tan
largo, de tanto debate y después de este intercambio que hemos tenido, nosotros
planteamos que realmente creemos que es muy difícil conciliar la idea de una
cosmovisión de un mundo más justo, más equitativo, donde la riqueza no esté
concentrada en pocas manos, donde el valor supremo no sea sacar la mayor
plusvalía de todo aquello que se toca.
Es muy
difícil conciliar eso con una visión neoliberal de la economía o de la
historia. Lo creemos sinceramente y lo decimos desde nuestra militancia y
nuestra cosmovisión.
Por otra
parte, me parece muy importante que la ley lleve el nombre de una militante
ambientalista que es de otra generación. “Les pibis”, como dicen ellos, o les
pibes trajeron frescura, calle y prepotencia, esa prepotencia de decir: “Es
ahora, no es en el futuro. Es ahora.”, y toda esa fuerza que nos dan.
También
nos parece importantísimo hacer el enlace entre las generaciones porque tenemos
un montón de cosas que cambiar, pero les digo a les pibes que este mundo es
mucho mejor y este país es mucho mejor que el mundo y el país en el cual yo
crecí. Eso fue gracias a la militancia, a las luchas, a las peleas.
Yo crecí
en un país en donde no podías leer Mafalda y en donde tiraban a los militantes
vivos desde aviones al río de La Plata. Yo crecí en un país en donde se jugaba
el fútbol al lado de los campos de concentración. No hace tanto de eso.
Si hoy no
estamos en ese país y si hoy vivimos en un país diferente es porque durante
muchísimos años se salió a la calle a pelear por la democracia, por la
educación pública, porque no cerraran los trenes en los noventa y la lucha de
los telefónicos, porque hubo un 20 y un 21 de diciembre, porque hubo una serie
de luchas que se fueron entrelazando.
En la
sesión anterior, los compañeros hablaron del regreso de la democracia, todo lo
que había significado para ellos el alfonsinismo y el radicalismo y cómo habían
entrado a la democracia de la mano del radicalismo.
Yo y parte
de mi generación entramos a la Plaza de Mayo de la mano de Ubaldini y de la
mano de las Madres de Plaza de Mayo, en aquel marzo del 82, donde intentamos
entrar a la Plaza de Mayo en plena dictadura militar y no nos dejaron llegar.
Para
nosotros ese fue el ingreso a la historia y a la política. No es distinto de
ese país, del país que vivieron aquellos que lo hicieron de la mano del
radicalismo, no eran distintos los ideales ni fueron distintas las luchas que
dimos para transitar la democracia durante todo ese tiempo.
Lo que es
cierto es que hay cosas que efectivamente nos separan, hay cosas que creemos
que no se pueden conciliar porque, por lo menos, mi generación o mis fotos del
82 son de marzo entrando a la Plaza -o tratando de entrar a la Plaza con la CGT
y con las Madres- y también entrando en
abril del 82 a la misma Plaza. Las plazas, a veces, están llenas; a veces,
están vacías, lo que nunca hay que hacer es estar en la plaza equivocada.
En abril
del 82 esa misma Plaza se llenó de argentinos y argentinas. ¿Eran
extraterrestres porque estaban vitoreando a un dictador? No, porque estaban
llevados, como decía Borges, por la famosa adhesión a la realidad de
determinado grupo de gente que va detrás de los discursos de odio, de los
discursos violentos, de los discursos belicistas, de los discursos
triunfalistas.
De esa
sociedad es de la que somos parte y ahí sí tenemos diferencias notorias.
Nosotros estamos por la democracia, estamos por una sociedad ecofeminista,
estamos por una cosmovisión donde se pueda crecer en un mundo más justo, en un
mundo donde cada uno pueda llevar adelante los sueños que quiera soñar de la
mejor manera.
Vamos a
dar esas peleas de la manera en que queremos darlas, como podemos darlas.
Sr.
Presidente (Massa).- Señora diputada: vaya cerrando su exposición, por favor.
Sra.
Cerruti.-
Ya cierro, señor presidente.
La verdad
es que estamos muy orgullosos del día que acabamos de atravesar, del Día de las
Militancias, del aporte extraordinario, de la ley de fuego, de la ley Yolanda,
de que haya llegado a este Parlamento la discusión de la ley del aborto legal,
seguro y gratuito.
Nos parece
que todos esos son pasos pequeños que vamos dando hacia ese nuevo mundo y esa
nueva cosmovisión a la cual queremos arribar.
Lo último
que digo y, sinceramente, lo digo con muchísima humildad porque yo a veces
siento que hay algunas diputadas y diputados ‑no voy a decir, como dijo
el diputado preopinante‑ que no votan una ley por el autor de la
iniciativa. Solamente, digo que a veces se cometen errores haciendo política.
Las socialistas no votaron el voto femenino porque lo presentaba Evita y Perón.
A veces
hay que salir de la trampa de quién es el que está presentando tal o cual tema,
si de verdad estamos de acuerdo en aquello que estamos discutiendo. Muchas
veces, quienes lloramos los mismos muertos, dimos las mismas batallas, tenemos
las mismas victorias, venimos de la generación que peleó por la democracia,
seguramente en la visión del mundo más general, vamos a estar mucho más de
acuerdo que lo que decimos a veces cuando sostenemos determinadas discusiones
políticas.
Entonces,
entendemos que hoy avanzamos un montón y falta muchísimo por hacer ‑por
suerte, siempre va a faltar muchísimo por hacer‑, pero el mundo puede ser
cada día un poco mejor.
Como diría
el poeta Juan Gelman: “Ni a irse ni quedarse, a resistir y esperar que no haya
más penas ni olvidos”. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra la
señora diputada Nilda Mabel Carrizo, por Tucumán.
Sra.
Carrizo (N.M.).- Señor presidente: el cuidado del ambiente debe ser la principal
responsabilidad para todos los que ocupamos un lugar en la toma de decisiones.
Está la posibilidad de construir el futuro en cada una de las decisiones que
tomamos y hacia allí debemos dirigir nuestros esfuerzos.
Yolanda
Ortiz fue la primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano de
Latinoamérica. Con la intención de llevar la educación ambiental a todos los
funcionarios públicos, este proyecto basa sus objetivos en la relevancia de la
educación ambiental como una herramienta necesaria para la construcción
permanente de actitudes que redunden en el beneficio de la naturaleza,
incorporando estos valores como un horizonte a nuestra sociedad ecológicamente
equilibrada y sostenible, e incluyendo en sus políticas y metas la
sustentabilidad en el accionar diario.
Para mí,
como tucumana, es importante este reconocimiento que estamos haciendo en esta
Cámara a Yolanda, quien hizo de lo ambiental un proyecto de vida. Asimismo, fue
la pionera en destacar el rol de la mujer en la sociedad y en la lucha por el
acceso a un ambiente sano.
Señor
presidente: este proyecto es el punto inicial para garantizar la capacitación y
la concientización en los tres poderes del Estado con perspectiva
socio-ambiental.
Acabamos
de debatir la Ley de Manejo de Fuego y en este sentido, quiero hacer referencia
a que durante la cuarentena nuestro país sufrió la pérdida de más de un millón
de hectáreas arrasadas por miles de focos intencionales.
- Ocupa la Presidencia el
señor vicepresidente 1° de la Honorable Cámara, doctor Álvaro Gustavo González.
Sra. Carrizo
(N.M.).-
Los fuegos destruyeron valiosos ecosistemas y sometieron a quince provincias
bajo las llamas. Estos incendios quedaron en su mayoría totalmente impunes,
exponiendo nuevamente la falta de perspectiva ambiental en la Justicia
argentina.
Señor
presidente: tenemos que poner un límite a las prácticas extractivas y tomar
conciencia de la crisis ecológica y sistémica a la cual nos estamos
enfrentando.
Tal
como dije anteriormente este proyecto de ley tiene por objeto garantizar la
formación integral en perspectiva de desarrollo sostenible apoyada en valores
sustentables y ambientales para todos los que nos desempeñamos en la función
pública. A su vez, propone capacitaciones obligatorias para todas las áreas del
Estado. La problemática ambiental es un tema que nos preocupa y ocupa a quienes
escuchamos las demandas sociales, priorizando los reclamos que se sienten en
las calles y en las comunidades originarias.
El
desafío de todos los que estamos cumpliendo funciones es cuidar la casa común,
como dice el Papa, y formar a las próximas generaciones en materia de medio
ambiente, porque sostenemos que sin justicia ambiental no hay justicia social.
Votaré afirmativamente por este proyecto de ley
Sr. Presidenta (González).- Tiene la
palabra la señora diputada Crescimbeni, por Buenos Aires.
Sra. Crescimbeni.- Señor presidente: finalmente llegó
Yolanda. Es un día bastante propicio para que se sancione esta norma porque es
fruto de la militancia de varios jóvenes que hoy están acá, como Máximo, María,
Valeria, Nicole, Bruno, Catalina, Antonela, o sea de históricos militantes del
ambiente.
Son muchas y muchos jóvenes que desde hace
muchos años, particularmente desde el año pasado, se vienen movilizando. Nos
venimos comprometiendo con esta causa también a través del incentivo de que
muchas generaciones se sumen a esta conciencia necesaria para que el progreso
sea sostenible en el tiempo. Hoy es el día de las militancias y vamos a
sancionar la ley Yolanda.
Quiero
compartir el motivo por el cual siendo de Juntos por el Cambio propusimos este
proyecto de ley y lo quisimos llamar “Ley Yolanda”. A la luz de los discursos
que hoy se pronunciaron parece un poco desconectado o inconexo. El objetivo era
trabajar una política de Estado, siendo Yolanda Ortiz la primera secretaria de
Ambiente y la primera mujer en ocupar ese cargo en Latinoamérica.
Las
políticas ambientales para que sean efectivas, para que duren y se sostengan en
el tiempo, tienen que ser políticas de Estado y atravesar a los distintos
gobiernos. Nuestra generación está cansada de políticas calesita ‑que dan
vueltas y vueltas y no van hacia ningún lugar y van cambiando‑ y de que
olvidemos que gobierno y Estado son dos cosas distintas.
Por
esto propusimos un proyecto de capacitación para los tres poderes del Estado,
para los servidores públicos, para incorporar la conciencia de qué
decisiones, desde las más pequeñas hasta
las más estructurales, podemos tomar cada una y cada uno desde su lugar a fin
de contribuir a un futuro sostenible. Esto es lo que está en riesgo.
Por
eso, justamente, la otra parte no tan propicia de hoy es el continuo mensaje de
la grieta que muchos dicen querer desandar, pero que efectivamente terminan
abonando en sus discursos y en las forma de abordar los temas. Efectivamente, si queremos un cambio que se
consolide en el tiempo tenemos que hablar y relacionarnos distinto y debemos
buscar consensos. Los argentinos y las
argentinas están esperando que hagamos eso.
Si hay
algo que siempre tuvo Juntos por el Cambio en todos los partidos que lo
componen es siempre tener conciencia ambiental. Eso no empezó con nosotros,
pero está lejos de haber empezado con el kirchnerismo.
Quizá
se olvidan y, lamentablemente, no reconocen que hemos tenido enormes logros en
política ambiental. Para empezar, en 2016 ratificamos el Acuerdo de París por
medio del cual aumentamos el compromiso de baja de emisiones de carbono.
Nosotros comenzamos a trabajar y suscribimos el Acuerdo de Ezcazú que se
ratificó en este gobierno. También Juntos por el Cambio creó el Gabinete de
Cambio Climático.
No
quiero olvidar de que comenzamos con la construcción del Sistema Riachuelo que
para la provincia de Buenos Aire es imprescindible. También hicimos el
inventario nacional de glaciares que estaba frenado, como así también durante
mucho tiempo estuvo vetada la ley de Glaciares. Eso lo hicimos nosotros.
También
hicimos el inventario de bosques nativos, creamos el Fondo Fiduciario de
Bosques, registramos el récord en la creación de Parques Nacionales duplicando
las áreas, lo cual no había ocurrido desde 1937, creamos la Estrategia Nacional
Contra el Uso de Sebos Tóxicos, especialmente para las provincias que tenemos al cóndor andino. Por otro lado,
creamos las áreas marítimas protegidas. Todo esto buscamos hacerlo en consenso
con muchos de los que hoy son parte del Congreso nacional.
A su
vez, creamos las políticas de mitigación y adaptación en varios de los
distintos ministerios. La política ambiental no es exclusiva del Ministerio de
Ambiente, tal como la perspectiva de género y la perspectiva que debemos tener
cuando pensamos que la Argentina es un país con alta desigualdad. Esta política
tiene que atravesar todas las decisiones que tomamos. Esto es lo que queremos
lograr con la ley Yolanda.
También
presentamos el inventario de gases de efecto invernadero e impulsamos la
estrategia nacional de educación ambiental en 24 jurisdicciones. Espero que se
apruebe el proyecto que viene presentando Juntos por el Cambio desde 2015, que
también presentó la diputada Gisela Scaglia sobre educación ambiental.
Por
otro lado, impulsamos la transición energética. Justamente, si queremos hablar
de un futuro sostenible no podemos frenar la inversión en energías eólicas,
como sucedió este año. Si queremos
actuar responsablemente, uniendo e hilvanando la productividad con la
sostenibilidad en un país que necesita crecer y desarrollarse, es
imprescindible que hagamos una transición responsable. Como decidimos invertir
en energía eólica, llegamos a tener el 10 por ciento de la matriz energética,
pero debemos aumentar nuestro compromiso. Espero que la ley Yolanda sirva para
que todas las funcionarias y los funcionarios que son parte del actual
oficialismo tengan esa conciencia a la hora de tomar decisiones y que no tengamos
una doble vara. O sea, que hoy nos vayamos contentos porque sancionamos este
proyecto de ley no quiere decir que mañana todo siga como si nada hubiera
ocurrido.
Agradezco
a los más de treinta concejales de Juntos por el Cambio que presentaron su adhesión
a la ley Yolanda en las Legislaturas o que ya aprobaron el proyecto en su
provincia. Tal como mencionaron recién, presentamos el proyecto en Diputados,
en el Senado, en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, en la provincia
de Buenos Aires, en Catamarca, en San Juan, en Córdoba y en San Luis y en más
de 20 concejos deliberante, la mayoría de la provincia de Buenos, entre ellos
mi querido Almirante Brown. Creo que junto a muchos concejales –hombres y
mujeres‑ y también legisladores y legisladoras de todo el país de Juntos
por el Cambio estamos pidiendo, exigiendo, demandando e invitando a otras
generaciones a sumase a esta conciencia de cambio ecosistémico.
Si
tuviésemos la ley Yolanda vigente, por ejemplo, no existiría el impuesto al
viento, ni estaríamos comprando soluciones simples a problemas complejos que
requerirán esfuerzo, inversión y mucha creatividad y mucho consenso y diálogo.
Insisto
en que estas políticas tienen que trascendernos. Como dijo un gran presidente,
Raúl Alfonsín: “Será imposible el desarrollo de nuestra Patria si no damos
respuesta a los requerimientos de la justicia social”. Tal como dijeron varios
legisladores, no hay justicia social sin justicia ambiental. Eso requiere de
acciones y no solo de discursos y también requiere de compromisos que se
sostengan en el tiempo.
Insisto:
no a los dobles discursos, sí a la ley Yolanda, que llegó para quedarse. Espero
que las nuevas generaciones nos acompañen. Si no hacemos un cambio ahora, no
tendremos futuro. Mi generación, la de mis hijas, mis hijos y nuestros nietos
no tendrán una Argentina para vivir si no nos tomamos en serio la cuestión del
cambio climático y la necesidad de unir la productividad, la producción, el
desarrollo y el desarrollo sostenible en cada una de las decisiones que
tomamos.
Hoy,
llegó Yolanda y lo hizo para quedarse. (Aplausos.)
Sr. Presidenta (González).- Tiene la palabra la señora diputada Camaño,
por Buenos Aires.
Sra. Camaño.- Señor presidente: poner la temática
ambiental en la disputa política es absolutamente innecesario; es como hacer un
inventario sobre lo que hizo cada uno.
Voy a
hablar con los chicos que están en el recinto para contarles algo. En la
historia de la humanidad existió el Mayo francés, fue un grupo de jóvenes
franceses que salieron a la calle a reclamar; lo hicieron inspirados en una
obra literaria muy interesante que se llamó Primavera
Silenciosa de una bióloga marina, Rachel Carson, publicada en 27 de
septiembre de 1962.
A ella
le valieron todas las adjetivaciones y la denostación porque empíricamente
comprobaba en esa obra el efecto perjudicial de los pesticidas en el medio
ambiente y, especialmente, en las aves. Allí culpaba a la industria química por
la creciente contaminación.
Quienes
tenemos algunos años más recordamos el Mayo francés al sentir de cualquier
estudiante de más de más de sesenta. Después hay alguna que otra página
interesante de hace cincuenta años, que como siempre está vinculada con
filosofías que comienzan planteando cosas de manera desprolija, pero también
con la más sistemática filosofía de la Iglesia. La Iglesia Católica, que por
algo tiene tantos años sobre la Tierra, siempre examina y se interesa por los
temas del momento. Así es como fue precursora de los que se denominaron
“derechos sociales en las constituciones”. El constitucionalismo social fue
alumbrado por las encíclicas papales. También la Iglesia Católica ha demostrado
desde hace medio siglo un interés tremendo en materia ambiental, más allá de
que el Papa Francisco, a través del Laudato si, sea visualizado por las nuevas
generaciones como el propulsor de la necesidad de una mirada ajena al
antropologismo y cercana al ecologismo.
O sea
que, si bien el tema ambiental es nuevo ‑tiene nada más que medio siglo‑,
no deja de estar en la historia. Esto es lo que hay que empezar a aprender para
salir de la grieta de ver quién es el que hizo más. Si ustedes observan –se los
digo a los jóvenes que están en los balcones‑ la enorme cantidad de
legislación que tiene la Argentina, verán que hay una suerte de hilo conductor
que es la Constitución de 1994. Tanto el ambiente como el derecho al desarrollo
nacen separadamente, pero ambos lo hacen como derechos humanos de tercera
generación. Nacen en reuniones de Naciones Unidas, allá por el año 1972. El
derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado fue planteado por
primera vez en Estocolmo en 1972. El derecho ambiental tiene mucho de anclaje
en el derecho internacional y evoluciona cuando en 1982 se adopta la Carta
Mundial de la Naturaleza en Nueva York. No estamos hablando de mucho
tiempo. Por eso yo siempre recalco que la Argentina va acompasada en todos los
gobiernos, fundamentalmente desde el advenimiento de la democracia, poniendo a
tiro y a prueba sus leyes.
Posteriormente,
en el ámbito internacional va consagrándose en diferentes reuniones de Naciones
Unidas, de la Organización de los Estados Americanos, etcétera. Tenemos una
enorme cantidad de legislación internacional. Pero también tenemos que saber
que el derecho ambiental nace a la postre de catástrofes terribles que han
ocurrido y siguen ocurriendo de forma permanente. De hecho, la última
catástrofe que estamos inventariando en materia ambiental es precisamente el
COVID‑19. Esta es nuestra última catástrofe. Minamata fue la primera. La
siguieron el hundimiento de la Amoco Cádiz, Chernóbil, Love Canal en Nueva York en 1978, Bhopal en la India en 1984, el
derrame petrolero de Exxon en 1989, el hundimiento del buque Prestige en 2002,
la isla de basura en el Pacífico ‑que fue mencionada por el diputado
Grosso en su discurso de cierre y ya triplicó el tamaño de Francia y de cinco
provincias argentinas‑ y el retroceso de los glaciares, que es
sistemático e impresionante.
Se
estuvo hablando de la primera secretaria mujer del continente, que fue argentina
y perteneció a un gobierno peronista. Hace poco yo comentaba en una reunión de
comisión que Perón escribió una carta en el año 1972. A mí me llama siempre la
atención esta carta porque la escribe un presidente repudiado y exiliado. La
carta es muy atrevida y vale mucho la pena leerla. Léanla, porque no tiene
desperdicio, máxime cuando uno se configura quién la escribe y dónde la
escribe. Allí él dice algo que impacta. Reitero que fue escrita en el año 1972.
Les dice a los pueblos unidos del mundo que hay que hacer algo, que el ambiente
es una prioridad. Además, dice que en veinte años van a desaparecer unas
doscientas especies. ¿Saben cuántas especies están por desaparecer hoy?
Alrededor de cinco mil. Miren la diferencia que hay en tan poco tiempo. O sea
que el deterioro del ambiente viene siendo cada vez más terrible.
Sr.
Presidente (González).- Diputada: vaya redondeando por favor.
Sra.
Camaño.-
No quiero dejar de mencionar el desastre minero de Brasil de 1919, el Sargazo
en la costa caribeana de México y, finalmente, como ya dije, el COVID‑19.
Estas
son las cosas que nos tienen que convocar. Esta ley va a generar la idea de una
conciencia ambiental en los tres poderes del Estado para que, desde ellos,
dejemos de hablar de partidocracia y empecemos a hablar de los grandes temas
que nos preocupan. El ambiente debe ser un tema que nos preocupe y nos ocupe.
Sr.
Presidente (González).- Tiene la palabra el señor diputado Felipe Álvarez.
Sr.
Álvarez.-
Señor presidente: en nombre del bloque Acción Federal, quiero destacar la
iniciativa de la Ley Yolanda y felicitar a los autores e impulsores del
proyecto, ya que nos permite dar un paso valioso para generar conciencia y
modificar conductas.
Se
trata ni más ni menos que de la formación ambiental integral y obligatoria para
todos los que somos parte de la administración. Es un antes y un después,
porque todos los que tenemos responsabilidades públicas y prestamos bienes y
servicios públicos tenemos la obligación de tomar conciencia de las
consecuencias ambientales que generamos con las decisiones y acciones que
realizamos.
En
lugares de nuestro país como mi provincia, La Rioja, la problemática ambiental
adquiere una relevancia vital. La Rioja es una tierra bendecida por recursos
naturales y una biodiversidad únicos, pero a la vez sufre la escasez de otros
recursos esenciales como el agua. A esto tenemos que agregar la falta de
conciencia ambiental a la hora de planificar políticas públicas por parte de
los gobiernos durante décadas. Por otro lado, está la falta de un abordaje
serio y profundo en lo que hace a la eficiencia energética y al desarrollo
sustentable.
Yo
no tengo dudas de que hoy son las generaciones más jóvenes las que llevan
adelante este cambio. Son las verdaderas protagonistas de esta revolución
cultural que es la toma de conciencia de las consecuencias ambientales que la
acción humana genera sobre la degradación del ambiente. Por eso, desde hace un
tiempo en mi provincia y junto con un grupo de profesionales, estudiantes y
jóvenes riojanos, decidimos conformar un centro de estudios ‑INNOVA La
Rioja‑ a fin de aportar ideas a la agenda de debate y nuevas soluciones a
los viejos problemas que enfrenta la provincia. Venimos trabajando fuertemente
en el problema ambiental.
Debo
decir que hay temas como la protección de los ecosistemas o el cambio climático
que sin duda tenemos que incluir. Esto a su vez no tiene que hacernos perder de
vista que hay otros problemas, como el de la basura, que aún no han sido
resueltos. En la Argentina se evidencian graves problemas ambientales en
materia de disposición final de residuos. Con datos que surgen del propio
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, hasta el año
pasado existían 8.600 hectáreas de basurales a cielo abierto. La realidad riojana
no está alejada de esos datos. El 80 por ciento de los residuos domiciliarios
va a parar a basurales a cielo abierto. En La Rioja se advierte aún una
superposición de facultades entre la provincia y los municipios, y existe una
cuestión paradójica. El gobernador actual, que fue intendente de la capital por
doce años, en su momento recibió los recursos para ejecutar y construir la
planta de tratamiento de basura, pero esta nunca se realizó. Los fondos no
fueron rendidos y por ende las gestiones posteriores no pudieron gestionarlos
para comenzar la planta. Ese fue mi caso cuando fui viceintendente y hoy le
pasa a la intendenta actual.
No
obstante, el gobernador de la provincia acaba de firmar esta misma semana un
convenio con el BID para recibir 130 millones con el objeto de construir esa
planta que nunca se hizo. Esperemos que esta vez se construya. Pero más allá de eso, que no es menor,
esa superposición de facultades lo que hace es que no haya coordinación entre
los sectores público y privado, hace también que no haya un plan integral en
materia de educación ambiental y también impide tomar decisiones sostenidas a
largo plazo.
La
gestión eficiente de los residuos sólidos urbanos como método para proteger el
ambiente sigue siendo una deuda pendiente. Es prioritario que generemos
conciencia, que cambiemos hábitos, pero también que realicemos acciones
concretas todos los días en los espacios diarios en los que nos movemos: la
casa, el trabajo, la escuela. Y no tengo dudas de que esta ley va en ese sentido.
Yo
quiero agradecer y felicitar a los cientos de riojanos que nos acompañaron con
su firma a fin de impulsar y difundir esta ley. Quiero convocar también a la
Legislatura de mi provincia, a todas las legislaturas del país, como también a
los concejos deliberantes, a fin de adherir a esta ley.
El
camino que queda es largo, se requiere una toma de conciencia y cambios de
hábitos muy arraigados en lo individual y en lo colectivo. Esta ley es un buen
comienzo, aunque no solo debe recaer la formación y la concientización en las
autoridades, se precisa la toma de conciencia de la acción de todos los
sectores de la sociedad comprometidos con hacer del lugar que habitamos un
lugar sustentable.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra el señor
diputado del Caño, por Buenos Aires.
Sr. del Caño.- Señor presidente: en primer lugar,
quiero decir que entiendo la preocupación, la iniciativa de distintos sectores
del movimiento socioambiental con la idea de todo lo que tiene que ver con la
educación en lo que hace a la defensa del medioambiente.
Sin
embargo, quiero llamar la atención en algo. Creo que cruzó un poco el debate de
la ley anterior que aprobamos, que tiene que ver con que en el tema del modelo
extractivista, del agronegocio, del fracking, de la megaminería no hay grieta.
Entonces, lo que no compartimos es la idea de que una capacitación de los
gobernantes, de los funcionarios políticos vaya a modificar esa voluntad
política de defender los intereses de la Barrick Gold, de la Chevron, de
Monsanto.
Hace
décadas que vienen impulsando este modelo extractivista y lo vienen sosteniendo
los gobiernos de distintos colores políticos. Entonces, por ejemplo, ¿cómo le
explicarían a los activistas que fueron detenidos por la policía de Arcioni ‑fueron
a la casa, los trataron como terroristas a los luchadores en defensa del medio
ambiente‑, que le van a hacer un curso Arcioni para educarlo sobre el
problema socioambiental? Es una hipocresía absoluta.
Nosotros
creemos justamente en esa movilización masiva del pueblo de Chubut y, como dije
anteriormente, también en Mendoza. Fíjense que a fines del año pasado hubo un
pacto del gobierno de Suárez con la oposición del PJ y votaron entre gallos y
medianoche tirar abajo la ley 7.722, porque iban a modificar lo fundamental de
esa ley que protege el ambiente en Mendoza, que prohíbe el uso de las
sustancias tóxicas en la megaminería. ¿Cómo se educó el gobierno? Con una
movilización popular que lo puso contra las cuerdas y así tuvieron que
retroceder la UCR y el PJ. Es el único lenguaje que entienden los que han
aplicado este modelo extractivista durante años y años.
Entonces,
nosotros tenemos la obligación de señalar esa hipocresía de los bloques
mayoritarios y tenemos la obligación de señalar a todo el movimiento de lucha
en defensa del medioambiente, a todos los pueblos que hoy están en las calles y
que, obviamente, creo que les parecería completamente contradictorio pretender
educar a quienes los están reprimiendo para defender los intereses de las
megamineras. Quiero plantearles que la única perspectiva es una movilización
independiente y obviamente en contra no solo de los gobiernos sino de esas
grandes empresas y esos monopolios capitalistas, que lo único que quieren es
saquear los recursos y nos dejan la contaminación, como hemos visto durante
todos estos años.
Por
eso, quería hacer uso de la palabra para hacer este planteo en relación a la
ley Yolanda.
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora
diputada del Plá, por Buenos Aires.
Sra. Del Plá.- Señor presidente: seré breve porque se
ha dicho mucho a lo largo de estas dos jornadas.
¿Es un
problema de educación que el canciller Felipe Solá haya firmado un acuerdo para
traer al país una megafactoría de cría de cerdos totalmente contaminante? ¿Es
un problema de educación que ningún funcionario del gobierno nacional hasta
ahora haya dicho que cancelan definitivamente ese acuerdo? (Aplausos en las galerías.) Claramente,
no. Claramente, no es un problema de educación, es un problema de intereses.
Entonces,
una cosa es la educación ambiental en las escuelas ‑que ya, de todas
maneras, hicimos el alerta de que no puede haber ninguna empresa que desarrolle
actividades contaminantes metida en el financiamiento de instituciones
educativas públicas o privadas, ni mucho menos en ningún consejo asesor‑
y otra cosa es que acá se pretenda decir que lo que hacen los funcionarios es
un problema de falta de educación. ¿Acaso alguno va a decir que quien autorizó,
como ya mencionó mi compañero Nicolás del Caño, el tema de Mendoza no sabía que
el uranio es contaminante del agua? ¡No!
Cuando
presionan para que en Chubut se autorice la minería ‑que ya Esquel y todo
Chubut dijeron que no, que en Chubut no se permite la minería contaminante‑
estamos con la asamblea popular ambiental contra las persecuciones del
gobernador Arcioni y su policía, porque no es gente que no sabe. No, no, no.
Una cosa es la educación en las escuelas, en las universidades y otra cosa es
pretender que los funcionarios están asociados con los intereses de las mineras
porque no saben. No.
Como el
acuerdo de Escazú, sobre el que también hice el alerta al decir que los
gobiernos firman esos acuerdos porque, en definitiva, no los comprometen a nada
distinto de lo que ya están haciendo, esta ley no la podemos acompañar, porque
tiene el objetivo de encubrir lo que están haciendo los que permiten la
contaminación y la depredación del ambiente.
Entonces,
a desenvolver fuertemente la educación, pero especial y fuertemente la lucha de
las asambleas y los movimientos ambientales con total independencia de todos
estos intereses que están enquistados en los gobiernos que dejan hacer a todos
estos intereses económicos, que son los que depredan el ambiente y no es un
problema de desconocimiento.
- Ocupa la Presidencia, el señor presidente
de la Honorable Cámara, doctor Sergio Tomás Massa.
Sra. Del Plá.- La Argentina está segunda en el
ranking de superficies incendiadas, incluso más que el Brasil de Bolsonaro, al
que se lo ha denunciado internacionalmente por no hacer nada por los incendios.
No podemos decir que es porque los funcionarios no saben. Es porque son
cómplices de esta depredación y entonces no es un problema de educación. Esos
intereses enfrentados son los que las asambleas ambientalistas, lo que los
movimientos independientes de lucha en este sentido, derrotan con su
movilización.
No hay
otra alternativa, es lo único que nos va a permitir defender el ambiente,
porque los cómplices de la depredación son los que permiten las actividades de
las empresas, que prefieren defender sus ganancias a costa del ambiente de
todas y todos nosotros y del resto de las especies.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Contigiani, por Santa Fe.
Sr. Contigiani.- Señor presidente: quiero adelantar con
mucho gusto y beneplácito el acompañamiento de este proyecto de ley que lleva
el nombre de Yolanda Ortiz, la primera mujer funcionaria –secretaria‑ en
un tema de ambiente en la Argentina. Mucho más cuando es impulsada por un
movimiento de jóvenes y de organizaciones que están planteando uno de los temas
fundamentales del mundo: lo que refiere al medioambiente y a nuestros recursos.
También
quiero plantear que el contexto mundial en este tema nos indica que estamos en
una situación límite. Como dicen algunos, nos corre el reloj. En términos de
superficie, la frontera agrícola en el mundo cada vez es más chica; excepto en
algunas regiones de África o de Sudamérica, no hay más tierra. Solo podemos
crecer verticalmente, no por superficie.
Conocemos
los efectos que producen en el ambiente y en el cambio climático los gases de
efecto invernadero y el impacto que tiene el cambio climático principalmente en
los pueblos más pobres del mundo, que son los que más lo sufren, por sequías o
por inundaciones. También conocemos el impacto que tiene en la producción de
alimentos, el clima y la agricultura.
Sabemos
lo que ocurre con el recurso tierra, con la pérdida de fertilidad y de
biodiversidad y lo importante que es mantener cada vez más el recurso
fitogenético y evitar que las multinacionales se apoderen de él mediante
sistemas de patentes que permiten controlar las cadenas alimentarias.
Estamos
en un momento límite en el mundo. Enfrentamos diversas problemáticas: el
consumo, el descarte, la basura, la cuestión nuclear. Por eso necesitamos de
estos jóvenes y de estas organizaciones.
Aquí me
separo de los extremos. No creo ni en un productivismo basado en la razón
instrumental moderna y materialista que nos lleva al extractivismo ‑donde
la materia prevalece por encima de todo bien social, todo bien humano y
ambiental‑ ni tampoco en un ecologismo cerrado y aislado del hombre y los
pueblos. Creo en la integración.
Traigo
en este momento ‑y voy a citarlo‑ uno de los documentos más
importantes en términos medioambientales o ecológicos que se haya escrito en la
última década: el Laudato Si, la carta encíclica del Papa Francisco.
Allí se
definen la crisis ecológica, la ecología integral y la conversión ecológica.
El
Laudato Si define a la crisis ecológica como a una eclosión o una manifestación
externa de una crisis ética, cultural, antropológica de la modernidad. Es
decir, la crisis ecológica es una crisis antropológica social del hombre de
estos tiempos que debemos modificar. Aquí algo se dijo sobre la cuestión de los
derechos, de la agenda de la mujer, de los jóvenes y demás. Es una crisis
antropológica la que nos llevó a esta situación.
Por eso
es importante tener una visión integral de la ecología para poder salir de esta
crisis antropológica, humana ante todo, y tratar ‑con esa visión integral‑
de plantear interacciones, no desde los extremos sino con una integración del
cambio antropológico y social, desde el bien común, desde la amistad social,
recuperando los sistemas naturales sociales e integrando las tecnologías. Por
eso es muy importante lo que estamos discutiendo.
Esta
iniciativa, en el artículo 1°, dice algo muy importante. Se refiere a la
necesidad de garantizar la formación integral en ambiente con perspectiva de
desarrollo sostenible. Que hayan puesto “desarrollo sostenible” ya es una
definición en sí misma que tiene una envergadura muy importante.
¿Por
qué tenemos que apostar a esta formación en los cuadros dirigenciales y en las
grandes burocracias del Poder Ejecutivo? Porque aquellas multinacionales que
los diputados preopinantes mencionaron tienen recursos económicos suficientes,
están formando cuadros dirigenciales en todo el mundo, invierten mucho en eso.
Nosotros tenemos que invertir, en términos de política pública, en esta visión
de salir de una crisis antropológica que nos llevó a estos niveles de crisis
para ir hacia un nuevo estado de situación donde recuperemos al hombre, al ser
humano, a los pueblos y, por ende, al medioambiente.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado
Maquieyra, por La Pampa.
Sr. Maquieyra.- Señor presidente: me alegra que hoy esté
presidiendo esta sesión y que sus resultados hayan sido negativos. Lamento ‑y
esto no es una crítica hacia usted sino hacia el sistema que hoy tenemos‑
que muchos pampeanos sigan teniendo que guardar catorce días de aislamiento
luego de haber estado en contacto estrecho con un caso de COVID positivo;
incluso, en mi provincia, cuando son contactos de un contacto estrecho. Ojalá
podamos retomar el tema que tratamos en la sesión anterior para que haya un
protocolo único para todos los argentinos y no haya ciudadanos de primera y de
segunda. Pero, insisto: no es una crítica hacia usted sino hacia el gobierno
nacional.
Señor
presidente: celebro que estemos tratando la ley Yolanda. Es una buena noticia
que, frente a la crisis climática existente ‑no solo a nivel nacional
sino mundial‑, estemos tratando leyes que busquen de alguna manera
capacitar a todos los actores de la vida pública, a los tres poderes: el
Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
Esta
ley busca eso, que tengamos una capacitación constante. Cuando uno se capacita,
aprende y sabe de qué habla. Es bueno que todos los ciudadanos del poder
público estén capacitados ya que son quienes están al frente de las decisiones
que se toman.
Quiero
dar tres ejemplos de por qué hubiera sido bueno que esta ley estuviera vigente
hace años.
En
primer lugar, con respecto a la energía renovable, a la ley de energía
distribuida, si los funcionarios hubieran estado capacitados, en La Pampa ya
tendríamos una ley de energía distribuida. Si hubiéramos dejado las banderías
políticas de lado, hoy los pampeanos tendríamos ‑sé que la energía
renovable es uno de los pilares de la gestión actual de la provincia, quizá no
de la anterior‑ una ley de energía distribuida que permitiría que todos
los ciudadanos puedan generar energía en sus casas y conectarla a la red
provincial.
En
segundo lugar, en cuanto a la producción, creo que hay que dejar de lado la
diferencia que pueda haber entre medioambiente y producción. Me parece que
debemos llegar a un punto en que la producción sea sustentable. Por eso, si
tuviéramos legisladores ‑sobre todo en la provincia de La Pampa‑
capacitados en cuestiones ambientales gracias a esta ley, no tendrían ese
prejuicio y no confundirían lo que es un fertilizante con un agroquímico;
entenderían que los fertilizantes no producen ‑sobre todo cuando se
manejan bien‑, al igual que los agroquímicos, un problema ambiental. Por
eso, creo ‑hablo con cientos de pampeanos que producen en La Pampa y lo
hacen de manera sustentable‑ que se puede producir cuidando el
medioambiente.
En
tercer lugar, quiero referirme a una problemática de mi provincia, a la del río
Atuel, que se ha secado. Usted lo sabe, señor presidente, ya que ha ido a la provincia.
Ojalá
que todos los militantes del medioambiente, los chicos y chicas que nos
acompañan hoy, sepan que no podemos permitir otra vez que una represa seque un
río. Lo lamento por los diputados de Mendoza, pero ojalá la ley Yolanda hubiera
estado vigente en el primer gobierno de Perón ‑cuando inauguró la represa
de Los Nihuiles sobre el río Atuel‑ y no en el tercero. Porque eso secó
el oeste pampeano. Si hubiéramos tenido líderes ‑incluso en Mendoza‑
capacitados con la ley Yolanda, habríamos evitado lo que ocurre hoy e, incluso,
estaríamos cumpliendo el fallo de la Corte y le hubiéramos dado a La Pampa lo
que se merece: agua en el oeste pampeano.
Señor
presidente: sé que me he extendido en el uso de la palabra. Voy a finalizar.
Hoy se
trata esta ley que viene del Senado por iniciativa de una diputada de Juntos
por el Cambio que lo presentó en esta Cámara y la he acompañado. Se trata de la
señora diputada Camila Crescimbeni. Este proyecto lleva el nombre de Yolanda,
pero no es sólo de Camila. Hoy hay que dejar de lado las banderías políticas
porque esta ley es de todos los argentinos. Lamento que algún grupo se quiera
apropiar de esta ley porque es de todos los argentinos y argentinas. Es de los
chicos y chicas que están en las galerías apoyando esta ley. Esta ley no es de
un partido sino de todos los argentinos.
Por eso
hoy hemos avanzado en la capacitación para el ámbito público, pero nos queda
hacerlo en el ámbito privado. Queda todavía debatir, mejorar y aprobar la Ley
de Educación Ambiental. A su vez, hay que sumar uno de los proyectos que he
acompañado, incluso fui quien lo escribió, respecto a que en todas las escuelas
y en todo el ámbito público y privado se separen los residuos. Espero que
avancemos para que no sea solamente en el ámbito público, sino que el privado
tenga la cuestión ambiental en la cabeza.
Reivindicamos
a Yolanda y a la cuestión ambiental. Por eso se lo debemos no sólo a Yolanda
sino a las generaciones futuras y presentes, a los chicos y chicas que están
hoy acá y por eso le pedimos que se sancione este proyecto. (Aplausos en las
bancas y galerías)
Sr. Presidente (Massa).- Quiero recordarle a los diputados y
diputadas que revisen el VPN y su “logueo”
porque quedan dos oradoras de tres minutos y luego procederemos a votar.
Tiene
la palabra la señora diputada María Rosa Martínez, por Buenos Aires.
Sra. Martínez (M. R.).- Señor presidente: es una alegría que esté aquí
presidiendo esta sesión.
Escuchando
atentamente a todos y todas quiero decir que es un gran honor que esta ley
lleve el nombre de Yolanda Ortiz. Estamos hablando de una gran luchadora
ambientalista. Tal como mencionaba la señora diputada Camaño, es importante
recordar de dónde venimos. Eso también lo dice nuestra vicepresidenta de la
Nación, Cristina Fernández de Kirchner.
Recordar
de donde venimos es recordar la carta y el llamado de Perón a los pueblos allá
por el año 1972 para poner en evidencia la necesidad urgente de que todos los
pueblos empezáramos a pensar que el ser humano no puede ser entendido por
separado del ambiente. En ese llamado a la humanidad y en el cambio de las
condiciones de vida de todos nosotros, él proclamaba la necesidad de acciones
urgentes. Los diputados de la izquierda hablaban del deterioro del
medioambiente con la política que dejaba de lado la vida humana y se vinculaba
a que se generara un consumismo improductivo. Perón hablaba de cuidar el
ambiente con uñas y dientes. Perón hablaba de la voracidad de los monopolios
internacionales que buscan alimentar un tipo absurdo de industrialización y
desarrollo en centros de alta tecnología.
Hablaba
también de la tecnología y del uso de la misma en beneficio de la humanidad y
del medioambiente. Y de que la extracción de las riquezas naturales no debía
producir injusticia social.
Además,
hablaba en defensa de los intereses de los países y sobre todo de los pueblos,
y también hablaba del problema de la injusticia de la depredación del Tercer
Mundo y de esa injusticia social y desigualdad como causas del deterioro del
medioambiente.
Asimismo,
el Papa Francisco vuelve a hablar sobre el tema en Laudato Si. Pertenezco al
Movimiento de los Cuidadores de la Casa Común. La idea es que nuestra casa
común que es la madre tierra -él la llamaba la hermana tierra- es el lugar
donde los hombres, mujeres y les niñes tenemos que empezar a entender que somos
partes y no dueños.
Esa
convocatoria impresionante a la acción se vincula directamente con la
posibilidad de comprender, analizar, organizarnos y luchar.
Yo
también pertenezco al partido de Almirante Brown. Allí, durante el primer
mandato de nuestro intendente, pudimos sancionar una ordenanza que fue la base
para empezar a trabajar de manera sistemática en el cuidado del ambiente.
Sancionamos una ordenanza que hablaba de la necesidad de vincular el cuidado
del ambiente con un registro de recicladores, de productores y de empresas de
nuestro parque industrial. Se trata del segundo parque industrial del país
después de Pilar. La idea es que exista una relación directa entre el cuidado
del ambiente y el respeto a los trabajadores recicladores, su organización y el
tratamiento sistemático y saludable en las escuelas y en las familias, teniendo
en cuenta la posibilidad de que no aumente la cantidad de basura. También se
busca el tratamiento de los desechos orgánicos y del plástico para que puedan
ser aprovechados en la industrialización y mejorar la vida y la dignidad de los
trabajadores recicladores.
Estoy
orgullosa de que estemos a esta hora de la mañana tratando esta ley tan
importante para nuestro país, para nuestros ciudadanos y ciudadanas y para los
jóvenes que aquí se encuentran.
Llamamos
al espíritu de lucha y combate contra la depredación y a favor de la causa más
noble, que es el cuidado de la vida, no solamente de los seres humanos sino de
la naturaleza toda, la integración y sobre todo ocuparnos de que no haya niños
pobres, niños hambrientos, desigualdad ni descarte en esta sociedad.
Bienvenidos
chicos y chicas a esta batalla que involucra al gobierno, al Poder Legislativo,
jóvenes y a los adultos. Sepan que venimos de esta visión, protagonismo y
acciones que Yolanda llevó adelante en el gobierno de Perón del 73. Nosotros,
nosotras y nosotres estamos dispuestos a poner eso en escena. Durante el
gobierno anterior se bajó de rango al Ministerio de Ambiente, el cual ahora se
ha puesto a la cabeza de esta lucha por la mejora del ambiente. (Aplausos en
las bancas y en las galerías.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Austin,
por Córdoba.
Sra. Austin.- Señor presidente: celebro que estemos tratando esta
ley. Agradezco a la diputada Camila Crescimbeni que ha hecho una presentación
excelente y un gran trabajo para que esta ley pueda salir. (Aplausos en las
bancas y en las galerías.) Reconocer las ideas le hace bien a la reconstrucción
de la memoria. En las galerías la veo a Cata tirando la idea de ponerle un
nombre, con generosidad política (Aplausos.) para que todos y todas
desde distintos espacios políticos nos sintamos contenidos en una ley tan
importante como esta.
Quiero
reconocer el enorme trabajo que sin lugar a dudas vienen haciendo las
organizaciones de la sociedad civil y las organizaciones ambientalistas para
remover el avispero con la idea de que muchos temas que durante mucho tiempo
estuvieron ocultos en el debate público estén hoy en la agenda de este
Congreso.
Voy a
cerrar mi exposición con un comentario positivo. Pero quiero formular dos
conceptos para que no nos quedemos -ni unos ni otros- con bronca respecto de lo
que pasó recién. Pedimos disculpas por los modos que quizás no son los mejores.
Me veo en la obligación de decir qué nos ofendió.
Nos
ofende que nos digan, nos achaquen, nos invoquen cuestiones de intencionalidad
política, cuando nosotros empujamos desde la buena fe los debates para mejorar
las leyes ambientales, pero desconocen también su propia historia. Por supuesto
que cada uno podría señalar errores en los gobiernos de cada quien. Pero
ustedes, compañeros y compañeras que celebran el Día de la Militancia, tienen
muchos errores y ojalá este gobierno venga para rectificarlos. Pero tienen la
historia de la Barrick Gold, tienen la historia del fracking, tienen la
historia del veto a la ley de glaciares, tienen la historia de Chubut con la
minería, que no empezó ahora. Esto lo conté en la Comisión de Recursos
Naturales y Conservación del Ambiente Humano, es decir, esa historia arrancó
hace mucho tiempo, cuando yo todavía estaba en la escuela secundaria.
Tienen
hoy las iniciativas del gobierno, y no se ponen de acuerdo en si quieren
desarrollo sostenible o si quieren cerdos. Tienen el hecho de que en este
Congreso ustedes votaron bajar las retenciones y los impuestos a la minería.
Ustedes hoy votaron la habilitación del 25 por ciento -como ya lo dije- para lo
que es el fracking y el gas. Es decir, busquemos realmente los puntos en
común en donde nos podamos poner de acuerdo, y no tengo duda de que va a haber
un montón de leyes.
Por
último, en los pocos segundos que me restan, quiero celebrar esta ley, que es
importantísima, porque indudablemente viene a reforzar en el Poder Legislativo,
en el Poder Judicial y en el Poder Ejecutivo un montón de cosas que ya
mencionábamos cuando se trató el Acuerdo de Escazú, acuerdo que va a permitir
que nuestro país fortalezca todo su marco normativo.
Hablaba
Escazú de garantizar justicia ambiental, participación ciudadana y acceso a la
información pública ambiental. Para eso necesitamos ciudadanos formados; para
eso necesitamos que se conozcan los marcos normativos, y como dijo Cami,
Yolanda llegó, y lo hizo para quedarse. (Aplausos en las bancas y en las
galerías.)
Sr. Presidente (Massa).- Para cerrar la lista de oradores, y
pidiendo a los diputados y las diputadas que revisen su VPN, tiene la palabra
la señora diputada Spósito, por Río Negro.
Sra. Spósito.- Señor presidente: agradezco a los militantes que
están en las galerías. Ya son las 8 de la mañana y ellos estuvieron escuchando
todo el debate.
Sin
dudas, hoy amanecimos en un país más justo. Venimos de semanas en las que
estuvimos construyendo un país más justo para todos los argentinos y las
argentinas, un país verde. Podríamos decir que es una semana y un mes verde, en
razón de la firma del Acuerdo de Escazú y la reglamentación del cannabis para
uso medicinal, respecto de la cual nos enteramos hace pocos días, y fue una
alegría y una solución para muchas familias y muchas madres que venían
esperando esta reglamentación. Ayer también ingresó el proyecto de ley sobre
aborto y hoy sancionamos la ley referida al manejo del fuego.
Asimismo,
hace pocas semanas se trataron proyectos referidos a educación ambiental y
plásticos de un solo uso, y aún nos falta sancionar la ley de humedales.
Esperamos tenerla pronto, porque es también una demanda de todo el país.
Yendo a
este proyecto de ley, pregunto: ¿cómo no lo vamos a acompañar? ¿Cómo no vamos a
ponernos de acuerdo en este recinto para sancionar una ley que busca garantizar
todo aquello de lo que venimos hablando durante todo este año?
Hoy en
la agenda pública de este gobierno está el medioambiente. Entonces, ¿cómo no
vamos a acompañar esta iniciativa, que busca garantizar la formación
obligatoria en perspectiva de desarrollo sostenible para los tres poderes del
Estado, en todos sus niveles, desde los municipios, las legislaturas y a nivel
nacional?
En
todas esas áreas se desempeñan personas responsables de muchas decisiones que
tenemos que tomar. Reitero: esto se dará en los municipios, las legislaturas, y
demás niveles.
¿Cuántas
veces hemos visto que en nuestros municipios o en nuestras provincias se
tomaran decisiones erróneas frente al medio ambiente, y hemos estado allí,
defendiendo esas posturas? ¿Cómo no vamos a acompañar esta norma, cuando lleva
el nombre de Yolanda, una incansable luchadora por los derechos ambientales?
¿Cómo no la vamos a acompañar?
Hoy
vemos que quienes alzan la voz en pos del cuidado ambiental son las y los
jóvenes militantes, quienes tienen una gran preocupación, y nosotros tenemos
que dar una respuesta a esto. Nosotros tenemos hoy la posibilidad de cambiar la
historia. Muchos diputados y diputadas hablan de la historia. Seguramente hemos
cometido errores en el pasado. Pero hoy los diputados y las diputadas del
Frente de Todos que estamos acá sentados tenemos compromisos con el
medioambiente y lo vinimos demostrando durante todo este año.
Hoy
Yolanda vino para quedarse, y vamos a seguir ampliando derechos en relación con
el ambiente. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
Sr. Presidente (Massa).- Se va a votar en general y en particular,
el dictamen de las comisiones de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente
Humano y de Presupuesto y Hacienda, recaído en el proyecto de ley sobre
formación integral en ambiente, con perspectiva de desarrollo sostenible, con
énfasis en cambio climático, para personas que se desempeñan en la función
pública, Ley Yolanda (Orden del Día N° 254).
- Mientras
se practica la votación nominal:
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Ramón: le solicito que no se
retire del recinto porque todavía falta autorizar las inserciones solicitadas.
Quiero
aprovechar este momento para agradecer a todos los jóvenes de las distintas
organizaciones, que estuvieron todo el día de ayer, toda la noche, toda la
madrugada y siguen acá por la mañana, y que acompañaron el tratamiento de dos
leyes ambientales. Muchísimas gracias a todos. (Aplausos en las bancas y en
las galerías.)
También
quiero agradecer al señor diputado Álvaro González. Esto ya lo dije antes y lo
reitero: a lo largo del día, cuando reinaba la espera del hisopado de Cubeddu,
bancó estoicamente el inicio de esta sesión, y lo hizo con mucho
profesionalismo. (Aplausos.)
-
Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).-
De acuerdo con lo establecido por el protocolo,
antes de la proclamación del resultado de la votación, se solicitará a aquellos
diputados y diputadas cuyo voto no fue registrado por el sistema, que lo
manifiesten de viva voz.
Reitero, sobre todo para las sesiones
extensas, que los señores diputados y diputadas que se retiren o se vayan a
dormir realicen el correspondiente “deslogueo”, por respeto a quienes se
quedaron trabajando.
Para aclarar el sentido de su voto, tiene la
palabra la señora diputada Aparicio.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el diputado Brizuela del Moral, para aclarar el
sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Fernández Patri, para
expresar el sentido de su voto.
Sr.
Fernández Patri.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr.
Presidente (Massa).- Para expresar el sentido de su voto, tiene la palabra el señor
diputado Juez.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Latorre para expresar el
sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Moreau para expresar el
sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el diputado Nanni para expresar el sentido de
su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Petri para expresar el
sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Piccolomini para expresar el
sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra la diputada Russo para expresar el sentido de
su voto.
Sra. Russo.- Mi voto es afirmativo,
señor presidente.
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Salvador para expresar el
sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el diputado Sarghini para expresar el sentido
de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Schlereth para expresar el
sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Zottos para expresar el
sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Hago el último repaso y, si no obtenemos respuesta, se
considerará como ausente a la hora de votar.
Tiene la
palabra la diputada Aparicio para expresar el sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- No habiéndose manifestado, se la declara ausente a la hora de
votar.
Tiene la
palabra el diputado Brizuela del Moral para expresar el sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Ausente a la hora de votar.
Tiene la
palabra el diputado Juez para expresar el sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Ausente a la hora de votar.
Tiene la
palabra la diputada Latorre para expresar el sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Ausente a la hora de votar.
Tiene la
palabra la señora diputada Moreau para expresar el sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Ausente a la hora de votar.
Tiene la
palabra el señor diputado Nanni.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Ausente a la hora de votar.
Tiene la
palabra el señor diputado Petri para expresar el sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Ausente a la hora de votar.
Tiene la
palabra la diputada Piccolomini para expresar el sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Ausente a la hora de votar.
Tiene la
palabra el señor diputado Salvador para expresar el sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Ausente a la hora de votar.
Tiene la
palabra el señor diputado Sarghini, que estaba por la zona.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Ausente a la hora de votar.
Tiene la
palabra el diputado Schlereth para expresar el sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Ausente a la hora de votar.
Tiene la
palabra el señor diputado Zottos para expresar el sentido de su voto.
- Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Ausente a la hora de votar.
Se cierra
la votación.
Por
Secretaría se dará lectura del resultado.
- Finalizada la votación nominal, conforme
al tablero electrónico, sobre 229 señores diputados presentes, 213 han votado
por la afirmativa, 1 voto negativo y 2 abstenciones.
Sr.
Secretario (Cergnul).- Se han registrado 213 votos afirmativos, uno negativo y dos
abstenciones.[9]
Sr. Presidente (Massa).-
Queda sancionado definitivamente el proyecto de ley. [10]
Se comunicará al Poder Ejecutivo Nacional y se dará aviso
al Honorable Senado.
Les quiero recordar que el despliegue de banderas
partidarias -desde hace bastante tiempo y no por disposición de esta
Presidencia sino por una decisión anterior- está prohibido en este recinto.
Esta Presidencia solicita el asentimiento de la Honorable
Cámara para autorizar las inserciones solicitadas por los señores diputados y
las señoras diputadas.
- Asentimiento.
Sr. Presidente (Massa).- Habiéndose
cumplido el objeto para el que fuera convocada, queda levantada la sesión
especial. (Aplausos.)
- Es la hora 8 y 21 del día 18 de noviembre
de 2020.
[1] Véase el Acta N° de votación nominal en
el Apéndice (Pág. )
[2] [2]
Véase el Acta N° de votación nominal en el Apéndice (Pág. )
[3] Véase el acta N° de la
votación nominal en el Apéndice. (Pág. )
[4] Véase el texto de la sanción
en el Apéndice. (Pág. )
[5] Véase el Acta N° de votación nominal en el Apéndice.
(Pág. )
[6] Véase el texto de la sanción en el Apéndice.
(Pág. )
[7] Véase el Acta N° de votación nominal en el Apéndice.
(Pág. )
[8] Véase el texto de la sanción en el Apéndice.
(Pág. )
[9] Véase el Acta N°
de votación nominal en el Apéndice. (Pág. .)
[10] Véase el Acta N°
de votación nominal en el Apéndice. (Pág. .)