- En la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los veintinueve días del mes de diciembre de
2020, a la hora 11 y 22:
- 1 -
Sra. Moreau.- Pido la
palabra.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la
señora diputada Moreau, por Buenos Aires.
Sra. Moreau.- Señor
presidente: quiero solicitar una prórroga de media hora debido a que los
alrededores del Congreso están cortados. Los diputados Siley, Moyano, Correa,
González y Marziotta
manifiestan que están llegando.
Sr. Presidente (Massa).- Si hay asentimiento, se
procederá en la forma indicada por la señora diputada Moreau.
-
Asentimiento.
Sr. Presidente (Massa).- Se
continuará llamando por 30 minutos.
- Se continúa llamando.
- A la
hora 11 y 40.
- 2 -
Sr.
Presidente (Massa).- Con la
presencia de 129 señores diputados y señoras diputadas en forma presencial y
remota y habiendo transcurrido los minutos de prórroga dispuestos por este
Cuerpo, queda abierta la sesión especial conforme el requerimiento efectuado
por los diputados y las diputadas en número reglamentario. (Aplausos.)
Invito al señor diputado por el
distrito electoral de la provincia del Chubut, don Gustavo Menna a izar la
bandera nacional en el mástil del recinto, y a los diputados a ponerse de pie.
-
Puestos de pie los señores diputados y el público
presente, el señor diputado don Gustavo Menna procede a izar la bandera
nacional en el mástil del recinto. (Aplausos.)
- 3 -
Sr.
Presidente (Massa).- Invito a
los señores y señoras legisladores y al público presente a mantenerse de pie
para entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino, que será interpretado
en lengua guaraní por el ensamble de la Orquesta Folclórica de la provincia de
Corrientes, promovido por las diputadas nacionales Ingrid Jetter y Estela
Regidor Belledone.
-
Puestos de pie, los señores diputados y el público
presente entonan las estrofas del Himno Nacional Argentino. (Aplausos.)
- 4 -
Sr. Presidente (Massa).- Por Secretaría se dará lectura
de la resolución dispuesta por esta Presidencia convocando a la sesión especial
del día de la fecha.
Sr. Secretario (Cergnul).- “Buenos Aires, 23 de
diciembre de 2020.
“Visto
la presentación efectuada por el diputado
Máximo Carlos Kirchner y otras diputadas y diputados,
por las que se solicitan la realización de una sesión especial para el día 29
de diciembre de 2020, a las 11 horas, a fin de considerar diversos expedientes
y considerando los artículos 14, 35 y 36 del Reglamento de la Honorable Cámara,
el Presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación resuelve:
“Artículo
1º: citar a las diputadas y a los diputados para el día 29 de diciembre de
2020, a las 11 horas, a fin de considerar los siguientes expedientes:
“1) 153-S-2020, sobre proyecto de ley en revisión por
el cual se acuerda autorización al señor presidente de la Nación para
ausentarse del país durante el año 2021.
“2)
115-S-2018, sobre proyecto de ley en revisión por el cual se aprueba el acuerdo
entre el gobierno de la República Argentina y el gobierno del Estado de Qatar
para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en materia de
impuestos sobre la renta y sobre el patrimonio y su protocolo, suscriptos en la
ciudad de Washington, Estados Unidos de América, el 19 de abril de 2018.
“3)
154-S-2020, sobre proyecto de ley en revisión por el cual se establece un nuevo
índice de movilidad jubilatoria (Orden del Día 355).
“Artículo
2º: De forma.”
Sr. Presidente (Massa).- Para
considerar los proyectos 153-S-2020 y 115-S-2018 se necesitan los dos tercios
de los votos que se emitan, por no contar con dictamen de comisión.
Se va a votar por signos, sírvanse
marcar su voto.
-
Resulta
afirmativo.
Sr. Presidente (Massa).- Se
procederá de la forma indicada.
Quiero recordar que, tal como
establece el acuerdo de la Comisión de Labor Parlamentaria, los apartamientos
del Reglamento que van a ser solicitados por algunos de los bloques serán
tratados al inicio de la sesión. Después, se tratarán los temas y las
cuestiones de privilegio y, al final de la sesión, los homenajes, una vez
terminado el tratamiento de los expedientes del temario.
- 5 -
Sr. Presidente (Massa).- Para
una moción de orden, tiene la palabra el señor diputado Manzi, por Catamarca.
Quiero recordar también que los
apartamientos de Reglamento, tal como fuera acordado en la Comisión de Labor
Parlamentaria, van a ser votados por sí o por no, por signos.
Sr. Manzi.- Señor presidente: quiero proponer a esta
Honorable Cámara que en los términos del artículo 71 de nuestro Reglamento
podamos tratar un proyecto que tiene que ver con la citación a este recinto del
ministro de Salud, doctor Ginés González García.
Tengo que decir que hay varios proyectos de distintos autores
que solicitan esta concurrencia a la Cámara. Hay proyectos de los diputados
Najul, Dolores Martínez, Negri y de quien habla, aunque tal vez me esté
olvidando de otros.
Quiero aclarar
también que hay diecinueve proyectos…
Sr. Presidente (Massa).- Silencio, por favor. Me parece importante lo que
está planteando el diputado Manzi. Les pido por favor que se queden sentados en
las bancas y en silencio. Gracias.
Sr. Manzi.- Decía que hay diecinueve proyectos de varias decenas de
diputados a partir de los cuales hemos ido solicitando distinto tipo de
información al Ministerio de Salud. Concretamente, dada la multiplicidad de
proyectos, quisiera pedir que se tome como referencia el proyecto del diputado
Negri para que represente a nuestro interbloque.
Esta demanda de
información no es caprichosa ni antojadiza. Personalmente, me tomé el trabajo
de revisar la información periodística que generaron tanto el presidente de la
Nación como el ministro de Salud. El presidente de la Nación, desde el 2 de noviembre
hasta la fecha, hizo nueve declaraciones que fueron discordantes y
contradictorias, o al menos inconsistentes entre sí. Mientras tanto, el
ministro de Salud, a partir del 8 de octubre hasta la fecha, generó nueve
noticias con serios problemas de credibilidad por sus contradicciones, tanto
entre sus términos como en relación con lo que mostraron los hechos.
Nadie se olvida
de que estamos en un proceso de crisis y de que la salud está en el medio de la
tormenta. Pero el pueblo argentino espera serenidad, claridad y verdad. No
quiere ser manipulado por cuestiones subalternas o ganancias políticas
coyunturales. No quiere que el tema de salud sea leña para el fuego de una
épica que pretende quemar todo y no construir nada duradero. Tenemos que ser
conscientes de que los argentinos parecíamos emborrachados del éxito inicial de
la cuarentena y después nos dimos cuenta de lo falaz de todo eso. Incluso nos
subimos a un podio inexistente y tuvimos el desatino de compararnos con otros
países, lo que a la larga resultó contraproducente.
Se construyó un
relato. En lugar de haber tenido a un líder democrático al frente de la Nación
parece que hubiéramos tenido a un superhéroe que garantizaba personalmente que
iba a cuidar de los argentinos si estos cumplían con las normas que él mismo
daba.
Sr. Presidente (Massa).- Diputado Manzi: lo que acaba de sonar –y les pido a
todos que presten atención, porque va a servir para la sesión‑ es un
mecanismo solicitado ayer por todos los presidentes de bloque en la Comisión de
Labor Parlamentaria. Con esto no le estoy cortando su tiempo: su minuto final
se lo voy a respetar.
Sr. Manzi.- Muy bien.
Sr. Presidente (Massa).- Se trata de un mecanismo que avisa que falta un
minuto en cada intervención, como para que nadie tenga excusa.
Sr. Manzi.- Perfecto.
Ahora lo que más
nos motiva es que venga el ministro de Salud a explicarnos qué pasa con las
vacunas, pero no porque lo queremos saber los diputados nacionales sino porque
lo quiere saber la Argentina entera. También queremos tener serenidad.
Señor
presidente: hay mucho murmullo en el recinto.
Sr. Presidente (Massa).- Les pido que se sienten en sus bancas y hagan
silencio. Está hablando un compañero de banca de ustedes. Las bancas que están
bloqueadas no computan para el quórum, precisamente por la decisión de combinar
en un solo tablero los remotos con los presenciales. Esto se hizo a pedido del
bloque de Juntos por el Cambio.
Continúe en el
uso de la palabra, diputado Manzi.
Sr. Manzi.- Gracias, señor presidente.
El movimiento
antivacuna no era importante en la Argentina, pero, gracias a todas las
inconsistencias que el gobierno nacional ha generado, empezó a engrosar filas
en nuestro país, cosa que nos preocupa mucho.
Todos en esta
Cámara son conscientes de que nosotros hemos defendido y apoyado lo que el
gobierno nos pidió con el fin de que pudiese negociar lo mejor posible en
materia de vacunas para la Argentina. Es muy probable que la Sputnik V sea una
muy buena vacuna. Pero, ¿sabe qué pasa, señor presidente? Lo que ha hecho la
ANMAT fue corroborar la calidad del laboratorio que la está produciendo, que
encima no es el laboratorio que va a producir las dosis suficientes para la
Argentina porque también se va a producir en otro país. ¿Y sabe qué es lo
grave? Que la ANMAT no tiene en su poder –o si lo tiene, no lo ha dado a
conocer‑ los dossier que
fundamentan la efectividad e inocuidad de la vacuna.
Señor
presidente: tenemos que guiarnos por los transcendidos, ya que noticias
oficiales claras no hay. En este sentido, se dice que esta vacuna recién va a
terminar la Fase 3 en mayo. Nos parece que de esta manera estamos faltando a la
ética médica y al respeto de las buenas prácticas.
Es preferible
pecar de desconfiados.
Sr. Presidente (Massa).- Vaya cerrando, señor diputado.
Sr. Manzi.- Cierro con esto: queremos que este gobierno confuso y
titubeante sea claro, y para eso tiene que venir el ministro de Salud. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Moreau, por
Buenos Aires.
Sra. Moreau.- Señor presidente: voy a ser muy breve.
Quisiera aclarar
el voto negativo de nuestra bancada. Sinceramente, nosotros sabemos –como
también lo saben ustedes‑ que la pandemia no terminó. Se está viviendo
una situación muy difícil no solo en la Argentina sino en el mundo. Pero hoy
para los argentinos es un día histórico, no solo porque a lo largo y a lo ancho
de nuestro país está llegando la vacuna y se empezó a vacunar desde hoy a la
mañana, sino porque además se inicia, a través del Ministerio de Salud que
ustedes desarmaron, la campaña de vacunación más importante de nuestra
historia. (Aplausos.) Vaya nuestro
eterno agradecimiento a todo el personal del sistema sanitario que se la viene
bancando desde hace meses, mientras algunos decían que no había que hacer
cuarentena, que no había que usar tapabocas y que la vacuna no servía. El
pueblo argentino se va a poner de pie y ustedes también van a tener vacuna,
porque la vacuna es de todos y de todas, no es de los rusos ni del Sputnik. (Aplausos.)
Tengan un poco
más de respeto por aquellos que perdieron la vida en estos tiempos.
Sr. Iglesias.- Callate, ridícula.
Sra. Moreau.- No sea violento, Iglesias. No empiece que es temprano. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Se va a votar por signos el apartamiento del
reglamento solicitado por el señor diputado Manzi.
- Resulta negativa.
Sr. Presidente (Massa).- Queda rechazada la moción.
Tiene la palabra
el señor diputado Negri, por Córdoba.
Sr. Negri.- Señor presidente: hoy va a ser un día muy agitado. Para
ayudar a la Presidencia y no tener ningún conflicto, quisiera aclarar que las
mociones deben ser hechas y deben ser votadas en los términos que corresponden.
De lo contrario, vamos a abrir una caja de pandora en el debate donde nadie va
a respetar nada.
Entonces,
nosotros estamos dispuestos a ayudarlo. Nosotros vamos a cumplir. Lo que
pedimos es reciprocidad, aunque no guste lo que se diga. Si no ocurre eso, va a
tener un día por demás trabajoso, porque de parte nuestra no va a haber
silencio. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Estoy de acuerdo, diputado Negri. Lo que pido es que en los apartamientos
de reglamento se mencione el expediente y no se haga un discurso. Si el que
pide el apartamiento del reglamento hace cinco minutos de discurso, el que lo
rechaza… (Aplausos.)
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Presidente (Massa).- Es un minuto de fundamentación. No son
cinco minutos…
- Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Presidente (Massa).- Para los apartamientos no, Silvia…
Para un
apartamiento de reglamento tiene pedida la palabra la señora diputada Martínez
Villada, por Córdoba, aunque parece no estar presente, pero como tengo un orden
lo voy a respetar.
Le
aclaro, señor diputado Manzi, que le agregué tiempo porque fue interrumpido
varias veces por el sistema y por el diálogo entre los diputados.
Tiene
la palabra la señora diputada Martínez Villada, por Córdoba.
- -Luego de unos instantes:
- 6 -
Sr. Presidente (Massa).- Para un apartamiento de reglamento tiene la
palabra el señor diputado Zottos, por Salta.
Sr. Zottos.- Señor presidente: no pude participar de la reunión
de la Comisión de Labor Parlamentaria. Pero se había acordado -y se lo quería
manifestar en este recinto- el tratamiento de la prórroga de la ley de
biocombustibles.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Zottos: quiero hacerle la
aclaración de que ayer en la Comisión de Labor Parlamentaria se acordó por
todos los presidentes de bloque que los días 19 y 20 de enero -dictamen de
comisión mediante y sesión- se tratará este asunto entre otros temas. Hay
varios temas que están puestos con preferencia para el orden del día. Por ello,
la prórroga de biocombustibles se debatirá el día 19 en comisión y el 20 de
enero en este recinto. Vale la
aclaración y es importante, tal como se pidió en la Comisión de Labor Parlamentaria,
que se lo comuniquemos a todos los diputados presentes.
- 7 -
Sr. Presidente (Massa).- Para un apartamiento de reglamento tiene la
palabra la señora diputada Sukaria, por Córdoba.
Sra. Sukaria.- Señor presidente: este año, en el mes de marzo,
presenté dos proyectos relacionados con la pandemia silenciosa, que no es otra
que la violencia de género en nuestro país. Tanto el oficialismo de esta Cámara
de Diputados, como las diversas misivas enviadas al Ministerio de las Mujeres,
Géneros y Diversidad -creado por este gobierno con bombos y platillos-,
impidieron el tratamiento en muchas oportunidades de los dos proyectos, ya sea
en comisión como en este recinto. Por ende, me permito insistir en la debida
necesidad de dar tratamiento a este tema con el fin de poner en evidencia la
emergencia sobre la violencia de género en nuestro país.
En el año 2009 el gobierno de la expresidenta
y hoy vicepresidenta del país aprobó la ley 26.485, pero nunca abordó un plan
integral para su tratamiento. Fue el gobierno del presidente Mauricio Macri
quien puso en funcionamiento el primer plan para erradicar la violencia de
género en el año 2017. No solo eso, sino que lo dotó de recursos necesarios
para que ese plan funcionara en nuestro país por primera vez.
En este
año se creó con su gobierno, señor presidente, el Ministerio de la Mujeres,
Géneros y Diversidad y se lo dotó de 6200 millones. Todavía no sabemos para qué
es ese presupuesto ni adonde fue a parar. Hubo un solo propósito en todo lo que
va del año y es la triste ley que se va a tratar en el Senado en el día de la
fecha. No tuvo otro objetivo el Ministerio de las Mujeres, Géneros y
Diversidad. Nos gustaría saber a qué más
se dedicaron teniendo en cuenta que los femicidios no fueron atendidos. Las cifras
fueron las siguientes: en 280 días de cuarentena fueron víctimas de femicidio
206 mujeres. Es decir, en Argentina murió una mujer cada 36 horas. Repito: una
mujer cada 36 horas. Y si hablamos de derecho de las mujeres, ¿no es este el
principal derecho que deberíamos atender, que es la vida? Es la protección que
el Estado no les da. Es el funcionamiento, por ejemplo, de la ley Micaela,
también sancionada en nuestro gobierno y que parece una cáscara y una parte del
relato porque no capacitan ni ponen en funcionamiento lo que debe hacer el
Estado para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. ¿No hay
organismos interdisciplinarios? ¿Bajaron el 25 por ciento la cantidad de
denuncias en pandemia? Si todos accedemos a estos datos, ¿por qué no atacan el
problema? ¿Por qué esperan siempre la urgencia? ¿Por qué vamos atrás del
problema? ¿Por qué tienen 6200 millones y no los usan para prevenir? ¿Sabe
cuántos niños se quedan sin madre este año?
Sr. Presidente (Massa).- Su tiempo, señora diputada,.
Sra. Sukaria.- Sí, señor presidente. Concretamente, 231 niños
argentinos se quedaron sin madre este año. Y el Estado hace oídos sordos. En
los últimos catorce días hubo solamente 18 muertes. Señor presidente: si no le
interesa la muerte de las mujeres, perdón…
Sr. Presidente (Massa).- No, señora diputada. Le pido por favor que
sea respetuosa y entienda que hubo un acuerdo en Labor Parlamentaria, se puso
un tiempo y se decidió que se daba un determinado espacio para poder
fundamentar. Entonces, respete el tiempo porque eso implica respetar al cuerpo,
es decir, al resto de los diputados. (Aplausos.)
Sra. Sukaria.- Yo lo respeto como lo hago con la vida de todas las
mujeres argentinas. (Aplausos.)
Mi mayor respeto es recíproco. Yo no merezco que usted levante la voz ni
a mí ni a nadie de este…(Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada: le marcaron tres veces el
tiempo.
Sra. Sukaria.- Eso en primer lugar, En segundo lugar…
Sr. Presidente (Massa).- Su tiempo, señora diputada.
Sra. Sukaria.- En segundo lugar…
Sr. Presidente (Massa).- Su tiempo, señora diputada. No me obligue a
que le apague el micrófono.
Sra. Sukaria.-
Bueno, apague el micrófono.
Sr. Presidente (Massa).- Cierre el pedido. Cierre la fundamentación y
el pedido de apartamiento del reglamento.
Sra. Sukaria.- Hoy comenzó la vacunación. ¡Van a vacunar a los
jubilados, van a vacunar a los argentinos sin saber qué mierda nos van a
inocular y tampoco les interesa la muerte de las mujeres así que apague el
micrófono y ponga el tema en consideración! (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Se va a votar por signos el apartamiento
del reglamento solicitado por la señora diputada Soher El Sukaria.
- -Resulta negativa.
Sr. Presidente (Massa).- Queda rechazada la moción.
- 8 -
Sr. Presidente (Massa).- Corresponde considerar el proyecto de ley
en revisión del Honorable Senado por el cual se autoriza al señor presidente de
la Nación para ausentarse del país durante el año 2021 (expediente 153-S.-20).
aquí
expediente 153-s.-2020
Sr. Presidente (Massa).- En consideración.
Se va a
votar sin oradores de manera nominal. La votación se hará a través del sistema
VPN, tal como prevé el protocolo. Vamos a extender el tiempo porque veo que hay
diputados que no están logueados.
A los
efectos de dar tiempo a todos para loguearse, todavía no abrimos la votación.
Por eso no está habilitada, porque hay diputados que todavía no están
logueados.
Mientras
los diputados se loguean, aprovecho para agradecer la presencia de la señora
Directora Ejecutiva de ANSES, Fernanda Raverta (Aplausos.), así como
también la presencia de otras autoridades del organismo, como Marina Monetti,
Juan Manuel Pignanelli, Juan Pablo Modarelli, Waldo Lomónico, Margarita
Recalde, Manuel Arias, Norberto Gómez, Marcos Pedretti, Santiago Fraschina,
Juan Pablo Yovovich, Javier Pargament, Alejandro Merediz, Lisandro Cleri y
Paula Ferro.
Quiero
aclarar a todos los diputados y diputadas que también nos acompañan todos los
gerentes regionales de ANSES de todo el país. Todos ellos presentaron en el día
de ayer los PCR negativos, y están a disposición en la Presidencia para quienes
los quieran revisar.
- Mientras se practica la
votación nominal:
Sr. Presidente (Massa).- Voy a tomarle el voto a nueve diputados y
diputadas que no votaron.
Señora diputada
Ávila Beatriz: ¿puede expresar el sentido de su voto?
-
Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Diputada Ávila Beatriz: ¿puede expresar el
sentido de su voto?
-
Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- No habiéndose manifestado, se la considera
ausente a la hora de votar.
Señor
diputado Esteban Bogdanich: ¿puede expresar el sentido de su voto?
-
Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Diputado Esteban Bogdanich: ¿puede expresar
el sentido de su voto?
-
Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- No habiéndose manifestado, se lo considera
ausente a la hora de votar.
Señor
diputado Eduardo “Bali” Bucca: ¿puede expresar el sentido de su voto?
-
Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Diputado Eduardo “Bali” Bucca: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
-
-Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- No habiéndose manifestado, se lo considera
ausente a la hora de votar.
Señora
diputada Josefina González: ¿puede expresar el sentido de su voto?
Sra. González.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Florencia Lampreabe: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sra. Lampreabe.- Voto por la afirmativa, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Luis Alfonso Petri: ¿puede
expresar el sentido de su voto?
Sr. Petri.- Mi voto es afirmativo, señor presiente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Francisco Sánchez: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
-
-Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Diputado Francisco Sánchez: ¿puede indicar
el sentido de su voto?
-
-Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- No habiéndose manifestado, se lo considera
ausente a la hora de votar.
Señor
diputado Pablo Torello: ¿puede expresar el sentido de su voto?
Sr. Torello.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Se cierra la votación.
Por Secretaría
se dará cuenta del resultado:
Sr. Secretario (Cergnul).- Se han registrado 223 votos afirmativos,
uno negativo y una abstención.[1]
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Delú,
para cambiar el sentido de su voto.
Sra. Delú.- Voto por la afirmativa, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Pablo
González.
Sr. González (P.G.).- Señor presidente: no pude conectarme por el sistema
VPN. Quiero aclarar que voto por la afirmativa.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado
Gutiérrez.
Sr. Gutiérrez.- Voto por la afirmativa, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada
Gaillard.
Sra. Gaillard.- Voto por la afirmativa, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Por lo tanto, se han registrado 227 votos
afirmativos y una abstención.
Queda
definitivamente sancionado el proyecto de ley.[2]
Se
comunicará al Poder Ejecutivo y se dará aviso al Honorable Senado.
- 9 -
Sr. Presidente (Massa).- Corresponde
considerar el proyecto de ley venido en revisión del Honorable Senado contenido
en el expediente 115-S.-2018, por el que se aprueba el acuerdo con el gobierno
del Estado de Qatar para evitar la doble imposición y prevenir la evasión
fiscal de impuestos sobre la renta y sobre el patrimonio, y su protocolo.
Por
Secretaría se dará lectura del texto.
Sr. Secretario (Cergnul).- Dice así: “Artículo 1º.- Apruébase el acuerdo entre el gobierno
de la República Argentina y el gobierno del Estado de Qatar para evitar la
doble imposición y prevenir la evasión fiscal en materia de impuestos sobre la
renta y sobre el patrimonio y su protocolo, suscripto en la ciudad de
Washington –Estados Unidos de América- el día 19 de abril de 2018, que constan
de treinta y un (31) artículos y trece (13) cláusulas, respectivamente, los que
como Anexo, en idiomas español e inglés, forman parte de la presente ley.
“Artículo 2°.- Comuníquese al Poder Ejecutivo nacional.”
Sr. Presidente (Massa).- Dado que dicho expediente fue girado a las comisiones de
Relaciones Exteriores y Culto y de Presupuesto y Hacienda, pero no posee
dictamen de esta última, corresponde que la Cámara se constituya en comisión
para producir el respectivo despacho.
Se
va a votar. Se requieren las dos terceras partes de los votos que se emitan.
-
Resulta afirmativa.
Sr. Presidente (Massa).- Queda
aprobada la constitución de la Cámara en comisión.
- 10 -
Sr. Presidente (Massa).- Queda
abierta la conferencia.
Habiéndose
acordado en la Comisión de Labor Parlamentaria que no habrá oradores, corresponde
que la Honorable Cámara constituida en comisión decida si adopta como texto del
despacho el proyecto venido en revisión del Honorable Senado.
Se va a votar.
- Resulta afirmativa.
Sr. Presidente (Massa).- Queda
levantada la conferencia.
- 11 -
Sr. Presidente (Massa).- Corresponde votar en forma nominal, en general y en
particular, el proyecto de ley despachado por la Honorable Cámara constituida
en comisión (expediente 115-S-2018).
Se va a votar.
-
Mientras se practica la votación
nominal:
Sr. Presidente (Massa).- La Presidencia solicitará
el sentido de su voto a los seis diputados a quienes el sistema no registró.
Tiene la palabra el señor diputado Esteban Bogdanich, para
expresar el sentido de su voto.
Sr.
Bogdanich.- Voto por la afirmativa, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la
diputada Leonor Martínez Villada, para indicar el sentido de su voto.
Sra.
Martínez Villada.- Voto por la afirmativa, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Carlos Ponce, para indicar el sentido de su voto.
Sr.
Ponce.-
Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Francisco Sánchez, para indicar el sentido de su voto.
- Luego de unos
instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Francisco
Sánchez, ¿puede indicar el sentido de su voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr. Presidente (Massa).- No habiéndose expresado, el
diputado Francisco Sánchez es considerado ausente en la votación.
Tiene la palabra el señor diputado Rodolfo Tailhade, para
indicar el sentido de su voto.
- Luego de unos
instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Rodolfo
Tailhade, ¿puede indicar el sentido de su voto?
- Luego de unos
instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Al no haberse expresado, el
diputado Rodolfo Tailhade es considerado ausente en la votación.
Tiene la palabra el señor diputado Ricardo Wellbach, para
indicar el sentido de su voto.
Sr.
Wellbach.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Para una aclaración tiene
la palabra el señor diputado Ramiro Gutiérrez, por Buenos Aires.
Sr.
Gutiérrez (R.).- Señor presidente: solo quiero aclarar que mi voto es
por la afirmativa.
Sr. Presidente (Massa).- Se tiene presente su voto,
señor diputado, ya que el VPN no lo identificó.
Si no hay otros diputados que hayan tenido problemas de
logueo, se cierra la votación.
Por Secretaría se dará lectura del resultado.
Sr. Secretario (Cergnul).- Se
han registrado 228 votos afirmativos, 2 negativos y 2 abstenciones. [3]
Sr. Presidente (Massa).- Queda
sancionado definitivamente el proyecto de ley.[4]
Se
comunicará al Poder Ejecutivo nacional y se dará aviso al Honorable Senado.
- 12 -
Sr. Presidente (Massa).-
Para una aclaración tiene la palabra la señora diputada Dolores Martínez, por
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sra. Martínez (D.).- Señor presidente: me parece importante
no dejar pasar inadvertido que los pedidos de apartamiento del reglamento que
se vienen haciendo no son votados en forma nominal.
Respeto
los acuerdos parlamentarios, pero quiero decir que son muy malos antecedentes.
Lo mismo pienso en torno de las cuestiones de privilegio.
Insisto
en que respeto los acuerdos parlamentarios, pero las cuestiones de privilegio
se pueden plantear durante todo el transcurso de una sesión.
Una
aclaración más con respecto a los tiempos. Entiendo que usted, señor
presidente, tiene que administrar los tiempos del recinto y me parece correcto.
Pero también tengamos en cuenta que el reglamento establece que el tiempo destinado
para las intervenciones individuales es de siete minutos. Durante la primera
parte de la pandemia ese tiempo se redujo a tres minutos y hoy los minutos
estipulados son cinco. Entonces, pido que también tengamos consideración con
esta cuestión.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Austin,
por Córdoba.
Sra. Austin.- Señor presidente:
me parece que la señora diputada Dolores Martínez ha sido clara en
cuanto a que respeta los acuerdos de la Comisión de Labor Parlamentaria que usted
ha expresado al inicio de la sesión.
- 13 -
Sr. Presidente (Massa).- Para una moción de orden tiene la palabra
la señora diputada Martínez Villada, por Córdoba.
Sra. Martínez Villada.- Señor presidente:
solicito que la Honorable Cámara se aparte de las prescripciones del
reglamento a fin de considerar el proyecto de ley sobre procedimiento de
restitución internacional de menores y de visitas internacionales, contenido en
el expediente 0038-S.2019.
Este proyecto
ingresó en el Senado en 2018 y obtuvo la sanción de dicha Cámara en 2019. En lo
que queda de este año, es decir en breve, perdería estado parlamentario, lo
cual dificultaría mucho todo el procedimiento para la restitución de estos
menores que están en el extranjero y que fueron retenidos o llevados de manera
ilegal o indebida a un Estado fuera de su Estado habitual de residencia.
El
proyecto tiene por objeto regular en el ámbito federal el procedimiento
aplicable a los casos comprendidos en el Convenio sobre los Aspectos Civiles y
de Sustracción de Menores, adoptado por la Conferencia de La Haya sobre Derecho
Internacional Privado.
Por
este motivo considero que la sanción del proyecto podría generar beneficios de
relevancia, pero el tiempo que se cuenta para sancionarlo es mínimo.
Pido
por favor que se trate sobre tablas esta iniciativa ya que no es controvertida,
la mayoría de los diputados la conocen, se ha trabajado en las Cámaras, se
debatió en el Senado y se trabajó con la Cancillería, la cual hizo algunas
pequeñas observaciones, más de forma que de fondo. Entonces, solicito que se
trate este proyecto para todos aquellos menores que están fuera de su Estado de
residencia habitual.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada: le aclaro que se le cortó
el micrófono en la parte del agradecimiento, pero solo en esa parte.
Por
otro lado, quiero hacer una salvedad previamente a votar el apartamiento del
reglamento.
Este
proyecto pierde el estado parlamentario en febrero. En todo caso, le propongo que
lo trabajen los secretarios legislativos de los bloques para enero y febrero
porque tenemos la oportunidad de incluir algunos temas, tal como se acordó ayer
en la Comisión de Labor Parlamentaria.
Obviamente,
se consensuó que no iba a haber apartamientos del reglamento. Sin embargo, voy
a poner a votación la moción de apartamiento del reglamento formulada por la señora
diputada Martínez Villada.
- Resulta
negativa.
- 14 -
Sr. Presidente (Massa).- Corresponde considerar el dictamen de
mayoría de las comisiones de Previsión y Seguridad Social y de Presupuesto y
Hacienda, recaído en el proyecto de ley venido en revisión del Honorable Senado
por el cual se modifica la ley 24.241 de Sistema Integrado de Jubilaciones y
Pensiones sobre índice de movilidad jubilatoria. (Orden del Día N° 355).
aquí
orden del día n° 355
Sr. Presidente (Massa).- En consideración en general.
Tiene
la palabra el miembro informante del dictamen de mayoría, señor diputado
Casaretto, por Entre Ríos.
Sr. Casaretto.- Señor presidente:
este ha sido un tema que hemos tratado a lo largo de todo el 2020. En lo
personal me tocó integrar la Comisión Bicameral Mixta que integramos con el
Poder Ejecutivo, senadores y diputados que, después de diecisiete reuniones,
elevó un informe con fecha 13 de noviembre de este año al presidente de la
Nación argentina y a los presidentes de ambas cámaras legislativas.
Los
diecisiete miembros que integramos esta comisión realizamos diecisiete
reuniones. Participaron en las mismas sesenta diputados y senadores de todos
los bloques parlamentarios, incluso los que no integraban esa comisión
bicameral.
Además,
invitamos a veinticuatro expositores, especialistas nacionales,
internacionales, abogados, economistas, actuarios, fiscales, camaristas de
seguridad social, funcionarios y representantes de los trabajadores, sobre todo
de las centrales sindicales CGT, CTA, CTA autónoma y Corriente Federal de Trabajadores,
entre otros.
Finalmente,
terminamos elaborando un informe de 131 páginas que, por supuesto, pusimos a disposición
de toda la sociedad.
Sobre
la base de eso, días después, el presidente de la Nación elevó un proyecto al
Honorable Senado. El Senado trató el proyecto y lo sancionó incorporándole
algunos aspectos adicionales y hoy lo estamos debatiendo en revisión en esta
Cámara de Diputados.
Quiero
contar un poco lo que es el concepto de este proyecto del Frente de Todos tanto
en el Poder Ejecutivo como en el Senado y en la Cámara de Diputados que, por
supuesto, ponemos a consideración de todos los argentinos.
En esta
Cámara de Diputados tuvimos reuniones lunes, martes y miércoles de la semana
pasada con una duración de cuatro, cinco u ocho horas por día. Allí estuvimos
trabajando la iniciativa y todos los diputados pudieron expresarse.
De modo
que, si sumamos las diecisiete reuniones de la Comisión Bicameral Mixta, que
fueron transmitidas por YouTube y por Diputados TV, más las tres reuniones que
tuvimos la semana pasada -la última de ellas fue el miércoles y la hicimos aquí
en el recinto-, este proyecto ha de ser
el que más discusión tuvo en la Argentina en este año parlamentario desde el
punto de vista de la cantidad de reuniones y de la cantidad de diputados o de
legisladores que hicieron sus consideraciones en relación con este tema.
Básicamente,
nos referimos a modificar el esquema de movilidad jubilatoria, lo cual tiene
una incidencia directa sobre 7 millones de jubilados y pensionados de la
Argentina y sobre 17 millones de personas, si además de los jubilados y
pensionados consideramos a los beneficiarios de las políticas sociales de los
distintos planes que están a cargo de la ANSES.
Nosotros
valoramos que los jubilados tengan una ley que les asegure aumentos automáticos
y previsibles a lo largo del año.
Estamos
elaborando una norma que tiene que ver con las circunstancias del presente y
con las circunstancias de lo que proyectamos que va a ocurrir en los próximos
años en la Argentina. Y lo que vemos es que tenemos que dar la discusión sobre
la distribución del ingreso en la Argentina.
El objetivo
de este gobierno es que Argentina crezca y que los beneficios de ese
crecimiento lleguen a los trabajadores y a los jubilados.
Por
eso, vinculamos la fórmula con dos variables esenciales. Por un lado, los
salarios de los trabajadores en actividad y, por otro lado, las mejoras en la
recaudación.
En relación con este tema, discutimos
la vinculación con los salarios de los trabajadores y consideramos dos
indicadores. Por un lado, el RIPTE, que mediría los salarios en blanco ‑bajo
convenio‑ y, por otra parte, le agregamos la vinculación con los salarios
que mide el INDEC, ya sean formales o informales, y les daremos la variable que
resulte mayor.
Lo
hacemos porque estamos convencidos de que a partir de la recuperación económica
de la Argentina, en la salida de la pandemia, habrá que discutir las paritarias
y tendrá que haber mejoras para los trabajadores. Queremos que esas mejoras que
se acuerden para los trabajadores en actividad también lleguen a los jubilados
en la República Argentina.
También queremos relacionar esto con
la recaudación, porque sabemos que en los años 2018 y 2019 hubo problemas, como
también existieron durante 2020, derivados de la pandemia. Pero la recaudación
ya está aumentando, y si medimos los últimos tres meses cerrados ‑septiembre,
octubre y noviembre‑ vemos que está creciendo por encima de la inflación.
Entonces, en este crecimiento de la
Argentina, queremos que los jubilados participen de la distribución del ingreso
hacia el futuro. En el presupuesto proyectamos para el año que viene un
crecimiento del 5 por ciento de nuestro país. Los organismos internacionales
sostienen algo parecido: 4,8 o 5 por ciento. Si la vacunación que hoy comienza
en la Argentina es exitosa, creo que la recuperación podrá ser aún más fuerte,
más intensa, y deseamos que esos beneficios lleguen a los jubilados.
Por lo tanto, nuestro objetivo es
sancionar una ley que efectúe ajustes automáticos en forma trimestral ‑en
marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año‑ y que los beneficios
del crecimiento lleguen a los jubilados argentinos.
Tenemos en consideración dos fórmulas que han
tenido vigencia durante las últimas décadas en nuestro país. Por un lado,
aquella que rigió por la ley de 2008, que permitió a los jubilados mantener el
poder adquisitivo frente a la inflación y mejorarlo un 26 por ciento.
Por otro lado, tenemos una fórmula que
se sancionó a fines de 2017, que hizo que en 2018 y 2019 los jubilados
perdieran un 19 por ciento de su poder adquisitivo, si lo medimos en términos
de inflación.
Por eso, consideramos que esta será
una muy buena ley para los jubilados y para los argentinos, y el tiempo nos
dará la razón. Cuando dentro de uno, dos o tres años hagamos la comparación nos
acordaremos de esta sesión y podremos verificar cómo creció la Argentina y cómo
mejoró el poder adquisitivo de los jubilados.
Sr. Presidente
(De Marchi).- Discúlpeme, señor diputado. Pido por favor que guarden silencio.
Hay un murmullo general en el recinto que impide que se escuche bien al orador.
Continúa en el uso de la palabra el
señor diputado Casaretto, por Entre Ríos.
Sr. Casaretto.- Podríamos
hablar durante mucho tiempo, pero quisiera referirme solamente a dos temas que
destacamos en la comisión bicameral.
Dado que siempre se dice que todo se
va judicializar y se hace referencia a muchos fallos, en la comisión convocamos
a un fiscal de Seguridad Social, Gabriel de Vedia, y a dos camaristas de Seguridad
Social, Victoria Pérez Tognola y Néstor Fasciolo. Allí se analizó largamente la
consigna del artículo 14 bis de la Constitución Nacional, la movilidad y todos
los fallos ‑inclusive los últimos‑ que han emitido las cortes
supremas a lo largo de las últimas décadas.
En realidad, se habla de la movilidad
para neutralizar los efectos negativos de la inflación, pero no debe vinculársela
estricta y necesariamente con los índices de inflación, lo que puede ser
validado en el fallo Badaro del 8 de agosto del año 2006.
Además, podemos ver que en algunos
países se toma en consideración la inflación para la movilidad de los haberes
previsionales, pero en general en esos lugares los precios aumentan menos que
los salarios y tienen niveles de inflación muy bajos. Lo que nosotros queremos
no es intentar preservar el poder adquisitivo de los jubilados, sino que
queremos preservarlos pero aumentándolos, o sea que haya un proceso de
redistribución del ingreso en la República Argentina.
Voy a compartir mi tiempo con el
presidente de la otra comisión, mi colega Carlos Heller.
Estamos ante la sanción de una ley muy
buena para los argentinos y para los jubilados. Si no quieren, no me den la
razón; denme tiempo, y el tiempo nos va a dar la razón. (Aplausos.)
Sr. Presidente
(De Marchi).- Antes a dar la palabra al
señor diputado Heller, quien continuará con la presentación del dictamen de
mayoría, quiero pedirles por favor el máximo silencio, porque es notable el
murmullo que hay en el recinto y realmente dificulta escuchar atentamente al
orador.
Tiene la palabra el señor diputado
Heller, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr.
Heller.- Señor presidente: efectivamente, el dictamen es compartido.
Trataré de no repetir lo que ya ha expresado el señor diputado Casaretto, que
forma parte de lo que hemos aprobado en el plenario de comisiones.
Quiero centrar mi intervención en una
de las cuestiones más polémicas que se han planteado en ese debate, que tiene
que ver con el reclamo que hemos tenido ‑esencialmente desde la oposición‑
en el sentido de que se establezca un vínculo entre el índice y la inflación, y
que eso fuera un piso. Esto ha sido presentado como una cuestión fundamental.
Por eso, quiero hacer una reflexión,
dado que incluso hay compañeros de mi propio espacio que legítimamente tienen
esta preocupación.
Quiero resaltar un punto que es clave:
las fórmulas no son un fin en sí mismo sino instrumentos, y siempre tienen que
ver con quién las aplica, para qué y en qué modelo económico.
No es lo mismo una fórmula aplicada en
un modelo cuyo objetivo era ajustar los salarios y que hubiera una pérdida real
del valor del salario de los trabajadores frente al aumento de los precios, que
otra aplicada en un proyecto donde el presidente de la Nación, su ministro de Economía
y cada uno de los referentes que tiene este gobierno insisten en que es imprescindible
recuperar el valor adquisitivo del salario. Esto significa que el salario tiene
que recuperar valor y eso, a su vez, quiere decir que debe aumentar más que los
precios. Asimismo, hay que defender el mercado interno, lo que se traduce en la
creación de nuevos puestos de trabajo de calidad, con cobertura de aportes y
demás, lo que también va a contribuir al fortalecimiento de todo el sistema.
Ya se ha hablado hasta el cansancio de
lo que se perdió en el sistema anterior frente a los precios, que fue de casi
un 20 por ciento durante los dos años de aplicación de esa fórmula. Creo que no
está en discusión la comparación de una fórmula con la otra.
Pero quiero también insistir en otra
cuestión. En la etapa anterior se produjo entre los jubilados y entre los
perceptores de la AUH un fenomenal proceso de endeudamiento con la ANSES, que
les cobró tasas que iban del 37 al 45 por ciento. Aunque parezca paradójico, a
los perceptores de la AUH, los más débiles, les cobró las tasas más caras.
Resulta difícil de entender, pero efectivamente eso es lo que sucedía.
El 85 por ciento de los perceptores de
la AUH llegó a tener créditos de la ANSES. Por el contrario, el nuevo gobierno,
además de las actualizaciones de las jubilaciones que efectuó por decreto
mientras discutíamos este tema que estamos tratando hoy, suspendió el cobro de
las cuotas de los créditos de la ANSES beneficiando a dos millones y medio de
jubilados, jubiladas, pensionados y pensionadas, redujo la tasa de interés y no
capitalizó los intereses acumulados por esos créditos.
por esos créditos. La no capitalización de esos intereses y la
licuación, de hecho, del valor del endeudamiento que tenían tanto los jubilados
y pensionados como los beneficiarios de la AUH significan 60.000 millones de
pesos para el erario público.
Además,
congeló las tarifas de los servicios públicos y generó la provisión de
medicamentos sin cargo para los afiliados a PAMI con un vademécum implementado
por el gobierno nacional de medicamentos gratuitos.
Quiero
detenerme en este último punto y mencionar un reportaje que en estos días le
hicieron a la titular del PAMI, Luana Volnovich, en el que dijo que hay 170
principios activos que cuando uno va a la farmacia se traducen en 3.800 cajitas
de marcas; son los medicamentos esenciales gratuitos para todos los jubilados,
para las patologías más habituales prevalentes de los adultos mayores, que
están en el vademécum. Además, dijo que 2 millones de personas que consumen
medicamentos ahorran un promedio de 3.200 pesos por mes, es decir, el 20 por
ciento de lo que era una jubilación mínima.
Esto
que acabo de referir demuestra lo que se viene diciendo desde el inicio de esta
gestión: se trata de un modelo que privilegia a quienes están peor, que da
prioridad a los sectores más vulnerables y que se lleva a la práctica a través
de la concreción de este conjunto de medidas.
Si esto
es así, ¿por qué no dar un piso mínimo ajustado por la inflación? Aquí engancho
con lo que dijo recién el diputado Casaretto. Tenemos una fórmula que se compone
de dos partes: salarios e impuestos, ambos indefectiblemente tendrán que
aumentar porque las políticas públicas van a llevar a que indefectiblemente
ambos aumenten.
¿Alguien
imagina paritarias en 2021 con acuerdos salariales por debajo de la inflación?
La cobertura del ajuste inflacionario está contenida en los dos elementos que
componen la fórmula, porque todas las paritarias van a cerrar por arriba de la
inflación. La recaudación impositiva va a crecer como consecuencia del aumento
de la actividad económica y de la reforma impositiva que vamos a tratar el año
que viene. En este sentido, ayer el presidente de la Nación reafirmó que dicha
reforma está en la agenda de los temas que tenemos que considerar.
Entonces,
vuelvo a la pregunta de que si esto es así, ¿por qué no se pone? Aquí está el
eje central de lo que pretendo que se entienda con mi intervención.
El
presupuesto 2021 que hemos aprobado tiene una inflación estimada del 29 por
ciento, con un intervalo de oscilación de cuatro puntos hacia arriba o hacia
abajo. El REM ‑del que muchos han hablado y del que seguramente nos van a
hablar hoy en muchos casos‑ recoge datos de los analistas y estima una
inflación del 50 por ciento para el año que viene. Es decir, existe una gran
diferencia con la estimación oficial. Además, ese 50 por ciento es un promedio
porque un 10 por ciento de los encuestados propone valores que llegan hasta el
60 por ciento. Esos son los que generalmente salen en los medios, los que hacen
declaraciones y después se toman como referencia para decir que las
estimaciones de las políticas públicas no tienen fundamento. Es decir, el mundo
del revés.
De
hecho, si hacemos historia de las previsiones de inflación para 2021, miren qué
paradoja. En noviembre de 2019 el REM proyectaba en promedio una inflación para
2021 del 33 por ciento; paradójicamente, a medida que en 2020 la inflación fue
bajando ‑bajó casi 20 puntos‑ las proyecciones de esos analistas
fueron aumentando hasta el 50 por ciento que mencioné recién.
¿Por
qué pasa esto? Por una cuestión fundamental: las prestaciones previsionales
son, por lejos, el gasto público más importante que tiene la Nación. Imaginemos
que estén atadas a la inflación por ley. Conforme a los pronósticos que acabo
de comentar, los analistas del establishment
van a decir que el presupuesto público va a ser incumplible, que el déficit
fiscal se va a ir por las nubes, que el gobierno tendrá que emitir o
endeudarse, que el sistema previsional va a colapsar, que no se va a poder
pagar a los jubilados, que el gobierno va a terminar teniendo que ajustar, y otras
cuestiones apocalípticas del estilo a las que nos tienen acostumbrados con sus
discursos. Además, todo eso necesariamente va a repercutir sobre la economía y
después nos van a hablar de las expectativas, como sucedió con el dólar cuando
planteaban que había que devaluar no porque el tipo de cambio estaba atrasado,
sino porque las consultoras decían que hacía falta devaluar.
No
estoy elucubrando. Una nota de hoy de “El Cronista Comercial” ‑que tengo
acá‑, titulada “Analistas advierten que la paz cambiaria luce frágil y
esperan mayores señales fiscales”, dice: “El desequilibrio fiscal está en el
centro de la escena de todos los informes financieros y macroeconómicos que
circulan en la City porteña, siendo esta la causa central de los desequilibrios
económicos y cambiarios.” Repito: el déficit es la causa de los desequilibrios
económicos y cambiarios.
Entonces,
volvamos a reflexionar: atar, poner una cláusula de este tipo, es darle pasto a
todas esas especulaciones que luego dirán que las expectativas de déficit
sumadas a las expectativas de inflación hacen imprescindible devaluar, con lo
que los precios se van a ir al diablo, caerán los ingresos y todo eso va a
funcionar exactamente al revés de lo que ellos dicen que se lograría poniendo
esa cláusula de piso.
El piso
está en la garantía de las políticas públicas. El piso está en que los salarios
se van a incrementar. El piso está en que inevitablemente la recaudación
impositiva va a subir, y todo ello arrojará una fórmula virtuosa.
Como
dijo el señor diputado Casaretto, y termino de la misma manera que él, dennos
tiempo. Vamos a ver cuando lleguemos a fin de año si no teníamos razón y si las
jubilaciones crecieron entre 8 y 10 puntos por encima de la inflación como
resultado de las paritarias y como producto de las políticas fiscales que el
gobierno argentino va a llevar adelante de acuerdo con lo que ha prometido, de
acuerdo con lo que estaba en su programa y de acuerdo con lo que viene
cumpliendo, pese a la pandemia y pese a todas las dificultades. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Para la presentación del
primer dictamen de minoría, comparten el tiempo el señor diputado Alejandro
Cacace y la señora diputada Paula Oliveto.
Tiene
la palabra el señor diputado Cacace, por San Luis.
Sr. Cacace.- Señor presidente: escuché atentamente
exponer a los miembros informantes del dictamen de mayoría lo que ellos
entienden como concepto del proyecto en consideración. Creo que debemos
contraponer lo dicho con los datos de la realidad y comparar lo que se anunció
que iban a hacer con lo que efectivamente se llevó a cabo.
Cuando
el presidente de la Nación, Alberto Fernández, estuvo en campaña criticó
fuertemente la ley de movilidad jubilatoria diciendo que Macri perjudicaba a
los jubilados. Además, sostuvo que, cuando él asumiera, iba a dar un aumento
del 20 por ciento a todos los jubilados.
| En ese
momento, también dijo el presidente Fernández que iba a usar todo el dinero que
se pagaba en intereses de las Leliq para dárselo a los jubilados. (Aplausos.)
¿Qué
pasó luego, presidente? Cuando el presidente de la Nación asumió se olvidó de
lo que había dicho y la primera medida que tomó y que expuso frente a este
Congreso fue la suspensión de la ley de movilidad jubilatoria, lo que resultó
en una pérdida para todos los jubilados. (Aplausos.)
Aquí
vamos a los datos concretos, señor presidente, porque se habla mucho en el aire
y quiero que vayamos a los números. Bajo la ley de movilidad suspendida todos
los jubilados debieron haber recibido en este 2020 un aumento del 42 por ciento
en sus haberes. (Aplausos) Sin
embargo, ninguno lo hizo. Ningún jubilado recibió lo que correspondía por ley
sino que los jubilados que cobran la mínima recibieron hasta un 35 por ciento
de aumento y aquellos que cobran el haber máximo del régimen general recibieron
hasta un 24 por ciento. Esto significa entre 7 y 18 puntos menos de lo que
correspondía por ley.
Los
jubilados que perciben la mínima cobran hoy 19.035 pesos. Si se aplicara la ley
sancionada durante el gobierno de Macri ‑aquella que tanto critican‑
cobrarían 19.995 pesos, es decir, casi 1.000 pesos más por mes. (Aplausos.)
Los
que cobraban el haber de 40.000 pesos en febrero, hoy cobran 6.000 pesos menos
por mes de lo que correspondía por la Ley de Movilidad. Los que cobraban 60.000
pesos en febrero, hoy cobran casi 10.000 pesos menos por mes de lo que
correspondía por la Ley de Movilidad, y así se va incrementando hasta que los
que tienen el haber máximo del régimen general están cobrando, nada más y nada
menos, que 18.000 pesos menos por mes de lo que correspondía.
Eso es
lo que ha llevado a los jubilados a hacer juicio y ha llevado a que durante el
2020 los tribunales le reconozcan a los jubilados que se les ha afectado el
derecho de propiedad. Los tribunales han reconocido que sus haberes deben ser
restituidos, tal como lo hizo la Cámara Federal de Salta y tal como lo hizo la
Cámara Federal de Paraná después, que declaró inconstitucionales los decretos
del presidente Alberto Fernández por ser insuficientes respecto de lo que
marcaba la Ley de Movilidad.
Entonces,
¿cuál es el concepto de este proyecto de ley? El ajuste. Eso es lo que han
venido a hacer a esta Cámara. (Aplausos.)
El único motivo por el que se impulsa este proyecto de ley es para ahorrar recursos.
En el año 2020, a partir de esta medida de la suspensión de la movilidad
jubilatoria, se ha ahorrado la suma de 100.000 millones de pesos. (Aplausos.) Es por eso que no ve a los
jubilados festejando en el Congreso, señor presidente, sino que en su lugar han
venido los funcionarios de ANSES para festejar el ajuste que están haciendo
sobre los jubilados. (Aplausos.)
El
oficialismo comparaba las fórmulas. ¿Qué es lo que ellos proponen? Proponen
incluir la recaudación, algo que no se utiliza prácticamente en ninguna parte
del mundo para ajustar los haberes de los jubilados. Proponen una recaudación
que ha estado a la baja este año. Además, si los salarios crecen más que la
recaudación, la ponen como límite. Ahora, si la recaudación cae, ahí los
jubilados son socios de las pérdidas de la AFIP, tal como lo han hecho durante
este año.
Entonces,
¿qué clase de acuerdo es ese que hacen con nuestros adultos mayores? Encima lo
hacen en el peor año que hemos vivido producto de la pandemia. Los adultos
mayores son el principal grupo de riesgo y a quienes le han ajustado sus
haberes de la peor manera. (Aplausos.)
Además,
se trata de un enorme error, ya que incluir esa recaudación perjudica no solo a
los jubilados sino también a la economía en general. Dicen que cuando crezca la
recaudación van a crecer los haberes y, si no crece, caerán.
Por
esta razón, no es noticia que la Argentina sea uno de los dos países en el
mundo que más recesiones ha tenido en los últimos 50 años. Hacemos nuestra política
más procíclica: cuando crece la economía, aumenta el gasto y después se ajusta
durante el peor período recesivo, como se ha hecho durante este año.
No
estamos afectando solamente a los jubilados sino a muchos otros beneficiarios
de programas estatales que reciben sus ingresos y que ajustan por la Ley de
Movilidad. Tenemos 7.200.000 jubilados y pensionados que cobran casi 8.500.000
beneficios previsionales; tenemos 4.300.000 beneficiarios de la Asignación
Universal por Hijo; tenemos 4.400.000 beneficiarios de las asignaciones
familiares; tenemos las pensiones no contributivas; tenemos la Pensión
Universal del Adulto Mayor, y hasta tenemos a los ex combatientes de Malvinas y
las pensiones honoríficas a los veteranos. Todos ellos están afectados. Son más
de 17.000.000 de personas afectadas por esta discusión que, como bien dijo el
miembro informante de la mayoría, la hemos tenido durante todo el año porque
arrancó en diciembre del año pasado con el primer ajuste, y después la hemos
vuelto a tener con cada decreto que han hecho en marzo, en julio y en
septiembre, porque en cada una de esas oportunidades le han metido la mano en
el bolsillo a todos ellos. (Aplausos.)
Respecto
a la inflación, claro que reclamamos que esté presente en la fórmula del proyecto
de ley. No lo hacemos solo nosotros, presidentes de Juntos por el Cambio,
también lo hacen otros bloques minoritarios de la oposición y otros bloques de
esta Cámara. Incluso, como admitieron desde la mayoría, lo hacen integrantes de
su propio bloque porque está a la vista lo que está pasando.
En un
país que lleva dos décadas con dos dígitos de inflación, en un año donde la
economía está disminuyendo y el PBI caerá un 12 por ciento, donde la inflación
está terminando en un 35 por ciento y, a partir del relevamiento de expectativas
de mercado del Banco Central, se estima para el 2021 que la inflación será del
50 por ciento, ¿cómo no vamos a esperar que los haberes pierdan en términos
reales y se disminuya su poder adquisitivo?
Si uno
observa el presupuesto que aprobamos meses atrás, cuando el ministro Guzmán
vino a este Congreso y dijo que iba a haber una actualización de las
jubilaciones en un 31 por ciento, puede dar cuenta de que ya bajo la inflación
que el mismo gobierno prevé, la Oficina de Presupuesto del Congreso dijo que
habrá una caída en términos reales de las jubilaciones. Si esa inflación
aumenta, como se prevé en las estimaciones, la caída de las jubilaciones en el
2021 no va a tener piso y puede llegar a ser de 20 puntos.
Es por
eso que reclamamos que la inflación esté presente en la fórmula: es lo que nos
dijo terminantemente el ministro de Trabajo en este Congreso en el sentido de
que no iba a haber cláusula garantía, que no iba a haber cláusula gatillo, que
nos olvidáramos de la inflación y que de la inflación no se iba a hablar más.
Pero sepan que por más que no se hable
de la inflación, eso no significa que el problema se resuelve.
Si la
inflación es alta, como lo ha sido este año, los jubilados van a perder y van a
perder mucho. Se llenan la boca hablando de años anteriores y del pasado pero
la pérdida ha sido enorme en 2020 y va a ser enorme también en 2021. Eso es lo
que estamos tratando de impedir al solicitar que se incluya esta garantía.
Señor
presidente: quiero mencionar un detalle más respecto al cambio en el cálculo de
la fórmula que se hizo en el Senado. Vinieron a esta Comisión Bicameral de la
que tanto hablan -que sí tuvo diecisiete reuniones‑ a discutir con
especialistas, abogados, fiscales, jueces y economistas, pero después resulta
que hicieron lo que quisieron. Digo esto porque previo a aquel martes de la
visita de la misión del Fondo Monetario Internacional, el lunes a las 11 de la
noche el Ministerio de Economía emitió un comunicado decidiendo de forma
unilateral la fórmula que se iba a imponer.
Lejos
de todas las discusiones que habíamos tenido y de lo que se había conversado,
decidieron que volvían a aquella fórmula de la administración de Cristina
Fernández de Kirchner, y lo comunicaron de esa manera.
Cuando
vino a este Congreso la directora ejecutiva de ANSES dijo: “Miren, con la
fórmula que proponemos en marzo va a haber un aumento del 11,9 por ciento
porque va a tomar en cuenta todas las variables del segundo semestre 2020”, que
es lo mismo que decir el tercer y cuarto trimestre.
Después
hubo algunos cambios. Mandamos el proyecto al Ejecutivo y le agregó una
disposición transitoria que no estaba en el proyecto de la Bicameral. Entonces,
dijeron: “Miren, lo que era para diciembre ahora en realidad se lo vamos a
quitar en marzo. El 5 por ciento que le damos después se lo descontamos”. Acto
seguido, mandaron el proyecto al Senado y frente a todas las protestas que hubo
de los distintos bloques dijeron: “No, no les vamos a descontar”.
Ahora
resulta que cuando nos encontremos con el dictamen -que es la sanción del
Senado que estamos tratando hoy- vemos que efectivamente no descontaron
diciembre, sino que lo que hicieron fue descontar del cálculo todo el tercer
trimestre del 2020. Por eso decimos que se roban un trimestre, porque había un
trimestre en el cálculo -el tercer trimestre‑ prometido por la propia
directora ejecutiva de ANSES que ahora no va a estar.
En las
diapositivas de la presentación de la directora ejecutiva de ANSES figuraba que
el aumento iba a ser de 11,9 por ciento en marzo. Acuérdense de estas palabras
en febrero cuando salga ese decreto y una vez más defraudemos a los jubilados
cuando ese número no esté. (Aplausos.)
Señor
presidente: pueden tratar de encubrir esta discusión, pueden tratar de que pase
desapercibida sobre el final del año, pero les quiero decir que esos 7 millones
de jubilados y pensionados y esos 8 millones de perceptores de la Asignación
Universal por Hijo y de las asignaciones familiares nos escuchan. Los jubilados
están mirando, señor presidente, y les van a hacer rendir cuentas de esta
acción. Por eso, nuestro voto es negativo. (Aplausos.)
(Varias señoras diputadas y señores diputados rodean y felicitan al orador.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Para continuar con la presentación
del dictamen de minoría del interbloque Juntos por el Cambio, tiene la palabra
la señora diputada Oliveto Lago, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sra. Oliveto Lago.- Señor presidente: cuando entré a este
recinto y vi a tantos contentos festejando y aplaudiendo me acordé de
Zaratustra, que hablaba del Estado como un monstruo frío que se calienta al son
de algunas conciencias.
Hoy
estamos acá legitimando un nuevo ajuste a los jubilados de espaldas y con
vergüenza, porque no tuvieron la cara para hacerlo en un horario y un día de
cara a los representados a los que hoy van a arruinar.
Digo
esto porque desde que asumió el presidente Fernández, con esas leyes de
emergencia que se aprobaron con la complicidad de muchos que entraron diciendo
que eran opositores, empezaron a terminar con la movilidad jubilatoria, a
darles aumentos por decreto, a achatar las pirámides, y los jubilados
comenzaron a ver cómo día a día su sueldo se lo comía la inflación y cómo
perdían entre 1.000 y 8.000 pesos mensuales, como dijo mi compañero Cacace. Y
estaban todos calladitos, señor presidente; ahí no estaban los gremios para
acompañarlos, ahí no estaban las organizaciones para cuidarlos, ahí no estaban
los representantes políticos para cobijarlos. (Aplausos.)
¡¿Qué
estamos defendiendo?! ¡¿Con qué cara estamos defendiendo esto?! Llámenlo como
quieran, pero en mi barrio esto se llama “ajuste” (Aplausos.)
Ahora volvemos a una fórmula que se maneja con
parámetros absolutamente variables, con aumentos de sueldos que hoy muchos
tienen como una entelequia. Los sueldos están perdiendo ante la inflación, y
eso es una realidad que ustedes no quieren ver. La recaudación está constantemente
a la baja porque estamos en crisis pero tienen que unificar el discurso. Es
decir, ¿hay crisis para una emergencia y no hay crisis para los jubilados? No.
Hay crisis para todos.
Como
clase dirigente, como clase política, me resisto a argumentar quién jorobó más
a los jubilados: si ustedes u otros. A los jubilados hace años que los viene jorobando
la clase política y esto nos tiene que interpelar a todos. ¡¿Qué tienen para
festejar esta tarde?! Deberíamos estar todos tristes porque estamos incumpliendo
lo que le prometimos a nuestros abuelos, lo que le prometimos a nuestros
votantes, que es dejar la vida por la Patria. (Aplausos.)
¡¿Cómo
dicen que los jubilados están mejor?! El 60 por ciento gana alrededor de 19.000
pesos, mientras que el alquiler de una pieza en un barrio popular no baja de 15.000
pesos y un kilo de carne no baja de 500 pesos. ¡¿Qué dicen que están bien?!
¡¿Cómo pueden creer que están bien?!
Por
otro lado, hablan de los remedios. ¿En qué país viven? ¿Saben lo que implica ir
al PAMI a que le certifiquen una receta a un viejo? ¿Saben del peregrinar de
los familiares para lograr un tratamiento contra el cáncer o un tratamiento que
los ayude a entrar en diálisis? ¡¿En qué país viven?!
Hablan
de que les congelaron las tarifas y de subsidios. Los jubilados no quieren
subsidios; quieren poder pagar sus cuentas, que es lo primero que hacen cuando
cobran, No quieren la dádiva del Estado. Son de la generación del cuerpo
cansado y de la vista triste porque se la pasaron laburando; no son la
generación de la dádiva. Ellos quieren pagar sus cuentas y vivir bien. Les da
vergüenza tener que pedir a sus hijos que los asistan todos los meses.
No sé
qué pasó o quiénes fueron sus abuelos, pero los míos eran unos gallegos que
vinieron con una mano atrás y otra adelante e hicieron una casa en Mataderos,
que es donde vivo hoy.
Vemos
que hay parche tras parche. Hablan de que les congelan las tarifas. Perfecto.
Las tarifas se las congelan a Pilar Rodríguez, de Mataderos, que gana 19.000
mangos y que no llega a fin de mes, pero también se las congelan a Goyo Pérez
Companc, que es al mismo que le están pidiendo que pague el impuesto a la
riqueza. (Aplausos.) Eso no es
equidad. Eso no es planificación.
La
moratoria le sirvió a Juana, que toda su vida estuvo en negro en una casa de
familia, donde el Estado no la acompañó, donde el Estado no la ayudó a que la
blanquearan. Pero ahora la moratoria también les alcanzó a las señoras que
nunca trabajaron, que sus maridos son empresarios, que se metieron en la
moratoria porque conocían un abogado y usan esa plata que sale de todos
nosotros para ir a tomar el té los domingos con los amigos. Eso tampoco es
equidad. (Aplausos.)
Señor
presidente: yo no quiero ser parte de una generación que mira para otro lado,
que no hace nada por el trabajo informal, que no hace nada por la generación de
trabajo. Yo quiero ser parte de una generación que discuta el futuro del país
buscando coincidencias. Fui una incrédula al pensar que esa Comisión Bicameral
podía dar respuesta.
Hoy
algunos nos iremos a dormir creyendo que hicimos lo correcto, otros se irán a
dormir pensando que cumplieron, pero ninguno se va a ir a dormir con la
conciencia tranquila porque en marzo, señor presidente, los jubilados van a
cobrar 20.000 mangos, no les va a alcanzar absolutamente para nada y nada habrá
cambiado.
Acá
estamos los representantes del pueblo, no de un partido ni de un gobierno sino
de un pueblo que sufre y que nos pide soluciones.
Seguramente
esta noche cuando salgamos no habrá militantes exacerbados, no habrá
comunicadores indignados, no habrá llorones ni habrá violencia en el recinto.
Hoy se
votará una nueva fórmula de movilidad jubilatoria, una nueva estafa que
seguramente será aplaudida como tantas otras en este recinto, con la
complicidad de muchos, con el silencio de algunos y con la tragedia de siempre.
Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Para la presentación de su
dictamen de minoría, tiene la palabra el señor diputado del Caño, por Buenos
Aires.
Sr. del Caño.- Señor presidente: una vez más estamos
asistiendo a un ajuste a millones de jubiladas y jubilados que trabajaron toda
su vida. Acá no hay grieta: todos los gobiernos le meten la mano en el bolsillo
a los adultos mayores, como lo hemos visto durante décadas.
Quiero
decir que este proyecto de ley tan importante lo estamos discutiendo hoy por
decisión del oficialismo, es decir, el mismo día que en el Senado se trata el
derecho al aborto legal, seguro y gratuito por el que ha luchado durante
décadas el movimiento de las mujeres, y que esperamos que sea ley.
Sin embargo,
están queriendo que pase desapercibido un ajuste que perjudicará sobre todo a
las mujeres jubiladas y también a las más humildes, aquellas que reciben la
Asignación Universal por Hijo.
Señor presidente: este dictamen ha sido el
resultado de la elaboración de un debate celebrado con organizaciones de
jubiladas, jubilados, trabajadoras, trabajadores, especialistas previsionales,
defensores de la tercera edad y, por supuesto, con las fuerzas que integramos
el Frente de Izquierda Unida. Quiero aclarar que muchas de estas organizaciones
de jubilados y trabajadores no fueron recibidas por la Comisión Bicameral.
A lo
largo del debate de las comisiones, y hoy lo hemos vuelto a escuchar por parte
del oficialismo, se han esgrimido argumentos para explicar la férrea oposición
del oficialismo a incorporar una cláusula de garantía de inflación para que los
jubilados y jubiladas no pierdan si esta fórmula da por debajo de la inflación.
Este aspecto no solo fue señalado por nuestro bloque y otros de la oposición,
sino que también señalaron su preocupación diputadas y diputados del
oficialismo.
En este
sentido, los argumentos se han limitado a repetir que durante los años de
gobierno de Cristina Fernández de Kirchner la fórmula aplicada –que es muy
similar a la que ahora se propone- generó aumentos a las jubilaciones en
términos reales. Sin embargo, se olvidan que con la importante devaluación de
2014 las jubilaciones perdieron 14 puntos y que, con el gobierno de Macri en
2016-2017, también perdieron con esta fórmula.
Además,
creo que el diputado Itai Hagman ‑si no recuerdo mal‑ dijo en aquel
momento -y hoy lo repitieron quienes dieron el informe del bloque oficialista-
que quienes planteamos una cláusula de inflación para que haya un piso lo que
estamos diciendo es que haya un techo. En realidad, el proyecto del oficialismo
es el que plantea un techo de no más del 3 por ciento de la recaudación anual y
de esa manera se perpetúa la miseria de las jubilaciones.
Otros
llegaron a decir que este año fue difícil por la pandemia y por la herencia del
macrismo pero que el año próximo habrá crecimiento, que los salarios van a
subir -lo dijo el diputado Heller en su informe-, y que por lo tanto también lo
harán las jubilaciones y, por esa razón, no hace falta poner una cláusula de ajuste
por inflación.
A lo
largo de este año muchos trabajadores y trabajadoras perdieron su fuente de
trabajo. Es decir, no es que tuvieron solamente pérdida salarial. La Argentina
tiene un 20 por ciento de desocupación, si en ese porcentaje se incorpora a
aquellos que no buscan empleo producto del desaliento.
El
gobierno, con el aval de la cúpula de la CGT, impulsó un aumento del salario
mínimo del 28 por ciento cuando la inflación será del 35 por ciento durante un
año. Sin embargo, ese aumento del 28 por ciento es prácticamente por un año y
medio. Es decir, impulsaron la baja de los salarios, al igual que las que se
produjeron por parte de las empresas y mejor ni hablar de la paritaria estatal.
Me pregunto de qué aumento de salario están hablando.
Entonces,
¿cómo pueden decir que, como este es un gobierno popular que quiere que las
jubilaciones y los salarios crezcan, no hay que hacerse problema porque no hace
falta la cláusula de inflación y va a estar todo bien? ¿Qué pueden decir al
jubilado que cobraba 20.000 pesos en enero de este año, a quien se le suspendió
la movilidad macrista -que nosotros rechazamos fuertemente- pero que por
primera vez iba a dar un poquito de recuperación en sus haberes y también en la
Asignación Universal por Hijo? A ese jubilado que cobraba 20.000 pesos en enero
le robaron la misma cifra a lo largo del año, porque le dieron 20.000 pesos
menos de lo que establecía esa legislación.
Por
otro lado, claramente no tuvieron la misma firmeza para meter la mano en el
bolsillo de los jubilados que en el caso Vicentín, donde fueron bien blanditos.
Entonces,
se repiten los argumentos liberales, como los manifestados por ministro Moroni,
que dijo que en realidad no hace falta una cláusula de inflación porque lo que
se debe hacer es desindexar la economía.
Sin
embargo, ello no significa desenganchar de la inflación las jubilaciones, los
aumentos jubilatorios y de la Asignación Universal por Hijo. Entonces, repiten
ese argumento liberal que sostiene que los salarios y las jubilaciones son los
que generan inflación.
Ahora
bien, fíjense qué trato tan distinto recibieron los grandes fondos de
inversión, esos que hicieron negocio con la bicicleta financiera durante el
gobierno de Macri. A ellos les dieron bonos en dólares y en pesos atados a la
inflación. Me pregunto por qué no desindexan a los grandes fondos como Pimco y
Templeton. Solo lo hacen con los jubilados. Ahí sí son firmes.
Aquí
está clara la voluntad política del gobierno: si los salarios y la recaudación
van por debajo de la inflación, claramente los jubilados van a perder. Esa es
la decisión política de este gobierno con esta ley.
Además,
no es casual que esta fórmula haya sido anunciada unas horas antes de que llegaran
los representantes del Fondo Monetario Internacional, porque es parte de la
hoja de ruta del ajuste para pagar la deuda fraudulenta -en esto no hay grieta
porque tienen acuerdo con Cambiemos- que en el presupuesto de ajuste eliminó el
IFE, por ejemplo, entre otras tantas medidas de ajuste incorporadas.
Señor presidente:
con la suspensión de la movilidad del gobierno anterior, la actual
administración ahorró cerca de 100 mil millones de pesos. Ahí está clara la
muestra del ajuste. Ni siquiera la llegada de la pandemia y el hecho de que los
adultos mayores fueron el principal grupo de riesgo los hizo cambiar de la idea
que sostenían en diciembre del año pasado, con la mal llamada Ley de
Solidaridad, cuando decían que el jubilado que cobraba 20.000 pesos tenía que
ser solidario con el que estaba aún peor, que cobraba 14.000 pesos.
A esos
jubilados que trabajaron toda su vida les metieron la mano en el bolsillo con
esa mala idea de solidaridad. Por supuesto, esa primera medida fue todo lo
contrario a lo manifestado por el presidente Alberto Fernández durante la campaña,
quien no solo dijo que iba a otorgar una recomposición del 20 por ciento apenas
asumiera, sino que agregó que entre los bancos y los jubilados elegía a los
jubilados.
Ahora
resulta que aquí algunos se quieren pintar la cara de defensores de los jubilados
y las jubiladas, cuando hace tres años también ajustaron y se robaron 100 mil
millones de pesos. En aquel momento, desde nuestro bloque rechazamos ese ajuste
en medio de una brutal represión, desatada contra miles y miles de personas que
se movilizaron a la Plaza de los Dos Congresos.
Además,
quiero decir que muchos de los que denunciaban el ajuste macrista hoy lo están
aplicando. Otros son coherentes: estaban con Macri, como Schiaretti y sus
diputados, que dieron el quórum ‑muy ajustado, como hoy‑. Otro
ejemplo es la diputada Rosana Bertone, que ahora habla de lo fantástica que es
esta ley pero, junto con los gobernadores del peronismo, apoyó la fórmula de
Macri.
Recordemos
que el macrismo en aquel momento tenía minoría. Sin los votos de un sector del
peronismo que hoy gobierna no hubiesen podido ajustar a los jubilados y
jubiladas. Bueno, muchos de ellos son los que hoy dan el quórum.
En el
mismo sentido, el diputado Ramón, de la provincia de Mendoza, el otro día me
decía que recordaba cuando le señalé, durante el gobierno de Macri, que estaba
dando quórum para un ajuste. Sin embargo, hoy hizo lo mismo.
Nosotros
somos coherentes. Nuestra intención es defender siempre los intereses de las
jubiladas y los jubilados. Por eso, en su momento rechazamos aquel ajuste y lo
hacemos nuevamente hoy.
Tal
como denunciamos que la fórmula de Macri se robaba un trimestre, que provocó
que en marzo de 2018 el aumento del 14 por ciento que correspondía a los jubilados
fuera del 5 por ciento, hoy denunciamos que aquí se dejan por fuera las
variables económicas del tercer trimestre ‑tal como lo expresó el
diputado Cacace‑ y habían anunciado un aumento cercano al 12 por ciento.
Ahora se estima que en marzo el aumento será del 6 por ciento. ¡Una estafa! Hicieron
como que en el Senado eso no iba a pasar y ahora lo vemos nuevamente.
Hemos
dicho en las comisiones ‑y lo hemos planteado en nuestro dictamen con un
proyecto integral sobre las jubilaciones‑ que la situación del sistema
previsional obviamente es crítica. Pero no es crítica por una cuestión natural,
por culpa de las jubiladas, de los jubilados o de los trabajadores, sino
justamente de todos los gobiernos que han atacado, han desfinanciado y han
vaciado la ANSES durante años.
Tal es
la gravedad que hoy el 53 por ciento de los jubilados perciben la mínima y
están muy por debajo de lo que calcula la Defensoría de la Tercera Edad de la
Ciudad de Buenos Aires, que estima una canasta básica de alrededor de 50.000
pesos, muy lejos de esos 19.000 pesos, que apenas cubren el 36 por ciento.
Pero
miremos la última década. En 2011 la jubilación mínima cubría el 60 por ciento
de esa canasta básica. En 2015, el 50 por ciento, y ahora, un poco más de un
tercio.
Está claro
que todos los gobiernos tuvieron al jubilado como variable de ajuste. Lo vimos
con Menem impulsando la privatización del sistema previsional con el
neoliberalismo. Lo vimos con la Alianza, cuando Patricia Bullrich rebajó el 13
por ciento a los estatales y a las jubiladas y los jubilados. Lo vimos con la
negativa de los Kirchner al 82 por ciento móvil, pero no del último mejor
salario, que es el reclamo histórico de los jubilados, sino del salario mínimo
en aquel momento. A este planteo lo llamaron una ley de quiebra. Inclusive se
negaron durante años a pagar los fallos de actualización de los haberes a miles
de jubiladas y jubilados.
Entonces,
¿cuál es el planteo que hacemos desde el Frente de Izquierda? En primer lugar,
recuperar lo perdido bajo el gobierno de Macri y durante este año del gobierno
de Fernández: más del 21 por ciento del poder adquisitivo de jubiladas y
jubilados. Sin embargo, sabemos que eso no alcanza. El haber no es suficiente.
Por supuesto, está muy por detrás.
Por
eso, para llegar a ese 82 por ciento móvil, para que ninguna jubilación esté
por debajo de la canasta básica, planteamos que no falten recursos. ¿Cómo?
Primero, restituyendo los aportes patronales al 33 por ciento, el número que
redujo Domingo Cavallo durante el gobierno de Menem.
Planteamos
también el blanqueo de las trabajadoras y los trabajadores, como dice nuestro
proyecto de registración laboral, y además, aplicar impuestos progresivos a los
grandes grupos económicos, a las grandes fortunas y el no pago de la deuda para
que el sistema previsional tenga los recursos que debe tener para que las
jubiladas y los jubilados tengan lo que se merecen.
En los
últimos años también se ha dado algo muy significativo en el sistema
previsional ‑no solo en la Argentina‑, que apunta a fragmentarlo
aún más. Hemos escuchado hablar de las jubilaciones ordinarias y de las que no
son ordinarias.
Esta
fragmentación avanzó con el gobierno de Macri cuando se estableció la Pensión
Universal para el Adulto Mayor, es decir, una pensión no contributiva de 17.000
pesos -un 80 por ciento de la jubilación mínima‑.
Lo que
se hizo de hecho, eliminando la moratoria, fue elevar la edad jubilatoria de
todas aquellas mujeres que no tienen los treinta años de aportes necesarios
para jubilarse. Se elevó a 65 años la edad necesaria para jubilarse de cientos
de miles de mujeres. Muchas de ellas no han podido tener esos aportes porque
sus empleadores habían cometido fraude laboral.
Entonces,
el avance de la precariedad del trabajo, la fragmentación de la clase
trabajadora que se ha impuesto durante todos estos años, también se trasladó al
sistema previsional, a la tercera edad.
Lo
mismo cabe para los salarios ya que, como podemos ver, esta estructura
piramidal achatada del sistema previsional también se relaciona con esos bajos
salarios porque durante años las devaluaciones y la inflación han pulverizado
los ingresos de las trabajadoras y los trabajadores.
No es
que este año el salario se recuperó, como dijeron los miembros informantes.
Sabemos que la realidad demuestra lo contrario. Solamente tomando el índice de
los trabajadores registrados, se observa un deterioro del salario real del 21
por ciento entre noviembre de 2015 y octubre de 2020. El ingreso promedio de
los ocupados en el segundo trimestre era de 31.868 pesos de acuerdo con el
INDEC. La mayoría de los asalariados en nuestro país no cubre siquiera la
canasta básica.
Sin
embargo, aquí hay un problema más de fondo. Durante el gobierno de Macri se
estableció en la legislación la posibilidad de que un jubilado pueda extender
su vida laboral hasta los 70 años. Pero esa no es una opción para los
trabajadores y las trabajadoras, que saben que cuando se jubilen pasarán a
cobrar mucho menos de lo poco que ya cobran. Hoy la tasa de sustitución para
alguien que tiene treinta años de aportes y quiere jubilarse ronda en un 57 por
ciento en promedio. Entonces, constituye una caída brutal del nivel de vida de
las trabajadoras y los trabajadores que se jubilan.
Esto se
enmarca en planes estratégicos del gran capital, que es elevar la edad
jubilatoria para sacarle al trabajador hasta la última gota de sudor. Esto pasó
en Brasil, lo hizo Bolsonaro al elevar la edad jubilatoria. Pasó en Francia,
donde el gobierno de Macron enfrentó una dura huelga de los trabajadores, sobre
todo del transporte, por avanzar contra el régimen previsional.
Este
sistema es irracional: que haya más expectativa de vida no significa un
beneficio sino un problema. Lo han transformado en un costo, en un verdadero
problema, cuando en realidad habría que disfrutar el hecho de que se haya
elevado la expectativa de vida.
Este
sistema transforma a los adultos mayores directamente en material descartable.
Entonces, ¿cuál es el tema acá? Achatar la pirámide ‑que es lo que hizo
el gobierno este año‑ es parte de los planes estratégicos del Fondo
Monetario Internacional, que dice: en última instancia, vamos a dar una pensión
universal a la vejez de miseria, y el que pueda complementará con cajas
jubilatorias privadas para tener un poquito más. Así, tendremos una gran mayoría
de jubilados que estén en la miseria, como ya están hoy. O sea, esa es la
perspectiva del gran capital.
Lo
vimos en Chile, donde uno de los motores de la rebelión popular tuvo que ver
con que, en casos extremos, los adultos mayores se suicidan, porque no quieren
ser una carga para su familia. Ese es el sistema privatizado de las AFP en
Chile.
La
irracionalidad de este sistema no solo la vemos con respecto al sistema
previsional, a la tercera edad, sino también la observamos con el crecimiento de
la desigualdad, la destrucción del planeta, la pandemia y ahora con el tema de
las vacunas. El 14 por ciento de los países ‑en su mayoría los más ricos‑
ya se reservaron el 54 por ciento de las vacunas, cuando en los países más
pobres la gran mayoría de la población, nueve de cada diez, van a tener que
esperar al menos hasta 2022 para poder vacunarse.
Para ir
terminando, quiero decir que no solo a nivel internacional ha habido
importantes luchas de las trabajadoras y los trabajadores, de la juventud, de
los sectores populares, sino que también lo hemos visto en la Argentina. Los
sectores más precarizados no solo salieron a luchar en sus lugares de trabajo
sino que también lo hicieron, como lo vimos en Guernica y en otras tomas, por el
derecho a un pedazo de tierra para vivir.
Lo
hemos visto en la lucha de las trabajadoras y trabajadores de la salud. Se
llenan la boca hablando del personal de la salud y los tienen precarizados con
el pluriempleo y con bajísimos salarios. Ni siquiera la pandemia modificó esa política
del gobierno.
Sería
imposible nombrar a todos los sectores que han salido a pelear, pero quiero
mencionar especialmente la gran huelga de los aceiteros que paraliza el
complejo agroexportador en reclamo por salarios -es una huelga testigo‑ que
también está planteando entre sus consignas algo muy significativo: la
reducción de la jornada laboral para generar empleo. Eso apunta a algo muy
importante, porque el desarrollo de la técnica debería permitir que todos esos recursos
pudieran generar la reducción de la jornada laboral y el reparto de las horas
de trabajo para que todos tengan empleo y se trabaje menos. Eso permite hoy el
desarrollo de la…
Sr. Presidente (De Marchi).- Vaya redondeando su
discurso, señor diputado.
Sr. del Caño.- Decía que este planteo es fundamental
y, por supuesto, está ligado a una perspectiva más de fondo que tiene que ver
con medidas como el no pago de la deuda y la ruptura con el Fondo Monetario
Internacional, que deben ser verdaderas banderas de lucha de los trabajadores y
trabajadoras, del movimiento de mujeres y de los jóvenes que se movilizan en
defensa del medioambiente, para terminar con el 45 por ciento de pobreza, con
el desempleo, la precarización laboral y la destrucción del planeta. Esa es la
perspectiva que nosotros estamos planteando.
Sr. Presidente (De Marchi).- Pasamos a los tiempos de
los bloques e interbloques. Comenzamos con el interbloque Frente de Todos.
Tiene
la palabra el señor diputado Rauschenberger, por La Pampa.
Sr. Rauschenberger.- Señor presidente: en primer lugar,
felicito al señor diputado Casaretto por el trabajo realizado en la Comisión
Mixta Bicameral junto a legisladores, funcionarios el Poder Ejecutivo y
expertos especialistas.
El 27
de octubre el pueblo argentino votó un cambio de rumbo económico, social y
político. El 10 de diciembre asumió Alberto Fernández, con la convicción
necesaria para llevar adelante ese cambio de rumbo con una serie de objetivos,
como recuperar y fortalecer el sistema educativo. Para eso pusimos en vigencia
nuevamente las paritarias ‑que estaban suspendidas‑ y la ley de
financiamiento educativo, que no se cumplía desde 2015.
Vinimos
a recuperar la ciencia y la tecnología, dándole nuevamente el rango de ministerio
que nunca debió perder. Vinimos a recuperar la salud, dándole también rango de
ministerio, que tampoco nunca debió perder. Asimismo, vinimos a recuperar y
fortalecer el poder adquisitivo de nuestros jubilados, de nuestro sistema
jubilatorio. En cumplimiento de ese compromiso, aprobamos la ley de solidaridad
social y reactivación productiva, por la cual suspendimos la fórmula que había
quitado un 20 por ciento de ingreso a los jubilados en 2018 y 2019, lo que nos
había dejado un sistema jubilatorio con 250.000 millones de pesos de déficit.
Después
modificamos los regímenes de privilegio de la Justicia y del servicio
diplomático, corrigiendo la inequidad que estos generaban.
Quisimos
también empezar por los últimos para llegar a todos, y en ese sentido los
jubilados de la mínima ‑que habían sido los más afectados‑ fueron
los que durante este año recibieron aumentos trimestrales por decreto, y le
ganaron a la inflación. Ante una ANSES devastada, fuimos por la recuperación y
el fortalecimiento del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que estaba
desgastado, sacándole la mochila de tener que pagar la reparación histórica.
Ahora
venimos con un proyecto de cambiar la fórmula de movilidad jubilatoria a partir
de los conceptos de solidaridad y redistribución, con la que no solo se mejora
el poder adquisitivo de los jubilados sino que también se pretende dar
sustentabilidad al sistema.
Hemos
debatido mucho tiempo durante todos estos meses cuál sería la fórmula ideal,
teniendo en cuenta qué Argentina nos dejó el macrismo y qué Argentina nos deja
la pandemia. Más allá de trabajar en una fórmula, es necesario tener una mirada
integral de nuestro sistema previsional, porque no se trata solamente de una
fórmula sino de un proyecto económico, político y de país.
Durante
el gobierno anterior, el modelo económico estaba atado a la inflación, a la
timba financiera y a la especulación. Nosotros queremos un proyecto de país
atado al crecimiento, al desarrollo y a la inversión. Esa es la gran
diferencia, y ahí está el compromiso que asumimos para llevar adelante este
cambio de rumbo.
En un
modelo económico que implica caída de salarios reales, actividad y recaudación
no solo el sistema previsional es inviable, sino que la economía en general lo
es. Por eso, con esta fórmula estamos logrando sustentabilidad e impacto
positivo en la economía real.
Ahora
veamos qué pasó en Argentina en relación con las fórmulas de 2008 y 2017. Ya
dijeron los miembros informantes de mi bloque que la primera significó una
recuperación del poder adquisitivo de los jubilados del orden de 26 por ciento,
mientras que la segunda les quitó a los jubilados un 20 por ciento entre 2018 y
2019. Estos son los datos, y “dato mata a relato”.
Pero a
su vez, como acá se mencionó, si hubiera regido este año la fórmula suspendida,
también los jubilados hubieran perdido respecto de la inflación en estos tres
años. O sea, nuestra fórmula superó la inflación en un 26 por ciento; si la del
gobierno anterior se hubiera aplicado aun este año, también los jubilados
hubieran perdido en estos tres años, porque el sistema jubilatorio lo tenemos
que ver en el tiempo ‑no en un año en particular‑, en el mediano y
largo plazo.
¿Qué
pasó con la fórmula anterior? No solamente perjudicó a los jubilados en su
poder adquisitivo, sino que también desfinanció el sistema jubilatorio. Además,
tuvo un problema de empalme. Nos están acusando de ajustar quienes hicieron el
ajuste, y nos acusan de que les estamos comiendo un trimestre a los jubilados
justamente quienes les comieron un trimestre a los jubilados. ¿Cómo se hizo
esto? Con el empalme. Porque la fórmula de 2018 tenía aumentos semestrales y el
último aumento había sido en septiembre. La fórmula se cambió en diciembre,
pero en vez de darle el aumento en diciembre de 2017, se dio en marzo de 2018.
Ahí les comieron 7 puntos a los jubilados, en ese trimestre. No es así con la
fórmula que estamos aprobando, porque hemos venido dando aumentos trimestrales
por decreto durante todo este año ‑en marzo, junio, septiembre y
diciembre‑, y el próximo aumento será en marzo, con lo cual el empalme
está asegurado.
Suponiendo
que los índices de aquel momento estaban cuestionados ‑porque se decía
que el INDEC no era creíble‑ y tomamos los indicadores de las provincias,
vemos que también la fórmula que regía
durante el gobierno anterior hubiera perjudicado a los jubilados entre 2008 y
2017. La fórmula que estamos aprobando hoy es mejorada, exitosa y probada,
mientras que está muy claro que la otra perjudicó a los jubilados.
¿Por
qué decimos que esta fórmula es exitosa? Está probada ‑la historia lo
demuestra‑ y se mejoró con este proyecto, porque se incluyeron datos más
actuales. Los rezagos se redujeron a tres meses, lo que implica que el aumento
esté más cerca de la realidad económica del momento, lo que evita la pérdida
del poder adquisitivo del jubilado.
También
se mejora mediante el principio de legislación constante. Si bien cambian las
políticas impositivas y tributarias, se van a comparar datos homogéneos en
períodos homogéneos. Esto es importante porque da previsibilidad al sistema.
Esta
fórmula está mejorada y probada, y la historia demuestra que ha sido positiva.
Además, cumple con la manda constitucional. Esto también está relacionado con
los fallos de la Corte Suprema de Justicia, es decir que la fórmula está en
línea con lo que dice la Corte, la cual se ha expresado en el fallo Sánchez en
el sentido de que la movilidad no implica ajuste por inflación. No es el
propósito ni la finalidad de la fórmula, sino que lo que se persigue es un
reajuste atado a los salarios. Esto también queda muy claro en los fallos
Badaro y Chocobar, donde la Corte sostuvo que la jubilación debe ser un
sustitutivo equivalente al salario.
Para
aquellos que sostienen que la inflación debe ser una variable explícita en la
fórmula, debemos tener en cuenta que los dos componentes que tiene nuestra
fórmula están relacionados con la inflación. En forma implícita, pero están
relacionados con la inflación, porque la recaudación crece en gran parte por un
contexto inflacionario. En un país como la Argentina, con paritarias libres, al
momento de darse la negociación colectiva, uno de los elementos fundamentales
que se ponen sobre la mesa es el costo de vida. Esta fórmula está protegiendo a
los jubilados de la inflación a través del salario. Entendemos que el salario
debe ser la base para que luego se replique en la movilidad, porque la idea
justamente es que el trabajador en pasividad tenga el mismo nivel de vida que
cuando estaba en actividad.
Señor
presidente: en la búsqueda de argumentos para rebatir este proyecto, en la
reunión de comisión que tuvimos el miércoles pasado escuché a algunos
legisladores de la oposición que en realidad nos estaban dando la razón, porque
decían que la fórmula que vamos a votar tendrá un fuerte aumento en septiembre
de 2021, confirmando que va a tener un impacto positivo. Nos han dicho que
seguramente va a aparecer un tío o Papá Noel para dar un aumento que va a tener
un fin meramente electoral, para poder ganar la elección de octubre.
Nosotros
esperamos que el aumento sea antes de septiembre y que el crecimiento en los
salarios y en las jubilaciones se dé antes. Esto no es por una elección. Nosotros no necesitamos de ningún tío y
tampoco que aparezca el tío FMI para ganar una elección. Estamos ante un gobierno
justicialista que asumió el compromiso de cambiar el rumbo, que está plasmado
-en gran parte confiando en la promesa electoral- en esta fórmula que hoy vamos
a aprobar.
Considero que tenemos que entender que el rol del Estado es
de responsabilidad fiscal, y la fórmula propuesta es la que mejor se adecúa a
nuestro modelo de crecimiento y desarrollo para el país.
De manera que, por un lado, al crecer los salarios y la
recaudación damos sustentabilidad y, por otro lado, también damos previsibilidad
a nuestros jubilados porque estamos ante un sistema que tiene que ser
redistributivo, solidario, sostenible y previsible. Vamos a aprobar esta
fórmula -que viene a recuperar y fortalecer el poder adquisitivo de nuestros
jubilados y nuestras jubiladas en el sistema jubilatorio-, que ha sido probada,
exitosa, mejorada y transparente y se encuentra en el marco de un modelo de
justicia social, como es el que caracteriza a los gobiernos justicialistas. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).-
Continuando con los tiempos de los bloques, por el Frente de Todos tiene la
palabra la señora diputada Lampreabe, por Buenos Aires.
Sra. Lampreabe.- Señor
presidente: hoy estamos en un día histórico, en vísperas de conquistar nuevos derechos
para las argentinas y los argentinos.
A nosotros nos toca debatir el método de cálculo de la
movilidad previsional, para lo cual considero necesario enmarcar mínimamente la
discusión recordando la experiencia en los últimos años del sistema jubilatorio
en la Argentina. Como ya sabemos, cuando no se quiere hablar del pasado, hay
gato encerrado.
Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner rigió
una fórmula de actualización de los haberes muy similar a la que estamos
discutiendo hoy. Dicha fórmula ha sido mejorada en cuanto a la reducción de la
periodicidad, ya que pasó de ser semestral a trimestral, y por lo tanto de los
tiempos de rezago. Entonces, sustancialmente es muy parecida porque ambas
consideran en partes iguales la variación de los salarios y los recursos que
ingresan a la ANSES.
Vamos a analizar la realidad, los números, tal como
solicitó el diputado Cacace. ¿Cuál fue el resultado de la aplicación de esta
fórmula desde 2008 a 2015? Como bien apuntaban mis compañeros de bloque, los
jubilados y las jubiladas vieron incrementado su ingreso en un 26 por ciento,
descontando la inflación.
En 2017 se modificó la fórmula y se ajustaron los haberes
en un 70 por ciento por inflación y en un 30 por ciento por el índice RIPTE, de
variación de salarios. El resultado fue una realidad incuestionable: las
jubilaciones cayeron un 20 por ciento en términos reales.
Durante la gestión macrista se perdieron doscientos
cuarenta mil puestos de trabajo del sector privado; cayeron un 20 por ciento en
promedio los salarios; cayó la actividad económica en un 5 por ciento; la
inflación fue la más alta desde 1991 -con más de un 300 por ciento acumulado en
cuatro años-; disminuyó el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que perdió dos
tercios de sus activos; y la deuda externa aumentó un 76 por ciento,
fundamentalmente para financiar la fuga de capitales. En ese marco no hay
fórmula que permita sostener y, mucho menos, mejorar las jubilaciones, porque
ellas no están desancladas de la realidad del país.
Entonces, concretamente, para responder a algunos de los
argumentos que venimos escuchando insistentemente, no incluimos a la inflación
en la fórmula porque cuando se la incluye como variable, el máximo resultado
posible es que las jubilaciones logren equipararse a las variaciones de los
precios. Para decirlo coloquialmente, lo máximo que permite incluir la
inflación es que los jubilados la empaten, pero nunca jamás que la superen.
Dada la situación que dejó el gobierno anterior, en
términos del poder adquisitivo, el haber jubilatorio ‑que pasó de ser el
más alto de Latinoamérica en 2015 a uno de los más bajos en 2019- no alcanzaba
para cubrir necesidades básicas, como comida, medicamentos, gas o luz, tal como
hemos visto en infinidad de testimonios de aquel momento. En ese contexto,
ajustar por inflación es condenar a los jubilados a una vida sin dignidad y sin
felicidad.
Por otro lado, la incorporación de la recaudación
tributaria de la ANSES y la mayor preponderancia del índice de variación
salarial cumplen con el principio de sustitución. Dicho principio implica que
la movilidad jubilatoria no es solo un ajuste por inflación, sino también una
vinculación entre la clase activa y la clase pasiva, es decir, entre el monto
de los haberes jubilatorios y los salarios de los trabajadores. Así también lo
estableció la Corte Suprema en el fallo Badaro, en 2007, cuando dispuso que se
reajuste el haber jubilatorio de quien reclamaba, considerando la variación de
los salarios.
Esto no solamente permite que las jubilaciones y las pensiones
aumenten en sintonía con el crecimiento económico del país, sino que también
garantiza la sustentabilidad del sistema previsional, es decir que el sistema
se mantenga en condiciones de pagar lo que corresponde a todos y a todas.
Cuando hablamos de sustentabilidad -porque a veces se hace
una lectura interesada de esto- nos referimos a seguir teniendo un sistema
solidario, integrado, progresivo y distributivo, que avance hacia la
universalidad. Es decir, sustentabilidad para que las jubilaciones sean parte
de una política económica virtuosa, de crecimiento y desarrollo. Asimismo,
sustentabilidad como lo contrario al saqueo ‑justamente‑ del Fondo
de Garantía de Sustentabilidad, otra de
las medidas del gobierno anterior que dejó más cerca de la bancarrota al sistema
previsional. Como todos y todas sabemos, después de una bancarrota siempre hay
alguien esperando para hacer algún negocio, como fue en su momento el negocio
de las AFJP hasta que llegaron Néstor y Cristina.
La fórmula importa, pero también importa -tal como manifestó
el señor diputado Heller- el proyecto de país. Basta con ver la experiencia
histórica reciente para contrastar lo que ha ocurrido con el país en general y
con las jubilaciones, en particular, cuando gobernamos unos y cuando gobernaron
otros.
Hoy venimos a ratificar nuestro compromiso con el
mejoramiento de las condiciones de vida de los jubilados y las jubiladas, que
no son una variable de ajuste, como se los ha tratado en las recomendaciones
del Fondo Monetario o en las políticas de Macri. También recordamos aquellos
titulares donde el propio Fondo ‑porque ahora dan vuelta todo‑ le
recomendaba a Macri la reforma previsional de 2017.
Por eso proponemos esta fórmula, y también venimos tomando
otras medidas -pandemia mediante- que apuntan en el mismo sentido. Me refiero
no solo a los aumentos por decreto sino también al congelamiento de las tarifas
de servicios públicos, a la suspensión del cobro de cuotas e intereses de
créditos de la ANSES y a la restitución de los medicamentos gratuitos del PAMI.
Para empezar a cerrar mi exposición, me gustaría responder
a tres mensajes que nos dedicó desde una banca un diputado nacional que también
estuvo presente en el debate que se desarrolló durante aquella triste jornada
represiva de 2017. Yo me encontraba en la calle, junto a miles de compatriotas,
con muchísimos jubilados y jubiladas que ya venían saliendo a reclamar desde
que la reforma previsional se debatía en las comisiones, para que el Congreso
no votara la fórmula de ajuste del FMI.
En primer lugar, el diputado en cuestión nos decía que
ellos no eran la Alianza. Eso es cierto, aunque también hay que decir que
existen varios aspectos de continuidad. Sin ir más lejos, la jefa de su
partido, Patricia Bullrich, tuvo un rol protagónicamente lamentable en ambos
gobiernos respecto del tema que nos convoca.
Primero, en aquel memorable y vergonzoso recorte del 13 por
ciento a los jubilados, y luego comandando la también memorable y brutal
jornada de represión en la que ‑entre gases y balas de goma, con un
Congreso vallado‑ aprobaron la fórmula con la que le hicieron perder el
20 por ciento de poder adquisitivo a los jubilados y a las jubiladas.
En segundo lugar, el diputado nos decía en aquel momento
que los jubilados y las jubiladas no iban a perder contra la inflación. Esa fue
otra de las tantas promesas incumplidas, y no hace falta insistir sobre la
situación en la que dejaron la vida de los jubilados, que perdieron un 20 por
ciento de sus haberes en solamente dos años.
En tercer lugar, el diputado dijo que no íbamos a volver
más, y acá estamos. Volvimos a reparar -pandemia mediante, porque a veces
parece que nos olvidamos que estamos en pandemia‑ todo lo que han dañado.
El pueblo nos eligió democráticamente y volvimos en solo cuatro años porque como
sabemos de dónde venimos también sabemos hacia dónde vamos.
Así que, humildemente y ya que recién está arrancando esta
larga jornada, me gustaría recomendarles que en lugar de vociferar chicanas,
tergiversaciones y proyecciones de lo que ustedes han hecho cuando gobernaron,
prueben con ampliar derechos, con llevar adelante políticas que le mejoren la
vida a la gente, porque el pueblo no es tonto y más temprano que tarde lo sabe
reconocer. ¡Que sea ley, señor presidente!
Sr. Presidente (De Marchi).-
A continuación, utilizando el tiempo del interbloque Juntos por el Cambio,
tiene la palabra el señor diputado Laspina, por Santa Fe.
Sr.
Laspina.- Señor presidente: en primer lugar, me referiré a las formas en las cuales
se está dando este debate en el día de hoy, en comparación con aquel triste
episodio del año 2017.
Se trata de una discusión que debe ser sumamente técnica y
que es extremadamente compleja porque en ella se define no solo el presente de
millones de jubilados y pensionados sino también el futuro del sistema
previsional argentino y de la solvencia fiscal de nuestro país.
Fueron sumamente educadas, técnicas y elegantes las
discusiones llevadas a cabo a lo largo de este año en la comisión bicameral creada
a los fines de discutir un cambio en la fórmula, más allá de que después no
sirvieron para nada. Desfilaron decenas de expertos, quienes explicaron cómo
funcionan estos sistemas en el mundo; sin embargo, no encontramos prácticamente
ninguno que funcione con una fórmula como la que hoy propone el oficialismo,
que es tan estrambótica, compleja, arbitraria y descontextualizada precisamente
de la realidad económica argentina.
La politización ridícula que se hizo de este tema en el 2017
llevó a una violencia inusitada no solo fuera de este recinto sino también
adentro. Nosotros no haremos lo mismo. Queremos ser una oposición responsable.
Podemos pecar de ingenuos, pero creemos que esa ingenuidad ‑como algunos
pueden pensar- es en realidad la forma en la que se construye una democracia
seria.
Muchos de los diputados que estuvieron presentes en el
2017, tanto dentro como fuera del recinto, ahora parecen carmelitas descalzas
al defender a los jubilados que hoy van a sufrir una quita de derechos. ¿Cuál
es esa quita de derechos? Se les quita la protección que tienen hoy respecto a
la desvalorización de sus haberes.
Es un contrato de por vida el que tienen los jubilados con
el Estado nacional. Por lo tanto, es muy importante garantizarles a los
jubilados que sus ingresos no decaerán en el tiempo ni que serán víctimas de la
enorme volatilidad macroeconómica que tiene la Argentina desde hace casi cien
años, o un poco menos. En los últimos diez o doce años fundamentalmente ha
habido una gran volatilidad económica y una altísima inflación en nuestro país.
Aquella politización ridícula nos alejó de un debate serio
como el que se tiene que dar.
Hay un error conceptual ya que el oficialismo mezcla todo
en esta discusión; se mezclan peras con manzanas. El fallo de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación impuso en aquel momento a Néstor Kirchner determinadas
pautas de movilidad. En efecto, Kirchner venía de congelar las jubilaciones
-con excepción del haber mínimo- durante muchísimos años, negando la inflación,
achatando la pirámide previsional y generando una bomba de tiempo fiscal que se
saldó recién en el año 2017 con la Reparación Histórica, que le costó más de 2
puntos del PBI a la economía argentina.
Probablemente esa fue la causa de la crisis fiscal del gobierno
de Mauricio Macri y de la derrota electoral que puso de vuelta al kirchnerismo
en su cuarta administración, prometiéndoles a los jubilados un aumento del 20
por ciento, pero lo primero que hizo apenas asumió fue congelar las jubilaciones.
Ese fallo de la Corte Suprema precisamente les garantiza un
piso a los jubilados. Podemos discutir si la fórmula del 2017 lo hacía
relativamente rápido o más lento, pero les garantizaba el poder adquisitivo. La
prueba de que esa fórmula iba a funcionar es que este año lo primero que hizo
el gobierno fue suspenderla, precisamente porque desde que asumió tenía en
claro que este año iba a generar una recuperación de las jubilaciones en
términos reales. El 65 por ciento del gasto primario, es decir, todo el gasto
social de la Argentina se iba a definir por esa fórmula. O sea que ya al asumir
el gobierno tomó la decisión de que el ajuste lo pague el gasto social. Tres o
cuatro meses después vino la pandemia, pero ya había una decisión política que ahora
es refrendada con esta iniciativa.
El contexto en el cual se aplica esta fórmula no tiene nada
que ver con el contexto del boom de commodities en el que se aplicó la
anterior, cuando toda la economía de Latinoamérica estaba en crecimiento. En el
año 2011 se empezaron a derrumbar los términos del intercambio y, a diferencia
de Latinoamérica que había armado colchones y ahorrado en las épocas de vacas
gordas, la Argentina tiró todo por la ventana. Se comió la vaca sagrada del FGS
dando aumentos que no se podían pagar en el largo plazo y que generaron el
déficit previsional que hoy explica el ciento por ciento del problema fiscal
del país.
Debemos garantizar un piso, ajustado obviamente por
inflación, que les asegure a los jubilados que no perderán en el tiempo. Esta
es la discusión que tenemos que dar en este Congreso. Si después se les quiere
dar más, deberá haber otra discusión política. ¡Bienvenida sea!
Si les quieren dar más a los jubilados, deberían empezar
por cumplir la fórmula del 2017, que les hubiera otorgado este año entre un 5 y
un 18 por ciento más de lo que se les dio. ¿Para qué prometer que en el futuro,
cuando la economía salga del estancamiento kirchnerista, de la estanflación que
lleva más de diez años, quizás les mejoren las jubilaciones?
El año que viene la inflación se acelerará porque este año
terminará siendo alrededor del 35 al 40 por ciento con una caída de 12 puntos
del PBI, congelamientos tarifarios y Precios Cuidados que están por explotar.
¿Cómo podemos decir que el año que viene la inflación no aumentará, como se
puso en duda en este recinto?
¿Qué
hace el mundo? A veces, si uno no sabe por lo menos debería copiar. De acuerdo
con un estudio del Banco Mundial sobre 86 países, el 70 por ciento de ellos
ajustan las jubilaciones según una combinación de precios y salarios. Son pocas
las excepciones que se escapan a esa fórmula. El mundo tiene en claro que los
jubilados y los pensionados necesitan garantías y estabilidad en el último
tramo de su vida y que no deberían estar sometidos –como lo estarán ahora- a
los vaivenes de la economía con la promesa de un futuro mejor.
Lo primero que hizo el gobierno fue suspender la fórmula de
movilidad de las jubilaciones del 2017. En aquel momento pedí que, al menos, si
se hacía ese sacrificio, se pusieran a los jubilados en el altar de un plan
económico que sacara a los argentinos de la larga estanflación en la cual nos
había sumido Cristina Kirchner. Nada de eso pasó. Luego vino la pandemia y acá
estamos.
Este proyecto de ley tiene el extraño privilegio –o virtud,
si se quiere- de poder ser criticado por izquierda y por derecha a la vez. ¿Por
qué por izquierda ‑allá está sentado el diputado del Caño-? Porque
desprotege a los jubilados frente a la inflación en una economía que hace más
de diez años tiene arriba de 25 puntos de inflación, en un escenario de aceleración
inflacionaria.
¿Por qué también hay una crítica por derecha? Porque en una
economía distinta en la cual baja la inflación y se empieza a crecer, la
fórmula propuesta promete a futuros jubilados algo que probablemente no podrá
pagar. Esto hay que decirlo.
Hoy quiero dejar sentado en este recinto que si algún día
logramos superar la etapa kirchnerista y poner otra vez a la economía en el
rumbo correcto para crecer y bajar la inflación –Dios mediante-, esta fórmula
tendrá que ser revisada en el futuro.
La fórmula tiene enormes problemas técnicos que no voy a
enumerar, ya los comenté en las reuniones de la Comisión de Presupuesto y
Hacienda y ahora no tengo tiempo para repetirlos.
Ciertamente esta discusión nos hubiese servido para crear
algo que los argentinos -y toda la economía argentina- necesitamos. Me refiero
a un fondo anticíclico, como tiene Chile con el cobre. Nosotros probablemente
podríamos haberlo formado con el FGS, que ahora está fundido. Esto sirve para
ahorrar en épocas de vacas gordas y así garantizar a los jubilados que en
épocas de vacas flacas no los someteremos -como este año o el próximo- a ser el
pato de la boda, es decir, quienes pagan los platos rotos. Esto no se hizo.
Es por ello que pienso, señor presidente, que este proyecto
de ley –además de sus características técnicas que ya comenté en las reuniones
de comisión- es un crimen de lesa sustentabilidad puesto que somete a los
actuales jubilados a la desprotección total y al ajuste por inflación al mismo
tiempo; es decir, no al ajuste de los balances impositivos sino a sufrir la
inflación y la aceleración inflacionaria al mismo tiempo, que quiebra el
sistema previsional en el futuro. Es una combinación tan diabólica ‑por decirlo de alguna manera‑,
tan ingeniosa y macabra que solo el kirchnerismo es capaz de hacer.
Finalmente,
quiero enviar un mensaje a los actuales jubilados para que nuestros abuelos
tengan en claro lo que está pasando.
Este
año, el objetivo del gobierno fue cargar el ajuste sobre sus espaldas. Por eso
congeló la fórmula de 2017 que, con rezago, iba a recuperar las pérdidas que se
habían producido en los últimos dos años por las aceleraciones inflacionarias.
La suspendió; es casi una confesión de parte, un relevo de pruebas.
No
discutamos nada más, no hablemos de promesas. ¿Qué se hizo este año? Se
suspendió la fórmula para no ajustar los haberes jubilatorios como
correspondía. Este año, la sustracción que te hizo Alberto Fernández, el que te
prometió un aumento del 20 por ciento y llenarte la heladera, fue de entre un 5
y un 18 por ciento de lo que te hubiera correspondido de acuerdo con la ley de
Mauricio Macri.
¿Qué
pasará el próximo año? Te irán sacando respecto a la inflación durante los
primeros trimestres y en septiembre, justo antes de las elecciones, te darán un
gran aumento. Pero te recuerdo a vos, querido jubilado, que te han mentido y
estafado tantas veces en la cara, que ese robo durante los primeros trimestres
y ese regalo antes de las elecciones son una trampa para seguir confiscándote en
el futuro, para volver a engañarte como lo hicieron tantas veces. (Aplausos.)
Es para
que papá Alberto ‑o tío Alberto, como le gusta decir‑ pueda
anunciar en el Salón Blanco, bajo el “aplausómetro kirchnerista”, que otorga a
los jubilados un porcentaje mucho más alto que la inflación, después de
haberles robado durante casi dos años.
En
estos argumentos se basa nuestra oposición total, consistente e irrevocable a
este proyecto de ley que, reitero, desampara a los jubilados en el corto plazo,
quiebra el sistema en el mediano y largo plazo, y genera lo que ‑a mi
juicio‑ es un crimen de lesa sustentabilidad contra el régimen
previsional argentino. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado
Pastori, por Misiones.
Sr. Pastori.- Señor presidente: pretender ajustar las jubilaciones
por la recaudación dejando de lado la inflación es una muy mala idea del
gobierno ya que no protegerá el poder adquisitivo del jubilado: concretamente,
la tasa de sustitución lograda al final de su vida laboral, que lo acompañará
hasta el último momento de su vida biológica.
Volver
hacia atrás, hasta la fórmula de 2008, es un error muy grave. La fórmula de movilidad
debe tener la menor volatilidad y la mayor transparencia posibles, dos
condiciones que el proyecto de ley que pretende sancionar el oficialismo no
cumple.
No sé
si los señores diputados pueden ver lo que estoy poniendo frente a cámara; es
algo que dijo Alberto Fernández el 31 de diciembre del año pasado. En aquel
entonces, en los medios leíamos: esta fórmula es impagable. ¿A qué fórmula se
refería? A la de Cambiemos. ¿Quién lo dijo? Alberto Fernández. No es necesario
aclarar nada más; está todo explicado. ¿Qué más podemos decir? No hace falta.
Además,
mientras se ajusta a los jubilados, la vicepresidenta de la Nación, Cristina
Fernández de Kirchner, hace juicio a la ANSES para evitar pagar el impuesto a
las ganancias sobre su jubilación de privilegio. Por si esto fuera poco,
reclama una segunda jubilación de privilegio, obviamente también libre de
impuestos, respecto de la cual ya logró de algún fiscal una opinión favorable.
Hace
poco, la directora de la Comisión de Seguridad Social de la Federación
Argentina del Colegio de Abogados ‑FACA‑, la doctora Elsa Rodríguez
Romero, fue muy clara al analizar la sanción del Senado, razón por la cual me
permitiré basarme en algunos de sus conceptos.
En
primer lugar, no caben dudas de que esta ley será litigiosa y se judicializará
porque deja muchas cuestiones sustanciales libradas a la reglamentación. O sea,
tampoco permitirá al Estado cumplir cabalmente con la garantía emanada del
artículo 14 bis de la Constitución Nacional.
Vayamos
al punto medular del proyecto: la fórmula que contiene el artículo 1°, porque
de eso se trata. Ahí está el corazón de esta iniciativa.
Trataré
de desnudar la mencionada fórmula para que se vea toda su perversidad. Las
actualizaciones trimestrales de marzo, junio y septiembre se calcularán en un
50 por ciento conforme a la evolución de los salarios y en el 50 por ciento
restante sobre la base del aumento de la recaudación tributaria destinada a la
ANSES y ponderada por beneficio.
Hete
aquí que estos incrementos de marzo, junio y septiembre, en realidad no
importan. ¿Por qué? Porque la verdadera movilidad se dará en diciembre de cada
año con tres adelantos: los otorgados en marzo, junio y septiembre. ¿Qué pasará
en diciembre? Se aplicará un incremento que será el menor de dos porcentajes: a)
y b). Si siempre se elige el menor de dos valores para un período
determinado, el resultado siempre será inferior a la evolución de cualquiera de
ellos. Esto es matemática pura; no es una cuestión constitucional ni técnico‑jurídica.
Por eso,
la premisa de hacer partícipes a los beneficiarios del sistema de la riqueza de
la Nación es una falacia. Si, siguiendo la fórmula contemplada en el proyecto
de ley, aplico el que sea menor de a) o b), me encontraré con
que, en los períodos en los cuales los recursos superan a los salarios, la
fórmula prohíbe dar aumentos mayores a estos últimos porque la movilidad está
supeditada a ellos. No importa si la recaudación creció más, ya que se
establece un tope del 3 por ciento.
Ahora
bien, cuando es al revés y los salarios crecen más que la recaudación ponderada
por beneficio, la fórmula no permite dar aumentos mayores a esta porque actúa
como un techo a los incrementos. En otras palabras, aunque los salarios crezcan
más que la recaudación, esta última limita la movilidad.
El porcentaje
a) se calcula en diciembre de la forma prevista para marzo, junio y
septiembre, mientras que el porcentaje b) considera cuánto se incrementa
en un año la recaudación total de la ANSES. Es decir, la recaudación tributaria
más los recursos de la seguridad social, a lo que se agrega un 3 por ciento. A
este valor, como es anual, se le restará lo otorgado en marzo, junio y
septiembre. Repito: al valor del inciso b) se le restará lo otorgado en
marzo, junio y septiembre porque el cálculo es anual. Esto da como resultado el
porcentaje b); luego se lo compara con el porcentaje a) y se toma
el más bajo.
¿Han
visto dónde el diablo metió la cola? Porque siempre, en este tipo de leyes, hay
un punto donde el diablo mete la cola. En este caso, es en la fórmula de
actualización del mes de diciembre.
A fin
de ser más claro todavía, diré lo siguiente. Supongamos que los cálculos
pertinentes arrojen un 5 por ciento en marzo, un 5 por ciento en junio y un 5
por ciento en septiembre. Hasta ese momento, el resultado no será 15 por ciento
sino un poquito más: 15,76 por ciento, porque son valores acumulativos.
Ahora
bien, supongamos que, en diciembre, según el porcentaje a) el cálculo
corresponde a otro 5 por ciento y que la recaudación total, más el 3 por
ciento, es igual al 20 por ciento. Como ese porcentaje es anual, se debe restar
el 15,76 por ciento otorgado en los trimestres anteriores. Si bien es un
aspecto técnico, es importante que lo diga. Como son porcentajes, no se restan,
se dividen; es una cuestión matemática. Esto me dará un 3,66 para diciembre. Lo
comparo con el porcentaje a) del 5
por ciento y, entonces, voy a otorgar el menor, es decir, el 3,66 por ciento.
Si yo
hubiera seguido solamente la evolución de los salarios, el cálculo habría dado
un 21,55 por ciento; con esta fórmula estrambótica ‑como dijo el diputado
Laspina‑, me dará menos. Esto es algo que cae de cajón, presidente; es un
problema matemático. Siempre que de dos valores tome el menor, el incremento
final será menor que cualquiera que surja de la evolución de esas dos
variables. Esto es matemáticas.
¿Es esto
lo que queremos para los jubilados? ¿Es esto lo que pretende el Poder Ejecutivo
con este proyecto? ¿Esta es la intención? Si un año diera un 20 por ciento, por
ejemplo, los jubilados cobrarían menos que los empleados activos y, si eso se
repitiera durante varios años, los jubilados cobrarían cada vez menos que los
empleados activos. Repito: ¿es esto lo que queremos para los jubilados?
Si, en
cambio, elijo solamente la variable salarial y el peor porcentaje en diciembre,
el jubilado nunca gozará del incremento de la recaudación. Es evidente que al
jubilado le estaremos dando siempre lo peor.
Les
pido, por favor, que lean y relean una vez más la fórmula de actualización
prevista para diciembre. Una de dos: o no sigo una recaudación maravillosa que
crece o no sigo la evolución de los salarios, de los activos y, luego de un
tiempo, estaré peor que los activos y que la recaudación. Esto es matemáticas.
Es inadmisible para los jubilados y los pensionados.
Por
último, la fórmula no es simple, no es transparente, no es controlable, no es
previsible, pero, además, se va a aplicar sobre un haber inicial incorrecto por
un problema en el empalme. No se corrige el empalme que criticaron en la ley de
Cambiemos, y repiten el mismo error.
Esto no
tiene otro destino que la Justicia, como ocurre hace décadas. Pero esto implica
tiempo, que es el haber más preciado de los mayores de edad. La Justicia les
dará la razón, pero luego de un tiempo que, muchas veces, suele ser demasiado.
El
factor que nos diferencia del resto de los países de la región es nuestra
inhabilidad para dominar la inflación. No necesitamos una fórmula laberíntica
inentendible para el beneficiario futuro jubilado.
La
doctora Rodríguez Romero, cuando participó en la comisión en que se debatió el
tema, dijo que la creación de una fórmula compleja no aseguraba nada, sino que,
por el contrario, daba lugar a mayores manipulaciones y complicaciones. Lo
simple es amigo de lo transparente. Cualquier jubilado sabe cómo crece el
salario de sus excompañeros de trabajo, pero cualquier jubilado también puede
ignorar todo respecto de cómo va la recaudación impositiva y previsional.
Estamos
a tiempo todavía. Dependerá de todos nosotros. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Comienza el tiempo del interbloque Federal.
Tiene
la palabra el señor diputado Sarghini, por Buenos Aires.
Sr. Sarghini.- Señor presidente: he escuchado con mucha atención
cómo unos y otros ‑los defensores del dictamen oficial, el bloque del
Frente de Todos, la posición mayoritaria, y Juntos por el Cambio, las dos
minorías‑, quienes nos están gobernando en este período y quienes nos han
gobernado en el anterior ‑y en el anterior al anterior‑, se echan las
culpas del castigo a los jubilados; naturalmente, cada uno lo hace en nombre de
una encendida defensa de los jubilados.
Vemos
cómo tienen capacidad para forzar los números y demostrarle al otro que lo que
hizo fue peor y que si hubiese aplicado sus propias fórmulas hubiese sido
mejor.
Si
tanto defendieron unos y otros a los jubilados, ¿cómo les pueden explicar que
hoy sus jubilaciones mínimas no alcancen para cubrir la mitad de la canasta
básica después de haber gobernado durante tanto tiempo?
Yo les
pido un poco de autocrítica y un poco de reflexión respecto de lo que cada uno
ha hecho y piensa hacer.
Vemos
las proyecciones hacia adelante: proyectan. Para unos, este ajuste permitirá
que el sistema sea sustentable; para otros, este ajuste hará que el sistema sea
insustentable.
El
sistema no es sustentable desde hace mucho tiempo. El sistema previsional
argentino está quebrado; hace quince años la tasa de sostenibilidad era de 2,4
a 1; han pasado apenas quince años y, hoy, la tasa es de 1,4 a 1. Ya no
alcanzan los impuestos afectados al sistema para financiarlo; es necesario
financiarlo con el Tesoro, es decir, con la totalidad de los impuestos y de
manera creciente porque el sistema está quebrado y no hay fórmula que pueda darle
sustentabilidad.
Proyectan;
unos nos dicen una cosa, otros, otra.
Si lo
único que tenemos respecto del futuro es incertidumbre, ¿cómo con tanta certeza
hacen cuentas y dicen que si aplicamos esta fórmula en los próximos dos meses
el resultado será tal o cual?
Hay incertidumbre.
No he escuchado una sola palabra que mida las consecuencias que tiene sobre la
economía y las que tendrá, fundamentalmente, sobre el mundo del trabajo esta
trágica pandemia que estamos enfrentando. Y con mucha facilidad decimos que si
hacemos tal o cual cosa el sistema será sustentable y que los jubilados ganarán
bien. Por favor, les pido autocrítica y prudencia.
Hago un
llamado a la reflexión al oficialismo. Al oficialismo le encanta contrastar con
Juntos por el Cambio, que gobernó hasta hace muy poquito. Claro, era una
fórmula que solo tenía precios, que solo podía triunfar cuando la economía
fracasaba, una fórmula que, intrínsecamente, en su concepción era de injusticia
social porque, si la economía hubiera crecido, los jubilados no hubieran percibido
nada de ese crecimiento.
Claro,
es fácil elegir con quién contrastar para fortalecer la posición propia. Ahora,
esto es injusto. Hay otras oposiciones menores que hemos hecho propuestas. Más
allá de las discusiones ‑en comisiones bicamerales, especiales, etcétera‑,
que no sé qué sentido tuvieron, un día el oficialismo sacó un comunicado y
dijo: vamos a hacer tal cosa.
Nosotros
sostuvimos que esa fórmula iba en el sentido correcto, y no renegamos de
haberlo hecho porque estaba asociada al mejor de los precios a los que se puede
asociar una jubilación ‑el salario‑ y a la recaudación, que lleva
implícita una asociación con el crecimiento.
Sin
embargo, solicitamos algunas cosas: no incluir el 5 por ciento que se daba para
diciembre, como preveía el proyecto del Ejecutivo en el cálculo próximo, y que
el ajuste no fuera semestral. Esto último porque eso de que los precios van por
el ascensor y los salarios y las jubilaciones por la escalera nos lo explicaron
hace mucho y, si el ajuste no es diario, como es el de los precios, mientras
haya inflación pierden los que menos tienen. Entonces, solicitamos achicar el
periodo de ajuste.
También
pedimos algo que es central ‑lo explicará luego mi compañero de bloque, el
diputado Luis Contigiani, autor de un proyecto‑: una cláusula de
garantía; esto, porque el proyecto está pensado para una economía sana.
¿Tenemos que legislar para una economía insana que no crece y que solo tiene
inflación o para una economía sana, tomando los recaudos necesarios? Elegimos
este segundo camino, y el recaudo no es tanto por la fórmula, sino porque no
creemos que las previsiones del oficialismo vayan a ser las que nos dicen, y
por eso van a terminar pagando el pato los jubilados. Entonces, queremos poner
una cláusula de garantía; nada más que eso. Si tienen razón, la cláusula de
garantía no se dispara.
¿Por
qué no incluyeron la cláusula de garantía? ¿Les gustó confrontar con lo otro?
¿No se animan a ser Cámara revisora de lo que el Senado determina? ¿El Senado
puede modificar el proyecto del Poder Ejecutivo? Claro que puede hacerlo. ¿Y
esta Cámara revisora no se anima a tocar lo que dice el Senado? ¿Por qué no
incluyeron la garantía, si tienen tanta razón en el sentido de que la economía
va a crecer?
A pesar
de ese crecimiento, de esa mejora de los salarios y de toda la mejora que
ustedes dicen que va a haber, la cláusula de garantía no se usa; queda allí
apenas como una garantía. No la incluyeron, y ahí está la principal razón por
la que nosotros votaremos en contra de este proyecto. Como no creemos que la
economía vaya a ser lo que ustedes, oficialistas, dicen que va a ser, pensamos
que los que van a pagar el pato -de esto estamos convencidos- nuevamente serán
los jubilados.
¿Saben
por qué se tiran todo por la cabeza y no se hacen cargo de lo que ha pasado?
Porque también se niegan -ya que han tirado tantos números- a una realidad
incontrastable.
Si se
cumplen las proyecciones del presupuesto al final de este período, en 2023 los
argentinos, después de tres períodos de gobierno, en promedio vamos a ser un 15
por ciento más pobres, con una distribución regresiva del ingreso. Es decir que
los que hoy son pobres, lo serán mucho más aún; entre ellos, muchos de los
jubilados que cobran el haber mínimo.
Después
de tanta defensa de los jubilados luego de tres períodos de gobierno -el actual
y los anteriores-, no pueden explicar que lo único que hay es una caída de las
jubilaciones reales y una perspectiva de mayor caída. ¿Por qué ocurre esto? Porque
no se abordan las cuestiones de fondo.
El
sistema previsional argentino es insustentable porque el 50 por ciento de los
trabajadores privados está en la informalidad, es decir, en negro. Tenemos que
buscar la manera de resolver eso.
Recién
escuchaba a uno de los diputados que defendía el dictamen de mayoría, quien
decía que vendrán más ingresos con la reforma tributaria...
Sr. Presidente (De Marchi).- Señor diputado: por favor, vaya
redondeando su exposición.
Sr. Sarghini.- Señor presidente: muchos de quienes me antecedieron
en el uso de la palabra han excedido su tiempo. No obstante, iré finalizando.
Como
decía, un legislador señalaba que ya vendrá la reforma tributaria. Pero
pregunto qué reforma tributaria se pretende con la evidente evasión que
tenemos. ¿Acaso vamos a seguir cazando dentro del zoológico? ¿Vamos a seguir
con los que están dentro del zoológico, es decir, con los que están dentro del
sistema, que son los formales, y que están teniendo una presión tributaria del
50 por ciento? ¿Podemos aumentar la presión tributaria? Creo que debemos
agrandar la masa, ir por cantidad y no tanto por precio. El talón de Aquiles es
el grado de informalidad que hay en nuestro país. La Argentina del 50 por
ciento no va más.
Para ir
cerrando, ¿por qué no nos preguntamos por
qué, desde el regreso de la democracia, el ingreso por habitante creció apenas
el 1 por ciento? La inflación promedio anual fue del 70 por ciento; tuvimos 32
años de déficit -y no estoy midiendo este año-; cuatro renegociaciones de deuda
con quita, y un promedio de inversión del 17 por ciento, cuando para crecer de
manera sustentable precisamos el 25 por ciento. ¿Cuál fue el resultado? La
pobreza en aquel momento era del 16 por ciento y hoy se triplicó. Ya estamos
casi en el 50 por ciento. Quiero que esto nos llame a la reflexión.
Señor
presidente: estamos ante una opción de hierro. O seguimos manejándonos por los atajos,
por la política chiquita, por las encuestas para ser políticamente correctos y
seguimos ajustando nuestras acciones de gobierno solo pensando en la elección
que viene, o de una vez por todas nos ponemos de acuerdo con que la Argentina
tiene serios problemas estructurales. Busquemos un diagnóstico común de esos
problemas estructurales y ataquémoslos de una vez por todas, porque tenemos que
salir definitivamente de esta decadencia que no merecemos.
Sr. Presidente (De Marchi).- Pido a los señores diputados que por
favor se ajusten al tiempo asignado.
Continuando
con el uso del tiempo del Interbloque Federal, tiene la palabra el señor diputado
Contigiani, por Santa Fe.
Sr. Contigiani.- Señor presidente: quiero aclarar desde qué lugar
voy a hablar en este debate sobre reforma previsional.
Quien
habla, siendo muy joven en la década del 90, se opuso cuando en nombre del peronismo
se privatizaba la seguridad social en la Argentina, como se privatizaron muchas
otras cosas durante esa década.
Quien
habla apoyó y se puso fervientemente a disposición cuando también, en nombre
del peronismo, se estatizaba en este siglo el sistema de seguridad social y se
ponía fin al escandaloso sistema de las AFJP.
Quien
habla defiende un sistema de seguridad social público inclusivo, que abarque a
la mayor cantidad posible de personas.
Quien
habla, además, propicia desde esa inclusión de la seguridad social que se discuta
también la sostenibilidad del sistema previsional. Se trata de un debate que la
política tiene pendiente en la Argentina, porque, como decía el señor diputado
Sarghini, se prefieren los atajos simples: discutir una fórmula de movilidad y
creer que en esa fórmula estamos definiendo una política previsional. Pero eso
no es cierto y nos llevó a fracasos en distintos gobiernos.
Quiero
decir que defiendo la inclusión, y de la misma manera defiendo la necesidad de
que la política se haga cargo de un debate profundo sobre la sostenibilidad del
sistema previsional.
Es por
eso que pido humildad, como dijo el diputado preopinante. Reitero: humildad.
¿Quién puede tirar la primera piedra en la Argentina en cuanto a este tema y a
otros? Cuando se estatizaba el sistema de seguridad social había sectores de la
oposición política argentina -aunque no todos- que se oponían a la estatización
de las AFJP.
Les
pido humildad. Resolvamos el tema de fondo, que es la sustentabilidad
previsional, y demos al debate de la fórmula de la movilidad lo que este
merece. No estamos discutiendo el tema de fondo. Estamos discutiendo algo súper
estructural.
En esa
línea quiero también decir que considero que este proyecto es injusto para la
defensa del poder adquisitivo de los jubilados. El oficialismo tendrá sus
razones para defenderlo y no lo juzgo; conozco a muchos militantes que tendrán
sus razones para defender esto, pero yo creo que este proyecto es injusto con
los jubilados en la Argentina, porque afectará su poder adquisitivo.
Esto
está en un extremo, como lo estaba la fórmula de movilidad del gobierno de
Macri en 2017. Aclaro que yo había votado en contra de aquella fórmula, porque
planteaba una variable de la inflación en el 70 por ciento dentro de la
movilidad. Se pensaba en una economía sin inflación y se iba a un ajuste del
sistema previsional por ese lado. Después, la macroeconomía explotó y pasó todo
lo que sabemos. Esa fórmula terminó siendo beneficiosa para los jubilados, y se
la suspende porque es una fórmula que “inflaciona” todo el sistema. Esto ocurre
porque no discutimos los temas de fondo, como la sostenibilidad previsional
argentina.
Pero en
una línea de coherencia tengo que decir que, así como voté en contra de aquella
fórmula de movilidad porque creía y tengo comprobado que ajustó el sistema
previsional en 2018 en 50.000 millones de pesos -y esto lo vemos en los gastos
de fórmula contra gasto público primario comparando la fórmula anterior a la de
2017-, también debo decir que esta fórmula de movilidad está en otro extremo:
niega y esconde el costo de vida en una Argentina inflacionaria. Puedo discutir
que en la fórmula de movilidad esté o no la recaudación; en este sentido,
académicamente las posiciones son muy diversas.
Personalmente
creo que la sustentabilidad del sistema previsional tiene que estar en el
debate. Pienso que en el índice de movilidad de haberes tendríamos que ir por
salario y por costo de vida, como va el mundo, para defender el poder
adquisitivo y que no se pierda patrimonialidad frente al salario activo en
vigencia.
Podemos
debatir eso; lo que no podemos discutir o negar es el costo de vida. Esto va a
afectar el poder adquisitivo de los jubilados y no podemos negarlo. Me podrán
decir: “Los salarios no le ganan a la inflación, vamos a recuperarlos con la
variable recaudación”. Pero para que eso suceda tienen que darse algunos
presupuestos. La Argentina tiene que crecer, pero no sabemos si lo hará. La
variable recaudación está compuesta por varias cajas tributarias, que terminan
haciendo el sistema oscilante y muy impredecible. Tampoco vamos a recuperarlo
con la variable recaudación; eso no es seguro. Por eso, hacemos una crítica
desde la buena fe y desde la humildad a la que la que me referí al principio,
pero también nos hacemos cargo del fracaso de todos en este debate y frente a
los jubilados, que está expresado en el haber mínimo que hoy percibe un
jubilado en
Podríamos
discutir si esa cláusula de garantía debería aplicarse a todo el sistema o a
las jubilaciones mínimas; nosotros propusimos que fuera para las jubilaciones
mínimas. Acepto que es un tema polémico desde el punto de vista de la
jurisprudencia de
Por
eso, adelantamos nuestro voto por la negativa, porque esta propuesta va a
afectar a los jubilados y al poder adquisitivo de las jubilaciones, ya que no
se contempla ninguna cláusula de garantía y todo se basa en una apuesta que
todavía no existe, porque no es objetivo el hecho de que se pueda ganar a la
inflación en una Argentina “inflacionada”.
En
nuestra fórmula de movilidad también propusimos incorporar la variante de la
inflación en un 33 por ciento, más un 33 por ciento de recaudación y un 33 por
ciento de evolución del salario. Lo hicimos como un intento de incorporar el
costo de vida, así como también propusimos recuperar lo perdido en el año 2020.
En este caso, para establecer las nuevas jubilaciones, planteamos como piso lo
que hubiera dado la actual fórmula de movilidad desde marzo hacia atrás. En
definitiva, fueron distintas alternativas que pusimos a disposición del
oficialismo en aras y con el objetivo de que los jubilados no pierdan.
Por otro
lado, quiero hacer una advertencia, porque más allá de cómo se piense, sea de
derecha, de centro o de izquierda, no se pueden admitir las variantes A y B de
la fórmula de movilidad del proyecto en discusión. Digo esto porque en diciembre
se confronta a los jubilados con dos fórmulas:
Es por
ello que durante el debate en particular vamos a insistir en cambiar esa variable.
Lo vamos a hacer porque esta es una variable que recorta derechos, tira para
abajo el sistema y recorta el incremento de los haberes de los jubilados. Esto
no lo podemos permitir.
En
resumidas cuentas, hemos presentado esta observación y estamos tranquilo porque
hemos hecho las propuestas necesarias al oficialismo para lograr un mejor
proyecto con el fin de defender el poder adquisitivo de los jubilados, que es
lo que está en juego. No debemos perder la memoria y ser coherentes, más allá
de la postura que defendamos.
Finalmente,
creo que la política se tiene que animar a ir por más y discutir la
sustentabilidad, a la par de la inclusión de la seguridad social en
Espero
que durante el debate en particular podamos equilibrar este proyecto sobre la
base de algunas de las propuestas que hicimos. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor
diputado Ramón, por Mendoza.
Sr. Ramón.- Señor presidente: desde nuestro
interbloque queremos marcar una posición política y señalar qué significó esta
discusión sobre la fórmula jubilatoria que se ha dado durante todo este año.
En ese
sentido, una y otra vez vemos que en el Congreso se discuten los mismos temas.
Esto no es menor cuando decimos que, al gobernar uno de los frentes, se toma
una decisión en función de una mayoría circunstancial; y, cuando gobierna el
otro frente, se toma otra decisión sobre el mismo tema, con otras características
que modifican sustancialmente el sistema, ya sea que se trate de la
interrupción voluntaria del embarazo, de la economía del conocimiento o de esta
modificación a la fórmula jubilatoria. Esto no es casual; nosotros lo venimos
planteando desde hace tiempo en cada uno de los debates que tenemos en este
recinto sobre los distintos proyectos de ley, sobre todo en los enviados por el
Ejecutivo. Pareciera que siempre el que tiene la fuerza de los votos y el
talero que da las mayorías, hace que se impongan las ideas políticas. Pero,
claro, nuestro país es el resultado de la falta de consenso y de la
imposibilidad de ponernos de acuerdo entre todas las fuerzas políticas para
adoptar una decisión que se traslade en el tiempo como política de Estado. La
verdad es que en la medida en que no se creen esos acuerdos y nuestro Congreso
siga delegando en el Poder Ejecutivo de cada fuerza política que le toque
gobernar, seguiremos teniendo estos problemas de indefinición de los grandes temas
que debemos debatir aquí. Me refiero a la economía, a la protección de nuestros
jubilados y a la protección de los trabajadores y de aquellos que ejercen el
comercio que, para competir en los mercados internacionales y en el comercio en
general, deben levantar el estándar de calidad.
Como me
preocupa esta situación, me quise parar en esta introducción. Como diputados de
la minoría, como representantes del sector de
También
recuerdo que en 2017 las puertas del Congreso estaban llenas de violencia. Pero
en función de la autoridad que daban los votos, quién ejercía el poder en ese
momento impuso una fórmula jubilatoria. Fueron dos sesiones de las que me tocó
participar, apenas había asumido. En la primera, no nos sentamos a dar quórum
porque sabíamos que algo malo estaba por ocurrir. Veníamos con una fórmula que
durante los ocho o nueve años en los que estuvo vigente permitió mejorar el
haber de los jubilados en un 26 por ciento. Entonces, ¿cómo era posible que
tratáramos un proyecto que disminuyera sustancialmente esos haberes? Sobre
todo, en ese plazo de seis meses que se quería tomar, como no se podía sustentar
que los jubilados siguieran obteniendo beneficios y que la caja previsional
tuviera tal déficit. Evidentemente, se priorizó el tema del déficit de la caja
y no el mandato constitucional que consiste en dar ventajas a nuestros adultos
mayores.
Ese
marco cambió en 2020 y desde nuestro interbloque acordamos que se suspendiera
la aplicación, porque vimos que las cuentas del Estado estaban en malas
condiciones. De hecho, como teníamos una deuda externa que enfrentar y un 50
por ciento de pobreza que atosiga permanentemente a los argentinos, debíamos
afrontar la situación con las arcas del Estado federal en una profunda crisis.
Entonces nosotros dijimos: “Vamos a acompañar la iniciativa”, porque en un
plazo de seis meses quien estaba gobernando determinó que establecería una
fórmula jubilatoria para estudiarla en una comisión bicameral.
La
sorpresa fue la que mencioné al principio: los dos frentes mayoritarios se
pusieron de acuerdo sobre quiénes serían los miembros de la comisión bicameral
que discutirían el asunto. Pero los bloques de Consenso Federal,
Les aseguro
que las terceras fuerzas nacemos en las provincias o en la Nación para participar
de las elecciones y nos ponemos en campaña a fin de que los dos frentes
mayoritarios no tengan tanto poder. No lo hacemos para conseguir un escaño sino
porque nos damos cuenta de que los dos frentes, de manera alternativa, se
diputan el poder, se tiran la pelota para un lado o para al otro, pero los
temas fuertes que afectan la economía, el comercio, al pequeño y mediano
comerciante y a los intereses de los trabajadores y consumidores no se terminan
de resolver.
Tenemos
un ejemplo de lo ocurrido hace poco tiempo y por eso hablo de política.
Sancionamos la ley de góndolas que fue reglamentada recientemente. Pero los
cinco que se apoderan del comercio minorista, que molestan –iba a decir “joden”‑
la economía de los jubilados de nuestro país se siguen aprovechando. Cualquiera
de nosotros cuando concurre a un supermercado observa que nuestros jubilados
tienen que agacharse para ver si encuentran algún producto de Precios Cuidados
o de los que tienen más posibilidad de adquirir. Los temas fuertes, no los
queremos discutir.
Hay
proyectos que descansan el sueño de los justos en esta Cámara, como es la
regulación de la intermediación del comercio electrónico que utilizan nuestros
jubilados. El problema no son solo los ingresos. Hoy me cansé de escuchar de
uno y otro frente el problema de los ingresos de los jubilados.
En la
Argentina tenemos un grave problema que son los egresos de las familias cuando
se dispone la manera en que se cobrarán los servicios ‑el agua, el gas y
el saneamiento‑ porque se habla de que hay que ajustar su valor. Pero no
se habla de controlar los precios de los cinco supermercados que se aprovechan
del comercio minorista en el país. Estos son los temas fuertes.
No
podemos quedarnos callados como diputados discutiendo si la fórmula de 2008 es
mejor que la de 2017 o la que queremos aprobar ahora.
Escuché
con atención a nuestro colega el diputado Luis Contigiani cuando expresó
claramente sobre la necesidad que tenemos de debatir los que prestamos consenso
para que se establezca un piso, pero esto no se hizo.
La
responsabilidad no es solo del que está a cargo del gobierno o de la oposición
de manera circunstancial. Necesitamos encontrar un camino donde nos pongamos de
acuerdo para proteger los verdaderos intereses económicos de nuestra Argentina,
que son los del pueblo que nos eligió y no los de los grandes que no paran de
hacer negocio tras negocio.
En
nuestra Argentina durante la pandemia, los que hacen la intermediación del
comercio electrónico y que establecen precios, costos, quién compite y quién no
compite no tienen regulación. Es muy loable
discutir la fórmula y lo entiendo.
Todos,
incluso los jubilados, hemos escuchado todos los temas técnicos de la fórmula,
pero no nos engañemos. Desde un frente dicen que la fórmula que se está
aplicando ahora es perniciosa para los jubilados. La fórmula que se está
aplicando ahora es la mejor fórmula que se ha podido lograr. Incluso, los
bloques del medio sugerimos que el ajuste debía hacerse cada tres y no cada
seis meses. Como en el Senado
entendieron la observación, el ajuste se hará cada tres meses. También dieron
marcha atrás con la decisión de tomar a cuenta de futuros aumentos los adelantos
que dieron en 2020 y eso es correcto.
Por eso
les pido a los agoreros del mal que la terminen, porque el pueblo argentino no
los quiere; el pueblo desea que se pongan de acuerdo las fuerzas políticas. Si
hay algo que tenemos que resolver los que gobiernan y la oposición es un mejor
vivir para el pueblo y para los que están en malas condiciones económicas que
no les permiten soñar con un futuro para sus familias.
Nuestros
abuelos y nuestros adultos mayores, forman parte de las familias, porque ellos
también quieren ver el futuro para sus hijos, nietos y la Argentina que
soñamos.
La
verdad que había preparado un texto e iba hablar de la fórmula que se ajusta
por la inflación. La fórmula que se resolverá en la votación de esta madrugada
es la que rigió durante ocho o nueve años en un país donde las condiciones
económicas permitieron que el haber de los jubilados se favoreciera en un 26
por ciento. Tengo el deseo de que la economía Argentina rebote. Esta economía
que se paralizó fruto de la pandemia tiene que rebotar. Ante esta situación
tengo la intención o la visión de que al mejorar esta economía mejorarán los
ingresos de las Cajas. Aclaro que hablo de
Los
agoreros del mal quieren que la fórmula tenga un techo, pero la inflación es
algo que se tiene que detener. No vamos a vivir toda la vida con inflación. No
le pongamos un techo a las jubilaciones de nuestros abuelos. Por eso estimo que
este proyecto en debate no tiene las mejores condiciones, porque si el país
continúa en la recesión en la que está inmerso, nuestros jubilados la pasarán
muy mal.
Aparte
del mandato de
No
quiero decir que si el Poder Ejecutivo es de un partido de bandera
Justicialista verá más el beneficio de los trabajadores y los jubilados y si es
de Juntos por el Cambio verá más los intereses de las empresas y los que ganan
dinero. No obstante, no dejemos librada la decisión al Poder Ejecutivo. Cuando
votemos en contra de este proyecto de
ley, entendamos que no estaremos cumpliendo con el mandato de
La
fórmula puede ser buena, mala o regular, pero la verdad, sin importar cómo
fuera, la formula le dará previsibilidad a los jubilados. Si mejora el país,
mejorará el haber; si no funciona nuestro país, nuestra economía y el mundo con
posterioridad a la pandemia, la fórmula no será satisfactoria para nuestros
jubilados.
Me
satisface que estemos discutiendo esto, pero no me satisface que lo hagamos a
escondidas, porque en el Senado se está debatiendo la interrupción voluntaria
del embarazo. Para hablar de esta fórmula debemos hacerlo claramente. Ayer
dialogaba con unos colegas sobre la necesidad de dar claridad a nuestros hijos;
cuando discutamos el tema de la fórmula, que no sea por una picardía de la
política o una oportunidad que tengamos para que esto pase livianito y que
nadie se entere que votamos esta fórmula. Lo mismo ocurría durante el gobierno
anterior.
Desde
la política necesitamos dar un mensaje. Debemos debatir los temas fuertes ‑aquellos
que hacen a nuestras economías regionales, a nuestras pequeñas y medianas
empresas, a nuestros trabajadores y jubilados‑ con la claridad y la
transparencia que nos exige la sociedad.
Por
eso, desde nuestro interbloque acompañaremos este proyecto que establece la
fórmula jubilatoria. Si bien no es la mejor fórmula que se pueda establecer, es
una que mira en positivo y que mira que la economía del país se puede
recuperar. Mirar en positivo, es mirar una vida que se pueda proyectar y no una
medida de caos y de sistemas de agoreros del mal. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra la señora diputada Sapag, por Neuquén.
Sra. Sapag.-
Señor presidente: estoy iniciando mi cuarto año de mandato y verdaderamente es
muy llamativo que sea la tercera vez que estemos discutiendo sobre la movilidad
jubilatoria.
Año tras año hay una tendencia natural
a volver sobre el tema y lo único que generamos es una enorme incertidumbre
sobre un sector de nuestra sociedad que, justamente, necesita certezas y
seguridad.
En Neuquén tenemos una situación
particular. En la misma provincia conviven jubilados de
Quiero destacar que nuestra
constitución provincial establece que las jubilaciones y pensiones no serán
menores al 80 por ciento de lo que percibe el trabajador en actividad.
Seguí con atención las casi cinco
horas de debate en comisión, un debate en el que en lugar de hablar y discutir
sobre la situación de los jubilados y de qué manera mejorarle sus prestaciones,
muchos de los miembros de la comisión utilizaron su tiempo para hablar del
pasado y caer en fundamentalismos políticos. Recurrente, ¿no? Así será muy
difícil lograr consensos para crecer.
Este proyecto cayó sin duda en la
grieta que empobrece el debate, que genera una política de bajísima calidad,
que nubla la visión para construir las respuestas que el país necesita y que,
sin lugar a dudas, es una máquina de generar pobreza.
Personalmente creo que detrás de los
cambios recurrentes sobre la movilidad jubilatoria se esconde un debate mucho
más profundo que debemos dar pronto y es el debate sobre el sistema previsional
en su conjunto. Un sistema previsional con alrededor de dos aportantes activos
por cada beneficiario no podrá dar jamás los servicios que los jubilados
necesitan. Para esto debemos encontrar soluciones al principal flagelo del
sistema, que es la informalidad. Cientos de miles de trabajadores transitan su
vida laboral completa sin realizar aportes y sin recibir los beneficios de la
seguridad y obra social. El sistema así no puede funcionar. El reparto se está
quedando sin fondos para repartir.
El debate también debe incluir temas
referidos a pirámide poblacional, esperanza de vida y regímenes especiales,
entre otros.
Como cierre, el Fondo de Garantía de
Sustentabilidad perdió su razón de ser, porque ha sido utilizado por ambos
lados de la grieta para suscribir bonos que terminan cubriendo gastos
operativos. Es un fondo que hoy está compuesto en su mayoría por promesas de
pago y que no podrá cumplir su función de asistir al sistema. Así, en vez de
asistir a los jubilados, ha asistido a las necesidades del gobierno de turno.
Debemos ser conscientes de que este
tema es un problema sistémico, que es consecuencia de malas decisiones
políticas en las últimas décadas. Un país cada vez más empobrecido tendrá,
naturalmente, un sistema previsional como el nuestro. En tanto no nos
enfoquemos en generar reglas de juego claras y serias para incentivar
producción y empleo de calidad, seguiremos sumergidos en la escasez y
seguiremos administrando miseria en lugar de generar riqueza.
No existe una fórmula mágica, señor
presidente. Si no generamos riqueza ni construimos un sistema sustentable en el
tiempo, no habrá modo de sanearlo.
Sr. Presidente
(De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado Giordano, por Buenos Aires.
Sr. Giordano.-
Señor presidente: quiero decir, en nombre del bloque Izquierda Socialista en el
Frente de Izquierda Unida, que rechazamos categóricamente lo que consideramos ‑le
ponemos un título grande‑ “el nuevo robo a millones de jubiladas y
jubilados”. Y si decimos robo a jubiladas y jubilados decimos también robo a
los trabajadores que mañana van a ser jubilados, cobrando ingresos de pobreza o
indigencia. Todo esto en nombre de un gobierno que se autotitula “nacional y
popular” y que iba a priorizar a los más vulnerables.
Alberto Fernández y Cristina Fernández
de Kirchner cumplen su lineamiento mundial. El ataque a los jubilados en
Argentina también se da en Francia con Macron, en Brasil con Bolsonaro, la
dictadura capitalista china va aumentar la edad jubilatoria. Cualquier gobierno
en cualquier continente se ensaña con los jubilados, en este caso con la
complicidad y la traición de
¿Dónde está el paro? ¿Dónde está la
marcha? ¿Dónde está la movilización contra este nuevo ataque a las jubiladas y
jubilados? No está. Por eso en
Este rechazo lo planteamos con la
autoridad que nos caracteriza, por haber enfrentado en estas décadas todos los
ajustes que ha habido contra las jubiladas y jubilados. Por eso, no tenemos
nada que ver con el rechazo oportunista de los diputados que responden a Macri,
Patricia Bullrich,
Desde la izquierda planteamos nuestro
rechazo reivindicando, por ejemplo, la rebelión de 2017, cuando el gobierno
anterior de Macri, con el voto en gran parte del PJ, le robó a los jubilados
100.000 millones de pesos, o las luchas contra el peronismo menemista que
reventó el sistema jubilatorio cuando lo privatizó. Ese fue el gran negocio de
las AFJP, ni qué hablar de
Fue la expresidenta quien dijo “no” y
vetó el 82 por ciento móvil. Ahora, estamos en la lucha contra los gobernadores
como Arcioni que, directamente, le debe meses a los jubilados; el megaminero
Arcioni que dice que la megaminería va a sacar adelante al pueblo de Chubut.
¡Caradura!
También podríamos nombrar al
gobernador Schiaretti, con las famosas armonizaciones, pasando del 82 por
ciento móvil al 67 por ciento. Hasta ahora todos los gobiernos les han metido
la mano en el bolsillo a los jubilados.
Y decimos “nuevo robo de este
gobierno”, porque el primero se produjo apenas debutó, cuando quitó la
movilidad jubilatoria anterior. Esa suspensión de la movilidad jubilatoria que
se había merituado en un robo de 72.000 millones de pesos, va a llegar a los
100.000 millones de pesos a fin de año. Y como la verdad en la única realidad,
lo cierto hoy es que la gran mayoría de las jubiladas y jubilados cobran la
mínima, que es de 19.035 pesos.
El 5 por ciento de aumento de
diciembre es el valor de medio alfajor por día ‑30 pesos por día‑
para una jubilada o un jubilado. Eugenio Semino, el defensor de
Ecolatina, que no tiene nada que ver
con ser de izquierda, dice que el año que viene este robo va a significar un
achique para las jubiladas y jubilados del uno por ciento del PBI, es decir,
4.500 millones de dólares. Entonces, la pregunta es de dónde saca el gobierno o
la titular del ANSES, que anda por ahí –me refiero a Fernanda Raverta‑,
que esta movilidad es justa, solidaria, equitativa y sustentable. Es una
mentira total. ¿A quién se le puede hacer creer que en un país inflacionario,
una movilidad que no contempla la inflación va a beneficiar a los jubilados?
Contempla
la recaudación y los salarios, que están en baja. Por ende, el resultado es un
ajuste a los jubilados. Pero la carne, la leche, el pan y los medicamentos
aumentan en función de la inflación y a los jubilados les dicen que sus haberes
no pueden ajustarse en función de ese índice. Al respecto, quiero decir que la
inflación proyectada para el año que viene es del 50 por ciento.
Entonces,
¿de qué movilidad sustentable estamos hablando? Lo único sustentable son las
ganancias de Techint, de Mercado Libre –sus utilidades ascendieron a 80.000
millones de dólares-, de los bancos, de las multinacionales y de las agroexportadoras
como Cargill y Bunge y Born. Todas esas empresas, con lo que facturan en un
día, podrían brindar un aumento salarial a todos sus trabajadores. Pero hace
veintiún días que los trabajadores aceiteros y del puerto están de paro porque
estas multinacionales no les dan el aumento salarial que piden y les
corresponde por ley.
El gran
beneficiario de todo esto es el Fondo Monetario Internacional. Porque la otra
pregunta que debemos formularnos es hacia dónde va este robo. Concretamente, se
destina al pago de la usurera y fraudulenta deuda externa, a lo único
sustentable y que fue la prioridad de este gobierno, es decir, el Fondo
Monetario Internacional. Estamos hablando del reconocimiento de una deuda de
50.000 millones de dólares, que ha sido una estafa del gobierno anterior y que
el actual ha reconocido.
¿Saben
a cuánto equivale el pago de ese monto? Al de 400 millones de jubilaciones
mínimas. Pero ese dinero se destinará al Fondo Monetario Internacional y no a
los jubilados y las jubiladas.
Por otra
parte, el acuerdo de facilidades extendidas que se va a firmar con el Fondo
Monetario Internacional implica nuevas reformas previsionales y laborales. Ello
es así porque el Fondo Monetario Internacional no es un organismo bueno como
nos quiere hacer creer el gobierno, sino que, por el contrario, es explotador y
usurero.
De
manera tal que vamos a rechazar este proyecto de ley en función de las
consideraciones que hemos efectuado. Al mismo tiempo, voy a hacer una
propuesta, porque siempre que desde la izquierda rechazamos una iniciativa
planteamos, como contrapartida, una propuesta. ¿En qué consiste dicha
propuesta? En primer término, en que ningún jubilado y jubilada perciba menos
de 50.000 pesos, que es el valor establecido para la canasta básica destinada a
la subsistebncia.
En
segundo lugar, en que se les pague el 20 por ciento que perdieron durante el
gobierno de Macri, como así también lo que perdieron a partir de la suspensión
de la movilidad jubilatoria en 2020.
En
tercer término, en que haya una movilidad automática que permita ajustar los
haberes previsionales en función de la inflación o de los salarios, la que
resulte mejor. Si realmente quieren beneficiar a los jubilados, el proyecto
tendría que decir eso, o sea, que se va a aplicar el índice que resulte más beneficioso;
el mejor para los jubilados, no el peor.
En
cuarto lugar, en que se restituya el 33 por ciento en concepto de aportes
patronales, que en plena pandemia se redujo para las grandes empresas.
En
quinto término, en que se imponga el 82 por ciento móvil del mejor salario en
actividad.
En
sexto lugar, en que se utilice el dinero del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de
Finalmente,
en que
Por eso
la reflexión es que repudiamos este nuevo ataque del gobierno –también lo
hicimos en el caso de los anteriores-, que considera a nuestros jubilados y
jubiladas como material de descarte. Así les pagan a aquellos que trabajaron
durante toda su vida para poner de pie a este país.
Cuando
nos dicen que desde la izquierda hacemos esta propuesta porque somos
contestatrios y no tenemos capacidad de gestión, al tiempo que la tildan de
inviable porque pondría en peligro las arcas del Estado, respondemos expresando
que estas últimas se vienen vaciando como consecuencia del pago de la deuda
externa, de la fuga de capitales y del otorgamiento de subsidios o la
condonación de impuestos a las grandes empresas multinacionales. Esta es la
razón por la que el Estado se vacía y los recursos no alcanzan para otorgar un
aumento digno en sus haberes a los jubilados y las jubiladas.
Por
eso, desde
Sr. Presidente (De Marchi).-
Tiene
la palabra el señor diputado Soria, por Río Negro.
-
Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (De Marchi).- No estando presente el
señor diputado Soria, tiene la palabra la señora diputada Camaño, por Buenos Aires.
-
Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (De Marchi).- No estando presente la
señora diputada Camaño, tiene la palabra el señor diputado Di Giacomo, por Río
Negro.
Sr. Di Giacomo.- Señor presidente: ya se ha dicho hasta
el cansancio lo que hoy significa el gasto previsional en el presupuesto; se
habla del 56 por ciento. También se ha señalado que este sistema es
absolutamente insustentable porque hay aproximadamente un aportante y medio por
cada jubilado, cuando las estadísticas dicen que debería haber entre cuatro y
cinco.
Por lo tanto, nosotros hoy, acompañando este
proyecto de ley, no vamos a apoyar la mejor fórmula de movilidad, sino, en todo
caso, la menos mala. ¿Por qué decimos esto? Porque resulta claro que los
distintos ensayos de fórmula que se vienen haciendo tienen más que ver con la
necesidad de ajustar este gasto.
A quienes en 2017 integraban el
oficialismo les gusta recordar que en ese momento, cuando modificaron la
fórmula de la movilidad de los haberes jubilatorios, recibieron toneladas de
piedras. Pensaban ilusionados que se había acabado la inflación. En realidad,
en la Argentina pasan tantas cosas que tenemos que recordarlas, porque si no
parecería que nunca hubieran sucedido o nadie las hubiera previsto.
Como consideraban que la inflación se
había acabado, alteraron la fórmula para que la movilidad fuera en función de
esa variable y poder proceder así al ajuste y la reducción de ese gasto.
Lo mismo
sucedió cuando el gobierno actual tuvo que empezar a negociar las cuestiones
relativas a la deuda externa. En este sentido, elaboró un proyecto de ley de
presupuesto donde el 56 por ciento mencionado que representa el gasto y el importante
peso que tiene lo obligó, primero, a suspender la última fórmula, y hoy, a
restablecer la anterior, ya que sin duda es mejor que la otra. Además, si hay
una posibilidad de desarrollo productivo y económico es muy probable que los
jubilados no pierdan tanto.
Pero la
realidad es que actualmente tenemos un determinado número de aportantes por
cada jubilado. Esto se produce por la desocupación, la informalidad que hay en
el trabajo y –también hay que decirlo- las moratorias indiscriminadas. Como dijo
una señora diputada preopinante, esas moratorias fueron indiscriminadas, porque
las recibieron tanto una señora necesitada o un señor que en los 90 no pudo
seguir aportando porque a raíz de las privatizaciones fue echado de su trabajo
–como esas personas se quedaban sin jubilación era justo que se las incluyera
en una moratoria‑, como las señoras de los doctores, de los empresarios y
de todos aquellos que en todo caso, sin haber aportado nunca al sistema, hoy
están cobrando sus haberes previsionales gracias a los aportes que hacemos
todos.
Entonces, ¿cuál es la solución estratégica para esta problemática? Dicha
solución tiene que ver con la sustentabilidad del sistema previsional, lo que
necesariamente requiere de un aumento significativo de la cantidad de empleo
formal, como así también la derogación de los regímenes especiales que todavía
subsisten, un programa de desarrollo productivo y un incremento de la fuerza de
trabajo.
En ese sentido, lo que tenemos que
encarar desde el Congreso de la Nación en los próximos años y no dejarlo para
el futuro es una reforma tributaria, previsional y laboral. Si llevamos a cabo
estas reformas de fondo vamos a poder empezar a dar progresivamente sustentabilidad
al sistema.
En esta Argentina
bipolar donde se alternan proyectos populistas –así los llaman despectivamente
algunos; yo prefiero denominarlos desarrollistas y productivistas- con
proyectos liberales o conservadores, tenemos que aprovechar esta ocasión donde
hay mayorías que son sensibles a las necesidades de los que menos tienen y
donde existe la posibilidad
de encarar esta reforma porque podemos asegurar cuestiones que tienen que ver
con la necesidad de inclusión.
Si dejamos esto para alguna alternancia en la cual los
liberales conservadores vuelvan a estar en el gobierno, lo que van a hacer es
seguir ajustando porque es la única fórmula que conocen.
En ese sentido, desde nuestro bloque
vamos a apoyar esta reforma, pero llamamos insistentemente a las mayorías a que
nos pongamos a discutir las reformas estructurales necesarias que hoy requiere
nuestra población para poder tener verdaderamente y de una vez por todas un
país desarrollado y un sistema jubilatorio sustentable.
Sr. Presidente (De Marchi).- Resueltos los problemas de conectividad,
tiene la palabra la señora diputada Camaño, por Buenos Aires.
Sra. Camaño.- Señor presidente: no iba a participar del debate
porque me siento ampliamente representada por mis dos colegas de bloque, los
diputados Sarghini y Contigiani, pero me interesa mínimamente dar un punto de
vista respecto de qué estamos hablando por algunas cosas que escuché y que
realmente me asombran. Digo esto porque a veces, en nombre de la verdad ‑esa
famosa frase que se antepone ahora a todos los discursos políticos‑, se
dicen barbaridades.
El
sistema previsional que está en el marco de lo que significa el
constitucionalismo social en la historia de la humanidad, viene a asegurarles a
las personas que trabajan, que hacen, lo que se denomina en el
constitucionalismo social la previsión social, o sea, la posibilidad de
previsionar para el futuro, para la vejez. En este sentido, lo que se pensó ‑o
lo que la humanidad del mundo occidental pensó debía ser el sistema
previsional, en esa tercera pata que tienen los trabajadores: el derecho
individual, el colectivo y el sistema previsional- fue un sistema que estuviera
absolutamente vinculado al hombre que trabaja. Por eso la jubilación es un
porcentaje del salario del que trabaja, porque se quiere dignificar al
jubilado, que no pierda su estatus de trabajador, que lo siga teniendo. La
realidad nos indica que en la Argentina todo esto se perdió.
Lamentablemente
escuchaba a alguien decir: “Esta es una buena ley.” Observen lo siguiente: las
leyes no son malas ni buenas; en realidad son efectivas o no lo son, sirven
para algo, a veces sirven para alguien, desafortunadamente, pero ‑repito-
no son ni buenas ni malas.
Nosotros
debemos admitir que el tema jubilatorio es uno de los grandes fracasos de la
dirigencia política de todos los tiempos de la democracia. Hemos abandonado el
norte de lo que significó el sistema previsional y hemos dejado a la vera del
camino todo eso para empezar a discutir respecto de cosas pequeñas, los
devaneos, las privatizaciones, las estatizaciones, la falta de movilidad, el
cambio de fórmula, el congelamiento, los achatamientos, la cantidad
inconmensurable de juicios que tienen que hacer los jubilados que pierden la
vida en ello, no obstante lo cual hay abogados que obtienen jugosas ganancias
de estos juicios.
Al
respecto hay fallos de
Es
cierto que desde el año 2018 los cambios que se realizaron en materia jubilatoria,
y que se profundizan en el 2020, lo único que lograron fue modificar para mal
la jubilación. La ley 27.426 que se aprobó en 2017 fue votada, como alguien
dijo por ahí, por los diputados de las provincias. Es cierto, el macrismo no
tenía mayoría para sacar esa ley. Ahora veo que gente que la votó se rasga las
vestiduras hablando mal de la ley. Esto significó un 14 por ciento menos,
porque fue lo que se salteó el ingeniero Macri cuando propuso su modificación y
fue devengado en el segundo semestre de 2017. Por eso estamos seguros de que
fue un 14 por ciento menos.
La ley
27.541, que es la norma que se le dio de emergencia al doctor Alberto
Fernández, implicó suspender en marzo el 11,56 por ciento de aumento y en junio
el 10,9 por ciento, que también estaban devengados y que correspondían al
segundo semestre de 2019.
El
doctor Jáuregui, un experto en materia de seguridad social, calcula que entre
marzo de 2018 los que ganaban 20.000 pesos perdieron el 11 por ciento y los que
ganaban alrededor de 130.000 pesos perdieron el 13 por ciento. Les comento que
ese 13 por ciento es lo que la exministra de Trabajo, Patricia Bullrich,
descontó a los jubilados en el año 2001 y que de alguna manera fue uno de los
motivos, además de los problemas políticos, que generaron el famoso 2001; hace
poco se cumplió un nuevo aniversario. Dicho sea de paso, por algunos que opinan
a veces adentro de ese recinto y uno se tiene que callar, lo restituyó el
gobierno del doctor Duhalde. Ahora bien, fíjense ustedes, era un 13 por ciento.
Esto va desde un
Humildad,
señores, como dijo el doctor Sarghini. Dejemos de decir: “La verdad es que…”.
La dirigencia política tiene una deuda magistral con el sistema previsional y
con los jubilados. Cada uno debe ponerse el sayo en esta discusión, porque
todos los desaciertos tienen autores y toda la dirigencia política en la
Argentina lo único que tiene para mostrar a los jubilados es el fracaso.
Esta
fórmula no resuelve nada, por eso nosotros decimos que necesita sí o sí tener
un tope. Nosotros no podemos hoy salir de la sesión y que los perdidosos de la
jornada gloriosa de vacunación y aborto sean los jubilados. ¿Saben por qué?
Porque desde 1983 vienen perdiendo consecutivamente y siempre.
Señor presidente:
es una ironía muy grande lo que ocurre en
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado Cornejo, por Mendoza.
Sr. Cornejo.- Señor presidente: es cierto que atañe a toda la
dirigencia política argentina la crisis del sistema previsional y que arrastra
muchísimos años.
Es
cierto que su fórmula está muy atada al funcionamiento de la macroeconomía, pero
no es menos cierto que cuando generalizamos nadie se hace cargo de las
responsabilidades y si todos somos responsables de esta crisis, nadie es
responsable de lo que pasa, ni tampoco de lo que pasará.
No estamos discutiendo solo la fórmula
previsional, pero la fórmula es la que computará en el año 2021 los haberes
jubilatorios y sobre eso creo que ha habido brillantes discursos, algunos de
una solvencia técnica admirable para este Congreso, como el del diputado Alejandro
Cacace.
Ahora
lo concreto es que cuando se habla de jubilaciones se habla de sensibilidad y
no solo de la racionalidad económica. Se habla de gente que está en los últimos
años de su vida, que necesita ese ingreso para subsistir y la verdad es que el
promedio de los haberes jubilatorios sí debe avergonzarnos y sensibilizarnos en
lo más profundo de nuestro ser.
Por
eso, es una calamidad estar con dirigentes políticos que son cortoplacistas y
que por ganar una elección son capaces ‑como Alberto Fernández‑ de
prometerles un 20 por ciento de aumento y, luego, prácticamente congelarles su
haber jubilatorio. (Aplausos.)
No lo
dijo una sola vez y al pasar, por equivocación, como lo hace repetidamente
Alberto Fernández; lo dijo varias veces durante la campaña.
No está
cumpliendo con esa promesa, porque lejos de hacerlo, le está achicando el poder
adquisitivo a nuestros jubilados y a los más pobres, a los más vulnerables; no
a los de los regímenes especiales, sino a los más pobres, a los peor posicionados
en la pirámide, muchos de los cuales aportaron religiosamente ‑sin
ninguna moratoria‑ treinta años de su vida para cobrar miseria.
No es
cualquier fórmula, es una que está atada a la macroeconomía, con el objetivo de
reducir el déficit fiscal. Ni siquiera son capaces de decir la verdad, porque
si explicaran que tenemos un problema de déficit fiscal y que queremos
congraciarnos con el Fondo Monetario para ganar credibilidad, el debate sería
más honesto, más profundo y, probablemente, alcanzaríamos consensos porque la
crisis previsional no se resuelve, si no es con un acuerdo fuerte.
No
quieren hablar con la verdad, como ocurre con el tema de la vacuna. Han caído
en una vacuna que no tiene certificaciones de agencias internacionales de
reconocido prestigio porque no pueden conseguir otra. Lo tenían que hacer antes
de diciembre porque habían dado la palabra; habían dado tantas palabras que no
cumplieron en este año y, sin embargo, nos sometieron a esto.
Por
eso, creo que es una gran oportunidad para que el bloque oficialista repase lo
que va a hacer, porque no solo está condicionando los haberes jubilatorios de
la mayoría de la población, sino otros ingresos que están atados a este
régimen.
Además,
está complicando la sostenibilidad fiscal del futuro de los argentinos, porque
ahora ajusta a los jubilados –con una visión cortoplacista‑, pero resulta
que nos perjudica en el mediano y largo plazo para tener un plan económico
sostenible en el tiempo, para crecer 10 o 20 años como necesita la Argentina
para sacar a su gente de la pobreza.
Con lo
cual esto es solo para que festeje el gobierno y el Fondo Monetario
Internacional, si es que les cree. A esta altura el Fondo ya debería avivarse
de que no le van a cumplir con nada.
Entonces,
esto beneficia al gobierno, perjudica a los jubilados y, además, perjudica a la
mayoría de los argentinos productivos que van a tener que seguir pagando cada
vez más impuestos para sostener un sistema previsional que está fundido y
deteriorado por malas decisiones, que no todas corresponden a la dirigencia
política Argentina.
Hago la
autocrítica de lo que me corresponde, pero acá hay legisladores sentados en
estas bancas y Alberto Fernández, en particular, que deberían hacer la
autocrítica de la falsedad de sus palabras y de las promesas que no cumplió y
de las expectativas que generó, porque así está frustrando una y otra vez a la
Argentina del trabajo y de la producción, que es la que sostiene a buena parte
del resto del país.
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado Soria, por
Río Negro.
Sr. Soria.- Señor presidente: es muy linda la
autocrítica cuando no se habla de nada.
Hoy
estamos reunidos para tratar este proyecto de ley de movilidad jubilatoria,
para volver a la fórmula que nunca debieron haberle sacado a las jubiladas y
jubilados. Una fórmula que durante su aplicación, entre el 2009 y 2017, generó
un 26 por ciento de ganancia real en las jubilaciones de nuestros abuelos y que
de restablecerse esperamos que le vaya a otorgar a los jubilados en el próximo
2021 una movilidad por encima de la inflación.
Una
fórmula que ya se está probada, que funciona y que funciona sobradamente mejor
que el desastre que ensayó el gobierno de Macri y el mejor equipo de los
últimos cincuenta años. Esa fórmula fue a pedido el FMI; esto no lo digo yo,
señor diputado Cornejo ‑perdón por mencionarlo‑, sino Clarín, que en una publicación de 2017
señala que la fórmula de Macri sigue las recomendaciones del Fondo Monetario.
En solo dos años esa decisión sirvió para dejar un rojo financiero en
Como no
podía ser de otra manera, lamentablemente, una vez más hoy volvemos a escuchar
en este recinto a una oposición desmemoriada, que pretende darnos cátedra
insistiendo en que su fórmula era más ventajosa; una oposición que hoy viene a
querer explicarnos a nosotros cómo se administra un sistema previsional.
Quieren
darnos cátedra los mismos que dejaron técnicamente fundida a
La
verdad que no se puede ser tan caradura. ¿Quieren hablar de ajuste? Hablemos de
ajuste. Ajuste es que los jubilados hayan perdido con la fórmula de Macri un 20
por ciento de sus salarios y sus ingresos en términos reales. (Aplausos.)
Ajuste
es haberle sacado los medicamentos gratis a nuestros abuelos, un beneficio que,
en primer lugar, reestableció Alberto y Cristina y el Frente de Todos.
Ajuste
es haberse comido siete puntos respecto de la inflación en el trimestre en el
que se hizo en empalme entre la fórmula de 2008 y la nueva fórmula de Macri en
2017.
Ajuste
es haberles robado esos 20 puntos porcentuales por expreso pedido del Fondo
Monetario, como dije recién.
Ajuste
es haber eliminado las moratorias previsionales que permitían que haya más y
nuevos jubilados y jubiladas.
Ajuste
es haber querido eliminar de un plumazo el adicional por zona desfavorable a
mis vecinos y abuelos patagónicos.
Ajuste
es haber rifado dos tercios del Fondo de Garantía de Sustentabilidad,
reduciéndolo en su capital de 67.000 millones de dólares a 22.000 millones de
dólares para financiar gastos corrientes.
Ajuste
es haber defendido, como hace poco lo hicieron, las jubilaciones de privilegio
de los jueces y haber bastardeado sistemáticamente la jubilación mínima con un
presidente que ni siquiera sabía que existían. ¡Eso es ajuste!
Sin embargo,
hoy vienen a este recinto a hablar de ajuste a los jubilados. Comparen con la
moneda extranjera, ustedes que tanto les gusta hablar de dólares. En 2015, al
final del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, la jubilación mínima se
acercaba a los 450 dólares; mientras que al final del gobierno de Macri, caía a
200 dólares. ¡Eso es ajuste!
Nadie
es tan cínico ni tan necio. Todos sabemos que solamente están repitiendo lo que
les mandan a decir sus auspiciantes del último experimento neoliberal en
Fíjense
lo que hoy dicen sus auspiciantes, cuando estamos por aprobar esta norma que ya
sabemos que va a funcionar y que va a ser mucho más exitosa que la de ustedes.
Hoy sus auspiciantes, los que hace pocos días publicaban que tenían reposeras
en el despacho del presidente Macri, titulan: “El Frente de Todos busca darle
sanción al ajuste de jubilados”.
Señor
presidente: es evidente que vienen con un discurso armado, pero también es
evidente que los jubilados y las jubiladas, nuestros abuelos, saben muy bien de
qué lado de la grieta está cada uno de nosotros. Saben
muy bien quiénes son los que trabajamos para transformar la realidad y mejorar
la vida de nuestros abuelos. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado Medina, por Buenos
Aires.
Sr. Medina.- Señor presidente: le agradezco al diputado preopinante por
habernos dado una lección de sensibilidad y también de caradurez, porque no se
le mueve ni un músculo al decir ciertas cosas.
También es
importante que nuestros abuelos vean, como dijo el diputado preopinante, quién
está de cada lado de la grieta. Algunos hoy entraron a este recinto festejando
como si hubiesen ganado un mundial de fútbol. Al menos deberían callarse, hacer
lo que les mandan hacer –ya que el diputado preopinante habla de discursos
armados‑ y concretar el robo que les van a hacer a los jubilados. Pero no
lo festejen. No les falten más el respeto en este fin de año. Seguramente
muchos sepan lo que es tener algún abuelo que no puede ni siquiera comprar un
pan dulce para estas fiestas. Pero otros no tienen ni idea, ya que hablan de
dólares y de pesos. Me gustaría saber si saben que hay abuelos que ni siquiera
pueden contar con alimentos en este fin de año.
Durante esta tarde
he escuchado a algunos diputados que hablaron del “fondo del problema”. En este
sentido, pienso que la clave es descubrir que estamos en presencia del mayor
robo del kirchnerismo en esta nueva etapa. Este robo empezó en diciembre del
año pasado y hoy se concreta porque se hace ley.
¿Por qué propongo hablar de la seriedad de este tema? Porque
el sistema previsional no está en crisis solamente en la Argentina, sino en
muchas partes del mundo. Es una discusión constante, sobre todo en el mundo del
trabajo.
En las reuniones de
comisión muchos hemos insistido en que para hablar de la sustentabilidad del
sistema previsional también tenemos que decir cómo vamos a ingresar a los
millones de argentinos que están afuera del sistema formal de trabajo y que hoy
no aportan. ¿Cómo hacemos para revertir esta situación, que haya más activos
que pasivos, para ser mucho más generosos con nuestros abuelos?
Claramente al
oficialismo esto no le interesa. Al ministro de Trabajo, por ejemplo, no le
interesa. Ya en el mes de abril, cuando algunos le planteamos si había alguna
propuesta ante el crecimiento de la informalidad –ya fuera a través de algún
plan de gobierno o de alguna ley que pudiéramos aportar desde el Congreso para
hacer entrar a muchos argentinos a la formalidad‑, nos dijo que eso no
estaba en sus planes. Hace pocos días, cuando volvió a asistir a un plenario de
comisiones, reafirmó lo dicho, restándole importancia al tema. Solo ponía esta
bendita fórmula del sistema previsional en carácter de dogma de fe, de “veamos
como va la economía, porque sabemos que va a crecer”, dejando a nuestros
abuelos, que son los más débiles de nuestra sociedad, a la espera de que la
fórmula funcione y, así les vaya bien. Pero la realidad es que la inflación
crece todos los meses y los abuelos siguen sin poder tener una jubilación que
les dé una mejor calidad de vida en el final de sus vidas.
Mientras tanto, acá
algunos juegan al discurso de la necesidad de los otros, de los pesos, de los
dólares y de la grieta. Por su parte, en el Senado se va a tapar este robo con
la aprobación del aborto legal en la Argentina y con la bendita vacuna, dos
temas que hace varios días están cubriendo las tapas de todos los diarios,
mientras que este robo a los jubilados aparecerá bien chiquitito.
Señor presidente:
hoy desde la oposición mostramos una gran responsabilidad para con el país. No
vinimos a tirar piedras. Nadie se violentó ni intentó robar una lapicera del
estrado, ni a usted ni al presidente Massa. Pero hay algo que le queremos dejar
en claro al oficialismo. Seguramente lleven adelante el mayor robo a los
jubilados y, como dije recién, nosotros no vamos a estar tirando piedras. Pero
a partir de mañana vamos a estar en la calle acompañando a nuestros abuelos
para dar vuelta rápidamente esta página y que podamos discutir en la Argentina
cómo hacemos para que crezca el mercado laboral y haya más activos en el
sistema previsional. De una vez por todas, los políticos tenemos que darles a nuestros
abuelos la jubilación que se merecen.
Mientras tanto,
esta noche el kirchnerismo seguramente va a llevar adelante el mayor robo a los
jubilados de la historia. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado Cantard, por
Santa Fe.
Sr. Cantard.- Señor presidente: estamos asistiendo en este recinto a una
nueva versión del relato, al que tanto apego tiene el oficialismo. Digo una
nueva versión porque el relato que conocíamos hasta ahora era una especie de
serie novelada. Es decir que, sobre algunos pocos hechos reales, se llevaba
adelante el relato. En cambio, el relato al que asistimos hoy es un relato
ciento por ciento ficticio. Se trata de un relato de ciencia ficción que no
tiene en cuenta para nada lo que ocurre en la realidad.
Reflejemos esto
en algunos pocos datos, muchos de los cuales ya se han mencionado. El actual
presidente de la Nación hizo campaña sobre la base de la promesa de que
reduciendo los intereses de las LELIQ iba a aumentar, en el primer día de su gestión,
un 20 por ciento a los jubilados. Apenas asumió, lo primero que hizo fue
suspender la movilidad jubilatoria bajo la consigna de que de esa manera, como
la ley de Cambiemos era pésima, les iba a mejorar los haberes a los jubilados y
pensionados.
Hoy se ve
reflejado que los datos de este 2020 ‑como decíamos ya hace un año‑
no tienen nada que ver con la realidad. Los jubilados que cobran la mínima
perdieron 959 pesos por mes, teniendo en cuenta el régimen de movilidad
anterior. Por su parte, el jubilado que percibe en el orden de los 50.000 pesos
mensuales –que se piensa que es una persona que tiene suficiente ingreso como
para ser solidario con el que está con la mínima‑ perdió por mes cerca de
8.000 pesos, mientras que el de la máxima perdió algo más de 18.000 pesos.
Según varias
estimaciones, el ahorro en todo el período 2020, si lo comparamos con lo que se
habría percibido si se hubiera continuado con el régimen de movilidad anterior,
supera los 100.000 millones de pesos. Esto también se ha dicho acá.
Entonces, vemos
que, en nombre de una falsa solidaridad, lo que en realidad se hizo fue, entre
otras cosas, achatar la pirámide. Ni siquiera los de la mínima pudieron
mantener lo que habrían tenido que cobrar de acuerdo con la movilidad anterior.
Dato mata relato.
El régimen propuesto
no tiene en cuenta la variable de la inflación, que no solo es la que se
utiliza en la mayor parte de los países sino también la que más ha afectado a
la Argentina en las últimas décadas. Pero el ministro de Trabajo vino a la
reunión de las comisiones a decirnos que no había que hablar de inflación, que
no había que ponerla en la ley y que, de esa manera –mágicamente‑ la
Argentina iba a entrar en deflación. Eso me hizo recordar a otro ministro, en
este caso de Economía, que decía que no había que hablar de los pobres porque
era estigmatizarlos. Así, no había pobres en la Argentina, o bien, había menos
que en Alemania. También me hizo acordar a otro ministro de Economía que, en un
reportaje en el exterior, cuando le preguntaron por la inflación, respondió:
“Me quiero ir”.
Por otra parte,
atar las jubilaciones a la recaudación es una variable precíclica que
evidentemente va a perjudicar en momentos de recesión y de caída del producto
bruto, que es lo que viene sufriendo la Argentina. Dentro de un año vamos a
estar acá viendo cómo a la pérdida de 2020, le sumamos la anterior.
Al compañero
diputado que hacía referencia a los valores en dólares, le tomo la referencia
de los 200 dólares del final del gobierno de Macri. Hoy apenas estamos en 110 o
115 dólares de jubilación mínima. Así que pensemos antes de tirar algunos
datos, porque se nos pueden volver en contra como un bumerán.
En definitiva, con
esta volatilidad, esta fórmula desvirtúa la garantía constitucional de la movilidad
y lo único que garantiza es una lluvia de juicios contra el Estado que va a
terminar echando por tierra la pretendida sustentabilidad del sistema.
Señor
presidente: no es cierto que el proyecto de ley que estamos tratando y que tiene
sanción del Senado sea solidario. No es cierto que garantiza la sustentabilidad
y mucho menos la estabilidad de los haberes de los jubilados y pensionados. Y
mucho menos es cierto que, por no nombrarla, va a desaparecer la inflación. La
única razón o interés -sea por mandato del Fondo o por las razones que fueren-
es hacer un ajuste fiscal sobre los jubilados y pensionados y los demás
beneficiarios del sistema.
Finalmente,
quiero recordar a un diputado mandato cumplido -hoy es un importante gobernador
de la provincia más grande del país- quien, cuando en sus argumentos hacía
referencia al interés escondido, decía lo siguiente: “Se les nota, pero se les
nota mucho”. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra la señora diputada
Aparicio, por Buenos Aires.
Sra. Aparicio.- Señor presidente: creo en el diálogo político como
fuente o forma de construcción de consensos y que estos cimienten para
establecer políticas públicas a largo plazo que, incluso, excedan un gobierno.
Pero de poco sirve el diálogo si no es franco y sincero.
Además,
veo que la oposición tiene una preocupante amnesia que espero sea temporaria,
porque mal pueden construirse consensos cuando parecen desconocer su accionar
durante cuatro años sobre el sistema previsional. Hoy escuchamos sorprendidos
que la oposición trata de instalar que implementamos un ajuste y que su fórmula
era en pos del beneficio de los jubilados.
Señor
presidente: debemos poner blanco sobre negro. Acá no sólo discutimos la fórmula
de movilidad jubilatoria. También discutimos cómo poner de pie un organismo
como la ANSES que dejaron literalmente fundido, con un déficit de 250 mil
millones de pesos. En el mismo sentido, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad
de la ANSES, entre diciembre del 2015 y setiembre de 2019, perdió el 34,3 por
ciento de su valor en dólares.
La
fórmula jubilatoria que estamos proponiendo es similar y mejorada de la que se
implementó de manera racional y responsable entre 2011 y 2017. Acumuló 25,8 por
ciento de ganancia en términos reales a favor de los jubilados y las jubiladas.
Es decir que recibieron aumentos de casi un 36 por ciento superior a la
inflación durante dicho período.
Además,
la ANSES y el Fondo de Garantía eran superavitarios. Argentina aumentó el
producto bruto interno y crecieron los salarios al igual que la recaudación.
Estamos
hablando de dos modelos de país bien distintos: un modelo financiero y de
exclusión y uno de crecimiento e inclusión al cual hoy estamos volviendo. La
fórmula de la última ley –número 27.426- que se aplicó entre 2017 y 2019, dio
casi el 20 por ciento de pérdida siguiendo la inflación del país. El poder
adquisitivo de los jubilados de la mínima se redujo a casi un 24 por ciento.
En la
gestión anterior el 60 por ciento de los jubilados cayó en la pobreza, según
datos de la Defensoría de la Tercera Edad. El PAMI dejó de entregar
medicamentos crónicos gratuitos a dos millones de afiliados y muchos de ellos
dejaron de tomar la medicación. Tal fue la locura que aconteció.
Pero
seamos francos y digamos cuál fue el objetivo de ese cambio de fórmula que hoy
alegremente pretenden vender que fue para beneficio de los jubilados. El cambio
de fórmula permitió omitir el ajuste de un trimestre y generó un ahorro fiscal,
solo en el 2018, de 72 mil millones de pesos, equivalente al 0,6 del producto
bruto interno. Esa fue la base que le permitió al anterior gobierno correr
atrás del Fondo Monetario para tomar el crédito más grande que este organismo
haya dado. Y hoy los argentinos nos encontramos nuevamente renegociando con el
Fondo Monetario los pagos de la campaña electoral más cara de la historia.
Durante
este año mi gobierno garantizó trimestralmente el incremento de los haberes
previsionales según el régimen general de la ley 24.241, atendiendo prioritariamente
a las y los beneficiarios de más bajos ingresos. El presidente de la Nación
tomó la decisión de no dejar sin protección a una enorme cantidad de argentinas
y argentinos frente al impacto de la pandemia. Se otorgaron contenciones que
insumieron siete puntos del producto bruto interno. La ANSES ejecutó el
equivalente al 2,5 por ciento del PBI para asistir a gran parte de la población
argentina.
Con una
ley que votamos en este Congreso hace muy poco se reencauzó el cometido
original del Fondo de Garantía, se decidió reprogramar los préstamos a nuestros
abuelos, se tomaron medidas como el IFE y el ATP, se crearon fondos de
inversión que apuestan a la economía real, que genera trabajo, crean industrias
y activan el consumo. Cambiamos la fiesta financiera del gobierno anterior por
el motor del crecimiento. Y apostamos a nuestros productores, a nuestros
industriales, a nuestros trabajadores con inclusión social.
Por eso
hablamos de movilidad, pero también de sustentabilidad. Esta nueva fórmula de
movilidad es responsable, como todos los proyectos que debatimos este año, que
apuestan a lo que todos los argentinos deberíamos apostar, que es el
crecimiento del país. Sin crecimiento no hay sistema que soporte. Todos lo
sabemos.
Escuchamos
hablar de piedras, de peso y de cantidad. Me viene a la memoria, de manera
simbólica, que el gobierno de Cambiemos fue la alegoría del mito de Sísifo que
nos condenó a llevar una y otra vez una piedra inútil sobre una montaña, con la
esperanza de brotes y semestres inalcanzables. Pero el pueblo se cansó de
empujar piedras que no conducen a nada y transformaron una condena absurda en
votos de esperanza.
Por
eso, señor presidente, volvemos a votar una fórmula probada y mejorada que
funcionó. Por eso volvemos a renegociar una deuda absurda. Por ello, debemos
poner a la Argentina, una vez más, en el sendero del crecimiento sostenible con
inclusión.
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado
Estévez, por Santa Fe.
Sr. Estévez.- Señor presidente: la verdad es que tenía la
expectativa -ahora me doy cuenta que ingenua- de que íbamos a poder debatir en
este recinto, después de 37 años de democracia, una reforma al sistema
previsional que no significara un ajuste para nuestros jubilados y jubiladas.
Pero,
como no podía ser de otra manera, vengo a este recinto a escuchar por parte del
oficialismo que este proyecto viene a garantizar la distribución de la riqueza.
También nos dice que confiemos y que ya veremos a fin de año que los haberes de
los jubilados van a ganarle a la inflación. Entonces, no sé por qué no eliminan
el tope.
Por
otro lado, creo que es algo muy parecido a ese eslogan de campaña del otro
extremo de la grieta sobre pobreza cero. Yo me pregunto si creen que la gente
come vidrio o que no tiene memoria y que todos los días se levanta olvidándose
de lo que discutimos en esta Cámara. Porque en este mismo recinto, muchos
diputados y diputadas que hoy se suman a los relatos de turno, hace algunos
años acompañaron -en el 2017- la reforma que planteó el expresidente Macri.
Esta
realidad no se modifica con discursos ni con relatos que ya nada tienen que ver
con la realidad, que ya son ciencia ficción. Estos relatos se dan en el marco
de un país que tiene al 50 por ciento de sus compatriotas por debajo de la
línea de pobreza.
Yo me
pregunto a dónde vamos como sociedad. Quisiera saber por qué volvemos una y
otra vez a discutir fórmulas, como si estas fueran a resolver el problema de un
sistema previsional que no va más. Y que no lo van a poder resolver -gobierne quien
gobierne- si no discuten y no convocan a un debate de fondo en que podamos
acordar de dónde partimos y que podamos hacernos cargo de la realidad, que para
eso nos vota la gente. Hacerse cargo no es dar aumentos por decreto. Hacerse
cargo de gobernar este país es, lamentablemente, algo muchísimo más complejo.
Señor
presidente: esta es una nueva oportunidad perdida. Estamos discutiendo la
fórmula, que es la punta del iceberg, pero con esto no vamos a resolver el
problema. Digo que es una nueva oportunidad perdida porque no discutimos lo que
está abajo del iceberg, que ningún gobierno podrá resolver por sí mismo.
Es
imposible no acordarse de Norma Plá ‑aunque yo era muy chico, pues nací
en 1983‑, esa jubilada que todos los miércoles venía a la puerta de este
Congreso con sus compañeros y compañeras a reclamar por una jubilación mínima.
Sinceramente,
espero que mi generación sea la que pare la pelota. Vuelvo a decir que la gente
no come vidrio y ve lo que pasa adentro de este Congreso. Después nos asombramos
porque un Milei puede juntar votos. Pero la clase política, en vez de
preocuparse por ese Milei, le sale a competir, y desde los dos extremos de la
grieta se terminan diciendo barbaridades muy similares a las que dice Milei.
Esto no
tiene retorno, señor presidente. Con este tipo de hipocresía no hay una
sociedad viable.
Por eso
desde el socialismo no vamos a acompañar este proyecto, y volvemos a promover y
a plantear una vez más que por ley se constituya un Consejo Económico Social y
Político que nos permita concretar acuerdos para salir de esta enorme crisis en
la que estamos.
Lo de
Norma Plá no fue hace diez años, sino hace treinta años, y cada vez que en este
Congreso se discute el tema de los jubilados es para ajustarlos. Más allá de la
justificación o excusa que se busque, esa es la realidad.
Por
eso, señor presidente, esperamos que podamos concretar los acuerdos necesarios
para encontrar una solución de fondo a la estructura económica de este país, que
evidentemente ya no da más. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra la señora diputada
Terada, por el Chaco.
Sra. Terada.- Señor presidente: en caso de aprobarse hoy este
proyecto que viene del Senado, sobre movilidad jubilatoria, se producirá un
nuevo despojo o robo a nuestros jubilados.
¿Cómo
se inició este proceso? Se inició a fines del año pasado. Recuerdo que a pedido
del gobierno que recién asumía se sancionó la ley de emergencia pública y
previsional, que en principio suspendió por ciento ochenta días la vigencia de
la ley sancionada en 2017, que establecía una fórmula de actualización del
haber jubilatorio, basada en un 70 por ciento por la inflación y en un 30 por
ciento por la variación salarial.
Sin
embargo, en esa misma ley se votó que se constituyera una comisión bicameral
tendiente a analizar todo el sistema previsional. Pero, ¿qué pasó?
Transcurrieron los ciento ochenta días y el gobierno dio por decreto distintos
aumentos, que oscilaron entre el 24 y el 35 por ciento cuando en realidad
hubiera correspondido un 42 por ciento. Y no solo eso, sino que, vencidos los
ciento ochenta días, también por decreto, sin convocar nuevamente al Congreso
para la sanción de una nueva ley, estableció una prórroga por otros ciento ochenta
días, que vence ahora, el 31 de diciembre.
Con la
fórmula suspendida, los jubilados perdieron entre un 7 y un 18 por ciento. Y
diga lo que se diga, señor presidente, la realidad es que con la fórmula
anterior los jubilados hubieran podido llegar a cobrar 320 dólares, mientras
que hoy no llega a 110 dólares el haber mínimo, ya que es de apenas 19.035
pesos.
Además
de esta iniciativa, en los números del presupuesto aprobado queda claro que
este gobierno quiso ajustar los haberes de nuestros jubilados para ahorrarse
más de 100.000 millones de pesos.
A
diferencia de la fórmula votada en 2017, que tomaba como variables la inflación
y la variación salarial ‑que pueden ser calculadas por cualquiera‑,
esta nueva fórmula contiene variables que no son publicadas periódicamente.
Además, esta nueva fórmula no fue acordada por consenso, ni a través de la
comisión bicameral, sino que se anunció desde el Ministerio de Economía cuando
vinieron los funcionarios del Fondo Monetario Internacional.
Se
trata de la vieja fórmula que se utilizó durante el gobierno de Cristina
Fernández de Kirchner. Como dije, esta fórmula contiene variables que no son
publicadas periódicamente. No sabemos cómo podremos llegar a conocerlas, a tal
punto que cuando en la reunión informativa del plenario de comisiones se
preguntó a los funcionarios de la ANSES cuánto estimaban que sería el aumento
en marzo de 2021 no pudieron dar una respuesta exacta; inclusive contradiciendo
lo que su propia jefa, Fernanda Raverta, había dicho en la comisión bicameral,
donde dijo que ese aumento rondaría el 11,9 por ciento.
Hoy
volvemos a la vieja estrategia de que mientras acá estamos tratando la
movilidad jubilatoria, una puerta más allá se está tratando el tema del aborto.
Y, por supuesto, toda la atención ‑la de los medios‑ está puesta en
lo que sucede con el tema del aborto y no en lo que sucede con nuestros pobres
jubilados.
Decimos
que esta fórmula es un parche, un parche viejo, un mal parche. Lamentablemente,
esto es lo que hemos venido haciendo desde hace más de treinta años, cuando en
realidad deberíamos estar abocados a ver de qué manera contribuimos a la
sustentabilidad del sistema previsional argentino.
No
buscamos soluciones para aumentar los aportantes al sistema, blanquear el
trabajo en negro o crear nuevos puestos de trabajo. Por supuesto, todo esto
requiere una gran reforma tributaria, laboral y económica que permita, sobre la
base de garantizar la seguridad jurídica, hoy inexistente, que muchas empresas
no se vayan del país. Lamentablemente, hoy muchas empresas se están yendo de
nuestra patria por esa falta de estabilidad económica, laboral y financiera.
La
verdad es que si pudiéramos trabajar en esta sustentabilidad del sistema sobre
la base de estos puntos que consideramos esenciales, nuestros jubilados nunca
más serían la variable de ajuste de ningún gobierno nacional.
El papa
Francisco dijo: “Un pueblo que no cuida a sus adultos mayores no tiene futuro”.
Les digo a los señores diputados que los jubilados nos están mirando, nos están
observando. No atentemos contra sus derechos. Respetemos la Constitución
Nacional, en especial el artículo 14 bis, que habla de jubilaciones y pensiones
móviles, y honremos el cargo para el que fuimos elegidos.
Cuando
eran oposición, tiraban piedras, y hoy, que son oficialismo, junto a sus socios
ajustan a los jubilados.
Desde
Juntos por el Cambio no vamos a acompañar esta iniciativa porque entendemos que
es un parche viejo, un parche malo, que no ayuda a ver cómo solucionamos los
problemas fundamentales de ese sector tan débil de la sociedad, como son
nuestros adultos mayores. (Aplausos)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra la señora diputada
Villa, por Buenos Aires.
Sra. Villa.- Señor presidente: dicen que la mujer del César no
solo debe ser honesta sino también parecerlo. La verdad es que de ser honestos
están bastante lejos, pero para parecerlo se arman un relato.
Si hay
algo que hoy nos queda claro en este recinto y frente a este proyecto es que
tienen una clara distorsión entre lo que son y lo que dicen o lo que creen ser.
Si hay algo que no puede pasar en este recinto es faltar a la verdad. Y como la
única verdad es la realidad, la realidad es que hoy estamos frente a un
proyecto que claramente castiga a los jubilados.
Hace
tres años en este mismo recinto sancionábamos una reforma previsional que
establecía una nueva fórmula para el cálculo del haber jubilatorio, que estaba
atado a la inflación. Tenía como objetivo dar previsibilidad. Pero, por sobre todas
las cosas, lo que quería era cuidar el haber de los jubilados.
Aquella
fue una sesión que seguramente todos los argentinos deben tener en la memoria y
en la retina, una sesión cargada de violencia y de violentos, no solo fuera sino
dentro de este recinto.
Empezamos
este año legislativo con la decisión del gobierno de suspender esa fórmula de
movilidad jubilatoria, decisión que trajo como consecuencia que pierdan todos
los jubilados. En efecto, esa decisión trajo como consecuencia que todos
recibieran menos de lo que les correspondía obtener si hubiésemos mantenido
aquella fórmula de movilidad. Quienes cobran la mínima, esta vez percibieron
19.035 pesos, y con la fórmula de movilidad anterior les correspondía 19.995
pesos. O sea que perdieron 960 pesos.
Lo que
tenemos que preguntar al gobierno es por qué decidió suspender la fórmula de
movilidad, y la respuesta es que claramente decidieron ahorrar con el dinero de
los jubilados.
Hoy los
argentinos estamos atravesando una crisis muy profunda y muy triste, y frente a
esto, el gobierno nos viene a proponer una nueva fórmula previsional que
insólitamente está atada al crecimiento y a la recaudación económica. Y para
justificar esta fórmula, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, en la comisión
señaló un listado de deseos, buenas intenciones e ilusiones, que lo llamó plan
o programa de gobierno. Entonces nos dijo que la economía iba a crecer, que la
recaudación iba a aumentar, que el empleo iba a mejorar y que, por supuesto, la
inflación iba a bajar. Y dijo que nosotros teníamos que creer que eso iba a
suceder. Además, ciegamente deberíamos creer que esta fórmula tiene como
objetivo cuidar el dinero de nuestros abuelos.
No es
así, señor presidente. Hoy estamos frente a un programa, frente a un proyecto y
frente a una fórmula que claramente ajusta a los jubilados. Y no solo eso; también
estamos frente a una estafa. ¡No lo nieguen! ¡No lo oculten! ¡No les dé
vergüenza reconocerlo! Estamos frente a una estafa porque, en la campaña, el
presidente Alberto Fernández les prometió un aumento del 20 por ciento. Estamos
frente a una estafa porque el presidente Alberto Fernández dijo que iba a
cuidar a aquellos que habían trabajado y aportado toda la vida. Estamos frente
a una estafa porque el presidente Alberto Fernández dijo que eran miserables
aquellos que se olvidaban de los abuelos.
Entonces,
señor presidente, su proyecto mata su relato; claramente este proyecto mata al
relato. ¿Cómo puede ser que los paladines de la justicia social les metan la
mano en el bolsillo a los jubilados? ¿Qué diferencia hay entre este proyecto y
el “vamos por todo”?
¿Acaso
hay algo peor que tener un gobierno que no tiene ningún rumbo claro, concreto
ni preciso? Sí, hay algo peor: que hoy vinieron con un proyecto redactado por
el Fondo Monetario Internacional. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor
diputado Vivero, por Neuquén.
Sr. Vivero.- Señor presidente: en primer lugar,
quiero ratificar el acompañamiento a esta iniciativa que el Poder Ejecutivo
envió a partir de las sugerencias de la comisión bicameral, que fue mejorada en
su tratamiento en la Cámara de Senadores. Se trata de una fórmula que vincula
los datos básicos respecto a salarios y los datos respecto a recaudación. Un
rasgo distintivo de nuestro sistema previsional es que se sostiene y se nutre
con estos dos aspectos, a diferencia de lo que pasa con otros sistemas
previsionales en el mundo, que solamente se nutren vía aportes patronales y
salarios.
Se
trata de una fórmula que, al tomar como base la que estuvo vigente entre los
años 2008 y 2015, a las claras nos demuestra que arrancamos con un piso muy
importante de recuperación salarial y de recuperación de las condiciones de
nuestros jubilados, porque como decía una diputada preopinante, la única verdad
es la realidad. En efecto, la fórmula que rigió de 2008 a 2015 fue absolutamente
ventajosa para nuestros jubilados y jubiladas y para el sistema de seguridad
social en general, en contraposición con lo que pasó con la fórmula que tuvo
vigencia entre los años 2017 y 2019, que como ya se ha mencionado, generó una
pérdida del orden de 20 puntos en relación al proceso inflacionario.
Por
otra parte, me parece que hay que leerla y comprenderla en el contexto de un
modelo económico que fuertemente está propiciando y generando las condiciones
para que la salida de esta pandemia sea con crecimiento económico, con
actividad económica, con incentivos al consumo y con la reactivación necesaria
para que este círculo virtuoso en el que estamos trabajando fuertemente ‑muchas
medidas hemos llevado adelante aquí para ofrecerle al Poder Ejecutivo en su
gestión- nos lleve a buen puerto.
En este
caso, el hecho de desindexar la fórmula previsional lo que hace es poner en
perspectiva a nuestros jubilados y jubiladas, en el sentido de que a nosotros
no solamente nos interesa que se igualen o que no pierdan en relación con la
inflación, sino que nuestros jubilados y jubiladas le ganen, y que además ellos
sean partícipes del proceso de crecimiento económico con distribución del ingreso,
como bien lo planteó Cristina Fernández de Kirchner hace unos días, en cuanto a
la necesidad de la redistribución.
En eso
hemos sido consecuentes. Por eso la fórmula de 2008 avanzó fuertemente en ese
sentido. Por eso, cuando se metió la mano en el bolsillo a los jubilados en
2017, no solamente estuvimos en contra de esa medida en este recinto, sino que
también acompañamos a nuestros jubilados y jubiladas en las calles.
Pero,
además, siempre hemos estado considerando la necesidad de devolverles la centralidad
a los adultos mayores en materia de política de distribución del ingreso en la
Argentina. Muchos se rasgan las vestiduras hablando de las moratorias
previsionales que permitieron que millones de compatriotas pudieran acceder a
un beneficio previsional, porque tienen esa actitud peyorativa de decir que
nunca aportaron y demás. Muchos se olvidan de que hubo patrones inescrupulosos
que nunca aportaron; por ejemplo, en las provincias del Norte argentino, a seis
de cada diez compatriotas que ingresaron a las moratorias previsionales, sus
patrones –agropecuarios y todos los que ya conocemos- no les habían hecho los
aportes. Esa fue una reparación que puso en el centro a nuestros jubilados y
jubiladas, en todo ese modelo macroeconómico, y demuestra lo consecuente que
hemos sido y que somos en este momento.
En
efecto, ahora estamos discutiendo una iniciativa que intenta devolver
sustentabilidad al sistema previsional argentino, que se perdió durante el
gobierno anterior básicamente porque el modelo económico tendía a generar esa
pérdida.
Por
ejemplo, con el famoso blanqueo de capitales, que permitió recaudar casi
117.000 millones de dólares, uno de los puntos con que lo argumentaron fue
llevar adelante una reparación histórica, la cual solamente benefició a 900.000
jubilados y jubiladas de la Argentina. Uno de los argumentos que sostenían era
que esa reparación histórica se iba a pagar con un porcentaje de lo recaudado
en el blanqueo de capitales. Eso no fue así; si no hubiésemos sancionado la ley
que impulsamos hace un tiempo, precisamente para devolver la sostenibilidad al
Fondo de Garantía de Sustentabilidad, los recursos no hubieran alcanzado y
hubiésemos estado en otra sintonía o en otra situación.
Pero la
oposición también ha sido consecuente, porque rompió el sistema, primero, cuando siendo el famoso “Grupo
A” impulsó el 82 por ciento móvil con absoluta irresponsabilidad -algo que
cuando fueron gobierno no llevaron adelante- y, en segundo lugar, planteando
cuestiones que no tienen asidero ni sentido común.
Escuchaba
a la diputada miembro informante del dictamen de minoría, a quien seguramente
el falso abogado D'Alessio le habrá pasado la información, para estar tan
absolutamente alejada de lo que plantea este proyecto.
Entonces,
¿cuál es el punto acá? Esta es una medida que intenta avanzar sobre una
definición clara en defensa de los intereses de los adultos mayores, en el
marco de un proceso económico que definitivamente va a poner de pie a la
Argentina.
Y
cierro con esto, señor presidente. No hay un sistema previsional sin un modelo
progresivo que además involucre lo distributivo. En esto hay que englobar una
serie de medidas que hemos venido llevando adelante y que vamos a profundizar,
como la necesaria discusión de las tarifas que aquellos señores les regalaron a
las trasnacionales a precios dolarizados y que impactaron fuertemente en la
situación de miles y miles de jubilados, algo de lo cual no hablan.
- Ocupa la Presidencia el señor presidente
de la Comisión de Previsión y Seguridad Social, contador Marcelo Pablo
Casaretto.
Sr. Vivero.- Así que manifiesto mi apoyo a esta
iniciativa y agradezco a mis colegas por este trabajo que hemos llevado
adelante durante este año para recuperar a la Argentina, para ponerla de pie y
para devolver a nuestros adultos mayores la centralidad que se merecen en un
esquema distributivo como no lo hizo el macrismo. Que ellos sigan retuiteando a
“El Dipy”. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Casaretto).- Tiene la palabra el señor diputado
Asseff, por Buenos Aires.
Sr. Asseff.- Señor presidente: en primer lugar, me remito a lo que
expresaron mis colegas Cacace, Pastori, Cornejo, Paula Oliveto, Laspina, Terada
y varios otros para que, brevitatis causae, pueda referirme a un par de
temas que quiero abordar.
En
segundo lugar, pondero la prudencia y el equilibrio de las palabras del
diputado Sarghini. Hoy, sin piedras y sin violencia afuera, y por supuesto
tampoco adentro del recinto, con una actitud democrática, republicana y respetuosa
de las instituciones, la oposición está asistiendo a un nuevo avance del viejo
relato kirchnerista que, a todas vistas y a todas luces, está cada vez más
opaco, más desteñido, ha perdido su magia, su encanto y no tienen cómo
sostenerlo.
Un
diputado dijo muy claramente que, en términos dólar, nunca hubo una jubilación
más baja en la Argentina, incluso es prácticamente una de las más bajas de toda
América Latina.
Al
relato no solamente lo mata la realidad, también lo mata cuando el pueblo
empieza a entender que el caradurismo político es insostenible.
Los
primeros que hoy asisten azorados a un nuevo robo que se comete a sus derechos,
a sus personas, son los jubilados, que seguramente no tienen ninguna de sus
necesidades básicas satisfechas, pero que no tienen un pelo de tontos.
Los
jubilados saben que hoy se les está haciendo otro gran y enorme despojo. Un
ajuste que no sé si lo manda el Fondo Monetario Internacional o quién. Lo que
sí sé es que están enmascarando un fenomenal y monumental ajuste que, como
alguien ya dijo en este recinto, significa por lo menos el 1 por ciento del PBI
de 2021, y significó 100.000 millones de pesos que se le sustrajeron a nuestros
jubilados en 2020.
Voy a
referirme especialmente al debate que no se está dando hoy en este recinto y
que es el que deberíamos estar abordando y solucionando. Me refiero a la
sustentabilidad del sistema previsional argentino. Ese es un debate que no
solamente debe estar referido a la cuestión previsional, sino también a todas
las formalidades y modalidades del trabajo en la Argentina.
Además,
es una discusión que tiene que abordar el sistema tributario de la Argentina;
las reformas económicas tributaria, previsional y laboral, que son las únicas
que podrían darle perspectivas a un sistema colapsado y sombríamente incierto,
como es el sistema previsional argentino.
Acá
está faltando abordar el estatuto promotor de las inversiones en la Argentina.
Si no hay inversión y no hay creación de empleo, no podemos pasar del 1,4 de
aportantes por beneficiario a los 4 aportantes por beneficiario que dan
sustentabilidad a un sistema normal y jamás podremos tener una perspectiva de
solución de esta cuestión tan grave que vive la clase pasiva argentina.
Esa
promoción de las inversiones es lo que está faltando. Pero, en vez de
promocionarlas, las espantan. Es decir, están haciendo todo lo contrario de lo
que hay que hacer para favorecer una perspectiva de mejora cierta para los
jubilados y, por supuesto, para todo el resto de los estamentos que hacen y
conforman el quehacer argentino.
No
quiero excederme en el tiempo, señor presidente, pero quiero sostener que acá
no hay nada heroico, porque cuando hay un escape no hay nada heroico que
rescatar.
Acá
están escapando al debate que hay que darle al país y que esta Cámara tiene que
proporcionar. Me comprometo a hablar con otros colegas durante este año que
viene porque hay que impulsar las inversiones en la Argentina. Si no hay
inversión, no hay solución para la decadencia económica y el modelo empobrecedor.
Acá
hablan mucho de modelos, pero hace 20 o 25 años que venimos con un modelo
empobrecedor, por no decir irremontable si me voy más atrás.
Señor
presidente: agradezco la deferencia, pero este debate está absolutamente fuera
de foco. Estamos hablando de una fórmula de aumento cuando tendríamos que
hablar de una fórmula para hacer crecer nuestra economía. Si no crece nuestra
economía, no hay futuro para nadie y mucho menos para los jubilados de la
Argentina.
Sr. Presidente (Casaretto).- Tiene la palabra la señora diputada Lena,
por Entre Ríos.
Sra. Lena.- Señor presidente: nuestro presidente Alberto
Fernández nos decía en campaña que, según los cálculos, el salario real y las
jubilaciones habían caído entre el 15 y el 20 por ciento. Por eso, decía que el
10 de diciembre iba a recomponer esos salarios y las jubilaciones.
Unos
días después de asumir anunció un bono de 5.000 pesos para diciembre y otro
para enero, pero solamente para las jubilaciones mínimas.
También
en diciembre de 2019, este mismo Congreso sancionó esa famosa ley de
solidaridad, que terminó siendo una ley de ajuste, donde por 180 días suspendió
la movilidad jubilatoria que se había establecido por ley en el 2017 y que
después se volvió a prorrogar por 180 días más.
Hoy es
un día histórico porque el peronismo impone el mayor robo a los jubilados de
los últimos tiempos con esta nueva modalidad que está calculada sobre la base
de los aumentos salariales y de la recaudación de la ANSES, que es una
recaudación en baja. Sin tener en cuenta el índice inflacionario, el índice del
costo al consumidor ni el costo de la vida, las jubilaciones van a sufrir una
terrible baja y, realmente, para mediados de 2021, no llegarán a cubrir el 40
por ciento del valor de la canasta de un jubilado.
Esta
sesión se convirtió en un circo, no solamente del oficialismo, sino también de
los partidos aliados que en 2017 no solo cuestionaron la pérdida de los haberes
jubilatorios, sino que incentivaron la protesta y los desmanes con piedras en
este mismo Congreso. Esos mismos partidos no están teniendo en cuenta que en
este nuevo proyecto no se contempla ninguna forma de recuperación de esa
pérdida que decían que los jubilados tendrían. Peor aún, lo justifican; niegan
la pérdida y niegan también la desprotección que tendrán nuestros abuelos y los
miles de beneficiarios de asignaciones de la ANSES con esta nueva fórmula
previsional, con este cálculo que además es poco claro y es difícil, por no
decir que es imposible de controlar.
imposible de
controlar.
Tenemos una deuda pendiente con nuestros
jubilados desde hace muchos años, pero lo que hoy estamos discutiendo muestra
un ejemplo más del relato del gobierno kirchnerista. Hablemos claro: el motivo
real para sancionar esta norma no es mejorar la situación de los jubilados y
pensionados; mucho menos es darles transparencia, seguridad o certeza en las
prestaciones.
Hoy se está tratando de ocultar el
evidente retraso en las actualizaciones que tuvieron en sus haberes en el año
2020 y que esto se hace con un ahorro fiscal de 100.000 millones de pesos en el
año, que se consolidará en los años siguientes.
Si no tenemos una previsibilidad, si no
tenemos un plan económico, si seguimos administrando pobreza, si no
incentivamos el trabajo genuino que nos haga ampliar la base de la pirámide
previsional, ni siquiera vamos a dar certeza a los próximos jubilados de la
Argentina. Este es el debate que realmente debemos dar.
Señor presidente: no vamos a apoyar
este proyecto de ley porque consideramos realmente que es una vergüenza. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Casaretto).- Tiene
la palabra la señora diputada Scaglia, por Santa Fe.
Sra. Scaglia.-
Señor presidente: estamos debatiendo una fórmula que, para la Argentina de hoy,
es un verdadero acto de fe. Los escuchamos en estas semanas durante todo el
debate, y lo único que pudieron venir a decir en cada una de las reuniones de
comisión fue “tengan fe, que esta fórmula está enmarcada en un país con
desarrollo productivo y en un esquema de país que va a crecer”.
Lo cierto es que lo que pretenden
votar hoy no tiene ningún anclaje en la realidad del país en el que vivimos.
Esta no es una Argentina de más crecimiento ni de más empleo; tampoco de más
recaudación. La Argentina que hoy tenemos tiene más inflación, es una Argentina
que no se correlaciona con lo que nos quisieron venir a decir. Y lo cierto es
que estamos en un país que está inmerso ‑aunque no lo vean o no lo
quieran ver‑ en una crisis muy profunda, producto de una cuarentena
prolongada y mal administrada.
Hoy, señores diputados, creo que
estamos en el peor de los escenarios para llevar adelante una fórmula de
movilidad jubilatoria que se ate al crecimiento y a la recaudación. Es el peor
de los escenarios. Y estamos también en el peor de los escenarios si la fórmula
no se ata a la inflación, porque no hay ningún estudio económico que diga que
el año que viene la Argentina no va a tener un 50 por ciento de inflación. Yo
sé que ustedes, en cada uno de los períodos que gobernaron, tocaron la
inflación, mintieron, no les dijeron la verdad a los argentinos con respecto a
la inflación. Pero también todos los argentinos sabemos hoy que no les podemos
creer en nada cuando ustedes hablan o cuando no hablan de inflación.
Por eso es tan importante lo que
nosotros venimos a decir en este recinto. Incorporen la inflación a la fórmula
de movilidad jubilatoria. Todavía están a tiempo.
No vamos a mejorar la condición a
ningún jubilado con la fórmula que hoy quieren votar. Si no incorporamos
realmente la inflación, los jubilados van a perder. Y ustedes lo saben, porque saben
que lo que estamos haciendo acá es un recorte. Estamos recortando. Ustedes
están recordándoles a los jubilados y están ajustando al Estado en el sector
que más nos duele a los argentinos, que es el de los fondos de los jubilados.
Pero no solo están recortando a los
jubilados, sino que también lo están haciendo con las asignaciones familiares,
la AUH, que tanto dicen defender. Tampoco están incluyendo en esta fórmula que
quieren votar ningún carácter redistributivo. Si la Argentina, por algún efecto
mágico, creciera o recaudara mucho, eso no se verá reflejado en los haberes
jubilatorios, porque ustedes pusieron un tope al aumento de las jubilaciones,
porque no quieren pagar a los jubilados lo que hay que pagarles.
Les recuerdo que durante este 2020 ustedes
les recortaron 100.000 millones de pesos a los jubilados. Ese fue el ajuste que
tuvo este Estado, que afectó directamente a nuestros jubilados. Algunos
perdieron 5.000 pesos en el año; otros, 140.000.
Si hoy acá rigiera la fórmula de
Macri, por la que ustedes tiraron piedras, suspendieron la sesión, tuvieron al
“gordo Bazooka” y demás, hoy los jubilados tendrían un 42 por ciento de
aumento. Por primera vez estaríamos diciendo que en esta Argentina los
jubilados le ganaron a la inflación. Pero ustedes la suspendieron.
Este proyecto no tiene ningún tipo de
razonabilidad jurídica ni sustentabilidad económica. Pero tampoco es
transparente, dado que nadie ‑salvo el funcionario de turno‑ puede
calcular con su lapicera cómo es la fórmula, porque ustedes la van a tocar en
el caso de que no les dé.
Por eso, para cerrar y ser correcta
con mi tiempo, creo que debiéramos bautizar a esta norma como la ley de la
inmovilidad e inmoralidad jubilatoria, porque lo único que ustedes están haciendo
hoy acá es recortar a nuestros jubilados, quitarles presente pero también
quitarles futuro.
Señores diputados: el año 2020 ya es
de ustedes, ya es de Alberto Fernández. Dejen de mirar el pasado, ya no pueden
hablar de la herencia. Las consecuencias de este año son de lo que ustedes
hicieron y de las decisiones que ustedes tomaron. Esta es la Argentina que
estamos viviendo y esto es lo que ustedes vienen a votar: recorte a nuestros
jubilados en la Argentina. (Aplausos.)
Sr. Presidente
(Casaretto).- Tiene la palabra la señora diputada Landriscini, por Río Negro.
Sra. Landriscini.- Señor presidente:
la señora diputada preopinante me ha dado argumentos para expresar que este no
es un tratamiento que nos dé vergüenza. No venimos a robar ni a quitarles el
presente o el futuro a los jubilados.
La fórmula de movilidad previsional
que se está proponiendo y que cuenta con sanción del Senado tiene dos factores
centrales que se deben resaltar. Por un lado, la relación con el movimiento de
los salarios, que tiene que ver a su vez con el movimiento de la economía, con
el reflejo del mercado de trabajo, y toma el indicador RIPTE como el reflejo
del mercado de trabajo formal, el mejor pago y el de los aportes previsionales
seguros.
En segundo lugar, quiero señalar que
el otro elemento proviene de los ingresos tributarios que se ponen a
disponibilidad para poder garantizar la mejora de los haberes jubilatorios y de
las pensiones, tanto contributivas como no contributivas.
El sistema de seguridad social tiene
que ver con la protección. Así, este gobierno busca el crecimiento económico
con desarrollo. La única forma de tener desarrollo es contando con equidad y
con un sistema integrado de seguridad social y de protección. Ahí está el eje
de nuestra cuestión.
Los ingresos de la recaudación que
tendrá la ANSES, que provendrán del crecimiento de la economía, el empleo y los
ingresos tributarios, también van a ser objeto de nuestro estudio y de nuestra
modificación. Vamos por la
reconstrucción de una sociedad salarial y de una sociedad que integre, que
incluya, que achique las diferencias y las asimetrías entre los que más cobran ‑sean
activos o pasivos‑ y los que menos ingresos tienen dentro del sistema.
Por lo
tanto, cualquier fórmula de movilidad responde a un contexto macroeconómico.
Pregunto a los diputados opositores que han hablado de cuestiones tales como
“la necesidad de una democracia seria” o de que “esto es un genocidio en
términos de sustentabilidad previsional” si pueden hacer un mea culpa respecto de lo que hicieron
con el mercado de trabajo y con los ingresos de los asalariados y de los
jubilados y pensionados en años anteriores. No pusieron en marcha un modelo
macro para el crecimiento con desarrollo y equidad, sino justamente políticas
de desregulación del mercado de trabajo que debilitaron las paritarias. En
consecuencia, cualquier aumento jubilatorio que tuviera relación con el RIPTE o
con los salarios implicaría un deterioro, reflejo del deterioro de lo que
mostraban los salarios en el mercado de trabajo, buscando flexibilidad laboral,
tercerización, subcontratación y precarización.
Nosotros
vamos por una sociedad en la que se reduzca la informalidad, en la que mejore
la producción y el empleo, en la que mejore la recaudación en blanco y que no
genere la fuga de divisas a guaridas fiscales. Vamos por la equidad; no venimos
a robar a nadie, sino que de verdad nos preocupan nuestros jubilados. No
hacemos solamente discursos; ponemos en práctica las políticas que nuestro
presidente y nuestra vicepresidenta establecieron para salvarnos de la
pandemia. En este sentido, también revindico al ministro “Ginés”, por la
política sanitaria que puso en marcha en estos meses en nuestro país.
¿Qué
habría sido de todos nosotros y todas nosotras y de nuestros jubilados si
hubiera seguido en marcha la política neoliberal de desregulación en todos los
mercados, así como también en la salud y en la educación?
Sr. Presidente (Casaretto).- Tiene la palabra el señor
diputado De Lamadrid, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. De Lamadrid.- Señor presidente: a un año de asumir
el gobierno, ha quedado claro que el presidente de la Nación ha mentido en
todos los temas durante todo el año. Y ha quedado claro que es un presidente
testimonial, un presidente de la boleta, y que es como el Pastor mentiroso.
Ha
mentido; dijo que iba a ser un presidente que iba a rescatar el valor de la
palabra y su eslogan de campaña era “para todos”, pero quedó claro que los
jubilados no forman parte de ese todo. En la campaña prometió aumentarles el 20
por ciento, dijo que no iba a pagar los intereses de las Leliq y que no se iba
a endeudar para atender la cuestión de los jubilados.
Ahora
bien, ¿qué dice la realidad? Que pagó intereses de Leliq como nadie antes y que
se endeudó por 21.000 millones de dólares en un año, además del desastre
sanitario al que nos ha llevado y además de ser responsable de una crisis
económica única en el mundo producto del desmanejo, la improvisación, la falta
de rumbo, la mentira, el cinismo líquido de decir un día una cosa y a los dos
minutos arrepentirse.
Pero el
presidente dijo también que iban a tener que ganar menos los que habían ganado
más durante tanto tiempo en la Argentina. La verdad es que la realidad indica
que van a ganar menos los que ya venían ganando menos, es decir, los jubilados.
El desprecio por los jubilados es una constante del kirchnerismo; el problema
que tiene el kirchnerismo con los jubilados lleva años y tiene una gran
coherencia temporal.
Cuando
en 1991 asumieron en Santa Cruz, les bajaron un 15 por ciento a los activos y
pasivos; cuando se sustrajeron y fugaron los fondos de Santa Cruz, que luego
cobraron, dijeron que era para resolver el problema de los jubilados. ¡Minga
los jubilados! Vetaron el 82 por ciento móvil por decreto, les congelaron la
movilidad con la emergencia y les destrozaron la seguridad salarial. Los
mandaron a hacer cola para cobrar la jubilación en plena pandemia, mientras
decían que los que salían a marchar eran el “no pueblo”.
Pero
hay más todavía: quieren vacunarlos con una vacuna que, en el mundo, se sabe
que no brinda seguridad ni ha terminado la fase 2, ni hablar de la fase 3.
Eso sí,
Cristina quiere seguir cobrando las dos jubilaciones, la de ella y la del
expresidente. Y hay más: defienden que Boudou ‑quien fue condenado por
robar a los argentinos‑ siga cobrando la jubilación de privilegio y,
además, en forma retroactiva. Imagínense lo que están pensando los que cobran
la mínima y encima ahora van a cobrar el 42 por ciento menos. Para los
jubilados hay ajuste, ajuste y más ajuste.
Pero el
gobierno tiene plata para algunas cosas. Por ejemplo, tiene plata para condonar
la deuda a Cristóbal López, hacerle una moratoria y un traje a medida; tiene
plata para el presidente del bloque del oficialismo, Máximo Kirchner, para que,
si quiere, pague una moratoria como se le da la gana y si no, que no la pague.
Hay plata para darles subsidios a los presos en la Argentina, pero no hay plata
para los jubilados. Hay plata para la reforma judicial, hay plata para las
usurpaciones, para las tomas, para Moyano, para Biró, para Grabois.
Queda
demostrado que al gobierno no le interesan ni los niños, ni los jóvenes, ni los
abuelos. Ninguno de ellos está en la agenda; están invisibilizados. Hemos sido
el único país en el mundo que ha transcurrido todo el año sin clases.
Con
todas estas medidas, despreciamos y llevamos a esta situación a los jubilados,
en pandemia. Si había un grupo que necesitaba ser atendido, que sus recursos
fueran reforzados, que los medicamentos les fueran garantizados, que la vida
les fuera más fácil, era el grupo de los jubilados. Pero nada, todo al revés;
no hay política ni proyecto de país.
El
oficialismo, sus aliados y el sindicalismo feudal defienden como una causa de la
Nación la demolición institucional de la vicepresidente; defienden la búsqueda
del poder absoluto. Y así gobiernan.
¿Qué
han hecho respecto del tema de los jubilados? Tan solo ahorrar, porque lo único
que vieron para ellos fue la posibilidad de desplazar y diferir la situación de
los jubilados, pateándola para adelante y ahorrando a costa de los jubilados.
El problema de la pobreza en el mundo ‑ya termino, presidente‑ no
es la mala educación ni la indolencia, sino que su causa fundamental en la
Argentina ‑que este gobierno ahonda‑ son los malos salarios, los
bajos salarios, los salarios denigrantes. Esto es hacia lo que nos está
llevando el gobierno.
No hay
plan, gobierna Cristina y tenemos un presidente que está en vilo, como están en
vilo las instituciones y como está en vilo todo en la Argentina debido una
vicepresidente que quiere salvarse, porque sabe que si no concreta su plan, su
destino es la cárcel o el exilio. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Casaretto).- Tiene la palabra la señora
diputada Mendoza, por Buenos Aires.
Sra. Mendoza.- Señor presidente: para empezar, tengo
que decir que me parece que en este Parlamento tenemos un problema con la realidad
si no le decimos a la gente de qué se trata esto: como se intentó varias veces
en la Argentina y se hizo en otros gobiernos, se trata de sacar la plata del
bolsillo a los jubilados. Esto es un saqueo, no tiene otro nombre.
No son
mis palabras, sino las del actual gobernador de la provincia de Buenos Aires en
2017, cuando votábamos una fórmula jubilatoria que ataría las jubilaciones a la
inflación, es decir, que garantizaría que los jubilados de allí en adelante no
perdieran contra la inflación. Si aplicamos estas palabras a la actualidad,
creo que es así, que tenemos un problema si no vemos la realidad de lo que
estamos tratando hoy en este recinto.
Quiero
contar brevemente a los jóvenes que están afuera esperando que el Senado
convierta en ley algo que tiene que ver con la ampliación de derechos que,
paradójicamente, lo que estamos tratando en la Cámara de Diputados se relaciona
con un recorte de derechos.
Lo que
nos propone hoy el oficialismo es votar una fórmula jubilatoria que ya no esté
atada a la inflación. Es decir, a partir de esta fórmula tus viejos o tus
abuelos van a perder capacidad de compra. Cualquiera podría decir “cómo puede
ser, unos dicen que ajustan y los otros responden diciendo que no ajustan”. A
veces, las cosas sí dependen de la perspectiva o del lugar desde donde se las
mire, pero en este caso no es así porque tenemos datos.
Este
año, el gobierno nacional suspendió la fórmula de 2017 –repito, atada a la
inflación- y, por lo tanto, les sacó del bolsillo a los jubilados 100.000
millones de pesos. Es decir, si sos jubilado, tu laburo de toda la vida de
repente quedó atado a la voluntad del que te gobierna. A mí eso me parece una
ofensa, mucho más, teniendo una ley que fue suspendida.
Entonces,
digamos las cosas por su nombre. Les quitaron sus derechos y ahora vienen a
redoblar la apuesta. Con la fórmula de 2017, todos los jubilados, sin importar
su categoría, hubieran recibido un aumento por ley -no por decreto- del 42 por
ciento. Con el aumento por decreto del presidente, o los aumentos por decreto,
recibieron un incremento entre el 24 y el 35 por ciento, dependiendo del haber;
o sea, perdieron.
Con
esta fórmula van a seguir perdiendo, pero no nos equivoquemos al pensar que
solamente pierden las jubilaciones. También pierde el resto de las asignaciones
que está atada a la fórmula jubilatoria. Por ejemplo, la Asignación Universal
por Hijo, que perdió contra la inflación en 2020. Esto también impacta en los
trabajadores autónomos de los sectores más perjudicados por la contracción de
la economía en 2020, y en los investigadores científicos y docentes
universitarios. Qué paradoja que un gobierno de científicos ajuste a los
científicos.
Señor
presidente: vengo de una generación que cree en el diálogo, en el consenso y en
la transversalidad, pero a veces, cuando se está mintiendo, hay que ser claros.
Porque ser moderado no es ser tibio, es simplemente decir las cosas cuando hay
que decirlas. Creo que no hay nada peor que minar los puentes del desarrollo,
que se construyen con diálogo, con mentiras azucaradas, con relato. Entonces,
tampoco nos hagan creer que se construye en base a divisiones porque no es así;
pero cuando se está mintiendo hay que ser claros, firmes y contundentes.
Es
importante que en este recinto se hable con la verdad. Se lo debemos, sobre
todo, a los jubilados. Sin embargo, de alguna manera intentan distraernos
porque mientras se debate una cosa en el Senado, acá se debate otra. Permítame
decir, señor presidente, que eso tiene vuelo corto; eso es subestimar a los
argentinos, porque esta reforma se va a notar en el bolsillo y no va a haber
relato que la tape. Además, los jóvenes algún día nos vamos a jubilar y la
verdad es que si seguimos ahorrando con la plata de las cajas previsionales no
hay futuro posible.
Acá lo
que nos debemos urgentemente, como ya dijo algún diputado preopinante, es una
reforma estructural del sistema previsional que nos permita tener horizonte.
Basta de relato, hablemos en serio de una vez por todas.
Para ir
concluyendo, hay una vieja fábula que habla del engaño. Me refiero a la fábula
del lobo y la oveja. Cuenta la fábula que el lobo ve a la oveja en un lugar
donde no la podía cazar, donde no la alcanzaba, y le dijo que baje, porque
donde estaba él, el pasto era más rico y verde. Entonces, la oveja le
respondió: “yo sé que no me estás invitando a comer a mí, sino a ti mismo, siendo
yo tu propio plato”. La moraleja de esta fábula es la siguiente: conoce siempre
a los malvados para que no te atrapen con sus engaños. Nosotros sabemos bien quiénes
son los malvados, no vamos a dejarnos engañar.
El
relato es especulación, es pura especulación y mentira permanente. El relato
disfraza con piedras la falta de argumentos y su poco apego a la democracia. De
alguna manera, es como si tuvieran alergia al desarrollo, y eso es lo que
nosotros vamos a combatir.
Todo
esto es para la tribuna, es show, es márketing. Realmente, empiezo a
pensar que todas las críticas que mantuvieron y sostuvieron durante cuatro años
eran, en algún sentido, una proyección de la propia personalidad de este
gobierno.
Señor
presidente: quizás seamos la oveja, pero vamos a ser la oveja negra, la que no
se calla. Sabemos muy bien dónde está el lobo, en este caso. El lobo es el
relato. Lamentablemente, parece que el único plan que tienen es el ajuste. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Casaretto).- Tiene la palabra el señor diputado
Iglesias, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Iglesias.- “Siento que he cumplido todo lo que he
propuesto en la campaña. La única tranquilidad que tengo es que no he
defeccionado nada de lo que dije durante la campaña.” Esta es una frase de ayer
increíble, ridícula y absurda de nuestro presidente, el virrey Alberto
Fernández, dicha ante la televisión impúdica.
El 29
de julio de 2019, en “Pasquín 12”, un medio que no me deja mentir, Alberto
Fernández dijo: “Macri apagó el consumo y mató la economía. ¿Cómo se resuelve?
Poniendo plata en los bolsillos de los que trabajan y de los jubilados. El 10
de diciembre voy a aumentar 20 por ciento las jubilaciones. Entre los bancos y
los jubilados, elijo a los jubilados.” Alberto Fernández, julio de 2019. (Aplausos.)
Iban a pagar
con los intereses de las Leliq, 20 por ciento el primer día de gobierno, sin
pandemia, sin vaso, sin agua. Repito: se hablaba de un 20 por ciento de
aumento, a pagar con los intereses de las Leliq.
¿Cómo
le fue a este muchacho, cuya única tranquilidad es que no ha defeccionado nada
de lo que dijo durante la campaña? El pago de los intereses de las Leliq, el
stock de las Leliq, más que se duplicó; está llegando a triplicarse. Es ya el
108 por ciento de la base monetaria, y el pago de los intereses de las Leliq,
va a rondar el billón –con be larga- y medio, duplicándose el año que viene.
Entre
los bancos y los jubilados, ¿a quién eligió nuestro presidente que no
defeccionó nada? ¿A quién eligió cuando están tomando deuda para calmar un poco
al dólar, que no termina de calmarse y sigue corcoveando, tomando deuda al 16
por ciento en dólares de rendimiento? Batieron el récord de la época de De la
Rúa, muchachos.
¿A
quién eligen cuando liquidan los activos del Fondo de Garantía de
Sustentabilidad en dólares? Nadie vende dólares. El príncipe “Maximino dolce
far niente”, al que no veo por acá, no vende sus activos en dólares. La reina
Cleopatra no vende sus activos en dólares. ¿Cuáles activos en dólares venden
los que dijeron que iban a elegir a los jubilados y no a los bancos? Los de los
jubilados. Los están rematando para calmar el contado con liquidación.
Me
pregunto: ¿eligieron a los jubilados cuando voltearon nuestra fórmula de
actualización, a la que le habían arrojado catorce toneladas de piedra con el
“Club del Helicóptero”?
Muchachos,
hablamos de 100.000 millones de pesos de ahorro en un año. Nuestra fórmula, a
pesar del retroceso, protegió mejor que la que existía durante esos dos años.
Está perfectamente demostrado, es matemática. Cuando debía pagar, porque era
una fórmula ajustada por inflación, como corresponde, como se hace en todos los
países serios, ustedes la cortaron.
Por eso,
en vez de darles una actualización del 42 por ciento, lo que les correspondía a
los jubilados este año, dieron un 24 por ciento a un grupo y un 35 por ciento a
otro. De esa forma se ahorraron 98.000 millones de pesos. Esto se llama ajuste,
muchachos. Repitan conmigo: a-jus-te. Escríbanselo en el pizarrón al
presidente, que se enorgullece de no haber hecho nada. (Aplausos.)
Miren
dónde estamos, muchachos... Reivindican a Ginés González García, cuando están
aplicando una vacuna que no tiene terminada la Fase II. ¡La Fase III ni la
sabemos! Se la están aplicando sin tener siquiera la Fase II. Hablamos de una
vacuna que solamente dan en los países totalitarios del planeta. Es vergonzoso.
Trajeron 300.000 dosis para vacunar a 150.000 personas en un país de 45
millones de habitantes. Es una vacuna ridícula que no sabemos si sirve o no
sirve, y que ni siquiera está aprobada. Es una vergüenza, un desastre
económico.
Rápidamente
voy a citar algunos datos: 40.000 pymes cerradas, 90.000 locales comerciales
cerrados y la pobreza está llegando al 50 por ciento. Van a batir el récord de
Duhalde; pobre Camaño, pobre Duhalde, pobre De Mendiguren, que les arrebatarán
el récord que ya tenían. Hubo 1.680.000 empleos perdidos, de los cuales 240.000
fueron en el primer trimestre, sin pandemia. Y nos dicen que aumentamos la
pobreza. Nosotros nos hacemos cargo, de 32 a 35 por ciento son 3 puntos
porcentuales; ustedes la llevaron al 50 por ciento solo en un año, con 15
puntos porcentuales.
Siguen
hablando... Hubo 43.000 muertos. A la diputada que habló antes y preguntó qué
habría pasado si gobernaba Macri, le contesto con una frase del presidente: “Si
gobernaba Macri, hubiéramos tenido 10.000 muertos”, y vamos por los 43.000.
Este es
el peor gobierno de la historia: desastre económico, desastre sanitario,
desastre educativo, con todo cerrado durante un año, y lo único que saben hacer
bien es un plan de impunidad y un ajuste a los jubilados. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Casaretto).- Tiene la palabra el señor
diputado Martínez, por Santa Fe.
Sr. Martínez.- Señor presidente: el artículo 180 de
nuestro reglamento dice: “Son absolutamente prohibidas las alusiones
irrespetuosas y las imputaciones de mala intención o de móviles ilegítimos
hacia las Cámaras del Congreso y sus miembros.” Por su parte, el artículo 185
señala: “Un orador falta al orden cuando viola las prescripciones de los
artículos 180 y 181 cuando incurre en personalizaciones, insultos o
interrupciones reiteradas.”
Sr. Wolff.- Pido la palabra, señor presidente...
Sr. Martínez.- Señor presidente: venimos a dar todos
los debates a esta Cámara con el respeto de siempre; pero no vamos a permitir
que se falte el respeto a cualquiera de los integrantes de nuestro bloque, ni a
la persona que lo preside.
-
-
Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Comisión de Asuntos
Constitucionales, doctor Pablo Gerardo González.
Sr. Martínez.- Me parece que en dos de los tres
últimos discursos incurrieron en eso, diciendo exactamente lo mismo.
Pido
que, en el marco de lo que dice nuestro reglamento, volvamos a traer este
debate al cauce que no deberíamos haber perdido, porque al fin y al cabo en
lugar de tratar de que los trolls se
parezcan a los diputados porque tenemos argumentos mejores, los diputados
terminemos hablando como los trolls. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (González).- Señor diputado Iglesias: ¿usted solicitó
oportunamente una interrupción al señor diputado Carro?
Sr. Iglesias.- Solicito la palabra para pedir
disculpas, señor presidente.
-
-
Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr.
Presidente (González).- Voy a ceder la palabra al señor diputado que
sigue en la lista de oradores, y eventualmente este le concederá la
interrupción.
Sr. Wolff.- Solicito la palabra para plantear una
cuestión de privilegio, señor presidente.
-
-
Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr.
Presidente (González).- Las
cuestiones de privilegio, según se acordó en la reunión de la Comisión de Labor
Parlamentaria, se realizarán al final de la sesión.
Sr. Wolff.- Lea el reglamento, señor presidente.
-
-
Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr.
Presidente (González).- Eso es
lo que se acordó en la reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria, señor
diputado.
Conforme
la lista de oradores tiene la palabra el señor diputado Carro, por Córdoba. ¿Le
concede una interrupción al señor diputado Iglesias?
Sr. Carro.- No, señor presidente. Me toca hablar,
y no voy a concederle la interrupción; que lo haga algún miembro de su bloque,
mucho menos cuando su intervención está dedicada exclusivamente a insultar a
nuestros compañeros de bloque y a las autoridades de nuestro gobierno. (Aplausos.)
El
diputado preopinante tiene un combo que se repite de sesión en sesión: tira
unos datos y luego, insultos y agravios permanentes, como si existiera alguna
relación. De nuestra parte no va a recibir agravios ni insultos, pero sí datos,
porque le gusta mucho dar datos, aunque parece que se ha olvidado de los
importantes.
Durante
la fórmula que tuvimos desde 2008 a 2017, los jubilados recuperaron su salario
en un 25 por ciento por sobre la inflación. (Aplausos.)
Ese dato se le olvidó al diputado preopinante; también se le olvidó que
durante los dos años en que estuvo la fórmula de Macri perdieron casi 20
puntos.
Voy a
compartir otro dato; si la fórmula hubiera sido la que aprobó e impulsó el
gobierno de Macri, desde 2008 hasta ahora, los jubilados hubieran ganado cero
por arriba de la inflación. Esa es la verdadera situación.
Por
eso, lo importante es dedicarnos a la discusión política, que es lo que tiene
valor aquí. Esta es la clave; no hay leyes que resuelvan los problemas de
nuestra gente, en todo caso, las leyes son herramientas para el desarrollo de
una política pública. Este es el punto, y la comparación que quisiera hacer, en
este tiempo que me queda.
Durante
el gobierno de Macri no solo modificaron el cálculo de los haberes jubilatorios,
sino que les quitaron los medicamentos y liberaron las tarifas, que aumentaron
enormemente. Además, liberaron el mercado de cambios, entraron capitales, aprovecharon
la especulación financiera y se llevaron la guita a través de la bicicleta
financiera. ¿Eso no es importante? También durante los cuatro años del gobierno
de Macri cerraron 25.000 pymes. ¿Saben por qué? Porque abrieron las
importaciones de manera indiscriminada, desregularon capitales, hubo fuga de
capitales y cerraron pymes. Esa es la situación que nos dejó el gobierno de
Macri.
Esto es
justamente lo que nosotros venimos a cambiar. Hace pocos días nuestra
vicepresidenta dijo: “Lo que nosotros venimos a hacer es a cambiar la política
económica que tenía el gobierno de Macri”.
Por eso,
decimos con absoluta claridad que necesitamos alinear los precios, los
salarios, las jubilaciones y las tarifas para volver a un círculo virtuoso,
apostando al mercado interno, controlando las importaciones, cortando el
ingreso de capitales especulativos, ayudando a las pymes con créditos e
impulsando de vuelta los medicamentos. Nuevamente, tenemos un PAMI y una ANSES
que se ocupan de los jubilados. Ese es el cambio central que venimos a
plantear.
Pero no
hay suerte y no hay salida para los jubilados si los trabajadores están mal. Lo
sabemos bien: si los jubilados están mal los trabajadores estamos mal; si los
trabajadores estamos bien y cobramos buenos salarios, los jubilados cobran
buenos salarios. Y eso ocurre si a las pymes les va bien, si hay buenos presupuestos
educativos y buenos presupuestos en salud, porque lo que vale es el modelo
político y económico que se lleva adelante.
Nosotros
impulsamos un modelo económico para los 45 millones de argentinos, con laburo
para todos. Si los argentinos tienen laburo de calidad, entonces, hay muy buena
recaudación impositiva. Y si hay recaudación impositiva mejora la situación de
los jubilados. Me parece que este es el punto. Esta es la enorme diferencia.
Si
quieren discutir datos, hagámoslo, no tenemos problema; si quieren discutir
políticas, discutamos políticas, pero los insultos y los agravios me parece que
carecen de argumentos. Como no tienen argumentos, insultan y agravian. Nosotros
tenemos datos para dar, tenemos argumentos para defender, y les puedo asegurar
que el año próximo los jubilados tendrán aumentos por encima de la inflación y
un mejor bienestar, si todos los argentinos tenemos un mejor bienestar.
Eso
solamente se logra con mercado interno; se logra con mejores salarios; se logra
poniéndole plata en el bolsillo a los jubilados; se logra involucrando a
trabajadores, pero también a estudiantes, porque las becas Progresar o los
planes de vivienda salieron de los recursos que la ANSES ponía al servicio de
toda la sociedad.
Queremos
una sociedad integrada y que los jubilados estén bien, al igual que los
trabajadores, los estudiantes, la juventud y todas las familias, porque
apostamos a un país para los 45 millones de argentinos. (Aplausos.)
Sr. Presidente (González).- Tiene la palabra la señora
diputada Carrizo, por Córdoba.
Sra. Carrizo.- Señor presidente: he seguido las
discusiones del día de hoy en este Parlamento y recuerdo ‑es inevitable‑
que hace tres años, un 18 de diciembre, pusimos en discusión la reforma de la cláusula
de movilidad jubilatoria.
Lamentablemente,
ese día en la plaza y dentro de este recinto el sistema patoteril quiso ganarle
a la democracia como modo de vida. El saldo fueron ciento setenta heridos y
millones de pesos que el Estado debió gastar para reparar esa hermosa plaza.
Hoy los artífices, los gestores de esa situación, callan disciplinadamente. Se
trata de un silencio que aturde, son cómplices del peor ajuste a los jubilados,
y nada dicen.
Nuevamente,
estamos llevando nuestro país al reinado de la incertidumbre, cambiamos las
reglas y otra vez traemos inseguridad jurídica.
En este
sentido, un trabajador que logró jubilarse en 2005, al día de hoy vio cuatro
veces modificado el cálculo de sus ingresos. Por lo tanto, la idea de refundar
la Argentina, cada vez que cambia un gobierno, arroja saldos claramente
negativos. Sin embargo, el presidente de la Nación sigue obstinado en no buscar
los consensos, sino en generar nuevamente la imposición.
Tal
como lo manifestaron muchos de los diputados que me antecedieron en el uso de
la palabra que no son de mi partido, se trata de un sistema previsional
deficitario, que abarca el 40 por ciento del gasto del presupuesto nacional. A
ello debemos sumar el envejecimiento poblacional, la falta de activos que alimenten
el sistema, la mayor cantidad de desocupación e informalidad, las cajas
provinciales -la mayoría deficitarias-, las sentencias jubilatorias que se
deben pagar y también, un contexto inflacionario al que ningún partido político
ni ideología que gobernó este país pudo poner fin desde hace décadas.
Entonces,
es hora de que seamos realistas. El proyecto del oficialismo, que claramente
trata de imponer aquí los números, no viene a beneficiar ni a superar
absolutamente nada, porque se olvida nada más y nada menos que de la inflación;
por más que no quieran nombrarla y quieran guardarla debajo de la alfombra o
modificar algunos índices -como quisieron hacerlo en el pasado-, no puede esconderse.
En tal
sentido, la inflación nos marca la capacidad real de la economía, cuánto valen
nuestros ingresos y también para cuánto nos van a servir. Lamentablemente, el
proyecto desconoce este aspecto y por eso se genera este ajuste tan brutal para
nuestros jubilados.
Por
esta razón, en un contexto de inflación constante y de una devaluación brutal
de la moneda argentina, deberíamos generar otra manera de enfrentar esta
realidad, creando puentes y brindando mayor tranquilidad.
-
-
Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente 1º de la Honorable Cámara, doctor
Omar De Marchi.
Sra. Carrizo.- Considero que al fracaso manifestado por
algunos dirigentes políticos en este recinto debemos transformarlo en
oportunidades para buscar y abrazar transversalmente la causa de los jubilados
y de una vez por todas, poner fin a un sistema que -por más que le pongamos
maquillaje- no es ni sostenible ni solidario.
Señores
diputados del oficialismo: los invito a que llenen de contenido sus clásicos
eslóganes de la justicia social y de la equidad, y no aprueben este proyecto de
ley porque detrás de cada medida hay personas que tienen memoria. Este es un
año que vamos a recordar, no solo por la pandemia, sino por el brutal ajuste a
nuestros jubilados.
Sr. Presidente (De Marchi).- Muchas gracias, señora
diputada.
Tiene la
palabra la señora diputada Ruarte, por Córdoba.
Sra. Ruarte.- Señor presidente: no puedo dejar de
manifestar mi profundo pesar porque finalizamos este año tratando un proyecto
de ley que debió haber sido para saldar la deuda que tenemos con nuestros jubilados,
quienes desde diciembre de 2019 la han pasado muy mal.
Quisiera
referirme a algunas consideraciones vinculadas con el contexto. En primer
término, no es casualidad que hoy ambas Cámaras estemos tratando dos proyectos
muy sensibles para nuestra sociedad a dos días de terminar el año.
La
Cámara de Senadores está debatiendo un proyecto que involucra a personas
indefensas y vulnerables, a aquellos que no nacieron. En nuestro caso,
discutimos una iniciativa que afecta a aquellos que terminaron su vida de
actividad laboral de muchos años y que ahora, transitan el camino del descanso
que les permite disfrutar de otros pasatiempos. Sin embargo, no será así porque
el gobierno liderado por el presidente Alberto Fernández les ha recortado el
sueldo y cercenado el derecho que tenían de percibir sus haberes con un aumento
del 42 por ciento, que hubieran recibido de seguir con la ley de movilidad
jubilatoria que teníamos en aquel momento.
Todo esto resulta llamativo porque fue
una promesa de campaña del presidente Alberto Fernández, quien se llenó la boca
diciendo que la recomposición de las jubilaciones iba a ser de un 20 por ciento
de aumento, algo que realmente no cumplió.
Entonces,
frente a estas mentiras, me pregunto por qué debemos pensar que enviaría una
fórmula superadora, o por lo menos, igual de beneficiosa que la que ya
teníamos. Claramente, esto ha sido un ahorro que quiso hacer el gobierno
nacional y ha alcanzado su objetivo.
Quiero
detenerme en todo lo que realmente resulta perjudicial para los jubilados, ya
que en este recinto el oficialismo dice lo que ella quiere y cuando ella
quiere. Y digo “cuando ella quiere” porque a dos días de terminar el año envía
un proyecto que se sabe que cuenta con los votos afirmativos, porque ya compró
voluntades y muchos diputados aquí presentes sienten temor de no acompañarlo,
ya que luego verán cercenados los recursos que deben enviarse a las provincias
para asegurarles su gobernabilidad. Digo esto porque pasó hace años atrás,
cuando gobernaba el matrimonio de la monarquía.
En
segundo lugar, no es casual que hoy no haya manifestaciones frente al Congreso,
ni piedras, ni botellas, ni bombas de estruendo o morteros, ni tampoco gente
derribando vallas o causando disturbios. El pueblo argentino sabe bien quién
organizaba todos esos disturbios y atropellos; no hace falta que nosotros se lo
digamos porque -como dice el refrán‑ a buen entendedor, pocas palabras.
Cuando
ustedes gobiernan, si al pueblo no le gusta algo lo manifiesta desde el
respeto, pero cuando gobierna algún otro las manifestaciones son con violencia
y atropellos.
Para
finalizar, pido que dejen de llenarse la boca diciendo que nuestro gobierno
endeudó a los jubilados con los créditos ANSES, ya que ellos fueron creados por
el gobierno de la señora Cristina Fernández de Kirchner. Ustedes los crearon y
nuestro gobierno lo único que hizo fue mejorarlos, depositando el efectivo en
las cuentas de cada uno de los jubilados para que compraran donde quisieran,
liberándolos de intermediarios. Con eso logramos que muchos jubilados no se endeudaran
con entidades crediticias privadas, pagando altos costos de interés.
Nadie
obligó a ningún jubilado a sacar crédito. Esta decisión que tomaron de no
descontárselo es una decisión política y una medida populista, a la cual ustedes
están acostumbrados. Y lo hacen porque con la ley de emergencia que sancionaron
en diciembre del año pasado suspendieron la movilidad que estaba vigente en ese
momento. Al cercenarles el aumento que hubieran percibido los jubilados, si
encima les descontaban las cuotas, a ustedes se les venía la noche. Esa es la
verdadera razón por la que no se las han descontado.
Una vez
más, el kirchnerismo atropella a los adultos mayores que durante años trabajaron
y disfrazan de victoria un lamentable ajuste. La norma que hoy se pretende
sancionar carece de transparencia y de previsibilidad. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra la señora
diputada Regidor Belledone, por Corrientes.
Sra. Regidor Belledone.- Señor presidente: me pregunto qué estamos
debatiendo hoy en esta Cámara. ¿Acaso un proyecto de movilidad que reconoce y
recompondrá lo que se perdió todo este año en el sector de jubilados y
pensionados? ¿Un proyecto de movilidad que garantice a los jubilados no seguir
perdiendo más poder adquisitivo? Claramente, no.
En
realidad, este proyecto de ley no solo afecta a pasivos sino también a los
beneficiarios, por ejemplo, de asignaciones familiares, AUH, prenatal,
pensiones no contributivas para madres de siete hijos, pensiones por discapacidad,
pensiones a nuestros héroes excombatientes de Malvinas o pensiones para el
adulto mayor; es decir, un universo de más de 18 millones de argentinos.
Quiero
recordar que fue en 2016 cuando un gobierno al que tanto les gusta criticar
otorgó por ley la movilidad no solo a los pasivos, sino también a todo ese
enorme universo de beneficiarios argentinos. Fue en ese mismo año, 2016, cuando
un gobierno puso la mirada en el sector pasivo y encaró un programa de
reparación histórica para nuestros jubilados, que venían cobrando su haber
jubilatorio muy por debajo de lo que les correspondía. Muchos de ellos estaban
judicializados, pero también muchos murieron en la espera del reconocimiento y
pago efectivo de un haber digno, conforme a los treinta o más años de aportes
que realizaron a un sistema jubilatorio que los había estafado. Con este
programa de reparación histórica se vio beneficiado 1.353.000 jubilados. Con
esta medida se pudo reducir a un 50 por ciento el número de demandas.
¿Por
qué traigo esto a colación? ¿Por qué lo estoy diciendo? Porque si lo que hoy
acá estamos tratando se convirtiera en ley, no solo sería una muy mala noticia
para todo este sector de más de 18 millones de argentinos, sino que los
jubilados y pensionados se verían inevitablemente forzados a una
judicialización.
En este
punto, es necesario tener presente cuánto han perdido ya nuestros jubilados en
este año 2020: entre 1.000 y 18.000 pesos por mes. Para ellos, es mucho. Esto
es lo que han perdido con los aumentos por decreto que otorgó el Poder
Ejecutivo, cosa que no habría sucedido si hubiera seguido vigente la ley de
movilidad.
Sin
embargo, hace un año, quien asumía la Presidencia de la Nación decía que esta
fórmula del gobierno de Cambiemos era impagable. Y aquí mi colega misionero, el
diputado Luis Pastori, mostró el diario que en diciembre publicaba ese titular
en el que el presidente decía que esta fórmula no se podía pagar.
A un
año, pudimos comprobar cómo se llevó adelante un brutal ajuste en el sector más
vulnerable de la población. Con este ajuste, el gobierno se ahorró más de
100.000 millones de pesos. Ahora, ¿era necesario hacerlo con ellos, con
nuestros jubilados? Pienso que no.
Esta
fórmula que nos propone el oficialismo los condena a un ajuste aún mayor. Se
estima en un 20 por ciento la pérdida del valor adquisitivo de los jubilados y
pensionados, todo esto de acuerdo con estudios hechos por consultoras privadas
y el REM del Banco Central para 2021.
No voy
a acompañar este proyecto, cuya fórmula no tiene a la inflación como una
variable anticíclica para mantener los haberes jubilatorios con valores reales,
dando mayor estabilidad en ciclos recesivos, y para que nuestros jubilados no
sigan perdiendo aún más poder adquisitivo.
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra la señora
diputada Siley, por Buenos Aires.
Sra. Siley.- Señor presidente: con las alocuciones
que estamos escuchando, una vez más queda bien clara esa intención ‑forzosa
ya‑ de desconocer la historia por parte de los sectores que representan
intereses de los poderosos.
¿Realmente
creerán que la gente no tiene memoria? ¿Realmente creerán que la sociedad
argentina, que los jubilados y las jubiladas, que nuestros abuelos, que
nuestros viejos, nuestras viejas, las personas mayores, se olvidaron lo que
ustedes hicieron durante los cuatro años de macrismo? No se olvidaron, y no se
van a olvidar. Y es bueno que nos hagamos cargo.
No
comparto esa visión de que toda la dirigencia política fracasó o fracasará.
Esas visiones apocalípticas nos llevan al lugar donde lo único que fracase sea
la democracia: que la gente deje de creer, que deje de confiar, que los jóvenes
no militen, que no haya participación.
Efectivamente,
siempre hay que hacer historia y, como dirigentes políticos, siempre debemos
recordarla; porque la gente se acuerda, y así lo expresa, no solamente en las
urnas cada dos años sino también cuando se vuelca a militar, cuando se vuelca a
las calles, cuando reclama y cuando protesta. (Aplausos.) Ahora estamos en medio de una pandemia, y estamos acá, a
pesar de la pandemia, haciéndonos cargo una vez más.
Consulté
con trabajadores, con compañeros como los del gremio SECASFPI, especialistas en
esta materia previsional, y realmente quisiera recordar y enumerar todas las medidas
que, en el marco de una pandemia mundial que causó recesión en las principales
economías del mundo, tomó el gobierno de Alberto Fernández y de Cristina
Fernández de Kirchner. Quisiera apuntalarlas y enumerarlas, no porque la gente
no las conozca o no las sepa, sino porque, lamentablemente, no son replicadas
una y mil quinientas veces en los medios de comunicación. Sí las percibe el
ciudadano y la ciudadana común, pero no en la medida en que muchas veces se
difunden discursos falaces o conversaciones por las redes sociales, o alguna
otra cuestión de algún expresidente hace ya varios meses de vacaciones,
mientras estamos sufriendo esta pandemia.
-
Varios
señores diputados hablan a la vez.
Sra. Siley.- Voy a enumerar esas medidas:
medicamentos gratuitos por aproximadamente 3.200 pesos por jubilado o jubilada,
lo que implica un ahorro en ese número.
En el
marco de la pandemia, el PAMI puso en funcionamiento el Hospital del
Bicentenario de Ituzaingó, reforzó el Hospital del Bicentenario de Esteban Echeverría,
la Unidad Asistencial Milstein de la ciudad de Buenos Aires, el Hospital Néstor
Kirchner de Escobar, el Centro de Atención COVID-19 de Lanús, y la ex Clínica
Estrada, también en Lanús.
Asimismo,
se implementó el reintegro del 15 por ciento por compras con tarjeta de débito
–porque a veces hay aumentos directos y, a veces, indirectos‑, lo que
también implica un aumento indirecto del 4 por ciento en los haberes
previsionales. También se aportaron bonos de 5.000 pesos en diciembre y en
enero, además de 3.000 pesos en abril de 2020. También se dio el aumento
directo en diferentes cuotas del 35,5 por ciento en el haber previsional.
Esto
sucedió en el marco de una pandemia. No hagamos ejercicios contrafácticos ‑como
dijo algún diputado preopinante‑, pero no quisiera imaginarme qué medidas
hubiera tomado el gobierno anterior en cuanto al sistema previsional. No
quisiera ni pensarlas.
También se
dispusieron consultorios online,
además de un aporte de 1.600 pesos a los 550.000 afiliados del PAMI por el programa
alimentario, así como el refuerzo los 4.200 centros de jubilados, por 15.000
pesos, también dentro del marco el programa alimentario.
Esto no lo
saben los diputados de la oposición. Quizás no lo quieren saber, quizás no leen
el Boletín Oficial, no se enteran o están muy lejos de la gente. Pero la gente ‑repito‑
lo sabe perfectamente.
En el
marco de la pandemia, este gobierno también determinó la suspensión de los
pagos de los créditos con esa tasa usurera puesta por ustedes. Además, se
redujo esa tasa de interés en el marco de esa medida de gobierno.
Para ir
redondeando, coronamos nuevamente estas políticas en el marco de una emergencia
mundial con el cumplimiento de la palabra ‑esa gran seguridad jurídica
que tanto se pide por ahí‑ de la campaña electoral. Un gran valor
agregado de nuestro presidente Alberto Fernández es cumplir la palabra y mandar
la fórmula que tenía el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en 2008. Esa
es la recuperación de la reconstrucción de nuestra República Argentina, en este
día de esperanza.
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra
la señora diputada Ocaña, por Buenos Aires.
Sra. Ocaña.- Señor presidente: lamento que
estemos dando esta discusión medio a escondidas del debate del Senado sobre la
interrupción voluntaria del embarazo, casi sin medios y a espaldas de los
argentinos. El tratamiento de esta ley afecta no solamente a jubilados,
pensionados, beneficiarios de AUH y otros, sino a todos los argentinos, porque ‑como
siempre digo‑ todos pasaremos por el sistema previsional.
No voy a
acompañar esta iniciativa que propone el Poder Ejecutivo porque claramente es
un despojo a los jubilados y pensionados. Como acá se recordó, el presidente
Fernández en sus promesas de campaña dijo que siempre se iba a poner del lado
de los adultos mayores, que iba a darles prioridad frente al sistema financiero
y que iba a generar un aumento generalizado de las jubilaciones y pensiones
cuando llegara al gobierno. Esto debe haber generado mucha expectativa, pero
duró poco.
Como todos
sabemos, en diciembre, una de las primeras medidas fue justamente cancelar la
fórmula de movilidad jubilatoria que estaba rigiendo hasta ese momento. Según
lo han informado el diputado Cacace y otros preopinantes, los jubilados durante
este ajuste ‑con esta pérdida de la movilidad que fijaba la ley‑ se
perdieron de cobrar 100.000 millones de pesos, en el marco de uno de los más
fenomenales ajustes jubilatorios que se han visto en la Argentina.
Quiero que
quede claro que el ajuste no lo hicieron la política, el sector financiero ni
los poderosos. El ajuste lo hicieron los jubilados, quienes perdieron entre
1.000 y 18.000 pesos por mes de acuerdo con su nivel de ingresos. En el caso de
la jubilación mínima, perdieron 5.727 pesos en un año. Los que más perdieron,
por supuesto, fueron quienes tuvieron ingresos más altos, pero esos no son los
que tienen jubilaciones de privilegio sino aquellos jubilados y pensionados que
trabajaron durante más de cuarenta años y aportaron sus ingresos. Trabajaron
para construir y hacer grande la Argentina, y todos entendemos que nadie puede
vivir con 19.000 pesos. Esto es claro, más allá de cualquier estimación que
pueda hacerse desde la Defensoría o el INDEC. Si esto no es un robo, ¿qué es un
robo?
Hoy hemos
escuchado muchos discursos del oficialismo que comparan la aplicación del nuevo
índice entre 2008 y 2015, y nos dicen que se le ganó a la inflación. Quiero
recordarles que se le ganó a la inflación de Moreno, no a la inflación real que
medían las principales consultoras económicas. (Aplausos.)
Nos han
propuesto una cuestión de fe, nos hablan de un plan económico que no conocemos
y cuyas variables a futuro ignoramos. Nos dicen que en 2021 van a superar a la
inflación. Entonces, les pregunto por qué no colocan una cláusula que garantice
esto, si están tan seguros. ¿Saben por qué? Porque están convencidos de que
tienen que seguir haciendo el ajuste a los jubilados y las jubilaciones se van
a ajustar a la baja, como pasó este año.
Como tengo
poco tiempo, voy a pedir insertar el resto de mi discurso en el Diario de
Sesiones. No voy a acompañar este proyecto de ley porque la fórmula no aporta
previsibilidad, que es un objetivo central de la movilidad jubilatoria para
mantener el nivel de vida a largo plazo, tal como ha dicho la Corte. La fórmula
que aquí se propone es volátil, y las crisis que la Argentina recurrentemente
tiene cada seis, ocho o diez años constituyen un círculo vicioso por el cual
todas las jubilaciones y pensiones se van a ajustar a la baja. Los jubilados pierden,
porque se han comido un trimestre de ajuste.
Por otra
parte, creo que esto va a volver a judicializar el sistema. Nosotros sabemos ‑porque
muchas veces dimos esta batalla‑ qué pasa cuando los jubilados tienen que
ir a la Justicia para poder gozar de sus derechos: muchos mueren en el camino.
Por la falta de pagos de los fallos de la Corte, 70.000 jubilados murieron sin
cobrar lo que habían ganado en la Justicia. No podemos obligar a los jubilados
a esperar diez años para ejercer sus derechos y cobrar lo que les corresponde.
No es de buenas personas hacer esto, señoras y señores diputados. No volvamos a
judicializar el sistema, porque esto tiene consecuencias. El gobierno del
presidente Macri lo sabe, porque pagó 1.200.000 ajustes que no se habían hecho
durante todos los años que gobernó Cristina Fernández de Kirchner, a través de
la ley de reparación histórica que este Congreso sancionó. (Aplausos.)
Hay que
discutir una reforma previsional en serio. No comparto lo que estamos haciendo,
porque me parece contraproducente. Tenemos que trabajar en eso, y
lamentablemente estamos dejando pasar esta oportunidad.
Este año
ha sido muy duro para los jubilados porque ‑como a todos‑ la
pandemia los obligó a aislarse, y esta situación de falta de contacto con sus
familiares y controles médicos los hizo perder mucho de su bienestar y salud.
Por supuesto, todo esto es entendible dentro del marco de la emergencia
sanitaria que se vivió debido a la pandemia.
Quiero
decirle que este aislamiento generó depresión en personas que tienen gran
fuerza, porque han pasado mucho en la Argentina. Se suman hechos tales como que
no hay vacunas para ellos, porque la vacuna rusa no ha sido autorizada para ser
aplicada a mayores de 60 años, que es la mayor población de riesgo.
Además,
se sumó la implementación de este brutal ajuste al que me referí al comienzo y
que ahora se pretende continuar con esta iniciativa. ¿Por qué este ensañamiento
con nuestros mayores? Esto lo deben responder quienes voten este proyecto que
se quiere sancionar hoy. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado
Bormioli, por Buenos Aires.
Sr. Bormioli.- Señor presidente: la verdad es que estoy asombrado
por escuchar a los dirigentes de la oposición que hasta hace poco tiempo fueron
gobierno.
Cristina siempre dice que cuando asumió Néstor
el índice de pobreza superaba los votos que él había obtenido. Quiero mencionar
otros datos de esa época. Solamente el 68 por ciento del universo de los
adultos mayores estaba jubilado, y la jubilación mínima era de 51 dólares.
Aclaro que utilizo esa moneda extranjera para precisar el monto, porque la
diputada preopinante se refirió a la inflación.
¡Néstor
comenzó a reconstruir el país y en esa reconstrucción estuvo Sergio Massa en la
ANSES e implementaron la moratoria previsional que permitió que 2.700.000
personas que no tenían posibilidad de acceder a una jubilación pudieran
tenerla!
¡El
gobierno de Cristina terminó con más del 90 por ciento del universo de adultos
mayores jubilados! ¡Si eso no es justicia social, no sé cómo la quiere llamar
esta oposición que, cuando fue gobierno ‑con su actual presidenta del
partido, que era la ministra de Trabajo-, descontó el 13 por ciento a los
jubilados y a los empleados estatales! (Aplausos.)
¡Ahora
hablan de las piedras que se tiraban acá y se olvidan de que se fueron en
helicóptero, dejando a jóvenes argentinos y argentinas muertos en las calles
del microcentro porteño! ¿No se acuerdan de eso? En realidad, dejaron la vida
de los argentinos en la calle, mientras se escapaban del gobierno.
Señor
presidente: en los años que gobernó Cristina, la jubilación aumentó más del 26
por ciento en términos reales. ¡He visto cómo lloraban aquellos que nunca
habían podido jubilarse y lo lograron durante el mandato de Néstor! ¡Ellos
lloraban con la jubilación en la mano, no solamente porque iban a poner un
plato de comida en su mesa, sino porque le iban a comprar a sus nietos un
regalo para la Navidad!
¡Durante
el mandato de Cristina se aumentaron los haberes jubilatorios en términos
reales y nuestros adultos mayores no solamente pudieron comprar un regalo de
Navidad a sus nietos, sino que también pudieron ir de vacaciones a disfrutar de
la montaña, de la sierra o del mar! ¡Eso fue el gobierno de Néstor y Cristina! (Aplausos.)
¡La
oposición nos viene a hablar de todo esto y cuando fue gobierno, no solamente
redujo en un 20 por ciento las jubilaciones en términos reales, sino que
también estableció un tarifazo en el agua y la luz, y nos endeudó con esos
préstamos usurarios! (Aplausos.)
Por eso, en los últimos cuatro años, con
el gobierno de Mauricio Macri, vimos cómo nuestros jubilados se acercaban para
saber si podían pedir otro crédito, para pagar la tarifa de luz o la boleta de
gas. ¡Mire qué diferencia, señor presidente! ¡Ahora vienen a darnos clases
sobre ampliación de derechos, entre otras cosas!
¡Nosotros
somos el gobierno que nos tocó afrontar la herencia que nos dejaron, más la
pandemia! ¡En ese marco, en menos de un año, ya estamos vacunando a nuestros
adultos mayores, para que próximamente puedan desenvolverse en la vida y puedan
abrazar a sus hijos y a sus nietos!
¡Este es el gobierno que sostuvo la economía
en estos últimos meses! ¡Se trata del gobierno que puede y pudo mirar a los
ojos a aquellos que lo votaron, porque está cumpliendo con cada una de las
promesas que hizo en campaña! ¡No ocurre como aquellos que vinieron a hablar de
la pobreza cero o que hablaron en 2015 sobre la reducción del impuesto a las
ganancias y lo único que hicieron fue aumentarlo y, en estos últimos años,
incrementar la cantidad de trabajadores que lo debían pagar!
¡Venimos
con alegría a votar esta iniciativa! (Aplausos.) ¡Venimos con la
convicción que tenemos los peronistas! (Aplausos.) ¡Siempre fue el peronismo
y el kirchnerismo el que le dio lo mejor a nuestros niños y a nuestros viejos! (Aplausos.)
¡Los años más felices fueron, son y serán peronistas y kirchneristas! (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Vamos a hacer un llamado a la
calma, señores diputados.
Tiene
la palabra el señor diputado Petri, por Mendoza.
Sr. Petri.- Señor presidente: hay un refrán popular que dice:
“Dime de que te jactas y te diré de qué careces”. El presidente de la Nación
rescata el valor de la palabra en cada alocución. En el día ayer, en un
reportaje ante el canal oficial, dijo: “Siento que he cumplido con todo lo que
he propuesto en la campaña. La única tranquilidad que tengo es que no he
defeccionado en nada de lo dije en la campaña”. Yo lamento que el presidente sienta
esto, porque no es real y claramente está mintiendo.
¡Está
mintiendo porque a los jubilados en la campaña electoral les prometió un 20 por
ciento de aumento con el pago de las LELIQ, que es algo que hoy todavía no
cumple! ¡Está mintiendo porque al asumir su mandato envió un proyecto de
solidaridad y emergencia que lo primero que hizo fue suspender la fórmula de
movilidad jubilatoria! ¡No solo que no les aumentó, sino que además les quitó y
los ajustó por decreto! ¡Esto no lo digo yo, sino las propias estadísticas!
¡En
esta planilla que muestro se observa que los jubilados que cobran la jubilación
mínima recibieron un aumento del 35 por ciento siendo que les hubiese
correspondido un aumento del 42 por ciento! ¡Es decir que perdieron 5.000 pesos
en el año!
Por su
parte, los jubilados que cobran la jubilación máxima recibieron un aumento del
24 por ciento y, con nuestra fórmula, les hubiese correspondido un incremento
del 42 por ciento, es decir que perdieron más de 150.000 pesos.
Entonces,
esta sesión, los decretos del presidente y la política previsional solamente
pueden ser calificadas como una estafa. El propio Código Penal establece que la
estafa es todo engaño o ardid destinado a defraudar. ¡Lo grave es que acá no se
está defraudando a una persona, sino a todos los jubilados de la República
Argentina, es decir, a los que lo votaron y a los que no lo han votado, pero
confiaron en que el presidente de la Nación les iba a otorgar un incremento en
sus jubilaciones!
Señor
presidente: festejan que no haya movilización y que hoy quienes se movilicen
sean los sectores que están a favor o en contra del proyecto sobre el aborto.
En 2017
tampoco se movilizaron los abuelitos: ¡no eran abuelitos los que se movilizaron
que, de paso, ganaron más de diez puntos respecto de la fórmula que se había
consagrado desde el 2008 hasta el 2017! ¡Voy a mostrar la fotografía de los
abuelitos que se movilizaban en el 2017, comandados por el “gordo bazuca”! (Aplausos.)
¡Estos son los “abuelitos” que tiraron catorce toneladas de piedra, pero la
violencia no solamente se desató fuera de este recinto! (Aplausos.)
¡Por eso me asombro cuando algunos
diputados piden respeto! ¿No recuerdan lo que hicieron en 2017, cuando
voltearon de prepo una sesión con quórum legal? ¡Son caraduras cuando no piden
disculpas por el atropello institucional a este Congreso de la Nación que
llevaron adelante en 2017! (Aplausos.) ¡Es una mácula que no se van a
poder sacar nunca y que solamente tiene un precedente, que es cuando sentaron
en esas bancas a un diputado trucho para que votara la privatización de Gas del
Estado! (Aplausos.) ¡Eso es lo que ustedes hicieron! (Aplausos.)
Señor
presidente: considero que estamos escapando de la posibilidad de dar
estabilidad al sistema y mejorar los beneficios de nuestro sector pasivo. Es
decir, si lo que se quiere es garantizar los beneficios del sector pasivo, está
claro que, necesariamente, la inflación tiene que ser tomada en cuenta.
¡Asimismo,
si se quiere dar estabilidad, necesariamente tenemos que tomar medidas
estructurales respecto de la cantidad existente de activos por pasivos!
¡Además, debemos tomar medidas estructurales respecto de la cantidad de empleo
en negro y no registrado que existe en el país! También tenemos que tomar
medidas estructurales respecto de las altísimas tasas de desempleo que se han
ampliado durante este gobierno y de las que no se hacen cargo.
Hay más de 90 mil pymes cerradas por culpa de ustedes y la
cuarentena eterna que impusieron a todos los argentinos y que nos llevó a la
catástrofe económica y al desastre sanitario.
Señor presidente: en la sesión del Senado, el senador
Lousteau leyó la versión taquígrafica en la que el entonces diputado Parrilli
defendió a capa y espada el sistema de capitalización. ¡Defendieron a capa y
espada esa norma que hoy desconocen, que rigió en la República Argentina y que
garantizó pingües comisiones a las AFJP, pero tampoco se hacen cargo! Parrilli
fue el miembro informante en ese entonces; pero no solamente informó sobre el
dictamen, también llegó a jugar al truco con los jubilados de la República
Argentina.
- El señor diputado
Petri exhibe una imagen.
Sr.
Petri.- Jugó al truco para convencerlos de las bondades del
sistema de capitalización. ¿Y saben qué, señor presidente? Hoy vuelven a jugar
al truco con nuestros jubilados; hoy los vuelven a rifar con este proyecto de
ley. Esto es grave.
Pero no solamente vuelven a jugar al
truco y a la timba con nuestros jubilados; han jugado al truco con la pandemia
y con la cuarentena; se están rifando la economía argentina; están timbeándose
la suerte de los argentinos con una vacuna que no tiene ningún tipo de garantía
y ni siquiera está avalada internacionalmente. Esto es lo que están haciendo.
Nosotros levantamos la voz porque tenemos memoria y necesariamente hay que
decir estas cosas.
Para
concluir, puede ser que hoy se sancione este proyecto de ley; de hecho tienen
los números necesarios entre los miembros del bloque oficialista y los
opositores leales que acompañan a pies juntillas todas y cada una de las
iniciativas que en el año ha presentado el oficialismo. Pero lo que claramente
no se van a llevar, señor presidente, es el beneplácito de los jubilados.
Claramente no se van a llevar la aprobación del sector pasivo, que los
terminará castigando en las urnas. ¿Por que saben algo? La ciudadanía se ha
dado cuenta de que este proyecto de país no abarca a todos; no abarca a los
jubilados.
- - Varios señores diputados hablan a la
vez.
Sr. Presidente (De Marchi).- La Presidencia solicita al
señor diputado que redondee su exposición.
Sr. Petri.- Ya termino, señor presidente.
Este
proyecto tampoco abarca a la clase media, a la que están empobreciendo, ni a
los emprendedores e industrias del conocimiento, a quienes les impusieron
trabas legales, ni a las pymes y los comercios, de los cuales ya han cerrado
más de 90 mil, ni a las víctimas del delito.
- - Varios señores diputados hablan a la
vez.
Sr. Presidente (De Marchi).- Redondee, por favor, señor
diputado.
Sr. Petri.- ¡Háganse un favor y para la próxima
elección cámbiense el nombre! ¡Llámense “Frente de Pocos”! Porque están
gobernando para un Estado parasitario, prebendario y que retrasa.
¡Hay
una Argentina que quiere cambiar en base al esfuerzo, al trabajo y al sacrificio!
(Aplausos.)
Sr.
Presidente (De Marchi).- La Presidencia solicita a los señores diputados que
respeten el tiempo asignado.
Tiene la palabra el señor diputado Flores, por Buenos
Aires.
Sr.
Flores.- Señor presidente: la verdad es que en este debate han habido muy
buenas intervenciones que fundamentaron, desde el punto de vista técnico,
nuestro rechazo a este proyecto de ley. Por lo tanto, yo me abocaré al debate,
porque acá estamos para debatir. Es muy importante que el debate transcurra por
el lado de los argumentos.
Alguien mencionó un tema que me parece interesante y que
también es parte de este debate. Tiene que ver con la situación en la que nos
encontramos los argentinos en relación con la grieta. Se planteó de qué lado de
la grieta nos encontramos.
Quiero decir, señor presidente, que vengo a hablar en
nombre de los jubilados que todos los días transitan por las calles de La
Matanza al igual que yo. Esos jubilados que, además de cobrar poco, sufren la
indignidad de tener que ir a una olla popular o a un comedor todos los días
porque la jubilación no les alcanza. Esos jubilados que trabajaron treinta o
cuarenta años y que han construido el país con su trabajo para lograr estar en
una posición en la que no les falte la comida, pero hoy tienen que recurrir a
esto.
A esos jubilados también les dijeron
que debían elegir un lado de la grieta -muchas veces provocada por los
discursos-: el lado de la salud o el de la economía, como si fueran cuestiones
absolutamente distintas.
Asimismo, están los jubilados –y yo me
pongo de su lado- que tuvieron que concurrir de madrugada a los centros de pago
y a los cajeros automáticos de los bancos, generando la posibilidad de contagio
más dramática que vivimos en las primeras semanas de la cuarentena. Me pongo de
su lado porque mi sensibilidad con los jubilados no tiene que ver con las
coyunturas políticas ni con sacar provecho de eso.
También vengo a hablarles de los jubilados que a lo mejor
están en mejor posición que aquellos que cobran el haber mínimo, pero que
tuvieron que bancar a sus nietos o a sus hijos porque con esta cuarentena
eterna no lograron resolver los problemas económicos de sus familias. No se
trató de salud o de economía, sino de la necesidad de tener un plan integral para
el bienestar de todos los argentinos.
Cuando se habla de un lado y del otro,
se está diciendo que algunos quedan afuera. Precisamente, los jubilados,
quienes nos enseñaron e hicieron esta Argentina, no tenían la idea de transitar
este camino de la grieta y, por lo tanto, ayudaron a sus familias.
Vengo a hablar también en nombre del
80 por ciento de los jubilados que cobran la mínima. El gobierno ha logrado que
se encuentren más lejos de solucionar los problemas mínimos.
¿Sabe qué es perverso, señor
presidente? Este país es inviable por la cantidad de impuestos que existen, por
lo que en algún momento vamos a tener que ordenar y reducir el número de
tributos que se cobran. Entonces, ¿sabe quiénes van a perder con esta fórmula?
Los jubilados son quienes perderán y esto es perverso.
Para explicar cómo es la fórmula para nuestros
jubilados corresponde decir que, conforme a la ley anterior, este año las
jubilaciones deberían haber aumentado un 42 por ciento; sin embargo, aumentaron
entre un 24 y un 35 por ciento. Por lo tanto, decir que esta fórmula es mejor
que la anterior no tiene razón de ser.
En relación con el tema de la pobreza,
voy a citar a El Dipy. Lo escuché decir en la radio que deberían tener
vergüenza aquellos que dicen que este país es de justicia social porque dieron
ocho millones de planes sociales. La verdad es que deben tener vergüenza porque
no han sabido crear riqueza para solucionar, en medio de la pandemia, esta
cuestión.
Por
último, señor presidente, quiero decir que cuando se habla en general de la política,
no todos somos iguales. Aquí estamos debatiendo y estamos en contra de este
proyecto de ley, pero no tenemos los energúmenos que en diciembre del 2017
estaban afuera generando violencia, queriendo hacer que el gobierno de Mauricio
Macri terminara en el “club del helicóptero”. No lo lograron porque tuvimos la
firmeza necesaria. Pero lo que más me preocupó en aquel entonces es que acá
dentro también había energúmenos que nos decían que había muertos y que
pretendían que el propio Congreso cerrara. Creo que eso es peligroso.
El pueblo argentino se cansó de que hablen de
justicia social y ahora les van a exigir. Creo que este es el momento decisivo
para que el peronismo, que tanto habló de eso, pueda responder. De lo
contrario, lo juzgará la historia y los jubilados a la cabeza, como siempre,
nuestros adultos mayores que nos enseñaron valores tales como no mentir, no
robar y no usar a los más vulnerables, que estarán presentes en cada una de
nuestras acciones de aquí en adelante. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene
la palabra el señor Wolff, por Buenos Aires.
Sr. Wolff.- Señor
presidente: si me permiten mis colegas de enfrente, voy a citar una frase
utilizada por el general Perón: “La única verdad es la realidad.”
En diciembre del 2019 la jubilación mínima
era de 14.067,93 pesos y equivalía a 241 dólares.
En diciembre de 2020 la jubilación mínima es de 19.035
pesos; o sea, equivale a 131 dólares. La han devaluado el 95 por ciento; esto
es indiscutible.
Veamos
qué podía hacer una persona en diciembre de 2019 con un haber mínimo de 14.067
pesos: podía comprar exactamente trescientos tres litros de leche. Esto es
verdad; iba un jubilado con 14.000 pesos y compraba trescientos tres litros de
leche. ¿Saben cuánto puede comprar ahora? Doscientos setenta y ocho litros.
Esto no es relato; es verdad. La leche es lo que toman a la mañana nuestros
viejos, nuestros mayores, y también nuestros niños.
¿Saben
qué pasaba en diciembre de 2019 con la yerba? Un jubilado que percibía el haber
mínimo podía comprar setenta y tres kilos. ¡Somos tantos los argentinos que a
la mañana tomamos mate! Esto es verdad; ahora, ese jubilado puede comprar
sesenta y cuatro kilos de yerba.
¿Saben
cuánto pan francés podía comprar un jubilado a quien le pagaban el haber mínimo
en diciembre de 2019? Ciento cincuenta y nueve kilos. Ahora, ciento treinta y
uno.
Si
hablamos de harina ‑se abrió el paquete que traje y si se cae será un
enchastre‑, con una jubilación mínima de 14.000 pesos, un jubilado podía comprar
trescientos once kilos en diciembre de 2019. Ahora, doscientos sesenta y
cuatro.
Me
guardé el último producto para el final: la carne. ¡Qué atrevido! Traje un
paquete, nada más, porque hoy siento vergüenza de ir con carne por la calle. En
2019, un jubilado que percibía el haber mínimo podía comprar setenta y nueve
kilos. Ahora, cuarenta. O sea que la carne se ha encarecido en más de un 200
por ciento; la devaluación fue superior al 200 por ciento. Esto es verdad; no
es relato.
Sin
embargo, no es lo que más se depreció. También han depreciado la palabra. El
presidente de la Nación ha hecho de la palabra una onomatopeya; con solo
“googlear” nos damos cuenta de que, cada vez que habla, bastardea la palabra
como no lo ha hecho nadie.
Veo que
muchos se enojan cuando nosotros decimos la verdad. ¿Por qué no se enojan con
Cristina Fernández de Kirchner, que trató a los ministros de incompetentes?
¿Por qué no se enojan con ella, que trató al presidente de la Nación de
mentiroso? ¿Por qué no defienden a la Argentina? ¿Por qué no se enojan con
Diosdado Cabello, un dictador genocida que llamó “tibio” y de piel delgadita al
presidente de la Nación? Eso es tener coraje; no venir a este show a
hacerse los vivos mientras vemos cómo se deprecian el salario y el haber de los
jubilados argentinos. (Aplausos.)
También
ha decaído el valor de las piedras; en diciembre de 2017 estaban baratísimas.
Muchos de los que aquí se llenan la boca y se hacen los corajudos, hoy están
calladitos. Me gustaría saber cuántos pueden, con ese coraje, caminar dentro de
un supermercado como hacemos nosotros. También me gustaría ver cuántos que se
dicen sindicalistas o gremialistas y permitieron el mayor ajuste de la
historia, pueden caminar por sus bases. No la rentada, como significó el señor
diputado Petri cuando mostró al “gordo del mortero”, o con jóvenes rentados
como en 2017.
Esta es
la realidad, señor presidente. En verdad deseo que el año próximo puedan
revertir la situación; seré el primero en felicitarlos. Hay muchos argentinos que
ya aprendimos que se puede hacer lo que hacen ustedes; lo que no se puede es
mentir a todos, todo el tiempo. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- La Presidencia agradece al señor
diputado Wolff por haberse ceñido al término de exposición.
Tiene
la palabra el señor diputado Alume Sbodio, por San Luis.
Sr. Alume Sbodio.- Señor presidente: en verdad, estamos asistiendo a lo
que podríamos llamar un nuevo acto de desmemoria de quienes, hasta hace un año,
conducían los destinos del país.
Esa
pérdida de memoria se ha transformado, tal vez, en una herramienta
parlamentaria permanente para el bloque de Cambiemos y le ha permitido
desentenderse de muchas cuestiones que sufrieron un grave retroceso cuando
fueron gobierno.
Creo
que no me falla la memoria si digo que el último recuerdo que parece haber
tenido el bloque de Cambiemos de lo que fue su gestión se produjo durante el
debate, en este recinto, sobre la renegociación de la deuda. En aquella ocasión
vinieron callados; se sentaron y, tal vez, pusieron algo de coherencia a su
responsabilidad por haber endeudado el país como lo hicieron.
Después
se produce la pandemia que, al parecer, tuvo un efecto amnésico en algunos
integrantes de esta Cámara.
Esa
desmemoria se vio y se ve reflejada en el reclamo de muchos legisladores sobre
el funcionamiento del cuerpo durante la pandemia. Olvidan que, cuando fueron
gobierno, el Congreso prácticamente estuvo cerrado.
Esa
desmemoria les permitió y les permite ‑lo hemos visto durante esta sesión‑
trabajar sistemáticamente en contra de las medidas sanitarias adoptadas por el
gobierno nacional para enfrentar la pandemia. Se desentienden de la grave
situación y del desmanejo que sufrió la salud pública durante los cuatro años
de gobierno de Cambiemos.
Asimismo,
esa desmemoria ha permitido a muchos legisladores en este recinto tildar de
insuficiente el retorno de los subsidios al transporte público en las
provincias del interior, cuando fue el propio gobierno de Cambiemos quien los
retiró salvo en los distritos gobernados por Rodríguez Larreta y Vidal.
Esa
desmemoria también se vio plasmada en este recinto sesiones atrás cuando, en
nombre del federalismo, vimos defender el pacto centralista y unitario de Macri
y Rodríguez Larreta en contra de los intereses de las provincias. Esto, sumado
al pacto fiscal, colocó en la historia argentina al gobierno de Cambiemos como
uno de los que más socavó las bases del federalismo en nuestra República.
Se
puede criticar la fórmula, ya que ello forma parte del debate democrático.
Pero, tratar de instalar en la opinión pública que con la fórmula impulsada por
Cambiemos se defendía a los jubilados o que durante esa época hubo alguna
política en beneficio de ese sector, es un acto que se contradice con aquellos
cuatro años de gobierno. La Argentina aprendió hace mucho tiempo que, aunque
algo esté publicado en Clarín y La Nación, no necesariamente es
verdad y que, sin duda, es mentira.
Permítaseme
leer algunos párrafos de un libro de Melconian para refrescar un poquito la
memoria de aquellos que, desentendidos de su propia historia, se oponen en este
recinto a que la Argentina comience a recuperar la política previsional como
una política de Estado.
En
verdad, las citas que haré del libro de Melconian no son caprichosas; quiero
traerlas a colación no solo porque fue uno de los inspiradores de la política
económica del gobierno de Cambiemos, sino también porque el pensamiento de este
economista refleja claramente la visión que fundamentó la política previsional
de aquellos cuatro años.
Se resume,
por supuesto, en su total oposición a lo que fue la moratoria jubilatoria, que
para nosotros es un principio para que la política en la materia se convierta
en una política de Estado, ya que cumple con el requisito del acceso universal.
Su
pensamiento económico se refleja en el pensamiento económico de Cambiemos: se
debe llegar al equilibrio fiscal, sin importar los costos sociales.
Algunas
de las citas del libro de Melconian son las siguientes: “La duplicación de la
cantidad de beneficiarios en diez años (vía moratorias), una fórmula de haberes
‘explosiva’ (votada en 2019) (…) más la ley de reparación histórica votada en
2016 constituían una carga fiscal infinanciable.”
Luego
dice: “El gobierno presentó entre su paquete de reformas una reforma previsional
centrada en cambiar la fórmula de la movilidad jubilatoria como elemento vital
para reducir el déficit fiscal primario en 2018.” Reitero: “elemento vital para
reducir el déficit fiscal primario en 2018.”
Más
adelante agrega: “Separando los doce años (de vigencia del sistema de ajustes
automáticos) en distintos subperíodos entre 2009 y 2015 las jubilaciones
aumentaron 3 puntos más que la inflación cada año.”
A
continuación, afirma: “Con el cambio de fórmula de ajuste, el período 2018‑2019
significó la caída más marcada de los ingresos de los jubilados. Con una
inflación promedio del 50 por ciento anual, la jubilación mínima se ajustó 32
por ciento y la media 36 por ciento.”
Finalmente,
dice Melconian: “En realidad más que el cambio de la fórmula en sí, lo que
posibilitó la licuación fue una ‘picardía’ aplicada en el momento de empalmar
los regímenes, lo que significó la licuación automática de las jubilaciones.”
La
política previsional debe volver a ser una política de Estado. Para ello,
debemos cambiar la visión del gobierno de Cambiemos de que el sistema
previsional es una herramienta de ajuste fiscal.
Tal
como lo han planteado los diferentes expositores en esta sesión, los que le
hicieron perder el poder adquisitivo a los jubilados ahora quieren enseñarnos
cómo debe ser la fórmula, precisamente a quienes establecimos la política
previsional como política de Estado y ayudamos a que durante años los jubilados
recuperaran el poder adquisitivo.
Finalmente,
quiero decir que celebro que, después de un gobierno que considerara al sistema
previsional como herramienta de ajuste, estemos dando pasos para que nuestro
sistema previsional vuelva a ser una política de Estado.
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el diputado Schlereth,
por Neuquén.
Sr. Schlereth.- Señor presidente: dado que integrantes de mi
interbloque han ahondado en datos técnicos y fundamentos más que sobrados para
rechazar este proyecto de ley, quisiera de alguna manera conceptualizarlos o centrarlos
en tres o cuatro ideas por las cuales este proyecto nos parece invotable.
La
primera es que esta iniciativa del gobierno es absolutamente irresponsable.
Vulnera los principios constitucionales que, en el artículo 14 bis, amparan la
movilidad jubilatoria para los abuelos de nuestro país. Seguramente motivará el
inicio ‑de hecho, ya se está dando‑ de miles y miles de demandas de
jubilados que deambularán por los pasillos de los juzgados del país, de toda la
Nación, y, peor aún, posiblemente pasará también lo que sucedió en los últimos
gobiernos kirchneristas: muchos de esos jubilados tal vez no lleguen a
disfrutar el momento en que se haga finalmente justicia.
Esta
iniciativa es invotable porque es injusta. Provocará una caída enorme en el
poder de compra, en el valor real del salario de los jubilados.
Quitar
el componente inflacionario de la movilidad jubilatoria, como esta norma
pretende hacer, teniendo en cuenta la historia inflacionaria de las últimas dos
décadas que tuvo la Argentina, implica un acto aberrante de ajuste y de
deterioro del valor adquisitivo del haber jubilatorio. A todas luces es un acto
de provocación y de marginación de los jubilados; es injusto y violento.
Este
año, cuando este Congreso votó ‑a partir del proyecto del oficialismo‑
la suspensión de la movilidad jubilatoria sancionada en 2017, el presidente
demostró su intención con absoluta claridad.
Durante
todo este año, con los decretos de necesidad y urgencia cercenó, vulneró y
achicó el poder de compra de los jubilados, y con esta ley de movilidad
jubilatoria se convalidará ese ajuste para los próximos años.
También
sostengo que esta iniciativa es invotable porque es inmoral; tiene una enorme
carga de cinismo. Una sociedad que pretende tener futuro y mirar hacia adelante
no puede ni debe acostumbrarse a la mentira sostenida, permanente, cotidiana de
su presidente y parte de su gobierno, y eso es a lo que estamos
acostumbrándonos, entre comillas, los argentinos.
Dijo el
presidente Fernández al inicio de su gestión que mejoraría el haber jubilatorio
en un 20 por ciento, y se ha dedicado ‑y lo pretende convalidar con esta
ley‑ a reducir el haber jubilatorio.
Esta
norma también es invotable por ser insostenible en el tiempo. Hay una cuestión
más de fondo y que tiene que ver con un debate más profundo, que el gobierno no
quiere dar, y es precisamente el sostenimiento del sistema previsional
argentino, que claramente está en quiebra desde hace mucho tiempo.
La
ANSES cubre esa necesidad de fondos con los recursos de la Tesorería de la
Nación, que se resquebraja cada vez más porque tenemos un gobierno que, lejos
de fomentar la inversión y la seguridad jurídica, de establecer condiciones
para que el sector privado ‑que es el único que puede generar riqueza en
el país y dar empleo de calidad, productivo‑ mejore, sostenga e inicie un
nuevo camino en lo que al sistema previsional argentino respecta, espanta la
inversión, cambia las reglas de juego, persigue al que produce y a quien está o
estuvo dispuesto a crear empleo de calidad.
Esta
iniciativa es irresponsable, injusta e inmoral; contiene un enorme cinismo y es
insostenible, por lo que Juntos por el Cambio no la va a acompañar.
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el diputado Mestre,
por Córdoba.
Sr. Mestre.- Señor presidente: la verdad, esta ley bien podría
denominarse “robo a los jubilados”, “estafa a los jubilados” o “ajustazo a los
jubilados”.
Esto
ocurre, justamente, en un año en el que los mayores vienen sufriendo las
consecuencias del COVID, en el que la gran mayoría de las 43 mil personas que
fallecieron en nuestro país fueron, casualmente, los adultos mayores.
Según
cifras del propio INDEC, siete de cada diez adultos mayores en la Argentina son
pobres, y este año han visto reducido sus ingresos. Este gobierno quiere avalar
este verdadero robo y ajuste a los jubilados.
Quiero
también remarcar, más allá de que se haya dicho muchas veces en el recinto, el
incumplimiento que hizo de la palabra el presidente de la Nación. Recuerdo
cuando, en la campaña electoral, se llenaba la boca hablando de los jubilados y
decía que una de sus principales promesas electorales era, casualmente, que,
cuando asumiera el 10 de diciembre, aumentaría el 20 por ciento las
jubilaciones. No cumplió; estafó a los jubilados y los sigue estafando ahora
con esta iniciativa.
El
presidente Fernández decía también que las LELIQ supuestamente dejarían de
estar al servicio de la banca financiera para pasar a estar al servicio de los
jubilados. No hizo nada de eso. Fue otra estafa más a los jubilados por parte
del presidente y del gobierno nacional.
Solo
veinte días después de haber asumido la Presidencia, tratamos aquí la Ley de
Emergencia Económica y Previsional enviada por el Ejecutivo, según la cual se
suspendió ni más ni menos que la movilidad jubilatoria.
En esa
ley se establecía que una comisión bicameral debía fijar una nueva fórmula en
un plazo de 6 meses. Como aquí ya se ha dicho, esa comisión bicameral trabajó
no seis meses, sino un año, pero no sirvió de nada, fue absolutamente al vicio,
ya que, cuando vino el staff del Fondo Monetario Internacional, el gobierno
nacional anunció esta nueva fórmula, que no es ni más ni menos que el ajuste
que pide el Fondo Monetario Internacional.
En
definitiva, lo que hemos visto este año es una estafa a los jubilados, que cada
mes le han cedido al Estado nacional entre 1.000 y 18.000 pesos cada uno. Son
un total de 100.000 millones de pesos que tendrían que estar en los bolsillos
de los jubilados para que puedan tener dignidad para alimentarse, vestirse,
comprar sus medicamentos y hacer frente a las consecuencias del COVID-19, pero
eso no ocurrió; ese dinero fue a parar a las arcas del Estado nacional.
Esto no
solo lo estamos diciendo los diputados de la oposición; lo ha dicho la Corte
Suprema en el fallo Badaro: la movilidad jubilatoria debe ser plena. Lo ha
dicho recientemente la Justicia Federal en el caso de Paraná; en el caso de
Salta; en el fallo Cabrera; en el fallo Caliva que, casualmente, declara
inconstitucionales estos aumentos por decreto porque son confiscatorios para
los que menos tienen y los que más sufren, que son los jubilados.
Como si
esto fuera poco, señor presidente, quieren avanzar hoy con una ley que quita de
la fórmula uno de los componentes, lamentablemente, más importantes que tiene
la economía argentina: la inflación.
Hace
setenta años que tenemos que convivir con la inflación, que, desde hace veinte
años, supera los dos dígitos. Y a este gobierno se le ocurre casualmente quitar
la inflación como forma de actualización y que la movilidad jubilatoria esté
atada a la recaudación y a los salarios, que vienen en baja.
Entonces,
me pregunto dónde está la CGT, dónde está la CTA, dónde están los gremialistas
y los sindicalistas que, cuando vinieron acá hace 3 años, nos tiraron
diecisiete toneladas de piedras y no nos dejaban entrar al recinto. En ese
momento, afuera estaba toda la oposición, que actuaba violentamente.
¿Dónde están ahora los
gremialistas, que no se escucha a ninguno?
Por eso, para cumplir con el tiempo, digo que no vamos a
avalar este atropello a los jubilados. No vamos a votar a favor de esta ley.
Siempre vamos a proteger a los que menos tienen y a los que más lo necesitan,
que son los jubilados en la Argentina, que no son solamente los que cobran sus
jubilaciones, sino también los que perciben las pensiones no contributivas, las
asignaciones familiares, la AUH, la Pensión Universal para el Adulto Mayor, la
Pensión Honorífica de Veteranos de Guerra. Casi el 50 por ciento de los
argentinos, casi 20 millones de compatriotas, cobran estas asignaciones. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).-
Tiene la palabra la señora diputada Campagnoli, por Buenos Aires.
Sra. Campagnoli.- Señor
presidente: mientras debatimos una
dudosa fórmula de movilidad jubilatoria, un juez subrogante acaba de dictaminar
que Cristina Fernández puede cobrar su sueldo de vicepresidenta, la pensión
vitalicia como expresidenta y la pensión vitalicia del expresidente Néstor
Kirchner, y no pagar el impuesto a las ganancias. Esto es un cachetazo, no solo
a los jubilados que ven sus magros haberes esfumarse cada vez más, sino a todos
los argentinos que nos rompemos el lomo trabajando y que pagamos el impuesto a
las ganancias a partir de los 70.000 pesos.
Es decir que, por un lado, quienes percibimos 70.000 pesos
o más pagamos impuesto a las ganancias y, por otro, la actual vicepresidenta
-que solamente piensa en ella, porque no emitió una sola palabra por la
pandemia ni por los muertos ni por los atentados contra los derechos humanos
que hubo durante todo este año- se va a llevar más de un millón de pesos por
mes y no va a pagar el impuesto a las ganancias. Además, por supuesto, ni la
Oficina Anticorrupción ni la ANSES van a apelar ese fallo, que es totalmente
inconstitucional.
Pero nuevamente estamos aquí debatiendo una fórmula
jubilatoria, que es opaca -porque es confusa-, inadecuada y fiscalmente
insostenible. Pero si acá estuviese Romina Del Plá, diría: “¡Esto es un
escándalo!” Como ella no está ahora, entonces lo digo yo: ¡esto es un
escándalo! (Aplausos.)
En estos debates inútiles -y lo digo para propios y ajenos-
ni nosotros nos escuchamos; no sé para que venimos a hablar, porque ni nosotros
mismos estamos presentes para escucharnos y para poder intercambiar una idea de
lo que dice el otro. Entonces, para qué debatir tanto.
En realidad, el verdadero problema no es la fórmula, sino
la discrecionalidad. Acá tenemos un gobierno que no considera a la seguridad
social como un derecho de cada ciudadano, sino como una gran caja que le
permite hacer demagogia, asistencialismo y clientelismo. Con esta manera de
hacer política, no hay fórmula que aguante.
Señor presidente: recordemos que en política hay distintas
instancias. Están los presidentes y los funcionarios, que obviamente en forma
legítima deciden con discrecionalidad. Pero después está la administración
permanente, que es la burocracia, en la que no puede haber arbitrariedades ni
decisiones discrecionales. Ahí tiene que haber gestión.
La ANSES tiene que hacer gestión y no política. Por eso, su
nombre es Administración Nacional de la Seguridad Social. Es decir, administra
la plata de todos los jubilados. Pero vemos que no es así, ya que la ANSES
también actúa con discrecionalidad.
Digo esto porque, a diferencia de lo que siempre se
consideró, los puestos en la ANSES son bien remunerados ya que es muy compleja
la administración de las distintas prestaciones en ese organismo. Entonces, se
necesita retener a gerentes y a personas capacitadas en las UDAI, que son las
ANSES locales. Pero no, están totalmente cooptadas por La Cámpora.
Si a eso sumamos las pensiones por invalidez, Romina Del
Plá diría nuevamente: “¡Es otro escándalo, señor presidente!” ¿Por qué? Porque
de 2003 a 2015 pasamos de tener 78.000 pensiones por invalidez a 1 millón.
Repito: pasamos de 78.000 a 1 millón, sin que haya habido guerras ni catástrofes.
Es decir, pasamos a esa cifra de un soplo.
Entonces, ¿cómo hace un sistema para no seguir
pauperizándose cuando no hay transparencia, cuando no se respetan reglas,
cuando lo que importa es ser amigo de alguien para poder obtener, con la
connivencia de algún médico, una pensión por invalidez? Es así como en 2003
menos del 40 por ciento de los jubilados argentinos cobraba la mínima, y en
2015 más del 70 por ciento de los jubilados argentinos percibe la mínima.
Entonces, como decía -ya finalizo, señor presidente-, por
supuesto que el Estado debe estar presente cuando hay una necesidad. Pero ¿hay
una necesidad en esas mujeres de empresarios que viven en Recoleta o en San
Isidro, y que por el solo hecho de cumplir 60 años reclamaron una jubilación?
¿No tiene que estar el Estado también chequeando que el dinero que es de todos
vaya a las personas que lo necesitan, y no a todas las que lo solicitan por el
solo hecho de tener 60 años? Me refiero a aquellas que dicen: “Nunca aporté.
Pero bueno, tengo 60 años. Como hay tanta voracidad estatal, estoy justificada.
Que el Estado me pague, aunque no lo necesite.” Así es como este sistema es
capturado políticamente y manejado con discrecionalidad.
Si comparamos nuestro sistema con el de Australia, vemos
que en ese país los mayores de 65 años representan el 15 por ciento de su
población, y los servicios previsionales insumen el 4,25 por ciento del PBI. En
la Argentina, los mayores de 65 años son el 11 por ciento. Sin embargo, nos
insume el 11,9 por ciento del PBI, es decir, el triple que Australia.
En el caso de Japón, la población de mayores de 65 años es
de un 27 por ciento, les insume el 10 por ciento del PBI y tienen jubilaciones
excelentes, mientras que en nuestro país el 70 por ciento cobra la mínima.
Entonces, hay una pésima gestión, que no es de ahora, sino de todos estos años.
Por lo tanto, tenemos que ponernos de acuerdo para solucionar esto; si no,
seguiremos empobreciendo a los jubilados.
Para finalizar, quiero decir que de los 34 países del mundo
que están en el Índice Mundial de Pensiones de Mercer de Australia, la
Argentina aparece en la peor posición. El sistema previsional argentino es el
peor de todos en cuanto a la adecuación de sus beneficios, la sustentabilidad y
la integridad con todo el sistema.
Como no quiero que le vaya mal a nadie y quiero que les
vaya bien a los argentinos, pido de corazón que por favor nos pongamos de
acuerdo para transformar el sistema previsional y para hacer las reformas
laborales que necesitamos a fin de que haya más trabajo para la población
activa y, de esa forma, también pueda haber más fondos para la clase pasiva.
Si seguimos con esto -y me despido-, a los jubilados de la
Argentina, pito catalán, y que la inocencia les valga. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).-
Tiene la palabra la señora diputada Tundis, por Buenos Aires.
Sra. Tundis.- Señor
presidente: no voy a gritar; voy a hablar. Soy diputada desde hace siete años,
pero sigo siendo técnica. Me cuesta tener un discurso político.
Quería decir a la diputada Campagnoli, a título
informativo, que yo empecé en las cajas de jubilaciones en 1979 y que toda mi
vida atendí al público. Sigo atendiendo a jubilados y resolviendo jubilaciones
y pensiones, tratando de ayudar a la gente. Además, le digo que no podemos comparar
el sistema argentino con el australiano, porque son dos cosas totalmente
diferentes.
-
Ocupa la Presidencia el señor presidente de la
Honorable Cámara, doctor Sergio Tomás Massa.
Sra. Tundis.- Australia tiene
un sistema privado y un sistema estatal. Allí el gobierno paga un básico
universal cuando el beneficiario no llega a tener un millón de dólares en
propiedades. Es decir que, si tiene un millón de dólares en propiedades, no le
paga al jubilado. Por eso tiene una tasa tan baja. Por otra parte, el sistema
privado opera con las entidades bancarias, que no son las AFJP. Cada uno,
después de jubilado, utiliza y administra esos fondos a su antojo.
Esto lo conozco porque tengo un tío que vive allí desde
1968. Él militaba en la Juventud Peronista y tuvo que irse del país para que no
lo matara el gobierno de facto. Es decir que tengo plena constancia de eso y,
además, he pedido información al respecto.
Sugiero que nos comparemos con sistemas similares al
nuestro, como el de España, Italia u otros países, que son sistemas estatales.
Todos ellos están atravesando una crisis de sustentabilidad porque los otros
sistemas se manejan solamente con aportes y contribuciones.
En la Argentina ya desde el año 80, cuando los militares
modifican la ley 18.037, se bajan los aportes patronales y se incorpora la
ampliación del IVA. Entonces, no es algo de ahora el hecho de que se incursione
dentro del sistema previsional.
Quiero hacer un poquito de historia, más allá de que algún
diputado de la oposición dijo que algunos hacen historia, seguramente
refiriéndose a mí. Soy previsionalista y tengo la necesidad de hacer historia.
¿Por qué acompañar un proyecto que tiene que ver con variación de salario y recaudación
previsional e impositiva, es decir, con ambas cuestiones?
Precisamente, la ley 18.037,
al mencionar el 82 por ciento móvil tomaba, de los diez últimos años, los tres
mejores y aplicaba, de acuerdo con la edad jubilatoria, el 70, el 78, el 80 o
el 82 por ciento por exceso de edad. Había una movilidad establecida y, cuando
había paritarias y se pactaban aumentos que superaban el 10 por ciento en el
año, el jubilado iba a la empresa, pedía el certificado y lo presentaba a la
ANSES. Precisamente, yo estaba en Alsina 250 y recibía esos certificados. Ellos
tenían una ley de movilidad.
Acerca del 82 por ciento móvil, la ley nunca contempló ese
porcentaje en actividad, salvo en el caso de los organismos estatales y de los
empleados estatales que pagaban un 13 por ciento y se regían por la ley 22.955.
Se trataba de una ley especial porque los empleados de la administración
pública estatal cobraban muy poco. Entonces, en realidad, pagaban un aporte
mayor para lograr el 82 por ciento del sueldo percibido en actividad. Sin
embargo, esto quedó sin efecto en 2009.
En realidad, el gobierno de facto impulsa modificaciones y
después de 1983 empieza a haber una retracción de los salarios.
A título informativo les digo a los radicales, especialmente
a los más jóvenes, que cuando comienza el gobierno democrático, precisamente
Raúl Alfonsín, presidente por el que siento mucho aprecio, en 1986, a raíz de
la retractación, la falta de aportes y contribuciones, dispuso la emergencia
previsional y dejó de pagar los aumentos, motivando el inicio de una gran
cantidad de juicios. Los invito a leer el respectivo decreto 2196.
¿Qué dijo la Corte Suprema de Justicia ante la apelación de
los jubilados? Que como había una emergencia, no se consideraba con facultades
y se apartaba del tema porque no podía tomar atribuciones legislativas. Me
refiero específicamente al fallo Rolón
Zappa, Víctor Francisco, de 1988, que los invito a leer.
¿Por qué defiendo este proyecto de ley relativo a las variaciones
salariales y a la recaudación previsional e impositiva? Porque en 1994, cuando
se vuelve a cambiar la legislación, la ley 24.241 contemplaba una movilidad
dada por el AMPO ‑Aporte Medio Previsional Obligatorio‑ cada seis
meses. Entonces, se tomaba la recaudación, la cantidad de beneficiarios y se
daban aumentos.
Como los aumentos eran importantes, ¿qué hizo Cavallo al
año siguiente? Redactó la ley 24.463, de solidaridad previsional, aún vigente,
que establece que el Estado dará los aumentos de acuerdo con las partidas presupuestarias
y que los bienes de la ANSES son inembargables. Por ello digamos las cosas como
son.
Por otro lado, me quedó dando vueltas en la cabeza lo que
dijo un diputado de la oposición acerca de que en 2003 el presidente Néstor
Kirchner suspendió los aumentos. Tengo que decir que no fue el presidente
Kirchner, sino Cavallo, quien en 2003 suspendió los aumentos.
Posteriormente, el gobierno de de la Rúa, continuó con
dicha suspensión. Peor aún fue que en 2001, cuando empezó la devaluación, se dejó
a los jubilados en una situación caótica porque, como bien dijeron los
diputados preopinantes de mi espacio, no solo descontaron el 13 por ciento,
cuando era ministra Patricia Bullrich, sino que primero descontaron un 12 por
ciento ‑que no se devolvió a los jubilados‑, aunque aclaro que ese
13 por ciento lo devolvió Duhalde a través de bonos.
La historia nos demuestra que cada vez que los aumentos se
aplicaron por salario o por recaudación, la fórmula funcionó favorablemente.
Finalmente, se sancionó la ley 26.417, instruida por el
caso Badaro. Además, en 2002 comenzaron los aumentos por paritarias. Luego, en
2003, el ahora presidente de la Cámara era el director ejecutivo de la ANSES y
comenzó a otorgar aumentos a los haberes mínimos. Recordemos que desde 1993
hasta 2002 los jubilados cobraban 150 pesos. Recién en 2003 recibieron un
aumento del 46,66 por ciento y en 2004 del 40 por ciento, ascendiendo los
haberes a 308 pesos. Es cierto que quienes recibían más de 1000 pesos estuvieron
quince años sin cobrar aumentos y quienes recibían las jubilaciones mínimas
estuvieron diez años sin cobrar aumentos. Es cierto que se generaron juicios, y
es lógico. Pero cuando se dicta el fallo Badaro, se eliminan los juicios.
Quiero explicarles a los diputados, como técnica
previsionalista, que esto ocurre porque entre 2008 y 2009, período sobre el
cual ya explicaron los aumentos y demás, la Corte no declaró inconstitucional
la fórmula, sino que la consideró correcta y no se generaron nuevos juicios.
Esto lo dijo el doctor Pacioli…
Sr.
Presidente (Massa).- Señora diputada: vaya redondeando su discurso, por favor.
Sra.
Tundis.- Simplemente
agrego que la variación de los salarios y de los aportes previsionales, es lo que
corresponde hacer.
Finalmente, se habló de ajuste, de robo, del 20 por ciento,
de los bancos, de ahorro fiscal, de relatos y de mentiras. ¿Mentiras? No les
dieron bonos a los jubilados sino a las asignaciones; aumentaron de 900.000 a
2.700.000 los planes sociales.
A la vez, les dijeron a los jubilados que se pusieran
saquitos para no tener frío. ¡Por favor! ¿Dónde está el relato? ¿Dónde están
las mentiras? ¿Dónde está el ajuste? ¿Dónde está el robo? Les quitaron
medicamentos y con el ajuste les robaron seis meses y me hablan de los 100.000
millones. Pregunten a la diputada Rosa Muñoz qué le pasó por estar parada
cuando había que votar ese proyecto de ley. Fue presionada por el Poder
Ejecutivo de su provincia para sentarse a votar esa ley. Esa es la democracia.
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el
señor diputado Angelini, por Santa Fe.
Sr. Angelini.- Señor presidente: es lamentable que
hoy estemos
en este recinto tratando un proyecto del gobierno que atenta de manera directa
contra el bolsillo de los jubilados. ¡Qué contradictorio! Porque hace pocas
horas un juez subrogante dictó un fallo por el cual la expresidenta y actual
vicepresidenta, podrá cobrar 1 millón de pesos sin pagar el impuesto a las
ganancias. Mientras tanto, el proyecto en tratamiento, enviado por su propio
gobierno, el de Cristina Fernández de Kirchner, está haciendo un ajuste
terrible a los haberes jubilatorios.
Es sorprendente que distintos diputados, que responden a
gobernadores de algunas provincias del interior que se habían manifestado en
contra de este proyecto, se hayan sentado tan rápido y en silencio. Como esto
me genera muchas dudas, haremos un pedido de informes sobre los aportes del
Tesoro Nacional que envió el gobierno central a las provincias, para ver si
podemos encontrar algunas coincidencias.
En este momento, resulta inadmisible que la nueva fórmula
de actualización no contemple el componente inflacionario, como sí lo hacía la
ley suspendida en diciembre de 2019, apenas asumido el gobierno del Frente de
Todos. Esa era la garantía de los jubilados de que nunca iban a tener aumentos
por debajo de la inflación. Esa fue la fórmula que suspendió el gobierno del
Frente de Todos y que, lamentablemente, afectó a muchísimos jubilados durante
2020.
Por otra parte, en la gestión de Juntos por el Cambio,
gracias a la Reparación Histórica, más de 1 millón de jubilados fueron
recompensados o recuperaron gran parte de los recursos eliminados por el Estado
durante muchos años. Más de 500.000 jubilados pudieron salir de la categoría
más baja, que es la mínima, gracias a la Reparación Histórica.
Ahora, vamos a los datos. Dicen que dato mata relato, cosa
que hace muy bien el relato del kirchnerismo. Durante todo 2020, el gobierno,
que había prometido aumentos a los jubilados, les dio un profundo ajuste. Los
abuelos perdieron entre un 7 y un 18 por ciento debido a los incrementos
otorgados por decreto y no por la fórmula previsional aprobada durante el
gobierno de Juntos por el Cambio.
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Con la
ley de actualización aprobada en 2017 la totalidad de los jubilados hubieran
tenido aumentos de más del 42 por ciento. Durante la consideración de esa
iniciativa el kirchnerismo le tiró a este Congreso 14 toneladas de piedras.
Un
ejemplo más concreto es que los jubilados en 2020 que cobran la jubilación mínima
de 19 mil pesos podrían haber cobrado 20 mil pesos. Los jubilados que al inicio
de este año cobraban 40 mil pesos, al final del mismo hubieran podido cobrado
56 mil pesos, pero reciben 50 mil pesos. Así, el gobierno le ha ajustado a los
abuelos más de 100 mil millones. Lamentablemente esto es por mala
administración y por no apuntar las prioridades a los sectores que más lo
necesitan, como son nuestros abuelos.
Aparentemente
al Poder Ejecutivo no le alcanzó con quitar a los jubilados más de 100 mil millones
de pesos este año. Este proyecto de ley impulsado por el Frente de Todos, por
Alberto Fernández, por Cristina Fernández de Kirchner, por el presidente de la
Cámara de Diputados y por el propio gobernador de mi provincia -Omar Perotti-
afectará muchísimo los ingresos de nuestros abuelos porque no los cuidará de la
inflación, que es uno de los mayores males que tiene nuestro país desde hace
décadas.
Lamentablemente
este gobierno lleva un año sin un plan, sin un rumbo claro, dándole la espalda
a los problemas de la economía, con un pésimo manejo de la cuestión sanitaria,
sin un plan para que nuestros hijos puedan asistir a clase de forma presencial,
y lamentablemente la inseguridad aumenta exponencialmente en todo el país.
Este
2020 termina sin asado, sin heladera llena, con un 10 por ciento más de pobres
en la Argentina, con más de 4 millones de trabajadores que se quedaron sin
trabajo, con decenas de miles de pymes y comercios que bajaron sus persianas y
con un terrible ajuste a los jubilados.
Claramente
no acompañaré este proyecto de ley que constituye un ajuste enorme a quienes
durante toda su vida trabajaron, apostaron al país y aportaron para tener una
jubilación digna. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).-
Tiene la palabra el señor diputado Cano, por Tucumán.
Sr. Cano.- Señor presidente: hoy, 29 de
diciembre, transitamos uno de los últimos días del año con una agenda política
que debate en el Congreso una nueva fórmula que actualice los haberes
jubilatorios.
Escuché
muchísimos argumentos de diputados oficialistas pero uno nunca termina de
sorprenderse con la capacidad de modificar la realidad para hacernos creer que
el 42 por ciento de aumento es menos que el 36 por ciento que fijaron los
decretos emitidos por el presidente de manera discrecional.
La
matemática es una ciencia exacta. Recuerdo que en una reunión de comisión
solicité a los funcionarios de la ANSES que informen -con su firma‑
cuánto hubiese sido el incremento de los haberes jubilatorios de haber continuado
la fórmula aprobada en 2017 y cuánto hubiera sido finalmente con los aumentos
discrecionales del Poder Ejecutivo, pero hasta el día de hoy no recibí ninguna
respuesta.
Obviamente
no tendremos la respuesta porque hay un punto donde ya no se puede mentir.
Reitero: la matemática es una ciencia exacta.
También
apelaron a errores y al pasado.
¿Sinceramente ustedes creen que estamos debatiendo una fórmula que
mejorará el haber de los jubilados? ¿Creen honestamente que hoy estamos
debatiendo una fórmula que mejorará la vida de los jubilados y de los 17
millones de beneficiarios de la AUH y de las asignaciones familiares? ¿Ustedes
creen que hoy estamos debatiendo una fórmula para mejorar la calidad de vida de
nuestros jubilados?
Es un
hecho vergonzante para toda la dirigencia política y para todos nosotros que la
mayoría de los jubilados hoy tenga un haber que no supere los 19 mil pesos. Cada
uno tendrá que hacerse cargo de la parte que le corresponde, pero no vengan
aquí a plantear que esta fórmula es superadora de la que estaba vigente, porque
en todo caso estamos a tiempo de encontrar un consenso y votar por unanimidad
este proyecto si incorporamos una cláusula que diga que el piso de los
incrementos de los haberes jubilatorios será la fórmula que se aplicaba cuando
se aprobó en 2017.
Si
están tan convencidos de que esta fórmula estará por encima de la vigente hasta
diciembre del año pasado, incorporemos una cláusula en ese sentido y votemos
por unanimidad. Obviamente no lo van a hacer, porque cuando vino la misión del Fondo Monetario Internacional solicitó que desindexaran los incrementos
jubilatorios y por eso
sacaron la actualización de los haberes jubilatorios en base a la inflación.
También
hablaron de lo que pasó en 2001 y de un desaguisado de situaciones -cada uno se
hará cargo de la parte que le corresponde‑ pero en 2010 ustedes vetaron
la ley del 82 por ciento móvil.
La
legislatura de Santa Cruz votó por unanimidad el proceso de privatización del
sistema jubilatorio en la Argentina. Cuando modificamos la fórmula en 2017
claramente hubo un desfase y, como los jubilados perdían, hubo un bono que
compensó en parte esa pérdida. Esto lo tenemos que decir porque, de lo
contrario, estaríamos haciendo lo mismo que hacen ustedes: negar la
realidad.
Entonces,
por favor, no se mientan más. La sesión de hoy no tiene nada que ver con lo que
ocurre en la Argentina y con la necesidad que hoy pasa la gente que no es solo
responsabilidad de ustedes, porque este ha sido un año muy complejo.
En 2020
tuvimos más de cuatro millones y medio de pérdidas de puestos de trabajo y una
enorme devaluación de los sectores asalariados, pero frente a esta situación la
respuesta de este Congreso un 29 de diciembre es sancionar una fórmula que
claramente perjudicará no solo a los jubilados sino a los casi 17 millones de
beneficiarios de la seguridad social.
Acá hay
una cuestión que no es menor y que debería interpelarnos a todos. Desde el
inicio del siglo XX el modelo del sistema jubilatorio en la Argentina se
exhibía en todo el mundo. Desde 1948 hubo sucesivas modificaciones. Hubo idas y
vueltas que hicieron que el impacto del sistema jubilatorio pasara del 20 a más
del 60 por ciento del presupuesto nacional. Esto tiene que llamarnos claramente
la atención porque le tenemos que dar sustentabilidad al sistema y debemos
discutir en profundidad cómo lo hacemos.
De
ninguna manera podemos aceptar que en medio de esta crisis económica que afecta
a los sectores de menores ingresos un 29 de diciembre votemos una fórmula que
perjudicará y profundizará esa caída del haber jubilatorio.
Hoy es
una sesión distinta.
Sr. Presidente (Massa).- Le solicito que finalice su discurso,
señor diputado.
Sr. Cano.– Señor presidente: la diputada Tundis
habló cuatro minutos de más. Yo esperaba que en algún momento llorara, pero la
espera fue en vano. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).-
Le pido dos favores: el primero, que sea respetuoso con los otros
diputados y, el segundo, que cumpla con lo que establece el Reglamento. No mire
lo que hacen los demás.
Sr. Cano.- Le pido cuatro minutos, señor
presidente, y termino.
Sr. Presidente (Massa).-
Usted dedíquese a cumplir con la parte del reglamento que le
corresponde.
Sr. Cano.- Señor presidente: usted también haga
cumplir el Reglamento. Que cada uno cumpla con el tiempo que le corresponde.
Sr. Presidente (Massa).-
Quédese tranquilo. Le pedí dos veces a la señora diputada Tundis que
cierre su discurso.
Sr. Cano.- Cuatro minutos de más habló.
Sr. Presidente (Massa).- ¡Termine su discurso, señor
diputado!
Sr. Cano.- Señor presidente: esta es una sesión
distinta, porque no hay piedras, no hay diputados agrediendo al presidente de
la Cámara, no hay organizaciones sindicales que tienen doble vara y doble
estándar y que defienden a los trabajadores y a los jubilados cuando no son
gobierno porque, cuando lo son, claudican y son cómplices, como está ocurriendo
hoy en la Cámara de Diputados.
Esta
sesión es distinta, porque a pesar de que anunciaron que iban a incrementar el
20 por ciento el haber jubilatorio, una vez más les meten la mano en el
bolsillo a todos los jubilados de la Argentina.
Termino
citando lo que dijo un dirigente peronista, Carlos Núñez, de Jubilados de la
Plaza, de Tucumán, que me pidió que lo leyera: “Dejen de llamarnos ‘beneficiarios’
y llámennos de ahora en adelante ‘perjudicados previsionales’, porque en eso
nos han transformado. Dejen de hablar de movilidad previsional y comiencen a
hablar de morbilidad previsional.” (Aplausos.)
previsional.” (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Juez, por Córdoba.
Sr. Juez.- Señor presidente: ¿cómo le va? ¿Cómo
anda?
Sr. Presidente (Massa).- Bien. ¿Usted anda bien?
Sr. Juez.- Bien. ¿La Navidad bien? ¿La familia
bien?
Sr. Presidente (Massa).- Ahí anda. (Risas.)
Sr. Juez.- Bueno, me alegro.
A mí me
gusta contar historias. Le voy a contar una mía, familiar. Mi viejo era
suboficial del Ejército. Era del Grupo Tacuara. Había estado preso en la época
de la revolución del 55. Lo pasaron al retiro obligatorio con Lonardi en Córdoba.
Después lo reincorporaron cuando vino el general, allá en el 73. Obviamente, ya
tenía edad para pasar a retiro efectivo. Lo retiraron a la vuelta de la
democracia y pasó como pasó siempre: su haber jubilatorio se redujo a una
miseria. Pero él siempre manejaba un taxi de noche, porque éramos 6 para educar
y criar y su sueldo miserable de suboficial del ejército no alcanzaba. Se las
rebuscó.
¿Por
qué cuento esto? Sé que me voy a pelear con todos. Nosotros venimos de una
familia muy politizada. Siempre nos metíamos en todas las actividades del
barrio y un día ‑yo era una criatura‑ salía del secundario en el
Liceo Militar y él me dijo: “No te metás nunca con los viejos. Los tipos
aportaron toda su vida y no saben cuánto van a vivir: si son cinco, diez, quince
o veinte años, pero los quieren disfrutar con sus nietos, quieren disfrutarlo
con tranquilidad.”
Yo
nunca sabía qué iba a ser de mi destino. Me tocó alguna vez ser senador, alguna
vez diputado provincial y hoy me toca ser diputado nacional pero me prometí no
votar nunca –nunca‑ un ajuste para jubilados, aun cuando el gobierno de
turno fuera el mío, porque es horrible. Nosotros nos estamos imputando y nos
miramos desde arriba del hombro y nos echamos la culpa: “Porque ustedes con las
piedras”, “Porque nosotros”, “Porque la fórmula nuestra”, “La fórmula de
ustedes”.
Esto es
un espanto. Es un fracaso de la clase política dirigente el no haber podido
acordar algo fundamental. Nosotros nos creemos inmortales. Nunca nos va a pasar
nada. Nunca nos vamos jubilar. Nosotros creemos que toda la vida vamos a estar
sentados acá. No vamos a ser viejitos, como algún ministro de la Corte que
cobra fortunas, y no va a hacer falta que cobremos una jubilación. La verdad es
que es lamentable. Cuando yo le digo que es nuestro fracaso como dirigentes
políticos, póngale el partido que quiera, el presidente que quiera, la gestión
que quiera, la anterior, la que viene, la que está, sigue siendo un fracaso. No
hay forma.
Cuando
los dirigentes políticos nos sentamos a discutir fórmulas de actualización
previsional es porque estamos diciendo: “Ahí hay plata, vamos a meterle el
diente y veamos cómo la repartimos”. Y nos olvidamos automáticamente de que esa
gente laburó, aportó, trabajó para poder tener esa tranquilidad y se la quitamos
sin nada, sin miramientos. Después nos imputamos, nos peleamos, nos enojamos,
nos sonrojamos, nos tiramos piedras, nos ofendemos y nos agraviamos pero, en
definitiva, hacemos siempre lo mismo de un lado y del otro en un tiempo y en
otro.
Siempre
le metemos la mano en el bolso a los que menos tienen. En este país es
facilísimo resolver los problemas de la política con los que no se pueden
defender. Es muy fácil y después pasa como siempre: algunos se enojan, quieren
dar definiciones increíbles, vienen funcionarios a explicar lo inexplicable,
nos muestran fórmulas y traen dirigentes a contar lo que no se puede contar.
Habrán
visto que ni siquiera he hablado, ni lo voy a mencionar, porque acá hay
abogados previsionalistas. Lo mío es el derecho penal, pero claramente con
cualquier fórmula que no incluya a la inflación estamos jodiendo a los viejos.
No hace falta ser un genio. No me vengan a hablar de la recaudación. Todos
sabemos que es una mentira.
Lo
cierto es que la política, en vez de ajustarse y de encontrar una posibilidad
cierta y concreta de que el Estado sea eficiente, termina siempre metiendo la
mano en el bolso de los que no se pueden defender.
Como
las imputaciones que tenemos en la historia nos permiten señalarlos con el dedo
y nadie de los que estamos acá claramente puede tirar la primera piedra,
pareciera que hoy la razón nos asiste a nosotros, los opositores. Pero lo
cierto es que a mí me da vergüenza. Yo no quiero ser parte de esa dirigencia
política y quiero honrar el compromiso…
¿Me
está atendiendo, señor presidente, o no? Cuando me atienda, yo sigo.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado: siga hablando
que yo lo estoy mirando…
Sr. Juez.- Cuando me atienda yo sigo.
Sr. Presidente (Massa).- Estoy escuchando a la
diputada.
Sr. Juez.- ¿Me va a prestar atención? Faltan 30
segundos.
Sr.
Presidente (Massa).- Métale nomás.
Sr.
Juez.-
Voy a honrar el compromiso que le hice a mi viejo allá, hace muchísimos años.
Jamás en la vida voy a levantar la mano por el gobierno que sea, en el momento
que sea, para cagarle la vida a un jubilado, sea en este gobierno, en el
anterior, en el que vaya a venir y en el que me toque estar, porque eso es lo
que estamos haciendo por más que disfracemos las palabras le estamos cagando la
vida a los jubilados. Así que, señor presidente, no cuente con mi voto.
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Leiva, por el Chaco. ¿A
usted le molesta que la escuche a la diputada Álvarez Rodríguez mientras usted
está hablando?
Sr.
Leiva.- No, señor presidente. Es un gusto que escuche a una dama.
Sr.
Presidente (Massa).- Comience su discurso, señor diputado.
Sr.
Leiva.- Señor presidente: voy a comenzar con algunas consideraciones que me
parece que es importante tener en cuenta.
Estamos llegando al final de 2020. Para mí todo ha sido
nuevo este año. Quiero compartir una expresión de alguna gente del interior
profundo que me estuvo mandando mensajes y me decían: “Hay gorilas a los que no hay vacuna que
les ande bien”. Me parece que tiene mucha razón esa gente cuando opina de esa
manera porque cuando Cristina habla, desestabiliza, pero cuando el traidor de
Cobos votó por la 125 muchos de los que lo expulsaron por 100 años lo
recibieron como si hubiese sido San Martín. (Aplausos.)
Nos
encontramos en este presente nuevamente cuestionando a nuestro presidente no
hizo nada más que honrar el compromiso con el pueblo de la Nación Argentina.
Quiero recordarles que nuestra vicepresidenta les ganó dos veces la presidencia
a ustedes y ayudó a que volvamos al gobierno con Alberto en las últimas
elecciones.
Entonces
creo, humildemente, que hay dirigentes que se merecen el respeto, pero hay
algunos que jamás ganaron nada y que lo único que hacen es destilar odio en
cada una de sus manifestaciones.
Por
eso, señor presidente, tengo una mirada diferente de la que ha planteado la
oposición. Creo que terminamos un año difícil producto de la pandemia económica y sanitaria que hemos heredado,
pero creo que lo cerramos con un Congreso que sesionó muchas más veces que cuando
ellos fueron gobierno.
Llegamos
a fin de año y hoy comenzó la vacunación. Llegamos a un fin de año en el que no
tuvimos crisis política o social. No hay ninguna duda de que hay una situación
compleja, pero también hay otra realidad: la gente sabe exactamente que somos
nosotros los que estamos hoy gobernando en la diversidad y con opiniones
diferentes, pero somos nosotros los que vamos a poner al país de pie.
Y
aquellos jubilados y jubiladas que están en sus casas, sin duda recuerdan que
aquellos que levantan la voz hablando de tantas bondades, les sacaron los
remedios y la posibilidad de una vez en la vida de hacer turismo social. Les
sacaron las prótesis, les sacaron la pensión a los discapacitados y hoy nos
vienen a hablar a nosotros de ajuste.
El
ajuste son los 40.000 millones de dólares que tomaron de préstamo para perder
una elección. Eso es ajuste. (Aplausos.)
Y eso es lo que estamos pagando hoy todos los argentinos.
Por eso
estoy convencido de que el proyecto de ley que vamos a aprobar constituye el
camino para comenzar la recuperación que necesitamos los argentinos en general,
tal como se comprometió el señor presidente de la Nación ante nuestro pueblo.
En este sentido, él dijo –y no me voy a cansar de repetirlo-: “Vamos a empezar
por el de abajo para llegar a todos”, y es lo que está haciendo.
¿Qué
pretendían que hiciera frente al tamaño desastre que llevaron a cabo?
Lógicamente, es muy fácil agarrar los micrófonos y hablar permanentemente en
los medios de comunicación para tratar de que la gente se olvide del desastre
que hicieron. Y si hoy no hay una manifestación por parte de los jubilados no
es porque el Honorable Senado esté considerando el proyecto de ley sobre
interrupción voluntaria del embarazo, sino porque saben que vamos a llegar a
buen puerto y que somos nosotros los que les vamos a devolver la dignidad.
Por
eso, sin excederme un segundo en el tiempo del que dispongo para hacer uso de
la palabra, celebro la posibilidad de votar este proyecto de ley.
¡Feliz
año nuevo para todos los argentinos, con esperanza y dignidad, para que la
Patria se ponga de pie! (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Corresponde que el señor
diputado Buryaile haga uso de la palabra, pero está desconectado. Por ende, lo
saltearemos en la lista de oradores.
Tiene
la palabra la señora diputada Jetter, por Corrientes.
Sra. Jetter.- Señor presidente: en primer término,
quiero dejar establecido que este debate es una estafa y no lo podemos negar ya
que por algo convocaron a esta sesión el
mismo día en que el Honorable Senado está debatiendo el proyecto de ley
sobre interrupción voluntaria del embarazo.
Si
realmente esto hubiera sido algo bueno y un motivo de festejo para los
jubilados, entonces tendrían que haber convocado a sesión para otro día, a fin
de que todos pudieran festejarlo en la Plaza de los Dos Congresos. Pero no: lo
hicieron el mismo día, de la misma forma en que celebraron la sesión del
Honorable Senado el día en que la Cámara de Diputados debatió el proyecto de
ley sobre interrupción voluntaria del embarazo. Todos los medios y ciudadanos
están expectantes por el debate sobre el aborto, pero en la Cámara de Diputados
se va a sancionar –sin que nadie se entere- un proyecto que implicará un ajuste
para los jubilados.
En 2017
se sancionó, con esfuerzo, una ley de
movilidad jubilatoria que preveía lo más lógico que debe tener toda
movilidad de esa índole: atenerse a la inflación. Esa fórmula establecía un 70
por ciento basado en el índice de precios al consumidor y un 30 por ciento en
el RIPTE, es decir, en los salarios.
El 21
de diciembre de 2019 esta Honorable Cámara sancionó la famosa Ley de Solidaridad
Social y Reactivación Productiva en el Marco de la Emergencia Pública, que dejó
sin efecto la ley de movilidad jubilatoria de 2017 y otorgó
discriminatoriamente al señor presidente de la Nación -y por el término de 180
días‑ la atribución de establecer por decreto los aumentos destinados a
los jubilados.
También
se formó una comisión. Esa fue otra falacia, ya que si bien en realidad hubo
gente que trabajó en ella, fue otra cortina de humo porque finalmente se
prorrogó hasta el 31 de diciembre del corriente año –es decir, hasta dentro de
dos días- la atribución otorgada al señor presidente de la Nación para seguir
estableciendo por decreto los aumentos de los haberes previsionales.
La
fórmula no salió de esa comisión, sino del Poder Ejecutivo nacional y la
terminó de definir la señora vicepresidenta de la Nación.
El
proyecto de ley que estamos considerando viene del Honorable Senado, es decir,
no fue el resultado de un consenso de esa famosa comisión integrada por
legisladores, representantes de la ANSES y de los ministerios de Trabajo,
Empleo y Seguridad Social y de Economía.
Por eso
insisto en que siempre se está escondiendo la verdad. En este sentido, coincido
con lo expresado por la señora diputada Campagnoli, en cuanto a que es una
lástima que no nos animemos a debatir seriamente la solución del problema de
los jubilados.
Una de
las razones por las cuales me involucré en la política fue ver lo que les
ocurrió a mis abuelos, dos “gringos” que vinieron de Europa en 1925 y que
cuando se jubilaron, después de aportar durante toda su vida como agricultores,
lo hicieron con una jubilación paupérrima. No podían manejar un taxi como el
papá de Luis, pero siguieron trabajando en el campo porque la jubilación no les
alcanzaba para nada. Estoy hablando de mucho tiempo atrás.
De
manera tal que la injusticia con los jubilados se viene repitiendo desde hace muchísimos
años. Es una lástima que después de tanto tiempo no podamos resolver esta
situación y que, por el contrario, la vayamos empeorando.
¿Qué pasó
en 2020? En 2020 los decretos del señor presidente de la Nación hicieron que los
jubilados que perciben el haber mínimo tuvieran un 35 por ciento de aumento y
que los que cobran el máximo recibieran un incremento del 24 por ciento.
¿Cuánto hubieran recibido de aumento si hubiese seguido vigente la ley
sancionada en 2017? Un 42 por ciento. Esa es la realidad y la verdad.
Pero también en 2020 Boudou recuperó
su haber de jubilado de 400.000 pesos, mientras que en el caso de la
vicepresidenta de la Nación hoy se dictó un fallo en virtud del cual va a poder
cobrar su jubilación, su pensión y, además, el retroactivo correspondiente, que
creo que asciende a 100 millones de pesos.
¿Por qué no apoyo esta fórmula? Porque
no protege a los jubilados de la inflación y porque es inconstitucional. Así lo
determinó la Corte Suprema de Justicia de la Nación y por eso tuvimos que
establecer la reparación histórica. En este sentido, tienen que reconocer que
entre 2016 y 2019 el gobierno anterior se hizo cargo de la reparación histórica
por los descuentos que ustedes practicaron sobre los haberes de los jubilados
desde 2003 hasta 2015. De esta manera, 1.500.000 de jubilados recuperaron su
poder adquisitivo y otros 550.000 pudieron salir del haber mínimo.
Pero la razón más importante por la
que no apoyo esta fórmula es porque no es trasparente. La fórmula anterior se
basaba en dos índices que se publican: el de precios al consumidor y el de los
salarios. En cambio, esta fórmula no lo hace. La recaudación tributaria es
imposible de seguir por un jubilado, un ciudadano e incluso un especialista.
Lo único que esto les va a permitir
hacer -y esto lo anticipo con mucho dolor- es seguir disminuyendo el poder
adquisitivo de los jubilados y otorgarles un buen aumento un mes antes de las
elecciones. En otras palabras, se trata de más populismo.
Por lo tanto, realmente es muy triste lo
que se va a sancionar en la última sesión del año de esta Honorable Cámara.
-
Ocupa
la Presidencia el señor vicepresidente 1° de la Honorable Cámara, doctor Omar
De Marchi.
Sra. Jetter.- Asimismo lamento que esto también va a perjudicar
a los jubilados del futuro ya que dentro de muy poco tiempo desgraciadamente
tendremos que reunirnos de nuevo para sancionar una nueva fórmula jubilatoria,
ya que esta no tiene ninguna previsibilidad. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado
López, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. López.- Señor presidente: vamos a definir lo que estamos haciendo
si votamos el proyecto en consideración que establece esta fórmula. Yo, por lo
menos, quiero hacerlo como creo que corresponde.
Concretamente, estamos trasladando a
los jubilados, a los pensionados, a los beneficiarios de la Asignación
Universal por Hijo y a todos los beneficiarios de las prestaciones sociales que
otorga la ANSES los riesgos de la macroeconomía Argentina. ¡Y vaya que es una
macroeconomía riesgosa! Lo es y mucho. No hace falta hablar de la brecha
cambiaria, del riesgo país, del déficit, de la emisión monetaria y demás.
La política, ni más ni menos, ni bien
ni mal, ha decidido trasladar todos esos problemas que tiene nuestra economía
–que en 2020 ha experimentado una de las recesiones más grandes del mundo- a
los jubilados, los pensionados y los beneficiarios de la Asignación Universal
por Hijo. ¡Qué pesado y difícil es cargar con ese riesgo!
La historia es larga, pero la reciente es
compleja en relación con la fórmula de la movilidad jubilatoria. El gobierno de
Néstor Kirchner tuvo superávit, en gran medida porque había muchos menos
jubilados y pensionados y porque su gracia otorgaba o no los aumentos. La
jurisprudencia empezó a avanzar y nos decían que los aumentos, como lo
establece el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, deben fijarse a
partir de una movilidad determinada por algún índice concreto, cierto y claro.
¿Cuál
es el índice que se les ocurrió en 2008 y al que básicamente estamos volviendo?
El de una fórmula difícil de entender y respecto de la cual podemos decir que
se regía por las variables del crecimiento y de la recaudación.
¿Por qué pasaba eso? Porque no había INDEC,
es decir, no había estadísticas en la Argentina. El hecho de que no las hubiera
fue una decisión deliberada del gobierno de Néstor Kirchner, primero, y de
Cristina Fernández de Kirchner, después.
Ahora pongo un manto de dudas sobre si volvemos a una fórmula de este tipo, porque en el corto o en el mediano plazo vamos a decidir que no haya estadísticas. Entonces, vayamos llamando a Marco Lavagna para preguntarle si tiene alguna presión, garantía o algo. Porque tal vez ustedes pueden optar por la inflación. Por lo menos con la inflación me quedo tranquilo de que el riesgo de la macroeconomía, una de las más enfermas del mundo, no se lo traslado al poder adquisitivo. Pero supongamos que no y buscamos otro parámetro objetivo que esté en alguna estadística confiable. Por ahora hay estadísticas, pero yo lo pongo en duda.
Ahora,
¿cuál es la crítica económica más evidente? ¿Esto de que es procíclica la
fórmula? Le ponemos el riesgo de la macroeconomía argentina a todo el
sector pasivo, pero si por casualidad crecemos, nos va bárbaro y explota la
economía, generamos una incertidumbre más en la sustentabilidad del sistema.
¿Eso es bueno? Yo no lo sé. No lo tengo claro. No sé si lo tienen claro ustedes
porque no debatieron seriamente en una comisión que, como dijo el diputado
Cacace, funcionó un año, con escaso trabajo, con falta de seriedad y, además,
con poca dimensión de los problemas que tenemos los argentinos.
Nosotros
también cometimos el mismo error: subestimamos demasiado. Ustedes tuvieron un
logro político muy importante que aquí se mencionó varias veces. Fue mi primera
sesión: llena de piedras, llena de agresiones, una guerra de guerrillas que
entraba por todos lados, nos atacaban, nos insultaban en la cara para ver quién
se sacaba y largaba la primera trompada. Nosotros hasta fantaseamos con sacar
esto por DNU. ¡Miren si subestimamos el problema!
Los
cráneos del gobierno al que pertenecimos en ese momento subestimaban mucho más
diciéndonos: “Está en la página 15…”, o no sé en qué página del diario.
Ustedes
creen que hoy porque es 29 de diciembre, porque acá al lado se está debatiendo
el aborto, porque no nos están prestando atención, porque estamos pensando en
la vacuna, en las fiestas, en la pandemia, en el año horrible que pasamos todos
los argentinos, no les va a llegar el problema y no les va a llegar la
subestimación.
La
diferencia es muy grande. Tuvieron un logro político y nos pusieron a nosotros
a la defensiva sin más iniciativa ‑esto sumado a un montón de errores que
seguramente cometimos-, lo cual los lleva a pensar que a ustedes no les va a
pasar lo mismo porque nosotros no los atacamos de la misma manera.
Nosotros
no queremos atacarlos de la misma manera; queremos que reflexionen, queremos
ser responsables, queremos encontrar una salida. Ustedes tuvieron ese logro y
nos hicieron bajar la guardia. Nosotros ahora queremos aprender. Sabemos que
somos una frustración, pero queremos ser una alternativa y una oportunidad, y
vamos a seguir aprendiendo y haciendo la autocrítica que tengamos que hacer.
Les
pido que en ese camino, en el que los podemos acompañar, si tienen algo de
sensatez, busquen el rumbo porque llegaron pero no saben para qué.
Busquen
generar trabajo. Nos decían en la campaña que se seguía creciendo pero ninguno
de ustedes, ni los sindicalistas, ni los empresarios ni nadie se sienta a una
mesa a pensar cómo buscamos trabajo, que no va a ser solo para sostener un
sistema solidario. Buscar trabajo va a ser para que tengamos dignidad, para que
tengamos esperanza. Nosotros lo intentamos y no pudimos.
Nosotros
vamos a seguir estudiando, aprendiendo, haciendo autocrítica para que la
sociedad pueda, en alguna medida, encontrar un dique para ustedes y una alternativa
a futuro. Ojalá nos salga. Ojalá les salga a ustedes. Ojalá nos salga a nosotros.
Ojalá mejoremos y ojalá encuentren, dentro de lo errático y perdidos que están
un rumbo que nos logre sacar de este pozo del que nadie sabe cómo salir y en el
que todos estamos tan cansados, tan tristes y tan desorientados. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado
Patiño, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Patiño.- Señor presidente: para poner las cosas en su justo
contexto, comienzo diciendo una obviedad olvidada: la jubilación bien entendida
no es una dádiva, no es un regalo, no es un subsidio, no es un favor que le
hacemos los políticos a los jubilados; es lo que el Estado le quita a los
trabajadores compulsivamente para administrar mal y con total discrecionalidad.
Cuando
una persona se jubila, suponiendo que empezó a trabajar a los 18 años, es como
si hubiera trabajado diez años gratis para alguna vez disponer en su vida
pasiva de ese dinero. Por eso digo que lo de hoy es un ajuste liso y llano.
Quitan la inflación de la ecuación cuando vamos a pisar el 50 por ciento y la
maquinita sigue y sigue y sigue imprimiendo.
Atan la
actualización a la recaudación vinculada al empleo cuando -como leía hoy‑
dos de cada diez empresas solo están pensando en ampliar sus plantas de empleados
en el año próximo, y ya sabemos por qué es eso.
Ni
hablar de los despidos que se vienen si siguen destruyendo la economía y
persiguiendo al que produce, al que invierte. ¿Cómo va a ser sustentable un
sistema si se persigue al que invierte y al que produce? ¿Cómo va a haber más
trabajadores activos si se practican esas políticas? Esa es una lógica que hay
que tratar de encontrar.
Estamos
hablando de sustentabilidad del sistema pero, por otro lado, destruimos la
economía. Yo no sé cómo cierra esto.
El otro
50 por ciento queda atado a la evolución de los salarios, cuando ya también
sabemos que hay algunos gremios que están pactando paritarias por debajo de la
inflación precisamente porque la desocupación es una amenaza real.
Si de
verdad les interesara sostener el ingreso de los jubilados, por lo menos
podrían haber empalmado ambas fórmulas y, en el corto plazo, en un contexto
inflacionario, mantener la fórmula anterior, y cuando seamos Suiza pasar a la
fórmula que se va a votar hoy acá. Pero eso implicaba reconocer justamente que
la fórmula tiene fallas en el corto plazo y no lo van a reconocer. Eso es así.
Hoy
escuché a muchos diputados oficialistas argumentar básicamente que esta fórmula
es buena porque el gobierno anterior fue malo. Más o menos ese es el esquema de
argumentaciones. Ese es el nivel de debate que estamos teniendo, pero no se
engañen porque esto no es el centro del universo y a la mayoría de los
argentinos les importa un bledo la grieta o los pases de facturas entre un
gobierno y otro. Ya ni siquiera quieren que les solucionemos la vida porque
ellos se la pueden solucionar solos. Por
lo menos lo que no quieren es que se la compliquemos.
Señor
presidente: si quisieran cambiar las cosas, por lo menos deberían reconocer que
este sistema no funciona en una economía débil que tiene voracidad para gastar
lo que no se tiene, pero tampoco lo van a reconocer.
Hay un
problema de previsibilidad que, paradójicamente, se llama previsión social,
porque con el paso del tiempo lo único que hicimos fue cambiar cada tanto la fórmula
y cambiar la edad jubilatoria. Los jóvenes de hoy no saben cuándo se van a
jubilar, cuánto van a cobrar cuando se jubilen y si se van a jubilar siquiera,
porque si seguimos así es imposible hacerlo.
Por
último, quiero agregar algo que escuché y que me tiene muy preocupado. Hoy uno
de los miembros informantes dijo que no tenemos que darle la razón sino que
tenemos que darle tiempo. No sé si lo escucharon. Dijo: “Tenemos que darle
tiempo.” Le pide tiempo a los jubilados. En definitiva, no es a nosotros a
quien nos tiene que pedir tiempo. Le piden tiempo a los jubilados, le piden
tiempo a los abuelos, le piden tiempo a mi tía Nélida que tiene que pagar un
alquiler todos los meses, le piden tiempo a todos los jubilados que hoy están
encerrados, que no pueden ver a sus nietos y que no pueden ver a sus hijos. A
ellos le piden tiempo. ¡No puedo creer el nivel de cinismo que tienen para
encarar esta situación! ¡Le piden tiempo a los que ya no tienen tiempo! ¡Le
piden tiempo a los que ni siquiera les quedan esperanzas! (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado
Zamarbide, por Mendoza.
Sr. Zamarbide.- Señor presidente: quisiera comenzar mi exposición
comentando una anécdota. Recuerdo que en diciembre de 2017 el actual gobernador
de la provincia Buenos Aires, entonces diputado nacional Axel Kiciloff, estaba sentado acá muy cerquita, en el lugar
de la oposición, y dijo: “Parece que es una costumbre de los gobiernos
neoliberales agarrársela con los jubilados.” Bueno, entonces el kirchnerismo se
ha vuelto neoliberal.
Para ganar
las elecciones, prometieron que, apenas asumieran, iban a aumentar el 20 por
ciento a los jubilados, pero apenas asumieron enviaron el proyecto ‑mal
llamado‑ de solidaridad social y bajaron las jubilaciones.
Los
gobiernos en democracia deben tener una doble legitimidad: de origen, es decir,
ser electos por el voto popular; y de ejercicio, o sea que las medidas que van
tomando sean acompañadas por la mayoría de la ciudadanía. Ese capital político
es lo que el gobierno está dilapidando porque prometen cosas que no pueden o no
quieren cumplir.
Más temprano escuchamos hablar del trabajo de
la ANSES. Usted, señor presidente, lo sabe porque es de Mendoza. Las oficinas
de ANSES estuvieron cerradas durante meses, negándoles el derecho de empezar
sus trámites a los jubilados que querían hacerlo.
Previo a
las PASO de 2019 una jubilación mínima equivalía a 60 o 70 kilos de asado, dependiendo
del precio de la carne que se tome. Hoy equivale a 30 o 40 kilos en el mejor de
los casos. Es decir, el gobierno que venía a llenar las heladeras terminó
generando una pérdida de poder adquisitivo de la mitad para este producto.
Estas son
las consecuencias del populismo en el mediano plazo: pérdida del poder
adquisitivo y empobrecimiento de la población.
Esta
reducción de las jubilaciones, esta verdadera estafa electoral la hacen sin
ponerse colorados, sin que aparezca nadie llorando en cámara, sin piedras en el
Congreso, con los sindicatos callados en un contexto de una recesión económica
atroz generada por la cuarentena y no por la pandemia.
Repasemos
rápido cómo llegamos hasta acá. Este año, según el ministro Ginés González
García, el COVID no iba a llegar porque estaba muy lejos. El virus llegó, pero
se curaba con un tecito, según palabras del presidente la Nación que anunció la
cuarentena por 15 días pero terminó siendo por 9 meses.
No
testeamos porque el Ministerio de Salud no compró los tests suficientes, así que fue más fácil cerrar todo y paralizar la
economía. Ahora, atamos a los jubilados a los vaivenes de esta economía porque
dependen de la recaudación.
El
gobierno abandonó a miles de argentinos que no pudieron volver al país. El presidente
festejaba por cadena nacional que no somos Suecia, ¿se acuerdan? Si abrimos la
economía, vamos a terminar como Suecia, decía el señor presidente Fernández.
El
gobierno cerró las escuelas, se negó a liberar los datos para que los chicos
pudiesen acceder a plataformas educativas, tal como estaba contemplado en algún
Orden del Día que no fue tratado todavía, y que esperamos debatir prontamente.
Mientras
nos adentramos a la crisis económica más importante desde la de 2001, la
vicepresidenta no perdió tiempo y mandó un proyecto de reforma judicial al
Senado, que nada tiene que ver con la agenda de la gente.
Es decir,
mientras las pymes de todo el país cierran y ajustan a los jubilados, el
kirchnerismo se dedica a intentar liberar a De Vido, al Pata Medina y a otros
tantos presos tristemente célebres.
El blue se dispara y pasamos de la promesa
de “ni cepo, ni especulación” de 2019 a meter un tremendo cepo cambiario que
nos aleja cada vez más del mundo.
La famosa
curva de contagios no cae y no solo pasamos a Suecia, sino que nos ubicamos
décimos en cantidad de muertos por habitante y estamos en el top five
de contagio por millón de habitantes. Ya no hay más conferencias de prensa ni
filminas de que le estamos ganando al virus.
Nuestro
canciller sufre –evidentemente‑ algún tipo de trastorno que le hace
inventar diálogos entre el presidente Fernández y Biden. Estas cosas ojalá
fueran graciosas, pero nos alejan del mundo y nos hacen perder seriedad como
país y cada vez más nos alejamos de la posibilidad de ser un destino de
inversiones.
Siguen
cerrando las pymes, la inflación es imparable, el dólar está por las nubes,
crece el desempleo y la única solución que encuentran es crear nuevos impuestos
o aumentar los existentes.
Reitero:
estamos dispuestos a discutir una reforma del sistema impositivo de fondo que
baje impuestos al consumo y al trabajo.
Entonces,
estamos terminando el año con una caída de 14 puntos del PBI, una desocupación
del 13 por ciento ‑cifra que no se alcanzaba desde 2004‑, un 50 por
ciento de pobreza, con 60.000 pymes que cerraron gracias a la cuarentena eterna
mientras que el COVID se llevó la vida de 43.000 argentinos.
Señor
presidente: una diputada del oficialismo dijo hoy que este es un día histórico,
refiriéndose a las vacunas. La verdad es que tiene razón: es un día histórico
porque hoy al populismo se le cae la careta y ajustan jubilaciones. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra
la señora diputada Cáceres, por Buenos Aires.
Sra. Cáceres.- Señor presidente: llegó fin de año y es momento de hacer balances.
Sin dudas, no podemos dejar de estar preocupados por todo lo que vivimos los
argentinos durante este 2020, donde nos tocó atravesar una crisis sanitaria
producto de la pandemia.
También
estamos atravesando una crisis económica, social, educativa y laboral producto
de la mala gestión del gobierno nacional mientras lo único que les preocupa a
ellos es la agenda de la impunidad y la defensa a exfuncionarios nacionales que
hoy están presos por corrupción.
Nos
obligaron a transitar una cuarentena eterna, sin rumbo ni planificación. Los
resultados son indignantes, señor presidente. Prácticamente, la mitad de los
argentinos están bajo la línea de pobreza. Obligaron a 90.000 comercios a
cerrar sus puertas.
Este año
perdimos cuatro millones de puestos de trabajo y según un informe de la CTA el
sueldo de los trabajadores cayó rotundamente producto de la devaluación y
también de la inflación.
A todo
esto, los argentinos tenemos que escuchar al presidente Alberto Fernández decir
que en esta crisis no hay hambre en nuestro país. ¡Qué cinismo!
Le
pregunto al señor presidente de la Nación: ¿en qué país vive? ¿Pueden estar tan
alejados de la realidad de los argentinos?
Claramente,
el presidente miente una y otra vez. Nos dijo que 10 millones de argentinos iban
a estar vacunados en diciembre. Sin embargo, hoy entre show, bombos y platillos solo llegaron 300.000 vacunas a nuestro
país.
Al
respecto Ginés dijo que el presidente estaba preocupado y nervioso porque no
llegan los papeles de esa vacuna. Sin embargo, ya se comenzó con la campaña de
vacunación en distintos puntos del país.
Está claro
que la palabra del presidente se devalúa tanto como nuestro peso argentino,
pero nada de esto sorprende porque fue en plena campaña donde les prometió a
los jubilados un aumento del 20 por ciento. Sin embargo, apenas asumió lo único
que hizo fue ajustar y saquear el bolsillo de los jubilados de manera
sistemática mientras hoy nos convocan a este recinto para votar un nuevo
ajuste, al que claramente le vamos a decir que no.
Ellos
dicen que defienden a los jubilados pero, sin embargo, con la anterior fórmula
-la del expresidente Mauricio Macri‑ durante este año los jubilados
hubiesen percibido un 42 por ciento de aumento. Pero no: este año a los
jubilados les tocó que le robaran, y les robaron más de 100.000 millones de
pesos, señor presidente. Está claro que no les importan los jubilados ni la
justicia social.
Están
condenando a los jubilados a la pobreza, como también lo están haciendo con los
chicos y jóvenes a quienes no les permiten poder estudiar y mantienen cerradas
las escuelas sin ningún tipo de planificación del ciclo lectivo del año que
viene.
Señor
presidente: para terminar, quiero decir que está claro que los jubilados no van
a ver el 20 por ciento que le prometieron durante la campaña. Durante este 2020
perdieron poder adquisitivo pero en este diciembre el saqueo es al bolsillo de
los jubilados y quien saquea es el gobierno nacional.
Por eso,
desde Juntos por el Cambio vamos a decir que no al robo a los jubilados. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra
la señora diputada Matzen, por Río Negro.
Sra. Matzen.- Señor presidente: para empezar
quisiera preguntar si alguien sabe dónde están estas personas que decían
defender a los jubilados.
- La diputada Matzen muestra unas fotografías.
Sra. Matzen.- ¿En qué lugar se está desarrollando la marcha en defensa
de los derechos de los jubilados? (Aplausos.)
Queda clara la mentira. No están en ninguna
parte, porque lo que se buscó en aquel diciembre de 2017 claramente no era
defender a los jubilados, sino desestabilizar o voltear a un gobierno, como
suelen hacer cada vez que no les toca gobernar.
Sin
rodeos y aunque lo nieguen, estamos frente a un ajuste a los jubilados, que con
su trabajo aportaron al Estado durante toda su vida para tener una vida
digna en su retiro. Ellos son las víctimas y los damnificados de esta ley. Ese
Estado hoy no les reconoce nada ni los tiene en cuenta. Pero, ¿sabe qué, señor
presidente? El saqueo a los jubilados no empieza con esta ley, sino que ya se
dio durante todo 2020 cuando el gobierno decidió suspender la movilidad
jubilatoria y, a cambio, generó aumentos discrecionales a medida del Poder
Ejecutivo. Es claro que, como ya se ha mencionado aquí, hubo una reducción real
en los haberes jubilatorios de alrededor de un 7,5 por ciento en los haberes
más bajos y de más de un 18 por ciento en los haberes más altos. Este cálculo
se hace comparando con la ley que se estaría derogando a partir de esta nueva
movilidad.
Traían el facón bajo el poncho y lo
usaron. Hoy pretenden consolidar la herida a través de la sanción de este
proyecto de ley. En consecuencia, la nueva movilidad jubilatoria arrancará de
un piso jubilatorio que está muy por debajo de lo que debería ser si se
hubieran tenido los aumentos previstos por la movilidad aprobada en 2017. Se
elimina la variable de la inflación en una economía enferma de ese problema
casi permanentemente.
No hace falta notar
el perjuicio que significa que la jubilación más baja, de 19.035 pesos -aun con
el aumento del 5 por ciento que se dio con total hipocresía allá por noviembre‑
pierde frente a lo que significa la canasta de bienes y servicios para los
adultos mayores, que está rondando los 50.000 pesos. Evidentemente, los jubilados
siguen siendo los mayores damnificados.
Salta a la luz que estamos muy por debajo de las necesidades
de los jubilados y que cada vez se les reduce más el poder adquisitivo. El 70
por ciento de los adultos mayores en la Argentina es pobre. Con esta nueva ley
se agravará esa pobreza, se agrandará más la brecha social y, sobre todo, se
seguirá quitando el poder adquisitivo a los jubilados y pensionados.
Es verdad que el
sistema previsional está al borde del quebranto. Eso es producto de un Estado
que ha hecho de los recursos previsionales una caja disponible para cualquier
otro objetivo, que en la mayoría de los casos está muy lejos de los beneficios
que deberían tener los jubilados, ya que son sus aportes los que se administran.
Señor presidente: sin
un fondo anticíclico que proteja las jubilaciones, sin que se arbitren medidas
que permitan aumentar los ingresos del sistema previsional, sin que se trabaje
en reducir el empleo en negro y sin buscar medidas que generen mayor cantidad
de empleo e inversiones, si no hablamos de una reforma tributaria en serio
seguramente no llegaremos a tener una fórmula que nos permita lograr un sistema
previsional sustentable.
Apelo a que el debate nos lleve a
tomar estas decisiones, pero lo cierto es que, con las medidas que está tomando
el gobierno, no está yendo en dirección a aumentar los ingresos ni las
inversiones. Por el contrario, se elige un Estado asistencialista y empobrecido
con un sistema tributario que esquilma a los contribuyentes. Así no vamos a
lograrlo.
Hoy los destinatarios de estas medidas
no van a estar festejando. No festejarán como los funcionarios que vinieron hoy
al recinto ni como los diputados del oficialismo que celebraron el quórum para
hacer un verdadero saqueo a los jubilados. No festejarán nada.
A los diputados que contribuyen al
quórum y negocian su voto les digo que piensen que el pueblo siempre tendrá
revancha, que no será fácil y que no se la van a llevar gratis. Me vuelvo a
preguntar: ¿dónde están los que defienden a los jubilados? ¿Dónde están? ¿Por qué
hoy no marcharon para defender sus derechos? (Aplausos.)
Sr. Presidente (Casaretto).-
Tiene la palabra el señor diputado Santiago Igón, por Chubut.
Sr. Igón.-
Señor presidente: hoy venimos a discutir nuevamente una fórmula que es necesaria
para nuestros jubilados y pensionados. Venimos también a devolver algo de la
dignidad que le arrebató el gobierno anterior en una sesión -diría yo‑
trágica, donde además hubo represión en la calle.
Pero también venimos a cumplir con ese
contrato social que nuestro presidente, Alberto Fernández, y nuestra
vicepresidenta, Cristina Fernández, asumieron con este sector de la población,
que son nuestros jubilados y pensionados y nuestras jubiladas y pensionadas.
Justamente, ese contrato tenía que ver con esto. Es decir que no tenía que ver
solamente con la discusión de una fórmula sino con las políticas públicas que
vamos a llevar adelante en este proceso de gobierno de ahora en más.
Esto no comienza hoy con la discusión
de la fórmula, sino con los aumentos que ya se dieron a lo largo del año, con
el congelamiento de las tarifas para nuestros jubilados y jubiladas, con la
suspensión de los intereses de las tarjetas y con haberle devuelto más de 170
medicamentos a los jubilados y jubiladas, lo cual les significó un ahorro de
cerca de 3.200 pesos por mes.
Quiero contarle una anécdota, señor
presidente. Yo tuve la posibilidad de ser el director de UDAI en la ciudad de
Esquel hasta el año 2015. La gente se acercaba a dicho organismo a pedir
la tarjeta Argenta. En ese momento se la pedía generalmente para pintar la
casa, para realizar alguna refacción y hasta para hacerle algún regalo a un
nieto o a una nieta, pero a partir de 2017 la gente iba a retirar la tarjeta Argenta
básicamente para poder comer, para pagar las deudas o para pagar la luz y el
gas. Eso ya no va a suceder de esta manera porque progresivamente ‑y no
mágicamente‑ nuestros jubilados y jubiladas van a estar contenidos en
esta política.
No puedo dejar de mencionar que esta
política no solo tiene que ver con el manejo del presidente y la vicepresidenta
de la Nación en función de poner a nuestros jubilados como protagonistas de
este gobierno gracias a las políticas públicas que se activan para ellos.
Cabe mencionar también que las compañeras
Fernanda Raverta ‑quien hoy está a cargo de la ANSES‑ y Luana
Volnovich ‑quien hoy dirige el PAMI‑ también son parte de esta
reconstrucción que estamos haciendo para este sector tan vulnerable de la
sociedad. Además, ambas eran diputadas en aquel momento en que le arrebataron
la dignidad a nuestros jubilados y jubiladas.
A lo largo de la tarde he escuchado
muchísimas barbaridades en algunas exposiciones. Hablan como si este año no
hubiera sucedido lo que está ocurriendo en el mundo, es decir, como si no
estuviéramos en pandemia. Muchos diputados y diputadas hablan como si no
hubiera sido Macri el que gobernó los últimos cuatro años.
El expresidente no sabía cuánto ganaba
un jubilado y ahora vienen al recinto a rasgarse las vestiduras en función de su
defensa. Tenemos que ser un poco más serios. Estamos gobernando en un momento
difícil, no solamente para la Argentina sino para todo el mundo. Necesitamos que de una vez por todas se
pongan a favor de la gente, aunque sea por un rato. No hay una sola política
pública de su gobierno que los diputados y las diputadas de Juntos por el
Cambio que hoy están allí en el recinto puedan defender. Por eso se fueron
después de cuatro años, porque el pueblo no los volvió a votar. Los jubilados se
sintieron defraudados. Por esa razón, eligieron a Alberto Fernández como
presidente de la Nación y a Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta.
Los jubilados saben que con nosotros habían estado mucho mejor, y ahora saben
que van a volver a estar mejor.
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra la señora diputada
Carrizo, por Tucumán.
Sra. Carrizo (N.M).- Señor presidente: la fórmula de movilidad que
viene a reemplazar la que impuso Juntos por el Cambio en 2017 comparte la
esencia con aquella que se aplicó entre el 2008 y el 2017. Fue la que permitió
que las jubilaciones se incrementaran veintiséis puntos por encima de la
inflación. Nosotros estamos siendo responsables de lo que estamos haciendo.
Estamos dando respuesta a una necesidad concreta de los jubilados y jubiladas y
aportando a la sostenibilidad de un sistema sustentable, solidario y
balanceado.
En este
contexto de pandemia, nuestro gobierno nacional priorizó que los jubilados, jubiladas
y pensionados que perciben el haber mínimo, que fueron los más golpeados por el
ajuste de Macri, recuperaran siete puntos de su poder adquisitivo en un
promedio de doce meses, que va desde diciembre del 2019 a diciembre del 2020.
Nuestra
propuesta cumple con todos los requisitos legales que nos propusimos
oportunamente como condición. Es producto de un trabajo técnico-político que
compatibilizó la tutela de los derechos de los trabajadores activos y pasivos,
su progresividad y el funcionamiento virtuoso y sustentable del sistema en el
marco de nuestro programa de desarrollo.
En este
peor año de la historia económica argentina se protegió a nuestros jubilados y
jubiladas. No solamente se los protegió sino que, al mismo tiempo, sostuvimos
la actividad productiva, la emergencia alimentaria y a más de nueve millones de
personas que quedaron imposibilitadas de trabajar por la pandemia.
Los
haberes previsionales y las prestaciones que aumentan según la movilidad van a
crecer en términos reales con nuestra fórmula porque la van a acompañar los
incrementos del salario real, del empleo registrado y de la actividad
económica.
Por eso,
esta ley es el cumplimiento del compromiso de nuestro presidente y se realiza
en medio de una pandemia. Entonces, atada a los haberes y a la inflación, impedirá
que las prestaciones queden deprimidas como lo hizo Macri. La nueva fórmula es
transparente y se conforma con los datos e información pública. Los salarios y
la recaudación tributaria son datos públicos que se exponen de manera regular.
Ya funcionó durante nueve años y sin ningún inconveniente. Esto es todo lo
contrario a lo que hizo Macri, que redujo los ingresos de la seguridad social
por medio de la rebaja de las contribuciones patronales, la destrucción del
empleo real y registrado y el salario real. La movilidad determina cómo van a evolucionar
los haberes de los jubilados y pensionados, pero también define el cálculo del
haber inicial del activo que se va a jubilar. Por eso es fundamental que estén
alineados los trabajadores activos y pasivos en la lucha por el aumento de los
salarios reales y la defensa de este instrumento de política económica.
Para ir
cerrando, señor presidente, quiero manifestar que la seguridad social
representa un tema prioritario para nuestra fuerza política. Nuestro gobierno
se ocupó desde el primer día de nuestros jubilados y jubiladas. Para hacer
memoria -ya que a ustedes les gusta hacerlo- quiero decir lo siguiente. Se les
otorgaron diez mil pesos de bonos extraordinarios, cinco mil en diciembre y
cinco mil en enero y luego un bono de tres mil en abril. Se implementó un
vademécum de medicamentos gratuitos para quienes se encuentran afiliados al
PAMI, algo que el macrismo quitó. Se dispuso un congelamiento de las tarifas de
los servicios públicos y la suspensión del pago de las cuotas de los créditos
de la ANSES.
Es
decir, se fueron tomando decisiones con el objetivo de mejorar el poder
adquisitivo de nuestros adultos mayores. Estamos convencidos de que este
proyecto es un paso fundamental para garantizar el beneficio que se han ganado
y que por ley les corresponde a nuestros jubilados y jubiladas, y para asegurarles
que en el futuro tengan una vejez digna.
Nosotros
estamos apostando a que nuestra Argentina crezca. Apostamos a una Argentina que
vuelva a ser creíble. Nuestro gobierno está trabajando para lograrlo. Queremos
un país para todos y todas; no deseamos un país para unos cuantos, como se dio
en los cuatro años anteriores.
Por
ello, voy a acompañar este proyecto porque esta fórmula es justa y equitativa. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra la señora diputada
Vallejos, por Buenos Aires.
Sra. Vallejos.- Señor presidente: en primer lugar, no puedo dejar
de asombrarme por algunas expresiones que venimos escuchando. Hemos escuchado a
miembros de la oposición que parecen no advertir que hasta hace un año y
algunos días atrás eran gobierno. Los hemos escuchado hablar de ajuste, los vimos
conmoverse por la situación de nuestros jubilados y jubiladas, los hemos
escuchado hacer alusiones al FMI. Realmente, cuando escucho estas expresiones
no puedo menos que preguntarme en qué país o planeta vivían algunos diputados y
diputadas entre 2015 y 2019 cuando su partido gobernaba bajo la presidencia de
Macri.
Por
supuesto que son palabras, pero aquí estamos sentados hombres y mujeres de la
política. En la política lo que vale son los hechos. Esto vale para todos. El
pueblo argentino también debería juzgar a nuestro gobierno y a cada uno de
nosotros de acuerdo con los hechos y las realidades transformadas.
Por ello,
no puedo dejar de mencionar algunos hechos y datos objetivos que hablan del
lugar de donde venimos los argentinos y las argentinas en general, y los
jubilados y jubiladas en particular. Es importante que prestemos atención a la
historia reciente porque sin historia somos incapaces de leer el presente y
mucho menos construir el futuro. Por eso es bueno recordar que allá en el 2003
las jubilaciones congeladas durante años eran de menos de cien dólares. Durante
el ciclo político de las presidencias de Néstor y Cristina Fernández de
Kirchner la Argentina pudo revertir esa situación de abandono a la que el
Estado había condenado a nuestros adultos mayores. En efecto, durante ese
período se recuperaron los fondos de los trabajadores y trabajadoras de las
fauces de las AFJP, se creó el Fondo de Garantía de Sustentabilidad y se
recuperó el sistema previsional solidario. Fue en ese período que pudimos tener
una fórmula a través de una ley de movilidad jubilatoria con el fin de que los
jubilados y jubiladas participasen de los frutos del crecimiento económico, del
empleo y de los salarios. Esto se construyó en base a un modelo económico
virtuoso que supo entender la centralidad de la demanda, de los ingresos, de
los salarios y del consumo como tractores del crecimiento, de la generación de
empleo y también de la inversión.
Fue en
ese contexto que las jubilaciones pudieron crecer hasta los 436 dólares a
finales de 2015. Era la jubilación más alta de América latina. ¿Qué pasó desde
entonces hasta 2019? Hubo una utilización política de los jubilados y jubiladas
para enmascarar un blanqueo escandaloso de dinero fugado, que incluyó a la
mismísima familia del expresidente, junto con el que crearon una nueva mínima,
que fue la PUAM, para jubilados de segunda que pasaron a cobrar menos que la
mínima. Además, hay que agregar la modificación de la fórmula de movilidad en
medio de una represión escalofriante. El resultado fue que las jubilaciones
retrocedieron desde los 436 dólares de 2015 a 224 dólares en diciembre de 2019.
Es decir, medida en dólares, la jubilación perdió la mitad de su valor durante
esos cuatro años. En el ranking regional, de ser los primeros pasamos al puesto
once. Esto no fue casualidad ni fue solo por obra y magia de la fórmula votada
en 2017. Fue la resultante de un programa de política económica que ajustó los
ingresos de los argentinos, achicó la demanda y la economía. Así terminamos con
tres de los cuatro años del anterior gobierno en recesión, con una caída sostenida
del poder adquisitivo de los salarios y de las jubilaciones, en un contexto
donde la brutalidad de la política tarifaria ‑que también estamos
teniendo que revisar‑ y la impresionante devaluación, consecuencia
inevitable de la irresponsable desregulación financiera y cambiaria, condenaron
a la economía argentina a la debacle y a millones de argentinos y argentinas a
la desocupación, a la pobreza y a la indigencia, mientras unos pocos se
llenaban los bolsillos y fugaban esos excedentes dolarizados gracias a la deuda
externa contraída por el Estado argentino para servir al interés de minorías
privilegiadas.
Y
hablando de deuda externa, les quiero recordar que fue en 2018 cuando nos
metieron al FMI por la ventana, pasando por encima de este Congreso y de la
Constitución Nacional. Si hoy la Argentina tiene que enfrentar una negociación
con ese organismo, que es claramente corresponsable del desastre económico y
financiero de nuestro país; si tenemos que poner sobre la mesa la decisión
política del FMI de financiar la campaña del expresidente Macri, aun violando el
artículo 6° del Estatuto del propio organismo, que taxativamente prohíbe que
los fondos prestados sean destinados a la fuga de capitales; y si tenemos que
ir con pie de plomo a una negociación con un organismo que históricamente ha
sido sinónimo de condicionamientos, de postración de nuestra economía y de
imposición de recetas ruinosas, fue porque el anterior gobierno volvió a meter
al FMI en el país.
Por eso
me pregunto: si es tal la preocupación por la situación del país, ¿por qué no reclamamos
todos juntos a ese organismo que asuma su responsabilidad, contemplando la
situación de la Argentina, como en cierta medida lo hicieron los acreedores
privados al aceptar una quita importante en el marco de la negociación de la
deuda, o que informen en qué guaridas están escondidos los dólares del préstamo
que le dieron a Macri?
Son
demasiadas las heridas por restañar, señor presidente, y a las que mencioné hay
que agregar las que acumulamos durante este año de pandemia. Cinco años de sufrimiento
acumula el pueblo argentino; y, por supuesto, los más vulnerables, entre los
que se encuentran los jubilados y jubiladas, siempre lo sufren más.
Venimos
humildemente a proponer que se restaure una fórmula que durante su vigencia
permitió una recuperación del 26 por ciento de los haberes previsionales,
contra una pérdida del 20 por ciento que arrojó la fórmula suspendida de 2017.
Pero no
venimos a hacerlo de cualquier manera, sino con un contrato electoral con
nuestro pueblo, a la vista. Un contrato que habla de un compromiso con un
modelo económico; que privilegia a las mayorías; que recupera en términos
reales los salarios; que vuelve a poner en una relación armónica los salarios,
las jubilaciones, las tarifas de los servicios públicos y los precios sensibles
de la economía con el crecimiento de la demanda, la actividad y el empleo.
Eso es
lo que va a garantizar la mejora en la calidad de vida de nuestros jubilados y
jubiladas, así como del conjunto de los argentinos y argentinas.
Sr. Presidente (De Marchi).- Le pido que redondee, señora diputada.
Sra. Vallejos.- Señor presidente: es ese sendero de recuperación, el
que transitamos hasta 2015, el que queremos restaurar junto con esta fórmula,
para que los salarios de los trabajadores activos y las jubilaciones de los
trabajadores pasivos recuperen su rol vital en la economía y para que con ello
vuelva a imperar la justicia social en nuestra patria.
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado
Stefani, por Tierra del Fuego.
Sr. Stefani.- Señor presidente: no sé si usted comparte la idea
de que el fin justifica los medios, pero esta idea extraída de El príncipe,
de Maquiavelo, es la más adecuada a la estrategia política que hoy el Poder
Ejecutivo está poniendo en escena. Es más, diría que supera a El príncipe,
de Maquiavelo, porque le agrega relato, epopeya, esta idea de no conseguir nada
concreto pero hacer de cuenta que ya lo lograron todo. Es una herramienta que
les ha dado muy buenos resultados electorales. Pero nada en desarrollo humano
en la Argentina y mucho menos en avances estructurales para que al país le vaya
bien.
En esta
lógica, el Congreso no delibera; hace como que delibera, que es esto que
estamos haciendo hoy, pero son simples manifestaciones de voluntad. Acá no estamos
deliberando nada. Este no es el poder deliberativo. Esta es otra sesión sin
debate, con un quórum comprado. Hoy escuchaba a un diputado decir que era
oposición, pero da quórum y después vota afirmativamente.
Es otra
sesión donde no vamos a resolver ningún problema de fondo. Y cuando me refiero
a que no hay deliberación, es porque son proyectos que vienen del Ejecutivo ya
enlatados. Nosotros venimos acá y nos manifestamos, pero sabemos que hoy va a
terminar siendo ley este proyecto que viene del Ejecutivo. Entonces, de
Congreso bastante poco.
¿Este
proyecto resuelve algún conflicto? No, ninguno. ¿Resuelve el problema
estructural previsional? Tampoco. Mire, señor presidente, este Congreso tiene
varias deudas con la República. Una de ellas es la reforma del sistema previsional,
que debemos resolver deliberando. Otra es la ley de coparticipación federal,
deber que tenemos pendiente desde 1994. Y también tenemos otras deudas tan
importantes como estas, tales como la reforma tributaria y la reforma laboral,
sin las cuales la Argentina no va a arrancar.
En 2010
se fijó la movilidad jubilatoria del 82 por ciento. Pero la actual
vicepresidenta, que en ese momento era presidenta de los argentinos, la vetó.
En 2017 nosotros votamos una ley que nuevamente establecía el 82 por ciento
móvil y garantizamos actualizaciones cada tres meses a los jubilados. Les dimos
actualizaciones por encima de la inflación, porque desde que soy chico ‑y
ya soy viejo‑ la inflación es la que manda en la Argentina. Eso nos costó
varias toneladas de piedras ‑no voy a decir si fueron ocho, diez o
catorce toneladas, para no generar ningún tipo de expresión‑ y muchos
diputados enfurecidos, a los que hoy veo tranquilamente sentados. Esto en mi
pueblo se llama “sinvergüenza”.
Señor
presidente: tan beneficiosa era esa ley para los jubilados que lo primero que
hizo el presidente Alberto Fernández fue dejarla sin efecto y dar aumentos por
debajo de la ley, incumpliendo su promesa de campaña de aumentar las
jubilaciones en un 20 por ciento.
Entonces,
vemos que lo que reina en la Argentina es la impunidad. Acá cualquiera puede
decir cualquier cosa. Por eso nos cuesta tanto avanzar como país. Creo que
hasta es posible que borren la Pensión Universal para el Adulto Mayor, que
nosotros promocionamos.
Sin
embargo, hoy no se ve a nadie en la Plaza del Congreso. Hoy no hay militancia
movilizada, no hay abuelos. Hoy existen los molinos de viento que construyen
ustedes; otra vez escuchamos las epopeyas, los relatos. Lo que tendrían que
haber escuchado de su líder es que la única verdad es la realidad. ¡Lo que él
no llegó a ver es que la realidad la construyen ustedes todos los días a su
antojo! ¡Por eso en este país nos va como nos va! (Aplausos.)
Hoy le
hacen creer a la gente que lo que van a votar en el Senado son nuevos derechos
para las mujeres. Pero a media hora de acá las mujeres no tienen agua potable,
no tiene cloaca, no pueden mandar a sus hijos a la escuela. (Aplausos.)
¡Y tampoco le pueden dar solución a los casos de violencia de género! ¡Esos son
los derechos básicos insatisfechos de las mujeres por los que deberían
preocuparse para atenderlas mejor!
El único
motivo por el cual trajeron ahora el tema del aborto es para poder llevar
adelante este brutal ajuste contra la clase pasiva. Ese es el medio que utilizaron.
Van a ajustar a esa clase pasiva que cumplió con la ley, es decir, a esa clase
que aportó, a los que aportaron más para tener una buena jubilación y así poder
sostener lo que consiguieron con trabajo.
A esos
no se los defiende, porque estamos aplicando la lógica kirchnerista de igualar
hacia abajo, menos para la vicepresidenta de los argentinos, que va a cobrar
dos pensiones además de su sueldo: ¡va a cobrar doscientas veces la jubilación
mínima! (Aplausos.)
Señor
presidente: hoy vamos a cometer un acto de injusticia social, ya que tanto
levantan la bandera de la justicia social. Vamos a terminar ajustando a los
jubilados, y el aborto no es un medio para cumplir con ese fin. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado
Campos, por la provincia de Buenos Aires.
Sr. Campos.- Señor presidente: acá estamos nuevamente, como en
aquella primera sesión que me tocó como diputado, volviendo a tratar el tema
previsional.
La
primera pregunta que me surge es qué estamos haciendo hoy acá. Lo que está
pasando es muy
simple: el oficialismo no puede cumplir con la fórmula jubilatoria sancionada
en 2017 –en la que fue mi primera sesión en esta Cámara-, cuando la logramos
aprobar. ¿Por qué no puede? Porque es cara. Así lo dijo el señor presidente de
la República. De modo que ahora la tienen que modificar porque es cara y no la
pueden cumplir.
Así que
ahora la Argentina, con ustedes al volante, que eran los opositores en aquel
momento, está tropezando nuevamente con la misma piedra del sistema jubilatorio
argentino. Esto es algo que recurrentemente viene sucediendo desde hace
cincuenta años.
Es más que
obvio que el sistema está colapsado desde hace décadas, y ahora, claramente, se
encuentra en una fase terminal. Creo que a nadie escapa que el sistema
jubilatorio está en una fase terminal, por diversas causas; entre ellas, muchas
creadas por el hoy oficialismo, como el ingreso de tres millones de jubilados
sin aportes o el hecho de tener 1,3 aportantes por cada beneficiario, cuando la
tasa de sustentabilidad del sistema está en alrededor de tres aportantes por
cada beneficiario.
Por otra
parte, tenemos un 40 por ciento de informalidad laboral y, además, la parte
previsional se lleva el 50 por ciento del presupuesto de un Estado como el
nuestro, que tiene un déficit fiscal de doce puntos del PBI. ¿Cómo van a decir
ustedes que cumplirán con los jubilados si están administrando un Estado que
tiene doce puntos del PBI de déficit? Van a imprimir la plata, pero no me digan
que el jubilado va a mejorar su poder real de compra. Seguramente que no.
Con todas
estas cifras, queda claro que los jubilados no van a poder mejorar. Si tenemos
alguna duda al respecto, podemos escuchar al presidente Fernández, quien dice
que se suspende esta fórmula porque es cara. Pero mucho más importante para mí
es recordar ese famoso audio de la hoy señora vicepresidenta, quien hablando
con su anterior secretario Parrilli alertaba a sus militantes y decía que no
les convenía desestabilizar el gobierno de Macri porque quien asumiera no iba a
poder pagar las jubilaciones. ¿Recuerdan eso? La hoy vicepresidenta decía: “No
desestabilicen al presidente Macri porque miren que no van a poder pagar las
jubilaciones”.
Señor presidente:
claramente hoy el oficialismo no puede pagar las jubilaciones. ¿Qué estamos
haciendo entonces acá? El presidente dice que no puede porque es cara, y la
vicepresidenta dice: “Señores, esto no se puede pagar”. Lo alertó antes de ser
gobierno.
Ahora
bien, aquí no se habla de nada más que de espejitos de colores para los
jubilados, pero de ninguna reforma de fondo. ¿Por qué no tocamos el tema de
fondo? ¿Estamos haciendo teatro o “fulbito” para la tribuna? ¿Por qué no hay un
solo proyecto referido a reformas de fondo que toquen el aspecto de la
informalidad laboral, etcétera, para tener más contribuyentes al sistema de
seguridad social?
Todos
sabemos que se necesitan más aportantes al sistema, y sabemos que tenemos un 40
por ciento de trabajadores informales. Por lo tanto, les pregunto si no vamos a
hacer nada con ese tema. ¿No vamos a hacer nada para generar un crecimiento del
empleo en blanco? Evidentemente, vamos a seguir prometiendo cosas que todos en
este recinto saben que no podremos cumplir.
Le voy a
comentar algo personal, señor presidente. En mi primera sesión, que fue aquella
de 2017 ‑aclaro que yo no vengo de la política tradicional, sino del
sector empresario-, nadie me conocía. Sin embargo, recibí insultos como
“mataviejos”, “genocida”, y hubo manotazos y escupitajos, además de las
toneladas de piedra. Se vivió una sesión vergonzosa y desestabilizadora de las
instituciones. Sin duda fue una sesión nefasta.
Ya de
mañana, cuando me retiraba, una vez votada la ley, mientras caminaba por fuera
del Congreso me topé con esta piedra que ahora muestro, señor presidente. Como
sabía que había participado en una sesión bochornosa, que claramente sería un
evento tristemente histórico, me llevé esta piedra como recuerdo.
Esta
piedra que aquí tengo representa para mí lo que está pasando en la Argentina:
todo el tiempo tropezamos con la misma piedra, que en este caso es la reforma
previsional, los jubilados que no pueden cobrar. Seguimos mintiendo. Ahora
vienen con una fórmula que ustedes no van a poder cumplir. Es la misma piedra.
Además de
que nos topamos con esta piedra, a mi juicio ella también es un símbolo de todo
lo que no me gusta como forma de hacer política. Para mí, ella representa todo
lo que no es la política seria, la política que construye, la política que da
de comer.
Pero como
todos sabemos, una piedra se puede usar para agredir, para lastimar, para
romper –como ustedes la usaron aquella infausta noche-, pero también se puede
usar para construir. Por eso, la ofrezco como símbolo, para que podamos
construir entre todos algo nuevo, algo que cambie el tema de fondo.
El país, y
particularmente su sistema previsional, necesitan imperiosamente ser
reconstruidos, pero para eso tenemos que decir la verdad, dejar de mentirnos y
dejar de mentirle a la gente.
Voy a
acercarle esta piedra, señor presidente, rescatada en aquella infausta noche.
Ojalá la usemos para construir. (Aplausos.)
- El señor diputado Campos hace
entrega de la piedra en el estrado de la Presidencia.
Sr. Presidente (De Marchi).- Gracias, diputado
Campos.
Tiene la palabra
el señor diputado Alderete, por Buenos Aires.
Sr. Alderete.- Señor presidente: tenemos que
partir de una realidad que es muy dura. La inmensa mayoría de nuestros
jubilados y jubiladas cobran muy por debajo de la línea de pobreza. Esta es,
sin duda, una de las grandes deudas que tenemos.
Este año
ha sido tremendamente duro para quienes somos entrados en edad, pues el virus
golpeó con particular dureza a los mayores de 60. A las penurias acostumbradas,
sumamos el encierro y el aislamiento.
El gobierno
hizo esfuerzos en un año de desplome económico: en primer lugar, la cobertura
del ciento por ciento de los medicamentos que da el PAMI, que es muy
importante. Además, los aumentos de este año, para los rangos más bajos, casi
le empardaron a la inflación, pero no alcanzaron a cubrir nada de lo perdido
durante el macrismo. Es una realidad innegable.
Esos
esfuerzos aún son insuficientes. La jubilación mínima es de 19.035 pesos. Con
haberes tan bajos, por más que se los iguale a la inflación, se los condena a
la pobreza.
Hay
quienes, en esta sesión, con hipocresía y cinismo, hacen bandera con la
dignidad de nuestros viejos, pero cuando gobernaron, los haberes jubilatorios
perdieron veinte puntos y, además, les recortaron los beneficios del PAMI. El
macrismo les robó a nuestros jubilados.
De mínima,
lo que tenemos que garantizar es que los jubilados y pensionados no pierdan
contra la inflación. Esta es una buena fórmula para momentos de crecimiento
económico, porque no solo permite empardar la inflación, sino recuperar poder
adquisitivo.
Propusimos
que la fórmula incluyera alguna cláusula para que haya un reaseguro, por si la
situación económica no va bien y el resultado es inferior a la inflación.
Algunos
nos plantean que no ayudemos a indexar la economía. Podría ser, pero después
vemos que hay bonos y letras del Estado ajustados por CER. Entonces, resulta
que para los jubilados y las jubiladas no, pero para los bonos y letras sí. O
ajustamos todo por crecimiento o ajustamos por inflación, pero tiene que ser
más parejo, señor presidente.
Se habla
mucho de sustentabilidad, y está claro que se necesita un sistema sustentable
en el tiempo, con movilidad directa para jubilados y pensionados. Pero para
ello es necesario revertir la actual situación en la relación entre
trabajadores activos registrados y los jubilados y pensionados. Para eso hay
que terminar con la flexibilización y la precarización laboral, con el trabajo
en negro y con esa costumbre de achicar los mal llamados aportes patronales,
que en realidad son parte del salario de los trabajadores.
Es
necesario implementar medidas para lograr el blanqueo de los trabajadores y del
salario, con un sistema segmentado que tenga en cuenta el volumen de la
ganancia de los empleadores.
Otra gran
preocupación que tenemos es el condicionamiento que significa la deuda
contraída por el gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario
Internacional o, mejor dicho, la estafa que nos hicieron a los argentinos y
argentinas.
Ese préstamo fue una estafa porque el Fondo Monetario
Internacional fue cómplice ya que se usó para financiar la fuga de capitales.
Pero ese no era su único objetivo, sino también el de tenernos condicionados,
que es el rol que históricamente ha tenido este organismo como un instrumento al servicio del
imperialismo.
- Ocupa la Presidencia el señor presidente
de la Honorable Cámara, doctor Sergio Tomás Massa.
Sr. Alderete.- Ese sometimiento lo padece el pueblo argentino cuando
logran imponer la receta de siempre: reforma laboral, reforma previsional, ajuste,
reducción del déficit fiscal, etcétera.
Los
informes del Fondo Monetario Internacional hablan de que el mundo está en
proceso de envejecimiento. En realidad, gracias a los avances en materia de
salud y tecnología científica, la expectativa de vida se ha alargado. Entonces,
aumenta la proporción de la población inactiva y aumenta la cantidad de años
que uno puede vivir sin trabajar después de jubilarse.
¿Cuál
es entonces la sugerencia del Fondo Monetario Internacional? ¿Que las personas
trabajen más años y achicar las jubilaciones?
Nos oponemos fuertemente a esto y nos preocupa mucho que logren imponer
esto.
Insistimos
en que la sustentabilidad del sistema previsional está en la ampliación de
trabajos genuinos y registrados. Porque después de trabajar toda su vida, de sentirse
orgulloso de su trabajo y tras haber aportado tantos años, es justo que el
jubilado pueda disfrutar con plenitud de la vida. Esta es una deuda que tiene
nuestro país con millones de jubilados y pensionados.
Hoy se
va un año muy difícil, pero la mayoría del pueblo tiene anhelos, tiene sueños y
tiene perspectiva de futuro.
Por eso
es que voy a acompañar este proyecto.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra la señora diputada Latorre,
por Santa Fe.
Sra. Latorre.- Señor presidente: en esta última sesión del 2020
venimos a tratar algo tan sensible e importante como es la movilidad jubilatoria.
Entonces, mínimamente, le debemos a la sociedad un debate respetuoso,
responsable y, sobre todo, reflexivo.
Para
eso tenemos que contextualizar. Hace apenas 19 días, en este recinto,
hablábamos de la adquisición de derechos, de la ampliación de los derechos de
las mujeres. Mientras, en el recinto del Senado se trataba lo opuesto, es decir
la reducción de los derechos de los jubilados.
Hoy,
estratégicamente, el tratamiento se invierte, y mientras en el Senado se
discute esa postergada y ansiada ampliación de los derechos de las mujeres, en
este recinto se va a cristalizar el ajusto de los haberes jubilatorios a
propuesta de un gobierno que venía a aumentarlos.
¿No les
parece al menos hipócrita? Deberíamos estar acá dando un debate sobre el diseño
previsional sostenible y previsible que necesita la Argentina.
Si estuvieran
dispuestos a dar todas las discusiones en pos de garantizar derechos,
estaríamos dando un debate de fondo también sobre este tema. Porque, si con
negar que existen los abortos no los hace desaparecer, les cuento que con negar
la inflación tampoco la hace desaparecer. Tenemos que ser coherentes. Tienen
que ser coherentes.
En lugar
de eso, nos traen una fórmula jubilatoria diseñada por fuera del trabajo de la
comisión y sin los consensos. Muestran, entonces, la verdadera intención, que
es ajustar sin transparencia ni previsibilidad e inconstitucionalmente las
jubilaciones.
Hoy no están
esos defensores de los jubilados que destrozaban la plaza hace tres años. Tampoco
escucho a los que militaron las promesas de campaña del gobierno -que venía a
pagar el aumento con las Leliq- explicando dónde están esas promesas de las que
se olvidaron y se desentendieron a poco de asumir.
Es que,
a poco de ponerse el traje del oficialismo, iniciaron ese ajuste fiscal con los
haberes de los jubilados. Lo hicieron con la Ley de Solidaridad Social y Reactivación
Productiva, que suspendía la movilidad jubilatoria. Supuestamente era a los
fines de atender en forma prioritaria y en el corto plazo a los sectores de más
bajos ingresos y se comprometían a que en ciento ochenta días iban a proponer
una ley que garantizara la adecuada participación de los ingresos de los
beneficiarios en los sistemas de riqueza de la Nación, de acuerdo con los
principios de solidaridad y redistribución.
Sabemos
que cada vez que el oficialismo viene con estos títulos de “solidaridad y
redistribución” está maquillando el verdadero objetivo, porque para el
oficialismo, sus fines siempre justifican los medios.
Sin
embargo, por más que a ustedes les guste traer el relato a las leyes, tenemos
que ser coherentes y conscientes de cuáles son nuestras obligaciones como
legisladores, que es la de dar contenido a la garantía constitucional de
movilidad jubilatoria.
Tenemos
que garantizar la plenitud de ese derecho. Tenemos que garantizar que los
beneficiarios mantengan el nivel de vida acorde al que tuvieron en sus años de
trabajo.
Después
de que vencieron los ciento ochenta días de la suspensión de la fórmula,
apareció la vedette de este gobierno, que es la necesidad y la urgencia. Entonces,
nuevamente, por DNU y sin las facultades que tiene el presidente, prorrogó por ciento
ochenta días más la suspensión de la movilidad jubilatoria.
Mientras
tanto, los datos objetivos muestran una realidad que es indiscutible. La
fórmula suspendida habría incrementado las jubilaciones en un 42 por ciento. Mientras
tanto, los decretos solidarios de este gobierno implicaron un aumento del 24 por
ciento en la máxima y del 35 por ciento en la mínima. Es decir que los
jubilados y las jubiladas perdieron en este año.
El ahorro
y el ajuste sí lo hicieron. El FMI les exige eso y lo están cumpliendo, al
contrario de su propio relato.
A
diciembre, el gobierno ha ahorrado 100.000 millones de pesos en jubilaciones,
pero como la solidaridad ustedes siempre la hacen con el bolsillo ajeno, la
reducción no la hacen achicando el gasto y haciendo más eficiente al Estado. El
ahorro lo hacen alterando la garantía constitucional de movilidad jubilatoria y
convirtiendo a los jubilados en socios de las pérdidas del Estado.
Esta
nueva fórmula no contempla la inflación, la reemplaza por la recaudación de la ANSES.
¿Qué quiere decir esto? Que no protege a los jubilados y que la mitad de la fórmula
está atada a la recaudación de impuestos y de aportes de la ANSES.
El Senado
modificó el proyecto que venía del Poder Ejecutivo, pero mantuvo la decisión de
robarles un trimestre. Gatopardismo puro; fieles a su filosofía de cambiar algo
para que todo siga igual. Del 11 por ciento que les correspondería en marzo,
con suerte van a llegar al 6 por ciento.
Para ir
cerrando, señor presidente, como al oficialismo le gusta tanto evadir datos y
recurrir a la sensibilidad y, sin duda este es un debate sensible, voy a apelar
a esa sensibilidad a ver si así nos podemos entender.
Cuando
vuelva a Mendoza y mi abuela -que es una enfermera jubilada que no es ninguna
privilegiada y no tiene riqueza para redistribuir solidariamente- me pregunte
qué va a pasar con su jubilación, voy a intentar explicarle la fórmula que
ustedes han propuesto.
Para
ello le voy a tener que decir que si la inflación es la que ustedes proyectan,
de un 29 por ciento, y no la que proyecta el Banco Central, de un 50 por ciento;
si se recupera la actividad económica, y por lo tanto el Estado recauda más en
impuestos y en aportes, es decir si el año que viene hay más trabajo en blanco,
más producción, menos evasión; si no desaparece ningún impuesto; y si no se
bajan los aportes patronales -como está ocurriendo de manera serial-, entonces
no tendrá nada de qué preocuparse porque su jubilación le va a alcanzar.
Sin
embargo, también le voy a tener que aclarar que lo que ella entiende como
jubilación en su concepción de un país meritocrático y salarial, para este
gobierno, hoy, es asistencialismo.
Conociendo
su carácter y conociendo su pragmatismo, me va a mirar y me va a decir: “Los
cuentos, a vos, te los contaba de chica. No me los cuentes a mí ahora”.
Terminen
de contar cuentos a los argentinos porque los jubilados ya no les creen y, lo
peor, es que los jóvenes tampoco van a creerse el cuento de que éste va a ser
un modelo sostenible y prometedor.
Entonces,
también el futuro de nuestro país está en serios riesgos. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Núñez,
por Santa Fe.
Sr. Núñez.- Señor presidente: hoy es un día muy triste para la
Argentina y pasará a la historia como el día en que un gobierno fue en contra
de los derechos de los más vulnerables.
Digo
esto no solo por lo que está pasando en el Senado con la ley del aborto, sino por
lo que está pasando acá, que es el mayor saqueo de la historia a los jubilados.
La verdad
es que es terrible cómo les han mentido; es un descaro. El presidente les
mintió prometiéndoles que el día que asumía iba a aumentar un 20 por ciento las
jubilaciones. Pero no solo no las aumentó, sino que, además, dio aumentos por
decretos y por debajo de la ley de movilidad que fue votada en 2017, en una sesión
que quedó para el olvido, donde el oficialismo quería pegarle al presidente de
la Cámara, donde destruían la plaza del Congreso y tiraban 14 toneladas de
piedras. Me da vergüenza repetir todo lo que pasó en aquella sesión.
Sin
embargo, ahora, con esta ley, buscan legalizar el saqueo que están haciendo a
nuestros abuelos.
Me
pregunto qué país estamos construyendo, porque un país donde no se garantiza la
seguridad y la contención a los abuelos, es un país que va directo al fracaso.
Un país donde quien trabaja, se rompe el lomo, no ve nunca el fruto de su
esfuerzo, es un país que va al fracaso. Un país que va en contra del mérito, va
al fracaso.
Por ende, este es un país sin futuro; eso es lo que
estamos construyendo. Por eso nuestros jóvenes buscan emigrar y desarrollarse
en otros países: porque ven que acá no les van a garantizar los derechos
mínimos, a pesar de que hablamos de un movimiento o de un partido político que
dice defender a los que menos tienen. Pero la verdad es que un abuelo que
percibe 19.000 pesos de jubilación mínima no tiene chance de que le sigan metiendo
la mano en el bolsillo. La inflación es el único indicador serio que promete a
los abuelos que no van a perder poder adquisitivo, y se los estamos sacando. Este
gobierno está acabando con el futuro de todos. Eso es en lo único que coincido
con el Frente de Todos: están acabando con el futuro de todos.
Para tapar lo que está sucediendo hoy acá, se montó una
cortina de humo con el tema del aborto. Entonces, todos los medios y la
ciudadanía están expectantes de lo que está pasando con el proyecto de
interrupción voluntaria del embarazo, en vez de estar prestando atención a lo
que es realmente importante, que es el mayor saqueo que en mi corta vida se
quiere hacer los abuelos.
¡Cuánta razón tenía el presidente Macri cuando proponía
que la jubilación se ajustara por inflación y por salario! Durante este año
2020 eso hubiera garantizado a nuestros abuelos un mejor haber jubilatorio,
sobre todo en esta pandemia, que es cuando más necesitan de recursos para poder
protegerse del virus. Hoy los jubilados contarían con un aumento de más del 42
por ciento. Sin embargo, van a perder hasta un 18 por ciento de aumento porque el
gobierno decidió ahorrar 100.000 millones de pesos, perjudicando siempre a los
que menos tienen, que son nuestros abuelos.
Con este proyecto no les estamos robando el salario o el
poder adquisitivo a los jubilados: les estamos robando el legado que nos dejaron,
porque todos somos hijos de inmigrantes, que cuando vinieron se rompieron el
alma para construir la Argentina que hoy nosotros disfrutamos. Lo que estamos
haciendo hoy no tiene perdón de Dios. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el
señor diputado Moreau, por Buenos Aires.
Sr.
Moreau.- Señor presidente: en
primer lugar, quiero decir que hoy, en el hospital Mariano y Luciano de la Vega,
de Moreno, cuando ingresaron las primeras vacunas, los pasillos atestados de
pacientes y de trabajadores de la salud estallaron en aplausos. Lo mismo sucedió
en la maternidad del barrio Trujui, y seguramente también ha ido ocurriendo en
distintos lugares del país, particularmente en el Gran Buenos Aires.
¿Por qué traigo a colación esto, que pareciera no tener nada
que ver con el debate? Porque es la antesala de lo que pasará dentro de dos
semanas, a pesar de los agoreros, cuando lleguen los millones de vacunas para
nuestros adultos mayores. Eso también es hacer protección de los más débiles de
la sociedad argentina.
El presidente de la Nación tuvo que hacer un gran
esfuerzo para que esta realidad se materializara, y eso nada tiene que ver con
el marketing. Lo que falta en este
debate es que digan que nos pusimos de acuerdo con Putin para que las vacunas
llegaran hoy y pudiéramos disimular el debate sobre la ley de jubilaciones. (Aplausos.)
Lo que quiero decir respecto a este tema, para salir del
ridículo, es que efectivamente en la Argentina ‑lo dijo un diputado del
socialismo‑ la discusión no pasa por la fórmula, sino por el sistema que
queremos implementar para proteger a nuestros adultos mayores. Esa es la diferencia
sustantiva, y no solamente la fórmula.
La diferencia es que, en noviembre de 2018, nosotros
iniciamos un camino con las estatizaciones de las AFJP, a lo que se opusieron
la UCR, la Coalición Cívica y el PRO de aquel entonces, que todavía no eran Cambiemos
sino que estaban nucleados en el famoso Grupo A.
La diferencia es que, además de esa estatización, pusimos
en marcha un proceso de inclusión. Es cierto: se incluyeron millones de
compatriotas nuestros, particularmente mujeres, en la recuperación de un
derecho que nunca habían tenido, a pesar de haber trabajado durante años, no
solamente como amas de casa sino en casas particulares, etcétera. ¡Se incluyeron,
es cierto! Y no le provocaron un déficit al sistema: eso es mentira.
También es cierto que se fortaleció el Fondo de Garantía
de Sustentabilidad. En 2015 llegó a tener 68.000 millones de dólares, mientras que cuando terminó el gobierno
de Macri tenía 28.000 millones de dólares. Eso también fue parte del saqueo al
que nos sometió ese gobierno durante cuatro años a todos los argentinos. Parte
del sistema, mi estimado diputado, también fue la fórmula de movilidad que se
sancionó en 2008 y que se empezó a aplicar en 2009, que hoy estamos intentando
restablecer. En ese período 2009-2017, esa fórmula, entre otras cosas, hizo
crecer los haberes de los jubilados un 26 por ciento por encima de la inflación,
y este es un dato incontrastable.
¿Qué produjo ese edificio que construimos paso a paso,
que destruyó después el macrismo y que ahora estamos empezando a reconstruir
dando este paso? Entre otras cuestiones, logramos las jubilaciones más altas en
dólares de toda América Latina, la cobertura más alta de toda América Latina y
la tasa de sustitución, que es la diferencia entre los ingresos de los
jubilados y los ingresos de los activos, que nos acercó más al 82 por ciento.
¡Esas fueron las consecuencias del edificio que hoy estamos empezando a
reconstruir, para lo que hubiéramos deseado que algunos nos acompañaran!
Esta es la realidad, todo lo demás es cháchara. Ya lo
dije hace unos días cuando nos reunimos en la comisión: no sigan agitando el
tema de las piedras, porque debemos recordar que en realidad lo que pasó entonces,
a diferencia de lo que sucede hoy, es que ustedes no escucharon y quisieron
imponerlo con mil gendarmes, prefectos y agentes de la Policía Federal, dejaron
un tendal de heridos y detenidos, y seis chicos que no podemos traer a mostrar a
este recinto, como se hizo con una piedra, porque les falta un ojo por culpa de
las balas de goma que recibieron en ese episodio! (Aplausos.)
¡Esa es la diferencia entre ustedes y nosotros! ¡Ustedes
impusieron una fórmula que hizo caer un 19 por ciento los ingresos de los
jubilados! ¡Lo hicieron a garrotazos, con balas de goma, con espionaje anterior
a la movilización, lo que los llevó a cercar militarmente el Congreso! Hoy este
Parlamento no está cercado militarmente, sino que estamos dando un ejemplo de democracia.
Hay mujeres discutiendo de un lado y del otro, pero sin agredirse. ¡No somos Chile!
¡No somos Guatemala, donde se quemó el Congreso! ¡Tengamos más valoración de la
democracia argentina, que hoy está funcionando!
No tenemos un súper martes, pero tenemos un día histórico.
Las mujeres van a obtener un derecho, los jubilados van a comenzar el camino de
la reconstrucción de su sistema… (Aplausos.)
… y nuestros abuelos dentro de una semana se van a estar vacunando, ¡a pesar de
los agoreros! (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el
señor diputado Aicega, por Buenos Aires.
Sr.
Aicega.- Señor
presidente: evidentemente, la
Argentina es un país bastante particular. El relato del señor diputado
preopinante me hace pensar que hace tres años estuve en otra Argentina y en
otra Cámara de Diputados. La realidad es que tanto fuera como dentro de esta
honorable casa vivíamos una jornada de violencia y de ataque que impedía que se
desarrollaran las instituciones democráticas como correspondía.
El señor presidente de la Cámara de Diputados de ese
momento sufrió un ataque directo de parte de varios diputados de la oposición,
entre los que se encontraba quien recién estuvo haciendo una defensa
verdaderamente falsa de la situación. (Aplausos.)
Si vamos a hablar en serio, esta fórmula que está
proponiendo el gobierno nacional ‑que hoy se va a debatir y votar‑
constituye un retroceso que llevará a que los jubilados de la Argentina estén verdaderamente
desprotegidos, porque sus haberes nunca alcanzarán a cubrir los costos de vida
que van a tener que afrontar.
El índice de inflación es aquel que
verdaderamente pone los salarios, los haberes y, en este caso, las jubilaciones
en una situación competitiva ante la realidad de los precios en la Argentina.
Se han
elegido para modificar la fórmula que presentó el gobierno del expresidente
Macri, dos índices que, además de ser complicados para entender, será difícil que
crezcan en la Argentina. ¿Podemos pensar que en medio de una pandemia, en medio
de una recesión como no teníamos hace muchos años, la productividad permitirá
generar un índice que mejore la fórmula de los jubilados? Seguramente no.
Pero, además,
en aquel momento no solamente se elaboró esta fórmula ‑que consideramos
que era tan buena, que finalmente como a este gobierno no le da para pagarla la
modifica‑, sino que también se hizo frente al reclamo histórico de los
jubilados, que estuvieron peregrinando por Tribunales con diferentes juicios
para recomponer su situación de olvido por parte del Estado y que iban muriendo
uno tras otro, sin poder llegar a cobrarlos. Nuestro gobierno se hizo cargo y
pagó una reparación que significó la revolución previsional más grande de los
últimos cuarenta años.
La
verdad es que a mí me cuesta mucho tener que hablar en forma negativa en esta Honorable
Cámara. Creo que no hay una solución coyuntural para el problema de los
jubilados. La realidad es que el sistema previsional está, por lo menos, deformado
en cuanto a los ingresos y en la forma de egreso de los pagos. Realmente
tendríamos que ser lo suficientemente maduros como para que en esta casa de la
política podamos discutir verdaderas políticas de Estado. Deberíamos poder
dialogar de veinte a treinta años hacia adelante, sin tirarnos piedras por la
cabeza sino ideas, para hablarlas y debatirlas.
Solamente
aquel país que haga una reforma tributaria que ponga en su lugar los ingresos y
los egresos y que haga verdaderamente justo el sistema tributario va a permitir
hacer frente al sistema previsional. Aquellos que tengan el valor de afrontar
una reforma laboral deberán flexibilizar el trabajo; la flexibilidad es muy
buena porque genera una circulación de trabajo que impide que perderlo signifique
quedar parado por varios años. Debemos tener una Justicia que esté a la altura
de las circunstancias, con instituciones fortalecidas.
Si
tenemos la capacidad de sentarnos y discutir sobre esas cosas y si tenemos la
capacidad de escuchar al que está enfrente ‑aunque posiblemente no todos
la tengamos‑, podremos empezar a transitar un camino que intente
encontrar soluciones a todas estas cosas. Nuestros abuelos, nuestros jubilados,
nunca van a tener una solución coyuntural porque lo que se construye en cuatro
años se destruye en los cuatro años que siguen, y así sucesivamente.
El
péndulo político argentino es destructivo y nosotros tenemos que encontrar un
camino político que permita que ese péndulo sea constructivo, que se traslade
de un lugar a otro, pero sin dejar de ser constructivo. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Buryaile, por Formosa.
Sr. Buryaile.- Señor presidente: hoy estamos tratando un proyecto que cuenta con sanción del Senado
y que le quita aún más credibilidad a la palabra presidencial. El presidente iba
a recomponer los haberes jubilatorios, iba a unir a los argentinos e iba a terminar
con la especulación financiera, pero sin embargo estamos considerando una
iniciativa que lo que hace es condenar a nuestros jubilados a la pobreza.
Hoy
escuché hablar a un diputado preopinante, por quien siento un enorme respeto,
que es del mismo partido que una vez nos contó que las AFJP eran la solución para
la Argentina, y entregó a los jubilados a las manos de los gerentes de esas
AFJP. Con la misma ética, en 2008 nos contaron que venían a poner de pie a los
jubilados. También nos cuentan que le ganaron a la inflación y nos hablan de un
haber jubilatorio de 26 puntos por arriba de la inflación. La pregunta, señor
presidente, es de qué inflación me están hablando y por quién está medida.
Usted y
yo sabemos ‑creo que a usted le consta más que a mí, porque fue jefe de
Gabinete‑ cuáles fueron las condiciones en las que se intervino el INDEC
y la falta de credibilidad existente respecto de un organismo central para la
economía y la toma de decisiones en la Argentina. A ese INDEC, y a ese índice
que establecía el INDEC, le ganaron con la inflación.
No
quiero discutir para atrás, sino mirar para adelante. Cuenten como quieran la
fórmula sancionada en 2017, pero yo no me olvido de cuando ustedes apelaban los
juicios que tenían los abuelos con sentencia favorable. Estoy hablando de más
de trescientos mil juicios por año, pero se esperaba a que los abuelos se
murieran. Nosotros pagamos la reparación histórica, que benefició a miles y
miles de jubilados.
Quiero
ahora abordar este tema con una mirada más integral, más allá de lo que se ha
planteado hoy. El problema de la seguridad social no es jurídico ni de fórmula,
sino económico. Digo esto porque jurídicamente está contemplado en el artículo 14
bis de la Constitución Nacional, que establece los beneficios de la seguridad
social y la movilidad de las jubilaciones.
Por lo
tanto, hoy podemos discutir si la fórmula de 2017, con el 70 por ciento de
inflación o el 30 por ciento de la escala salarial, es mejor que esta. Está
claro que en este período y en esta situación era mejor; de lo contrario, no la
hubieran suspendido. Sobran las palabras al respecto.
Lo
único que nosotros estamos pidiendo es que se garantice un piso. ¿Cuál es la
razón por la que no se lo garantiza? Tanto usted como yo, y todos los colegas
de la Cámara, sabemos que la propensión marginal al consumo de quienes tienen
ingresos reducidos hace que aquellos que tienen haberes bajos gasten mucho más
en la canasta familiar que aquellos que tienen haberes altos. En consecuencia,
los números que se obtienen por la inflación son mayores en la canasta básica.
Nosotros no estamos pidiendo un techo, sino un piso, y los acompañamos en todo aquello
que tenga que ver con el crecimiento de la economía, la recaudación y el salario.
Debo
decir que el sistema no soporta esto. No sé si usted o yo terminemos viéndolo,
pero hoy 8.700.000 personas están soportando casi 17 millones de jubilaciones,
pensiones y PUAM, lo que hace que el sistema sea inviable. Por lo tanto, el
problema endémico de la Argentina es que no nos dedicamos ni nos decidimos a
abordar la cuestión en su integralidad. La Argentina se encuentra entre los
tres últimos países de 77, si miramos el índice de competitividad. En lo que
respecta a las pymes, cada mil habitantes, Chile tiene 58; Uruguay, 48; Brasil,
25, y Argentina, 15. ¿Saben en qué se
traduce esto? En que no haya empleo registrado, y si no hay empleo registrado,
mal podemos pretender generar más trabajo.
No me
quiero exceder del tiempo del que dispongo, señor presidente. Simplemente
quiero decir que de los 8.600.000 aportantes al sistema, 6.000.000 trabajan en
relación de dependencia, 427.000 son trabajadoras de casas particulares,
500.000 son autónomos y un millón y medio son monotributistas. Todos ellos,
como las empresas, necesitan una legislación que les permita generar empleo y
bajar la carga impositiva. No solo tenemos que ser capaces de conservar los empleos,
sino también de generarlo para aliviar el sistema previsional.
Abusando
de mi tiempo, permítame terminar manifestando que yo soy muy respetuoso de mis
colegas, pero hoy escuché a uno de ellos decir que nosotros éramos unos
caraduras y que veníamos “guionados”. Resulta que él decía eso mientras leía un
discurso que le estaban escribiendo y mostraba unas láminas. Simplemente quiero
decir que yo no soy un caradura. Soy una persona que vota según sus convicciones.
Quizás él lo pueda pensar, pero yo no he votado la estatización de Ciccone para
borrar la prueba contra los delincuentes y los saqueos. Yo no he votado como
diputado el pacto de impunidad con Irán, consagrando la impunidad de quienes
vinieron a matar a 85 argentinos.
Eso es ser un sinvergüenza; prefiero que me llamen caradura y no sinvergüenza.
(Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Yasky, por Buenos Aires.
Sr. Yasky.- Señor presidente: creo que hay una
memoria individual que en muchos de los diputados y diputadas que han hablado,
evidentemente, no funciona. No se hacen cargo del desastre que fueron los
cuatro años de gobierno de los ricos para los ricos, donde los pobres quedaron
más pobres y los ricos mucho más ricos, donde hubo ganadores y perdedores, con la
infancia pobre, los jubilados, los trabajadores y trabajadoras.
En esos
cuatro años hubo una riqueza concentrada que no terminó siendo reinvertida para
generar empleo en la Argentina; muy por el contrario, terminó depositada en los
paraísos fiscales, en las guaridas fiscales. Somos campeones del mundo -y por lejos
de América Latina- en evasión y fuga de capitales. No hay ninguna otra
burguesía del continente que se le acerque a la argentina, y eso fue producto
de aquellos cuatro años de gobierno.
Cuando
se preguntan por qué no está el pueblo acá en la plaza protestando es porque
hay otro tipo de memoria. Me refiero a la memoria colectiva, esa que es parte
del conjunto. En esa memoria colectiva está claro que si volviéramos otra vez
al gobierno de los ricos para los ricos, volveríamos a caer en el mismo pozo.
Si al
cumplir nuestro mandato nosotros como gobierno dejáramos un país con la riqueza
más concentrada y con más pobreza, nos habrían derrotado. Pero no ustedes, los
que se dicen parte de la clase política, como los escucho hablar, como si fuera
que hay una clase política o una casta. Nos habrían derrotado los mandantes de
ustedes, es decir, el poder económico concentrado de este país que tiene nombre
y apellido: Magnetto, Roca, Mindlin, los dueños de la tierra en
Ellos conspiraron
para que ese edificio que se construyó de a poquito y con mucho esfuerzo, como
decía Moreau, terminara siendo vaciado. No quieren que en la Argentina existan
gobernantes, legisladores o intendentes que sean capaces de gobernar mirando al
pueblo a la cara. Quieren tener en las bancas, en las oficinas de gobierno y en
Por eso,
con esta fórmula apostamos por un país que necesita tener empleo, crecimiento
económico e inversión. ¿Vamos a creer que si atásemos la suerte de los
jubilados a la inflación y tuviésemos una hiperinflación galopante, como a la
que ustedes nos llevaban, íbamos a tener jubilados opulentos, cobrando grandes sumas
de dinero de jubilación gracias a la hiperinflación?
Hay
algo que forma parte de la memoria colectiva. En 2008, yo me opuse a la fórmula
jubilatoria que presentaba el gobierno de Cristina Kirchner. Le hago un
homenaje a esa mujer porque tuvo el coraje político de sacarle del buche al
poder financiero las AFJP. (Aplausos.)
Tuvo el coraje que no tienen algunos hombres, que se piensan que es señal de hombría
venir a insultar gratuitamente a una mujer de la que tendrían que aprender
muchísimo. En principio, tendrían que aprender ese coraje político de haberle
sacado las AFJP, hecho que anunciaban en los grandes diarios y en la televisión.
¿Quién
se animaría, entre los que piensan como ustedes, a ponerle la mano en el bolsillo
a esos sectores del poder financiero? Sin embargo, nosotros lo hicimos y el
pueblo salió a la calle a festejar, estuvimos movilizados.
A los
dos meses estábamos discutiendo con Cristina porque nosotros creíamos que la
fórmula debía contemplar la inflación; fue una discusión durísima. Con el señor
diputado que preside hoy
Por eso,
a los que preguntan dónde están los sindicalistas, ¡estamos acá! (Aplausos.) Estamos acá para luchar, no
contra ustedes sino contra los que los mandan a ustedes, contra el poder
económico, contra Magnetto, contra la sociedad rural. Esos son los que no
quieren que tengamos jubilados y trabajadores con dignidad. Por esta razón
votamos con orgullo este proyecto de ley. (¡Muy bien! ¡Muy bien! Aplausos prolongados. Varios diputados y
diputadas rodean y felicitan al orador.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Yacobitti, por
Sr. Yacobitti.- Señor presidente: para no extenderme
en el tiempo y también porque me parece que ya fueron dichas muchas cosas, haré
mías las palabras del diputado Cacace, ya que considero que fue lo
suficientemente claro como para que todos entendamos qué es lo que pasa con
esta fórmula de movilidad. Esto es, ni más ni menos, que los jubilados corren
el riesgo de perder poder adquisitivo con la implementación de esta fórmula.
Voy a
aprovechar el tiempo que me queda para hacer un planteo que es más a mediano
plazo, pero no por ello deja de ser urgente. Creo que en la Argentina venimos
arrastrando problemas desde hace mucho tiempo, y un problema fundamental tiene
que ver con que nuestro Estado gasta más de lo que recauda. Esto nos genera un
déficit y, a medida que pasan los años, ese déficit va siendo cada vez mayor.
Ni siquiera se trata de un déficit que nos permita resolver la pobreza en la Argentina,
que también es cada vez mayor.
Ante la
urgencia que tenemos de resolver cómo gastamos y cómo recaudamos en la
Argentina, o sea, cómo hacemos para que eso sea de manera más eficiente,
tenemos dos caminos: uno que a mi entender es populista y en base a un relato
falso y otro que es el de hacerse cargo. Si vamos por el primer camino,
seguramente nos encontremos con un ajuste que se va a intentar hacer a espaldas
de la gente y que se va a intentar esconder debajo de la mesa. Particularmente,
yo lo llamo “ajuste por inflación”. Por supuesto, se trata de un ajuste que a
veces no se ve, ya que se suele tapar con un bono, con un decreto particular o
con alguna medida específica que le permita a quien gobierna disfrazar ese
ajuste. Pero en el fondo lo que se está haciendo es un ajuste por inflación.
Básicamente,
eso se hace de varias maneras. No se ajusta la fórmula de movilidad jubilatoria
por inflación y los salarios, con paritarias a la baja, como es el caso de los
docentes universitarios. Por último, tampoco se ajusta el mínimo no imponible
por inflación. Así, lo mismo que va a pasar con la fórmula de los jubilados nos
está pasando en la Argentina desde hace muchos años con la fórmula del mínimo
no imponible.
Demás está decir, y lo que más claro nos lo muestra,
es que en los últimos cinco años ‑no me refiero solo de este año, sino a
los últimos cinco‑ en la Argentina tenemos el doble de trabajadores que
pagan ese impuesto. ¿Por qué pagan ese impuesto? Porque las escalas y el mínimo
no imponible no se actualiza por inflación. Así, el valor adquisitivo del
salario es más bajo y, sin embargo, son cada vez más los que pagan impuesto a
las ganancias.
De ese
millón cien mil trabajadores que pagan el impuesto, 890.000 son jubilados y empleados
del Estado, dentro de los cuales están los médicos, los policías, los
enfermeros, etcétera. Es decir, esos que ahora van a hacer esa epopeya que mencionó
recién el diputado Moreau cuando hablaba de lo que va a ser el proceso de
vacunación. A quienes pusieron la cara y el cuerpo en la pandemia les hicimos
lo mismo que a los jubilados durante este tiempo: los ajustamos por inflación.
Porque su sueldo no contempla una fórmula de ajuste que les permita mantener el
valor adquisitivo.
El
segundo camino que tenemos es el de hacerse cargo, que cada uno ponga lo que
tiene que poner, deje de patear la pelota para adelante y veamos cómo hacemos
para que la Argentina elija cuáles van a ser sus prioridades, pero sobre todo
elija cuáles van a dejar de ser sus prioridades.
A mí no
me da la cara para decirles a los jubilados que cobran la mínima que no van a
tener ajuste por inflación y que en la Argentina sigan existiendo jubilaciones
de privilegio, o que haya subsidios a viajes al exterior a través de Aerolíneas
Argentina. Me parece que lo que tenemos que hacer es definir cuáles son
nuestras prioridades y juntos trabajar para financiarlas.
Lo otro
que también tenemos que hacer es definir las prioridades en los ingresos.
Tenemos que aprobar y dejar de decir que en algún momento vamos a hacer una
reforma tributaria, porque tenemos que garantizarles a los argentinos y a las
argentinas que los que se hagan cargo del mayor esfuerzo sean efectivamente los
que más tienen. Hoy eso no está pasando.
Para
hacer estas cosas lo que nosotros necesitamos es dejar de discutir de la manera
en la que hoy lo hicimos, tirándole a unos lo que hizo hoy y a otros lo que
hizo ayer. Tenemos que hacernos cargo de que lo que está pasando en la
Argentina, porque hay un proyecto de ajuste que se está llevando adelante
mirando para otro lado de la inflación. Y lo que está haciendo día tras día la
inflación es comerles el salario a los trabajadores.
Lo que
más lástima da son nuestros padres, los que ya aportaron y que encima son los
que menos herramientas tienen para defenderse.
Sr. Presidente (Massa).- Vaya redondeando, señor
diputado.
Sr. Yacobitti.- Pero a nosotros nos van a encontrar
para defenderlos; a nosotros nos van a encontrar también para sentarnos a
discutir y para sentarnos a buscar soluciones.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado: vaya
redondeando, por favor.
Sr. Yacobitti.- Me parece que alguien tiene el
micrófono abierto.
Sr. Presidente (Massa).- No, señor diputado. Soy yo que
le estoy pidiendo que vaya redondeando, dado que se ha excedido un minuto del
tiempo que disponía para hacer uso de la palabra.
Sr. Yacobitti.- Perdón, señor presidente.
Me
parece que tenemos que llamarnos la atención, ir por el camino de hacernos
cargo, ir por el camino que nos permita generar acuerdos políticos, como dijo el
diputado Estévez, y de una vez por todas resolver las inequidades que tiene
-
Se
interrumpe la conexión.
Sr. Yacobitti.- ...y tomar las medidas necesarias.
Va a
haber jubilados que van a terminar siendo pobres, porque nosotros no vamos a
contemplar un ajuste por inflación. Lamentablemente, en la cultura de nuestro
país esto es algo que nos cuesta mucho resolver.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado
Cisneros, por Tucumán.
Informo
a los señores diputados y diputadas que restan seis oradores individuales,
luego continúan los cierres de bloque y más tarde se va a pasar a votar.
Sr. Cisneros.- Señor presidente: creo que de todas
las discusiones que hemos tenido, se busca que de esta sesión se vote lo mejor
y que los jubilados y sus familias tengan certezas. Hay que acordarse de los
jubilados los 365 días del año y no para las elecciones o sesiones maratónicas
como esta. Muchos están preocupados porque no hay cámaras de televisión. Yo
creo que no es necesario porque no estamos haciendo nada raro.
Quiero
comentarles, sin ofender, que siempre renegué del teorema de Baglini: esa
picardía que le hace mal a la política. ¿Qué significa? Que cuando estamos
lejos del poder proponemos y hacemos cualquier cosa. Lo digo claramente, no por
Baglini, sino por el concepto: cuando estamos lejos del poder proponemos
cualquier cosa y cuando estamos en el poder nos olvidamos. Eso es lo que pasó
en su momento con los jubilados.
Creo
que lo que estamos escuchando acá es un tema para psicólogos. Si se han hecho
las cosas tan bien con respecto al haber de los jubilados en el año 2017, ¿por
qué se perdieron las elecciones? ¿Por qué perdieron? Venían de ganar con amplio
margen en diciembre de 2017 y perdieron en primera vuelta en 2019. O sea que
los jubilados no interpretaron las mejoras que hizo el gobierno de Macri.
Quiero
decirles algo porque he escuchado acá sobre el hombre del mortero y de un
montón de cosas. Yo estuve en la plaza, soy un militante sindical; reitero:
estuve en la plaza y no vine a tirar piedras. Nosotros fuimos reprimidos, los trabajadores
de
¿Saben
de dónde veníamos? Veníamos de La Plata, de reclamar el ajuste jubilatorio para
los trabajadores del Banco Provincia que aportan un 14 y un 19 por ciento para
su caja jubilatoria, y los aportes a la caja de los jubilados antes era de un
12 por ciento y hoy es de un 10 por ciento. Reitero: veníamos de La Plata y
fuimos reprimidos.
-
Ocupa
Sr. Cisneros.- Ahora hablan del hombre del mortero.
Si acá se espían entre propios y extraños. Lo que me llama poderosamente la
atención es que el gobierno de ese entonces no haya descubierto al hombre del
mortero. ¿Por qué? Para que se eche la culpa a los militantes que habían
reclamado en contra del ajuste.
Yo soy
un militante sindical y no me avergüenzo por lo que piensen algunos. Si alguno
piensa mal de los dirigentes sindicales, que le pregunten al jefe del gobierno
de
Porque
tengo convicción es que he presentado una propuesta de modificación al proyecto
que se va a votar. Adelanto que voy a acompañar este proyecto en general, pero,
como hemos dicho, nuestro bloque no es un cuartel y yo no soy un recluta. Por
eso, he presentado ‑y permítanme que lea‑ una modificación del
artículo 1º del dictamen, que sustituye el artículo 32 de la ley 24.241, para
que el tercer párrafo quede redactado de la siguiente manera: “En ningún caso
la aplicación de dicho índice podrá producir la disminución del haber real que
percibe el beneficiario o la beneficiaria.” También propongo que se agregue
como cuarto párrafo del mismo artículo el siguiente texto: “Se comparará el
resultado del índice establecido por este artículo con el índice de inflación
correspondiente al trimestre en consideración y se aplicará al índice que
resultare mayor. En caso de duda sobre la aplicación de esta norma, prevalecerá
la más favorable para el beneficiario.”
Señor
presidente: esto lo he planteado en mi bloque y no he tenido ninguna
reprimenda, no he tenido ningún cuestionamiento; esto es conducir un bloque con
democracia. No debemos dejarnos cegar cuando somos oficialistas y que como
pertenecemos al partido de gobierno votamos cualquier cosa, como en 2017,
cuando perjudicaron los haberes de los jubilados. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado Enriquez,
por
Sr. Enriquez.- Señor presidente: escuché algunos
discursos que realmente tenían un fuerte olor a naftalina. Siempre machacan con
lo mismo: medios concentrados, imperialismo, oligarquía vacuna; siempre lo
mismo, no cambiaron para nada.
Esto ya lo escuchaba cuando tenía 12 años y estaba en
el colegio; pasaron más de 50 años y siguen con la misma cantinela.
Entonces,
supongo que debe ser porque están defendiendo sus privilegios. Digo esto porque
escucho hablar a algunos dirigentes sindicales que pronuncian discursos muy fogosos,
pero cuando tienen que rendir cuentas, no lo hacen; cuando se les exige que presenten
sus declaraciones juradas, no lo hacen; cuando se les pregunta por los oscuros
vericuetos de las obras sociales, tampoco responden.
Cuando
comenzó esta sesión consiguieron el quórum gracias esa oposición tan flácida,
que es un kirchnerismo edulcorado, que se presentó como oposición pero
claramente no lo es; con esa complicidad hoy festejaban. Me pregunto si festejaban
que les roban la plata a los jubilados.
Mucho
se habla del Papa Francisco y de la cultura del encuentro. Sin embargo, esa
cultura se está enterrando a pasos de aquí, con una ley que permitirá la muerte
del más inocente de los seres humanos, que es la persona por nacer. Mientras
tanto, aquí se está tratando un proyecto que hará que los jubilados estén cada
día más sumidos en la ruina. Por supuesto, después vendrán los juicios, pero como
el Estado nunca va a pagarlos entonces la biología va a cumplir un ciclo y pasará
lo que siempre ocurrió lo largo de la historia.
En tal
sentido, no quiero hablar de las catorce toneladas de piedra ni tampoco
referirme a otros argumentos que tan bien esbozaron los diputados de mi interbloque,
como Cacace, Cornejo, Laspina y Wolff, pero sí quiero fincarme en un hecho que
para mí hoy es doloroso y muy lamentable.
¿Saben ustedes
que ha logrado hoy la señora Cristina Elizabeth Fernández, la vicepresidenta? Perdón,
debería decir la vicepresidenta o presidenta en ejercicio, porque como bien lo
definió un destacado constitucionalista, este no es más un sistema presidencial,
sino vicepresidencial, porque nos gobierna
Sin
embargo, el artículo 92 de
En tal
sentido, quiero pensar que quienes están aquí y son jubilados -no es mi caso
porque nunca me he jubilado de la política, simplemente porque sigo trabajando
y tengo muchos años de aporte- no están cobrando la dieta de diputados y también
la jubilación. Si la vicepresidenta en ejercicio de la presidencia lo hace, me
pregunto por qué no puede hacerlo un diputado.
Todos estos
datos se corroboran con otros. En nuestro país se inauguró una moratoria para
delincuentes como Cristóbal López y Fabián De Souza, y para que un criminal
como Amado Boudou plantee un reclamo. En este sentido, hemos iniciado acciones
legales, porque el gobierno no contesta los pedidos de informes; solo lo hizo
Señor
presidente: esto que venimos a hacer hoy es simplemente un fiel reflejo de la
palabra devaluada. Nadie puede pensar en creer que aquello que hoy dice Alberto
Fernández mañana vaya a ser cierto. Los invito a que cotejen qué decía antes de
que el 18 de mayo del año pasado le otorgaran el regalito de ser candidato a presidente,
cargo que nunca se imaginó ocupar, porque siempre fue un gerente de la política.
Si
cotejan sus dichos, verán que él decía que entre los bancos y una pyme se
quedaba con la pyme. Sin embargo, hoy son más de 40.000 las pymes cerradas,
mientras que otras tantas se encuentran en una situación de riesgo muy crítica,
lo que afecta a un millón de trabajadores. Además, dijo que entre la educación
pública y los bancos iba a privilegiar a la educación pública, pero este año los
chicos no tuvieron clase, excepto en
Asimismo,
en relación con los jubilados, dijo poco más que se iba a cortar las manos antes
de pagar una Leliq si no le pagaba a los jubilados, pero fíjense lo que estamos
haciendo.
Reitero,
tanto usaron al Papa Francisco mencionando la cultura del encuentro, pero esta
es la cultura del descarte, es el descarte más salvaje porque le están pegando
al sector más débil de la sociedad.
Me pregunto
cómo no va a ser cierto esto si aquí en febrero, cuando discutíamos los
regímenes especiales de diplomáticos y de miembros del Poder Judicial, un
subsecretario de Seguridad dijo que los jubilados no necesitaban tanta plata porque
a la edad provecta evidentemente…
Sr. Presidente (De Marchi).- Señor diputado, le pido
que redondee su exposición.
Sr. Enríquez.- Sigo un segundo más.
Cuando
dijo eso pensé “¡qué falta de sensibilidad!”. Se sabe que a determinada edad, sobre
todo en el caso de un adulto mayor, tendrá mayor necesidad de remedios, en
algunos casos de remedios oncológicos, de aparatología cuando se carece de
movilidad y también de geriátricos.
Sin
embargo, muestran lo descarnados que son ‑y con esto concluyo- porque nunca
han ido a ningún centro de jubilados ni han visto las manos ajadas por el
tiempo y por el laburo. ¿Sabe por qué, señor presidente? Porque muchos de ellos
se encontraron con 4 millones de dólares en sus cajas de seguridad, sin saber
de dónde provenían y lo peor del caso, es que no lo pueden justificar. Lo mismo
sucede con muchos de aquellos a los que tanto defienden –y no me refiero a los
diputados- que no pueden justificar nada de lo que adquieren porque no se
compatibiliza con sus ingresos.
Para
finalizar, solo quiero decir que este es un ajuste salvaje y que justamente se
está haciendo en un momento en el que los jubilados van a soportar una
situación gravísima, ya que están cobrando 19.000 pesos y una familia tipo
necesita 51.000 pesos para vivir.
Muchachos,
piensan y recapaciten porque están atacando a los más débiles. En el Senado se
ataca a las personas por nacer y acá, a quienes siguen sumiendo en la miseria y
en el hambre. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el diputado
Gutiérrez, por Córdoba.
Sr. Gutiérrez (C.M.).- Señor presidente: trataré de ser concreto, no solamente por el
poco tiempo del que disponemos, sino porque además de toda la pirotecnia que
hemos escuchado, quiero quedarme con algunas ideas centrales que surgieron a lo
largo de este debate, sin importar su procedencia, ya que informan sobre la necesidad
de avanzar en una discusión de fondo en esta Cámara de Diputados.
Nadie
puede negar que si no discutimos un sistema previsional distinto y si no
avanzamos sobre una nueva ley de coparticipación federal de impuestos ‑que
ponga justicia allí donde hoy existen numerosas asimetrías todavía muy vigentes-,
por supuesto esto se convierte en la discusión de una fórmula.
Sin
embargo, no muchas voces han dicho que lo que sustenta las posibilidades de
debate para que lleguen a buen fin es precisamente el hacer crecer la economía,
es decir, la torta económica.
Evidentemente,
no alcanza con que crezca la torta económica si no tenemos políticas sociales y
definiciones de políticas sociales que desde el Estado custodien los intereses
de los más débiles.
El
concepto de que el mercado derrama sí huele a naftalina, lo mismo que la mano misteriosa
de Adam Smith es naftalina pura.
El mercado
nunca derrama nada, sino que en nuestra concepción es el Estado quien precisamente
debe ir en auxilio de todos aquellos que lo necesiten.
La
coherencia es necesario verla andar en el tiempo para demostrar que se la tiene.
Cuando gobernaba el expresidente Macri y se discutía su famosa fórmula, nuestros
diputados de Córdoba votaron a favor de ese proyecto de ley.
Y no es que lo hicieron porque no supieran que la
fórmula por sí misma, al igual que hoy, no garantizaba nada si las principales
variables de crecimiento de la economía y las discusiones de fondo, que tampoco
se dieron entonces, no aparecían en la escena. Lo hicieron pensando en la gobernabilidad,
un concepto que no he escuchado en este debate y que quienes gobernamos ‑es
nuestro caso en la provincia de Córdoba‑ tenemos muy presente. Porque la
gobernabilidad se provee, y a su vez, se recibe, so pena de que quien gobierna
carezca de los instrumentos para llevar adelante sus definiciones.
Por eso
se apoyó entonces, y por eso vamos a votar hoy favorablemente. Porque además de
todo esto que estoy afirmando, el expresidente Macri, hasta donde yo sé, fue
electo por el voto popular. Y parece que hoy, cuando nosotros también pensamos
en la misma coherencia y en la continuidad de esa coherencia, y damos
gobernabilidad como una definición para todos los temas que conforman ‑a
nuestro humilde entender‑ ese concepto, pareciera que a quien se la damos
hoy, al presidente Fernández, carece de la legitimidad del voto popular que
tenía el expresidente, y esto no es así.
Por
eso, para nosotros, la defensa de la gobernabilidad tiene que ver con lo que
también en nuestra provincia hemos defendido y hemos tenido que batallar por
mucho tiempo y con muchas dificultades, enfrentando decisiones difíciles. Por
eso tenemos hoy 100.000 jubilados cordobeses que mañana tendrán el convenio que
durante diez meses hemos discutido con la Nación y que es un verdadero ejemplo
de cómo una provincia, con su modo de gestionar, sin querer ser maestro ciruela
de nadie, pero sí reivindicando su modo de gestión, ha presentado en tiempo y
forma como la primera provincia que lo hizo de todas aquellas que no
transferimos las cajas de jubilaciones. La previsibilidad, la certeza es
gobernabilidad, y eso también es justicia.
Por
último, aquí, entre tantas comparaciones, se ha hablado de las vacunas.
Nosotros también en Córdoba hoy hemos protagonizado una jornada impecable,
gracias a Dios, al empeño, la pericia y la voluntad militante de muchos de los
funcionarios de nuestro sistema de salud. También allí hemos visto y nos han
transmitido escenas de cómo quienes recibieron la vacuna lo hicieron
aplaudiendo o derramando lágrimas.
Sr. Presidente (De Marchi).- Le pido que redondee, señor
diputado.
Sr. Gutiérrez.- Ya termino, señor presidente.
¿Qué
deberíamos haber hecho nosotros entonces? Por eso cito y hago la analogía.
¿Dejarnos llevar por las voces que nos quieren convencer de que el presidente
de Rusia y todos sus funcionarios quieren envenenar al pueblo ruso vacunándolo
masivamente? No, señor presidente.
Cuando
se gobierna, hay que tomar decisiones. De la misma manera, apostamos a la
gobernabilidad porque, como dijimos, cuando otros gobernaron lo hicimos con la
misma coherencia.
La
certeza, como dije, también es justicia. Vaya por lo tanto, el voto positivo del
bloque Córdoba Federal a este proyecto de ley. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor
diputado Menna, por la provincia de Chubut.
Sr. Menna.- Señor presidente: hace exactamente un
año, a instancias del oficialismo, se suspendió la fórmula de movilidad vigente
con el argumento absurdo de que había que estudiar una fórmula mejor. Digo “absurdo”
porque para analizar otra fórmula no era necesario suspender la que estaba
vigente.
En
realidad lo que se buscaba era generar un ajuste. Ese ajuste tuvo lugar, y lo
demuestran los números, los datos. Si lo miramos desde el lado del Estado, el
gobierno se ahorró 100.000 millones de pesos a costa de los jubilados. Y si lo
miramos desde el lado de los jubilados, perdieron claramente por la no
aplicación de esa fórmula, por haber recibido aumentos por decreto por debajo
de la inflación, que significó ‑como se explicó acá‑, para los que perciben
la jubilación mínima, haber cobrado 6.000 pesos menos a lo largo del año, y
conforme se va subiendo en la escala, haber dejado en el camino el equivalente
a un mes o más de jubilación.
Y rematan
esta faena trayendo a consideración este proyecto de ley, una norma vergonzosa,
que es un expolio. Digo esto porque en el país que espera una inflación del
orden del 50 por ciento para el año que viene, en el país que tiene una de las
tasas de inflación más altas del mundo, les están diciendo que no van a
considerar la inflación a la hora de actualizar los haberes jubilatorios.
A los
que criticaban hace tres años la fórmula que se aprobó, que se modificó, a los
que se rasgaban las vestiduras, no les interesa ahora este comprobado saqueo a
los jubilados que consolida el de 2020 y lo profundizan hacia adelante. Eso
demuestra que lo único que les interesaba, lo único que los movía era
desestabilizar a un gobierno y tomar a los jubilados como excusa para ese fin.
Ya no
vemos diputados y diputadas conmovidos, recorriendo los estudios de radio y
televisión, llorando por el cambio de la fórmula. ¿Cómo van a justificar el
voto de este proyecto de ley?
Esta
propuesta no está motivada por el bienestar de los jubilados ni de los 16 millones
de personas que están atadas a una fórmula de movilidad, como no les interesó
cuando hicieron esa otra gran reforma del sistema jubilatorio en 1993; solo les
interesa el ajuste.
Realmente
me llama la atención que un diputado preopinante dijera que este bloque
representa a los grandes grupos económicos y a las AFJP. Se olvida de que
ustedes en mayo de 1993 modificaron el sistema jubilatorio, lo privatizaron,
crearon las AFJP, les dieron la potestad de recaudar los aportes y contribuciones,
y ahora usan de chivo expiatorio a Carlos Menem, que cuando les conviene es de
ustedes en el Senado, y cuando no les conviene, lo desconocen. (Aplausos.) Pero todos ustedes formaron
parte de ese gobierno, empezando por el actual presidente de la Nación, que
estaba a cargo de
Eran
los tiempos de la ola neoliberal, y todos los que están acá formaban parte de
esa ola. ¿O no se acuerdan de todas las privatizaciones? ¿No se acuerdan de los
gobernadores que no tuvieron ningún empacho en compartir esas boletas, avalando
ese modelo? ¿No se acuerdan del entonces gobernador de la provincia de Santa
Cruz, Néstor Kirchner, que el 2 de enero de 1992 dictó el decreto 309/92 que recortó
el 15 por ciento a los empleados y jubilados de la provincia de Santa Cruz? (Aplausos.) No hablo de un descuento en
términos reales, como en este caso, sino incluso nominal.
Entonces,
¿qué vienen a decir que son los adalides de la defensa de nada? En aquel
momento les interesó utilizar a los jubilados, sacarles sus recursos para crear
las AFJP y un mercado de capitales, y ahora lo hacen para ajustar. ¡Asúmanlo!
¡Háganse cargo de algunas de las cosas que han hecho a lo largo de la historia!
En el
medio de esa ola, hoy hace exactamente treinta años, un gobierno de ustedes
sacaba también los decretos que indultaba al terrorismo de Estado: a Videla,
Massera, Agosti y también a Firmenich. Entonces, ¡no vengan a reescribir la
historia! (Aplausos.)
Increíblemente,
hoy hemos escuchado decir a diputados y diputadas sindicalistas, que no hay que
tener en cuenta la inflación para una actualización de haberes jubilatorios. No
me los imagino en una mesa de negociación paritaria discutiendo con una empresa
y diciendo que van a acordar los aumentos a sus obreros representados, en la
medida en que a la empresa le vaya bien con las ventas, que le vaya bien en sus
negocios, prescindiendo de la inflación. La verdad, no entiendo lo que están
defendiendo. ¡Es una vergüenza! No sé qué festejan.
También
escuché a diputados y diputadas sindicalistas, ante la evidencia de que esto es
un ajuste, ante la evidencia de que van a perder y muchísimo los jubilados el
año que viene, como perdieron este año, decir que bueno, que se dieron más
medicamentos, que había reintegro con la tarjeta de débito.
¿Qué es lo que están defendiendo?
¿Es
Señor presidente: creo que es una noche oscura en donde además
van a profundizar la litigiosidad. Ya ha habido dos Cámaras federales ‑las de
Salta y Paraná‑ que han invalidado todo lo que han hecho. Porque no se
trata de tener una fórmula.
Como se dijo recién, ustedes van a celebrar que les van a robar
miles de millones de pesos a los jubilados. Con lo cual, la única jubilada que
celebra hoy en día es la vicepresidenta de la Nación, que ha logrado que le
reconozcan dos jubilaciones de privilegio en simultáneo. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (De Marchi).- Corresponde que haga uso de palabra el señor diputado Martínez,
por Santa Fe, pero el señor diputado Pablo González le solicita una
interrupción. ¿La concede?
Sr.
Martínez.- Sí, señor presidente.
Sr.
Presidente (De Marchi).- Para una interrupción, tiene la palabra el señor diputado
González, por Santa Cruz.
Sr.
González (P.G.).- Señor presidente: agradezco al señor diputado Martínez por concederme
esta interrupción.
Néstor Kirchner no necesita que yo lo defienda ni que me
ponga en el rol de su abogado defensor; lo defiende la gente que absolutamente
todos los días reivindica una política que devolvió dignidad a los argentinos.
Pero no puedo dejar pasar por alto lo que recién se dijo en el sentido de que en
el marco de una situación de extrema crisis que vivía la provincia de Santa
Cruz en 1991, cuando Néstor asumió la gobernación, como no se podían pagar los
sueldos ‑situación que nos ocurrió con Alicia en 2016 y 2017‑, tuvo
que recortar ese 15 por ciento. Lo que acá no sé dijo es que Néstor Kirchner devolvió
con intereses esa plata a todas y a todos los santacruceños. ¡La devolvió con
intereses!
-
Ocupa
Sr.
González (P.G.).- Entonces, sería bueno que aquellos que recuerdan eso piensen cómo
Macri podría haber devuelto con intereses todo lo que les sacó a los argentinos
durante cuatro años.
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Martínez, por Santa Fe.
Sr.
Martínez.- Señor presidente: tenemos pocos minutos, así que solo haré algunas sencillas
reflexiones.
En primer lugar, revindicamos el restablecimiento de esta
fórmula mejorada ‑como bien explicaron los diputados Casaretto y Heller‑
con el mismo deseo, pasión y convicción de aquel septiembre de 2008, cuando usted
era jefe de Gabinete, la presidenta la Nación era Cristina Fernández de
Kirchner y el director Ejecutivo de
Lo hacemos en un contexto en el que nos llama la atención
algunas cosas que se han dicho. Primero, la fórmula de 2008 jamás tuvo un fallo
de inconstitucionalidad, como indicó la señora diputada Tundis. Jamás lo tuvo.
Es más, le están haciendo decir al fallo Badaro cosas que no dice. Incluso, el fallo
Badaro es anterior a la fórmula de 2008; es más, es el origen de la fórmula de 2008.
El punto 14 el fallo Badaro señala: “La movilidad no es un
reajuste por inflación.” Repito: “La movilidad no es un ajuste por inflación.” Lo
dice el fallo Badaro, y recién el diputado preopinante dejó en claro por qué
nosotros no incluimos la inflación en la fórmula; es porque tenemos certeza de
que los trabajadores van a pelear en las paritarias los ingresos que necesitan
para ganarle a la inflación. Como nosotros consideramos que el crecimiento de
los salarios y el crecimiento la recaudación son los dos grandes componentes de
nuestra fórmula, claramente queda de manifiesto que obviamente vamos a estar
mejorando la situación de los jubilados en cualquier contexto el año que viene.
También se dijo que este no es un cálculo transparente y
que no es predecible. Lo dije el otro día en la comisión y lamento que algunos
no lo hayan escuchado: en julio de 2015 hubo 213 diputados que votaron la extensión
al sistema de asignaciones familiares y a
También se dijo que no tratamos los problemas de fondo. Nosotros
estamos dispuestos todo el tiempo ‑como estuvimos a lo largo de toda esta
pandemia y de todo este año parlamentario‑ a discutir los temas que sean.
Si quieren discutir informalidad laboral, lo discutimos. Pero teniendo una ley
que generó un marco laboral para los trabajadores y las trabajadoras –principalmente,
de casas particulares‑, deberíamos analizar también por qué todavía hay cuatrocientas
mil trabajadoras de casas particulares en negro, cuando los aportes y
contribuciones se pueden desgravar del impuesto a las ganancias.
Discutamos todo. Discutamos también la reforma tributaria.
El presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda ha preguntado hasta el
cansancio por qué no discutimos la creación de puestos de trabajo.
No es cierto que estemos cíclicamente en el mismo lugar. Quiero
decir claramente que hace dieciséis años estábamos discutiendo por primera vez la
inclusión jubilatoria; hace trece años discutíamos la libre opción jubilatoria
entre las AFJP y el sistema reparto, hace doce años estábamos discutiendo la
movilidad jubilatoria, y a los pocos meses discutíamos –con la creación del
SIPA‑ la unificación y la estatización de nuestro sistema de jubilaciones.
En cada uno de esos momentos nosotros fuimos elevando el nivel de debate, y hay
cosas que quizás en aquel momento se discutían y hoy ya no se discuten en
Cierro expresando dos conceptos. Se equivocan si piensan
que nos vamos a conformar con este paso. Venimos acá a establecer un nuevo mojón
en una historia que no empezó con nosotros y que no va a terminar con nosotros.
Nunca decimos que la historia empieza con nosotros, sino que somos parte de una
historia más amplia. En esta historia más larga vamos a seguir peleando por
cada uno de los derechos que tienen los jubilados y las jubiladas en
Con la misma convicción con que lo impulsamos en 2008, con
la misma convicción que rechazamos el cambio propuesto por Macri en diciembre
de 2017, venimos a ratificar que este es un mojón más en una larga historia de recuperación
de los derechos los jubilados y las jubiladas de
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Ritondo, por Buenos Aires.
Sr.
Ritondo.- Señor
presidente: después de este largo
debate, y de lo que han expresado mis compañeros de interbloque queda poco por
agregar en cuanto a lo técnico y a lo político.
Quiero empezar formulándome algunas
preguntas. Considero que es increíble que el gobierno no tenga una idea
superadora más que apelar a ajustar los haberes jubilatorios de los adultos
mayores, que es el sector más vulnerable, y mucho más en la actual pandemia.
Si esta iniciativa fuera tan buena, ¿la
estaríamos tratando hoy, escondidos entre verdes y celestes, dándole un destino
negro a nuestros jubilados? (Aplausos.) ¿O estaríamos sesionando a todas
luces y llenos de periodistas, diciéndoles qué bueno es lo que vamos a hacer
por los jubilados? Ustedes lo saben bien, más allá de lo que expresen en sus
discursos.
Este año no hay ningún trabajador que
le haya ganado a la inflación. Pregúntenles a los estatales o a aquellos que
tuvieron que bajarse el sueldo. Es decir que no solo no le ganaron a la
inflación, sino que también perdieron en valores nominales. Esto empezó en diciembre
del año pasado, apenas asumieron, porque en vez de dar a los jubilados aquello que
les prometieron, les sacaron lo que tenían.
Considero que si esto, que es el
relato -que venimos escuchando desde que empezó la sesión-, fuera tan bueno, me
mostrarían la categoría donde está ganando algún jubilado. ¡Que me muestren un
solo dato que no sea un relato! Saben que les están mintiendo y que van a tener
que poner la cara con nuestros viejos y nuestros abuelos diciendo lo que
hicieron.
Nosotros estamos acá discutiendo
institucionalmente; no estamos tirando piedras en una plaza ni impulsamos una
marcha con otro tema para distraer la atención. (Aplausos.)
Señor
presidente: hay que decir la verdad, y la verdad es que había que ajustar, que
hay que arreglar con el Fondo y arreglar la deuda. Entonces, para ajustar
empezaron por los jubilados, por los más vulnerables, a quienes este año ya les
afanaron cien mil “palos” y el año próximo les sacarán mucho más. De este modo,
los más perjudicados son quienes menos tienen.
Hoy, gracias a este gobierno y a este
nuevo método, casi todos los jubilados van a quedar por debajo de la línea de
pobreza. Después nos dicen que les dan 3.000 pesos. Seguramente hace mucho
tiempo que no van a comprar un medicamento para los abuelos; si lo hicieran
sabrían que ese monto no alcanza para cubrir el costo de los medicamentos que
les recetan a los adultos mayores, como el de la presión y muchos otros.
Este primer ajuste, que tiene que ver
con el Fondo y que es insensible con sus destinatarios –me refiero a los
abuelos a los que les van a robar el primer trimestre, que no van a recuperar
más-, viene precedido de una modificación realizada en el gobierno de Cambiemos,
con la cual los jubilados y pensionados hubieran ganado mucho más.
Yo vi -porque no pertenecía a este
Congreso‑ catorce toneladas de piedra tiradas contra la policía y contra
este Congreso. Ese fue un hecho violento y desestabilizador.
Señor presidente: a quien estaba
sentado donde está usted ahora lo agarraban del cuello. No discutían mirando a los
ojos, sino sujetando a una persona del cuello, en un acto cobarde, repudiable y
que rompe todas las instituciones. Repudiamos eso y seguimos estando orgullosos
de estar sentados acá para tratar con la misma coherencia y sin relato lo que sostuvimos
ese día con el voto, porque decimos que en la Argentina queremos un debate en
serio.
Los queremos aquí adentro, en el
recinto, mirándonos a los ojos, sin agarrar del cuello a nadie, sin pegar y sin
tirar piedras, porque creemos en el sistema democrático y en los datos. No creemos
en los relatos.
Algunos decían que, más allá de lo que
estamos señalando, la gente es la que después marca la realidad. Quiero
recordar que en los últimos diez años hubo cinco elecciones y perdieron tres de
ellas. No estén tan seguros de que van a seguir ganando elecciones. (Aplausos.)
Como me estoy pasando del tiempo
asignado y quiero ser respetuoso de los compromisos –antes de que me lo diga-,
debo señalar para finalizar que la sociedad paga o cobra por cada uno de
nuestros actos el día que nos tiene que volver a elegir. Estoy seguro de que
por más que quieran esconder esto, la gente se va a dar cuenta. En definitiva,
en enero o febrero van a ir a cobrar su jubilación y después va a ir a un
supermercado, al almacén o a una farmacia, y se va a dar cuenta.
Por eso, hoy repudiamos enérgicamente el
robo a nuestros padres y abuelos. En razón de ello, mi voto y el del
interbloque será por la negativa. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la
palabra el señor diputado Correa, por Buenos Aires.
Sr.
Correa.‑ Señor presidente:
quiero destacar que hoy es un día histórico.
Si bien la pandemia no finalizó y cuidarnos
sigue siendo responsabilidad de todos y todas, hoy los trabajadores de la salud
-quienes están en la primera línea de combate contra el coronavirus‑,
comenzaron a ser vacunados, es decir, antes de fin de año, tal como lo había
prometido nuestro presidente Alberto Fernández. Volvimos a tener un Estado
presente porque el peronismo cumple.
Debo señalar también que en los noventa
un colectivo importante de compañeros y compañeras integramos el MTA,
conjuntamente con los compañeros y las compañeras de
Por eso, hoy integro
También quiero destacar que el sindicato de
Secasfpi, que es una organización hermana que representa a trabajadores de
Asimismo, debo señalar que existe un
aumento importante, porque compartimos la centralidad que tiene la fórmula, en
relación con el salario y la recaudación. Tengamos en cuenta que cuando se
menciona al salario, hablamos de paritarias, que es el instrumento que nos
devolvió Néstor Kirchner en 2003, cuando sí estábamos en el infierno, mediante
el dictado del decreto 392/03. Fue él quien nos devolvió esta gran herramienta que
nos permite discutir salarios en una mesa en el Ministerio de Trabajo junto con
las cámaras empresarias. Esto fue sumamente positivo para los trabajadores,
porque negociamos en alza y superamos la inflación en doce años de gobierno
peronista. ¡Doce años de gobierno nacional y popular! ¡Y no tenemos dudas de
que lo vamos a seguir haciendo! (Aplausos.)
En lo que respecta a la recaudación y
al tema impositivo, hace poco se aprobó aquí el aporte extraordinario solidario.
Es en esa dirección hacia la cual apunta el Estado Nacional. Es yendo en esa
dirección lo que va a permitir que el país salga de la pandemia del coronavirus,
generando puestos de trabajo, industrialización, políticas de salud y
educación, como ya las hemos tenido.
En doce años de gobierno nacional y
popular se destaca notablemente la creación de casi seis millones de puestos de
trabajo. ¡Por eso, apostamos, militamos y estamos convencidos de esta fórmula!
Me hablan de los jubilados y las
jubiladas. Quiero contarles que vivo con una jubilada, que es mi suegra, tiene
97 años y se llama Nelly. Pude ver a lo largo de los cuatro años del
gobierno macrista cómo operó la reparación histórica. ¿Qué sucedió? Nelly, la
jubilada, ¡cobró quinientos pesos en el marco de la reparación histórica, que
no tiene nada de histórica ni de reparadora!
Pude ver cómo paulatinamente los centros de
salud geográficamente se corrían del escenario del territorio y se perdía la
posibilidad de acceder a la salud y de llamar a una ambulancia. Pude ver cómo
se fue perdiendo esa conquista del derecho de acceder a los remedios. Nelly sí
tuvo esa posibilidad porque el núcleo familiar la bancó, pero muchos jubilados
y jubiladas no pudieron.
Siendo claro y conciso, el haber de Nelly
disminuyó un 20 por ciento. El poder adquisitivo de los jubilados y las
jubiladas fue a la baja en el gobierno macrista y perdió un 20 por ciento.
Para terminar, quiero destacar que los
diputados de extracción sindical, los trabajadores a quienes transitoria y
circunstancialmente nos toca el ejercicio del rol de representantes del pueblo,
hoy nos vamos felices de aquí porque esta oposición salvaje nos atacó
sistemáticamente. Esto quiere decir que estamos haciendo las cosas bien,
compañeras y compañeros. (Aplausos.)
Ya que aquí se habló de los trabajadores y
las trabajadoras, quiero contarles que el 18 de diciembre de 2017 fui testigo
desde esta banca de la salvaje represión macrista. Entre los cientos de heridos
que dejó esa represión quiero destacar a Daniel Sandoval, docente herido de
gravedad, y a tres compañeros trabajadores más que perdieron un ojo ese día:
Horacio Ramos; Roberto Álvarez, ex trabajador gráfico jubilado, y Daniel
Nievas, trabajador del Astillero Río Santiago. Para propios y extraños, quiero
comentar que El pibe de los astilleros
existe, hace treinta años que trabaja en la industria naval argentina y hace
treinta años que la defiende. Hoy Daniel Nievas, quien perdió un ojo durante la
represión macrista del 18 de diciembre de 2017, apoya esta fórmula jubilatoria.
También quiero destacar que los trabajadores
y las trabajadoras siempre ponemos el pecho y el cuero por la felicidad del
pueblo y la grandeza de la Nación. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- La
Presidencia solicita a los señores diputados y a las señoras diputadas que
procedan a “loguearse” puesto que a continuación hará uso de la palabra el
último orador individual. Luego, seguirán los cierres de bloque.
Tiene la palabra el señor diputado Hagman,
por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Hagman.- Señor
presidente: como el aspecto más puntual de la fórmula ha sido argumentado
sobradamente, promediando el debate de hoy quiero plantear una reflexión más
general vinculada a la discusión de fondo.
La discusión de fondo no es la fórmula sino
el sistema previsional o de seguridad social. ¿Qué tipo de sistema de seguridad
social tenemos y queremos en la Argentina? Hay dos concepciones, pilares o
principios sobre los cuales se puede construir un sistema previsional o de
seguridad social.
El primero de ellos consiste en un sistema
meritocrático contributivo que privilegia fundamentalmente los objetivos individuales
de aquellas personas que cumplen con los requisitos formales por su situación
en el mercado laboral. La máxima expresión de este sistema es el régimen de
capitalización individual, que en la Argentina conocimos como las AFJP, y que
cuando se implementó aquí generó la exclusión de millones de compatriotas que
no pudieron jubilarse.
El otro principio se basa en un sistema de
reparto que privilegia objetivos sociales y cuya máxima aspiración es alcanzar
al conjunto del universo de la población adulta mayor y de la niñez. Además,
habilita la posibilidad de cumplir un rol redistributivo en la sociedad
argentina.
Entonces, si hoy estamos discutiendo una
fórmula es porque antes –como bien se ha señalado aquí- se recuperó un sistema
previsional que se corresponde con esta segunda lógica.
¿Cuántos de quienes hoy se oponen a este
proyecto de ley y votaron en el 2017 a favor del cambio de la fórmula, en el
2008 se opusieron a la recuperación del sistema previsional en la Argentina?
¿Qué dijeron al respecto los fundadores del
espacio político que hoy es oposición, Cambiemos o Juntos por el Cambio? El 8
de noviembre del 2008, Ernesto Sanz dijo que era un manotazo a la caja de los
jubilados. El 24 de octubre de 2008, Mauricio Macri opinó que era un error criminal
que generaría un daño sin precedentes. Ese mismo día, Elisa Carrió expresó que
era la peor medida económica tomada en los últimos veinte años. Esto es lo que
pensaban sobre la recuperación del sistema previsional que hoy habilita esta
discusión.
Un diputado preopinante acusó a los gritos
por la vigencia del régimen de las AFJP. Pero cuando hubo que discutir si en la
Argentina seguía el régimen de las AFJP o se volvía a un sistema de reparto
administrado por el Estado, Juntos por el Cambio, es decir, la Coalición
Cívica, la Unión Cívica Radical y el PRO votaron a favor de la continuación de
ese régimen. ¡Se tienen que hacer cargo de eso! (Aplausos.)
Así se entiende la política previsional del
último gobierno. No solo modificaron la fórmula sino que reemplazaron la
inclusión y las moratorias por la PUAM, bajaron las contribuciones patronales
desfinanciando a la ANSES y sancionaron el Programa Nacional de Reparación
Histórica sin financiamiento, comprometiendo además el Fondo de Garantía de
Sustentabilidad.
El próximo paso de esa política era
declarar insustentable el sistema para volver a privatizarlo. Ese paso que
seguía no lo pudieron concretar porque en octubre de 2019 ganó las elecciones
una fuerza política distinta y en diciembre de ese año asumió un gobierno que
se puso como objetivo recuperar los pilares solidarios y redistributivos del
sistema de seguridad social en la Argentina.
Recién un diputado preopinante dijo que
este proyecto era para ajustar y para pagar al FMI. Eso es lo que hubieran
hecho ellos, señor presidente. Por el contrario, nosotros no fuimos votados
para ajustar y pagar al FMI sino para reestructurar y resolver el problema de
la deuda que ellos dejaron, para pagarla con crecimiento y para no hacer
ajuste.
Ese diputado dijo que con esta fórmula no
les alcanzará la plata a los jubilados para pagar los medicamentos. Debe saber
el señor diputado que desde que asumió el nuevo gobierno, la gestión del PAMI
dispuso que los medicamentos son gratuitos para todos los jubilados en la
Argentina. (Aplausos.)
Entonces, no es cierto que el sistema de
seguridad social en la Argentina no es sustentable. No es cierto. Ese es el
argumento que se utiliza para plantear la vuelta al sistema de privatización.
La historia demuestra que es posible recuperar la administración de la
seguridad social por parte del Estado, incluir a millones de jubilados y
jubiladas y, además, pagar haberes que se actualizan por encima de la
inflación. Esto es lo que pasó del 2008 al 2015.
El sistema de seguridad social no es
insustentable. Las políticas neoliberales en la Argentina sí lo son. El
gobierno de Macri fue insustentable. (Aplausos.)
Lo que garantiza la sustentabilidad del
sistema de la seguridad social son las políticas económicas.
En el 2008 hubo una discusión muy parecida
a esta. Se decía que era un saqueo, que era un ajuste a los jubilados. ¿Tiene
algún valor la realidad? Si en el 2008 se planteó que esta política implicaba
un ajuste y un saqueo a los jubilados pero luego se demostró que logró beneficiar
al conjunto de la clase pasiva, ¿no vale la pena reflexionar al respecto? Los
fundamentos de esta fórmula no son solamente técnicos y teóricos sino que
también son a partir de la evidencia histórica.
Quiero finalizar mi exposición diciendo que
obviamente el sistema de seguridad social de la Argentina no es lo ideal. Nada
es lo ideal en la Argentina. Tiene muchos defectos, como todo en este país,
pero tiene una virtud principal: busca alcanzar al conjunto de la población de adultos
mayores y de la niñez y, sobre todo, valoriza el aporte y el esfuerzo de todas
las personas que forman parte de la sociedad argentina y que hicieron un gran
esfuerzo a lo largo de toda su vida, incluso el de aquellas que el mercado no valoriza
ni remunera. Esto nos tiene que llenar de orgullo y debemos defenderlo. Esto es
lo que estamos defendiendo con la sanción de este proyecto de ley. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- La
Presidencia recuerda a los señores diputados y señoras diputadas que empiezan
los cierres de bloque y que posteriormente se votará. Por lo tanto, se invita a
todos a “loguearse” e identificarse para el momento de la votación.
En los discursos de cierre, por el
Interbloque Federal tiene la palabra el señor diputado Rodríguez, por Buenos
Aires.
Sr. Rodríguez.- Señor presidente: esta noche se ha dicho todo, o
casi todo, sobre la fórmula de movilidad jubilatoria en un contexto en el que
ciertamente faltó humildad, como lo señaló con genuina honestidad nuestro
compañero, el señor diputado Jorge Sarghini.
Esta
noche faltó humildad para reconocer, hacia atrás, errores y desaciertos; pero,
también faltó humildad para convocarnos a todos hacia el futuro con el objeto
de construir una fórmula de movilidad y un sistema previsional sólido,
sustentable y con justicia social. Hablamos de un tema que merece y mereció haber
tenido unanimidad; es decir, un trabajo conjunto porque, sin duda, es el más
sensible en la Argentina actual. La capacidad de compra del ingreso de
jubilados y pensionados en nuestro país es el tema más sensible no solo hoy,
sino también a futuro.
También
faltó realismo; coincido, como se mencionó aquí, con que es necesario encarar
en profundidad el problema estructural del sistema previsional argentino. Bajo
ningún punto de vista tiene vigencia alguna en nuestro país la dicotomía o la
opción entre sistema de reparto y sistema de capitalización individual. Eso no
existe; no hay viabilidad económica, política, social o institucional para el
regreso del sistema de capitalización individual en la Argentina. Es falso ese
dilema.
En
cambio, me preocupa que no sea prioritario para el peronismo en su conjunto el
dilema entre crear trabajo y no crearlo; entre formalizar el empleo no
registrado o no formalizarlo. Este es el dilema de fondo de nuestro sistema
previsional.
Pero no
se trata solo de ese dilema; hay un clamor social contundente y dominante que
se traduce en un mandato popular, también dominante, para el gobierno: crear
trabajo. Esto, no solo se puede hacer; a diferencia de lo que “sintomatizan”
como crisis los sistemas previsionales del primer mundo, no existe en la
Argentina un problema estructural. En esos países, el envejecimiento de la pirámide
poblacional genera el siguiente dilema: cada vez menos aportantes sostienen a
una cantidad cada vez mayor de pasivos. Hoy, en nuestro país el problema no se
basa en el envejecimiento de la pirámide poblacional, sino que tiene su origen
en el achicamiento de la cantidad de gente que trabaja; mejor dicho, de quienes
poseen un empleo registrado. Son 1,3 o 1,4 aportantes por cada pasivo.
Si se responde a ese
problema estructural ‑la creación de trabajo‑, se resuelve en la
Argentina la cuestión de fondo: la inversión, la producción, el empleo, la
productividad y la competitividad.
Es momento de que nos convoquen a discutir sobre una gran
concertación para la producción, el empleo, la competitividad y la
productividad, porque así se solucionará el problema de fondo y se tornará
sustentable el sistema previsional.
¿Cómo hacerlo? Las propuestas están aquí, en la Cámara, por
lo menos desde mayo: impuesto a las ganancias cero para las pymes que
reinviertan sus utilidades en bienes de capital, que generen trabajo o
inscriban a personal no registrado.
Además de motorizar la inversión de las pymes, que generan
siete u ocho de cada diez puestos de trabajo, es preciso marchar hacia un
sistema de contratación y empleo que preserve de manera responsable los derechos
adquiridos y, al mismo tiempo, innove y simplifique para las nuevas fuentes de
trabajo la posibilidad de contar con un sistema de contratación moderno que
otorgue derechos a la mitad, como mínimo, de los empleados del sector privado,
quienes hoy día no tienen ninguno.
Por eso, hubiese sido oportuno que nos convocaran no solo
para discutir sobre una fórmula de movilidad cuya sustentabilidad se cae si no
se crea empleo. Nuestra vocación y nuestra convicción consisten, justamente, en
trabajar para generarlo, ya que esa es la solución estructural que requiere el
sistema previsional de la Argentina. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Antes de
conceder el uso de la palabra al próximo orador, la Presidencia recuerda, una
vez más, a los señores diputados y a las señoras diputadas que para proceder a
la votación deben estar “logueados”.
Para su discurso de cierre, tiene la palabra el señor
diputado Negri, por Córdoba.
Sr. Negri.- Señor presidente:
esta piedra que tengo aquí no es ningún acto chauvinista. Me acompaña porque,
en el transcurso de mi vida, me he convencido de que la democracia no es
violencia. Les guste o no les guste; les moleste o no les moleste. (Aplausos.)
Esto deberían repudiarlo todos. Aquí quedará; no agravio a
nadie. Simplemente, lo siento como propio por lo que significaron la tensión y
el atropello. Me parece un signo de madurez que se haya dado un salto en esa
dirección.
Tengo muchos años en el Parlamento y no generalizo. En
política, uno debe poner pasión; se puede equivocar, pero puede rectificarse.
Ahora bien, no hay peor compañero que el cinismo, porque el cinismo es la
degradación de la política. Negar hasta la violencia y hacerse aplaudir como si
fuera algo justo, es un acto de cinismo.
Por otro lado, no sé cuál es la razón de la virulencia, del
enojo con quienes votamos en contra de este proyecto. Acepto que otros estén
convencidos de que el país crecerá el año próximo a tasas chinas y de que la
inflación será del 2 por ciento. Entonces tendrían razón en no colocarla.
¡Adelante, entonces! ¡Confíen! Nosotros, no confiamos; tenemos razones para
ello.
Este proyecto de ley, por supuesto, tiene dos planos.
Nosotros, no pudimos hacerlo. Ustedes, podrían haberlo hecho; podrían haber
convocado a debatir durante cuarenta y ocho horas sobre la insustentabilidad
del sistema previsional argentino. Concretamente, de cuál será el horizonte a
diez años; de los problemas que tendrá quien gobierne, sea quien fuere, por la
relación entre aportantes y jubilados en un sistema que no está en condiciones
de ser financiado.
Ese es el debate de fondo. ¿Qué hacemos con el 40 por ciento
de activos con sueldos muy magros y el 90 por ciento que no está en situación
de hacer los aportes que corresponden?
Sumemos a esto la crisis profundizada por la pandemia; el
arrastre de problemas y de errores durante años; una caída del PBI superior al
12 por ciento; los tres millones cuatrocientos mil desocupados y la
informalidad campeando por todos lados.
Entonces, no hay que enojarse ni insultar; hablemos de
hechos, como decía Russell. Esta es una ley sencilla y los hechos son los que
tenemos por delante.
¿Estaba mal aquella fórmula de movilidad jubilatoria? ¿O
estaba bien? ¿Acaso está bien esta? ¿Con cuál se gana y con cuál se pierde? ¿Es
incorrecto el camino? Nosotros creemos que sí.
El BID como
la Corte Suprema en el caso Badaro, lo primero que reivindicó fue la necesidad
de que no cayeran los ingresos de los jubilados y, para que eso pudiera hacerse
realidad, recomendó ‑como en todo el mundo‑ seguir la pauta de los
incrementos salariales, no solo del crecimiento y de la productividad. Pero
estamos en la Argentina, y tenemos dos factores adicionales: uno de ellos
ustedes lo incorporan como éxito ‑y es probable que no resulte ahora‑;
el otro nos ha acompañado a todos los gobiernos, no podemos derrotarlo y atenta
contra los aplausos y los deseos de éxitos, y nadie entiende por qué se niega.
Desde
2003 hasta 2009, obviamente por decreto, hubo aumentos de la jubilación mínima
y se acható la pirámide.
¿Por
qué les cuesta decir, por ejemplo, que la inflación no la podían incorporar
porque el INDEC no tenía ninguna seriedad? ¿Cuál es el pecado? Había que reconocer
un poquito, no digo mucho. Había un ministro que dijo: de eso no me pregunten
porque me tengo que ir. Fue un dato de la historia, y también tuvieron el mismo
problema otros gobiernos con ministros diferentes.
Entonces,
no podían incorporar la inflación. Esto, hasta que llegó el caso Badaro, y ahí
ya había 500.000 juicios amontonados. Recuerden: había cola en una sola cámara en
aquel momento y, cuando la Corte falló, hubo que comenzar a normalizar la
situación.
Obviamente,
se fue ganando y perdiendo porque es una economía de incertidumbre la que ha
vivido y aún vive la Argentina, por más que creen otras expectativas.
Pero
volvieron a insistir con lo mismo: decidieron nuevamente actualizar sobre la
recaudación impositiva y la evolución salarial.
¿Por
qué sostenemos que no debe actualizarse por la recaudación impositiva? No lo
decimos por decir o por capricho, sino porque en la Argentina, no importa por
orden de quién ‑y le recomiendo a quien nos grita a nosotros que busque en
la videoteca la caracterización ideológica de cada gobierno del peronismo que
ha hecho el actual presidente y que después nos venga a decir algo‑, en
sesenta años hemos tenido catorce períodos de recesión; diez duraron tres años,
otros uno o dos. Es impredecible. Y si además ponen un tope sobre la
recaudación ‑no del bruto, sino de la de la ANSES‑, será peor aún.
¿Por
qué decimos que actualizar las jubilaciones según la recaudación impositiva y
la evolución salarial aumenta la incertidumbre? Esto por la seguridad de que el
año que viene los jubilados van para “triqui”, muchachos; no van para adelante.
(Aplausos.) Está garantizado; lo saben ustedes, lo sabemos nosotros.
No
quiero repetir lo que dijo el diputado Cacace. Ya 2020 está terminado en los
hechos, 1000 pesos por mes para la mínima y 3700 para los que cobran dos
mínimas. Están los números, no es un problema ideológico.
Y, en
2021, los consultores económicos del Banco Central indican una inflación del 48
o 49 por ciento. Y los muchachos dicen: “vamos a crecer al 15 por ciento, va a
ser una locura”, “le vamos a ganar a la inflación”, “le vamos a poner huevos”,
“vamos adelante porque somos peronistas”. (Aplausos.)
¡No! ¡Hay
que poner los pies sobre la tierra cuando uno gobierna! (Aplausos.) Y la
verdad son los números. La diferencia es del 0,5 por ciento del PBI durante
2020, que ya termina. Son 100.000 millones. Pueden llamarlo “aporte solidario”,
“ajuste escondido” o como quieran, pero son 100.000 millones que pusieron los
“jubileta” para que ahorre el gobierno.
Cuando
uno gobierna tiene que asumir la responsabilidad de decir la verdad.
Señor presidente:
la fórmula que hoy quieren votar, ignorando la inflación ‑reitero‑,
implica tener una miopía sobre el grado de la crisis económica que hay en la
Argentina. Pedíamos una base mínima de inflación para no llenarlos de
incertidumbre, y pretenden meter bajo la alfombra la lacra de la inflación, que
nos ha golpeado a todos. Y el año que viene la van a sentir en el lomo
desgraciadamente todos los argentinos.
Luego
de doce meses de suspensión, he tenido que dar estos ejemplos.
No me
quiero extender mucho, pero hoy desgraciadamente estamos frente a la última
gran incertidumbre con la que vivimos este año.
La
ocasionada por la pandemia no la provocó el gobierno, pero es una incertidumbre,
que ojalá nos deje una lección. No me aprovecho de eso.
No vamos
a abrir un debate sobre si fue corta o larga la cuarentena, pero hay incertidumbre
económica. También, a nuestro criterio, hay incertidumbre institucional. Y
ahora vamos a terminar el año con incertidumbre previsional, porque ¿quién va a
poder decir en su pueblo que los jubilados le van a ganar a la inflación con crecimiento
el año que viene?
Hubieran
hecho una transición mientras discutíamos. Pasó un año en la comisión.
Es una
obligación de toda la política. Es una política de Estado la que viene por
delante. Los jóvenes activos son los que no pueden trabajar y no pueden
aportar, y los que quedan son los de arriba de la pirámide, los que están en el
ángulo, los que se jubilan. No hay sistema que aguante.
Señor
presidente: hace un mes votamos un presupuesto que ya falleció, de muerte
natural. ¿Recuerdan ustedes lo que decía? Inflación: 29 por ciento. En el score
hay 20 puntos de diferencia. El idilio con el presupuesto duró menos que el
idilio con los bonistas. Siempre estamos llegando.
Y
cuidado: ¿por qué nos gritan a nosotros? ¿No la escucharon a la vicepresidenta
en un acto decir que había que alinear las jubilaciones con la inflación y el
salario? ¿Le tienen miedo a ella y nos gritan a nosotros? ¿O no se animan a
darle la razón? (Aplausos.)
¿Para
qué vienen a hacer un sainete acá y a tirarnos los pedazos de historia por
encima, si nosotros no los hemos agredido? ¡Creemos que es un camino
equivocado, que le han errado, que van a perder los jubilados y que tenemos que
ganar tiempo para discutir la inviabilidad del sistema previsional argentino,
la misma que padecen en muchos lugares del mundo donde sobra plata para
financiar el déficit!
Nosotros
no estamos en condiciones porque, además, hay disparidad, y ustedes lo saben porque
muchos pertenecen a las provincias. ¡Hay provincias donde los gobernadores han
hecho demagogia con las jubilaciones! ¡Se las transfirieron a la Nación y ahora
se ponen de rodillas para que les manden la plata y se ponen felices por el
acuerdo que hacen!
¡Esa es
la verdad de la Argentina dispar! Todo el futuro hoy está lleno de interrogantes.
A los gritos, a los insultos, no haciéndose cargo del pasado no lo vamos a
arreglar.
No sé
quién de nosotros va a ganar o a perder. Sí sé quién va a perder con esta ley:
¡los jubilados! Esto lo van a escuchar todos los días, pero no de nosotros, sino
de los jubilados de la familia, del pueblo, de los vecinos, del carnicero, del
almacenero o del ama de casa.
Señor
presidente: ¿vieron que en la campaña se la pasaron hablando del macrismo, del
odio, de la pobreza cero? Me quedó grabado en la retina ese acto en que el
candidato a presidente decía en las PASO ‑lo recuerdo con mucha claridad‑:
“Entre los bancos y los jubilados, me quedo con los jubilados. ¡No me van a
mover nunca de al lado de los jubilados! ¿Saben por qué? Porque el macrismo,
que se robó la Argentina, llenó de LELIQ para que se llenen de plata los
usureros”. (Aplausos.)
En la
cuarentena, la cantidad de LELIQ fue el doble: 25,4 billones de pesos. Esto, para
que la brecha cambiaria no se dispare; y los bonos en dólares que tenía el
Fondo de Sustentabilidad los cambiaron a pesos porque el peso vale más que el
dólar. Lástima que no está la directora.
Además
de eso, por supuesto, bonos del Banco Central con una tasa del 16 por ciento en
dólares, para que me devuelvan los bonos en pesos que tienen y no me provoquen
una corrida y me obliguen a emitir y a generar más inflación. Correcto. Hay
tranquilidad, se han apagado las luces. Cuando se enciendan, hay que ver cómo
se encienden. Por eso, hay que cuidar mucho la palabra y buscar acuerdos sobre
los temas de fondo.
No hay
que seguir gritándose sobre el pasado, porque el señor presidente tendrá que
recordar bien en estos días que se abrazó a los bancos, no a los jubilados. (Aplausos.)
Es decir que si en vez de haber votado hoy, 29, hubiéramos votado ayer, 28,
habríamos honrado el Día de los Santos Inocentes. (Aplausos prolongados.)
Sr. Presidente (Massa).- Quiero recordar a los diputados y diputadas
que deben estar “logueados”, ya que a continuación escucharemos el último discurso
de cierre y luego procederemos a la votación.
Para su
discurso de cierre, tiene la palabra el señor diputado Kirchner, por Buenos
Aires.
Sr. Kirchner.- Señor presidente: quiero decir algo en particular.
He escuchado por parte de la oposición decir que se los acusa, que se los insulta
y otras cosas. La verdad es que si algo han hecho la mayoría de sus integrantes
fue insultar durante todo el debate. Así que les pido que revisen el
comportamiento de su bloque antes hablar de otro bloque, porque yo nunca hago
referencia a eso. (Aplausos.) Después, aprendamos a escucharnos, porque
es bueno.
Hay
otra situación a la que también hicieron referencia. Me refiero al caso de la
provincia de Santa Cruz, ya que un diputado habló de los resultados electorales
de las últimas elecciones. Yo les quiero recordar que al día de dejar la
gobernación de Santa Cruz, las jubiladas y los jubilados de esa provincia eran
los que cobraban los haberes más altos del país. Creo que esto es importante
recordarlo. Por eso, Santa Cruz tiene los resultados electorales que tiene. Y, a
pesar de todo lo que hicieron entre 2015 y 2019, el partido que entonces
gobernaba el país volvió a perder por paliza. Así que, más que opinar de las
elecciones…
-
Varios
señores diputados hablan a la vez.
Sr. Kirchner.- A ver, los maleducados somos los peronistas, no ustedes.
Ustedes son educados, los maleducados somos nosotros. Maduremos, maduremos
porque está bueno. Pero sigamos hablando, después vamos a seguir discutiendo
todo esto, porque es interesantísimo. Acá estamos principalmente por dos formas
y estilos de hacer política.
En el
año 2017, el entonces todopoderoso jefe de Gabinete del macrismo, Marcos Peña, durante
el proceso electoral que atravesaba nuestro país aseguró a todos y a todas que
no iba a haber una reforma previsional en la Argentina. Se lo preguntaron,
respondió y afirmó que no la habría. Meses después, nos encontrábamos con la
instalación de esta fórmula que hoy venimos a cambiar.
Hablo
de dos estilos de hacer política, porque lo que estamos haciendo nosotros es
precisamente cumplir con lo que dijimos durante la campaña electoral. Creíamos
que esta fórmula era la mejor para que jubilados y jubiladas paulatinamente
pudieran recuperar los ingresos que perdieron con el cambio de fórmula que hizo
Mauricio Macri. Pero no solo con el cambio de fórmula, sino también con la
política general, con la macro que se aplicó.
Entonces,
creo que en ese sentido -como bien decía el diputado preopinante- hay que
buscar puntos de acuerdo. Y si hay un punto de acuerdo es que incluso durante 2016,
cuando aplicaron la fórmula que hoy venimos a restituir, a los jubilados y jubiladas
de la Argentina en el 2016 ‑a pesar de la abrupta devaluación de Prat-Gay‑
les fue bien en la Argentina. Después vendría el descalabro de fines de 2017.
También
uno los escucha decir -lo que no me sorprende, porque hoy a la mañana justo
estaba haciendo zapping y escuché a Adrián Ventura, un periodista de TN,
decirlo- que esta norma estaba redactada por el Fondo Monetario Internacional.
Previsiblemente, pasó lo que yo ya sé que pasa: lo escucho primero en TN, y
después lo escucho acá, en el Congreso. Pero esa no es la única cuestión
previsible del día de la fecha.
Si
quieren ver las notas, pueden leerlas. “Cambios en la fórmula de indexación:
indexar los beneficios solo por inflación les permitiría todavía a los
jubilados preservar el real valor de sus beneficios al tiempo que permitiría
reducir la suba del presupuesto destinado a jubilaciones en alrededor de un 20
por ciento del PBI”, y cuestiones que decía el Fondo Monetario Internacional,
que obviamente sucedieron en la Argentina. Aún no había ingresado el Fondo
Monetario Internacional, pero era como el preámbulo, como el “chichoneo”, el
primer “chichoneo” entre el Fondo y el gobierno: cambiar la fórmula de
jubilación que hoy venimos a restituir a jubilados y jubiladas, para que
paulatinamente puedan recuperar aquello que perdieron durante cuatro años.
¿Lo van
a recuperar todo el año que viene? Por supuesto que no. Deberían escuchar los
argumentos que tuvieron como bancada oficialista respecto de los indudables
beneficios que tendría el cambio de fórmula para poder entendernos.
Otra de
las cosas que sucedió, ya que hablamos de la madurez de la política, es que la
expresidenta tuvo que vetar el 82 por ciento vital y móvil a jubilados y
jubiladas de la Argentina. ¿Lo recuerdan? Entonces, ¿por qué no lo trataron
durante los cuatro años en que fueron gobierno? Uno no puede proponer cosas
para joder al otro; uno tiene que ser racional. (Aplausos.)
Tuvieron
cuatro años para hacer aprobar aquella ley vetada por Cristina. Lo digo porque,
cuando hablamos de responsabilidades, quisiera que no nos peleemos ni caigamos
en provocaciones.
-
Varios
señores diputados hablan a la vez.
Sr. Kirchner.- Señor presidente: se ve que está distraído. No pasa
nada. Sigamos.
Veamos lo
que pasó en esta Argentina con los jubilados y las jubiladas.
Digo
esto porque, además, si en algo podemos estar de acuerdo -y coincido en parte
con el diputado preopinante- es que si los jubilados y jubiladas miran este
debate no entienden por qué les pasan las cosas que les pasan. No pueden
entenderlo. No saben por qué hay 250 o 253 personas hablando de sensibilidad, de
sus ojos tristes y cansados, y les pasan las cosas que les pasan. Realmente deberemos
hacer una profunda autocrítica en ese sentido.
Y parte
de esa autocrítica es que durante la mayor parte de esos ocho años en que
estuvo vigente esta fórmula que venimos a restituir a jubilados y jubiladas hoy,
para que paulatinamente vayan recuperando sus ingresos, gracias a Dios esta fue
efectiva.
Pero hubo
un descalabro económico. Podrían pensar que es un análisis nuestro, que es un capricho
nuestro, que es una cuestión sesgada, ideológica, prorrusa o prosoviética, entre
las tantas cosas que uno escucha en estos días, pero la señora Bullrich,
presidenta de Juntos por Cambio -o del PRO, no sé muy bien-, es la persona que hizo
la autocrítica, cuando dijo: “No tuvimos una clara conducción en economía”. Es
decir, no somos nosotros.
Yo creo
que se deben un debate interno en ese sentido, porque esa misma señora es la que
dice del exministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, que se enteraba por los diarios
que el 2 por ciento del PBI -reitero: 2 por ciento del PBI- iba a ir a una
reparación histórica que nadie supo muy bien qué era. No estamos hablando de un
personaje menor de un andamiaje político, sino de la presidenta de un partido
que está asumiendo que gastaron 2 por ciento del PBI en algo que no sabían bien
qué era.
Reitero:
no soy yo. Ustedes saben que yo no pululo por los medios diciendo estas cosas:
es la presidenta del partido del jefe de Gobierno de la Ciudad la que dice
estas cosas.
Creo que
en este tipo de situaciones debemos marcar que es cierto que es compleja la
situación que atraviesa nuestra sociedad, en particular la de jubilados y
jubiladas. Ha habido un aumento, que en total creo que ha sido de 35 puntos este
año para los haberes de pensionados, pensionadas, jubilados y jubiladas. Es
cierto que va casi palmo a palmo con la pelea que estamos dando en la paulatina
y lenta baja de la inflación que se heredó del gobierno de Mauricio Macri.
Es
cierto también que la propia ANSES morigeró en esta pandemia, de manera inteligente,
sensible y humana, el pago de intereses con que jubilados y jubiladas se habían
endeudado durante el gobierno de Mauricio Macri, incluso hasta para poder pagar
los servicios públicos, para poder pagar la luz y el gas; “las dos pizzas”, que
fue un poco más, como si hubieran sido de la cadena Kentucky en realidad.
Esto tiene
que ver con que las políticas son integrales. Los jubilados y las jubiladas en
este año tuvieron que sufrir todo este proceso de la pandemia, porque son
personas de riesgo e incluso se avecina una segunda ola, y encima los propios
medios de comunicación, con tal de oponerse el gobierno, empiezan a criticar si
la vacuna es rusa o de dónde viene.
viene. Miren, la vacuna,
así la hiciera Magnetto, yo me la pongo. La vacuna puede hacerla Clarín, y me la voy a poner. No hay que
ser tan cortos porque la verdad es que se complica mucho todo y se ocasiona
mucho desánimo en la gente, no en nosotros. (Aplausos.) Tenemos que ser un poco más inteligentes.
- Varios señores diputados hablan a
la vez.
Sr. Presidente (Massa).- Diputado
Iglesias, logró lo que quería, que le llame la atención.
Sr.
Kirchner.- Hablando de
las previsibilidades, pensaba cómo iba a ser el debate de hoy e imaginaba que
iba a haber diversos argumentos. Algunos diputados de la bancada opositora
dieron argumentos relativamente entendibles, comprensibles, debatibles y discutibles,
además de haberse expresado con mucho respeto y altura, lo cual es bueno para
este Parlamento.
Sin
embargo, pensaba si el diputado que me precedió en el uso de la palabra traería
o no una piedra. Realmente lo dudaba y no sabía si compartirlo con las personas
con quienes milito y trabajo. Creo que hay mejores argumentos que traer una piedra,
pero como sabía que eso iba a pasar, porque se volvieron muy previsibles a raíz
de que carecen de propuestas y su electorado no les exige nada más que insultarnos,
traje las balas de goma. (Aplausos.) Estas
son las balas de goma que ustedes usaron. (Aplausos.)
Las muestro solamente porque trajeron las piedras. Acá están las balas que
tiraron a la gente, que son los verdaderos resistentes. Lo digo porque hay algo
que ustedes quieren encarnar hoy y realmente no lo son: ustedes no son
resistentes, ustedes son el poder. Pueden haber perdido una elección, pero
ustedes defienden y son el poder de la Argentina. La resistencia la hicieron
los compañeros y las compañeras en la plaza a fines de 2017. (Aplausos.) Quiero que quede claro que
solo muestro estas balas que cayeron en los ojos de algunas personas...
- Varios señores diputados hablan a
la vez.
Sr. Presidente (Massa).- ¡Silencio, diputado Iglesias!
Sr. Kirchner.- Ustedes no vieron lo que hicieron. Tan
descarnada fue esa represión afuera del Congreso que tuvieron que cambiar de
Gendarmería a la Policía de la Ciudad de una sesión a otra. (Aplausos.) Porque se les había ido
totalmente la mano. (Aplausos.)
No solo
eso, sino que también hubo una marcha que contó con el espionaje previo que
llegaba a la oficina del presidente y le informaba si los colectivos salían de
Moreno o de Avellaneda. Pero también salían de Florencio Varela y del interior
del país; porque vinieron de muchos lados. Esos colectivos llegaron a la zona
del Congreso y fueron recibidos de la peor manera: con una lluvia de balas de
goma. ¡Mientras la sesión se desarrollaba, había diputados y diputadas en la
enfermería!
Cuando
muestran las piedras, analizo si estarían del lado de David o de Goliat.
Seguramente estarían del lado de Goliat, mientras que nosotros estamos del lado
de David. (Aplausos.) Porque sabemos
que tenemos que dar todas las peleas. (Aplausos.)
De eso se trata. (Aplausos.) Eso fue lo
que pasó en la Argentina.
Entonces,
habiendo escuchado tantas recomendaciones, les pido que cuando hablan sobre lo
que pasó, reflexionen también por qué perdieron. ¿Por qué perdieron?
- Varios señores diputados hablan a
la vez.
Sr. Presidente (Massa).- Por favor, silencio, diputada
Scaglia.
Sr. Kirchner.- ¿Por qué perdieron si tenían un Fondo
Monetario que les daba 44.000 millones de dólares? ¿Por qué perdieron si los
dos diarios más grandes de la Argentina decían que era la gestión más exitosa
del país y que en la gobernación de la provincia de Buenos Aires había una
leona? Sin embargo, le sacamos 20 puntos de diferencia a la leona en la
provincia de Buenos Aires. (Aplausos.)
Esa es la falta de gestión, la falta de sensibilidad y la falta de entendimiento
de lo que le pasa a la gente. (Aplausos.)
- Varios señores diputados hablan a
la vez.
Sr. Presidente (Massa).- Silencio, diputado.
Sr. Kirchner.- Pueden gritar y no hay problema.
Sr. Presidente (Massa).- Diputado Iglesias: no entiendo
por qué a usted hay que escucharlo y usted no escucha a los demás y habla
cuando los diputados están haciendo uso de la palabra. El respeto consiste en
escuchar al otro.
Sr. Kirchner.- La verdad es que no me sorprende nada.
¿Saben qué? Griten todo que lo quieran, insúltennos todo lo que quieran, porque esa
es la mayor certeza de que la próxima elección vamos a volver a ganárselas. (Aplausos.) Ustedes carecen de
argumentos y les sobran insultos. (Aplausos.)
La fórmula que estamos tratando es para mejorar paulatinamente
la calidad de vida de nuestras jubiladas y de nuestros jubilados; eso es lo que
pretendemos.
Entiendo que hay algo muy extraño porque analizan las
situaciones y, como les gusta mucho hablar de los países modelo, vamos a referirnos
un poco a lo que sucede, por ejemplo, en Alemania.
Paso a comentar una nota publicada en el diario El País de España; no es El Destape, Prensa Obrera sino
un diario independiente y objetivo. Justamente este fin de semana el diario El País publicó una nota muy interesante, que se las recomiendo,
más allá de las obsesiones con cierta vicepresidenta, porque leer es bueno y sano,
que dice: “…en un país en el que la mayoría de los jubilados se han empobrecido
en los últimos 15 años a un ritmo mayor que el resto de la sociedad.”
Entre otras cosas, también les recuerdo lo que sucede en
Alemania: Los jubilados y las jubiladas, producto de la pandemia y del
decaimiento, van a pedir y les dan bolsones de comida. Allí la población mayor
de 65 años en riesgo de pobreza ha crecido en los últimos quince años, de un
4.7 por ciento en 2005, a un 15 por ciento en la actualidad.
O sea que es complejo administrar y gobernar. Cuando nos tocó
ocupar el lugar donde están ustedes hoy, nunca propusimos locuras porque la
idea no es joder, sino que las cosas salgan bien. Por eso recuerdo el 82 por
ciento vital y móvil.
Claramente esto mismo ocurrió días pasados con el proyecto
de ley de etiquetado frontal. Ustedes querían molestar. Trajeron un tema, les
dijimos que lo que queríamos tratar y después no lo votaron. Tiene que haber
cierto grado de madurez, porque la reclaman y no la practican.
Quiero comentarles que, en Chile, donde aún existen las AFP
‑gracias a Dios en la Argentina salimos rápidamente, a pesar del dolor del
ministro de Producción Pancho Cabrera‑, tuvieron un primer y un segundo
retiro del 10 por ciento, aprobado por el Parlamento chileno para salir del
sistema. Esto implica que las chilenas y los chilenos, al día de hoy, han
retirado de ese sistema que tanto han elogiado 26.300 millones de dólares del
sistema de capitalización de los trabajadores y las trabajadoras. Quizás muchos
no puedan jubilarse, como también pasó en la Argentina, porque también lo han
hecho con las moratorias. Perdonen si a veces elevo el tono, pero, ¿saben qué
pasó con las moratorias? Las moratorias fueron resultado de los millones de argentinas
y argentinos que no pudieron completar sus aportes por el imperio de las políticas
económicas que generaron altos grados de desocupación y que tuvieron como corolario
el 19 y el 20 de diciembre de 2001. (Aplausos.)
Imagínense si esas jubiladas y esos jubilados que hoy están
incluidos en las moratorias, o las amas de casa que se rompieron trabajando
durante años en sus casas y que fueron alcanzadas por las políticas de este
gobierno, no contaran con una jubilación en medio de la pandemia. No hubiera
habido 8 millones de IFE, sino 12 millones.
- Varios señores diputados hablan a
la vez.
Sr.
Kirchner.- ¡Griten! Pero, por
más de que griten, no se trata de eso, sino de dar mejores argumentos.
Siempre los escucho con respeto, así como también a todos
los periodistas, porque ahí sí que a ustedes los tratan bien y lo único que deben
decir ahí es: “No, porque Cristina, aquello y lo otro.” ¿Saben qué son? Lo que
se ve. No quieren escuchar, no nos quieren escuchar a nosotros, así como tampoco
quisieron escuchar a la gente. ¿Saben por qué perdieron? Por este tipo de
situaciones; porque viven agrediendo, están llenos de odio y ojalá algún día reflexionen,
si es que quieren volver a ser gobierno en la Argentina.
Hoy, esto va a ser ley, por los jubilados, por las
jubiladas y por alguien que siempre recuerdo con mucho cariño de aquella gesta,
el compañero Cantieri, a quien le preguntaron por sus familiares cuando se lo
llevaban detenido, y dijo: “Dejá esos familiares que son todos gorilas”,
mientras “la gorra” se lo llevaba. (Aplausos.)
Eso fue lo que sucedió y nada más. (Aplausos
prolongados en las bancas y en las galerías.)
Sr.
Presidente (Massa).- Señor diputado Del Caño: hago el planteo y después me pide la
palabra. Pero, primero, debo darle la palabra al presidente de la comisión y miembro
informante.
Seguiré
con el procedimiento de rutina.
Se va a
votar en general el dictamen de mayoría de las comisiones de Previsión y Seguridad
Social y de Presupuesto y Hacienda recaído en el proyecto de ley venido en
revisión del Honorable Senado por el cual se modifica la ley 24.241, de Sistema
Integrado de Jubilaciones y Pensiones, sobre Índice de Movilidad Jubilatoria.
Orden del Día 355.
Tiene
la palabra el señor diputado Del Caño, por Buenos Aires.
Sr. Del Caño.- Señor presidente: mociono que se
practique por separado la votación en general y en particular. Recogiendo y
escuchando a diputadas y diputados de la oposición y del oficialismo, queremos
plantear una modificación ‑que hemos conversado con distintos bloques‑
en el artículo 1° para establecer un piso en los aumentos trimestrales ligado a
la inflación.
Es
decir, si la fórmula que se establece da un resultado menor que la inflación,
que inmediatamente se otorgue lo que falta y que el aumento no sea menor a la
inflación.
Esta es
la modificación que solicitamos. No contempla todos los planteos formulados
desde nuestro bloque pero es coincidente con que los aumentos no puedan ser
menores que la inflación. Por lo tanto, mociono para que se vote en general y
después en particular.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor
diputado Casaretto, por Entre Ríos.
Sr. Casaretto.- Señor presidente: como miembro
informante del dictamen de mayoría emitido por el plenario de comisiones quiero
informar que no aceptamos modificaciones al texto dictaminado.
Por lo
tanto, propongo que se vote nominalmente en general y en particular el proyecto
de ley en sola votación.
Sr. Presidente (Massa).- Diputada Lospenatto: voy a
hacer una aclaración antes de que se dedique a leer el artículo del reglamento por
el cual un grupo de diputados puede pedir una votación nominal.
En este
ejercicio de escucharnos, quiero retroceder para leer nuevamente el texto
anterior y que quede claro lo enunciado.
Lo que
dije fue lo siguiente: “Se va a votar en general…” ‑no dije “en general y
en particular”‑ “…el dictamen de mayoría de las comisiones de Previsión y
Seguridad Social y de Presupuesto y Hacienda recaído en el proyecto de ley
venido en revisión del Honorable Senado por el cual se modifica la ley 24.241,
de Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, sobre Índice de Movilidad
Jubilatoria. Orden del Día 355.”
“Se va
a votar en general” significa eso. En el tratamiento en particular,
consideraremos el artículo 1° y lo votaremos nominalmente, luego el resto de
los artículos se votarán nominalmente en forma conjunta. Esto lo hice en el
entendimiento de que un grupo de diputados reúne número para pedir esto.
Para
ahorrarnos esa discusión, la Presidencia puso en votación en general el
proyecto de ley.
- Mientras se practica la
votación nominal:
Sr. Presidente (Massa).- La Presidencia desea hacer una
aclaración a solicitud de los diputados Manzi y Dolores Martínez.
Hay
tres diputados y diputadas que no están presentes en el recinto, uno por
contacto estrecho de COVID-19 que fue enviado a su casa y otros dos que no
tienen el resultado del PCR y por lo tanto sesionan desde sus despachos. Esto
se debe a que el acuerdo en la Comisión de Labor Parlamentaria fue que no
podían entrar a la Cámara sin PCR. Hago esta aclaración: se trata de una señora
diputada y de dos señores diputados. Cada bloque sabe de quién estoy hablando, pero
no quiero
dar nombres.
Dios a veces nos regala momentos especiales. Ustedes saben
que a lo largo de todo el año he sufrido la inconducta del señor diputado Iglesias.
Dios me acaba de regalar un momento único para mí; creo que el señor diputado Kirchner
lo convenció con su discurso, porque el diputado Iglesias tiene que rectificar
el sentido de su voto. (Risas y aplausos.)
Aclaro que en la misma situación se encuentra el señor diputado Manzi, que
también se equivocó al votar.
En primer lugar, daré el uso de la palabra al señor diputado
Iglesias para que rectifique el sentido de su voto; le pido, por favor, que sea
solamente para eso.
Sr.
Iglesias.- Me emocionaron tantas verdades que escuché, que debo rectificar mi
voto: negativo. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Manzi para rectificar el
sentido de su voto.
Sr.
Manzi.- El intento de convertirme en converso no fue fructífero. Mi voto es negativo,
señor presidente.
Sr.
Presidente (Massa).- Voy a preguntar el sentido de su voto a los cuatro señores diputados
que el sistema no registró.
Señor diputado Bogdanich, ¿puede indicar el sentido de su
voto?
Sr.
Bogdanich.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr.
Presidente (Massa).- Señora diputada Cornejo, ¿puede indicar el sentido de su voto?
-
Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Señora diputada Cornejo, ¿puede indicar el sentido de su
voto?
-
Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- Señora diputada Uhrig, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra.
Uhrig.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr.
Presidente (Massa).- Señor diputado Zottos, ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sr.
Zottos.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr.
Presidente (Massa).- Voy a hacer el último llamado a la diputada Cornejo.
Señora diputada Cornejo: ¿puede indicar el sentido de su
voto?
-
Luego de unos instantes:
Sr.
Presidente (Massa).- No habiéndose manifestado, la señora diputada Cornejo es
considerada ausente en la votación.
Sr.
Presidente (Massa).- Se cierra la votación. Por Secretaría se dará lectura del
resultado.
Sr.
Secretario (Cergnul).- Se han registrado 132 votos por la afirmativa, 119 por la negativa
y ninguna abstención. (Aplausos.)[5]
Sr.
Presidente (Massa).- En consideración en particular el artículo 1°.
Tiene la palabra el señor diputado del Caño, por Buenos
Aires.
Sr.
del Caño.- Señor presidente: la propuesta es que el artículo 1° quede redactado
de la siguiente manera: “Artículo 1°.- Sustitúyase el artículo 32 de la ley 24.241
y sus modificaciones, el que quedará redactado de la siguiente forma: ‘Artículo
32.- Movilidad de las prestaciones. Las prestaciones mencionadas en los incisos
a), b), c), d), e) y f) del artículo 17 de la presente serán móviles. El índice
de movilidad se obtendrá conforme la fórmula que como anexo forma parte
integrante de la presente ley. En ningún caso los haberes resultantes de la
aplicación de dicho índice podrán ser inferiores a los que resulten de la
aplicación del IPC en el mismo período ni podrá disminuirse el haber que
percibe el beneficiario o la beneficiaria. La Administración Nacional de
Seguridad Social (ANSES) elaborará y aprobará el índice trimestral de la
movilidad y realizará su posterior publicación.”
Sr.
Presidente (Massa).- ¿La comisión acepta la modificación propuesta?
Sr.
Casaretto.- Señor presidente: como miembro informante de la comisión, no aceptaremos
modificaciones al dictamen de mayoría, y solicitamos que se vote con la redacción
que figura en el Orden del Día.
Sr.
Presidente (Massa).- Se va a votar nominalmente el artículo 1° del dictamen de mayoría.
- Mientras se practica la votación
nominal.
Sr. Presidente (Massa).- La Presidencia solicitará el sentido del
voto, de manera verbal, a los señores diputados que el sistema no registró.
Señor diputado Bogdanich, ¿puede indicar el sentido de su
voto?
Sr. Bogdanich.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Bucca, ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sr. Bucca.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Cornejo:
¿puede indicar el sentido de su voto?
-
Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Diputada Cornejo: ¿puede
indicar
el sentido de su voto?
-
Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Al no haberse expresado, la
señora diputada Cornejo es considerada ausente en la votación.
Señora
diputada Crescimbeni: ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra. Crescimbeni.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Fernández
Patri: ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sr. Fernández Patri.- Mi voto es afirmativo, señor
presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Hagman: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sr. Hagman.- Mi voto es afirmativo, señor
presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Laspina: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sr. Laspina.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Marziotta:
¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra. Marziotta.- Mi voto es afirmativo, señor
presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Tonelli: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sr. Tonelli.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Yutrovic:
¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra. Yutrovic.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Gioja.- Pido la palabra.
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado
Gioja, por San Juan.
Sr. Gioja.- Señor presidente: ¿cómo explico el
sentido de mi voto? He votado por la negativa, como el señor diputado Casaretto.
-
Varios
señores diputados hablan a la vez.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Gioja: usted, como
presidente del Partido Justicialista, está rectificando el sentido de su voto
para compensar lo del señor diputado Iglesias. (Risas.)
Sr. Gioja.- Por lo que veo ha habido una confusión
solamente en mí. Yo voté como el señor diputado Casaretto, quien dijo que no a
la propuesta del señor diputado Del Caño. Pero ahora veo que es sí. (Risas.)
Sr. Presidente (Massa).- Se deja constancia de la
corrección del sentido del voto del señor diputado Gioja, quien ha votado por
la afirmativa.
Se
cierra la votación. Por Secretaría se dará lectura del resultado.
Sr. Secretario (Cergnul).- Se han registrado 130 votos
por la afirmativa, 120 por la negativa y 1 abstención. (Aplausos.) [6]
Sr. Presidente (Massa).- En consideración los artículos
2° a 6°, siendo el artículo 7° de forma.
Se van
a votar nominalmente en un solo acto. La Presidencia solicita a los señores
diputados que controlen si están logueados.
-
Mientras se practica la
votación nominal:
Sr. Presidente (Massa).- La Presidencia recuerda a los
señores diputados y a las señoras diputadas que deseen plantear cuestiones de
privilegio, que podrán hacerlo al finalizar el tratamiento del proyecto de ley
en consideración.
Asimismo,
entiende que muchas señoras y señores diputados van a retirarse luego de que termine
esta votación, en virtud del interés de todos en relación con la sesión que se
está desarrollando en el Honorable Senado.
Por
eso, considerando que este año ha sido muy particular, quiero aprovechar este
momento para agradecerles el trabajo llevado a cabo durante todo 2020 y desear
a cada uno de ustedes y sus respectivas familias la mayor felicidad para el
final del corriente año y para 2021.
Muchas
gracias por el trabajo realizado y muy feliz año para todos. Ojalá que el año
2021 nos encuentre a todos unidos y vacunados. (Aplausos.)
Por
otra parte, la Presidencia solicita a las señoras y señores diputados que luego
de que finalice esta votación y antes de retirarse, tengan la prudencia de
esperar la autorización de las inserciones en el Diario de Sesiones. En este
sentido, la Presidencia señala que muchas señoras y señores diputados han
contribuido a que la presente sesión no se extienda demasiado, para lo cual han
insertado sus discursos.
Hay
quince señores diputados cuyo voto no se ha registrado. En consecuencia, en
forma previa a la proclamación del resultado de la votación, se les solicitará
que indiquen de manera verbal el sentido de su voto.
Señora
diputada Austin: ¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra. Austin.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Bogdanich:
¿puede indicar el sentido de su voto?
Sr. Bogdanich.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Bucca: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sr. Bucca.- Mi voto es afirmativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Cantard: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sr. Cantard.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Frade: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sra. Frade.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Grosso: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sr. Grosso.- Mi voto es afirmativo, señor
presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Igon: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sr. Igon.- Mi voto es afirmativo, señor
presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Landriscini:
¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra. Landriscini.- Mi voto es afirmativo, señor
presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Dolores Martínez:
¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra. Martínez (D.).- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Cornejo:
¿puede indicar el sentido de su voto?
Sra. Cornejo.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Martínez
Villada: ¿puede indicar el sentido de su voto?
-
- Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Le pido que trate de
desmutearse para poder indicar el sentido de su voto, señora diputada.
-
- Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Matzen: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sra. Matzen.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Mestre: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sr. Mestre.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Najul: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sra. Najul.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señor diputado Negri: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sr. Negri.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Villa: ¿puede
indicar el sentido de su voto?
Sra. Villa.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Señora diputada Martínez Villada:
¿puede indicar el sentido de su voto?
-
- Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Diputada Martínez Villada:
¿puede indicar el sentido de su voto?
-
- Luego
de unos instantes:
Sr. Presidente (Massa).- Tiene el micrófono habilitado,
señora diputada.
Sra. Martínez Villada.- Mi voto es negativo, señor presidente.
Sr. Presidente (Massa).- Se cierra la votación. Por
Secretaría se dará lectura del resultado.
Sr. Secretario (Cergnul).- Se han registrado 132 votos
por la afirmativa, 119 por la negativa y ninguna abstención. [7]
Sr. Presidente (Massa).- Queda definitivamente sancionado
el proyecto de ley. [8]
Se
comunicará al Poder Ejecutivo y se dará aviso al Honorable Senado. (Aplausos.)
La
Presidencia requiere el asentimiento de la Honorable Cámara para autorizar las
inserciones solicitadas por las señoras y los señores diputados durante el
transcurso de la presente sesión.
- Asentimiento.
Sr. Presidente (Massa).- Quedan autorizadas las inserciones
solicitadas. [9]
Asimismo,
se informa que los señores diputados Pastori, Suárez Lastra, Giordano, Dolores
Martínez, Valdés, Yedlin y Gioja están anotados para plantear cuestiones de privilegio.
- 15 -
Sr. Presidente (Massa).- Para una cuestión de privilegio, tiene la
palabra el señor diputado Pastori, por Misiones.
Sr. Pastori.- Señor presidente: la cuestión de
privilegio ‑creo en esto representar a la gran mayoría del pueblo de la
provincia de Misiones- es contra el señor presidente de la Nación doctor
Alberto Ángel Fernández, por el veto al artículo 123 de la ley 27.591, de Presupuesto
General de la Administración Nacional, sancionada por este Congreso el 17 de noviembre
pasado, y que se refiere a la potestad del Poder Ejecutivo de constituir zonas
aduaneras especiales, en los términos del Código Aduanero, en zonas geográficas
de distintas regiones donde se verifica el comercio bilateral con países limítrofes,
así como la posible extensión de las zonas francas en las mismas jurisdicciones.
El
mismo día en que la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados
dictaminaba el proyecto de presupuesto, el primer mandatario en su visita a la
provincia de Misiones destacó la creación del área aduanera especial, y se
mostró de acuerdo con la posibilidad de que esto se tradujera en beneficios fiscales
concretos para la provincia. Dijo textualmente: “El gobernador está muy
preocupado porque muchos misioneros pasan el puente y dejan la plata fuera, y
yo estoy muy de acuerdo con su preocupación.” Sin embargo, grande fue la
sorpresa y la decepción cuando el 11 de diciembre pasado, a solo cincuenta días
de su compromiso público con los misioneros, por decreto 990/2020 vetó el artículo
123 que se había comprometido a apoyar, haciéndolo con argumentos
inconsistentes y falaces. Mucho más cuando el artículo 123 de la ley de
presupuesto no lo obligaba ni emplazaba, sino que le daba la facultad de
hacerlo. Repito: era algo a lo que se había comprometido personalmente ante las
autoridades provinciales, ante las cámaras empresariales y ante todo el pueblo
de la provincia de Misiones.
Señor
presidente: la palabra presidencial devaluada por el propio primer mandatario
por acciones como la mencionada no puede estar sujeta a la incertidumbre de no
saber si lo que expresa se hará realidad o no, en un hecho además de tanta
sensibilidad, en este caso en particular para los misioneros. No desconocemos
la facultad constitucional del veto a las leyes en forma total o parcial.
El
agravio que siento ‑por eso, he pedido el uso de la palabra en nombre de
todos los misioneros- tiene que ver con la falsa promesa hecha por quien parece
ser uno cuando anda por las provincias prometiendo cosas, y otro muy distinto
cuando firma los decretos en la Casa Rosada.
- Ocupa la Presidencia el señor
vicepresidente 1° de la Honorable Cámara, doctor Omar De Marchi.
Sr. Pastori.- Misiones es una provincia a la cual nunca nadie le
ha regalado nada, todo lo que somos lo hemos ganado con el trabajo de nuestros
habitantes, descendientes de los inmigrantes europeos y de países limítrofes
que se afincaron y libraron una lucha desigual, lejos de todo, sin recursos,
pero con un gran amor a su tierra.
Nuestros emprendedores no compiten contra sus
similares de otras provincias hermanas, sino fundamentalmente compiten contra
dos países fronterizos con condiciones mucho más favorable para ellos, especialmente
en materia impositiva. No nos merecemos este destrato y mucho menos cuando
proviene del propio presidente de la Nación. Merecemos las aclaraciones del
caso y hasta el momento no las hemos escuchado. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Gracias señor diputado Pastori. La
cuestión de privilegio planteada será girada a la Comisión de Asuntos Constitucionales.
La Presidencia desea mencionar que varios
señores diputados han pedido la palabra para plantear diferentes cuestiones de
privilegio. Tengo anotados a los señores diputados Suárez Lastra, Giordano, Valdés,
Dolores Martínez, Yedlin y Gioja.
Antes
de otorgar el uso de la palabra al diputado Suárez Lastra, la Presidencia desea
preguntar si es factible que algunas de las cuestiones de privilegio sean
insertadas en el Diario de Sesiones y luego giradas a la Comisión de Asuntos Constitucionales,
de otro modo, continuaremos tal cual han sido solicitadas.
- 16 -
Sr. Presidente (De Marchi).- Para una cuestión de privilegio, tiene la
palabra el señor diputado
Suárez Lastra, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Suárez Lastra.- Señor presidente: seré muy breve. Lamento tener que
plantear esta cuestión de privilegio.
En general,
las cuestiones de privilegio se plantean en términos del agravio personal que
puede sentir un diputado. En este caso, tengo un expreso mandato de los miembros
del interbloque de Juntos por el Cambio, quienes me han encomendado el
planteamiento de esta cuestión contra el presidente de la Comisión de Relaciones
Exteriores y Culto, que por supuesto comparto y asumo.
Lamento
presentar esta cuestión de privilegio porque tengo una excelente y cordial
relación con el presidente de dicha comisión, pero su accionar nos agravia. El diálogo
con él es habitual y cordial, tanto en términos personales como políticos, pero
no podemos dejar de advertir que en el funcionamiento de la comisión hay un
hecho anómalo que está previsto en los artículos 127 y 128, que dificultan el
normal funcionamiento de la Cámara.
Ha
sucedido una cosa con muy pocos precedentes: oportunamente, se ha pasado a un
cuarto intermedio, acordado en función del tratamiento de situaciones de sumo
interés, y desde ese momento, 6 de noviembre, pasaron 53 días con muchísimos
reclamos en el sentido de que se reiniciara la reunión. Los reclamos verbales
pasaron a ser reclamos formales por nota y extendimos una nota al presidente de
la Cámara a los efectos de solicitar, en términos del artículo 106, que conminara
al funcionamiento de la comisión, por ser su obligación. Por eso, me hubiera
gustado que en este momento estuviera el presidente en ejercicio de la Cámara y
no el presidente circunstancial de esta sesión, al no haber hecho caso a
nuestro pedido expreso de que conminara al presidente de la comisión para que esta
se reuniera.
Quiero dar un solo detalle, que es lo que más
nos inquieta. El tema que estaba acordado para ser tratado y fue prorrogado ‑quiero
llamar la atención de los colegas del Frente de Todos- era una manifestación de
beneplácito por una acción del gobierno nacional. No logramos que la Comisión de
Relaciones Exteriores y Culto se pronunciara a favor de un beneplácito por una
acción del gobierno argentino.
La acción
a la que hago referencia es el beneplácito frente a lo dictaminado por la misión
de Derechos Humanos de la ONU, que al referirse a la Asamblea General Ordinaria
número 45 de las Naciones Unidas, en su informe acerca de la situación en
Venezuela, dijo textualmente: “...constató que el Gobierno, los agentes
estatales y los grupos que trabajan con ellos habían cometido violaciones
flagrantes de los derechos humanos de hombres y mujeres en Venezuela. Identificó
patrones de violaciones y crímenes altamente coordinados de conformidad con las
políticas del Estado y parte de un curso de conducta tanto generalizado como
sistemático, constituyendo así crímenes de lesa humanidad.”
A esta
declaración de la misión, el gobierno de la Nación manifestó su aprobación, y
nosotros expresamos, en un proyecto, el beneplácito por dicha acción del
gobierno nacional, pero no logramos que fuera tratado en la comisión.
Esto no
solamente es una incongruencia absoluta, una falta de empatía, de solidaridad
con el sufrimiento del pueblo venezolano, de los venezolanos que están allá en
Venezuela y de los miles de venezolanos que están acá, sino sobre todo es un retroceso
enorme en el perfil de la Nación Argentina, en la bien ganada reputación de
este país, desde que asumió la democracia, de estar alineada en la vigencia de
los derechos humanos.
Es un
retroceso conceptual. Lamentamos que no se haya tratado este tema. Oportunamente,
pedimos que se considerara, pero en una actitud absolutamente increíble, el
presidente de la comisión no convocó a la reunión, luego del cuarto intermedio
comprometido.
Entendemos
que eso atenta contra el normal funcionamiento de la Cámara. Por lo tanto,
solicito que esta cuestión sea tratada en la Comisión de Asuntos
Constitucionales y la autoridad de la comisión sea apercibida por esta inconducta.
Sr. Presidente (De Marchi).- La cuestión de
privilegio planteada será girada a la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Por otra
parte, informo al Cuerpo que el señor diputado Yedlin ha accedido a que la
cuestión de privilegio que deseaba plantear sea insertada en el Diario de Sesiones,
y luego girada a la Comisión de Asuntos Constitucionales.
- 1 -
Sr. Presidente (De Marchi).- Para una cuestión
de privilegio, tiene la palabra el señor diputado Giordano, por Buenos Aires.
Sr. Giordano.- Quiero aprovechar estos minutos
para refutar al presidente de la Nación porque dijo dos cosas. Expresó estar bastante
conforme por el logro de que tenemos la menor caída del salario real de los
últimos cuatro años.
Para aquellos
que juramos defender a los trabajadores, a los sectores populares, no podemos
dejar pasar que en el medio de un fin de año donde crece el hambre, la pobreza
y la desocupación...
Sr. Presidente (De Marchi).- Señor diputado: disculpe
que lo interrumpa. Las cuestiones de privilegio tienen que ver con afectaciones
directas a sus fueros y no con contestar alguna observación de otro diputado.
Sr. Giordano.- Nosotros juramos defender a los
trabajadores y a los sectores populares. Si el presidente de la Nación dice que
los trabajadores tienen la menor caída del salario real de los últimos cuatro
años es una mentira, y nos sentimos afectados.
En segundo
lugar, esa declaración va en favor de patronales negreras completamente explotadoras,
como la de la agroexportación, que han provocado 21 días de huelga de los
trabajadores aceiteros, que acaban de triunfar contra Cargill, Bunge y Born, Cofco,
la Aceitera General Deheza, sin tener el apoyo de los dirigentes sindicales de
la CGT y todo lo demás.
¿Cómo no vamos
a sentirnos afectados? Claro que nos sentimos afectados. Decir que tenemos la
menor caída del salario real de los últimos cuatro años es una mentira absoluta,
porque se supone que un salario de una familia tipo debería rondar los 78.500
pesos, y los salarios promedio de nuestro país representan un tercio de esa
suma. Los trabajadores aceiteros pedían 93.000 pesos, son un gran ejemplo.
Así como
el presidente recién saludó a este Cuerpo, quiero aprovechar para saludar a esta
gran huelga de los trabajadores aceiteros que logró hacer torcer, según dicen
los medios en el día de hoy, a estas patronales explotadoras, y seguir apoyando
esa lucha de los trabajadores, de los sectores populares, y darles una
felicitación a todos los trabajadores que luchan contra el hambre y contra la
pobreza.
Son los
trabajadores aceiteros, son los trabajadores de Página 12, son los
trabajadores y profesionales de la salud que van a poner la vacuna y cobran 40.000
pesos, en la provincia de Buenos Aires. Para todos ellos va nuestro honor, en
este fin de año.
Sr. Presidente (De Marchi).- La cuestión de
privilegio planteada será girada a la Comisión de Asuntos Constitucionales.
- 2 -
Sr. Presidente (De Marchi).- Para una cuestión
de privilegio, tiene la palabra el señor diputado Valdés, por la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
Sr. Valdés.- Señor presidente: no deseo
plantear una cuestión de privilegio, sino hacer uso de la palabra por haber
sido aludido por el señor diputado Suárez Lastra.
Sr. Presidente (De Marchi).- Señor diputado: las
cuestiones de privilegio no se utilizan para brindar una respuesta.
Por lo
tanto, si es para plantear una cuestión de privilegio, está en el uso de la
palabra; de lo contrario, debo decirle que continuaremos con la siguiente cuestión.
Sr. Valdés.- Continué con la siguiente
cuestión de privilegio, señor presidente.
- 3 -
Sr. Presidente (De Marchi).- Para una cuestión
de privilegio, tiene la palabra la señora diputada Dolores Martínez, por la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sra. Martínez (D.).- Señor presidente: voy a tratar de ser muy
breve porque sé que todos estamos con el apuro de terminar la sesión.
Quiero volver
a plantear que las cuestiones de privilegio no deben realizarse al final de la
sesión, sino en cualquier momento, tal como indica el reglamento; pero como
dije anteriormente, voy a respetar los acuerdos de la Comisión de Labor
Parlamentaria.
Esta cuestión
de privilegio se la planteo al jefe de Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero.
Es una vergüenza lo que ha pasado durante todo este año: el jefe de Gabinete debía
venir en nueve oportunidades a este Congreso y solamente lo hizo en tres, una
vez a la Cámara de Diputados y dos, a la Cámara de Senadores.
Sr. Presidente (De Marchi).- Señora diputada
Martínez: la diputada Moreau le solicita una interrupción, ¿se la concede?
Sra. Martínez.- No, señor presidente. Ya termino,
voy a ser breve.
Decía que
es una vergüenza que el jefe de Gabinete de Ministros no haya venido en más
oportunidades.
Me parece
que nosotros debemos reflexionar, como Cámara. Esta cuestión de privilegio no
la presento desde un rol individual o político, sino desde un rol institucional.
Como integrantes del Congreso, tenemos varias herramientas que nos sirven para
controlar al Poder Ejecutivo, pero lamentablemente no funcionan.
Una de ellas
son los pedidos de informes al Poder Ejecutivo. Hasta ahora se aprobaron tres
por el artículo 204 y solo dos tuvieron respuesta. Es cierto, vinieron a esta
cámara 182 funcionarios públicos, pero los tres más importantes con mayores responsabilidades
durante este año crítico para la Argentina, por los problemas sanitarios de la
pandemia, no estuvieron presentes.
Uno vino
una sola vez; me refiero al ministro de Salud. Es una vergüenza que todavía,
desde este Congreso, estemos mendigando información oficial respecto de cómo se
va a implementar y el proceso de aprobación de la vacuna.
En segundo
lugar, también pedimos que venga el ministro Trotta, teniendo en cuenta los
problemas que sufrió este año la educación y los que seguramente seguiremos
teniendo.
En tercer
lugar, la cuestión de privilegio que estoy planteando está dirigida al jefe de Gabinete
de Ministros, que solo vino una sola vez a la Cámara de Diputados. Solamente contestó
cuatro informes por escrito, y uno de ellos, con más de un mes de retraso.
Señor
presidente: estamos cumpliendo veinticinco años desde la creación de la figura
del jefe de Gabinete de Ministros. Pasaron quince jefes de Gabinete de Ministros
en diferentes gobiernos, llevamos 128 informes en estos veinticinco años; sin
embargo, hay un marcado déficit respecto del rol institucional que tiene la
figura del jefe de Gabinete.
Creo que
este Congreso debe poner ahí el foco, porque si mejoramos esta función,
seguramente, vamos a poder brindar un mejor servicio a la ciudadanía que, en definitiva,
es lo que importa cuando medimos el desempeño de las instituciones.
Sr. Presidente (De Marchi).- La cuestión de
privilegio planteada será girada a la Comisión de Asuntos Constitucionales.
- 4 -
Sr. Presidente (De Marchi).- Para la última
cuestión de privilegio, tiene la palabra el señor diputado Gioja, por San Juan.
Sr. Gioja.- Señor presidente: debo
reconocer que es la primera vez en mi larga trayectoria como legislador nacional,
que presento una cuestión de privilegio. Creo que lo hago porque me siento
agraviado, al igual que la mayoría de mis compañeros diputados.
Esto
tiene que ver con una campaña hartante que usa el lawfare, las fakes news y
cualquier metodología para agraviar a quien es la principal referente política
de nuestro espacio, la vicepresidenta de la Nación Cristina Fernández de
Kirchner.
- Ocupa la Presidencia, el señor presidente
de la Honorable Cámara, doctor Sergio Tomás Massa.
Sr. Gioja.- Señor
presidente: el día 17 de este mes, por medio del expediente 6.677‑D.-2020,
se presentó un pedido de juicio político contra Cristina Fernández de Kirchner.
Está firmado digitalmente por el diputado Juan Manuel López y otros, aunque
esta cuestión de privilegio va contra el diputado mencionado. ¿Por qué digo
esto? Porque hemos leído y releído el proyecto, hemos consultado y averiguado y,
si bien no soy abogado, me doy cuenta de que cada una de las cuestiones que
toman para plantear este pedido de juicio político son falsas, son
elucubraciones que carecen de verdad y están absolutamente afuera de cualquier
consideración.
Por ejemplo, lo primero que dicen es que la
expresidenta trató de modificar y castigar las figuras del arrepentido, del
testigo protegido y del imputado colaborador. Pero la única verdad es la
realidad, y la realidad ha demostrado que ha sido una vergüenza la
participación en juicio de la mayoría de estas figuras. No voy a dar nombres,
pero hay un testigo protegido que apareció con un hotel boutique en Mendoza, mientras que hay otro que apareció con un
departamento en Capital Federal. Y eso no lo consiguieron con esfuerzo.
Además, en todo eso participó el por entonces ministro
de Justicia, quien “coacheaba” permanentemente a quienes se declaraban testigos
arrepentidos. No debemos olvidar que
muchos abogados penalistas de mucho prestigio decían en televisión –por
ejemplo, en relación con el caso de los cuadernos‑ que quien se
arrepentía recobraba la libertad y quien no lo hacía seguía preso. Eso se llama
extorsión. Además, la propia ley dice que debe seguirse con la implementación
del trato de los arrepentidos, pero los jueces no lo hacían.
El otro de los puntos de este pedido
de juicio político es que supuestamente la vicepresidenta intenta entrometerse
en los temas de la Justicia al participar en la mal llamada “reforma judicial”,
que no es más que un reordenamiento de la Justicia penal, especialmente la de la
Capital Federal. Debo recordar que si hay alguien que ha sido vapuleado en
estos cinco años de desgobierno que tuvimos hasta fines de 2019 fue
precisamente la actual vicepresidenta de la Nación. Quiero que alguien de ese
entorno explique ‑porque todavía no lo han hecho‑ por qué se
juntaron ocho indagatorias en un mismo día. Para colmo, ese día era el
cumpleaños de quien fue un gran presidente de la Nación: Néstor Kirchner. Esto
no se dice ni sale en ningún lado. Además, hay muchísimas irregularidades,
causas armadas y causas que tienen que ver con elucubraciones cuyo único objetivo
es la persecución política.
Otro
tema que no puedo dejar pasar...
Sr. Presidente (Massa).- Vaya redondeando, señor diputado Gioja.
Sr. Gioja.- Ya termino, señor presidente.
Recuerden
que hoy el procurador general es interino y que ese interinato le sirvió al
anterior gobierno. Entonces, es el propio bloque –hoy de la oposición, antes
del oficialismo‑ el que presenta el proyecto para cambiar la ley de
designación del procurador general.
Quiero
decir con claridad que hay que terminar definitivamente con el odio, la
discriminación y la descalificación. Hay que aceptar que es la democracia la
que pone los gobernantes. Quien fuera dos veces presidenta de la Nación, varias
veces legisladora nacional y provincial y hoy es vicepresidenta de la Nación fue
también la que ideó gran parte de la estrategia que sirvió para que el Frente
de Todos y el pueblo argentino volviese a gobernar este país.
Mi
cuestión de privilegio es para que, precisamente, sin esos odios y con racionalidad,
podamos encarar lo que necesita encarar este país y el mundo mismo, que está en
muy malas condiciones.
Para terminar, voy a reiterar lo que dijo la
propia vicepresidenta de la Nación en ocasión de una de sus declaraciones. Ella
dijo que la historia la iba a absolver. Yo creo que la historia la va a
absolver y la va a recordar como a una gran presidenta, como a una gran
vicepresidenta y, por sobre todas las cosas, como a una gran mujer que peleó
por la dignidad y el bienestar de todos los argentinos y las argentinas. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Por haber sido aludido, solicita el uso de la
palabra el señor diputado López, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Sr. López.- Señor presidente: si merezco una cuestión de privilegio
por parte del diputado Gioja por haberle pedido juicio político a Cristina
Fernández de Kirchner, actual vicepresidenta de la Nación a quien absolverá o
condenará la Justicia, que se trate en la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Yo estoy dispuesto a ir ahí cualquier día para ser indagado, o a cualquier
lado, para lo que ustedes prefieran. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Tiene la palabra el señor diputado Casas, por La
Rioja.
Sr. Casas.- Señor presidente: en su momento una compañera nuestra
pedía una interrupción porque, por un acuerdo entre los bloques, en la Comisión
de Labor Parlamentaria se decidió pasar las cuestiones de privilegio al final
de la sesión. Este es el panorama para que tomemos en cuenta que nosotros
cumplimos con la palabra. No corresponde que se cuestione lo que ha pasado al
final. Digo esto porque nos están agraviando, calumniando e injuriando
permanentemente.
Nuestro bloque va a propiciar un cambio de
reglamento para que las cuestiones de privilegio sean pasadas al final y se
queden los que realmente tengan interés de debatirlas. La idea es evitar que
las usen únicamente con fines políticos y para salir en la televisión.
Quiero aprovechar para saludar a todos e
instarlos a que en el nuevo año que comienza depongamos nuestros intereses sectoriales
y empecemos a pensar en el otro. La patria es el otro, como dice nuestra
vicepresidenta y nuestro presidente de la Nación. Tenemos que avanzar en la
Argentina que nos merecemos todos. (Aplausos.)
Sr. Presidente (Massa).- Habiéndose cumplido el objeto de la convocatoria, queda
levantada la sesión especial. (Aplausos.)
- Es la hora 23 y 29.
[1] Véase el Acta
N° de votación nominal en el Apéndice.
(Pág. )
[2] Véase el texto de la sanción en el Apéndice. (Pág. )
[3] Véase el acta de la votación nominal en el Apéndice.
(Pág. )
[4] Véase el texto de la sanción en el Apéndice. (Pág. )
[5] Véase
el Acta N° de votación nominal en el Apéndice (Pág. )
[6] Véase
el Acta N° de la votación nominal en el Apéndice (Pág. )
[7] Véase
el Acta N° de la votación nominal en el Apéndice (Pág. )
[8] Véase
el texto de la sanción en el Apéndice. (Pág. )
[9] Véase el texto de las inserciones en el Apéndice, a
partir de la pág.