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- En
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los veinticinco días del mes de marzo de
2021, a la hora 14 y 32:
Sr. Presidente (Massa).- Con la presencia de 101 señores diputados de manera presencial y
remota, no habiéndose conformado el quórum reglamentario, declaro fracasada la
sesión especial convocada para el día de hoy.
Para
realizar las manifestaciones en minoría conforme el artículo 36 bis del
reglamento, tiene la palabra el señor diputado Negri, por Córdoba.
Solicito
al señor diputado De Marchi que ocupe la Presidencia.
-
- Ocupa
la Presidencia el señor vicepresidente 1º de la Honorable Cámara, doctor Omar
De Marchi.
Sr. Negri.- Señor presidente: mi intervención será
breve. En realidad, nuestra energía estuvo puesta en el pedido de sesión
especial para el tratamiento del tema de biocombustibles que fue unificado por dos
bancadas.
Sin
embargo, nos vimos obligados a hacer este pedido de sesión especial por dos
motivos. En primer lugar, porque empezó a tomar cuerpo y fuerza en todos los
medios periodísticos que quienes hoy estamos presentes inventábamos una sesión
especial sobre el tema de los biocombustibles con el solo propósito de impedir
el tratamiento de la ley de impuesto a las ganancias y de monotributo.
En
segundo término, porque el asunto tomó tanto volumen en los medios que
formalmente hicieron preguntas a la mesa del interbloque y ello ocasionó que,
en una reunión en la que usted participó, decidiéramos redactar un documento
para desmentirlo. Sin embargo, como fueron tantas las declaraciones, para
ratificarlo decidimos solicitar esta sesión especial a efectos de que quedara
debida constancia de que indubitablemente estábamos dispuestos a ese
tratamiento.
No
obstante, me comuniqué con el presidente de la Cámara –y al decir esto no estoy
cometiendo ningún tipo de infidencia‑ para manifestarle que nuestro bloque,
además del primer propósito que señalé, tenía toda la predisposición para el
tratamiento del proyecto sobre modificación del impuesto a las ganancias y del
monotributo desde el día de hoy, a continuación de esta sesión especial que solicitamos
para tratar el proyecto sobre biocombustibles, e incluido el día de mañana.
Hicimos
esto por tres motivos. El primero, porque la Argentina no está en condiciones
de hacer juegos infantiles ‑a Disney van otros‑, porque en nuestro
país la situación está difícil.
Entonces,
no se trataba de jugar a las escondidas; esta sesión especial no la hacíamos,
en la otra era difícil conseguir el número, y estábamos todos, aun con respecto
a los colegas de otros bloques, que han tenido que viajar, que se hisopan más
veces que las que comen, que deben estar presentes. Pero el presidente, en una movida
de ajedrez ‑pero solo de peón con peón‑ citó para el día sábado a
una sesión especial para tratar el mismo tema (Aplausos.), quizás pensando
que estábamos faltando a su autoridad pero no era así. Usted sabe que, por
reglamento, con la firma de diez legisladores, el presidente de la Cámara no comete
ningún acto de discrecionalidad para disponer cuándo convoca a sesión especial,
sino que tiene la obligación de citarla, y aquellos que la solicitan tienen la
obligación de reunir a los legisladores. Es así de sencillo.
Tuvimos
un entredicho -aprovecho para que se sepa-, y el secretario administrativo, tan
amable como siempre, y luego la prosecretaria parlamentaria nos contestaron que
no era posible, pero nunca lo hizo el presidente. Por último, se convencieron de
que había que hacerlo, como lo hemos hecho hoy.
Todo
esto es menor en comparación con lo que voy a decir a continuación. En la
Argentina no se sesiona un día sábado desde la crisis de 2002, a la que nadie
quiere volver. Me puse a buscar antecedentes en ese sentido y encontré que un
sábado se celebró un homenaje ‑no una sesión‑ a los jueces de la Cámara
que condenaron a la junta militar, que fue organizado por Julián Domínguez, quien
entonces era presidente de la Cámara. En esa oportunidad, todos estuvimos
presentes en este recinto, pero ‑reitero‑ no fue una sesión sino un
homenaje. Es decir que desde 2002 no se sesiona un día sábado.
Nosotros
creemos que las cosas están muy mal y, salvo que el gobierno crea que estamos
como en 2002 y no quiera decirlo, no veo el motivo para que se convoque a una
sesión un día sábado. (Aplausos.)
Finalmente, quisiera hacer un agregado. En un
país en el que sin odios se ejerce la libertad y el respeto por las religiones,
como casi no ocurre en otros continentes, algunos de nuestros colegas
–inclusive del propio bloque de la mayoría- enviaron cartas manifestando al
presidente que el sábado se celebran las pascuas judías. Desde la Presidencia se
contestó que como la pascua judía contempla dentro de su reflexión el
permanecer en su domicilio, que participaran por Zoom -una respuesta por demás
inspirada en Dios, del Dios que cada uno tenga. Me pregunto, para no jugar con
estas cosas, si el presidente convocaría a una sesión especial un día sábado si
quienes somos católicos estuviésemos en Semana Santa. (Aplausos.)
De
esta forma, doy por finalizada mi intervención en esto que diría se convirtió
casi en una comidilla de conventillo, promovida desde lo institucional y en la que
nunca quisimos entrar.
Hemos
llegado a esta instancia pero podríamos estar ahora discutiendo el impuesto a
las ganancias y el monotributo, quedándonos hasta mañana, y sé que seguramente estaríamos
haciendo un favor enorme a los propios colegas del Frente de Todos o de otros
bloques. Tal vez no estaríamos haciéndole un favor a la política-espectáculo
que se está preparando para el día sábado. Nada más, señor presidente. (Aplausos.)
Sr. Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra el señor diputado Luciano Laspina, por Santa Fe.
Sr. Laspina.- Señor presidente: me solicita una
interrupción el señor diputado Wolff.
Sr. Presidente (De Marchi).- De acuerdo, señor diputado. ¿Se
la concede?
Sr. Laspina.-
Sí, señor presidente.
Sr. Presidente (De Marchi).- Para una interrupción, tiene la palabra el señor diputado Wolff,
por Buenos Aires.
Sr. Wolff.- Gracias, señor
presidente.
En la
anterior sesión fracasada, me dirigí a la Presidencia de la Cámara solicitando
respuesta a mi pedido de explicaciones respecto de por qué se realizaba la
sesión en la fecha de Pascua judía, como hizo mención el presidente del
interbloque. Me dijeron que me lo iban a responder por escrito y me acaba de
llegar la respuesta a mi casilla.
En primer
lugar, quiero dejar asentada una cuestión de privilegio muy pequeña contra la
Presidencia; no contra usted, por supuesto, señor presidente. Me hubiese
gustado que en este momento estuviera ocupando la Presidencia el presidente de
la Cámara ‑pero se tuvo que retirar‑, puesto que yo dirigí la carta
a la Presidencia y me la hace contestar por un secretario, cosa que me parece
otra falta de respeto.
Aquí dice
que la sesión la pidieron varios bloques ‑Frente de Todos, Unidad
Federal, Juntos somos Río Negro, Acción Federal, Movimiento Popular Neuquino,
etcétera‑, y entendiendo que se conmemora en dicha fecha la Pascua judía,
y al haber en este Cuerpo varios diputados que profesan dicha religión, se
posibilita la asistencia a la sesión en forma presencial y remota a efectos de
dar cumplimiento al desempeño de la función legislativa.
Esta
respuesta me parece una falta de respeto a la investidura presidencial de la
Cámara de Diputados. Lo único que falta es que el presidente de la Cámara de
Diputados me tenga que dar permiso a mí para ver cómo festejo una fecha
religiosa de la religión que profeso.
Así que yo
voy a dejar asentado que voy a venir. Por primera vez, en muchos años, no voy a
pasar la Pascua judía con mi familia porque soy legislador y no soy un hombre
observante. Esto no tiene ninguna connotación reglamentaria porque no hay mucho
más para hacer, pero quiero decir que la Presidencia de la Cámara hoy acaba de
asentar un hecho que va a quedar en la historia como una falta de respeto al
pluralismo que ha existido siempre en la Argentina y que no tiene registro en
la historia parlamentaria de esta Casa. Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (De Marchi).- Continúa en el
uso de la palabra el señor diputado Laspina, por Buenos Aires.
Sr. Laspina.-
Señor
presidente: voy a referirme en la misma línea que el presidente del
interbloque. La idea o el espíritu de esta sesión especial que hemos pedido era
precisamente tratar dos proyectos que son importantes para la clase media
argentina, que ha sufrido de manera dramática los efectos de la cuarentena
salvaje que aplicó la Argentina desde el inicio de esta pandemia. Y resulta que
ahora los mismos expertos que recomendaban encerrarnos dicen que la cuarentena,
sobre todo indefinida ‑como la que ha tenido Argentina‑, es una
mala política.
Esa clase
media, que estuvo muy golpeada, realmente requiere un alivio, sobre todo
tratándose de un gobierno que desde que asumió ha tenido ‑creo yo‑
el récord mundial en suba de impuestos, ya que subió más de catorce impuestos.
Además de crear nuevos impuestos ‑como el impuesto extraordinario‑,
el gobierno dispuso la suba de impuestos de todo tipo, desde la eliminación de
la reducción del IVA a los productos de la canasta básica hasta la suba de
retenciones, la suba de bienes personales y, desde ya, la suba de ingresos
brutos en las provincias, de manera alevosa con la suspensión del pacto fiscal.
Todo esto generó a la clase media argentina un impacto tremendo en el bolsillo.
De manera
que lo que tenemos en Argentina, además de inflación monetaria, es inflación de
impuestos. Gran parte del impacto que se está viendo en las góndolas de los
supermercados por estos días tiene que ver con todos esos impuestos que el
gobierno ha ido subiendo en el último año.
El 41 por
ciento de la factura de un changuito de supermercado son impuestos de distinto
tipo. Por supuesto, el IVA, pero fundamentalmente ingresos brutos, impuesto al
cheque, cargas patronales, etcétera.
Entonces,
en ese marco de política económica, nosotros no podemos más que celebrar que
haya medidas de alivio impositivo a la clase media.
Recordemos
también que fue en 2016, en negociaciones junto con el actual presidente de la
Cámara, Sergio Massa, donde por primera vez en años el gobierno de Mauricio
Macri ‑en el mes de marzo, por decreto‑ subió el mínimo no
imponible del impuesto a las ganancias. Desde 2013, con la tablita que había
armado Axel Kicillof, que generaba enormes problemas ya que si a alguien le
subían el sueldo podía terminar ganando menos de bolsillo, que no se hacía una
corrección.
Las
escalas del impuesto a las ganancias se corrigieron en diciembre de 2016. Antes
de esa corrección, un cajero de banco pagaba la misma alícuota ‑del 35
por ciento‑ que el presidente del banco o el dueño del banco. Eso se
corrigió en 2016.
Nosotros
estamos de acuerdo en que el impuesto a las ganancias para la cuarta categoría,
para los trabajadores registrados, se vaya actualizando y aliviando en la
medida de las necesidades.
En cambio,
no estamos para nada de acuerdo ‑por eso estamos hoy sentados aquí‑
en la necesidad de avalar lo que parece ser una idea del bloque oficialista, de
convertir el fin de semana en uno de esos programas maratónicos que había antes
en Argentina ‑como “Feliz Domingo”‑, donde van a hacer un alarde de
festejo como si estuvieran recuperando la soberanía nacional o los 2 millones
de puestos de trabajo que cayeron durante el último año ‑según datos del
INDEC‑, o como si se estuviera reduciendo el 40 y pico por ciento de
pobreza que tenemos hoy por culpa de la inflación galopante que se registra en
nuestro país, que llega al 4 por ciento mensual ‑cabe aclarar que en
alimentos es del 5 por ciento‑ y, anualizada, al 60 por ciento en el
primer trimestre del año.
Este programa
de “Feliz Domingo” al cual nos quiere someter el oficialismo nos parece una
falta de respeto. Nos parece que están subestimando a la sociedad y nosotros no
nos queremos prestar a eso.
Por eso,
hoy estamos sentados acá, intentando que un día jueves los legisladores
sesionemos sobre dos proyectos respecto de los que hay pleno consenso y que se
podrían aprobar rápidamente, como ocurrió en las discusiones que tuvimos en la
Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Sin
embargo, nos enteramos por los diarios que vamos a tener un “Feliz Sábado” o un
“Feliz Domingo” continuado, con decenas de diputados oficialistas haciendo loas
a un proyecto que más que salvarles el año a los trabajadores, apenas los va a
sacar por algunas semanas de la penuria que implica ir al supermercado todas
las semanas y ver cómo los precios se remarcan día a día.
La única
diferencia que va a encontrar un trabajador al final de esta sesión son algunas
semanas o meses de alivio respecto a una inflación galopante del 4 por ciento
mensual, que el gobierno no logra dominar desde hace casi seis meses y sobre la
cual hoy tendría que estar dando algunas respuestas. Nuestro país hoy tiene el
riesgo soberano más alto de la región, lo cual, por dichos de la propia
vicepresidenta de la Nación, nos está llevando a un escenario aún más dramático
de aislamiento internacional.
Por todas
estas razones, señor presidente, nosotros estamos acá presentes ratificando
nuestro apoyo a los dos proyectos que se van a tratar ‑lamentablemente
este sábado‑, pero manifestando nuestro repudio total al espectáculo que
está montando el oficialismo un fin de semana para tratar de sacar rédito
político de dos leyes que en el marco de esta emergencia son casi dos gotas en
el océano con respecto a las necesidades que tienen todos los argentinos. (Aplausos.)
Sr.
Presidente (De Marchi).- Tiene la palabra
el señor diputado Del Caño, por Buenos Aires.
Sr. Del
Caño.-
Señor presidente: la verdad es que
hemos venido a esta sesión, como también estaremos presentes el día sábado, porque
para nosotros lo fundamental es terminar con este impuesto a las ganancias a la
cuarta categoría, a todas las trabajadoras y trabajadores bajo convenio. En
realidad, es un impuesto al salario.
Lo que
estamos viendo hoy es mucho circo, al igual que lo que se va a vivir el sábado.
Hay mucho discurso pero los diputados que me precedieron en el uso de la
palabra se olvidan de mencionar que bajo el gobierno de Mauricio Macri
aumentaron en más de un millón las trabajadoras y trabajadores que pagaron este
impuesto, que es verdaderamente un robo al salario.
Además, señor presidente, ahora se rasgan las
vestiduras desde el actual oficialismo cuando siempre justificaron este robo al
salario de aquellas trabajadoras y trabajadores que estaban un poquito por encima
de la media salarial. Pese a que millones estaban en la pobreza, y lo siguen
estando cada vez más, justificaban esto diciendo que era para redistribuir y
ayudar a los que estaban aún peor.
Lo
mismo hicieron cuando justificaron la llamada Ley de Solidaridad y Reactivación
Productiva -que suspendió la movilidad- para ajustar los haberes de los
jubilados y jubiladas y pagarles menos de lo que establecía la ley de Macri.
Millones
de trabajadoras y trabajadores se encuentran detrás de estos movimientos y de
esta puja política entre el oficialismo y Juntos por el Cambio, quienes obviamente
sufren el robo al salario que constituye el impuesto a las ganancias a la
cuarta categoría.
Pero
también muchos trabajadores, la inmensa mayoría, ni siquiera son alcanzados por
este impuesto, porque justamente su salario no alcanza para llegar a fin de
mes. La enorme mayoría de los trabajadores -un gran porcentaje- está por debajo
del límite de la pobreza, hay más desocupación y este sábado van a montar un
circo con la CGT, que no movió un dedo para defender a los trabajadores y a las
trabajadoras.
Siempre
es redistribuir entre los sectores populares, nunca se les saca a los grandes
grupos económicos. Por eso, ahora vemos al ministro Guzmán en Estados Unidos
renegociando el pago de esa deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta -gran parte
de ese crédito se tomó con el gobierno de Macri- con el Fondo Monetario
Internacional
Por
tales motivos, señor presidente, queremos manifestar –ya lo explicaremos el día
sábado- nuestro planteo de fondo, que es eliminar el impuesto a las ganancias a
la cuarta categoría para todas las trabajadoras y trabajadores bajo convenio,
porque el salario no es ganancia.
Sr. Presidente (De Marchi).- Para cerrar, tiene la palabra el señor diputado Giordano, por
Buenos Aires.
Sr. Giordano.- Señor presidente: voy a adelantar una
opinión del debate central que se realizará en la sesión del sábado.
En
campaña electoral hay que acostumbrarse a todo. Los diputados de Juntos por el
Cambio -me refiero a quienes responden a Macri, a Patricia Bullrich, a Carrió y
a la UCR- pidieron una sesión especial para simular que están en contra de que
se les siga robando el impuesto a las ganancias -mal llamado de esa manera
porque es un impuesto al salario- a millones de trabajadores. Mueve a risa.
Aunque efectivamente el expresidente Macri prometió la eliminación de ese
impuesto, de ser 1.688.000 trabajadores comprendidos por este tributo, pasaron
a ser 2.139.000.
Macri
estaba preocupado por las ganancias capitalistas, no por sacarle el impuesto a
las ganancias de los trabajadores. Está claro quiénes ganaron con Macri: los
CEOS del gobierno anterior, para quienes trabajaron. Los tarifazos siderales de
3.000 o 4.000 por ciento son un ejemplo de ello. Podríamos hablar de las
petroleras, las gasíferas, las empresas de electricidad y el acuerdo con el
Fondo Monetario Internacional por 50.000 millones de dólares para financiar la
fuga de capitales. Podríamos hablar mucho tiempo.
Todos
los gobiernos le metieron la mano a los trabajadores con el impuesto a las
ganancias, a tal punto que desde 2003 los trabajadores comprendidos no llegaban
a 500.000 y en 2020 llegaron a estar alcanzados 2.300.000 trabajadores.
No tenemos
que olvidar que, por ejemplo, en 2013 -en pleno gobierno de Cristina Fernández
de Kirchner- se llegó a la mayor cantidad de trabajadores que pagaban impuesto
a las ganancias: 2.831.000, es decir, el 29 por ciento.
Entonces,
el sábado nos vamos a preocupar -y lo adelantamos ahora- por denunciar el doble
discurso del gobierno, que presenta esta modificación como un alivio pero, por
supuesto, no es una salida de fondo.
Para
hacerlo sencillo, esta eximición del pago del impuesto a las ganancias a un
millón de trabajadores va a ser muy temporaria…
Sr. Presidente (De Marchi).- Perdón, señor diputado.
Les
pido que mantengan silencio para poder escuchar al orador.
Sr. Giordano.- …porque pese a que los aumentos de las
paritarias son miserables se sube en la escala, haciendo que los trabajadores
estén comprendidos en el impuesto en poco tiempo; por eso se recicla.
Y hay
un millón de trabajadoras, trabajadores, jubiladas y jubilados que van a seguir
pagando. ¿Por qué un millón de trabajadoras, trabajadores, jubiladas y
jubilados van a tener que seguir pagando este impuesto nocivo?
El
gobierno usa esta medida para decir que le ponen plata en el bolsillo a la
gente. Ahora sacaron el IFE y las paritarias se están firmando al 29 por ciento
cuando hay una inflación del 45 por ciento.
Fíjense
que la jubilación mínima es de 20.571 pesos, y el otro día se publicó el
aumento de la canasta de indigencia, que es de 24.500 pesos. Ello quiere decir
que el 80 por ciento de los jubilados no son pobres, sino que son indigentes. Y
los trabajadores de ATE‑INDEC acaban de publicar que si una familia tipo
no percibe 88.729 pesos, no puede llegar a fin de mes.
Tal
como lo manifestó recién el compañero Del Caño, esto también va a ser una
lavada de cara de la CGT, que no movió ni mueve un dedo ahora y es ciento por
ciento traidora en cualquier lucha. Pero tampoco movió un dedo durante los
cuatro años del gobierno de Macri. Recordemos los paros sin fecha y las marchas
contra nadie. Fueron el sindicalismo combativo y la izquierda los que lucharon
contra el ajuste de Macri. El peronismo le votaba las leyes.
El otro
día se publicó en la Bolsa de Comercio quiénes son los que ganan, dónde están
las ganancias y dónde hay que tocarlas efectivamente. Por ejemplo, el Banco Macro
ganó 30.000 millones de pesos ‑y en plena pandemia‑; Arcor, 5.400
millones de pesos ‑también en plena pandemia, y estamos hablando de
alimentos‑, y a Toyota le sacaron todas las retenciones, es decir, retenciones
cero.
El otro
día el CEO de Toyota dijo “un primer gobierno que nos considera estratégico”. ¡La
multinacional Toyota! Y podríamos seguir con la multinacional Volkswagen y con
tantas otras. El gran beneficiario es el Fondo Monetario Internacional.
Me
parece una barbaridad que se conmemore el 24 de marzo en honor a los treinta
mil detenidos desaparecidos y ese mismo día el ministro de Economía de este
gobierno ‑supuestamente nacional y popular- esté renegociando una deuda
con el Fondo Monetario, no solo por un pacto mafioso con Macri sino por ser un
organismo que estuvo pergeñando la deuda externa detrás del golpe genocida del
76.
Entonces,
dejamos en claro y adelantamos la postura de Izquierda Socialista y del Frente
de Izquierda Unidad: ningún trabajador ni trabajadora bajo convenio ni ningún jubilado
ni jubilada debe pagar el impuesto a las ganancias. Las ganancias están en otro
lado. Tiene que haber un aumento de salario y de las jubilaciones.
Si se
suspendieran los pagos de la deuda externa y se estableciera un impuesto a las
ganancias de las multinacionales, de los bancos y de los grandes capitalistas
contaríamos con la plata para hacer un plan económico alternativo, al servicio
de las grandes mayorías de los trabajadores y de los sectores populares. De
esta manera no sería un alivio electoralista, como se va a votar el próximo
sábado.
Sr. Presidente (De Marchi).- Habiéndose cumplido el objeto de la convocatoria a sesión
especial, debidamente solicitada, en forma reglamentaria y oportuna por el
número de diputados exigido por el reglamento; y con las palabras ya
pronunciadas por los señores diputados y señoras diputadas, se dan por
concluidas las manifestaciones en minoría.
-
Es
la hora 14 y 58.